Ver documento pdf La nueva Universidad

Anuncio
Publicado en la edición del lunes 15 de Mayo de 2006 de Heraldo de Aragón
La firma | Si queremos que la Universidad de Zaragoza esté entre ellas,
queda un arduo trabajo de planificación y elección de unos pocos
posgrados en cada una de las grandes divisiones de conocimiento que
perfilen su imagen hacia el exterior. Rafael Navarro Linares
La nueva Universidad
”Las enseñanzas de posgrado son válidas una a una, pero sin la
proyección de conjunto y de imagen que deben tener estas
enseñanzas”
En la actualidad, la movilidad de los estudiantes universitarios españoles
entre Comunidades Autónomas (CC AA) es reducida. Un 9% declaran domicilios
familiares en CC AA distintas de donde estudian y, estudiantes Erasmus aparte,
sólo un 1,5% del total son extranjeros. Extrapolando esta situación, el mercado
de las nuevas enseñanzas de grado, que heredarán estas tendencias, en la
mayoría de las universidades españolas será local y, probablemente, abarcará su
Comunidad Autónoma o provincia y, como mucho, sus vecinas.
Frente a este comportamiento de entorno local, el 20% de los estudiantes
de doctorado son extranjeros y se puede intuir que más de un tercio tienen
domicilios familiares fuera de la CC AA en la que estudian. Con hipótesis
conservadoras se puede pensar, que en un futuro inmediato, la parte
relativamente más importante de la movilidad de estudiantes corresponderá a
este nivel de la enseñanza universitaria y por lo tanto se dará en los nuevos
estudios de posgrado: i.e., en los estudios de master y de doctorado.
En Europa, la reducción del porcentaje de población que sigue estudios
universitarios y el cambio de preferencias de los estudiantes está haciendo que,
en algunas profesiones de alta demanda, el número de egresados sea
insuficiente para la reposición generacional o no tenga el crecimiento necesario
para satisfacer la demanda laboral. Esa reducción ya ha comenzado en España,
que seguimos la misma senda que recorrieron los países europeos más
avanzados, con unos pocos años de retraso. La constatación de este déficit de
profesionales estuvo en el origen de protocolo de Bolonia para, desde una acción
coordinada, mejorar la competitividad y transparencia del sistema universitario
europeo que favoreciera la captación de estudiantes, frente a otros sistemas
como los de EE UU o Japón. Sin duda, la captación más favorable es la de
estudiantes de posgrado.
Por todas estas razones, las universidades españolas deberán perfilar su
imagen en la oferta de los nuevos programas oficiales de posgrado. Imagen que
debe ser precisa, universal y competitiva en su mercado natural, español y
europeo, pero con singular atención al mercado latino-americano, cuyos
graduados se dirige mayoritariamente hacia EE UU.
La organización de las nuevas enseñanzas oficiales de posgrado, aunque
debe hacerse junto con las de grado, tiene suficiente flexibilidad para que cada
universidad pueda ofertar docencia en los campos que desee y permitan sus
gobiernos autónomos. Sin embargo, no se pueden diseñar éstas para captar de
forma oportunista o mimética demandas y modas sociales o políticas locales y
momentáneas. Para esto están los títulos propios de las universidades, que no
tienen carácter oficial pero permiten formar especialistas en temas muy
concretos, normalmente con demanda laboral apreciable.
Las enseñanzas oficiales de posgrado deben ser proyectos de larga vida,
preferentemente multidisciplinares, y flexibles que permitan consolidar
actividades docentes e investigadoras y que tengan una imagen precisa,
identificada con la calidad. Que la elección de las universidades se haga en las
áreas de mayor demanda social, en los campos en que tengan mayor experiencia
docente e investigadora y en los nichos en que esté mejor preparada para
competir serán las claves del éxito.
En Octubre empezarán las primeras 21 enseñanzas de posgrado de la
Universidad de Zaragoza aprobadas por el Gobierno de Aragón. Se perdió la
oportunidad de planificar desde su origen este proceso y el resultado es una
suma de iniciativas individuales, válidas una a una, pero sin la proyección de
conjunto y de imagen que deben tener estas enseñanzas.
La previsible competencia en el mercado europeo y latino-americano entre
posgrados oficiales de distintas universidades elevará las exigencias de calidad
en contenidos, profesores e instalaciones. Este reto obligará a las universidades
que quieran estar en primera fila, a apostar por un número reducido de
programas que les servirán de imagen externa de referencia. Si queremos que la
Universidad de Zaragoza esté entre ellas, queda un arduo trabajo de
planificación y elección de unos pocos posgrados en cada una de las grandes
divisiones de conocimiento que perfilen su imagen hacia el exterior.
Rafael Navarro Linares, es director del Centro Politécnico Superior
Descargar