Cualidades del buen orador

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EL ORADOR Y SUS CUALIDADES
INTRODUCCION
EN ESTE TRABAJO SE VERA ACERCA DE LAS APTITUDES DEL ORADOR, LOS PUNTOS MÁS
IMPORTANTES DEL ORADOR, COMO ES QUE SE DESEMPEÑA DENTRO DE LAS
CARACTERISTICAS Y TAMBIEN VEREMOS COMO SE CARACTERIZAN.
EL ORADOR Y SUS CUALIDADES
En este tema el autor nos habla que todos los hombres tenemos en mayor o menor grado la facultad de
persuadir, y sin embargo, no todos somos elocuentes. Se llama elocuente a la persona que al hablar tiene la
facultad de deleitar y persuadir usando la palabra elegante, eficaz y persuasiva. Indudablemente hay personas
que nacieron con el don, pero no lograron desarrollarlo porque les faltó cultivar esa cualidad al estudiar las
reglas de oratoria. No es un buen orador el que teniendo dotes naturales maravillosas no sabe aplicar las reglas
de oratoria, son buenas esas dotes pero perfeccionadas con el estudio de la retórica son mejores.
Un buen orador es el hombre naturalmente elocuente que ha perfeccionado esas dotes con el estudio y el
ejercicio. Es conveniente tratar acerca de las cualidades que son útiles y necesarias en el desempeño de tan
privilegiada actividad.
Las palabras bien pronunciadas, el gesto metódicamente estudiado, el ademán perfectamente calculado, la
entonación, las pausas y la dicción rítmicamente balanceadas causan mejor impresión que las palabras
balbuceadas las poses desaliñadas y una voz sin ritmo y sin gracia.
Una regla muy valiosa para practicar la oratoria, es pronunciar un trozo literario compuesto por uno mismo.
También es muy práctico proponerse un plan sencillo acerca de un tema; se divide en tres puntos o más, se
desarrolla cada uno de ellos y se unen del otro, para concluir con una proposición que ha de ser la tesis del
discurso; este trabajo es parecido al de la investigación.
La investigación consiste en aplicar la inteligencia a la compresión de una exacta realidad, penetrando y
arrancando su secreto. El tema escogido distribuido en puntos se plantea en un esquema para que su
concreción sea más fácil, y al mismo tiempo ver que el segundo punto en consecuencia del primero y ala vez
el tercero dimane del segundo, para que al final la conclusión sea el resultado lógico de los puntos anteriores.
ACTITUDES DEL ORADOR
Todo esto a que el orador ha de adoptar ciertas actitudes que le son necesarias para cumplir con su función
social se debe ejercer en bien de la comunidad.
El orador, por simple hecho de pronunciar un discurso en el que desarrolla un tema, está ejerciendo la
nobilísima profesión de instruir. La función social de todo comunicador docente es instruir pronunciando
discursos didácticos. El verdadero orador se dirige a un auditorio heterogéneo, no solo a un grupo de personas
que pertenecen a un mismo nivel, sino que está capacitado para hablar a un grupo complejo de perosnas de
distinta índole; hombres, mujeres, jóvenes, estudiantes, obreros, empleados, profesionales, ricos, pobres,
políticos, burgueses, burócratas o aristócratas. Un orador que escogiera su público o su auditorio no sería un
auténtico orador.
CUALIDADES MORALES
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De las cualidades que mejor cuadran al orador, está la probidad. Hombre probo no solo el que goza buena
fama, sino que además no tiene maldad de que lo acusen es un hombre íntegro. Marco Fabio Quintilliano en
su obra Instituciones Oratorias sienta como base de la oratoria formar al hombre probo y hacerlo diestro en el
arte de hablar.
El orador debe proceder, por consiguiente, con la verdad para no defraudar a su auditorio, ya que la primera
virtud del orador es veraz. Si la pieza oratoria trata un tema científico, debe prevalecer en todo el discurso la
verdad. Si el tema es moral, con mayor razón debe enaltecer en todo el discurso la verdad. Si el tema es moral,
con mayor razón, debe enaltecer la virtud de la que debe tener claros conceptos.
Dadas las circunstancias actuales en que se encuentra el mundo, cualquiera pensaría que nadie tiene deseos de
ser bueno, y no es así, en medio de sus flaquezas humanas. Si el orador se acomoda al auditorio cosecha muy
buenos resultados; para contrarrestar al vicio. La virtud no es innata, se adquiere mediante el ejercicio serio y
duradero de acciones buenas. La virtud es permanente, pero si se le frena, entonces se corre el riesgo de caer
en lo opuesto, el vicio. Las virtudes se dividen en dos clases: Virtudes del entendimiento y Virtudes de la
voluntad.
VIRTUDES DEL ENTENDIMIENTO O DIANETICAS
Perfeccionan al hombre en relación con el conocimiento de la verdad. Respecto a la verdad especulativa las
virtudes del entendimiento son: la inteligencia o habilidad para juzgar; la sabiduría o capacidad para alcanzar
hasta los últimos fundamentos de la verdad.
VIRTUDES DE LA VOLUNTAD
Entre éstas se destaca la prudencia, que en la disposición y el ánimo resuelto con que se debe de actuar para
resolver con rectitud los casos más difíciles. Las virtudes intelectuales por si solas, no hacen al hombre
moralmente bueno, a excepción de la prudencia.
La esencia de las virtudes morales de la voluntad consiste en una disposición permanente y firme de la
voluntad para seguir lo que la razón le presente como justo. La virtud en sentido estricto confiere al hombre
bondad moral y perfección. Las virtudes de la voluntad están íntimamente entrelazadas entre sí y forman un
conjunto cerrado. La virtud no significa carencia de pasiones, pues éstas no le son contrarias si la prudencia
las mantiene dentro de los límites pertinentes y las coloca en un lugar justo.
CUALIDADES INTELECTUALES
El orador ha de poseer una inteligencia clara y penetrante para ahondar en los asuntos trascendentales; su
agudeza de ingenio le permite ver en visión panorámica todos los aspectos de un tema para poder
desarrollarlos en toda su amplitud para que cuantas veces se le solicite la aclaración de una duda pueda
hacerlo con erudición y clarividencia. Ayuda mucho al orador tener imaginación para encarar con imágenes
sensibles ideas totalmente abstractas; es pintar con pinceladas magistrales conceptos espirituales propio de un
maestro, lo cual no es fácil, pues requiere una destreza intelectual extraordinaria, capacidad de retención para
recordad todos los datos que son necesarios para exponer con fluidez un tema.
CUALIDADES FISICAS
No basta ser elocuente para persuadir, ni las cualidades morales son suficientes para convencer; a veces la
buena presentación es de un gran valor como complemento en el aspecto integral del orador. El orador ha de
estar dotado de un timbre de voz sonora, lo cual produce un buen efecto. Los oradores que declaman tendrán
siempre atento a su auditorio.
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DIVERSAS CLASES DE ORATORIA
La oratoria es todo un arte y una de las artes liberales, llamadas así porque en ellas se pone en ejercicio la
inteligencia; pues en la oratoria interviene en gran parte la inteligencia; en la que tanto el orador como el
auditorio la aplican, la oratoria se divide en: oratoria sagrada, oratoria académica y oratoria social.
ORATORIA SAGRADA
Es la que usan los ministros de la iglesia católica, según el mandato que recibió la iglesia de Jesucristo su
fundador.
El orador sagrado o predicador pretende convencer para convertir a la fe en Cristo a los que aún no están
bautizados, para lograr su objetivo apoya su discurso en la Biblia, en el testimonio de los santos padres de la
iglesia, el orador sagrado también está versado en teología, filosofía, historia de la iglesia y otras materias.
Por su estructura, la oratoria sagrada recibe el nombre de: homilía, sermones dogmáticos, sermones morales,
discursos apologéticos.
ORATORIA ACADEMICA
Tiene por objeto la exposición de temas de calidad; exige en el orador un lenguaje académico. El discurso
académico se distingue por la ordenación exacta de las ideas, pureza en los vocablos, elegancia y armonía en
las frases. En este estilo se observan rigurosamente las normas clásicas. Esta oratoria se divide en dos clases:
Oratoria literaria y oratoria científica.
ORATORIA SOCIAL
Hay momentos solemnes en la vida en que se requiere que alguien tome la palabra para sellar con un discurso
un acontecimiento que será histórico.
UBICACIÓN Y ASUNTO
En la vida social es muy frecuente la improvisación; suele acontecer que en cualquier momento alguien debe
tomar la palabra y nadie está preparado para pronunciar un discurso, y la persona idónea en estos casos es el
profesional, doctor, licenciado, profesor o arquitecto; éstas son las personas a las que generalmente se les pone
en la mira, si alguna otra persona ya está advertida porque ha sido seleccionada, no hay dificultad, debe
haberse preparado. Todos estos detalles pueden servir al orador de estribo para empezar con palabras
introductorias que pueden ser:
• De agradecimiento a los maestros por haber volcado sus conocimientos en las mentes juveniles.
• De elogio la instituto, universidad o colegio, por haber sido los canales que vertieron ese caudal de ciencia
y cultura en los alumnos egresados.
• De felicitación a los graduados porque después de muchas horas de estudio e investigación científica o
tecnológica en bibliotecas o laboratorios, horas de esmero, entrega y esfuerzo, etc. Puede cerrarse el
discurso con una recopilación de todas estas ideas con alguna recomendación, deseándoles augurios de
éxito.
• De felicitación a los padres de los graduados, para quienes van las mejores alabanzas porque con su apoyo
moral y económico, sabías orientaciones y consejos, supieron motivar a sus hijos para que lograran la gran
satisfacción de verlos graduados.
Muy distintas son las circunstancias que rodean cualquier acontecimiento memorable; distinto debe ser por
consiguiente el discurso, aunque la estructura sea la misma. Distinta será la forma y el fondo si la reunión no
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es de graduación, sino de inauguración de una empresa, una fábrica, un negocio, un comercio, una boda, unos
quince años, un onomástico o un nombramiento para un cargo de funcionario.
EL ORADOR Y SU AUDITORIO
Fácil es predecir que habrá un verdadero triunfo, si hay una relación cordial entre orador y auditorio,, como la
que con frecuencia se va entre arista y espectador. El comunicador vierte su caudal de cultura sobre el
auditorio que lo admira. El artista vierte su caudal artístico sobre su público que lo aplaude. La diferencia
entre orador y artista está en que mientras el artista divierte, el orador instruye. Dice un autor que hay un gran
desacierto al dedicar muchas horas para preparar un discurso y no preocuparse por el auditorio.
El orador consciente de su papel, despierta en el auditorio un interés acerca del tema que tratará; algunas
veces desconocido, pero trascendental por su importancia; procura examinar antes de iniciar, el nivel cultural
de su público para adaptar su estilo. Cuida que su mensaje sea nítido, veraz y sus complicaciones; si llegara a
descubrir que para la mayoría el tema es novedoso o totalmente desconocido, su léxico debe ser distinto,
llenándolo de anécdotas, comparaciones, hipotiposis en los conceptos oscuros que aclaran la idea; si ha
detectado que en el ambiente hay errores y prejuicios, antes tendrá que desbaratar infundíos; lo cual implica
una preparación completa y esmerada hasta agotar recursos para conocer totalmente el asunto, a fin de tener a
la mano los argumentos firmes para rebatir las posibles objeciones que pudieran argüir sus adversarios.
Cuando el comunicador tenga que presentar una tesis, el discurso servirá para confirmar su teoría. Si el
objetivo es calmar los ánimos excitados en un ambiente hostil entre partidos divergentes, hay conflictos
intergremiales o el tema es de opiniones disparadas, el asunto se complica, entonces el orador tendrá que ser
neutral.
Cuando tenga que entrar en contacto con el auditorio, llegado el momento de contestar preguntas, el orador
deberá estar dispuesto a responder de la mejor manera y no perder de vista que el público lo considera
autoridad en la materia y por lo mismo exige de él amplia cultura y erudición completa.
Hablar de comunicación de altura implica saber escoger el tema; una vez que el expositor ha escogido el tema
deberá elaborar un esquema en el que fije los distintos puntos que piensa desarrollar. Nada tan práctico, de
consecuencias laudables y aconsejables a todo aquel que se dedique al arte de la comunicación y desee
obtener buenos resultados que elaborar un esquema.
Un esquema es una guía que ayuda mucho a centrar ideas y seguir un camino seguro para no perderse; es una
rúa que conduce al objetivo propuesto sin equivocación.
El tema debe responder a las interrogaciones que y como o pensar que y pensar como; pues el que es el asunto
o idea que piensa desarrollar en la disertación; el como es el camino que llevara el asunto, es el proceso en el
desarrollo. Si el que es un asunto nuevo, el expositor ha de presentar la novedad con expresiones que indiquen
lo novedoso del tema. La novedad envuelta en frases de misterio suele causar mayor impresión y atrae la
atención. Si la exposición a que se refiere el tema es discutible, el expositor habrá de proponer las tendencias
divergentes, aduciendo pruebas en apoyo de la opinión que defiende. Si hay prejuicios acerca del tema, es
preferible, como dice el dicho, tomar al toro por los cuernos, es decir, cuando el comunicador tiene la
seguridad de que podrá desbaratar infundios.
Hay temas que por su estructura ofrecen grados de dificultad y en su enunciación requiere un determinado
modo de exponerse; por la manera de presentarse se adivina cual es la postura del expositor. Es importante
que el expositor cuide de no apartare de la ruta y conservar siempre la línea, pues una desviación puede
hacerlo rodar.
Una de las cualidades del orador es su estilo; lo que se dijo al hablar de los estilos en general, tratándose del
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orador tiene su aplicación especial.
Se han elaborado diversas definiciones del estilo, lo que quiere decir que hay diferentes maneras de concebir
la idea. Existen distintos modos de expresar palabras y por lo mismo, otros estilos, y esto es cierto, pues
comparados el estilo de escribir de Miguel de Unamuno se notará que es muy distinto al de Octavio Paz; así
como no se puede confundir el estilo de León Felipe con el de Pablo Neruda.
Los estilos de los oradores también son diferentes. El grado académico del comunicador, el auditorio, el tema
y el grado de cultura del auditorio determinan su estilo. Entre los estilos de los oradores se pueden enumerar
los siguientes: telegráfico, lacónico, concreto, romántico y poético.
Indudablemente existen diversos modelos de discursos, exposiciones, disertaciones o conferencias; fueron
famosas las conferencias del P. Lacordaire en la Catedral de Nuestra Señora de París, donde lo más ganado de
la sociedad parisina se daba cita.
CONCLUSIONES
DENTRO DEL CONTENIDO DEL TRABAJO SE VIERON COSAS INTERESANTES DEL ORADOR,
LAS CARACTERISITICAS QUE TIENE ESTE MISMO Y COMO DESEMPEÑAN SU TRABAJO,
TAMBIEN QUIERO APROVECHAR DENTRO DE ESTA CONCLUSIÓN PARA DECIRLE A LA
PROFESORA DELFINA QUE FUE MUY UTIL SU MATERIA PORQUE EN CIERTA FORMA NOS
FALTABA AL MENOS MEJORAR LA LETRA, LA ORTOGRAFIA NO TODOS TENIAMOS MUY
BUENA ORTOGRAFIA, Y SOBRE TODO LE DESEO MUCHO ÉXITO COMO PROFESORA, YO
PIENSO QUE VA A LLEGAR A SER MUY BUENA Y GRACIAS POR LO QUE NOS ENSEÑO.
BIBLIOGRAFIA
• EL LENGUAJE ORAL Y ESCRITO EN LA COMUNICACIÓN
IGNACIO MENDEZ TORRES.
• LA ESCUELA DEL ORADOR
ALFREDO REINA REGUERA
EDITORIAL ALCO
• EL CAMINO FACIL Y RAPIDO PARA HABLAR EFICAZMENTE
DOROTHY Y DALE CORNEGIE
EDITORIAL HERMES.
• COMUNICACIÓN ORAL
EL ARTE Y CIENCIA DE HABLAR EN PUBLICO
EILEEN MCENTEE DE MADERO.
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