La gestión del conocimiento desde la óptica de la comunicación En el mundo que estamos viviendo, con los cambios tan vertiginosos a los que estamos acostumbrados, son muchas las empresas que se plantean la necesidad de poner en práctica una Gestión del Conocimiento como base fundamental de su quehacer cotidiano, pero pocas son las que lo hacen desde una visión holística de la situación y de la estructura. Se observan y detallan cuáles son los aspectos y las condiciones idóneas, en cuanto a tecnologías, estructuras y recursos, que se requieren para iniciar un cambio en la organización, desde el punto de vista de la utilización de la información y el conocimiento de forma intuitiva y paralela a la actividad principal de la empresa. Pero, ¿qué pasaría?, ¿cómo serían las cosas si se planteara la Gestión del Conocimiento como la forma de ser y de actuar de la organización, generando nuevos conocimientos, innovando y mejorando en forma continua, y no como una meta en un período determinado? Esta es la apuesta fuerte de algunas empresas: la Gestión del Conocimiento y del aprendizaje como formas de ser de la organización. Actualmente, muchos proyectos para implantar la Gestión del Conocimiento se estancan, fracasan o quedan inmersos en una nebulosa y dan la impresión de que no es la Gestión del Conocimiento un enfoque efectivo y aplicable real para el cambio en las organizaciones. Para poder echar luz a esta deficiencia de enfoque es necesario un ángulo de visión más amplio que el que estábamos acostumbrados a utilizar. Para ello, es necesario comprender que la Gestión del Conocimiento abarca, como condición interna imprescindible, a la Gestión de la Información, de diferente tipo, que debe ser utilizada por la organización, sus grupos y personas. No obstante, la Gestión del Conocimiento, a su vez, es parte de una concepción más integral, que es la Gestión de la Inteligencia (Social y Organizacional), y de todo aquello que pueda ser entendido como la obtención de nuevos conocimientos; su concreción en procesos productivos y en procesos de servicio y su comunicación -con el entorno e interna- constituye el Aprendizaje de la organización, por lo cual, la Gestión de Aprendizaje Organizacional junto a formación de las Organizaciones de Aprendizaje, constituye la forma superior e integradora de garantizar la innovación tecnológica o el mejoramiento continuo, el dominio personal, la visión y los modelos mentales compartidos, la inteligencia social y organizacional, cognoscitiva y emocional, y todo ello, a través del trabajo en equipo. Para Peter Senge, un destacado profesional dedicado a la Gestión del Aprendizaje y del Conocimiento: "El aprendizaje no es la obtención de información; el aprendizaje es mejorar nuestra capacidad para iniciar acciones y lograr una mejora sostenida en el desempeño". En otras palabras, estamos ante el concepto de Gestión de la Calidad. Convergencia de conceptos y de actitudes que reflejan el estado de las direcciones de las empresas, en estos tiempos en los que se hace necesario reestructuraciones empresariales de profundo calado para el mantenimiento de las marcas, los productos y los servicios. Este nuevo enfoque de gerencia permite a la dirección de las organizaciones conocer realmente el conjunto de valores que aportan los distintos colectivos de personas que la conforman y así prepararse para el futuro, no sólo sobre la base de los valores materiales y financieros disponibles, sino también desde el conjunto de valores morales, sociales e intelectuales que dirige. Ahora, ¿cuál sería uno de los principales problemas que se presentan en el momento del desarrollar un método correcto para la Gestión del Conocimiento? La insuficiente identificación de los aspectos que abarca o que deben ser formados como sistema en los proyectos de Gestión del Conocimiento. Y estos aspectos abarcan la inteligencia, las capacidades, las competencias y el Talento. La explicación de la inteligencia se realiza a través del estudio de las capacidades. El sistema de cualidades de la personalidad que conforman la capacidad para la Gestión del Aprendizaje, puede estar compuesto por: ▪ Una especial sensibilidad por las metas y beneficios colectivos ▪ Un pensamiento sistemático ▪ Una habilidad de comunicación ▪ El dominio de métodos didácticos, de investigación, de procesamiento y de análisis de información. ▪ Una disposición para el orden y el registro de los datos y de la información. Si un profesional posee esas cualidades en su integración, significa la presencia de la capacidad para el éxito o, en otros términos, habría desarrollado la inteligencia como condición para lograr el éxito. Y este concepto es válido para extrapolarlo a las organizaciones. A nivel individual, la competencia es, principalmente, una cuestión de capacidad para utilizar el conocimiento para determinados propósitos. Y las personas no son sólo competentes desde el punto de vista cognitivo, sino también emocional. Desde lo biológico, psicológico y social una persona es competente o no en determinadas actividades o dimensiones del desempeño laboral. Una organización inteligente es una organización de aprendizaje, que promueve la socialización e incorporación de conocimientos a fin de mejorar las capacidades creativas de las personas, unificar los objetivos y los significados de la comunidad que la integra, mediante la conciencia y la capacidad para el trabajo en equipo y una percepción y razonamiento integral de todos los sistemas que intervienen en la vida de la organización. En este proceso, los Recursos Humanos están ubicados en el centro del escenario, como su principal activo, sustentando su competitividad en la capacidad de generar y compartir información, experiencias y conocimientos. De aquí la importancia de organizar y hacer asequible el conjunto de información corporativa y conocimientos sociales, organizacionales e individuales adquiridos. Muchos de los proyectos de introducción de la Gestión del Conocimiento se estancan porque las empresas no tienen presente que un requisito previo e inexorable que tiene que cumplir es haber alcanzado un nivel eficiente y efectivo de Gestión de Información y de Comunicación. La información constituye el contenido del proceso de externalización del conocimiento y para que esta información fluya por la organización, es necesario, como elemento indispensable, la comunicación para garantizar el conocimiento compartido en toda la empresa como base para el constante desarrollo de la inteligencia y la innovación, así como los valores y los sentimientos del personal, que contribuyen a formar adecuados clima y cultura en la organización, todo lo cual redunda en una mayor calidad en el cumplimiento de la misión y los objetivos estratégicos. De esta forma queda en evidencia la clara relación entre la capacidad de aprendizaje de la organización y el concepto y práctica del diálogo y comunicación. María Eugenia Ferradás, Jefa de Prensa de Aplicaciones y Proyectos Informáticos