QUIEN PUEDE VENCER A LOS SANTOS

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¿QUIÉN PUEDE VENCER A LOS SANTOS?
APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA
JESUCRISTO HOMBRE
4 de marzo de 2012.
Entonces, el tema de hoy es: ¿Quién puede vencer a los santos? Así dice en
Apocalipsis capítulo 13 verso 7. Dice:
“Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y qué, y vencerlos. También
se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.”
¿Hay muchas naciones? Pues, a esa bestia se le permitió hacer guerra contra
los santos. ¿Contra los santos? -¡Ah, y vencerlos! Esto está raro. ¿Vencer a un
santo? Está bien, vencer a un impío, a un pecador, pero ¿vencer a un santo?
Bestia, significa hombre. Dice, -en el lenguaje judío- la palabra bestia, dice,
“ellos morirán como bestias”. Ellos, hablando de hombres. Porque el hombre
en carne es como una bestia.
Por eso Pablo a veces dice: “Mas el hombre animal no entiende las cosas del
espíritu”. La versión Varela la modernizó un poquito para no lastimar tanto al
ser humano, y le puso, “el hombre natural”, (1ra a los Corintios 2: 14); pero en
sí, la versión original dice, “el hombre animal no entiende las cosas que son del
espíritu”. Y entonces pues los animales pues cuando no entienden las cosas,
pues imagínate, un animal no entiende.
Ahora, este animal hablaba, que es diferente a un animal, porque dice que la
bestia hablaba, su imagen hablaba. Quiere decir, que era un hombre. Un buen
entendedor, con pocas palabras, se está dando cuenta que está hablando de
un hombre, porque se le dio autoridad sobre todas las naciones. ¿Imagínate a
una bestia venciendo a todas las naciones y tribus? Je, je. ¿Un animal?
¿Quién va a prestarle atención a un animal? Está hablando de un hombre que
se le dio un poder.
Naturalmente, Juan viene de una simbología judía tremenda; y entonces, Juan,
no podía entender cómo alguien puede vencer a un santo. Es igual que Daniel.
Daniel repite esto. Daniel decía, era una bestia, porque iba en contra, quería
cambiar el pacto y cambiar la ley. Seguro, el pacto tenía que cambiar, venía un
nuevo pacto. Pero, Daniel, como no entendía, dice: -Oye, pero esto es una
bestia, porque está tratando de quitarnos el pacto nuestro de Moisés.
Pues, seguro, había que quitárselo, había que cambiarlo, y me refiero a Daniel
7:21.
Mira, él mismo lo dice, allí. Lo mismito que dice aquí, lo dice Daniel, porque
Daniel dijo: “Vi y no entendí”. Mira, ¿tú ves como a mí me juzgan las naciones?
Ellos piensan que yo soy malo, ¿verdad? ¿Por qué? Porque ellos están
acostumbrados a una cosa. Pues, Daniel y Juan, como estaban
acostumbrados a la ley de Moisés, cuando se le presenta Jesucristo, dicen:
Esto es una bestia, éste no puede ser Jesucristo.
Mira lo que dijo Daniel:
“Y veía yo que este cuerno, ahora le llamó cuerno, ¡imagínate!, hacía guerra
contra los santos, y qué hacía, y los vencía.”
¡Muchacho! Juan dice: -No, no, esto es tremendo.
Ahora, ¿por qué hay que vencer a los santos?
Mira, vamos a ver a Romanos 8: 29 al 31. Mira, quién es un creyente para
Pablo. Naturalmente, un creyente para Pablo -de esos creyente nunca hubo
por dos mil años- porque cuando llegó la apostasía, pues los quitaron de en
medio. No había este tipo de creyente. Ahora, sí lo hay. Cuando tú aprendes
las epístolas de Pablo, tú te conviertes en eso.
Mira lo que dice:
“Porque a los que antes conoció,…”
Eso es antes de tomar cuerpo. O sea esos son los espíritus que Dios creó en
el cielo y les hizo participar de carne. Por eso es que Hebreos 2: 14 dice: “Por
cuanto los hijos”, ya eran hijos, pero no tenían carne. Dice: “Por cuanto los
hijos participaron de carne y sangre, Dios también participó de lo mismo, para
destruir al diablo”, Hebreos 2: 14.
Entonces:
“….a los que antes conoció, también, qué, los predestinó…”
Esa gente viene arreglada de fábrica. Esto no es por obra, esto no es porque
tú eres inteligente y dices: -Yo sí que tomé una buena decisión, por mi libre
albedrío-. Aquí el libre albedrío eso una mentira tremenda, también. Eso es
que tú vienes preparado de antemano, desde el vientre, desde la matriz, tú
eres llevado, como dice Isaías 46: 4. (Aplausos).
Dice:
“….a los que antes conoció,…”
¡Hello! Está hablando Jesucristo Hombre. Esto ningún ser humano te lo va a
poder hablar, porque las cabezas humanas no tienen este material aquí. Ese
chip se lo borraron. Eso sólo lo trajo Dios mismo, por eso es que tú has
atendido. Por eso es que tú vives tan feliz, porque es Jesucristo mismo
explicándote los misterios que estuvieron escondidos.
Dice:
“Porque a los que antes conoció, no los abandonó, también los predestinó para
que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,…”
Casi nada. ¿Cuál es la imagen tuya en el espíritu? Igualita que Jesucristo. Por
eso es que tú eres un tesoro en un vaso de barro. ¡Un tremendo ángel es que
tú eres! Si te miras en carne vas a seguir sufriendo. ¿Si te miras en espíritu? ¡Muchacho! ¡Espérate! ¿Qué hago metido en este cuerpo? ¡Cámbiame esto
que iguale a mi espíritu!
¡Imagínate!
La religión no sabe eso, por eso ellos dicen: -Pasen al frente, arrepiéntanse;
bautícese-, y mojan la carne.
-Pase al frente-, la carne. Se arrepiente, la carne.
Y el de adentro, que es la imagen, llorando ahí, -¡Denme vida!-, el espíritu.
Ninguna iglesia le ha dado vida al espíritu de los creyentes, por dos mil años.
Eso se llama apostasía.
Vamos a seguir. Si sigo explicando eso, no termino en los treinta (30) minutos.
Es que eso está tan lleno de sabiduría. ¿Verdad que sí?
“…para que él sea, el primero de ellos, si el primero es así, los demás también,
el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó...”
No es a todos. Es “a los que”; no todo el mundo es predestinado. Por eso,
Jesucristo no derramó sangre por toda la humanidad. Dice que “él derramó
sangre por muchos”. Seguro, no va a estar loco. ¿Cómo va a derramar sangre
por los hijos de perdición? EL DERRAMÓ SANGRE POR LOS HIJOS QUE YA
VIENEN PREDESTINADOS Y ELEGIDOS, ESCOGIDOS POR ÉL.
“Y a los que predestinó, a éstos también, qué, llamó…”
¿Quién llama? Dios. No eres tú.
“…y a los que llamó, a éstos también, qué, justificó…”
Les dijo: -Ustedes no son pecadores. Yo les borré sus pecados, los tiré a mis
espaldas para no acordarme de ellos. Yo, como oveja, quito el pecado del
mundo-. ¿De qué mundo? ¿De las montañas? No, del mundo de los
escogidos.
“…también justificó; y a los que justificó, a éstos también, qué, glorificó.:
“¿Qué, pues, diremos a, qué, a esto?”
¿Y qué es “esto”? Lo que acabamos de leer.
“Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
Oye, pero espérate, Daniel y Juan dicen que la bestia peleaba con los santos y
los vencía; cuando dice que un verdadero creyente, dice: “Si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros?”
Así que, mantén eso en mente ahí, porque aquí está la CLAVE de la bestia
que vence a los santos.
Mira lo que dice ahí mismito, Romanos en el capítulo 8, verso 34 al 39.
“¿…persecución, hambre, desnudes, o peligro o espada? ¿Quién nos separará
del amor de Cristo?”
La Bestia. ¿La BESTIA?
No. ¿Cómo te va a separar? Si Él viene a vencerte, como santo dormido en
apostasía, para que despiertes a quién tú eres por dentro. Esa es la guerra, la
guerra no es una guerra de armas. ES UNA GUERRA CONTRA TU MENTE
PARA LLEVARTE AL PACTO. (Aplausos).
Lo vas a ver ahora más claro. Verso 35, dice:
“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, bestia, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos
contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas, en cuántas, en todas somos más que, qué, más que
vencedores.”
Ah, pero dice que la bestia vencía a los santos. No a este tipo de santos. Eran
unos santos dormidos, los que él estaba venciendo.
“…somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual
estoy seguro, que ni bestias, de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Aplausos).
Oye, y esos evangélicos por ahí, que una cerveza los separa del amor de
Cristo, un cigarrillo los separa del amor de Cristo, un adulterio, -ya, te perdiste-.
Si se separó de la esposa, -no te puedes casar nunca, porque cometes
adulterio y te pierdes-. O sea, lo de ellos es ‘perdición’, ‘perdición’, ‘perdición’.
No, no, no. Por eso son unos aburridos. Yo les llamó “los santos cansados y
aburridos”, que hay que hacer guerra con ellos para vencerlos y traerlos para
acá.
Eso es lo que yo hago, venciéndolos. Yo soy la bestia que venzo a los santos
aburridos que no conocen el evangelio de la incircuncisión. Porque esas
iglesias hieden. Mira, yo te digo. ¡Tú sabes lo que es metido en una misa a
esta hora! (Se persigna) Oye, hay que estar bien malito de la cabeza para
estar metido en eso. O, en otra iglesia que es más avivada donde dicen: -Hijo
del diablo, te vas a quedar, el infierno está ardiendo. Tú pronto te quedas.
Pasa, arrepiéntete-, y la gente corriendo.
Eso es un abuso contra el ser humano. Eso es no respetar lo que Dios más
amó. Eso es no respetar “a los que antes conoció y predestinó y los llamó y
justificó”. ¡Maltratarlos con ese tipo de mensaje! ¡Roma se debe hundir junto
con todo esos evangélicos. Y los vamos a hundir! (Aplausos).
Eso hay que acabar con todo eso. Eso no sirve. Mira cómo están los abusos.
Hoy estaba viendo por la televisión, abusos en México, veinticinco (25)
millones por una violación ahí en Pine Crest. Y seguirá, porque ahí no hay
poder, hermano.
Aquí no hay mandamiento, aquí no hay pecado, aquí no hay diablo. Pero hay
espíritu de poder, de amor y de dominio propio. ¿Qué tú quieres,
mandamiento y prohibiciones, o ESPÍRITU DE PODER Y DE DOMINIO
PROPIO? (Aplausos).
¡Abba Padre!
Mira lo que dice Lucas, capítulo 18 verso 8, para que entiendas cómo iban a
estar esos santos, cuando Jesucristo Hombre se apareciera por segunda vez.
Mira cómo iban a estar.
“Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre,
no Jesús de Nazaret, no el resucitado, sino el tercer velo, el Hijo del
Hombre,…”
O sea, un hombre que iba a ser hijo de madre y padre. Jesús de Nazaret no
podía ser hijo de José, porque entonces no podía morir por los pecados del
mundo. Él era Hijo de Dios, ÉL no era Hijo de Hombre, ÉL era hijo del Espíritu
de Dios. Pero el Hijo del Hombre, podía ser de madre y padre, cuando en esa
manifestación él viniera.
Los evangélicos tienen un atraso, que ellos esperan que Jesús de Nazaret -el
mismito aquel de Galilea- que viene. Entonces, los evangélicos están
esperando que sea y que el rubio y que de Galilea, que no era rubio tampoco.
Pero, ellos están esperando aquel velo que venga hoy.
No, lo que venía hoy es este mismo Jesús, enviado, Dios con nosotros, se va a
manifestar en otro velo como Hijo de Hombre. Ahora, cuando venga el Hijo del
Hombre, volvemos al verso.
Mira lo que dice, Lucas 18: 8.
“Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
Si no halló fe, ¿qué halló? ¿Qué es lo contrario a la fe? APOSTASÍA.
Entonces, yo llegué, y miré, y escuché todas las escuelas de interpretación que
tú te puedas imaginar; y no había fe, lo que había eran obras. Había misas,
obras, sacrificios, ceremonias. No es fe, porque “fe es la certeza de lo que se
espera; la convicción de lo que no se ve”. Y ellos viven por lo que se ve. Eso
no es fe.
Entonces, “cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
¿Pero, hallará gente escogida? Sí, pero sin fe. Entonces, el Hijo del Hombre,
(José Luis De Jesús) venía a pelear contra esos santos para salvarlos.
¿Salvarlos de qué? Espiritualmente no, porque la sangre de Jesús, los salvó
espiritualmente. El Hijo del Hombre viene a salvarte con el evangelio, a
salvarte de ti mismo, para que vivas reinando en vida aquí en la tierra; salvarte
de tu vana forma de pensar y cambiarte a la mente de Cristo. (Aplausos).
Pablo lo profetizó; Hechos 20:29. Mira lo que dijo Pablo, en la desaparición de
ese apóstol. Cuando él sabía que lo iban a matar en Roma, Pablo dijo: -Mira lo
que les va a pasar.
“Porque yo sé…”
Eso el Apóstol lo sabía. Toma nota, para cuando te pregunten.
“Porque yo sé que después de mi partida…”
-No la partida de todos, es de mí, personal. Después que yo desaparezca, se
va acabar todo, porque Pedro no conoce gracia, Juan no conoce, los apóstoles
no conocen gracia. Ellos lo que conocen es el evangelio de la circuncisión y
eso no es fe, eso es obras.
Esos once apóstoles, cuando Cristo murió caducó, terminó, expiró el trabajo de
ellos, se acabó el trabajo apostólico de ellos, porque ellos tenían otro
evangelio. Venía un nuevo evangelio, el de la incircuncisión, y eso sólo lo
poseía Pablo, y a Pablo lo rechazaban. El peor enemigo de Pablo eran los
once apóstoles, impedían su trabajo.
Por eso fue que él dijo
“…después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, por no
decir los apóstoles, que no perdonarán el rebaño.”
¿Por qué no perdonarán el rebaño? ¿Qué, que no lo perdonan? Pero ellos
dicen: -No, tus pecados son perdonados.
Sino que no le presentan la verdadera función de Cristo en la cruz. No lo
perdonan diciéndoles, -hay pecado-.
-¿Qué decía Juan? “Hijitos míos, si alguno ha pecado, abogado tenemos con
el Padre.”
Si llega a haber un discípulo de Pablo allí, hubiera dicho: -¿Cómo que si
alguno ha pecado, si ya el pecado desapareció? Pero a esos, el les llamaba
“Anticristos”, porque eran discípulos de Pablo. Entonces, esa era la condición.
Ahora, mira segunda carta a Tesalonicenses capítulo 2, verso 1 y 3.
Hermanos, tenemos que salvar al mundo. El mundo está turbado, lleno de
religión y nos ven a nosotros como gente mala; cuando nosotros somos los
amigos más grandes de la iglesia. Yo soy el amigo de todos esos pastores y
curas. Todo el que ama a Dios, yo soy su amigo. Porque yo lo llevo a otra
gloria, lo despierto, peleo, lo venzo y lo marco en la frente con el evangelio, y si
no, lo marco en el brazo. (Aplausos).
¡Pobrecitos! Mira, toda esa gente, son abogados, gente que ha estudiado;
todos esos reporteros de ABC, CNN, son gente inteligente. Inteligentes para
cosas de la carne, aquí no pasan el grado. Aquí, tiene un atraso también de
dos mil años.
Mira cómo dice el Apóstol Pablo en segunda carta a Tesalonicenses
capítulo 2 verso 1 y 3.
“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión
con él,…”
Para reunirte, necesitas cuerpo. ¡Hello! En la venida, cuando lo veas, y te
reúnas con él aquí como estamos. Sí, porque si hay reunión, ah, y si hay
reunión es porque tú lo conoces ya, haz estado con él antes, y te vas a reunir.
“…os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo
de pensar, (la mente) ni os conturbéis, ni por espíritu, si te hacen señalitas, y
te sanan los enfermos y te hablan lengüitas y cositas. No te turbes por eso,
ni por palabra, ten cuidado como te hablan, ni por carta como si fuera
nuestra,…”
Está diciendo: -Van a escribir cartas. Mira, por ahí viene Primera de Pedro;
Segunda de Pedro; Primera de Juan; Segunda de Juan, Tercera de Juan;
Judas; Apocalipsis; Santiago. Van a escribir cartas que no son mías, esas son
de la circuncisión, las mías llegan de Romanos a Hebreos-. Si tú no sabes eso,
no sabes NADA.
“…ni por carta como si fuera nuestra,…”
No son nuestras, son de ellos, que van a escribir y con suaves palabras y
lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.
“…en el sentido de que el día del Señor esta cerca. Nadie os engañe, ¿en
cuántas maneras, en ninguna manera; porque no vendrá, él no viene en
ninguna manera, no vendrá sin que antes venga, qué, la apostasía y se
manifieste el hombre de pecado…”
El hombre que predica que hay pecado. Todos esos pastores dicen que hay
pecado, el hombre es de pecado. «Hombre de pecado», no es un solo hombre,
hombre de pecado es un género de gente que presenta todavía como que tú
eres un pecador, que hay pecado en la iglesia.
“…el hijo de perdición,…”
Entonces dice, “sin que antes venga la apostasía”. ¿Qué significa la
apostasía? Apartarse de. En sí el término en el griego es apartarse de fuego,
apartarse de un peligro. Pero en este caso es APARTARSE DE LA FE.
¿Y qué dice Lucas? “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe?”
No. Encontró una iglesia apóstata. La doctrina católica-romana es total, ciento
por ciento, apóstata. Los evangélicos están apostasía, mezclando dos
evangelios. Todos están en apostasía. Enuméralos a todos. Por eso es que
todos creen diferente. Porque en la fe, todos creemos igual.
¿Nosotros somos cuántos? Más de treinta (30) países y hablamos todos lo
mismo. ¿Por qué? Porque la fe es un espíritu, es la mente de Cristo. Y la
mente de Cristo no puede hablar por allá azul y acá amarillo. No puede botar
agua dulce y agua amarga. ¡Habla lo mismo! Por eso, nosotros cantamos
igual, sea en cualquier idioma, donde estemos, es todo lo mismo. No se
necesitan manuales, porque hay un solo manual y hay un solo PASTOR que
es el gran Pastor de las ovejas, JESUCRISTO HOMBRE. UNA MISMA
ENSEÑANZA. (Aplausos).
Entonces, contra esa apostasía hay que pelear. Fíjate, que los llama santos,
no los llama incrédulos, son santos, pero no son creyentes, porque están en
apostasía. Un santo que está en fe, es un santo y es creyente, cree
correctamente.
Ahora, este es un santo porque es un predestinado, es un escogido, está
ahora mismo haciéndose la señal de la cruz en una esquina por allá, o
untándose agua bendita; pero es un santo, y hay que pelear contra esa
ignorancia.
Yo tengo que pelear con el mundo entero para poder vencerles y decirles: Mire, la fe está en el evangelio de la incircuncisión.
Yo tengo que vencerlos, decirles: -El diablo fue destruido, bendecido.
-No, no, el diablo anda suelto,- porque ve cosas, porque ve crímenes, dice, eso es pecado, eso es pecado, el diablo anda suelto-. Y se pasan con
hechizos y con cosas.
Entonces, yo tengo que pelear con ellos para decirles: -El cordero quitó el
pecado del mundo. De la misma manera que entró el pecado por Adán en un
día; de la misma manera, en otro día, en la cruz, salió. Es justo que si en un
día entró -sin pedirle permiso a la humanidad- Adán, pecó y todos fueron
constituidos pecadores, ¿no es justo que si el postrer Adán, Cristo, muere sea
quitado? -¡Seguro que es justo! (Aplausos).
Y convencerlos de que Cristo, con una sola ofrenda, los hizo perfectos para
siempre. Dígale al que está a tu lado: Tú estás perfecto. Dile: Yo honro la
sangre de Cristo.
Mira lo que dice primera carta a los Corintios capítulo 1 y verso 21.
“Pues ya que en la sabiduría de Dios, la ley de Moisés en aquel tiempo, dos mil
años atrás, la sabiduría de Dios era la ciencia de Moisés, ya que en la
sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a
Dios salvar a los ¿incrédulos?, a los creyentes…”
¿Por medio de qué?
“…de la locura de la predicación.”
¿Cuál predicación? La de la gracia.
Es una locura decirte a ti que en ti no hay pecado, con todas esas debilidades
que tú tienes encima. Tú dices: -¡Muchacho!, ¿que no hay qué? Tan travieso
que yo soy. ¡Cómo yo pienso!- Pero, es una locura. Cristo quitó el pecado. Tú
no eres ningún pecador.
Es una locura decirte a ti que no hay diablo, cuando tú por la noche ves un
pantalón que dejaste ahí colocado y te arropas de pies a cabeza. O se zafa
una olla por la noche, porque estaba media mojada, se fue resbalando y a las
dos de la mañana se cayó la olla: -Allí está-.
Es una locura decirte: -Olvídate, que eso fue un ruido.
-Sí, pero yo soñé que quería correr y no podía, y venía eso, y me quedé
paralizado.
Esa es la carne, esa es la hechicería de tu carne dañada. No hay nada malo
por ahí.
Mira, yo mismo a veces paso por lugares oscuros, que tengo que caminar por
sitios así y siento un frío en la espalda y digo: -Hace calor así, ese frío hace
bien, porque en mi espalda no hay nada. (Aplausos).
Pasa un evangélico de estos y te dice: -Muchacho, eso es un demonio que te
están asechando-. Ah, y si cometes un pecado -como ellos llaman pecado-, un
crimen: -Mire, Señor juez, es que era una cosa que yo sentía, y el demonio me
hizo hacer eso.
¿Qué debe de hacer el juez? Mandar a buscar al demonio y meterlo preso y no
a él: -Porque no fui yo, fue el demonio.
Qué buena excusa y escaparse de las situaciones. -No, si no fui yo…
Así les paso a Jimmy Swaggart y a Jim Baker. Jimmy Swaggart, bueno un
evangelista de renombre, y entonces, fue y se acostó con una prostituta
cuando lo cogieron: -Mire, es que era una potestad, no era un demonio.
Entonces, los demás evangélicos dijeron: -Oye, hay que tener misericordia de
él, era una potestad, el hombre no pudo defenderse-, y vinieron de todos los
lugares, del “Bible Belt” y oraron, Oral Roberts y los grandes de aquí: -Fuera.
Ya. Quedó libre-. A los tres meses volvió a hacerlo, porque eso está pegado,
eso está metido en tu carne, ¡chico! Ja, ja, ja. (Aplausos).
Bueno, vamos ahora a buscar ahora la marca, el sello de la bestia, y si hay
alguno aquí que no esté sellado yo espero que me diga: -Apóstol, yo quiero
ese sello-, y ese no es en la carne.
Mira qué lindo está. Efesios 1: 13. Ese es el sello que ponemos, en la mente,
naturalmente.
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de ¿la ley?, la palabra de la
verdad…”
Esa no es cualquier palabra, esa es la de la gracia, la del nuevo pacto, el
evangelio de incircuncisión.
“…habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados, ahí esta el sello de la bestia, sellado
con el Espíritu Santo de la promesa,…”
Ese fue el sello que Papá Dios te puso. (Aplausos).
Dile al que está a tu lado: Qué bueno queda ese sello. Me hace reinar en vida.
Si tengo una mentira en mi cuerpo, ahora mismo, me sana. ¡Abba Padre!
¡Abba Padre! QUÉ BUENO ES ESTAR SELLADO CON ESE ESPÍRITU.
Imagínate, siempre te lleva en triunfo. Tú sabes que el lenguaje nuestro es:
Todas las promesas son en él, sí, sí y en él amén.
¿Tú sabes por qué las familias están destruidas? Pues dicen: -A mí me está
que todo me va a salir mal. Y todo va mal. Y yo veo a mi hijo mal. Y a mí me
está que el matrimonio de mi hija va también mal. Y a mí me está que el
gobierno está mal y las cosas están malas-.
Entonces, imagínate todas las promesas de él son: Sí, sí y en él, amén.
TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME DA LA FUERZA. Entonces, SOY
MÁS QUE VENCEDOR. REINO EN VIDA SOBRE ESTA CIRCUNSTANCIA.
NO RECIBO ESTO. YO DIGO QUE MI HIJO ESTÁ BIEN. YO DIGO QUE MI
FAMILIA…
Pero, ellos botan agua amarga y entonces, ir a esas casas y escuchar a esa
gente hablar así, por eso tú ya no puedes ir con tus familiares. Tú vas un ratito
y tú dices: -Uufffff… wou, esta gente no sabe hablar.
Esas reuniones tú no las aguantas; porque eso es queja y queja y queja y
queja. A ti te cambiaron ese estilo de vida. (Aplausos).
Imagina, Pablo dice: “En todas estas cosas somos más que vencedores”;
estaba hablando de hambre, tribulación, angustia, de todo; desnudez, SOMOS
MÁS QUE VENCEDORES.
Por eso los cubanos no quieren ya venir a Estados Unidos -los nuestros-, los
demás quieren venir, pero los nuestros dicen: -Estamos reinando en vida-.
Oye, ¡me enviaron 1,800 dólares de diezmo y ofrenda de Cuba! (Aplausos).
¿Por qué? Porque el Obispo (Tomás Flores) de allá está reinando y les enseña
a ellos: -No se dejen llevar por estas cosas aquí; llame las cosas que no son,
como si fuesen-. ¿Cómo era Abraham? Aquel que llamaba las cosas que no
son, como si fuesen.
Entonces, cuando tú entras en este estilo de vida: -TODO ESTÁ BIEN.
-¿Cómo que todo está bien? Te ves amarillo. Blanco.
-Olvídese de eso, que eso es pasajero.
-No, pero te está palpitando, tienes una taquicardia.
-Bueno, eso es un ratito, ahorita se va. A todo el mundo le da taquicardias y
brincos y saltos.
Si vas donde el médico te fastidias. ¡Imagínate! Es ESTILO DE VIDA.
Esto no es una religión. ESTO ES UN ESTILO DE VIDA. ESTO ES
REINANDO EN VIDA. No reinando por allá arriba y que por unas calles de oro.
El oro hace falta acá, no allá. (Aplausos).
Mire y que un mar de cristal y calles de oro; acá es que hace falta eso. ¡Abba
Padre! Bueno, ya, váyanse a sus casas. JA, JA, JA, JA…
Ah, ¿hay que orar, hay que orar? -NO. Si ya estamos orados. Qué más que la
palabra de Dios que está allí, que hemos venido orando por media hora.
¡BENDECIDOS! Los músicos. ¡Hello!
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