Desarrollo de la identidad cultural en el escenario de la educación de personas adultas El presente estudio se plantea analizar como la construcción de la identidad cultural de los individuos puede estar relacionada con su participación en escenarios sociales. En concreto, nos interesa, por su especial relevancia, analizar el escenario de la educación formal de personas adultas donde estos sujetos están insertados en un proceso de alfabetización. Examinaremos si estos sujetos utilizan los instrumentos de mediación específicos que se promueve en la escuela, expresados en sus modos de argumentación, para configurar sus identidades culturales de una nueva forma. Para desarrollar estas ideas, en un primer lugar situaremos el marco conceptual desde el cual entenderemos el la noción de identidad cultural, en contraposición con algunas posturas individualistas que constriñe en demasía este concepto. Posteriormente, desarrollaremos nuestra idea de alfabetización insertada en el escenario de educación de personas adultas y los instrumentos de mediación que estos generan. Notion of cultural identiy Quizás uno de los conceptos más resbaladizo con el que nos podemos encontrar en psicología es el de la identidad y más en concreto con el de identidad cultural. No obstante, los hechos acaecidos en los últimos años, a raíz de los resurgimientos de los nacionalismos y de disputas étnicas basadas en unas identidades culturales excluyentes, muestran la urgencia de tener un conocimiento más profundo y riguroso a cerca de cómo los individuos construyen sus sentimientos de pertenencia a un lugar, cultura, etnia o forma de ser. No se trata de responder a la pregunta de ¿quiénes somos? La cuestión puede ser más compleja aún, se trata de intentar explicar cómo los individuos 1 construyen la respuesta a la pregunta de ¿quiénes somos?, esto es, avanzar en el conocimiento de los procesos, mecanismos e instrumentos que los individuos utilizan para construir y configurar o modificar una determinada identidad cultural. Entender a la identidad cultural de esta forma nos permite concebirla como un proceso psicológico, como un modo de pensamiento de reflexión que tiene como referente el sí mismo, el yo, en este caso un yo vinculado a un grupo cultural. El principal problema conceptual que se observa cuando se realiza un primer acercamiento al análisis de la noción de identidad cultural es que ésta remite simultáneamente a dos ámbitos del comportamiento: el social y el individual Wenger, (XXXX). La cuestión es, en este sentido, presenta el estudio de la identidad cultural es si debe ser considerada como un fenómeno atribuible al individuo o al grupo. El problema en psicología es que a menudo no se entiende la implicación de ambas dimensiones y tienden a una simplificación excesivamente individualista. De hecho, la perspectiva que más ha trabajado las identidades sociales, Psicología Social tradicional (Abrams y Hoog, 1999), es un buen ejemplo de este reduccionismo individual. Desde esta visión se ha enfatizado en la elaboración individual de categorías sociales. Las identidades sociales, y la identidad cultural entre ellas, son consideradas como una autoasignación de categorías sociales al auto-concepto global del individuo. En este caso, la dimensión social, en lugar de ser considerada como factor explicativo del propio desarrollo y construcción de las identidades sociales, parece jugar un papel secundario en la construcción de la identidad cultural, siendo considerada como una variable independiente o relegando su papel a la mera aportación de ciertos contenidos a la identidad del sujeto, en este caso la identidad cultural. Un problema que se deriva de esta concepción compete a la propia estructura que se le otorga a priori a la identidad cultural. En este caso la identidad queda entendida como un concepto complejo, 2 organizado en categorías y clasificaciones de rasgos, esto es, una descripción esquematizada y jerarquizada. Para obtener este tipo de información, se suele recurrir a la creación de ambientes artificiales donde el sujeto responde de una manera categórica, pidiéndoles que se definan, se describan, se comparen o clasifiquen. En este sentido, las investigaciones llevadas a cabo desde esta perspectiva restringe el modo de construir los argumentos de los sujetos. Por ejemplo, los argumentos narrativos que pueden generar los sujetos quedan excluidos, ya que no son compatibles con el modelo de esquemas propugnado por la Psicología Social. Argumentos narrativos que según Bruner (1991, 2001?)) son la fuente que nutre la construcción de la identidad. Proponemos analizar la identidad cultural a partir de las ideas vygostkinanas tratando de superar este dualismo entre las dimensiones individual y social, y no condicionar por cuestiones metodológicas, la propia naturaleza de la identidad cultural. En concreto nos resulta especialmente útil dos ideas. En primer lugar, su noción de instrumento mediador por el cual los sujetos elaboran sus pensamientos (Vygotsky, XXXX, XXXX) y, en este caso, la identidad cultural. Desde este punto de vista el principal instrumento que media nuestro pensamiento sería el lenguaje por lo que nuestro análisis estaría centrado en los modos de argumentación que ponen en juego los sujetos a la hora de hablar sobre si mismo en relación a su grupo cultural de pertenencia. En segundo lugar, también nos interesa la concepción vygotskiana de la dimensión social y su estrecha interrelación con los procesos psicológicos. Este dimensión social estaría reflejada en los escenarios sociales donde participan y donde tienen lugar sus interacciones sociales, y también en los instrumentos culturales que estos escenarios generan y que son adquiridos por los sujetos para mediar sus acciones identitarias. Al realizar este acercamiento, sujeto y cultura quedan entrelazados, ya que la unidad de análisis sería sujetos utilizando un instrumento cultural en un escenario social (Wertsch, 3 XXXX). En este sentido, no se trata de considerar al lenguaje como un mero vehiculo para expresar una subjetividad interna identitaria preexistente, sino un instrumento que está directamente implicado en la propia construcción de la identidad cultural. La propuesta que realizamos aquí es que estudiando los argumentos de las personas podemos analizar la estructura de sus pensamientos y por ende la de su identidad cultural. As Billig (1989) point in his works on argumentation: “the structure of the way we argue reveals the structure of our thought”. In the process of individual deliberation, we use the same arguments that we employ in social comunication. En este sentido, la identidad cultural no tiene a priori por qué establecerse a partir de un solo tipo de argumentos, sino que hay que analizar cómo en función de utilizar uno u otro la identidad cultural se va reconfigurando. Por ejemplo, los argumentos narrativos no atendidos en las investigaciones realizadas por la Psicología Social, tendrían cabida desde la óptica que estoy defendiendo. De hecho, numerosos estudios sobre identidad insisten en la idea de que las identidades se construyen a través de narraciones en continua revisión (Dien, 2000, Bruner, 1991). El discurso lógico o el categorial dejaría de tener la primacía sobre los demás, y por tanto el diseño de las investigaciones no tiene por qué realizarse en función de estos criterios, aunque tampoco estarían censurados. Para autores como Bruner (1991), las herramientas que utilizan las investigaciones tradicionales en Psicología Social, para estudiar la identidad, están basadas en respuestas categóricas típicas de los encuentros formales que constriñen el discurso del individuo, censurando cada vez que el sujeto empieza a contar una historia. Como dice Polkinghorne (1988): “Las herramientas que utilizan las disciplinas humanas para acceder al concepto de sí mismo son, por lo general, los tradicionales instrumentos de investigación concebidos por la ciencia formal para localizar y medir objetos y cosas” (Pág. 150). 4 Desde nuestro punto de vista, todos modos de argumentación que tradicionalmente se han establecido, esto es, tanto el narrativo, expositivo, como el explicativo deben tener cabida en el estudio de la identidad, porque todos pueden ser utilizados para el proceso de su construcción. De esta forma el lenguaje se convierte en algo más que un mecanismo, es una parte esencial del propio proceso de construcción de identidad. Pero, la adquisición y utilización de dichos instrumentos discursivos no sucede en el vacío, sino que se realiza a través de la participación de los individuos en escenarios culturales. En las sociedades modernas, la escuela es considerada como una de las instituciones más importantes en la socialización y desarrollo cognitivo de los individuos, a través de la promoción del uso de instrumentos de mediación con características muy especiales. Adult literacy in the formal education Los escenarios donde las personas participan hacen accesibles unos determinados instrumentos mediadores, que en la educación formal son predominantemente identificados como lingüísticos. Estos instrumentos son adquiridos y utilizados por los sujetos para configurar sus pensamientos. Estableciéndose así la relación entre escenarios sociales y procesos psicológicos. A continuación examinaremos un escenario de actividad específico, el de la educación formal en el seno de la educación de personas adultas, y de la alfabetización como práctica insertada en ella. Este escenario donde se desarrolla la investigación tiene una gran relevancia debido a que, como ponen de manifiesto numerosas investigaciones desarrolladas por Marra and Palmer, 200X) Laboratorio de Actividad Humana, Cala y Mata de la( XXX) (L.A.H 1988a; 1988b; 1993), ofrece la oportunidad de estudiar cómo los procesos psicológicos se configuran en actividades culturales de una manera aún más nítida que en la educación infantil. La 5 educación de adultos se convierte en un laboratorio natural donde observar la relación entre un escenario cultural y el desarrollo ontogenético de los individuos al margen de los cambios asociados a la maduración biológica de los individuos que ocurre en la infancia. Con esto no se quiere decir que la maduración biológica se detenga en la etapa adulta, pero sí que se ha estabilizado en cierta medida, con lo que es posible observar mejor la influencia de los factores socioculturales. En nuestro caso la influencia de la alfabetización como práctica cultural, en el pensamiento de los individuos (de la Mata y Sánchez, 1991). Estudiar pues a estos participantes en sus diferentes niveles de educación es una buena oportunidad para analizar los aspectos psicológicos del desarrollo cultural de nuestra sociedad. Por tanto, la alfabetización, en el seno de la educación de adultos, otorga la posibilidad de observar si la adquisición de nuevos instrumentos mediadores transforma los pensamientos de los individuos, en este caso la identidad cultural. La concepción que vamos a asumir parte de la idea de considerar a la alfabetización como un conjunto de prácticas sociales. Esta noción, no se centra exclusivamente en aspectos del desarrollo cognitivo del individuo, sino que también tiene en cuenta aspectos sociales y culturales (L.A.H. 1993). En este sentido la alfabetización es mucho más que la mera adquisición de habilidades lecto-escritoras y puede ser considerada como un instrumento de cambio social, a la vez que producto de dicho cambio. Este enfoque dialéctico y multidimensional pone el énfasis en las prácticas de naturaleza discursiva que se desarrollan dentro de este proceso, y que permite a los individuos implicados en él participar en diversos contextos interactivos donde apropiarse de habilidades sociales y modos de argumentación (Ramírez, Sánchez y Santamaría, 1996). El proceso de alfabetización hace que el individuo adquiera nuevas habilidades para la interacción y la comunicación, en definitiva, domina nuevos instrumentos mediadores 6 que le permitirán realizar nuevas acciones tanto en el ámbito social como individual. Se pone así de manifiesto la íntima relación entre los escenarios de actividad y la adquisición de nuevos modos de pensamiento (Ramírez, Sánchez y Cala, 1999). Pero ¿Cuáles son estos instrumentos que se fomenta en la escuela? Estudios como los de Wertsch and Minick (1990) han sugerido que el escenario educativo formal promueve un tipo de argumentación o si se quiere un tipo de discurso muy específico, el llamado “discurso racional de la escuela”. Sus características principales serían un discurso que está desvinculado de objetos o eventos que tienen un referente físico inmediato, promoviendo más bien un discurso abstracto y descontextualizado basado en explicaciones. En contraposición, quedarían marginados la utilización de los argumentos basados en hechos concretos que parte de la experiencia de la vida diaria de los individuos que participan en el aula, es decir sus narraciones,. Sin embargo, exactamente ¿qué relaciones puede tener la adquisición de nuevos modos de argumentación, como los que promueven en la escuela, en ámbitos de la vida más impregnados aparentemente de aspectos subjetivos y personales, como puede ser construcción de la identidad cultural?, es decir, ¿qué relaciones existe entre la educación formal y los argumentos que se emplean para la construcción de la identidad cultural? Estas cuestiones orientan la base del estudio que aquí se presenta. En concreto analizaremos si los sujetos a medida que avanzan en su nivel educativo: defienden y desarrollan más sus argumentaciones; hacen un uso distintivo de los diferentes tipos de argumentos que tradicionalmente han sido propuestos por la psicolingüística (narración, exposición y explicación).; y, por último, si aumenta el nivel de abstracción y generalización de sus argumentos. En definitiva, si las argumentaciones que utilizan para expresar su identidad se relacionan con el típico discurso que se promueve en la escuela o bien se aparta de él. A continuación 7 observaremos como tiene lugar este proceso a través de la educación de adultos de Andalucía (una región del sur de España). MÉTODO Participantes Participaron 39 sujetos, todas mujeres que asistían a Centros de Educación de Adultos de la región de Andalucía, con un rango de edad oscilaba entre 30 y 60 años. El motivo de que todas fueran mujeres fue debido a que éstas eran la gran mayoría de los usuarios del programa de educación de adultos. El principal criterio de selección de la muestra fue que todos los sujetos debían ser andaluzas o sentirse andaluzas. La muestra se dividió en tres grupos en función de tres niveles educativos distintos: alfabetización, ciclo medio y graduado. El grupo de alfabetización estuvo compuesto por mujeres que asistían por primera vez a un centro de educación formal. Este grupo está formado por personas que no habían adquirido previamente destrezas lecto-escritoras básicas. Las mujeres del ciclo medio tenían una experiencia escolar normalmente adquirida en el propio programa de educación de adultos. Este nivel tiene como objetivo la consolidación de los aprendizajes instrumentales adquiridos en el nivel anterior. Por ultimo, las mujeres del grupo de graduado poseían una experiencia escolar que habían desarrollado bien dentro del propio programa de educación de adultos, o bien se remontaban a años anteriores durante su infancia. Los objetivos de este nivel se centran en el desarrollo de la fluidez lecto-escritora y aritmética; así como en el estudios de contenidos básicos de ciencias sociales y naturales. Procedimiento 8 Los datos se recogieron a partir de la técnica de grupo de discusión. Cada uno de ellos estuvo compuesto por 6 ó7 participantes y se desarrolló en los propios centros de educación. Para cada nivel educativo se realizaron dos debates. Las mujeres eran invitadas a sentarse en semicírculo de tal manera que todas tuvieran una referencia visual entre sí, facilitándose de este modo la discusión en grupo y el registro en video. Las sesiones tenían lugar en una sala del propio recinto educativo, y en el momento de la grabación sólo estaban presentes las propias participantes y un investigador. Para facilitar el inicio del debate se utilizaron dos grabaciones elaboradas por los propios investigadores que se presentaron previamente. Cada vídeo tenía una duración de 35 segundos, y en ellos aparecía una mujer presentando su punto de vista sobre la identidad andaluza. En la grabación que se presentó en primer lugar la mujer reflejaba una postura “no identitaria”, esto es, se oponía a la idea de que Andalucía y los andaluces fueran considerados distintos a otros territorios o pueblos de España. En la segunda grabación, la mujer expresaba una postura “identitaria” al considerar a Andalucía y los andaluces como detentadores de una identidad propia y diferenciada del resto de regiones y pueblos de España. Una vez presentadas las grabaciones comenzaba el debate entre las participantes, que tenía una duración aproximada de 30 minutos. The discussion group has a special psychological significance for researches precisely because of its interactive nature it allows the study of cultural identity in formation. The discussion group requires and permits exposition, conflict and negotiation of points of view and experience meaning, involving an effort of behalf of the participants to create shared realities (communicative action). It permits access to new ideas, the search of agreements, the possibility of arguing and counter arguing to expound own opinions and to try to persuade the others, features that finally redound to new ways of understanding the others and ourselves. Since negotiation in an interpsychological plane is explicit, a 9 discussion group facilitates observation of the process of individual appropriation of ways of argumentation and reflection about him/her self, or about his/her belonging group, that are initially found on a social plan. Therefore the discussion group gives us a setting to study how the acquisition and mastering of new forms of thought and speech genres are used to construct personal or cultural identity. In a discussion group, we can examine how individuals’ acts of identification try to create a common opinion in audience, at the same time that they show the own image, but we can also observe how that personal image is being reconstructed externally and internally in the course of discussion. Las intervenciones de las participantes fueron analizadas a través de las tres categorías que se detallan a continuación y que fueron creadas para el estudio: 1. Extensión del argumento. Hace referencia al número de elementos o ideas (medidas en oraciones gramaticales) que tienen cabida en una intervención. Trata de dar una idea cuantitativa de las intervenciones. Es muy importante ya que a medida que los sujetos desarrollen sus argumentos podrán darnos una idea de la estructura de sus pensamientos. Simple. El enunciado consta de una sola unidad de significado. “Yo creo que los andaluces somos muy simpáticos”. Moderada. La intervención incluye dos o tres oraciones. “De todas las maneras la cultura de ellos es mucho más cerrada que la nuestra. Nosotros cuando alguien viene lo damos todo”. Elevada. Enunciados dentro de los cuales se incluyen más de tres oraciones. “Además nosotros tenemos unas costumbres diferentes a ellos, que las de ellos son buenas allí en su tierra pero las nuestras son buenas aquí. Pues nosotros tenemos... que sí que dicen que la Semana Santa que hay que ver cómo la vivimos, que es paganismo. Pero bueno, está ahí, la tenemos y la aceptamos. Ellos tienen a lo mejor 10 otras cosas que nosotros las vemos raras, y ellos las tienen, está ahí y las aceptan. Entonces cada uno tenemos que aceptarnos como somos, ¿eh? sin menospreciar a los demás. Pero es que, por regla general...” 2. Grado de generalización del argumento. Trata de reflejar una de las características esenciales del denominado “discurso racional de la escuela”, esto es, su tipo de vinculación con referentes o acciones concretas. Esta categoría se divide en los siguientes niveles: Particular. Vinculado a un episodio concreto relacionado con la propia experiencia o con situaciones relacionadas con personas cercanas, o bien se hace un resumen de la propia experiencia o situaciones relacionadas con personas cercanas (amigos, familia...). Este tipo de argumentos estarían desvinculados del discurso típico de la escuela. “Yo he vivido aquí muchos años, han nacido aquí mis hijos y estoy muy contenta”. Particular generalizado. Lo que se expresa hace referencia a una acción concreta y particular que se lleva a cabo por un grupo de personas. Tiene que ver con acciones particulares pero que son realizadas por un colectivo de personas. Este tipo de argumentos estarían desvinculados del discurso típico de la escuela. “A nosotros, después de trabajar, nos gusta tomarnos una cervecita en el bar”. General. El referente de lo expresado no es ni un individuo concreto ni una situación particular. Lo que allí se expresa o se opina tiene que ver con cuestiones abstractas, con categorizaciones de la realidad sin hacer uso de experiencias personales o acciones concretas. Este tipo de argumentos si estarían vinculados al discurso típico de la escuela.”De todas las maneras la cultura de ellos es mucho más cerrada que la nuestra...” 11 Mixto. Cuando el sujeto usa en un mismo argumento más de uno de los valores anteriormente expuestos. Este tipo de argumentos también estarían vinculados al discurso típico de la escuela “ ... otra manera de hablar, otra manera de expresarnos, pero quiero decir que tenemos nuestro genio... por cierto, nosotros... vinieron una familia de vitoria hace 10-15 años y estábamos en la feria...”. 3. Estilo de argumento. Esta categoría trata de vincular los clásicos tres tipos de argumentación trabajado por la psicolingüística, con una de las ideas claves del “discurso racional de la escuela”. Además,. Definición y justificación Narración/ Eventos vitales. Hace referencia a historias o a acontecimientos acaecidos en algún momento. La participante cuenta una historia con un/os protagonista/s que realizan acciones de un modo secuencial (temporalmente), o bien cuenta algún hecho puntual. “Yo he estado 5 ó 6 años afuera, he estado en Pamplona, en Valladolid,...”. Exposición. Aserciones o negaciones sobre rasgos. Al referente del enunciado se le atribuyen características sin que exista una secuencia temporal entre acontecimientos. Se señalan del referente sus rasgos físicos o psíquicos a través de la adjetivación u otros recursos. “ nosotros somos mucho más abiertos...” Explicación. Se intenta relacionar la situación planteada con algún otro evento, hecho, etc. El modo más común consiste en el establecimiento de causas que explican un determinado suceso o evento, sea éste particular o general. La identificación de este valor viene dada por la presencia de alguna partícula causal. “...yo veo que somos diferentes... digamos a otras regiones, porque claro a lo mejor el clima o por las costumbres también son diferentes...” 12 Resultados Para la realización de los análisis estadísticos se ha comparado la frecuencia de aparición de las distintas variables cualitativas (dicotómicas y politómicas), resumiendo los datos en tablas de contingencia. La prueba estadística utilizada para contrastar las diversas hipótesis es la prueba chi-cuadrado de Pearson. En estos procedimientos unas variables se consideran como explicativas respecto de otras que son contempladas como variables de respuesta. Los análisis estadisticos muestran que el uso de géneros discursivos estructurales en los actos de identificación está relacionado con el nivel educativo de los sujetos. Como se puede ver en las tablas I, II, III y IV, esta relación es significativa en el caso de las cuatro variables de este apartado: “nivel educativo” por “complejidad”, (L2= 69,72; p= 0,0001); “nivel educativo” por “grado de generalización” (L2= 52,333; p= 0,0001); “nivel educativo” por “estilo discursivo” (L2= 27,924; p= 0,0001); y “nivel educativo” por “tipo de exposición” (L2= 7,763; p= 0,021). El análisis más detallado a través de los residuos corregidos permite observar cuáles son las dimensiones donde recae el peso de las diferencias observadas (resulta significativos a partir del valor + - 1,98, en la tabla aparecen acompañado de un asterisco). Al estudiar la relación del nivel educativo y “complejidad” del enunciado (tabla I) se observa que son las dimensiones extremas las que producen los desajustes significativos en cada uno de los niveles educativos. Los enunciados “simples” tienen una clara tendencia a disminuir conforme aumenta el nivel educativo de los sujetos. Así, esta dimensión aparece más de lo esperado, según un modelo de equiprobabiliad, en el nivel de “alfabetización” (frec. 123, 51%) y en nivel de “ciclo medio” (137, 50%); mientras que en el nivel de “graduado” se invierte el signo de esta significatividad apareciendo una frecuencia menor de lo esperable (frec. 34, 22,2%). Justo lo contrario se observa en la dimensión de complejidad “elevada”. En este caso, la tendencia es a aumentar conforme es mayor el nivel educativo de los 13 sujetos, mostrando esta tendencia diferencias significativas en el nivel de “alfabetización” (frec. 33, 13,7%) y “ciclo medio” (frec. 48, 17,5%), donde esta complejidad es utilizada menos de los esperado, según un modelo equiprobable. Es en el nivel de “graduado” donde las diferencias significativas se obtiene por un frecuencia mayor de los esperable (frec. 70, 45,8%). En la dimensión “moderada” no se obtuvieron diferencias significativas, mostrando en la mayoría de los niveles resultados muy similares. Educational level Beginners Médium Pearson L2=69,72; p=0,0001 Extensión del argumento Total Moderada Elevada Total Recuento 123 85 33 241 % niveles 51,0% 35,3% 13,7% 100% 2,7* 0,8 -4,1* 137 89 48 274 50,0% 32,5% 17,5% 100% 2,6* 0,4 -2,6* 34 49 70 153 22,2% 32,0% 45,8% 100% -6,2* -0,4 7,8* 294 44,0% 223 33,4% 151 22,6% Residuos corregidos Recuento % niveles Residuos corregidos Recuento Graduate Simple % niveles Residuos corregidos Recuento % niveles 668 100% Tabla I. Nivel educativo por complejidad En definitiva, se aprecia una clara tendencia a utilizar enunciados más complejos conforma se aumenta en el nivel educativo. El nivel de “graduado” es el que marca diferencias significativas opuestas a los demás niveles. En este nivel se tiende a utilizar los enunciados con más elementos y, a su vez, son los que menos utilizan los enunciados más elementales. Los otros dos niveles se caracterizan por lo opuesto, aunque el nivel de “ciclo medio” siempre marca la dirección de esta tendencia. 14 Respecto a la relación entre “nivel educativo” y “grado de generalización” del discurso (ver tabla II), se observa como el discurso “mixto” presenta un desajuste significativo en cada una de las dimensiones del nivel educativo. Esta dimensión se emplea mucho menos de lo esperado, para una distribución equiprobable, en el nivel de “alfabetización” (frec. 25; 10,4%), mostrando una clara tendencia a aumentar conforme sube el nivel educativo, aunque en “ciclo medio” aún su ocurrencia es menor de la esperada (frec. 30; 11,2%), terminando en “graduado” con una producción de enunciados de este tipo mucho más elevada de lo esperado por azar (frec. 42; 27,5%). El discurso “práctico” también presenta una clara tendencia, en este caso a disminuir, conforme aumenta el nivel educativo. Son los niveles de “alfabetización” y “graduado” las que marcan significativamente esta tendencia, siendo su ocurrencia en el primer nivel mucho mayor de lo esperado según un modelo de equiprobabilidad (frec. 67; 27,9%); y en el tercer nivel, graduado, su presencia es significativamente menor de la esperada (fr. 12; 7,8%). El discurso “teórico” marca de nuevo una tendencia a aumentar conforme se asciende en el nivel educativo de los sujetos, siendo el nivel de alfabetización el único que marca una frecuencia menor de lo que cabría esperar (fr. 77; 32,1%), aunque hay que señalar que esta dimensión es la que más ocurrencia tiene en cualquiera de los niveles educativos. Por último, la dimensión “práctico generalizado” muestra un desajuste significativo en el nivel de “graduado” empleando menos enunciados de lo que cabría esperar (fr. 29; 19%), teniendo una tendencia a aumentar conforme se baja en el nivel educativo. Pearson L2= 52,333; p= 0,0001 Generalization level Particular ParticGeneral Mix General Total Recuento 67 71 25 77 240 Beginners % niveles 27,9% 26,6% 10,4% 32,1% 100% 5,0* 1,3 -2,3* -3,4* Médium Residuos corregidos Recuento 40 76 30 121 Educational level 15 267 % niveles Residuos corregidos Recuento Graduate Total % niveles Residuos corregidos Recuento % niveles 15% 28,5% 11,2% 45,3% 100% -1,7 ,9 -2,1* 2,0* 12 29 42 70 153 7,8% 19% 27,5% 45,8% 100% -3,7* -2,5* 5,1* 1,5 119 18% 176 26% 97 14,7% 268 40,6% 660 100% Tabla II. Nivel educativo por grado de generalización De forma general, se podría decir que a medida que aumenta el nivel educativo existe una tendencia marcada a emplear un patrón de enunciados que tienden hacia un mayor grado de generalización y a una integración de estos distintos grados de generalización (enunciados mixtos). Sin embargo, no debemos olvidar que en cualquier nivel educativo la mayoría de los enunciados son de tipo “teórico”. En cuanto a la relación entre “nivel educativo” y “estilos discursivos” se observa la existencia de seis residuos corregidos indicadores de diferencias significativas (tabla III). Sin embargo, la valoración de estos residuos hay que matizarla a la luz de la elevada frecuencia que muestra el estilo “expositivo” en cada una de las dimensiones de los niveles educativos. Esta dimensión muestra una clara tendencia a disminuir al aumentar el nivel educativo de los sujetos. En “alfabetización” muestra valores significativos (fr.170; 70,5%), donde su ocurrencia es mayor de lo que cabría esperar según un modelo de equiprobabilidad, invirtiéndose los términos del valor en “graduado”, donde su ocurrencia es menor de lo esperado (fr.76; 49,7%). En el estilo “explicación” se observa, de nuevo, una clara tendencia a aumentar sus valores a medida que aumenta el nivel educativo de los sujetos, presentando unos valores significativos tanto en “alfabetización”, cuya ocurrencia es menor de lo esperado (frec. 29; 12%); como en “graduado”, que al contrario es mayor de lo que cabria esperar según una distribución equiprobable (fr. 68; 44,4%). Por último, la dimensión “narración/eventos vitales” tiene una vez más una tendencia a aumentar en la 16 medida que se desciende en el nivel educativo de los sujetos. En el grupo de “alfabetización” se observa una frecuencia de aparición mayor de lo que cabría esperar (frec. 42 y un 17,4%); al contrario que en el de “graduado” cuyo valor es significativamente más bajo de lo esperable (frec. 9 y un 5,9%). Educational level Beginners Médium Pearson L2=27,924; p= 0,0001 Tipo de argumentación Narración Exposición Explicación Total Recuento 42 170 29 241 % niveles 17,5% 70,5% 12,0% 100% 2,6* 2,4* -4,9* 35 182 52 269 13,0% 67,7% 19,3% 100% 0 0,4 -1,6 9 76 68 153 5,9% 49,7% 44,4% 100% -3* -4,4* 7,4* 86 13,0% 428 64,6% 149 22,5% Residuos corregidos Recuento % niveles Residuos corregidos Recuento Graduate Total % niveles Residuos corregidos Recuento % niveles 663 100% Tabla III. Nivel educativo por estilo discursivo Sobre esta relación se puede decir, de forma general, que viene marcada por las claras tendencias de los estilos discursivos a disminuir o aumentar en función de los niveles educativos. Tanto la narración como la exposición diminuyen al aumentar el nivel de los sujetos, sucediendo lo contrario con la explicación. Cabe resaltar, en este sentido, que el nivel de “ciclo medio” nunca establece las diferencias significativas, por lo que parece tener un papel de transición. Otro elemento que caracteriza esta relación es la alta frecuencia de la dimensión “exposición” en todos los niveles. Para profundizar en la complejidad de esta variable es por lo que se procedió al desglose de la misma, cuyos resultados se analizan a continuación. 17 Una vez más los niveles educativos de “alfabetización” y “graduado” son los que muestran las diferencias significativas en cada una de las dimensiones del estilo expositivo. La “aseveración” tiene una tendencia a disminuir en relación con el nivel de educación de las participantes, con valores significativos en “alfabetización”, que lo utiliza más de lo esperable según un modelo de equiprobabilidad (frec. 126, 74%); y valores significativamente positivos en “graduado” (frec. 44, 56,4%). A la inversa se puede apreciar en el caso de la “descripción”, donde es significativamente menos utilizado en el grupo de "alfabetización" (frec. 44, 25,9%) y significativamente más utilizado en el grupo de “graduado” (frec. 34, 43,6%), siempre según un modelo equiprobable. Pearson L2= = 7,763; p=0,021 Tipo de exposición Educational level Aseveración Descripción Recuento 126 44 Beginners Médium % niveles Residuos corregidos Recuento % niveles Residuos corregidos Recuento Graduate Total % niveles Residuos corregidos Recuento % niveles Total 170 74,1% 25,9% 100% -2,1* 2,1* 130 62 192 67,7% 32,3% 100% 0,2 -0,2 44 34 78 56,4% 43,6% 100% -2,5* 2,5* 300 68,2% 140 31,8% 440 100% Tabla IV. Nivel educativo por tipo de exposición En resumen, las dos dimensiones de la categoría “tipo de exposición” presentan tendencias significativas en relación con el nivel educativo de los sujetos, como sucede con las demás categorías asociadas a la estructura de los enunciados. En este caso son la “aseveración” la que se da más en el nivel más bajo, siendo su uso tendiente a bajar en los niveles superiores; lo contrario que sucede con la “descripción”. 18 Discusión Desde una perspectiva general, y una vez analizadas todas las interacciones entre categorías, los datos muestran que los actos de identidad cultural cambian conforme varían los niveles educativos de las participantes, lo cual es consistente con las hipótesis planteadas. A continuación analizaré específicamente como se realizan los actos de identificación culturales en cada nivel educativo. Los argumentos identidad en el nivel de alfabetización Los argumentos empleados por el grupo de alfabetización se caracterizan por ser un discurso elemental, basado en experiencias concretas de la vida cotidiana de las participantes. Dicho discurso tiene como claro referente acontecimientos de la vida diaria en los que los sujetos han participado directa o indirectamente, y casi siempre teniendo como locus de referencia al propio hablante de la enunciación. Este tipo de discurso tiene mucha relación con el que Wertsch (1987) denominó como formas “contextualizadas de representación”, en el que los argumentos eran planteados en términos de su particularidad. Estos individuos realizan unos discursos que se caracterizan por hacer referencia a la vida cotidiana, para lo cual utilizan conceptos más situacionales que abstractos El primer hecho destacable remite al nivel de complejidad de los actos de identidad de los sujetos de alfabetización. Estos sujetos desarrollan sus enunciados de una forma que puede ser calificada como de escuálida, ya que aportan un reducido número de elementos en cada argumento, para identificar o no a su grupo cultural de referencia. Esta característica de los argumentos parece implicar a otras categorías de la estructura, ya que, por ejemplo, difícilmente se podrá desarrollar una explicación convincente utilizando una única oración, o combinar diferentes grados de generalización en un mismo enunciado. 19 En relación con el grado de generalización de los argumentos, los individuos de alfabetización mostraron perfiles muy distintos respectos a otros niveles educativos. En un primer acercamiento, destaca el hecho de que los individuos del grupo de alfabetización utilizaron más argumentos de carácter teóricos que otros tipos de argumentos. Pero si se realiza una comparación global con los demás niveles educativos, fue en este grupo donde se registró un menor porcentaje de dichos argumentos teóricos. Además, si se profundiza en el análisis del grado de generalización de los argumentos de los hablantes de alfabetización se puede observar que donde hubo un mayor porcentaje global de emisiones referidas a casos particulares, así como un menor porcentaje de enunciados en los que se trataba la identidad cultural empleando signos descontextualizados, fue en este grupo. Otro aspecto a considerar es el hecho de que las participantes de este grupo combinaron en un mismo enunciado los argumentos particulares con los generalesteóricos en escasa ocasiones, esto es, no hicieron uso de enunciados mixtos. La integración de diferentes grados descontextualización en un enunciado está asociada a una naturaleza más compleja y elaborada de la argumentación, que una basada únicamente en signos contextualizados o descontextualizados. También se puede observar el reflejo de formas contextualizadas de representación en el estilo discursivo de los enunciados. El grupo de alfabetización se caracterizó, con respecto a los otros grupos, por el uso que hicieron de la narración y de los eventos vitales para construir sus actos de identidad cultural. Este hecho es lo que denomina Bruner (1988) como pensamiento narrativo para representar la realidad. Pero las narraciones proferidas por estos sujetos distan de estar construidas en torno a las vicisitudes de un pueblo o una cultura a lo largo del tiempo, al modo del que se ocuparía la narración histórica formal, sino que, se apoyan en acontecimientos y hechos acaecidos en la vida cotidiana de personas particulares, normalmente la propia hablante, para argumentar la idiosincrasia o 20 no de Andalucía y las características de lo andaluz. En el ejemplo que se presenta a continuación, la participante, a partir de contar su experiencia personal valorada como positiva en otro territorio, establece la inexistencia de características peculiares de lo andaluz: “yo lo he dicho, que he estado viviendo 16 años fuera y he vivido muy a gusto también, que no he notado la diferencia... de Sevilla a Menorca que ha sido donde he estado”. Por el contrario, la utilización de explicaciones por parte de los hablantes de este grupo fue escasa. Este estilo requiere la elaboración de argumentos más sofisticados y complejos que están muy vinculados a formas abstractas de pensamiento en lugar de a formas narrativas. La complejidad de este estilo proviene de su propia estructura, ya que para desarrollar una explicación convincente es necesario, en primer lugar, plantear una situación determinada (a través de una definición, descripción, etc.) y después relacionarla con algún otro evento o hecho, ya sea a través de una relación causal o a través de mostrar un hecho evidente como prueba de lo que se argumenta, por ejemplo una narración. Pero si hay algún estilo discusivo que caracterice a este grupo es sin duda el estilo “expositivo”. Esto no es solamente porque fuese el más utilizado por el grupo de alfabetización, ya que esto mismo sucede de igual forma en los demás grupos, sino porque fue, además, significativamente más utilizado con respecto al discurso de los otros grupos educativos. El uso de exposiciones por parte de este grupo está relacionado con formas contextualizadas del signo, y, de alguna forma, si se profundiza en el análisis de esta dimensión expositiva, refleja también la falta de complejidad característica del discurso este nivel educativo. En el desglose que sufrió esta dimensión revela que el discurso del nivel de alfabetización se caracterizó por el uso de un estilo discursivo basado principalmente en aseveraciones, más que en descripciones o definiciones. Hay que tener en cuenta que existen diferencias 21 en la complejidad de las distintas dimensiones. Así, los actos articulados a través de aseveraciones simplemente señalan la existencia o no de algún rasgo identitario, mientras que, en los actos que se construyen a través de descripciones o definiciones, se realiza una descripción más o menos integrada del objeto o evento, aportando diversas características del mismo. Por tanto, este aspecto también ilustra, en cierta manera, la simplicidad de los enunciados del grupo de alfabetización. Los argumentos de identidad en el nivel de ciclo medio En este grupo se distingue una transición del discurso hacia unas formas más descontextualizadas, más cercana a géneros discursivos tradicionalmente asociados a la racionalidad formal, pero en el que aun se puede percibir ciertas estructuras asociadas a un razonamiento concreto. En este sentido, el discurso del grupo de ciclo medio se sitúa, en algunas ocasiones, muy cercano a las características del grupo de alfabetización; sin embargo, en la mayoría de los casos, su discurso presenta características en posiciones intermedias entre los otros dos niveles educativos, y en escasas ocasiones se encuentra asociado al nivel de graduado o alejados de ambos niveles educativos. Los individuos a través de su participación en escenarios culturales tienen acceso a nuevos y específicos tipos de instrumentos. Sin embargo, esta condición, aun siendo necesaria, no es suficiente para que los sujetos dominen y se apropien de dichos instrumentos. Estos procesos son graduales, no instantáneos. Este hecho permite comprender la actuación de los sujetos de ciclo medio. En un principio, los sujetos que asisten a un centro de educación formal entran en contacto con nuevos instrumentos de mediación que son fomentados en la escuela; posteriormente, los individuos, por el uso repetido que hacen de los mismos, se van haciendo poco a poco expertos en su utilización hasta que son capaces de dominarlos completamente. Pues bien, se puede considerar que el grupo de ciclo medio se encuentra en esta etapa de transición, en la que ya tienen las destrezas suficientes como 22 para ser capaces de utilizar los instrumentos que son propios de escenarios de escolarización formal, pero aún no tienen las suficientes como para hacerlo de una forma experta, ya que todavía no han alcanzado un dominio pleno sobre los mismos. En este sentido, se puede decir que lo hacen de una forma rudimentaria. Esta circunstancia tiene su reflejo en los datos obtenidos, ya que, como he dicho, el discurso de los sujetos de ciclo medio no marcó grandes diferencias en las distintas categorías de respuesta con respectos a los otros dos. A continuación se detallan las características más sobresalientes del discurso de este nivel educativo en la construcción de sus actos identidad cultural. La primera de estas características hace referencia al nivel de complejidad de los actos de identidad. Los sujetos de este nivel educativo plantearon los argumentos de una forma elemental, sin aportar apenas elementos o razones que apoyen su argumentación. En este sentido, la complejidad del discurso de este grupo no difiere significativamente de la obtenida por el grupo de alfabetización. A pesar de ello, este rasgo en el discurso no va a tener una influencia tan marcada en las demás categorías como sucedió en el nivel analizado anteriormente. Por otro lado, en relación con el grado de generalización, los actos de identidad de este grupo fueron construidos predominantemente utilizando signos descontextualizados, alejándose de esta manera del discurso particular que caracterizaba al grupo de alfabetización. La fuerza de la argumentación en esta ocasión no descansó, como sucede en el anterior nivel, en la verisimilitud de un hecho particular acaecido a un individuo, sino en la capacidad de argumentar de un modo genérico, y por lo tanto, susceptible de ser compartido por el resto de la audiencia. No obstante, los sujetos de ciclo medio raramente utilizaron, en un mismo enunciado, esta descontextualización en el discurso combinadamente con otras formas más particulares. Esto es, no se observa una integración de diferentes niveles de descontextualización para formar un enunciado “mixto”. Este 23 rasgo acerca de nuevo a estos sujetos al grupo de alfabetización. En mi opinión, esta característica es la que mejor refleja la falta de un dominio completo en el discurso fomentado en la escuela, ya que la puesta en relación y combinación de diferentes grados de descontextualización en un mismo enunciado implica un manejo sofisticado de estos instrumentos. Al igual que en los demás niveles, el discurso descontextualizado se articuló en la mayoría de los casos a través del estilo discursivo basado en exposiciones, aunque esto no difirió de forma significativa del discurso de los demás grupos. De hecho, lo realmente característico del discurso de este nivel es que todas las demás dimensiones del estilo discursivo utilizadas se situaron en un punto intermedio entre los otros dos niveles. Esta circunstancia refleja perfectamente el estatus de transición que representa el nivel de ciclo medio. Los argumentos de identidad en el nivel de graduado Una visión general de los datos muestra cómo las participantes en este grupo realizaron los actos de identidad cultural a través de un discurso que está estrechamente vinculado al discurso racional tradicionalmente asociado al contexto escolar formal (Wertsch, 1990). Este tipo de escenarios promueve un discurso caracterizado por utilizar instrumentos de mediación descontextualizados, por establecer relaciones entre estos signos, por realizar análisis causales, etc. A diferencia de las formas contextualizadas de representación en las cuales objetos y eventos son representados en términos de su particularidad concreta, en este caso se produce una abstracción de un conjunto de eventos particulares para producir un determinado rasgo o hecho. Los resultados muestran que el grupo de graduado es el que estable las diferencias, ya sea en los géneros discursivos utilizados o en los contenidos semánticos referencial. De cómo se plasma todo lo comentado en las distintas categorías de la investigación me ocuparé a continuación. 24 La característica básica en cuanto a la estructura de los actos de identidad de este grupo de graduado fue su complejidad. Los enunciados producidos por las estudiantes del nivel de graduado fueron más sofisticados y elaborados que en los restantes niveles. Los sujetos de este grupo no se detuvieron en expresar una determinada idea esquemáticamente, sino que desarrollaron todo un argumento que la apoyase y la hiciera convincente a la audiencia. Como sucedió en el grupo de alfabetización, la elevada complejidad de los actos del grupo de graduado es un factor que va a tener su reflejo a lo largo de la discusión de los datos de este grupo. La fuerza de la argumentación en este caso no descansó, como sucedió en el nivel de alfabetización, en referentes particulares, sino que lo hizo sobre signos descontextualizados, pero a diferencia de los enunciados del grupo de ciclo medio, los de graduado además combinaron conjuntamente en un mismo enunciado argumentos particulares junto a generales. El discurso con un elevado grado de generalización fue utilizado para presentar el principal argumento del enunciado, mientras que el discurso más particular es usado para ilustrar dicho argumento. Esta manera de construir los actos de identidad es muy poco usual en los dos grupos anteriores, que bien tendían a usar un argumento práctico (alfabetización) o un argumento teórico (ciclo medio), pero raramente combinaban ambos en un mismo enunciado. Esta sofisticada relación entre distintos niveles de generalización revela un alto nivel de dominio en este grupo sobre los instrumentos que utilizan (Gallimore y Tharp, 1993). Relacionado con esta complejidad en la estructura de los actos de identidad, que presenta el discurso del grupo de graduado, también destaca los resultados obtenidos en el estilo discursivo. Este grupo se caracterizó por el escaso uso del estilo narrativo y expositivo, aunque este último sea el más utilizado. Sin embargo, el rasgo más diferenciador de este grupo de graduado fue la tendencia a usar la explicación para construir sus actos de 25 identidad. Este estilo, como forma de argumentación característica de la racionalidad formal, requiere de un discurso que se asiente en el uso de significados verbales autónomos, es decir, de establecer relaciones típicamente causales entre los signos. Una explicación está compuesta forzosamente por otros estilos discursivos relacionados de tal forma que uno o algunos de ellos expliquen lo argumentado por él o los otros. Así pues, una explicación puede comprender, por ejemplo, una aseveración o descripción y como evidencia empírica que explique lo anterior puede aparecer una narración. De esta manera puede resultar esclarecedora la mayor complejidad de este estilo discursivo respecto a los demás. El siguiente ejemplo puede ilustrar dicha complejidad estructural: “Es diferente el carácter, bueno, a mi manera de pensar. Yo he estado en Barcelona y el carácter de ellos es diferente totalmente, son más serias las cosas, las trata de una forma ... o dicen tal cosa y nosotros lo hacemos de diferente forma... yo veo que somos diferentes... digamos a otras regiones, porque claro a lo mejor el clima o por las costumbres también son diferentes. En la capital y en los pueblos y entonces tienen uan diferencia con otras regiones. Yo lo veo así”. En este enunciado primero se establece una serie de afirmaciones generales, en este caso a través de descripciones acerca del carácter, seguido de un discurso particular a modo de ejemplo, y todo esto explicado al final por los efectos del clima en los rasgos de personalidad. La complejidad de los actos en el estilo discursivo también se refleja en la forma en que se construye el estilo expositivo. Los sujetos de graduado utilizaron un discurso basado sobre todo en descripciones y definiciones para exponer las características de que definen a lo andaluz, en detrimento del uso de las aseveraciones que, como ya comenté, son cuantitativamente más simples, ya que ellas no están formadas por varios elementos. 26 A modo de reflexión final Como reflexión final de este estudio me gustaría resaltar dos ideas básicas. Por un lado, la importancia de estudiar la identidad cultural teniendo en cuenta el contexto social donde participan los individuos. En función de los escenarios culturales, los individuos utilizarán unos determinados instrumentos que configurarán sus actos de identidad. De entre todos los escenarios que conforma una cultura, la educación formal ha resultado ser, como numerosas investigaciones ponen de manifiesto, uno de los más determinantes en la configuración de los modos de discurso, o lo que es lo mismo, de los modos de pensamiento de los individuos. Los resultados de la presente investigación aportan claras evidencias sobre como cambia el discurso identitario a lo largo del proceso de escolarización. Las prácticas educativas no sólo aportan conocimientos sobre determinadas materias sino que también aportan a los estudiantes la posibilidad de acceder a nuevos instrumentos culturales. En la mediada que se vayan dominando estos nuevos instrumentos los sujetos tendrán la oportunidad de utilizarlos para reflexionar sobre la realidad que les rodea en unos términos diferentes. Al mismo tiempo, los instrumentos también están orientados hacia uno mismo, transformando la percepción que se tienen sobre sí, y por lo tanto, transformando la propia identidad. El cambio en la identidad cultural de las personas que participan, o han participado, en escenarios escolares no tiene porque implicar la eliminación de anteriores formas de reflexión sobre el grupo cultural de pertenencia. Los instrumentos culturales adquiridos en otros escenarios no desaparecen, y por tanto, seguirán siendo utilizados para construir actos de identidad en aquellos escenarios sociales donde su uso esté privilegiado. Finalmente, la segunda idea que quiero destacar es la posibilidad de realizar un planteamiento alternativo a los estudios que tradicionalmente se han desarrollado en el ámbito de la Psicología de la identidad cultural. Estos, por lo general, han partido de una 27 Gráfica 3. Nivel educativo por estilo discursivo 90 75 60 45 Alfabetiz visión individualista en la que los procesos sociales sóloC.juegan un papel secundario, o son Medio 30 15 Graduado considerados como una variable independiente de los fenómenos psicológicos. En 0 contraposición Narrativo a Descripc. este enfoque, se ha propuesto Explicac. una visión en la que las dimensiones social e individual están íntimamente entretejidas, estando la primera directamente implicada en la propia construcción de procesos psicológicos como el de la identidad cultural. Así, a medida que ampliamos nuestras experiencias y nuestra participación en diferentes escenarios culturales vamos incorporando nuevos instrumentos mediadores que transforman la manera de reflexionar sobre nosotros mismos y sobre nuestro grupo cultural. TRES O CUATRO PÁGINAS DE TEORÍA. Introducción 1200 Total Palabras 7.500 28