CARRERA DOCENTE: ANTECEDENTES y PROPUESTA Las transformaciones educativas de los últimos años en la Región y en el Uruguay se han concentrado en los esfuerzos de expansión de la cobertura, de reformas institucionales y curriculares, de aumento presupuestal y de algunas innovaciones tendientes a la mejora de la calidad y al fomento de la participación, sin embargo es poco lo que llegó al aula, al quehacer docente, a la profesión y a su desempeño. Una nueva agenda de cambios debe asumir que las políticas docentes son el factor del sistema educativo más relevante para mejorar la calidad de los aprendizajes. “Los sistemas educativos con más alto desempeño reconocen que la única manera de mejorar los resultados es mejorando la enseñanza: el aprendizaje ocurre cuando alumnos y docentes interactúan entre sí, y por ello, mejorar el aprendizaje es mejorar la calidad de esa interacción.” Tanto la experiencia como la investigación confirman que “la calidad de un sistema educativo tiene como techo la calidad de sus docentes”, pero también la experiencia confirma que la implementación de políticas docentes que vayan más allá de las mejoras generales o de los aumentos salariales lineales, son difíciles de adoptar. Las políticas docentes no son priorizadas en muchas ocasiones porque son de alto costo especialmente cuando se proponen alcanzar al conjunto de los educadores, son poco visibles para el público en su implementación, resultan políticamente complejas y de mediano o largo plazo en el logro de los resultados. En suma, están en el polo de las políticas difíciles que generan riesgos a los actores políticos y sociales, a los administradores y a los sindicalistas, a los responsables del presente en aras de beneficios para el futuro. La academia y la política divergen y, las recomendaciones de la primera, son postergadas por las prevenciones de la segunda. En este sentido, es relevante el aporte de la UNESCO en una investigación que aborda la evaluación del desempeño y la carrera profesional docente en América y en Europa como una contribución “para ampliar la mirada sobre la profesión docente y sus múltiples dimensiones, y para incidir en la formulación de políticas integrales para el desarrollo docente”. Estas políticas integrales tienen puntos de amplia coincidencia: impulsar que la docencia sea una actividad atractiva para los jóvenes, asegurar una formación docente inicial de calidad y pertinencia, erigir un sistema de formación permanente centrado en el aprendizaje profesional entre pares, promover la reflexión en torno a las prácticas 1 pedagógicas, y estructurar una carrera docente que promueva el desarrollo profesional y valore el desempeño en el aula. Particularmente, las iniciativas de carrera magisterial y de desarrollo profesional son necesariamente interdependientes: Ávalos, citada por Terigi, recuerda que “una política de formación continua no consiste simplemente en establecer sus modalidades y las instituciones que realizarán las acciones formativas. Es necesario precisar cómo se articula el mejoramiento del desempeño docente con los tramos de una carrera magisterial”, sin que ello implique fomentar un credencialismo que sustituya la valoración del quehacer docente en el aula. En el análisis de las carreras docentes y sus cambios, también se deben considerar las normas laborales que reglan el trabajo docente (estatutos), “la estructura salarial docente que (…) considera la antigüedad como la principal razón de los aumentos” (A. Mizala) y la negociación colectiva del sector público como ley general que regula las modificaciones de las condiciones de trabajo. LA CARRERA DOCENTE TRADICIONAL Desde hace algún tiempo se debate sobre la forma de promover al “buen enseñante” sin que deje el aula, o dicho de otra forma, se constata críticamente que casi la única manera de ascender en el sistema educativo es dejar la clase y asumir las tareas directivas o de supervisión. Numerosos estudios comparativos insisten en la contradicción instalada de seleccionar a los mejores maestros mediante rigurosos sistemas de concursos para alejarlos de la docencia. “En general, no existe la posibilidad de promover al docente dentro de un mismo cargo, sino que éste debe aspirar a otros puestos con el objeto de mejorar su remuneración. Al mismo tiempo, la forma en que se accede a un cargo superior fomenta el credencialismo , es decir, los docentes asisten a numerosos cursos de capacitación que no ofrecen un aporte sustantivo a sus conocimientos y habilidades, pero que les otorga puntos para ascender. Esto hace que no se incentive a los mejores docentes a continuar su perfeccionamiento” ( Morduchowicz, 2002). Terigi es categórica cuando recuerda que “los docentes trabajan en entornos poco proclives a su profesionalización porque su trabajo se configura según un modelo de carrera que sólo permite que el docente ascienda a puestos que lo alejan del aula”. Esto produce un efecto paradojal: aquellos que según los criterios que rigen sus respectivas carreras , son los mejores docentes, salen del aula para desarrollarse 2 profesionalmente fuera de ella. Por otro lado, la principal diferencia en la remuneración entre docentes es la antigüedad. Controlar el efecto no deseado de las carreras y generar motivos válidos para que los docentes sostengan proyectos de desarrollo profesional y de mejora continua en el desempeño en el aula son los ejes de una propuesta que promueva la calidad de la educación y de la profesión docente. Tan negativo como reducir la mejora en la carrera a la “promoción vertical”, es decir el avance asociado a las funciones directivas o de supervisión, es asociar la promoción (horizontal o vertical) a la antigüedad. Si acceder a un puesto directivo, a una escuela mejor ubicada, o a un cargo mejor remunerado está determinado por los años de servicio en el sistema, se alienta un comportamiento conservador, alejado de los desafíos (y riesgos) que implican cursos y concursos. Una educación basada en la promoción por antigüedad -histórica en el ejercicio docente- puede privar al sistema de recursos capaces hasta tanto alcancen los años (o grado) requeridos conformándose así estamentos con menor capacidad de renovación y con una cultura fuertemente tradicional. Este “ethos” institucional está fuertemente arraigado y para cambiar necesita, precisamente, la disposición de quienes ejercen funciones directivas a partir de esta tradición. De alguna forma, se le pide a las autoridades de hoy que legislen (y obviamente legitimen) otra forma de “hacer carrera” y de acceder a los cargos. La promoción por antigüedad genera seguridad y comodidad, a la vez de una expectativa de avance modesto pero previsible. Es decir, constituye una base de seguridad laboral importante para el trabajador que debe ser atendida, aunque insuficiente para desarrollar una educación de calidad. LA CARRERA DOCENTE PROFESIONAL. Una carrera que jerarquice “la evaluación del desempeño en el aula, los cursos de perfeccionamiento o postgrado, así como las publicaciones e investigaciones realizadas por los docentes” (Art. 69, D, Ley 18.437) no debiera reconocerse exclusivamente para ascender a cargos de dirección. Por el contrario, la promoción vertical debiera ser una alternativa tan válida como otros “formatos de carrera que habiliten movimientos horizontales y que incluyan herramientas que estimulen a maestros y profesores a permanecer en la tarea docente a lo largo de toda su carrera profesional, y a mejorar en forma continua su formación y desempeño.” (Terigi) 3 Para la promoción vertical, el debate y las posturas son más cercanas. En general, todos los sistemas establecen algún mecanismo de selección, muchos con exigencias previas de certificaciones o cursos preparatorios, y se asigna al puesto superior mayores responsabilidades y mejor salario. La promoción horizontal de tipo escalafonario debe ser “equitativa, transparente, justa y de alta calidad técnica. No han de olvidarse los efectos perversos de estos procedimientos que hacen que en ocasiones los comportamientos de las personas se orienten a alcanzar los criterios reconocidos por el sistema para la promoción más que a desarrollar adecuadamente su trabajo“ (Murillo, UNESCO) Esta desviación es inducida cuando se sobrevaloran cursos y acreditaciones, independiente de su aplicación en la tarea de enseñar La situación desafía a explorar diseños de carrera profesional cuyo eje sea la calidad del desempeño docente. No se trata de desconocer la experiencia, ni tampoco la formación relevante, sino de integrarlas en una evaluación basada en el quehacer en el aula. “En síntesis, la construcción de una nueva carrera docente puede representar un poderoso instrumento articulador de una política que propicie el reconocimiento y la valoración de la profesión docente y permita elevar sustantivamente las capacidades de los maestros, factor decisivo para poder cumplir el propósito de una educación de calidad para todos” (Políticas Docentes en A. Latina y el Caribe). CRITERIOS ORIENTADORES Fundamentar en forma desagregada los criterios generales puede resultar pertinente a la hora del análisis y la reglamentación: De carácter universal, previsible y voluntario: de forma tal de generar un sistema que configure a la carrera docente, que presente a todos trayectorias previsibles y optativas. Es decir que desde el inicio en la profesión, se tengan certezas sobre las distintas alternativas que se abren y sobre las posibilidades de elección. El carácter universal remite a que, satisfechos criterios básicos – efectividad, docencia directa, calificación y asiduidad -, el avance en la carrera alcance a todos – rural y urbano, a las distintas áreas y modalidades, a todos los grados, etc.-. Lo previsible exige un marco firme de resolución, así como el mayor acuerdo posible que faciliten la estabilidad, la programación de instancias de selección y una asignación presupuestal 4 suficiente. El carácter optativo procura dar seguridad y perspectivas a quien desestime participar en una nueva organización de la carrera profesional, si bien propone alicientes a incorporarse a ésta. Articulada con el desarrollo profesional. El desarrollo profesional y la carrera docente deben conjugarse de forma tal que el primero condicione y facilite a la segunda, y que ésta se constituya en un aliciente y una oportunidad del primero. La formación continua, la producción intelectual, la investigación, el desarrollo de proyectos y pasantías, la actualización en las TICs de uso educativo, las tutorías o mentorazgos, etc. conforman una profesionalidad desafiante y abierta a un mundo cambiante y a un avance científico acelerado. Abrazar la docencia desde esta perspectiva debe, también, tener un reconocimiento en la carrera tanto para estimular este accionar como para el mejor aprovechamiento por parte del sistema educativo de los docentes más calificados. Basada en el desempeño docente efectivo en el aula. “Es preciso promover la valoración del trabajo en el aula y que los docentes permanezcan en ella y dejen de ver la salida de la misma como una de las pocas vìas para el crecimiento profesional” (Isabel Galvín en Comp. E. Tenti). Esta condición está prescripta en la Ley de Educación 18.437 y hace a la jerarquización del sentido mismo de la profesión docente. Como política y con instrumentos ampliamente concertados. Una carrera docente que complemente la progresión en los grados del escalafón por antigüedad con la promoción mediante el concurso hace a la calidad de la educación, a la jerarquización del Magisterio y al prestigio de la Escuela Pública. Es decir, a asuntos sustantivos de la política educativa. Para ello un acuerdo de amplia base profesional y sindical, política y presupuestal es una condición necesaria y una garantía de sustentabilidad. | 5 PROPUESTA DE CONCURSO DE PASAJE DE GRADO La profesionalidad se determina por la percepción que el docente tiene de su carrera , así como de las apreciaciones que hacen los demás de la misma. Este desarrollo profesional está fundamentado por las buenas prácticas de aula y un referente teórico actualizado. Esto implica una educación permanente que comienza el mismo día que culmina la formación básica de los maestros. La actualización tanto disciplinar como didáctica se adquiere con la lectura de bibliografía actualizada, con la socialización de las prácticas de aula, la asistencia a los cursos dictados por el organismo y fuera de él. El acceso a la efectividad de los cargos de maestros por concurso garantiza esa actualización. Sin dejar de reconocer que esa instancia es única en la carrera de muchos docentes que no aspiran a otros cargos. Actualmente nuestro sistema educativo permite un avance de grados por antigüedad acorde al Artículo Nº 13 de la Ordenanza Nº 45 del 1º de marzo de 1996 ( Estatuto del Funcionario Docente). Esta misma reglamentación es la que habilita que un docente con 4º grado pueda aspirar a la dirección de un centro educativo y luego a una inspección. Este ascenso vertical conlleva la realización de cursos y concursos para efectivizar los cargos mencionados. Nuestro sistema no prevé un ascenso en horizontalidad para aquellos maestros que profundizan en la teoría y mejoran sus prácticas. Muchos deben concursar por otros cargos dejando la docencia directa para lograr una mejora económica ya que no está instalado en la carrera docente el desarrollo profesional. Para acelerar dicha carrera ,luego de haber logrado la efectividad en un cargo de maestro con docencia directa, es necesario poder instrumentar un pasaje de grado por concurso donde se observe al profesional docente en su integralidad, en base a los criterios orientadores de evaluación: sus relaciones inter e intra personales, sus marcos teóricos actualizados, las prácticas en el aula donde se desempeña el maestro o la maestra efectivamente, la defensa oral de la actividad realizada donde se vislumbre la epistemología disciplinar y didáctica del área de conocimiento abordada. Las actividades prácticas se complementarán con una actitud docente de compromiso con la consigna “ a la escuela todos, todos los días”(actividad computada 19) y un desempeño en el nivel de excelencia (aptitud docente 91) 6 La evaluación teórica en las Ciencias de la Educación (Psicología, Pedagogía, Sociología de la Educación y Filosofía de la Educación) puede tomar los mismos temas elaborados para el Concurso de Maestro vigente 2011-2012, en el entendido que sería provechoso que a nivel escuela los colectivos docentes estén abordando temas transversales por los noveles maestros (hasta cinco años de recibidos) y por otros. La multiplicidad de miradas acerca del conocimiento pedagógico, didáctico y disciplinar será lo que permitirá mejorar la enseñanza y en consecuencia mejorar los aprendizajes. Estas instancias se convertirán en una verdadera actualización en servicio. La diferencia entre un escrito para pasaje de grado (con la misma temática) que para maestro común, radicará en una correcta transposición de lo escrito teóricamente a la práctica de aula, en el marco de una secuencia didáctica. El eje de este concurso deberá ser la práctica que realiza a diario el maestro o maestra en un día cualquiera y que figura en su planificación diaria. Esto busca no preparar “clases modélicas” sino evaluar el quehacer diario que tiene como principales destinatarios a los niños de su clase. La defensa teórica de la actividad que realice nos mostrará sus referentes académicos y su capacidad de objetivar las prácticas para socializarlas. Este instrumento de planificar una actividad, realizarla, repensarla y poder reflexionar sobre ella es la génesis de la investigación acción tan proclamada desde los discursos académicos, “la espiral autorreflexiva del discurso educativo”. (Carr W. y Kemis, S, 1988). Evaluados los maestros en su accionar diario, a través de su concurrencia a la escuela, la relación de las prácticas realizadas con un marco referencial teórico que condiga con los supuestos epistemológicos disciplinares y didácticos que fundamenta el programa 2008; se le agregará la documentación que sustenta sobre su desarrollo académico (presencia en seminarios, cursos, otros títulos que amplían su desarrollo profesional). Es de destacar que para evitar inequidades, se prevé un Concurso que se realice en cada departamento del Uruguay, a los efectos que todos los maestros tengan las mismas posibilidades de haber accedido a Cursos regionalizados. Cada departamento tendrá el 10% de cupos del padrón total de cargos de maestros con docencia directa (áreas de inicial, especial, práctica y común). Esto marca una apertura a los procesos de descentralización , desde el punto de vista administrativo hacia las jurisdicciones departamentales, valorizando en consecuencia los recursos humanos disponibles. 7 Y desde el punto de vista técnico docente, el pasaje de grado planteado de esta manera hace realidad en un 10% de la matrícula total de los docentes del país la utopía de la formación permanente. En síntesis, desde el punto de vista de la carrera magisterial se prioriza la formación del docente y no simplemente llegar a determinados grados y cargos por antigüedad .Mejora la calidad educativa al cambiar “vejez” por .actualización y formación, a la vez que se le permite la libre elección al maestro/a de permanecer o no en el aula hasta el fin de su carrera profesional. El pasaje de grado por concurso estimula a los docentes para elegir y permanecer en la carrera magisterial convirtiéndolo en un intelectual transformador. “El concepto de autoridad emancipatoria sugiere que los docentes son portadores de conocimiento crítico, reglas y valores por medio de los cuales enuncian y problematizan concientemente su relación recíproca con los alumnos, con la asignatura y con la comunidad en general .Esa visión de la autoridad cuestiona la concepción dominante de los docentes como técnicos o funcionarios públicos, cuyo papel es implementar la práctica pedagógica antes que conceptualizarla. La categoría de la autoridad emancipatoria dignifica el trabajo docente al verlo como una forma de práctica intelectual que interrelaciona la concepción y la práctica, el pensar y el hacer y la producción y la implementación como actividades integradas que dan a la enseñanza su significado dialéctico”. (Giroux,H.2003 en Programa de Educación inicial y Primaria . Año2008 pp.36) Referencias : OREALC/ UNESCO,2006.- Evaluación del desempeño y carrera profesional docente Emilio Tenti Fanfani ( comp), 2006.- El oficio de docente: vocación, trabajo y profesión en el S.XXI Flavia Terigi,2010. PREAL Documentos Nº 50.- Desarrollo profesional continuo y carrera docente en América Latina 14 de julio de 2011 8