1 Cuál es el papel del Foro Social Mundial? (1) Artículo publicado en Alternativas. Revista de análisis y reflexión teológica Año 10 – núm.25 / Enero-Junio. Editorial Lascasiana. Managua, 2003, págs. 13 a 22 Cuál es el papel del Foro Social Mundial? (2) Gustavo Codas (3) El momento actual Estamos aún dentro del largo período de la dominación neoliberal. Pero, en una fase bastante peculiar del mismo, caracterizada por la crisis de su legitimidad y la búsqueda de alternativas. Dos dictaduras militares latino-americanas fueron pioneras en la implantación del neoliberalismo: la argentina (1976-1983) y la chilena (1973-1990). Había incluso una fuerte vinculación intelectual entre esos regímenes sanguinarios y los ideólogos históricos del neoliberalismo (F. Hayek, M. Friedman) a través de los “Chicago Boys” (4) que comandaron las áreas económicas de esos gobiernos. Pero, el empuje mundial de ese programa neoconservador vendría con su adopción por los principales países imperialistas, con destaque para los EEUU de Reagan y la Inglaterra de Thatcher desde inicio de los años 80. En los países dependientes el proyecto fue impuesto también con la presión ejercida a lo largo de la década de 80 por los organismos multilaterales al servicio del nuevo orden (FMI, BM, GATT/OMC, etc.) y gracias a la “conversión” que sus elites sufrieron abandonando rapidamente las veleidades de nacional-desarrollismo que había sido cultivado desde los años 50. El auge de esa dominación neoliberal fue a comienzos de la década de 90 cuando convergieron: (1) la máxima diseminación de la nueva receta a lo largo y ancho del planeta; (2) el derrumbe final del campo del “socialismo real”; (3) una conversión ideológica-política de considerables segmentos de la izquierda al liberalismo y al nuevo orden conservador internacional, y (4) el primer acto del gobierno norteamericano en el ejercicio de su poder imperial militar unilateral: la Guerra del Golfo. Es evidente que esta reconfiguración del mundo no se hizo sin resistencias por parte de los pueblos. Pero esas resistencias, hasta mediados de los 90, ocurrieron en momentos del ascenso del nuevo orden. De hecho, a inicios de esa década el ambiente político-intelectual del mundo era desolador. El historiador inglés Perry Anderson, de paso por Brasil en ese período, diagnosticó pesimista que nunca en la historia de la humanidad había habido tamaña hegemonía ideológica, con las mismas ideas conservadoras cubriendo todo el planeta, influyendo las políticas gubernamentales en practicamente todos los países del mundo. Y, sin embargo, es verdad, que un nuevo momento ya se antevía en el respaldo popular al levante indígena zapatista a inicios de 1994 o a la huelga general francesa de finales de 1995. Pero, las cosas solo iban a cambiar en una escala mundial a partir de la nueva fase abierta por la crisis financiera de los “tigres asiáticos” en 1997 (seguida por otras en Rusia y la bolsa de valores norteamericana en 1998, Brasil 1999 y en seguida Argentina, Turquía, las grandes corporaciones y la “nueva economía” norteamericanas). Efecto del alto grado de globalización financiera obtenido gracias a las medidas adoptadas para liberar a los capitales de las amarras estatales, las crisis financieras se sincronizaron por el mundo y con ellas el rechazo popular a las promesas no cumplidas por el nuevo orden y a los terribles efectos sobre la vida de la gente (desempleo, empleo precario, aumento de la exclusión social , destrucción de servicios públicos esenciales etc.). Movimientos que emergen 2 Seattle, en noviembre de 1999. Es una buena fecha para colocar el inicio de una nueva fase política porque allí se ponen en evidencia todos sus elementos.E inmediatamente se haría sentir por toda Europa y los países capitalistas dependientes. Se trata de convergencias de sectores muy diferentes (cultural, organizativa e ideológicamente) unidos en el rechazo al nuevo orden que fue impuesto: - Hay una nueva generación política, al lado de las antiguas generaciones. Las movilizaciones son integradas por gentes de los movimientos de “acción directa” al lado de sindicalistas, ecologistas al lado de feministas, militantes culturales al lado de movimientos populares urbanos etc. - La crisis política preliminar que afectó en el auge neoliberal a los principales aparatos partidarios del movimiento obrero antes dominantes (las corrientes socialdemócratas y las comunistas oriundas del estalinismo) no permitió que ese “movimiento de movimientos” sufriera sus hegemonismos. - La “desorganización programática” (5) de la izquierda a inicios de los 90 obligó a finales de la década a que se buscaran nuevas convergencias programáticas desde los movimientos. No era posible repetir las experiencias pasadas de unos tratar de imponer a los otros sus “programas listos para usar”. - La gran audiencia del zapatismo entre esos sectores y algunas trágicas experiencias de “gobiernos progresistas” alimentaron la desconfianza en relación al poder estatal y en relación a los que, por toda estrategia, solo piensan en hacerse de él. Ese gran cauce de la contestación popular juntó trayectorias diferentes que podemos esquematicamente designar como venidas dos grandes vertientes. Por un lado, los movimientos que crecieron y se fortalecieron en las calles, en las movilizaciones. Aunque no se autodesignan como tales, son compuestos mayoritariamente por jóvenes. Por el otro, las organizaciones (sobretodo ONGs y centrales sindicales) venidas de los frustrantes intentos de “incidir” sobre organismos de la ONU (sus conferencias) y las demás instituciones multilaterales. No hay fronteras rígidas entre ambas vertientes, pero sí implican dinámicas políticas bastante diferentes. El lugar del FSM Varios otros “foros” fueron realizados antes de enero 2001 en Porto Alegre, cuando se realizó el primer Foro Social Mundial. Incluso en ese mismo mês del año anterior en Suiza diversas organizaciones y movimientos realizaron “el otro Davos” (6) en explícita contraposición al Foro Económico Mundial (tal como lo haría después el FSM). Mayor repercusión aún tuvo el Encuentro Intergaláctico realizado años antes a convocación de los zapatistas en México. Reconociendo esa pluralidad, incluso el FSM no se pretende la “única” respuesta, ni mucho menos. Pero, la fuerza de Porto Alegre vino de una peculiar convergencia de factores en enero de 2001: - En el comité organizador brasilero del FSM de Porto Alegre estaban representadas algunas de las organizaciones brasileras que son referencia para los movimientos a nivel internacional. El MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra) para los de acción directa, los nuevos movimientos sociales más radicales y los cristianos de la Teología de la Liberación. La CUT para el movimiento sindical – tanto los sectores radicales como los grandes sindicatos de los países capitalistas centrales. La ABONG (Asociación Brasilera de ONGs) para las redes de ONGs críticas. La Comisión Brasilera de Justicia y Paz (CBJP) de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) para los sectores cristianos progresistas. Así, ese comité sintetizaba una convergencia de sensibilidades políticas diversas, sirviendo también de referencia a nivel internacional. - Porto Alegre fue elegida por la fuerte presencia de movimientos sociales, la gran densidad que allí tiene la izquierda organizada en partidos y por la experiencia de intentar ensanchar la democracia hacia formas de democracia participativa y directa. - Hubo apoyo financiero y de infraestructura de los gobiernos municipal y del Estado de Rio 3 Grande do Sul, ambos del PT, pero tanto el alcalde Raul Pont (7) como el gobernador Olivio Dutra no hicieron ninguna exigencia desde el punto de vista del programa que debería desarrollarse y de los temas que debían ser discutidos. Varios de los asuntos abordados lo fueron en abierta polémica con las posiciones de ese partido, sin que hubiera ninguna interferencia por parte de su dirección ni mucho menos intentos de “hegemonismos” por su parte. El que la dirección del PT en ese estado y en su capital cuente con mayoría de sectores políticos que a nivel nacional son minoritarios y “a la izquierda” del partido ayudó evidentemente para ese resultado. - Había clareza por parte de las/os organizadoras/es que el FSM o sería “espejo” del movimiento o no tendría éxito. Debería tratar de “alimentarse” de los movimientos existentes, dar visibilidad a las campañas en curso, debatir los temas que estaban en la agenda de las redes más activas etc. En esa perspectiva el FSM también ha sabido recoger que la “legitimidad” de la lucha contra la globalización emana sobretodo, aunque no exclusivamente, de los movimientos sociales de base, de movilización callejera, de oposición a la globalización neoliberal (o “por justicia global” como le llaman en los EEUU), más que de la vertiente que proviene de las frustraciones de la “incidencia” sobre la ONU y el Banco Mundial (8). Este reconocimiento, “en los hechos”, ha sido importante porque los actores de la segunda vertiente se hacen representar más facilmente ya que son organizaciones de tipo tradicional, mientras que los primeros muchas vezes tienen alcance apenas local, se pautan por prácticas horizontalistas, algunos se niegan a procesos de representación formal, son dispersos etc. Y, sin embargo, el éxito del FSM depende de conseguir aglutinar en un sólo espacio a todas las vertientes críticas a la globalización neoliberal. - Pero, si se hubiera quedado en ser “espejo”, sería una actitud meramente “parasitaria”: el FSM debería ayudar a promover articulaciones, convergencias de campañas, intercambios de información y debates entre movimientos y regiones etc. Pero, el FSM no es la organización internacional de los movimientos que luchan contra la globalización neoliberal, por lo menos no como se entiende el concepto de “organización” que nos viene de las anteriores y actuales “organizaciones internacionales” del movimiento obrero. De esa comprensión surgió la formulación de que el FSM es (y debe ser) un “espacio” de convergencias de esos movimientos. Y que su “metodología” debe ayudar a que aquellos movimientos y organizaciones que así lo quisieran se pudieran articular entre sí. El FSM no adopta resoluciones, pero estimula a que sus participantes las adopten de acuerdo con sus prioridades y en las articulaciones internacionales que decidan (9). - Finalmente, el FSM surge en una fase de crisis de legitimidad de las recetas neoliberales. No obstante, eso no significa que el período histórico abierto por el neoliberalismo a inicios de los 80 se haya cerrado. Lo que sí hay de nuevo es que en ese contexto se profundiza la búsqueda de alternativas, proceso que tiene su foco en los sectores populares. Concientes de esa situación las fuerzas políticas conservadoras han reconocido también que sus recetas entraron en crisis, pero lo hacen para tratar de “reformarlas” apenas, para “agregarle una dimensión social” a las mismas políticas etc. anulando una perspectiva de alternativas reales. Esa orientación está clara en el Banco Mundial, el FMI, etc. El FSM ha sido llamado insistentemente por el Foro Económico Mundial de Davos y por el BM para debatir los “puntos en común” y para construir una “agenda común” etc. Fue la negativa del FSM a sumarse a esa coreografía cínica de los dueños del poder mundial la que preservó la fuerza moral del FSM en el escenario internacional. Algunos elementos de balance El balance de la trayectoria que viene desde el FSM 2001 al FSM 2003 nos apunta algunas cuestiones que debemos profundizar. - Hay grandes diferencias entre regiones/continentes. Hay dificultades de “sintonizarlas”, hay ritmos diferentes y percepciones distintas de los desafíos y problemas prioritarios. La efectiva “mundialización” del FSM ha pasado hasta ahora por su regionalización. Pero, cada vez más se impone un efectivo diálogo desde abajo entre oriente y occidente, entre norte y sur, etc. Fue sumamente importante el proceso de regionalización acontecido en 2002, ya que consiguió 4 explorar nuevas potencialidades (particularmente en Europa y Asia). Pero será la realización del FSM 2004 en la India el primer gran test de la efectiva capacidad de internacionalización de las agendas, las perspectivas, las campañas etc. Éste es el proceso que está en curso. - La cuestión de la participación de los partidos políticos y de los dirigentes partidarios o gubernamentales en el FSM se ha planteado desde 2001 y la polémica en torno a la misma se ha acentuado año a año. Es un asunto en el cual no debemos tener posiciones absolutas. No es verdad que el debate sólo se “politiza” si están los partidos. Hay una crisis generalizada de los partidos políticos progresistas y de izquierda en el mundo. En buena parte de ellos no sobraron más que intenciones electoralistas. Dar centralidad en el FSM a debates en torno a los ejes de la “viabilidad electoral” y la “gobernabilidad” sería anular ese espacio. Por otro lado, es claro que deseamos que las izquierdas partidarias se realimenten a partir de las energías, de las agendas, de las nuevas culturas de los movimientos sociales. Al mismo tiempo, es cierto que creemos importante que las campañas de estos movimientos sociales sean cuestionadas a la luz de una discusión estratégica más general – lo que involucra también la cuestión del poder político en las sociedades. Todo eso nos conduce a la conclusión de que el eje debe estar en los movimientos y el FSM debe preservar eso definiendose como espacio de los mismos, donde partidos y gobernantes pueden ser observadores, invitados, participantes en debates de controversias etc. Pero, el protagonismo debe continuar siendo de los movimientos. - El FSM Europeu 2002 trajo inovaciones importantes y positivas para la experiencia del FSM. Al construir el proceso desde los movimientos y campañas le dió al evento un carácter más militante, sin no entanto excluir ni secundarizar a los sectores y organizaciones menos vinculados a las movilizaciones callejeras. Para tanto el FSM Europeu utilizó un método de construcción basado en plenarias abiertas periódicas que pasaron por varias ciudades y regiones de ese continente, atrayendo siempre a nuevas organizaciones, recogiendo sus propuestas etc (10). Esto que para algunos puede ser muy “improductivo” y “anárquico” se reveló, al contrario, muy “eficiente” desde aquello que el FSM busca: la más amplia participación (consiguiendo incorporar incluso a aquellos movimientos que por sus características no se hacen representar a nivel internacional, continental o nacional). Es lo que un compañero de Via Campesina designó como “valor positivo de nuestro método ineficiente”. Y es que, como en este mundo “las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante”, muchas vezes usamos como criterio de “eficiencia” los criterios construidos para el mundo que estamos justamente estamos queriendo combatir y superar. - La trayectoria de los movimientos de lucha contra la globalización es de ascenso. Eso estuvo amenazado por algun tiempo cuando el 11 de setiembre de 2001 dió munición a las fuerzas conservadoras (con el gobierno Bush a la cabeza) para tratar de “encuadrar” a los movimientos. Pero fue la misma estrategia norteamericana que acabó realimentando ese movimiento al darle una “segunda pierna”: la lucha contra la militarización y la guerra (dos ejes que organizan la estrategia del unilateralismo del imperialismo norteamericano). Esta segunda dimensión tuvo un desempeño impresionante el 15 de febrero de 2003 y en las semanas siguientes (en una dinámica que fue iniciada en el FSM Europeo en Florencia, septiembre de 2002 y reforzada en el FSM 2003, en Porto Alegre, enero 2003). La articulación de los movimientos sociales El FSM es un “espacio” de convergencias. Pero esas convergencias hay que trabajarlas y concretarlas. Con esa perspectiva es que varias organizaciones (la CUT y el MST entre ellas) debatieron la posibilidad y necesidad de convocar una asembleia de movimientos sociales ya en el FSM 2001, dentro del Foro. Desde su primera edición la asamblea ha aprobado declaraciones políticas que incluyen una caracterización de la coyuntura mundial y una agenda de movilizaciones internacional. Así ha generado un marco común de relaciones entre movimientos diversos de las más diferentes regiones (11). Ya en la segunda asamblea (2002) se percibió la necesidad de que se avanzara más allá de las reuniones anuales durante los FSM internacionales. Así se propuso y concretó la creación de formas de contacto más cotidiano entre todos los movimientos que adhieren a ese proceso. En la asamblea de 2003 quedó muy claro que la gente quiere un nivel mayor de articulación pero 5 no desea engendrar una (supuesta) “dirección internacional” de los movimientos sociales. Nuevamente aquí [como en el caso del FSM como un todo] la cuestión del “método” es fundamental y viene precedida de una necesaria comprensión política de lo que es el “movimiento de los movimientos” y sus tareas actuales. Lo que se pretende es “potenciar” las campañas en curso o auxiliar a su gestación. Pero no hay intención de “centralizarlas” o definir “un programa político” de las mismas. Se quiere facilitar la coordinación, no imponer lineas. Ese es el camino para fortalecer el proceso que viene de Seattle, que está creciendo en las calles y que demostró impresionante vigor en la lucha contra la guerra. El papel histórico del FSM Los medios de comunicación masivos y otros voceros del actual orden mundial primero trataron de ignorar al FSM, después se dividieron entre buscar “cooptarlo” para una “agenda común” o decir que en verdad sería una especie de “happening” de la izquierda mundial sin mayores consecuencias. Para evaluar el papel del FSM hay que insertarlo en el contexto en que surgió. Echando una mirada histórica podemos recurrir a una metáfora. Es como si en las dos últimas décadas el mundo hubiera sufrido una deforestación ideológica de tremendas consecuencias en términos de contaminación ambiental en lo que hace a los valores vigentes en la humanidad. Cuando los poderes del capital talaron la solidaridad en nuestras sociedades (atacando el estado de bienestar, los sindicatos etc.), el individualismo, el consumismo y todos los valores presentes en el “pensamiento único” se instalaron como nubes de polución que contaminaron a todos en nuestras sociedades. Como ocurre en la naturaleza, también en las sociedades la reversión de ese tipo de destrucción no ocurre de un día a otro. La primera y principal tarea del FSM es justamente la de ayudar a cambiar el clima ideológico mundial nuevamente. La reforestación de ideas y valores basados en la solidaridad debe así ser su principal contribución. Para tanto debe ayudar a reagrupar en un mismo “espacio” a quienes están por la recuperación del medio ambiente ideológico. Es una tarea lenta y talvez menos “inmediata” y “heroica” de lo que muchas veces pensamos deberían ser las respuestas necesarias a la globalización neoliberal y a la guerra, además no se coloca en contraposición a esos intentos. Pero es un paso necesario para retomar la iniciativa, recolocando para la humanidad horizontes que la alejen de la barbarie con que el actual orden mundial amenaza. NOTAS: 1 y 2 - Este texto sistematiza algunos de los puntos desarrollados en una exposición realizada al grupo Indoamérica en Porto Alégre, vísperas del III Foro Social Mundial, enero, 2003. 3 - Asesor de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CUT (Central Única de los Trabajadores) de Brasil y miembro adjunto por la CUT en el Comité Organizador de los FSM de 2001, 2002 y 2003 de Porto Alegre. 4 - Así eran conocidos los economistas egresados de la Universidad de Chicago, centro del pensamiento económico conservador. 5 - Para usar un concepto trabajado por pensadores como Daniel Bensaid (Francia) y Miguel Romero (Estado español) al referirse a los debates dentro de las izquierdas a inicios de la década de 90. 6 - Esa iniciativa fue animada por François Hourtart (Bélgica), del Foro Mundial de las Alternativas, que después tendría destacado papel en el FSM de Porto Alegre. 7 - En enero de 2001 substituido en el cargo por Tarso Genro, también del PT. 8 - En relación a esas experiencias, la organización ETC Group [www.etcgroup.org/]ha lanzado una crítica y simpática campaña de “liberten a la sociedad civil de las conferencias de la ONU”. 9 - Los resultados de los encuentros que tuvieron lugar dentro del FSM 2003 están en el sitio www.forumsocialmundial.org.br 10 - Somos concientes, sin embargo, que no es posible simplemente reproducir ese modelo a 6 nivel mundial o de los otros continentes por cuestiones prácticas (las distancias y los costos mayores serían barreras intransponibles). 11- Más informaciones sobre la red mundial de movimientos sociales creada en esas asambleas durante los FSM ver el sitio www.movsoc.org.