Trabajo Investigación Materia: La depresión de los Años treinta Introducción

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Trabajo Investigación
Materia: La depresión de los Años treinta
Asignatura: Historia y Geografía.
Introducción
La depresión económica de los años 30'.
Entre las herencias dejadas por la primera guerra mundial, se cuentan una serie de transformaciones, paradojas
y contradicciones que hicieron sentir la fragilidad del nuevo orden internacional. El signo de cambio más
evidente, aparte de la desaparición de los imperios centroeuropeos, fue la transformación de los estados
unidos en primera potencia mundial. En 1914, este país debía a Europa 3000 millones de dólares; mientras
que en 1918, el viejo continente debía a estados unidos entre 12000 y 14000 millones de dólares. De gran
deudor, se transformo en la principal potencia acreedora del mundo. Sus aliados en Europa, Inglaterra y
Francia, no habían logrado traducir en la misma proporción la victoria militar y los avances económicos; por
el contrario, algunos investigadores sostienen que fueron sus economías las más perjudicadas con la guerra.
La millonaria deuda contraida con EE.UU y la difícil reconversasion de la industria de guerra en una industria
verdaderamente productiva, terminaron por obligar a ingleses y galos a reducir el monto de las
indemnizaciones de la guerra impuestas a Alemania en 1921. De otra forma, la destruida economía alemana
no habría podido saldar sus obligaciones con las potencias triunfantes.
Gran parte de la deuda Europea se pago con nuevos prestamos norteamericanos y así, a partir de 1924, la
inversión, el consumo y la reactivación económica lograda basándose en créditos, aparentaban haber llegado a
niveles de normalidad. En tan paradójica situación, la sociedad de naciones admitió la presencia de Alemania
en el entendido de que la restauración de la economía internacional se lograría sobre bases de consenso y
colaboración. En esta ilusoria época de prosperidad, los franceses solían decir París esta de fiesta. Una
prosperidad, sin embargo que sería bastante efímera.
La caída de la bolsa de Nueva York, en 1929, fue el punto de partida de una crisis económica que se convirtió
en una larga depresión, la mayor trascendencia que el capitalismo había sufrido hasta entonces. Afecto a todo
los países, a todos los sectores económicos, a todas las clases sociales. Su intensidad fue de tal magnitud que
provoco una profunda transportación en el sistema capitalista. La catatrosfe no solo adquirió dimensiones
económicas y sociales, sino también emocionales e ideológicas y desintegro la confianza de la prosperidad
americana. Además con la depresión agravo la crisis del estado liberal y favoreció el ascenso del nazismo, que
condujo a la segunda guerra mundial.
Los Signos que presagian la depresión
Los avances de la técnica, la producción en serie y la extraordinaria cosecha de divisas que los Estados
Unidos obtenía de los deudores europeos, marcaron el fuerte ritmo de crecimiento de la economía
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norteamericana. En la década de los veinte los sucesivos gobiernos republicanos de Warren Harding, Calvin
Coolidge y Herbert Hoover, volvieron al país a su tradicional aislacionismo y consagraron todas sus energías
y fuerzas a la expansión económica. La reserva de oro norteamericana que era de 1800 millones de dólares en
1919 alcanzo en 1928 a los 4500 millones, es decir, la mitad del oro acuñado en el mundo entero. En 1925, los
estados unidos aportaban a la economía mundial mas de la mitad del hierro, carbón, acero, cobre, petróleo, y
algodón, mientras que la población de los estados unidos no sobrepasaba el 5% de la población mundial.
Por otra parte, en las 2 primeras decadas de este siglo, América latina había desarrollado un régimen
económico basado en la monoexportación de materia primas tales como frutas, café, azúcar, caucho, petróleo,
cobre y estaño, que vendían a bajisimos precios al país del norte. A su vez, estos países constituían magníficos
mercados para los productos manufacturados de los norteamericanos.
Este ambiente donde la prosperidad parecía eterna, el ciudadano medio de estados unidos compraba,
indiferentemente y a crédito, radios, automóviles y cuanta manufactura ofrecía la poderosa industria de su
país. En el mismo periodo el mercado bursátil, la compra−venta de las acciones de la bolsa de valores, se
había desarrollado en forma tan sorprendente como la producción industrial y, en vista que las cotizaciones de
las acciones subían con regularidad, cundió entre la población la fiebre irresistible de invertir en la bolsa de
valores. La sostenida demanda hizo subir a las acciones a alturas increíbles, sin que los especuladores,
profesionales o aprendices, sospechaban que estaban levantando un castillo de naipes que luego se
derrumbaría.
El Crack de 1929
La crisis bursátil sorprendió a una sociedad sumergida en el optimismo de la aparente prosperidad. Fue, a la
vez, resultado y efecto de la debilidad de la economía americana, cuyos signos precursores se anunciaban
desde 1925.
En la fase expansiva de los años veinte, el volumen de inversiones fue muy elevado, gracias a las altas
ganancias obtenidas a causa del incremento de la productividad y de la moderación de los salarios. Pero esta
situación ayudada por las elevadas tasas de paro provocó que la producción fuera superior a la demanda.
Hacia 1928 comenzaba a manisfestarse la primera señal de contradicción económica en áreas como la
construcción y las industrias que la complementaban. A comienzos de 1929 fue evidente una disminución de
las ventas del cobre y del acero lo que llevo a los accionistas a una especulación bursátil (Comprar acciones a
bajo precio con el objetivo de revender a un mejor precio en un breve periodo de tiempo) y la estabilización
de la Bolsa de valores de Nueva York. La confianza en una aparente prosperidad de la situación económica
favoreció un aumento de la concesión de créditos. Sin embargo el alza del valor de las acciones no
correspondía a de la actividad económica del país. El precario equilibrio entre la bolsa y la realidad
económica, cada vez más critica, provoco el hundimiento de los valores de las acciones de la bolsa de Nueva
York sin embargo a pesar de estos primeros signos, los especuladores todavía compraban acciones.
Con el tiempo algunos profesionales financieros pensaron que tal vez fuera más rentable invertir en otros
activos fuera de la bolsa por lo que empezaron a vender sus activos bursátiles. Se inicio un fuerte movimiento
vendedor. El 23 de octubre se vendieron seis millones de acciones, a precios cada vez menores y al día
siguiente denominado jueves negro se vendió el doble. El lunes se vendieron nueve millones de acciones; el
precio de éstas había caído en más de 14.000 millones de dólares en menos de una semana. En el `martes
negro' se colapsó la Bolsa; el precio de las acciones de las mayores empresas, como General Electric o
Woolworth, también cayó. Ese día se vendieron más de 16 millones de acciones, con una pérdida de valor
superior a los 35.000 millones de dólares. Lo ocurrido en Wall Street se reprodujo de una forma vertiginosa en
las demás bolsas de Estados Unidos, desde Chicago hasta San Francisco.
Para 1932 unos 5000 bancos norteamericanos habían desaparecido, centenares de industrias cerraron su
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puertas y decenas de miles de trabajadores quedaban en la cesantía. La crisis siguió hasta 1933 y provoco una
ruina de millones de grandes y pequeños inversionistas;
LA EXTENSION DE LA CRISIS
La crisis bursátil se extendió pronto a todos los sectores de la economía americana, dando lugar a un círculo
vicioso que originó una profunda depresión. (Anexo Nº )
− Crisis financiera. La no−devolución de préstamos por los inversores arruinados provocó la quiebra del
sistema bancario y, al mismo tiempo, quiebras empresariales en cadena por falta de financiación. La falta de
liquidez afectó al consumo y a las inversiones, y tuvo como consecuencia inmediata la caída de la producción.
− Crisis industrial y comercial. La reducción de la demanda aceleró el descenso de los precios, lo que provocó
la disminución de beneficios y, por tanto, se contrajo la actividad empresarial. Esta situación incrementó la
tasa de paro que, junto con la bajada de salarios, contrajo, a su vez, la capacidad de compra. Como
consecuencia aumentaron los stocks y se redujo aún más la producción industrial.
− Crisis agrícola. La caída de los precios afectó con más virulencia a la agricultura, sector que vivía una crisis
de sobreproducción desde 1925.
Los vínculos de interdependencia existentes en la economía mundial propagaron con rapidez la crisis
americana a otros continentes, principalmente a Europa y sus colonias.
La crisis financiera de Estados Unidos provocó la reducción de préstamos a Europa y la repatriación de capital
norteamericano invertido en el extranjero. Ello motivó quiebras empresariales y bancarias y devaluaciones
monetarias, y privó a la mayoría de los países europeos de sus medios habituales de pago. Los efectos de la
crisis industrial también se notaron en los países europeos que, al igual que Estados Unidos, adoptaron
medidas proteccionistas para intentar potenciar la producción nacional. Entre 1929 y 1932, el comercio
mundial se redujo en dos terceras partes. Austria y, sobre todo, Alemania fueron los países europeos más
afectados por la crisis, ya que sus economías se basaban en las aportaciones de capital norteamericano. Gran
Bretaña intentó frenar la crisis con una rápida devaluación de la libra, que relanzó sus exportaciones. En
Francia, las repercusiones fueron más tardías.
Así pues, toda Europa, con excepción de la URSS, se vio envuelta en la crisis. Ésta se extendió también a
América Latina y a las colonias cuando el retroceso de la demanda hizo caer la producción y el precio, hasta
un 60%, de las materias primas y los productos agrícolas.
LAS CONSECUENCIAS SOCIALES Y POLITICAS
Las consecuencias sociales fueron devastadoras a escala mundial. El descenso de los salarios y el desempleo
fueron fenómenos generalizados, que empobrecieron a miembros de todas las clases sociales (Anexos Nº − −
). Buena parte de la clase obrera y los campesinos sufrió la miseria y la indigencia, mientras que las clases
medias (funcionarios, profesionales liberales, pequeños empresarios, etc.) iniciaron un proceso de
proletarización (Anexo Nº ). Las marchas del hambre se sucedían en Estados Unidos y Europa. En
Norteamérica se contabilizaba más de un millón de personas sin hogar, que se hacinaban en barracas
(ciudades de lata) en los extrarradios urbanos (Anexo Nº ). Por otra parte, las desigualdades sociales se
acentuaron, ya que la diferencia de nivel de vida entre ricos y pobres era cada vez mayor.
Aunque hubo una respuesta social (manifestaciones, huelgas, motines...), también se dio una fuerte represión
patronal y gubernamental, ante el temor a los ideales comunistas (peligro rojo). Esta situación, unida a la
desconfianza en las soluciones que pretendían aportar los sindicatos, explica en parte que la contestación
social quedase dispersa y no diese lugar a un verdadero movimiento revolucionario.
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La Gran Depresión, y su secuela social, conmocionó también el orden político que sustentaban la economía
capitalista. La ineficacia de la mayor parte de los gobiernos para actuar contra la crisis llevó a la población a
cuestionar la democracia liberal y a buscar soluciones en ideologías extremistas, anticapitalistas y
antidemocráticas, que defendían Estados autoritarios, ya fueran de tendencia comunista o fascista.
Durante la década de los años treinta, en la mayoría de los países europeos los regímenes políticos
democráticos fueron sustituidos por regímenes autoritarios, generalmente de ideología fascista, gracias al
apoyo de los grupos políticos conservadores de derechas, que veían el comunismo como una amenaza a la
estabilidad política y a su estatus social.
SOLUCIONES A LA CRISIS: EL FIN DEL LIBERALISMO ECONOMICO
Desde el siglo XIX, los economistas consideraban que las épocas de recesión formaban parte del sistema
capitalista y que podían superarse mediante los propios mecanismos del sistema. La intervención del Estado
no se creía necesaria, y sólo se adoptaba una política económica deflacionista.
Pero después de 1929, la reducción del gasto público y del volumen de moneda en circulación provocó el
descenso de los salarios y el aumento del paro, que contribuyó a reducir aún más el consumo, conduciendo a
una parálisis de la economía, por la escasez de dinero. Por otro lado, el aumento de medidas proteccionista
impidió la coordinación internacional para buscar una salida común a la crisis, como demostró el fracaso de la
Conferencia de Londres (1933). Así pues, las potencias industrializadas reforzaron las políticas
proteccionistas, lo que retrasó la recuperación.
La gravedad y duración de la crisis de los años treinta supuso el fracaso definitivo del capitalismo liberal
clásico, y forzó la intervención y dirección del Estado en los asuntos económicos. El New Deal, o nuevo trato,
adoptado en Estados Unidos fue una de las soluciones más innovadoras.
INTERVENCIONISMO ECONOMICO: EL NEW DEAL
El New Deal fue la política social y económica impulsada por el presidente norteamericano F.D. Rossevelt
desde 1932. Por primera vez, el Estado tomaba la iniciativa como una nueva forma de enfrentarse a la crisis.
El principal objetivo de la nueva política era reactivar el consumo para incentivar la inversión y conseguir así
el equilibrio del mercado y el argumento de la ocupación laboral. Se establecieron mecanismos para que el
Estado ejerciera un mayor control de la banca y del sistema de créditos; se reglamentaron las empresas
privadas y la explotación agrícola, para evitar los abusos del libre mercado; se invirtió en infraestructura, para
fomentar el empleo, se fijó un salario mínimo y unas condiciones de trabajo más justas, incentivando los
sindicatos como interlocutores entre trabajadores y patronal. Las medidas adoptadas consiguieron estabilizar
la economía, pero sin llegar a obtener un gran crecimiento. También mejoraron las condiciones de vida y de
trabajo, por lo que se redujo el impacto social de la depresión.
Por otra parte, la mayoría de los Estados capitalistas adoptó soluciones intervencionistas. En el Reino Unido,
se concedieron ayudas a los sectores más afectados por la crisis; en Francia, el gobierno de izquierdas del
Frente Popular (1936) aplicó medidas sociales encaminadas a conseguir la recuperación económica; en
Alemania, el régimen nazi (1933) adoptó una política autárquica que, a pesar del fuerte dirigismo estatal,
consiguió superar la crisis económica con la creación de numerosos puestos de trabajo.
Aunque a mediados de la década parecía que la crisis remitía, las dificultades económicas no se resolvieron
hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando las nuevas teorías económica resultantes del análisis de
la crisis empezaron a ser aplicadas e inspiraron a las políticas económicas estatales. La principal corriente del
nuevo pensamiento económico fue el Keynesianismo.
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LA TEORIA DE KEYNES
El economista británico J.M. Keynes criticó los mecanismos del capitalismo liberal desde el fin de la Primera
Guerra Mundial, oponiéndose a las disposiciones del Tratado de Versalles. Pero fue en su obra Teoría general
de la ocupación, el interés y el dinero (1936), donde expuso su pensamiento económico, según el cual la
demanda y el consumo son el motor del crecimiento económico, pues de este dependen los beneficios y la
inversión empresarial, y por lo tanto, el empleo. (Anexo Nº )
CONCLUCIONES
*
Creo que la crisis de los años treinta es muy parecida a la de hoy en día
En los aspectos de la economía y sociedad hay cesantía y menos industrias y empresas. La crisis esta tomando
a casi todo el mundo.
*
Es importante señalar que antes de la depresión EE.UU. era un líder económico, ya que Europa debía gran
cantidad de dinero a los EE.UU.
En esta época había niveles de normalidad económica. Claro ésta que esta alegría fue bastante efímera y
cuando llega la caída de la bolsa de Nueva York en 1929, fue el punto de partida de una larga crisis
económica, que provoco consecuencias sociales y políticas.
*
Concluyo que una de las herencias que dejo la 1ª guerra mundial fue la crisis posteriormente desatada en
1929. Los países triunfadores de la 1ª guerra mundial no supieron aprovechar los beneficios tan bien como
Estados Unidos pero esto quizás fue mejor ya que luego no cayeron tan profundo como Estados Unidos. Fue
importante el aporte del presidente Rossevelt con el New Deal ya que con esto la economía estadounidense
empezó a recuperarse de esta Gran Depresión.
Indice
Portada 1
Introducción 3
Signos que presagian la depresión 4
El Crack de 1929 5
La Extensión de la crisis 6
Las consecuencias políticas y sociales 7
Soluciones a la crisis 8
New Deal 9
5
Teoría de Keynes 10
Conclusiones 11
Anexos 12
Bibliografía 19
Bibliografía
− Libro Santillana Historia Universal Para 1º y 2º medio
La depresion de los años 30
• Libro Bachillerato Unidad 10 El periodo entre guerras
• Enciclopedia Microsoft Encarta 1999 Gran Depresión crack de 1929
• Enciclopedia Salvat
*
Por lo que este trabajo me ha dejado pienso que la crisis de los treinta esta volviendo en estos tiempos, solo
que ahora no afecta específicamente a un continente sino que a todo el mundo. Esto es lamentable ya que la
población pierde su empleo sin causa alguna, es de esperar que la crisis actual desaparezca como la crisis de
aquel entonces.
Bibliografía
− Libro Santillana Historia Universal Para 1º y 2º medio
La depresion de los años 30
• Libro Bachillerato Unidad 10 El periodo entre guerras
• Enciclopedia Microsoft Encarta 1999 Gran Depresión crack de 1929
• Enciclopedia Salvat
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