PISTAS PARA EL ADVIENTO EN LA MISA CON NIÑOS

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PISTAS PARA EL ADVIENTO EN LA MISA CON NIÑOS
En las misas con niños es muy importante cuidar el lenguaje de los
símbolos. Aquí tenéis algunas pistas para ambientar las celebraciones:
1. Colocar la corona de Adviento:
Cada domingo una catequista enciende una vela antes de la proclamación del evangelio.
2. Colocar una cuna vacía:
Este es un símbolo muy bonito, pues manifiesta la actitud de espera
del niño Jesús que va a nacer. Se puede invitar a los niños a que coloquen
también en sus casa una cuna vacía.
3. Colocar cada domingo una pieza del Belén
Del mismo modo que se coloca la cuna puede irse montando el Belén
4. Pregón de Adviento
El primer domingo de Adviento antes de comenzar la eucaristía una
catequista puede leerse eel pregón de Adviento. Aquí tenéis dos modelos.
Para que sea más significativo, se pude colocar en un sobre o en un papel
tipo pergamino.
Modelo 1:
¡Pregona al viento el rumor de Dios!
¡Pregona al viento, profeta,
la cercanía de Dios...!
¿Para qué anunciar a Dios
si ya tienen su dios
y no necesitan un Dios
que destrone diosecillos?
¿Para qué hablar de Dios hoy
si se venden dioses por todos los rincones,
si de cualquier cosa fabricamos un dios?
¿Para qué hablar de Dios?
Pistas para el Adviento
- ¡Déjame en paz! ¡No me cuentes historias!
¿Para qué hablar de Dios?
Porque hay muchos dioses
a medida de los solos gustos...
Porque hay muchos dioses
a medida de lo que el cuerpo pide...
Porque hay muchos dioses
tan pequeños como nuestros antojos...
Porque hay muchos dioses
que no dan la talla...
¡Grita! ¡Anuncia y denuncia!
¡Abrid los ojos!
¡Daos cuenta del momento presente!
Escucha las palabras de tu silencio.
Escucha las palabras de hondas
del silencio de hombres y mujeres
doloridos, silenciosos, aplastados...
Escucha lo que no quieres escuchar
porque te da miedo la verdad...
Escucha, si puedes,
el clamor prendido en la percha el aire
con gemidos de angustia,
con preguntas sin respuesta,
con palabras sin destino,
con engaños que hacen daño...
Escucha lo que no quieres escuchar...
¡¡Escúchate!!
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Pistas para el Adviento
¡Abre los ojos!
Esa pregunta es camino de novedad...
Esa mirada es camino por donde viene...
Esos ojos cansados de ver, pueden admirar...
Esa vida sin sentido, tiene tarea y quehacer...
¡Abre los ojos!
Sí, es posible algo nuevo y diferente.
Sí, es posible invocar y mirar al cielo.
Sí, es posible ver el rostro de Dios cercano.
Sí, es posible
en el momento que menos lo pienses,
al alba, en pleno día,
al caer de la tarde y en noche cerrada
escuchar y voz
y acoger su palabra.
Sí, es posible
que su luz te cubra
y lo que antes te daba tedio
se convierta que manantial de vida.
Sí, es posible
abrir los ojos y contemplar
la Luz que viene,
la Luz que está,
la Luz que te ilumina.
¡Pregona al viento
el rumor de Dios!
¡Pregona al viento, profeta,
la cercanía de Dios...!
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Pistas para el Adviento
Modelo 2:
Tú que lo ves todo negro.
Tú que no sabes dónde va este mundo.
Tú que piensas que Dios nos ha dejado de la mano.
Tú que no entiendes lo que vives:
Escucha la palabra del profeta:
Dios vendrá.
No intentes saber ni el día ni la hora.
Intenta esperar.
Intenta confiar.
Intenta abrirte.
Quizás está ya...
y no te habías dado cuenta
porque vivías ensimismado...
Tú que buscas otra cosa.
Tú que apuestas por lo nuevo.
Tú que miras al futuro con ilusión.
Tú que confías tanto en el otro
que te llevas muchos desengaños.
Tú que trabajas
y sueñas
y crees
que es posible otra cosa
sin saber ponerle nombre...
Escucha la palabra del profeta:
Dios está de camino.
Dios no ha olvidado su promesa.
Dios está cerca de los que lo buscan.
Dios viene por propia iniciativa.
Dios trae palabras de felicidad
que el mundo no conoce.
Dios traza sendas
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Pistas para el Adviento
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donde parecía imposible caminar.
Dios te sorprenderá.
Sí, donde menos lo pienses,
de la manera que menos imaginabas.
Dios se hace camino
aunque no haya camino.
Él mismo es el camino.
Escucha la palabra del profeta
y tus ojos verán sus obras.
5. Compromiso de Adviento:
Cada niño introduce en una caja o un cofre un compromiso para estas
cuatro semanas y cada domingo, antes de la bendición se extrae el compromiso para la semana. Es bueno que en las catequesis preguntemos qué
tal llevan el compromiso y en el acto penitencial del domingo siguiente hagamos referencia a él.
6. Otros materiales:
 La revista Homilética ofrece un subsidio litúrgico especial paral as misas con niños.
 En la revista Catequistas de mes de diciembre tenéis un material muy
interesante para ambientar los cuatro domingos.
 La editorial CCS junto con la revista catequistas ha publicado un cuadernillo de actividades titulado Los niños celebran el Adviento” que
puede ser muy útil para la catequesis.
 Para jóvenes y adultos es muy agradable la lectura del artículo de Juan
Martín Velasco “Toda la vida es Adviento” en Misión Joven 334 (2004),
p. 35. que os adjunto a continuación.
Un saludo y suerte
P. Roberto Sayalero
Equipo de Pastoral Juvenil
Pistas para el Adviento
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TODA LA VIDA ES ADVIENTO
Como cada mes de diciembre, durante casi cuatro semanas, la liturgia católica nos invita a celebrar el adviento, la venida por excelencia,
aquélla por la que viene suspirando la humanidad a lo largo de toda su
historia, aquélla por la que suspira permanentemente nuestro corazón:
la venida del Salvador. El tiempo litúrgico no hace más que concentrar
en unos días la celebración de un rasgo permanente de la vida cristiana
e incluso de la persona humana: el deseo, la espera, la búsqueda de la
vida plena que resume la palabra "salvación”. El Dios que mientras vivimos en el mundo está siempre viniendo, porque nunca podemos poseerlo, hace de los humanos seres siempre a la espera, literalmente pendientes de un más allá de nosotros mismos, hasta que Dios venga a llenar la
capacidad de él mismo que al crearnos a su imagen sembró en nuestro
interior.
Pero mientras peregrinamos por este mundo, Dios sólo puede aparecer oculto en realidades mundanas. Ni siquiera su aparición en persona
en la vida de Jesús nos evita, como no les evitó a los Magos, auscultar
las señales de su venida y preguntar dónde ha nacido, dónde sigue naciendo para nosotros el Salvador.
Como muestran los relatos de la Navidad, mil detalles, todos cercanos a nuestras propias vidas, orientan nuestras miradas y guían nuestros
pasos hacia Jesús, como aquél en quien "Dios nos ha visitado". Pero ninguna de esas señales nos evitan preguntarle a Jesús mismo, como hicieron los discípulos del Bautista de su parte: «¿Eres tú el que ha de venir o
tenemos que esperar a otro?». Su respuesta clarifica definitivamente hacia dónde dirigir nuestra mirada y cómo vivir nuestra espera: "Los ciegos
ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los
muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia". Los
hermanos que sufren y la superación de sus sufrimientos son el lugar de
la venida del Señor. Y el trabajo y la lucha por la eliminación de esos
males es la forma de hacerla presente en cualquier lugar del mundo y en
cualquier momento de la historia.
La salvación siempre será don gratuito de Dios que podemos estar
seguros que no ha de faltar a ninguna persona. Pero estamos llamados a
preparar su adviento, su venida eliminando de nuestra vida y de nuestro
mundo los obstáculos que le cierran el paso.
Al adviento perenne de Dios corresponde, por parte de los humanos,
la perenne actitud de esperanza. Vivir en adviento no es fácil, porque
hoy no es fácil la esperanza. Pero tenemos un camino seguro para hacerla crecer en nosotros: "Dar razón de nuestra esperanza a quienes nos
la pidan”, y compartirla con los que creen no tener razones para esperar.
Pistas para el Adviento
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Juan de Dios Martín Velasco
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