Sobre las ausencias de los docentes y la reinstalación del

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Consideraciones acerca de las condiciones de trabajo
y salud de los docentes
(la reinstalación del presentismo)
El ciclo lectivo 2007 arrancó con un ¿nuevo? conflicto.
Conflicto que si bien desde los medios de comunicación se trató de encorsetar
en lo estrictamente salarial; nosotros sabemos que la raíz es mucho más
profunda.
Quizás, haya que buscar los motivos dentro del llamado “malestar docente” y
sus causas.
Según José Manuel Esteve, profesor de Teoría de la Educación en la
Universidad de Málaga existen distintos factores que intervienen en el
“malestar docente”, al que define como “los efectos permanentes de carácter
negativo que afectan a la personalidad del maestro como resultado de las
condiciones en que se ejerce la docencia”. Estos factores pueden ser directos
(salario insuficiente, escasez de recursos materiales, malas condiciones de
trabajo, violencia o acumulación de cargas) o indirectos (modificaciones del rol
docente, falta de apoyo para atender al contexto, la enseñanza real comparada
con la ideal, falta de capacitación y condiciones para realizarla, etc.). Y algunas
de las formas en que se manifiesta son: insatisfacción, inhibición, ansiedad,
agotamiento, estrés, deseo de abandono, pedido de traslado, ausentismo como
mecanismo de cortar la tensión, depreciación del yo, autoculpabilización,
depresión.
Estos elementos no son nuevos, han sido abordados en profundidad durante
los últimos años basados en estudios, siendo ampliamente denunciados y
difundidos, formando parte de nuestra lucha por mejores condiciones laborales.
Por eso, las autoridades ministeriales no pueden hacerse los distraídos y
desconocer esta realidad. Y en lugar de tomar medidas preventivas, en
resguardo de la salud de los trabajadores docentes, sacan a relucir un
elemento represivo, como método de extorsión y opresión, propio de la etapa
de mayor desguace de la clase trabajadora como fueron los años `90,
reimplantando el “presentismo”.
Ya en el mes de Septiembre del año pasado, alertábamos sobre la intención de
reinstalar el presentismo como forma de castigo a los docentes santafesinos, a
raíz de declaraciones realizadas por la ministra Cantero.
Hoy esta amenaza se pretende realidad.
Los argumentos utilizados son poco serios y creíbles. Los porcentajes de
incremento del ausentismo son mentirosos y no reflejan la realidad.
A modo de ejemplo, según datos oficiales del Sistema de Información Ejecutivo
del Ministerio de Educación la evolución de ausentismo médico de la Gestión
Oficial (docente y no docente) arrojó que en el mes de Agosto del 2004 (un
mes antes de la derogación de los artículos de enfermedad del presentismo)
una ausencia del 10,4% y en el mes de Agosto del 2005, un 12,8%. El índice
de ausentismo médico del personal docente en la Región VI por Artículo 5ª
(Lic. Por enfermedad de corta duración) en el mes de Marzo del 2004 fue del
0,92% y en Marzo del 2005 del 0,93%; en Junio del 2004 de 2,11% y en Junio
del 2005 del 2,86%.
Las verdaderas causas del “ausentismo” de los docentes
Una primera reflexión debería hacerse sobre las condiciones en que
trabajamos los docentes en esta provincia. Y luego analizar si el Ministerio de
Educación, la Secretaría de Estado de Trabajo y el Gobierno de Santa Fe
cumplen con sus deberes y obligaciones.
Debemos considerar las condiciones materiales y sociales del trabajo docente
y cómo repercuten éstas en la salud: el estado de los edificios escolares, la
falta de mobiliario adecuado y material didáctico, situaciones críticas de hambre
de los alumnos y la violencia como principales emergentes de la crisis social,
sumados a la insuficiencia del salario que no llega a cubrir las necesidades
básicas.
A continuación exponemos parte del estudio realizado por AMSAFE Rosario
conjuntamente con el Área de Salud y Trabajo de la Facultad de Ciencias
Médicas de la UNR, integrando un estudio comparativo en seis países de
Latinoamérica organizado por la Oficina Regional de Educación para América
Latina y el Caribe de la UNESCO.
Condiciones materiales de trabajo (*)
Las condiciones materiales del trabajo docente son aquellas vinculadas, principalmente,
a la infraestructura escolar y materiales didácticos.
Las condiciones ambientales de las escuelas, fueron ampliamente difundidas en nuestro
trabajo de investigación realizado el año 2005 (“Relevamiento sobre la situación de las
escuelas del Departamento Rosario”), agregando solamente que la falta de espacios
adecuados para los docentes tanto para la preparación clases, como de espacios
reservados para el descanso y la falta de servicios básicos de saneamiento (baños con
cantidad suficiente de lavabos, inodoros, mingitorios y duchas en el caso de escuelas
técnicas) agravan las condiciones laborales en los establecimientos escolares.
Con referencia a los recursos didácticos, podemos decir que el 83% de los docentes
aporta su propio material y sólo el 17% trabaja con material aportado desde el
Ministerio, del cual el 35% considera que no es pertinente.
Sabemos que todo trabajo implica un esfuerzo de adaptación de quien lo realiza, a las
condiciones de exigencias físicas y mentales que imponen las tareas a realizar. Estas
exigencias se denominan ergonómicas.
Los principales factores de exigencia ergonómica son:
 Estar de pie toda la jornada
 Forzar la voz
 Mantener postura inadecuada
El grado de exigencia percibida por los docentes es:
 Alto --------41%
 Muy alto---26%
De estos datos se desprende que en el trabajo, los docentes deben adaptar sus
condiciones físicas a las exigencias de la tarea, particularmente forzando la voz y
sobrecargando el aparato muscoloesquelético.
Condiciones sociales del trabajo
Otro componente del análisis ergonómico es la carga de exigencia mental del trabajo,
dado que los factores psicosociales adquieren una particular relevancia.
Los principales problemas del entorno social que afectan el cumplimiento de objetivos
pedagógicos son:


La violencia
La pobreza
La violencia surge como una exigencia laboral y se constituye en un problema grave
para el 84% de los docentes.
En un análisis integral de las condiciones de trabajo docente es necesario incorporar
estos factores.
Con respecto a la valoración del trabajo, el 89% de los docentes considera que es
importante socialmente, pero contradictoriamente tienen la percepción de que sólo es
valorado por los padres el 58% y por el conjunto de la sociedad el 28%.
Condiciones de salud
El perfil patológico de los docentes permite identificar 3 grandes categorías: problemas
de salud asociados a las exigencias ergonómicas, problemas de salud mental y
problemas de salud en general.
Problemas asociados a exigencias ergonómicas:
 Várices-------------37%
 Disfonía------------35%
 Enf. Columna-----27%
Problemas de salud general:
 Gastritis-------------------------------27%
 Resfríos frecuentes----------------24%
 Trastornos Ginecológicos--------17%
 Hipertensión arterial---------------13%
 Colon irritable------------------------12%
Los problemas presentados en el último año son:
 Dolor de espalda----------------------------59%
 Angustia---------------------------------------47%
 Dificultades de concentración------------44%
 Insomnio---------------------------------------32%
Problemas de salud mental:
 Estrés---------------34%
 Depresión-----------7%
Una mención especial merece el Síndrome de Burnout (“estar quemado”) que es un tipo
de respuesta prolongada a estresores emocionales e interpersonales crónicos en el
trabajo. No es una enfermedad. Es el tipo de respuesta que se define operacionalmente
como el resultado de tres componentes: agotamiento emocional (sensación de estar
emocionalmente sobrepasado), realización personal (sensación de logros y
competencias en el trabajo) y endurecimiento emocional (sensación de una respuesta
insensible y distante).
El índice de Burnout arroja como resultados:
 Alto------------40%
 Medio--------17%
 Bajo-----------43%
De estos datos se desprende que el uso de licencias médicas es más alto entre los
docentes que alcanzan un mayor puntaje en la escala de cansancio emocional y se
concentran entre quienes están expuestos a un mayor grado de exigencia ergonómica.
(*) Fuente: “Condiciones de Trabajo y Salud Docente: otras dimensiones del desempeño profesional” –
OREALC/UNESCO – 2006 – Investigación realizada en la Argentina por la UNR – Fac. de Cs. Médicas
y AMSAFE Rosario entre Noviembre de 2004 y Mayo del 2005, con el aporte del “Relevamiento sobre la
situación de las escuelas del Departamento Rosario” realizado por el Equipo de Investigación de la
Secretaría de Asuntos Sociales.
No nos callemos
Para intentar revertir esta situación el Gobierno de Santa Fe, a través de sus
organismos: Ministerio de Educación y Secretaría de Estado de Trabajo, deben
cumplir con las obligaciones que legalmente les corresponden.
La Secretaría de Estado de Trabajo de Santa Fe tiene la obligación de realizar
las inspecciones a los establecimientos educativos, a fin de garantizar que se
cumplan las normas vigentes en materia de higiene, salubridad y seguridad.
Tiene la obligación, también, de hacer cumplir las leyes laborales vigentes con
respecto al blanqueo de los salarios y debe sancionar al empleador que las
incumple, es decir, al gobierno provincial.
El Ministerio de Educación tiene la obligación de hacerse cargo del
mantenimiento de los edificios escolares y proveer los recursos didácticos para
alumnos y docentes.
Tiene además, la obligación de brindar un Servicio de Salud Laboral que
proteja la salud de los trabajadores, implementando políticas preventivas como
lo establece la ley (como ejemplo: campañas de prevención sobre afecciones
de la voz, campaña de vacunación sobre Hepatitis A, etc.)
Por todo esto seguimos luchando.
Durante 11 años los docentes santafesinos tuvimos que ir a trabajar, muchas
veces, enfermos para no perder una porción importante del sueldo. Y por ir a
trabajar en esas condiciones, en la mayoría de los casos las enfermedades
empeoraban, llegando a casos extremos de muerte.
Once años de sentirnos culpables por enfermarnos.
Once años de protestas.
Once años de lucha.
Con la huelga de septiembre del 2004, recuperamos nuestro derecho a no
perder un solo peso por estar enfermos o cuidar de algún integrante del grupo
familiar que lo estuviere, realizarse entonces, un tratamiento de quimioterapia,
ser operado o simplemente tener gripe, dejaron de ser causales de pérdida de
salario.
Ante la vuelta del “presentismo” no nos resignamos.
Porque la salud es la reserva más importante que tenemos los
trabajadores.
La salud no es una mercancía. No se compra ni se vende.
Por nuestro derecho a la salud, sigamos luchando.
No nos callemos. Exijamos condiciones de trabajo dignas.
Secretaría de Asuntos Sociales
Nota: este documento aborda el “presentismo” desde el aspecto de la salud.
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