Agua en España

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LAS AGUAS, LA VEGETACION Y EL SUELO.
El agua:
Es el elemento esencial para todos los ecosistemas naturales y para un gran número de actividades humanas.
Los recursos hídricos españoles proceden fundamentalmente de los ríos.
Condicionamientos de los recursos hídricos españoles.
Están condicionados por una gran variedad de factores físicos y humanos.
El clima desempeña un papel destacado, ya que el agua de los ríos procede de las precipitaciones.
El relieve y la topografía influyen notablemente en la organización de las cuencas hidrográficas, en la
capacidad erosiva de los ríos y en la facilidad o dificultad para la construcción de obras hidráulicas.
La litología, (tipo de roca) puede favorecer la escorrentía superficial o, por el contrario, facilitar la infiltración
del agua y la formación de acuíferos.
La vegetación influye en el balance hídrico, ya que actúa como pantalla protectora frente a la radiación solar y
aminora la evaporación.
El ser humano contribuye a la disminución de los recursos mediante la utilización de las aguas para el
abastecimiento y el riego. Intenta compensar estos gastos mediante la construcción de presas, embalses, etc.
Los ríos españoles.
• Los factores que más influyen sobre los ríos peninsulares son el clima y el relieve.
El clima, determina el caudal absoluto y el régimen de los ríos. Caudal absoluto, cantidad de agua que pasa en
un segundo por un punto dado en el río y régimen fluvial a las variaciones estacionales de ese caudal.
Los ríos con régimen nival nacen en la alta montaña, donde son frecuentes las nevadas. Sus caudales
máximos se dan a finales de primavera o en verano, con el deshielo.
En los ríos con régimen pluvial, el caudal sólo depende de las precipitaciones, por lo que refleja los máximos
y los mínimos de estás.
El régimen mixto puede ser nivo−pluvial o pluvio−nival.
• El relieve y la topografía determinan la organización de las cuencas y vertientes hidrográficas, la
pendiente y la erosión de los ríos y la facilidad para llevar a cabo en ellos obras hidráulicas.
• En la Península existe una gran disimetría entre las vertientes atlántica y cantábrica
(Desembocan el 69% de los ríos) y en la vertiente mediterránea (el 31%). La causa es el basculamiento de la
Meseta hacia el oeste.
La pendiente y a la erosión de los ríos, se incrementan cuanto mayor es la inclinación del terreno.
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Por último, las obras hidráulicas se ven favorecidas por una topografía abrupta; pero este mismo motivo
determina también que dichas obras supongan altos costos de construcción.
b) Los ríos peninsulares se distribuyen en tres vertientes hidrográficas: la cantábrica, la atlántica y la
mediterránea.
Los ríos de la vertiente cantábrica son cortos, ya que nacen en montañas cercanas a la costa. Poseen una gran
fuerza erosiva. Son numerosos, caudalosos y de régimen regular gracias a la abundancia y constancia de las
precipitaciones. Aprovechando estas circunstancias y la facilidad que ofrece la topografía abrupta, se
construyen pantanos destinados a la producción de energía eléctrica.
Los ríos de la vertiente atlántica son largos, al nacer cerca del Mediterráneo y desembocar en el Atlántico. Su
régimen es irregular. Presentan acusado estiaje en verano, coincidiendo con el mínimo de precipitación, y un
mínimo secundario en invierno, debido al predominio de las situaciones anticiclónicas en la Meseta. En otoño
y primavera experimentan crecidas con las lluvias.
Los ríos de la vertiente mediterránea son cortos, a excepción del Ebro. Son ríos abarrancados, que erosionan
violentamente las laderas. Su régimen es irregular. En verano presentan importantes estiajes y en otoño
pueden sufrir crecidas catastróficas, originadas por lluvias torrenciales. En las vertientes mediterráneas
también son frecuentes los torrentes.
Baleares y Canarias carecen de ríos propiamente. Poseen arroyos o corrientes de agua de escaso caudal,
alimentados por manantiales.
Los lagos españoles.
Los lagos son masas de agua dulce o salada acumulada en zonas deprimidas, que alcanzan cierta profundidad.
En España, un total de 22.474 de lagos y lagunas. Sin embargo, no puede decirse que posea una gran riqueza
lacustre, debido a la escasa dimensión de estos y, en muchos casos, a su carácter estacional.
Se distinguen dos grupos:
• Los lagos endógenos están formados por fuerzas del interior de la Tierra. Originados por fallas pliegues...
• Los lagos exógenos están originados por fenómenos o fuerzas externas, como la erosión producida por el
hielo. Dentro de estos encontramos los lagos cársticos, formadas en las cubetas creadas por la disolución
de la caliza o del yeso y los lagos arrecicos, las escasa aguas no tienen fuerza suficiente para llegar al mar
y se acumulan en zonas llanas hasta que se evaporen o se reducen notablemente.
Las lagunas eólicas, excavados por la acción del viento.
Las lagunas litorales o albuferas se crean en zonas costeras donde existen cordones de arena paralelos a la
costa.
Los acuíferos.
Se forman cuando las aguas de precipitación se infiltran hasta encontrar un estrato impermeable; una vez que
llegan a este punto se embolsan.
En la actualidad, la Península cuenta con más de cuatrocientos. Se encuentran principalmente en las
depresiones terciarias, en las proximidades de los ríos y en la cabeceras montañosas húmedas de los
principales ríos.
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En Baleares y Canarias, la mayor parte de los recursos hídricos procede de los acuíferos.
Utilización de los recursos hídricos: las obras hidráulicas.
• El agua se emplea en numerosas actividades humanas.
• El regadío es el consumidor de agua más importante en España (casi el 80% del total), ya que mejora
el rendimiento de las explotaciones agrícolas.
• La demanda industrial de energía (6,4%) y el crecimiento consumo de electricidad, han llevado a la
construcción de numerosas centrales hidroeléctricas, cuyo crecimiento ha situado a España entre los
primeros países del mundo en instalaciones de este tipo.
• La forma de vida urbana (consumo doméstico, turismo, zonas ajardinadas, etc.) han incrementado la
demanda de agua y han obligado a realizar diversas obras para el abastecimiento. El uso urbano
consume el 14%.
• Las aguas han sido consideradas tradicionalmente como el mejor medio para la evacuación de
desechos procedentes de actividades agrarias, ganaderas, urbanas e industriales.
• Finalmente, el agua también se utiliza en España para actividades secundarias, como la pesca, la
navegación y diversos usos recreativos.
• El balance hídrico relaciona los recursos hídricos existentes y el consumo que se hace de ellos.
En el caso español, este balance es positivo, no obstante existen varios problemas. Por una parte, la
disponibilidad del agua proceden principalmente de los ríos y se caracteriza por su irregularidad.
La red actual de presas resulta claramente insuficiente para cubrir una demanda en alza, que se concentra en
gran parte en zonas con escasos recursos, lo que provoca un déficit anual en torno a los 3.030 hm3, que podría
elevarse a casi 6.000 en el año 2000.
• Estos problemas exigen gestionar los recursos mediante políticas hidráulicas (como el Plan Hidrológico
Nacional), que tienen entre sus principales finalidades aumentar los recursos disponibles, prevenir
inundaciones, mejorar la calidad del agua, disminuir la demanda con medidas de ahorro y reutilización.
• Las obras hidráulicas.
• Las obras para regular los recursos hídricos tienen en España una larga tradición histórica. Se han
construido numerosos embalses, canales y transvases. Los embalses la mayoría de construcción
privada se destina a la producción de electricidad, mientras que los de construcción estatal se emplean
para paliar la es escasez de agua.
• Los canales de distribución, se destinan a abastecer a los núcleos de población e industrias y al
riego. Los transvases o transferencias de agua entre cuencas excedentarias y deficitarias tienen una
enorme importancia para España.
• Otros recursos hídricos:
Lagos pirenaicos, localizados a 2.000 metros de altitud, se aprovechan para producir energía hidroeléctrica.
Los acuíferos, que cuentan con un gran volumen de reservas hídricas, se aprovechan mediante pozos y
galerías para usos agrícolas, industriales e incluso urbanos.
Por último el agua del mar se aprovecha también mediante la técnica de la desalinización, un procedimiento
caro y complejo.
• Las obras para mejorar la calidad del agua son las plantas potabilizadoras y las plantas
depuradoras. Las plantas potabilizadoras tratan las aguas que van a ser consumidas. Las plantas
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depuradoras tratan las aguas residuales para evitar que contaminen el medio.
Las formaciones vegetales
La vegetación es la disposición de las diferentes especies vegetales sobre la superficie terrestre.
La vegetación española cuenta con una gran diversidad de especies, fruto de la variedad de rasgos físicos, de
la posición de puente de la Península y de la originalidad de la vegetación canaria.
Las formaciones vegetales son grupos de vegetación individualizados por su fisonomía. Los tres tipos
básicos son el bosque, el matorral y el prado.
El paisaje vegetal del clima oceánico.
Formaciones vegetales características el bosque caducifolio, la landa y el prado.
• El bosque caducifolio, constituido por árboles altos de hoja grande que cae en otoño, posee pocas
especies; aunque éstas parecen reunidas formando grandes masas. Las más características son el roble
y el haya. Las demás (castaño, fresno, tilo, olmo y avellano) tienen un carácter secundario, pero se
han visto favorecidas por la actuación humana.
En el sotobosque crecen helechos y musgos. Se ha perdido extensas áreas de bosques, hoy nos queda un 10%
de su antigua extensión, se debe a las quemas incontroladas para la obtención de pastos y a los incendios
forestales. En la actualidad se ha repoblado grandes extensiones con árboles de crecimiento rápido y
aprovechamiento económico, como el pino o eucalipto.
• La landa es una densa vegetación de matorral cuya altura puede ser baja o alcanzar los 4 metros. Sus
especies más abundantes son el brezo, el tojo y la retama. La landa aparece como degradación del
bosque caducifolio o como vegetación supraforestal entre los 1.600 y 2.000 metros de altitud.
• Los prados ocupan grandes extensiones de terreno en los paisajes oceánicos.
El paisaje vegetal de clima mediterráneo.
Formaciones vegetales características el bosque perennifolio y el matorral.
• El bosque perennifolio debe adaptarse a la sequía estival. Árboles de mediana altura, con raíces muy
extendidas en superficie o en profundidad para captar el agua. Su corteza es gruesa y rugosa y sus
copas globulares y amplias, para mitigar la insolación y la evaporación. Las hojas son perennes y
duras y poseen varios sistemas para adaptarse a la sequedad y disminuir la transpiración: pequeño
tamaño, pilosidades, revestimientos protectores de resina, cera.
Las especies más características son la encina y el alcornoque. El pino en su formación vegetal secundaria que
se ha extendido por la intervención humana. El bosque perennifolio posee un rico sotobosque de piorno
serrano y retama, ya que sus árboles se sitúan algo apartados unos de otros y la luz penetra de este modo con
facilidad.
• El matorral, es el resultado de la degradación del bosque por el ser humano. Tres tipos
característicos:
La maquia es una formación arbustiva densa, casi impenetrable, de más de dos metros de altura, crece en
terrenos silíceos. Integrada por matorrales como la jara, el brezo, el lentisco y la retama.
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La garriga crece sobre terrenos calcáreos y está formada por arbustos y matorrales de poca altura.
La estepa, se encuentra en la zona semiárida del sureste peninsular, donde la sequía impide el crecimiento de
árboles. Está formada por arbustos espinosos, nudosos, bajos. Destacan el tomillo, el palmito, el espartal y el
espárrago.
El paisaje vegetal de ribera.
Los bosques de ribera están formados por especies como el aliso (cuyas raíces necesitan estar en el agua), el
sauce, el chopo y el álamo. Menos exigentes en humedad son el fresno y el olmo. Los matorrales más
abundantes son el cornejo, el aligustre y la madreselva.
El paisaje vegetal de montaña.
En la montaña, la vegetación se dispone en pisos que tienen formaciones vegetales distintas en función de la
altura.
• La montaña alpina o pirenaica (Los Pirineos). En su parte alta, sobre el bosque de encinas o robles,
pueden distinguirse tres pisos: subalpino, alpino y nival.
Piso subalpino, 1.200 y 2.400 metros reúne coníferas naturales, como el abeto. El sotobosque esta constituido
por arbustos como el rododendro.
Piso alpino, 2.400 y 3.000 metros, es dominio del prado, en estas alturas abundan los sectores de roca
desnuda.
Piso nival, por encima de los 3.000 metros, la nieve se mantiene todo el año y la vegetación es inexistente.
• El resto de las montañas peninsulares carece de pino subalpino de coníferas. Se pasa directamente
del bosque característico de su clima (caducifolio en la zona atlántica y perennifolio en la
mediterránea) al piso supraforestal. Formado por pequeños arbustos. En la zona atlántica abundan el
brezo y la genista. En la zona mediterránea, los arbustos y matorrales espinosos.
Por encima, en la zona atlántica se encuentran prados. En la mediterránea, se reducen al fondo de los valles.
El paisaje vegetal canario.
La vegetación de Canarias tiene una riqueza extraordinaria. Su origen es principalmente mediterráneo, pero
cuenta con influencias africanas y del Atlántico sur. Por su situación insular, desempeña un gran papel los
endemismos (formas vegetales exclusivas) y las reliquias (vegetación que ocupó grandes extensiones en
otras épocas geológicas)
Esta originalidad vegetal se basa en el relieve, que da lugar a una sucesión de pisos:
• El piso basal, desde el nivel del mar hasta los 300−500 metros, marcado por la aridez. Matorrales
ralos y ásperos.
• El piso intermedio, entre los 200 y 800 metros, aumento de la humedad, crecen palmeras, el drago y
el sabinar.
• El piso termocanario, entre los 800 y los 1.200 metros. La vegetación se adapta a las nieblas
causadas por el alisio. El bosque de laurisilva, muy denso, y el fayal−brezal, resultado de la
degradación de la laurisilva por la acción del hombre.
• El bosque de coníferas domina entre el piso termocanario y los 2.200 metros. Su especie principal es
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el pino canario, que debe adaptarse a unas especiales condiciones de aridez y frío.
• El piso supracanario, por encima de los 2.200, solo en Tenerife y en La Palma. Se caracteriza
por una acusada desnudez, pero de gran riqueza florística (violeta del Teide).
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