El alumnado de Cataluña afirma que domina más el castellano que

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El alumnado de Cataluña afirma que domina más
el castellano que el catalán
El alumnado encuestado en el Estudio sociodemográfico y lingüístico de cuarto de
ESO de Cataluña, declara tener un dominio del catalán y del castellano
“prácticamente universal”.Los encuestados tienen que autoevaluarlo en una
escala de 0 (muy bajo) a 10 (muy alto) y la mayor parte se adjudica la nota
máxima tanto en catalán como en castellano. Sin embargo, son más numerosos
los que se puntúan mejor en castellano.
Así, los alumnos que dicen que hablan perfectamente el castellano son el 83,9%,
frente al 74,4% de los que afirman lo mismo cuando se les pregunta por sus
conocimientos de catalán. La brecha es parecida en la escritura: los que se
puntúan con la mejor nota de castellano son el 69,9%, mientras que sólo
consideran que escriben perfectamente en catalán el 60,6%. Estos dos ámbitos,
el habla y la escritura, son los puntos débiles en ambas lenguas. En cambio,
entender y leer se les da mejor tanto en castellano como en catalán y las
diferencias entre un idioma y el otro no son tan acusadas. “Se evidencia una
situación transversal en todas las lenguas, que muestran puntuaciones más altas
en las capacidades receptivas (enteder y leer) que en las productivas (hablar y
escribir)”, reza el informe, que advierte que todos estos datos sobre
competencia lingüística son “fruto de la autovaloración del propio alumnado” y
que, por tanto, “cuentan con un fuerte componente de subjetividad”. Es una
autovaloración, sin embargo, que año tras año corroboran las pruebas de
selectividad, en las que los alumnos de Cataluña sacan mejor nota de Lengua y
Literatura Castellana que de Lengua y Literatura Catalana. En los exámenes
realizados el pasado mes de junio, por ejemplo, la nota media de castellano fue
6,25 mientras que la de catalán fue 5,52.
En cualquier caso, el estudio del Consejo Superior de Evaluación del Sistema
Educativo no detecta en ninguno de los dos idiomas un porcentaje significativo
de estudiantes que digan tener un nivel bajo o muy bajo en alguna de las cuatro
capacidades evaluadas. Por eso las diferencias en el dominio de ambas lenguas
“no tienen tanto que ver con el segmento de estudiantes que se puntúa en el
nivel bajo o muy bajo, sino más bien con el hecho de que los que conocen bien
las dos lenguas se autovaloran con puntuaciones más altas en castellano que en
catalán”.
Entender
Catalán
Castellano
Hablar
Catalán
Leer
Castellano
Catalán
Escribir
Castellano
Catalán
Castellano
Muy bajo
2,4
2,2
2,9
2,5
2,7
2,9
2,9
3,1
Bajo
0,1
0,1
1,1
0,4
0,4
0,1
0,9
0,2
Intermedio
1,5
1,1
5,7
3,1
2,7
1,3
9,8
5,2
Alto
5,0
4,2
15,9
10,1
10,7
7,5
25,8
21,6
Muy alto
91,0
92,4
74,4
83,9
83,5
88,2
60,6
69,9
Otro dato del estudio corrobora este mejor conocimiento del castellano, y es que
los
estudiantes
catalanohablantes
se
ponen
mejor
nota
que
los
castellanohablantes en la lengua que no es la propia. Esto es, los
catalanohablantes valoran más sus conocimientos de castellano, mientras que
los castellanohablantes no puntúan tan bien sus conocimientos de catalán. Por
tanto, explica el informe, “la competencia del castellano es superior a la del
catalán porque, por un lado, el castellano está mejor valorado como primera
lengua por sus hablantes iniciales y también porque como segunda lengua
obtiene mejores puntuaciones que el catalán como segunda lengua de los
castellanohablantes”.
La lengua inicial del alumnado
La lengua inicial de los alumnos (la que hablaban de pequeños en casa) explica
en parte sus conocimientos lingüísticos, porque tanto los catalanohablantes
como los castellanohablantes iniciales se adjudican la máxima puntuación en el
conocimiento oral de ese idioma. La proporción de los estudiantes encuestados
que tienen el catalán como lengua inicial y los que tienen el castellano no difiere
demasiado. Los primeros son el 39,9%, y los segundos el 42,8%. Otro 14,1% de
alumnos dicen que de pequeños hablaban los dos idiomas indistintamente.
Sin embargo, la lengua inicial no siempre coincide con la lengua actualmente
hablada con los progenitores. Los que se relacionan en catalán con sus padres y
madres son el 34,4% (5,5 puntos menos) y los que lo hacen en castellano son el
44,6% (1,8 puntos más). También crece el porcentaje de alumnos que hablan
ambos idiomas con sus padres y madres, hasta casi el 18%. Estas variaciones —
que el estudio califica de “importantes”— se explican, en algunos casos, por el
hecho de que algunos estudiantes pasaban más tiempo de pequeños con sus
abuelos y otros familiares que con sus progenitores. En otros casos, se deben a
un cambio de la lengua hablada entre padres e hijos durante la infancia o la
preadolescencia.
Lo que parece claro, según el informe, es que los catalanohablantes iniciales son
mayoritariamente nacidos en Cataluña, hijos de universitarios, cuyas madres
trabajan a jornada completa y que viven en poblaciones medianas o pequeñas.
Además, están escolarizados en centros privados.
En estas escuelas hay más alumnos que de pequeños hablaban catalán que en
las públicas. Esa diferencia, sin embargo, no tiene ningún impacto en el
conocimiento que los estudiantes dicen tener del castellano y del catalán, ya que
“en cualquiera de las competencias, es el mismo entre el alumnado de escuelas
públicas que de privadas”. Por tanto, la titularidad del centro no es —
contrariamente a la lengua inicial— un factor que influya en la competencia
lingüística del alumnado respecto al castellano y el catalán.
Sí lo es el tamaño del municipio donde se ubica el centro en el que estudian: hay
un mayor dominio del catalán en las poblaciones de menos de 10.000
habitantes, y del castellano en aquellas que superan los 100.000. El nivel
educativo de los progenitores también está “claramente asociado” a la
competencia lingüística, pero sólo del catalán, dado que a mayor nivel
formativo de los padres y madres, mayor dominio del catalán.
Los usos lingüísticos en general
Algunas de estas variables influyen no sólo en el conocimiento que los
encuestados declaran tener de ambas lenguas, sino también en el uso general
que hacen de las mismas. Cuando se pregunta al alumnado de quince y
dieciséis años en qué medida suele usar el catalán, las respuestas dan como
resultado tres grupos “equilibrados”, dado que el conjunto de encuestados se
puede dividir en tres tercios: el 32,5% lo habla siempre o casi siempre, el 29,9%
lo habla tanto como el castellano y el 37,6% no lo habla nunca o casi nunca. Y
cuando se pregunta sobre el uso general del castellano, los grupos son casi
idénticos: el 32,4% lo habla siempre o casi siempre, el 29,7% lo utiliza tanto
como el catalán y el 37,9% no lo habla nunca o casi nunca. Por tanto, “el uso de
catalán y castellano son correlativos […] el alto uso del catalán está ligado al
bajo uso del castellano y, en consecuencia, el alto uso del castellano está ligado
al bajo uso del castellano”, afirma el estudio.
La lengua inicial de los estudiantes es la variable que más incidencia tiene en
estos resultados, dado que más del 95% de los catalanohablantes y del 90% de
los castellanohablantes dicen utilizar sólo o sobre todo la lengua que hablaban
de pequeños en casa. También influye el sexo, puesto que hay más chicos que
declaran que no hablan nunca o casi nunca el catalán y, en cambio, más chicas
que dicen hablarlo tanto como el castellano.
El lugar de nacimiento, tanto de los estudiantes com de sus padres, también
parece determinante. Hablan mucho más catalán los alumnos que han nacido
en Cataluña que los que proceden de otro lugar del Estado español o del
extranjero. De los que tienen al menos un progenitor nacido en Cataluña, casi la
mitad usan el catalán siempre o casi siempre, pero sólo son un 10% de los que
tienen al menos un progenitor nacido fuera. El uso del catalán también es
menor cuanto menos tiempo llevan en Cataluña los progenitores.
Aparte de su lugar de origen, la situación laboral y el nivel formativo de los
progenitores pueden asociarse al uso lingüístico del alumnado de cuarto de
ESO. Los estudiantes cuyas madres trabajan a jornada completan hacen mayor
uso del catalán. En cambio, entre los alumnos cuyas madres se dedican a tareas
domésticas son más numerosos los que dicen que no lo usan nunca. Asimismo,
hay más jóvenes que hablan catalán siempre o mucho cuando sus padres y
madres tienen estudios superiores, mientras que el perfil del alumnado que no
lo habla nunca se impone cuando los progenitores solamente tienen estudios
primarios.
El tamaño del municipio influye del mismo modo que lo hace con el
conocimiento de una y otra lengua. Así, el catalán predomina en los núcleos de
menos de 10.000 habitantes, mientras que el castellano se usa más en los que
superan los 100.000 habitantes.
El patrón también se repite respecto a la titularidad del centro. No tiene ningún
tipo de efecto en el conocimiento que el alumnado dice tener de las lenguas ni
tampoco lo tiene en el uso que hace de ellas, puesto que catalán y castellano se
utilizan “de forma muy similar” en las escuelas públicas y en las privadas, pese
a que en las últimas hay más catalanohablantes inciales.
Las lenguas en la escuela
Si bien no hay distinciones en el uso en general del catalán y del castellano entre
centros públicos y centros privados por parte del alumnado, sí las hay —al
margen de la titularidad— en las diferentes situaciones de la vida escolar. Hay
contextos en los que una lengua se usa mucho más que la otra, a veces con
proporciones bastante alejadas. De ahí que el estudio distinga entre “usos
catalanizados” y “usos castellanizados”.
En este apartado del informe no se pregunta a los alumnos qué lengua suelen
hablar, sino en qué medida se utiliza el catalán en su centro en distintos
contextos, tanto dentro como fuera del aula. Y cuando las preguntas hacen
referencia a momentos dentro del aula, éstas se enmarcan en las clases de
Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Educación Física, Educación Visual y
Plástica, Matemáticas, Música y Tecnología —se excluyen, por tanto, las
asignaturas lingüísticas—.
Las respuestas del alumnado revelan que el catalán es la lengua más utilizada
en todas las situaciones, excepto en una: la relación con las amistades (tanto de
la escuela como de fuera). En las demás, se utiliza de forma mayoritaria la
lengua catalana, pero con matices significativos.
Donde más presente está es en los libros de texto, los materiales preparados por
los docentes y las lecturas obligatorias. En estos casos, en torno al 90% del
alumnado dice que el catalán se utiliza siempre o mucho. El segundo mayor uso
del catalán se encuentra en los exámenes (el 86% los hace siempre o casi
siempre en esta lengua). Por tanto, como señala el estudio, los usos “altamente
catalanizados” son “receptivos”, no productivos.
Otro de los momentos con mayor presencia del catalán en las escuelas —“pero
no con la misma solidez” que los anteriores— corresponde a los trabajos en
grupo dentro del aula. El 74% de los encuestados hablan siempre o mucho en
catalán cuando los realizan. El propio estudio se sorprende de este elevado
porcentaje, teniendo en cuenta que “los usos entre iguales son los que
habitualmente tienen menos uso del catalán”, y lo atribuye al hecho de tratarse
“de una tarea escrita con objetivos académicos”.
Con un porcentaje casi idéntico, el profesorado protagoniza el siguiente
contexto con más uso del catalán, puesto que el 73,8% se dirige siempre o
mucho al grupo clase en catalán. Los docentes que lo utilizan poco o nunca
suman el 12,4%. Sin embargo, no se da una relación simétrica con el uso que el
alumnado hace cuando se dirige al profesorado. Hay casi un 10% menos de
estudiantes que hablan catalán con el profesorado dentro de clase (el 64,5%). Y
los que lo usan poco o nunca ascienden al 24,1%.
Fuera del aula, sucede algo parecido tanto con el profesorado en general como
con los tutores: en torno al 64% de los encuestados se dirigen a ellos en catalán,
pero más del 20% no lo hacen nunca o poco. Éstos algunos de los usos que el
estudio define como “más castellanizados”.
Pero otras dos situaciones fuera del aula reflejan todavía un menor uso del
catalán y, por tanto, mayor del castellano. La primera es la relación con el
personal de administración y servicios (PAS): la proporción de los estudiantes
que no hablan nunca o poco en catalán ronda el 34%. La segunda es la relación
con las amistades, el único caso en que los estudiantes que hablan siempre o
mucho en catalán no llegan ni al 40%. Más de la mitad de los alumnos, por
tanto, hablan poco o nunca en catalán con sus amigos. Y ello sucede tanto con
las amistades del centro como con las de fuera, y con porcentajes muy similares.
El alumnado
habla catalán…
Con el
profesorado
(en el aula)
Examen
Trabajo en
grupo (en el
Siempre
Mucho
Siempre
+mucho
Tanto
como
castellano
Poco
Nunca
Poco
+nunca
56
8,6
64,6
11,4
9,7
14,4
24,1
82,3
3,4
85,7
3,7
3,3
7,3
10,6
67,8
6,2
74,0
10,7
4,5
10,9
15,4
aula)
El profesor se
dirige a la clase
Libros de texto
Lecturas
obligatorias
Materiales
Actividades de
grupo en
tutorías
Actividades
complementaria
s
Con el
profesorado
(fuera del aula)
Con el tutor/a
(fuera del aula)
Con el PAS
Con las
amistades
(del centro)
Con las
amistades (de
fuera)
63,7
10,2
73,9
13,8
1,9
10,5
12,4
79,4
13,7
93,1
3,7
2,5
0,7
3,2
73,1
14,1
87,2
6,6
3,1
3,2
6,3
65,4
23,0
88,4
8,1
2,9
0,7
3,6
57,3
12,9
70,2
15,8
5,8
8,2
14
46,5
17,9
64,4
19,1
7,6
8,9
16,5
47,9
16,2
64,1
13,9
10,6
11,4
22,0
56,8
7,9
64,7
11,3
7,3
16,7
24,0
45,2
10,5
55,7
10,5
11,6
22,3
33,9
32,9
3,6
36,5
10,2
4,2
49,2
53,4
30,9
3,7
34,6
10,1
5,2
50,1
55,3
El estudio constata de nuevo la influencia de algunas variables en el uso que los
estudiantes declaran hacer del catalán y del castellano en la escuela. Por una
parte, se vuelve a dar un mayor uso de la lengua catalana en estos contextos de
la vida escolar en aquellas escuelas situadas en municipios de menos de 10.000
habitantes. Las diferencias se ponen sobre todo de manifiesto en las relaciones
con el profesorado y los tutores tanto dentro como fuera del aula y también con
el PAS. En estas situaciones, en los centros de las localidades más pequeñas el
uso del catalán dobla el que se hace en los que están situados en poblaciones de
más de 100.000 habitantes.
Por otra parte, esta vez sí se aprecian diferencias “significativas” en función de
la titularidad de los centros. Si bien el estudio no las detecta en el uso general
que los encuestados hacen del castellano y del catalán, éstas emergen cuando se
compara su frecuencia de uso en situaciones concretas dentro de la escuela. Por
ejemplo, los libros de texto y otros materiales didácticos se encuentran en
mayor proporción en catalán en las escuelas públicas. También en estos centros
el profesorado usa más esta lengua para dirigirse al grupo clase (67,2%) que en
los privados (59,2%) y el alumnado la habla más para hablar con los docentes
fuera del aula (el 51,3% en los públicos y el 43,8% en los privados). Por el
contrario, los estudiantes que siempre se relacionan en catalán con sus
amistades de dentro y de fuera del centro son más numerosos en las escuelas
privadas (en torno al 35%) que en las públicas (alrededor del 30%).
Convivencia de las lenguas
Pero el “factor esencial” para entender los usos lingüísticos del alumnado es la
lengua inicial, según el estudio. El análisis de esta variable permite advertir
algunas diferencias en los hábitos lingüísticos de catalanohablantes y de
castellanohablantes. Unos y otros usan sobre todo su primera lengua en la
escuela, pero los primeros lo hacen más en aquellos contextos más
“catalanizados”, y los segundos en los más “castellanizados”.
Así, los catalanohablantes se muestran más favorables a utilizar su lengua
inicial en los exámenes, en los trabajos en grupo, con el profesorado y con el
tutor —en todos estos casos, el porcentaje de estudiantes que declaran usar
siempre el catalán supera las medias recogidas en el cuadro anterior—. El
contexto en que usan menos su primera lengua es con las amistades —sólo el
66% habla siempre catalán—. Por su parte, los castellanohablantes utilizan más
su lengua inicial en las situaciones en que el castellano está más presente en
general, es decir, en las relaciones con las amistades: el 80% de ellos siempre
hablan en castellano con sus amigos de dentro y de fuera del ámbito escolar.
Pero en la mayoría de los contextos los castellanoparlantes que sólo hablan su
primera lengua no llegan al 50%, esto es, utilizan mayoritariamente el catalán.
Esto permite concluir, según el estudio, que “los dos grupos viven bien
relacionados en los mismos contextos” y en absoluto están “segregados”,
porque no se aprecia un uso alto del catalán en una situación y un uso alto del
castellano en la misma, sino que hay situaciones más catalanizadas —por
ejemplo, los trabajos en grupo—, en las que tanto catalanohablantes como
castellanohablantes hablan principalmente en catalán, y situaciones más
castellanizadas —como las amistades—, en las que también unos y otros se
decantan más por el castellano que en otros contextos.
Judith Casals
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