el archivo y la identidad nacional

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EL ARCHIVO Y LA IDENTIDAD NACIONAL
PONENCIA PRESENTADA EN EL VI° CONGRESO CENTROAMERICANO
DE HISTORIA POR EL PROFESOR PORFIRIO DE CRUZ SAMUDIO.
A MODO DE INTRODUCCIÓN.-
Como bien dice VILLO LUIS, en su obra “Estado Plural y Pluralidad de
Culturas, los pueblos que se encuentran sometidos a una relación de colonización,
dependencia o marginación por otros países, se les hace imperante la búsqueda
de su identidad.
Esa búsqueda de la identidad no está ligada necesariamente a situaciones
de colonización o dependencia. También otras situaciones de disgregación social
pueden dar lugar a un sentimiento de crisis de identidad.
En los nuevos procesos que estamos viviendo, se percibe una fragilidad en
la identidad nacional y personal, la misma está siendo amenazada por los
procesos de internacionalización, globalización, por el despliegue de una cultura
homogeneizadora que se impone a través de los medios de comunicación y
busca, por lo tanto, un sistema de garantías que la reconforte, que le dé
seguridad.
La preservación de la identidad nacional es un elemento indispensable de la
resistencia a ser absorbidos por otras culturas dominantes. Tiene que presentarse
bajo la forma de una reafirmación, a veces, excesiva, de la propia tradición
cultural, de la lengua, de las costumbres.
El problema de la identidad ha sido quizás el problema esencial de nuestra
cultura. La identidad es considerada como la faceta mas importante de ciertas
luchas tanto pacíficas como violentas. Ha estado presente ante el fenómeno de la
modernidad y lo está ante la posmodernidad.
Memoria Histórica e Identidad Nacional.-
La identidad nacional, al igual que la historia y la cultura son fenómenos
dinámicos, además acumulativos y multifacéticos por su naturaleza. Si tomamos
en cuenta estas características, podemos aseverar que el pasado no es estático,
sino una recreación contínua del presente en constante interacción.
Octavio Paz con agudeza crítica observó que la identidad nacional no se
descubre: se desenvuelve, no se fija: se desarrolla, se transforma. Y que para que
tal proceso tenga sentido y resultado, ha de contar con dos aliados importantes: la
memoria histórica y la imaginación futurista.
La importancia de los archivos como patrimonio y memoria de cada país.
A lo largo de sus cinco mil años de historia, los archivos han estado
estrechamente ligados al estado y a la ley, pues, son productos de la
administración y la gestión pública. Son, “el fundamento, la memoria y el apoyo
del poder”.
Termina su vigencia administrativa, legal o fiscal, los documentos de los
archivos se convierten en testimonios de la historia, que promueven en los
individuos la solidaridad y la convivencia.
Así, los archivos como centros de información institucional, contribuyen ala
eficacia en el servicio al ciudadano y como test9imonios históricos, son esenciales
para la identidad nacional.
El fin esencial de los archivos es conservar y servir los documentos que son
pruebas, testimonios e informaciones, constituyen la memoria de los pueblos,
apoyan la gestión de la actividad del hombre, promueven el conocimiento de la
diversidad cultural, la comprensión de los procesos históricos y la construcción de
la identidad colectiva. Adquieren un valor cultural y social de incalculables
beneficios para la investigación.
Son importantes por la EXCLUSIVIDAD de los documentos contenidos en
ellos a diferencia de otros sistemas y servicios de información. Esa exclusividad
los hace SINGULARES.
El archivo es uno de los elementos mas estables de las instituciones. Quizás
el único. En las instituciones del Estado, todo cambia: las funciones, la estructura
orgánica, el personal, la sede, hasta el nombre. El archivo se convierte así en una
sólida base del aparato administrativo, del que nace y al que sustenta,
ofreciéndole un rasgo inequívoco: la CONTINUIDAD.
Los documentos , en consecuencia, engrosan el archivo, el cual sirve para
hacer caminar a la institución y para saber cómo ha caminado desde el principio.
Esta verdad adquiere una mayor evidencia cuando los años transcurridos son
muchos y el esfuerzo desplegado es grande.
En la historia mundial de los archivos se registran saqueos codiciosos, robos
y otras peripecias. Son innumerables los ejemplos de archivos destrozados,
saqueados y trasladados por medio de operaciones militares a otros sectores. A
modo de ejemplo, no olvidemos en nuestro país, durante la invasión imperialista
norteamericana, fueron llevados a los Estados Unidos los archivos del régimen
militar, y todavía no sabemos a ciencia cierta, ni que contenían, ni cuando serán
devueltos a Panamá.
Pero no sólo en épocas de guerra fueron dañados y desatendidos los
archivos, también imposibilitados por diversas circunstancias, muchos archivos
latinoamericanos de hoy, atraviesan por dificultades y limitaciones legales e
infraestructuras anacrónicas.
En nuestro país, podríamos preguntarnos, por ejemplo, que destino tuvo el
juicio de Victoriano Lorenzo, los documentos sobre el movimiento de Pedro
Prestán , en Colón, que se sabe que existían en nuestro repositorio histórico y que
han desaparecido.
A menudo, ni el Estado ni los ciudadanos tienen conciencia del valor de los
archivos. Saben de su utilidad sólo cuando precisan de sus servicios. Muchas de
las autoridades recuerdan la importancia del archivo cuando se halla perdido un
documento, de cuyo contenido depende , por ejemplo, una gran decisión.
Cabe mencionar, en este momento, el caso específico de nuestro Archivo
nacional, en cuyo acervo existen documentos desde el siglo XVI, documentos
valiosísimos de la época de la Colonia, en muy malas condiciones físicas.
Documentos Notariales, de principios del siglo XIX, testamentos, consultados no
sólo por investigadores nacionales, sino también por inminentes estudiosos
extranjeros, allí se hizo una gran investigación sobre la participación de los
franceses en la construcción del canal.. Guarda también, documentos del período
de Unión a Colombia, la Guerra de los Mil días, del movimiento separatista, etc.,
que por alta de un edificio adecuado, de una estructura acorde a las
recomendaciones técnicas no puede seguir albergando a los documentos
históricos de las instituciones productoras.
Don César Gutiérrez Muñoz, notable archivista peruano, “archivero” se llama
él mismo, dijo: los archivos reflejan la experiencia, señalan los antecedentes,
indican o sugieren los caminos a seguir. Los archivos cuyos fondos documentan
el andar humano, dan sentido a esa inevitable continuidad.
LOS ARCHIVOS EN LA INVESTIGACIÓN HISTORICA.Para precisar los datos y dar consistencia a sus trabajos, los historiadores
requieren que los archivos les proporcionen materiales organizados y accesibles
dentro de un sistema eficiente de servicio.
La labor descriptiva exige, por tanto, conocimientos archivísticos, históricos,
paleográficos, diplomáticos, etc...así como creatividad y paciencia de parte de
estos profesionales.
Adolecemos, en mucho, de ese personal capacitado, nuestra Facultad de
Humanidades, y la Escuela de Bibliotecología y Archivología, están comenzando a
suplir esta deficiencia.
Con materiales dispersos o abandonados, los investigadores poco o nada
podrán hacer para dar consistencia a sus trabajos.
EL ARCHIVO COMO PATRIMONIO CULTURAL.Una evolución que fue lenta pero definitiva para la conformación plena del
concepto moderno de cultura y de patrimonio, quedó plasmada en la Declaración
de México, aprobada por la conferencia mundial sobre políticas culturales, la cual
definió que “el patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus
artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones
anónimas, surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la
vida. Es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de
ese pueblo: la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos
históricos, la literatura, los ARCHIVOS, las bibliotecas y las obras de arte”.
Recuperar la memoria del pasado es imposible si no se sabe cómo se ha
construido el país, su economía, sus instituciones políticas y sociales... Se debe
tener una percepción clara de los grandes sacrificios y los graves problemas que
tuvieron las generaciones pasadas para formar una nación...No se puede escribir
historia real sin el contacto con las fuentes directas, originales, es decir, con los
documentos que reposan en los archivos, que reposaron durante muchos años
pero que reviven cada vez que alguien los consulta.
La historiografía se desarrolla si se dispone de archivos muy completos,
archivos que sirvan y sirven, a los investigadores, necesitamos hacer de los
archivos , recintos de estudio, pilares de la investigación.
En esta administración, estamos tratando de reinvindicar los archivos, y los
remodelamos para ponerlos a la altura del tiempo y de las necesidades de la
investigación, tenemos en proyecto la digitalización, un sueño, pero que podrá
hacerse realidad con buena voluntad y trabajo .
Los archivos se convierten en los guardianes del patrimonio documental de
los pueblos, promueven la investigación científica y permiten a la sociedad
planificar su futuro en base a las experiencias pasadas; fomentan el conocimiento
y la valoración de lo propio y autóctono y así fortalecer la identidad nacional.
Sin embargo, ¿ qué patrimonio documental puede formarse si se depredan,
se mutilan, se saquean o se destruyen?
Todos los ciudadanos debemos contribuir a la protección de nuestros
archivos, a su conservación y fortalecimiento.
La conservación y preservación del patrimonio cultural es una tarea que en
nuestros días ha ido adquiriendo creciente importancia, ya que la humanidad se
ha dado cuenta de que son grandes las pérdidas que en este campo se han
presentado con el devenir de los tiempos.
Los bienes culturales patrimoniales son expresión de nuestra identidad, y al
Estado, le compete velar por su defensa, su preservación y su difusión,
incorporando a los distintos sectores y agentes sociales a este proceso. El país
debe invertir en su memoria y utilizar los archivos como recurso básico para el
desarrollo y para la construcción de una sociedad informada, democrática y
participativa.
Cuando los encargados de los testimonios del pasado servimos un legajo o
facilitamos una información, cooperamos con el investigados en el establecimiento
de la verdad y en la construcción de la historia.
Debemos demostrar a las autoridades con nuestra iniciativa, con nuestro
trabajo y dedicación constante, la necesidad insoslayable de contar con buenos
archivos para la óptima administración de las instituciones del Estado, demostrar,
también, la vital importancia de los archivos como testimonio del quehacer
institucional y de la transparencia de la administración.
Quisiera terminar con el pensamiento de José Pedro Esposel, quien en 1996
escribió “Si a un archivista que se enorgullece de su profesión le fuera permitido
soñar y esperar, su mayor deseo será, por cierto, que todos –plebeyos y nobles,
pobres y ricos, pueblos y autoridades, todos de verdad, tomen conciencia de la
importancia de los archivos, comprendan, respeten e incentiven los trabajos
pendientes en la documentación allí conservada y aprendan a sacar de las
lecciones del pasado, el máximo provecho para hoy y para el mañana”.
MUCHAS GRACIAS.
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