Distinción entre pensión sobre cargas familiares y pensión compensatoria. 1. La naturaleza no alimenticia de la pensión compensatoria Artículo 97 CC : Pensión compensatoria. BDB AP Cádiz 6780/1999 FJ 1º (...) las cargas son un concepto que parece más propio de unas medidas provisionales, porque, al persistir todavía el matrimonio, no cabe hablar de alimentos, pero sí de cargas. Una vez dictada sentencia y terminado el proceso con sentencia estimatoria que declara la separación matrimonial, no es ya muy exacto hablar de carga de deuda alimenticia, pues la deuda propiamente dicha es la mencionada en el artículo 97 del Código Civil, aplicable a la separación además de al divorcio. O sea, que la posible deuda alimenticia quedaría absorbida e incorporada necesariamente en la pensión compensatoria. BDB AP Córdoba 20222/2001 FJ 1º (...) ciertamente, no se puede entender comprendida en la petición de contribución a las cargas del matrimonio la fijación de la pensión compensatoria, al ser conceptos que responden a situaciones jurídicas diferentes. En efecto en el marco de la legalidad vigente no es factible la coexistencia en una situación de divorcio, de la deuda de alimentos y la pensión a que el art. 97 alude, y ello porque a diferencia de lo que ocurre en otras legislaciones, la Ley de 7 de julio de 1981 no contempla como uno de los posibles efectos de la sentencia de divorcio la prestación de alimentos legales entre los excónyuges; no obstante la genérica referencia que a "las cargas del matrimonio" y "alimentos" se contienen en los arts. 90, párrafo 1 letra C) y 91 del C. Civil y ello por: 4º) porque, no obstante el tenor de los arts. 97.8 y 100 C. Civil, que ofrecen rasgos peculiares de la prestación alimenticia, la pensión regulada en los arts. 97 a 101 CC (...) no es de naturaleza alimentaria, es decir, no presupone una situación de necesidad en el acreedor, sino de carácter compensatorio o reparador del descenso por el divorcio o, en su caso, la separación, ocasionan en el nivel de vida de uno de los esposos en relación al que conserva el otro y en función del que venía llevando anteriormente en el matrimonio, operando como un factor corrector del "desequilibrio" entre los cónyuges (art. 97, párrafo 1º C. Civil) que si bien tiene por causa inmediata a la posición económica y social que cada uno de los esposos ha venido disfrutando durarle el matrimonio, es preciso que a raíz del divorcio o separación se produzca un empeoramiento en la situación económica de uno de los esposos y que éste empeoramiento sea consecuencia directa e inmediata del divorcio o separación acordados. FJ 2º.- En consecuencia, si aquellos conceptos "cargas familiares", "alimentos" y "pensión compensatoria" no son equivalentes; el contenido del primero comprende, con carácter residual, aquellos gastos del núcleo familiar que no se encuentran incluidos en los otros dos conceptos, ST 2.12.87, abarcando gastos de muy distinta índole, como obligaciones que, contraídas durante el matrimonio frente a terceros, han de seguir siendo afrontadas no obstante la ruptura de la unión matrimonial, como préstamos personales o hipotecarios, gastos de comunidad, vivienda, etc..., Pensión compensatoria: Naturaleza jurídica; límite temporal. Sentencia de 12 de noviembre de 1.999 de la A.P. de Tarragona -SECCIÓN 3ª -. Rollo 271/1999. FUNDAMENTOS JURÍDICOS PRIMERO.- El recurso de apelación interpuesto por el demandado se circunscribe a la cuestión de la pensión compensatoria establecida por la sentencia apelada, solicitando se exonere al apelante, actor en la instancia, del pago de dicha pensión debido a que es desproporcionado su importe, y, subsidiariamente para el caso de que no se suprima la misma, se limite su duración mediante la fijación de un plazo. Al respecto debe señalarse que la pensión compensatoria del art. 97 del Código Civil, de la que el demandado solicita su supresión, tiene dos presupuestos fácticos, a saber: a) que la separación o divorcio le produzca un desequilibrio económico en relación con la posición del otro; y b) que ello implique un empeoramiento en su situación anterior al matrimonio y así la fijación de tal pensión, se ha de realizar en resolución judicial, teniendo en cuenta, en su caso, las circunstancias que menciona el citado precepto, siendo significativo que la última circunstancia específica - número 8- sea, la de caudal y medios económicos y las necesidades de uno y otro cónyuge, lo que revela que estos últimos elementos constituyen más bien la base real o material de la efectividad de la pensión, que viene determinada esencialmente en función de las demás circunstancias precedentes, pues, en el caso de ser las mencionadas en el número octavo las fundamentales para la fijación de la cuantía de la pensión, se hubiera mencionado en primer lugar y no en el último. Por ello debe adoptarse un criterio restrictivo en la concesión de dicha pensión compensatoria, ya que no es admisible el otorgamiento de la pensión compensatoria atendiendo a similitudes con otros preceptos, cuya interpretación desgajada del sistema en que se integran daría lugar a resultados contraproducentes, pues no se trata de una pensión alimenticia en favor de uno de los cónyuges, sino que constituye un caso de resarcimiento de un daño objetivo, basado en el desequilibrio económico como consecuencia y no causa de la separación o divorcio. Se trata de una pensión de carácter indemnizatorio, pero tasado; no pertenece absolutamente al derecho dispositivo, pero es renunciable; no es de carácter necesario, sino facultativo, y su concesión sólo tiene lugar a instancia del cónyuge que la pretende; tiene una finalidad compensatoria, de ahí el nombre por la que es conocida; es ajena a toda idea de culpabilidad y ofrece, más bien, los caracteres de una responsabilidad objetiva o por riesgo, estando, por último, atribuida la cuantía de la pensión a la discrecionalidad judicial sin tablas determinadas, dada la mutabilidad de circunstancias de cada matrimonio. En definitiva la llamada pensión compensatoria no constituye un efecto primigenio de la separación, nulidad o divorcio, a diferencia de las medidas adoptadas en relación a los hijos menores, cargas del matrimonio y alimentos, sino un efecto secundario, eventual, en cuanto a su apreciación se da en unos casos y no en otros, según concurran o no en la concreta situación de los esposos los presupuestos de hecho previstos en la norma, dada la naturaleza jurídica privada, motivo por el que las partes pueden renunciar a ella. En el presente caso, consta acreditado que la demandada en fecha de 17 de julio de 1997 solicitó empleo en la Oficina de Empleo (vid. el certificado de 31 de julio de 1997 –folio 52-, relativo al documento 12 de la contestación a la demandada), así como que está pagando un alquiler de su vivienda habitual (vid. folio 45, relativo al documento 1 de la contestación a la demanda) y que carece de ingresos derivados del trabajo por cuenta ajena. Asimismo el actor, al absolver posiciones, reconoció que su esposa trabaja antes de contraer matrimonio (posición 2ª) y que al principio de la separación matrimonial sufrió un notable empeoramiento económico. Por el contrario consta que el actor percibe unos ingresos mensuales brutos de cien mil pesetas (100.000 ptas.) –vid. certificado del Administrador de la entidad S. P. S. P. O., S.L., así como los impresos de las nóminas de julio y agosto de 1997. Sin embargo, es evidente que estos ingresos no son los únicos que percibe el actor, como se desprende de que sea socio de la entidad referida, como lo reconoce el propio actor quien afirmó que "en los últimos años, por medio de préstamos, ha invertido más de 10 millones de pesetas en la sociedad S.P.S. P. O., S.L." (posición 12); que "actualmente ostenta como socio el 37% de las participaciones sociales de S. P. S. P. O., S.L." (posición 13); y que "se han hecho varias inversiones (se refiere a la referida óptica), una de ellas para abrir una tienda en el centro de Tarragona, calle Lleida, y la otra para seguir con esa porque es una ruina" (posición 15). También se ha probado que el actor vendió la vivienda familiar, obteniendo el precio de cuatro millones ochocientas mil pesetas (4.800.000 ptas.). Estos datos indican que el actor tiene unos ingresos superiores a los señalados en las nóminas, mientras que la demandada carece de ingresos independientes, subsistiendo la situación de empeoramiento económico y desequilibrio que existía con anterioridad a la separación matrimonial, por lo que, no habiéndose acreditado un cambio sustancial de las circunstancias se estima acertado mantener la pensión compensatoria, así como el quantum establecido por la sentencia apelada. Ahora bien es cierto que el otorgamiento de dicha pensión tampoco debe implicar un enriquecimiento a favor del cónyuge beneficiario de ella, lo que en algunos casos, como ya se admitió por la sentencia de esta Sección 1 de febrero de 1999 (rollo514/97), el mantenimiento de esta pensión de forma indefinida podría ser gravemente perjudicial para el cónyuge obligado a prestarla, de ahí que, acudiendo al criterio de equidad, conviene fijar el límite temporal de cinco años, transcurrido el cual cesará la obligación de satisfacerla, salvo el caso de que, a través del correspondiente incidente de modificación de medidas, se entienda que subsisten la razones para mantenerla en la misma cuantía o bien proceda reducirla o, en su caso, aumentarla. Atendiendo, por lo tanto, a las consideraciones expuestas debe desestimarse el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia de 15 de febrero de 1999, dictada por el Iltmo. Magistrado Juez del Juzgado de Primera Instancia número 10 de Tarragona, revocándose la misma en el sentido de fijar el límite temporal de cinco años a la obligación del actor de pagar a la demandada la pensión compensatoria establecida por aquélla, confirmándose los demás extremos de la misma. SEGUNDO.- Dado el carácter tuitivo y cuasi familiar de los procesos derivados de crisis matrimoniales, no procede efectuar especial pronunciamiento respecto al pago de las costas de esta alzada. La pensión compensatoria. Naturaleza jurídica. Límite temporal I.CONCEPTO Establece el artículo 97 del CC en caso de que se produzca la separación o divorcio de los cónyuges la posibilidad de que se fije a uno de ellos con cargo al otro, una pensión por desequilibrio o compensatoria que se fijará por convenio regulador o acuerdo entre ellos o por decisión judicial. Campuzano Tom la define como 'Aquella prestación satisfecha normalmente en forma de renta periódica, que la Ley atribuye, al margen de toda culpabilidad , al cónyuge que con posterioridad a la sentencia de separación o divorcio se encuentre -debido a determinadas circunstancias, ya sean personales o configuradoras de la vida matrimonialen una situación económica desfavorable en relación con la mantenida con el otro esposo y con la disfrutada durante el matrimonio y dirigida fundamentalmente a restablecer el equilibrio entre las condiciones materiales de los esposos, roto con la cesación de la vida conyugal'. La pensión compensatoria no depende del régimen económico matrimonial, por lo que se puede reconocer tanto en el caso de gananciales como en separación de bienes o partición. La cuantía de la pensión la fija el Juez en función de los ingresos y bienes de la persona que deba satisfacerla. En la inmensa mayoría de las sentencias se establecen pensiones por cantidad fija y de pago periódico, aunque hay algún caso de pensión establecida en porcentaje de los ingresos del deudor. No se puede solicitar por el beneficiario aumento en la cuantía de la pensión fundado en una alteración sustancial en el patrimonio del obligado al pago, si este aumento se ha producido con posterioridad al cese de la vida en común, ya que el carácter compensatorio de la pensión hace referencia al nivel de vida que venían disfrutando durante el matrimonio y el desequilibrio remite al momento en que se produce la ruptura; ni se puede pretender con ella, conseguir de manera perpetua una igualdad económica de los esposos. Al contrario que en otros países europeos, no existe en la legislación española ningún baremo obligatorio al que deba ajustarse el Juez a la hora de fijar la pensión compensatoria, pudiendo fijar la cuantía conforme a su criterio, dentro de los márgenes que establece la ley . La SAP de Murcia de 11 de Enero de 2000 alude a que la pensión compensatoria es una medida no de carácter alimenticio, sino de índole reparadora o compensatoria tendente a equilibrar. En el presente caso ambos eran médicos y ella no pudo desarrollar su profesión por razón del matrimonio ya que con motivo del mismo dejó la plaza que tenía y aunque posteriormente se reincorporó, los ingresos del marido en el momento de producirse la ruptura matrimonial eran el triple que los de la mujer. El Art. 97 del Código Civil habla de desequilibrio económico en relación con la posición del otro. II NATURALEZA JURÍDICA Son varias las posturas doctrinales. Hay un primer sector que le concede carácter COMPENSATORIO, tratando de evitar que una vez roto el matrimonio, el cónyuge en peores condiciones económicas note tal ruptura por descender en su jerarquización el nivel de vida en relación con el otro. Existe otro sector que mantiene el carácter INDEMNIZATORIO como un resarcimiento para cubrir un desequilibrio y por último una tercera que sostiene que es una figura HÍBRIDA que no participa con exclusividad de un carácter concreto al considerar que la naturaleza compensatoria o indemnizatoria no son caracteres excluyentes sino complementarios. La doctrina está de acuerdo en excluir el carácter alimenticio de la pensión. La pensión compensatoria y la pensión por alimentos son dos instituciones de naturaleza jurídica diferente determinada por la propia regulación legal y por la interpretación jurisprudencial teniendo su origen la primera no en la situación de necesidad como ocurre en la segunda, sino en la constatación de un efectivo desequilibrio económico generado por la ruptura del vinculo matrimonial que impide continuar con la posición económica que tenía durante el matrimonio, no siendo de derecho necesario sino dispositivo. La pensión compensatoria se encuentra sometida al principio dispositivo en el que ha de interpretarse el de rogación que por otra parte, es la forma habitual del proceso civil. Es un derecho subjetivo que puede no hacerse valer, porque no afecta a las cargas del matrimonio por no afectar directamente a los hijos, lo que supone la existencia de un vínculo familiar creador de derechos y obligaciones. La Ley no autoriza al Juez a que señale la pensión de oficio, son las partes las que pueden incluirla en el convenio regulador o pedirla en el procedimiento y así en SAP de Valencia de 28 de Mayo de 1999 se accede al recurso en lo que se refiere a la pensión compensatoria ya que no hay justificación alguna para limitar el pago de la pensión a dos años porque todo lo referente a esta pensión está sometido al principio dispositivo y de rogación y en el presente caso ninguno de los litigantes ha solicitado en momento alguno que la pensión compensatoria tuviera una limitación temporal, con lo que el Juez 'a quo' ha incurrido en incongruencia habiéndose excedido del marco litigioso prefigurado por las partes, al fijar un límite temporal que nadie había pedido. A pesar de lo dicho, en STC 120/1984 de 10 de Diciembre, se dice en relación con la pensión compensatoria, que en los procesos matrimoniales no rigen los principios dispositivos y de rogación. Con posterioridad en STS de 2 de Diciembre de 1987 se establece que desde un punto de vista puramente procesal, en el proceso civil impera el principio dispositivo y la puesta en marcha de la actividad jurisdiccional no se produce de oficio sino que se entrega al titular del derecho sustantivo que puede ejercitarla o no. A partir de esta última sentencia, los Tribunales ordinarios no han dudado del carácter de norma dispositiva del artículo 97 del Código Civil y han reiterado que el proceso en que se debate sobre la pensión compensatoria es plenamente dispositivo Ha quedado claro que la pensión no puede acordarse de oficio; es necesario que la parte la pida y pruebe que se ha producido un desequilibrio económico. III RENUNCIABILIDAD La primera consecuencia derivada de la naturaleza dispositiva de la norma relativa a la pensión compensatoria es que la misma es RENUNCIABLE. Lógicamente sólo puede llevarse a cabo la renuncia por el cónyuge que tenga derecho a ella. El problema es que, extinguido el derecho a la pensión, es IRRECUPERABLE, salvo que la parte que haya renunciado a la pensión o haya admitido que no existía desequilibrio económico, impugne después el convenio regulador por concurrir alguna de las causas que invalidan los contratos. Puede darse: A) Renuncia IMPLÍCITA por no hacerse valer en la demanda , se suele interpretar como que no se ha producido una situación de desequilibrio económico. B) Renuncia en CONVENIO REGULADOR implica que si la pensión no se pidió con la demanda de separación, no puede pedirse ya en el proceso posterior de divorcio. Cabe que se renuncie expresamente o que no se solicite en el convenio regulador; a esta situación hace referencia la SAP de Valladolid de 25 de Febrero de 2000 cuando en el Fundamento Jurídico Quinto dice, que el artículo 97 del CC establece que el derecho a la pensión surge como consecuencia del desequilibrio económico sufrido por uno de los cónyuges, con motivo de la ruptura de la convivencia matrimonial producida a causa de la separación o el divorcio y es a ese momento al que hay que acudir para hacer nacer el derecho a la pensión. C) En ACUERDO PRIVADO. Se trata de acuerdos extendidos en documento público o privado, muy frecuentes en la práctica. La renuncia en este tipo de documentos puede ser perfectamente válida. A esta situación alude la SAT de Murcia de 9 de Mayo de 2000 en que se dice que la esposa renunció a la pensión compensatoria en un convenio particular al separarse de mutuo acuerdo, sin embargo, en la sentencia de separación el Juez fijó cantidad por este concepto. El marido apeló instando a que se pronunciaran sobre la validez del acuerdo particular y la sentencia fue favorable a dicha petición en lo relativo a la pensión compensatoria. Un problema que se puede plantear en el caso de renuncia a la pensión compensatoria es el vicio en el consentimiento a dicha renuncia por amenazas o coacciones. En estos casos habrá que remitir a las partes al proceso penal o a la petición de nulidad del acuerdo. En otros casos se ha entrado a examinar la validez de la renuncia como ocurre en la SAP de Tarragona de 20 de Abril de 2000 donde por la prueba practicada en autos se llega a la conclusión de que en la fecha en que se otorgó el convenio regulador en el que la esposa renunciaba a cualquier pensión económica, se encontraba aquejada de deterioro mental como consecuencia de un accidente sufrido varios años antes. IV. POSTURAS QUE PUEDE ADOPTAR EL BENEFICIARIO DE LA PENSIÓN A) PASIVIDAD La misma Jurisprudencia ha aludido en muchas ocasiones a que el matrimonio no puede ser un negocio para algunos de los cónyuges, ni puede convertirse en una póliza de seguro vitalicia. El hecho de que el Código Civil no haya atribuido carácter temporal a la pensión compensatoria puede propiciar el mantenimiento por parte del acreedor de la situación de desequilibrio, para continuar percibiendo la cantidad que en su momento se le reconoció. Muchos de los que han estudiado el tema de la temporalidad piensan que la concesión de una pensión de carácter indefinido fomenta la ociosidad del que pudiendo incorporarse a un trabajo no lo hace por miedo a verse privado de la pensión. Con este planteamiento no se consigue según Campuzano 'la readaptación' del que queda en condiciones de inferioridad económica. Pienso que el hecho de que, desde un primer momento -siempre que se den condiciones adecuadas para incorporarse al mercado laboral- se establezca la temporalidad de la pensión, puede ser un estímulo para moverse con urgencia a buscar un trabajo profesional en la calle, teniendo en cuenta que también el trabajo de la casa es un verdadero trabajo profesional, pero al no estar remunerado, necesita de aquel. Salvo excepciones en que la cantidad establecida para pensión compensatoria sea importante, no creo que el hecho de poder percibir una pensión compensatoria retraiga habitualmente a una mujer a la hora de moverse para buscar trabajo, pienso que, este planteamiento que por otra parte he encontrado en múltiples autores es muy teórico y tiene poco que ver con la vida práctica en que las cantidades que se establecen como pensión no dan ni para malvivir y donde una mujer que nunca ha realizado un trabajo profesional en la calle o lleva tiempo sin hacerlo por atender a su familia, tendrá dificultades para obtener un sueldo que le permita vivir dignamente. Todo esto lleva a que en determinados casos, se encuentre realizando un trabajo sin darse de alta en la Seguridad Social, lo que hace difícil a la otra parte poder probar la existencia del mismo ya que, como se establece en SAP de Alava de 21 de Septiembre de 1996, el hecho de que no conste como demandante de empleo en el INEM, por si sólo no es suficientemente determinante como para declarar la extinción de un derecho, que una vez extinguido es irrecuperable. Hay que tener en cuenta a la vista de la Jurisprudencia que en sentencias dictadas en el año 2002, en relación con profesiones de grado superior la media estaba en torno a las 360 euros. Las Audiencias tienen diversos enfoques, así por ejemplo la SAP de Cádiz de 13 de Julio de 1999 afirma que lo decisivo no es la posibilidad real de contar con una fuente de ingresos propia, sino las condiciones personales del cónyuge acreedor para poder buscarla y conseguirla. Dos años es el tiempo utilizado de manera general por los Tribunales, para limitar las pensiones temporalmente, quizás buscando una similitud con el paro laboral. En SAP de Las Palmas de 19 de Febrero de 1996 se establece una limitación temporal de 3 años, salvo que pueda solicitarse su extinción con anterioridad por alguna de las causas que establece el artículo 101 del CC, tiempo más que suficiente para que provea lo necesario en orden a su independencia económica. La doctrina hace referencia a la necesidad de que la pensión haya de extinguirse en aquellos casos en que pese a observarse un desnivel en la posición de ambos esposos, se ha producido una desconexión entre la situación de desnivel que hoy experimenta el acreedor de la pensión y el desencadenante inicial de su derecho. Con el paso del tiempo dicen, la permanencia en una posición inferior respecto al otro cónyuge puede deberse a factores desligados del matrimonio. En este sentido pienso que, el ritmo de vida de cada persona y su distinta manera de administrarse puede dar lugar a esa situación de inferioridad de que habla la doctrina, pero lo más cierto es que, por regla general la esposa al tener que dedicar más tiempo a la atención a su casa y su familia, se encuentra con una limitación considerable a la hora de obtener un nivel de ingresos al que el marido ha tenido más facilidad para acceder. El verdadero desequilibrio se produce porque una de las partes tiene una posibilidad real de seguir ganándose la vida con su trabajo, mientras que la otra no la tuvo nunca o la ha perdido. Este es el desequilibrio real que la pensión debe tratar de corregir. La realidad económica actual se basa, no en la posesión de bienes, sino en las expectativas que se derivan del trabajo. Se habla también de que el desequilibrio ha de surgir en el momento del cese de la convivencia y que la pensión no es un mecanismo que haya de igualar economías dispares. En otras sentencias se recuerda el deber constitucional de trabajar. La moderna concepción de la pensión la considera como un derecho condicional y limitado. B) TRABAJO EN ECONOMÍA SUMERGIDA La mayor parte de los conflictos que surgen a la hora de decidir sobre el mantenimiento o supresión de la pensión compensatoria tienen relación con la mejora en la posición económica del beneficiario. La parte acreedora de la pensión puede ocultar la mejora económica experimentada, porque la carga de la prueba recaerá sobre la parte deudora que desee promover la disminución o supresión de la pensión compensatoria, quien deberá probar: - Que se ha debido a una situación sobrevenida, y - Momento en que se produjo el cese del desequilibrio, para poder obligar a la parte acreedora a la devolución de las cantidades indebidamente percibidas. Esta actividad probatoria no resulta fácil porque quien percibe por pensión una cantidad moderada, intentará compaginarla con otros ingresos y tratará de eliminar cualquier rastro de prueba, para evitar la pretensión de supresión del deudor. Así, en SAP de Álava de 21 de Septiembre de 1996 queda constancia de la dificultad que reviste la prueba de trabajo que desarrolla una mujer como empleada de hogar, sin darse de alta en la Seguridad Social. El remedio a este problema puede ser, que se establezca desde el principio la temporalidad de la pensión en los casos en que se reúnen los requisitos objetivos para poder acceder al mercado laboral. También se produce con cierta frecuencia fraude por parte del deudor, quien hace todo lo posible por ocultar que se encuentra realizando un trabajo profesional para no hacer frente o interrumpir el pago de la pensión compensatoria, cambiando de ocupación con frecuencia o manifestando que gana una cantidad inferior a la que realmente percibe. La amistad o parentesco con la persona para la que se trabaja facilita que cualquiera de las partes pueda ocultar o falsear la situación económica en que se encuentra. En SAP de Cáceres de 22 de Enero de 2001, se accede a la pretensión del esposo de suprimir la pensión, ya que el hecho de que ella no estuviera dada de alta como trabajadora implicaba un incumplimiento por parte de sus contratantes de las obligaciones pertinentes en el ámbito laboral que no podía destruir la prueba consistente en una cantidad que se ingresaba mensualmente en la cuenta corriente del beneficiario de la pensión compensatoria. V DETERMINACIÓN DE LA DURACIÓN DE LA PENSIÓN. DURACIÓN TEMPORAL O ILIMITADA El origen de la temporalidad lo encontramos en Sentencias de finales de los 80 y su desarrollo se produce a partir de mediados de la década de los 90. La limitación puede ser judicial o convencional, según provenga de la interpretación que los Jueces y Tribunales plasman en sus resoluciones o de lo que se establezca por las partes en el convenio regulador. Por otra parte hay que tener en cuenta que, el sometimiento al principio de rogación significa que el organo judicial no puede introducir una acotación en el tiempo, si ninguna de las partes la ha propuesto, en este sentido se expresa el Fundamento 2º de la SAP de Valencia de 28 de Mayo de 1999 cuando dice que, la actitud del Juzgador centrada en desplegar una actuación al margen de lo pedido, introduciendo límites no solicitados entraña incongruencia. La temporalidad se puede establecer desde un primer momento o con posterioridad en el transcurso del tiempo en que se esté percibiendo. Se puede plantear desde un primer momento por considerar que las causas que llevaron al desequilibrio se prevén superables o por el contrario constatar la persistencia del desequilibrio, lo que llevaría al reconocimiento de una pensión indefinida, sin perjuicio de poder solicitar en el futuro la modificación, al variar las circunstancias y en este caso, como es natural, el deudor tendrá que afrontar la carga de la prueba. En SAP de Segovia de 30 de Septiembre de 1999 se confirma que la falta de configuración de la pensión como limitada desde un momento inicial no cercena la posibilidad de introducir más tarde el límite, pero supedita la decisión a la previa acreditación de que se ha operado un cambio en las circunstancias que afectan al acreedor de la pensión que haga que el desequilibrio en tal momento haya pasado a ser temporal. Los defensores de la temporalidad de la pensión dicen que el hecho de que una de las partes no acceda o no quiera acceder al mercado laboral, no debe ser una carga constante para el otro cónyuge. Frente a este postura nos encontramos la SAP de Cantabria que sostiene que la limitación temporal no puede ser acogida en general, pues el derecho concedido en el Art. 97 del Código Civil no es un derecho a término, y de considerarse facultado el Juez para imponer límites temporales, quedarían sin contenido los arts. 100 y 101 del Código Civil que establecen las causas de modificación de la pensión por 'alteraciones sustanciales en la fortuna de uno u otro cónyuge', y las causas de extinción por cese de la causa que motivó el derecho ; por contraer el acreedor nuevo matrimonio o por convivir maritalmente con otra persona. El criterio de la limitación temporal no es admisible en aquellos casos en que se manifiesta la imposibilidad de subsistir por medios propios o de acceder a un puesto de trabajo, lo que suele ir unido a una duración del matrimonio muy prolongada. Estas situaciones nuevas que implican alteraciones sustanciales de circunstancias, requieren un nuevo proceso, y si el legislador así lo ha previsto y no ha considerado oportuno someter a plazo la fijación de la pensión compensatoria, ello supone que la regla general debe ser la no limitación temporal de la misma. Por otra parte, si la temporalidad no se aceptara en nuestro Ordenamiento, el artículo 100 del Código Civil sólo afectaría a aspectos cuantitativos de la pensión. Transcurrido un cierto tiempo desde su reconocimiento, la mejora experimentada en la posición del acreedor podría conllevar una disminución en el montante de la cantidad a satisfacer y si fuera elevada cesaría el desequilibrio y procedería la extinción del art. 101 del CC, pero también cabría que el deudor solicitara una disminución basándose en un empeoramiento en su posición económica que le impidiera simultanear el pago de la pensión compensatoria con la satisfacción de sus propias necesidades, pues esto también se podría considerar alteración sustancial sobrevenida. Para otros autores resulta ineludible que el término que se prevé en el acuerdo se halle conectado con la desaparición del desequilibrio y que el Juez se debe cerciorar de que el plazo que se introduce es apto para ese fin. La plasmación de esta decisión en el convenio regulador implica la asunción de un compromiso 'inter partes' al que tendrán que adecuar su conducta en lo venidero, pues los Jueces no podrán estimar pretensiones absolutamente irreconciliables con las obligaciones que libre y voluntariamente asumieron al pactar la sujeción a un término. Esto ocurriría cuando, existiendo consenso acerca del sometimiento del derecho a plazo, el cónyuge beneficiario pretendiera una vez transcurrido aquel, sustraerse al efecto extintivo al que se había plegado en el acuerdo. En la actualidad, la pensión compensatoria se fija normalmente con carácter temporal y con una duración mayor o menor según el caso, lo que no excluye que en algunos casos su fijación se establezca con carácter indefinido. Pese a esta tendencia, la Audiencia Provincial de Cantabria, en sentencia de 12 de Febrero de 1999 dijo que, la pensión tiene una vocación natural de perpetuidad o se habla de que la temporalidad no era el espíritu del legislador, en Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 21 de Marzo de 2000, o que la limitación temporal no está prevista por la ley sino que es de creación jurisprudencial, debiendo aplicarse con criterio restrictivo en Sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia de 17 de Febrero de 2000. Con objeto de adecuar la pensión a las necesidades del beneficiario y a las del obligado, se pueden introducir en el convenio regulador estipulaciones que obliguen a una revisión, con objeto de precisar si la pensión ha de mantenerse, modificarse o extinguirse transcurrido el término que se convino para su vigencia. Las partes asumen con esto una obligación que en caso de incumplirse puede ser exigida ante los Tribunales porque lo que está en juego es la subsistencia de un derecho que los interesados se comprometieron a reexaminar llegado el momento. Así la SAP de Las Palmas de 20 de Mayo de 1999 explica que no se deben confundir estas, con las estipulaciones contenidas en los convenios acerca de las actualizaciones de las pensiones, pues estamos ante fenómenos completamente distintos. Una cosa es revisar para actualizar y otra decidir, cuando transcurre el tiempo pactado, si ha de suprimirse la pensión o si sólo procede una rebaja de la misma o su mantenimiento en los mismos términos porque no se ha superado el desequilibrio. En el presente caso, los términos del compromiso asumido eran claros -'los cónyuges se obligaban a revisar el contenido de la cláusula acorde a la situación económica de ambos'- . El marido no quiso cumplir la obligación asumida y pretendió dar por extinguida la pensión una vez transcurrido el plazo previsto en el convenio, pero el Tribunal estimó el recurso de la mujer y aunque redujo a la mitad la pensión, estableció un nuevo período de 3 años para continuar percibiendo la pensión, dada la persistencia del desequilibrio. Pese a que las partes tienen libertad para establecer en el convenio regulador el régimen específico de extinción de la pensión compensatoria, esto no impide que se pueda extinguir con anterioridad por la vía del artículo 101 del Código Civil, cuando se den los requisitos que en el mismo se establecen o los Tribunales pueden no atender a la pretensión de temporalización, atendida la situación de la beneficiaria, como ocurre en SAP de Madrid de 25 de Noviembre de 1997 en que aparece un contraste tremendo entre un Notario en ejercicio con un elevado nivel económico y una esposa sin recursos propios ni ingresos y cuyas perspectivas laborales no son claras, a la que el esposo pretende limitar la pensión. La precariedad de la posición de la recurrente justificaría que en la propuesta de convenio presentada en su día no se fijara la pensión con carácter limitado ni con sujeción a término alguno. La pretensión de temporalización que presentó el esposo con posterioridad resultaba incompatible con el texto del acuerdo, que además fue acogido por la Sentencia apelada. El Tribunal justificó su decisión en los siguientes términos: 'A mayor abundamiento y aunque en el suplico de su demanda el esposo interesaba la limitación temporal que luego se acoge en la sentencia apelada, es lo cierto igualmente que en la fundamentación jurídica del referido escrito se aduce que las medidas complementarias a adoptar han de ser las contenidas en el proyecto de convenio acompañado al mismo y sobre cuyo contenido las partes estuvieron de acuerdo en el momento de su elaboración' y tal documento, partiendo de la base de que la esposa en la actualidad no realiza actividad laboral alguna, ni posee ningún tipo de renta por carecer de patrimonio propio, no acaba de establecer un límite temporal apriorístico al derecho hoy debatido. En consecuencia y conforme a la doctrina de los actos propios y al principio 'pacta sunt servanda' , debe acogerse el recurso formulado. También resulta adecuado plantear la pensión compensatoria con carácter indefinido en los casos en que la esposa tiene la guarda y custodia de un hijo disminuido, lo que limita sus posibilidades de acceder al mercado de trabajo, para ocuparse del mismo. La temporalidad suele ir determinada en sentencia que fija un plazo cierto, pero no siempre es así, en ocasiones se condiciona a que alcance la mayoría de edad el hijo del que tiene la custodia la acreedora (SAP de Zaragoza de 25 de Mayo de 1998); a que se jubile el deudor (SAP de Las Palmas de 7 de Mayo de 1999) o a que la esposa cumpla los 65 años en que podrá cobrar una pensión, aunque condicionado a que la obtenga (SAP de Teruel de 23 de Julio de 1996). También se puede hacer depender la fijación de la limitación temporal de una condición futura, en función de que acredite que ha realizado las gestiones oportunas para conseguir trabajo o que está inscrita en la Oficina de Empleo y no ha rechazado las ofertas que le han hecho. En la Jurisprudencia se observa que en personas menores de 45 años, en función de la duración del matrimonio, la pensión se fija normalmente con una duración entre uno y cinco años según el caso, con excepciones como la de la Sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas de 25 de Mayo de 1999 en que se niega la pensión a pesar de que la Sentencia de primera instancia la concedía, a una joven de 23 años con un año de duración del matrimonio, por considerar que no se ha producido desequilibrio económico. VI CONCLUSIONES Entiendo que la pensión compensatoria es un derecho relativo por cuanto se debe establecer en función de las circunstancias personales, familiares, laborales y sociales del beneficiario y condicionado a que si se produce un cambio en las circunstancias en que fue concedido, se puede establecer su modificación o su extinción. Aunque la tendencia actual en relación con la duración de la pensión es la temporalidad por ser la más adecuada al planteamiento familiar y profesional de la mayor parte de los matrimonios, los Tribunales no pueden introducir un límite, cuando por las partes se haya convenido carácter indefinido a la pensión -salvo que sobrevenga una alteración sustancial en las circunstancias- que demande la aplicación del artículo 100 del Código Civil. Pese a que en este artículo se concreta sólo la alteración producida en la fortuna de las partes tras la ruptura, dicha alteración puede verse afectada también en gran manera por el estado de salud de la beneficiaria y también aunque en menor medida del deudor. BIBLIOGRAFÍA CABEZUELO ARENAS, ANA LAURA ' La limitación temporal de la pensión compensatoria en el Código Civil', Aranzadi, Navarra 2002 CAMPUZANO TOM, H. ' La pensión por desequilibrio económico en los casos de separación y divorcio. Especial consideración de sus presupuestos de otorgamiento', Bosch, Barcelona 1994 CÓDIGO CIVIL ESPAÑOL HOYA COROMINA, JOSÉ y ARNAUT ARREDONDO, SOFÍA 'Boletín Informativo del Ministerio de Justicia', Julio 2000 MONTERO AROCA, JUAN ' La pensión compensatoria en la separación y en el divorcio', Tirant lo blanch, Valencia 2002 PONS GONZÁLEZ, MANUEL 'Separación, divorcio y nulidad matrimonial: régimen jurídico', Comares, Granada 2002 ZARRALUQUI SÁNCHEZ-EZNARRIAGA, LUIS ' La pensión compensatoria en la pensión conyugal y el divorcio', Valladolid 2001
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