GRUPO G ENSAYO SOBRE LOS VERDADEROS APORTES DEL ANALISIS DE REDES SOCIALES AL CONCEPTO DE CAPITAL SOCIAL El concepto de “capital social” tiene sus raíces en la antropología. En la economía, surge como resultado de las discusiones sobre desarrollo económico. Coleman (1988) fue la primera persona en utilizar la frase capital social para combinar la interpretación sociológica de las acciones humanas motivadas por normas y obligaciones sociales, con la racional económica de que toda acción se concierne con maximizar utilidades. Hoy en día, todavía se debate sobre si el estudio de capital social es sociológico o económico, ya que requiere recursos para producir y se puede acumular y depreciar pero no existe ningún mercado donde se lo puede intercambiar (Grootaert et al. 2003). En la revista de la CEPAL Nº 69, 1999, Jhonn Durston señala que el capital social es el conjunto de normas, instituciones y organizaciones que promueven la confianza y la cooperación entre las personas, las comunidades y la sociedad en su conjunto. Por su parte, Lin (2001) ha desarrollado una teoría del capital social que lo describe como “una inversión en relaciones sociales con la espera de recibir bienes en el mercado...definido como los recursos incrustados en la estructura social, los cuales son accedidos o movilizados en acciones con fines definidos” (Lin 2001: 29). Así mismo, Lin identifica tres componentes críticos en ésta teoría, primero: cómo los recursos están incrustados en la sociedad; segundo, cómo los actores utilizan su posición en las redes para facilitar acceso a estos recursos y; tercero, como el acceso a estos recursos se puede movilizar para obtener ganancia. Éste concepto ha sido adoptado por distintos ámbitos disciplinarios como una aproximación para abordar las relaciones que se producen entre los fenómenos económicos y políticos con la esfera sociocultural. Cuando hablamos del paradigma del capital social, debemos referirnos a un paradigma del sistema complejo de la sociedad humana, evidenciado a nivel individual, local, regional, nacional, etc. En este sentido, podemos diferenciar entre el capital social individual y el capital social comunitario. El primero se define como la confianza y la reciprocidad que se extienden a través de redes egocentradas (son los favores que una persona puede pedir en un determinado momento a otras que conoce). Mientras que el capital social comunitario reside no en las relaciones interpersonales, sino en sus estructuras normativas, gestionarias y sancionadoras. Tanto para el capital social individual como para el comunitario el concepto de “red” juega un rol significativo. En las redes egocentradas, es decir, individuales simples, los beneficios de cómo un sujeto maneja su red son propios de ese sujeto. Mientras que en las comunitarias, las redes interpersonales se cruzan entre sí y se densifican conformando un grupo que puede funcionar como equipo. El análisis de redes se centra en las relaciones y no en las características de los sujetos de las redes (personas, grupos, organizaciones, instituciones, etc.) La aplicación del análisis de redes sociales a los estudios sobre capital social constituyen una herramienta importantísima y fundamental. Los aportes del análisis de redes al capital social han sido muy interesantes y variados ya que han generado instrumentos teóricos para comprender los procesos de generación de capital social tanto individual como comunitario. Y aunque el análisis de redes sociales se centra en las relaciones y no en los atributos de los sujetos, sin embargo, ha permitido establecer teorías sobre el perfil o rol que deben desempeñar en algunas redes los sujetos para que pueda generarse “el equipo”, “el grupo”, “la comunidad”. Burt (2000) utiliza la estructura de las redes para definir el capital social, enfocado en dos estructuras distintas. La primera es el concepto del “agujero estructural” que el mismo autor ha desarrollado (1992) para explicar como los enlaces que crean puentes entre distintos actores dan mayor valor a la red por ser la fuente de información innovadora. El concepto del “agujero estructural” ha sido ampliado en el trabajo de Grannoveter (1973) basado en la fuerza de los vínculos débiles. Aunque, según Burt (1992), no es la fuerza del enlace lo que crea la ventaja sino que el agujero estructural que ésta cruza crea un mediador (broker). Sin embargo Burt (2000) trata de entender los mecanismos que crean y mantienen al capital social, percatándose de que el valor de mediación (brokerage) de los agujeros estructurales está reforzado por las redes cerradas, las cuales pueden mejor explicar como los actores en la red realizan el valor del agujero. El estudio y el análisis de las relaciones sociales han ido adoptando distintos enfoques teóricos sobre las redes, dependiendo de los cambios económicos, políticos y culturales. Un aspecto central de estos enfoques está referido a los vínculos e intercambios restrictivos y generalizados, que establecen los individuos, grupos y organizaciones, tanto en sociedades simples y complejas, y que trasciende múltiples lazos o enlaces, construyéndose tejidos o redes interpersonales, familiares y organizacionales en la búsqueda de las realizaciones humanas. Los principios, sobre redes sociales, son una mezcla de definiciones, presupuestos, hipótesis parcialmente puestas a prueba y generalizaciones empíricas que según Barry Wellman (1995) se expresan en lo siguiente: 1. Los lazos son, por lo general, asimétricamente recíprocos, variando en contendido intensidad. e 2. Los lazos vinculan a los miembros de una red en forma directa e indirecta. Por tanto, deben ser definidos en el contexto de estructuras de redes más grandes. 3. La estructuración de los lazos sociales crea redes no aleatorias; por tanto, conglomerados, límites y vínculos cruzados. 4. Los vínculos que cruzan conectan los conglomerados como también a los individuos. 5. Los lazos asimétricos y las redes complejas distribuyen los recursos escasos en forma diferencial 6. Las redes estructuran las actividades colaborativas y competitivas para asegurar los recursos escasos. En la actualidad la concepción de desarrollo se centra en la ampliación de las capacidades del ser humano y de la libertad (oportunidades reales) que tienen cada una de las personas en la sociedad donde viven para desarrollar al máximo esas capacidades. Estas posibilidades de desarrollar las capacidades del ser humano pueden darse a niveles micro y macro sociales; en el ámbito de la vida cotidiana que es básicamente el espacio de realización humana donde se afrontan las transiciones naturales y los eventos críticos de la vida y donde se satisfacen las necesidades. El hombre en la actualidad ya no tiene posibilidades de satisfacer todas sus necesidades en el ámbito de sus redes primarias (familia, vecinos, amigos, etc.), y las redes secundarias (instituciones, organizaciones, empresas, etc.) por sí solas tampoco pueden hacerlo. La existencia de individuos con deseos, necesidades, objetivos y planes de vida, que en relación a sus intereses y afectos (sean estos positivos o negativos) crean vínculos con otros, nos explicaría a simple vista, las acciones conjuntas y la generación de estructuras institucionales para la satisfacción de las mismas; por lo que la búsqueda de los mecanismos y procesos por medio de los cuales se despierten las potencialidades y también la generación de oportunidades (acceso a servicios, mercado labora y bienes de educación, etc.) genera que esas capacidades se transformen en funcionamientos. Las habilidades que poseen las personas para reducir la vulnerabilidad e incrementar su productividad, dependen no sólo de sus activos iniciales, sino también de la capacidad efectiva que tenga para transformar esos activos en ingresos. Los activos que posean pueden ser transformados por medio de nuevas formas de intensificación de las estrategias existentes o por medio de nuevas o diversificadas estrategias que han utilizado o utilizan las personas. Estas estrategias se ven influenciadas por los cambios externos producidos en la sociedad y la capacidad de respuesta de las personas a los cambios externos depende de su stock de capital social (las normas, las redes de reciprocidad transformadas en organizaciones sociales, etc.) Hay criticas que cuestionan el concepto de capital social como una manifestación de capital. A diferencia de otras formas mas tradicionales de capital como el físico, el humano y el natural, el capital social es un intangible e involucra aspectos subjetivos culturales y de valores que lo diferencian de la visión rigurosa de capital. Adicionalmente, es una suerte de bien público en la medida en que no puede apropiarse, y tiene una característica suigeneris muy importante: no se deprecia por su uso, sino que al contrario, con el pasar del tiempo puede crecer. Tomando en cuenta lo anterior, el capital social no podría considerarse como un factor de producción tradicional, sino que mas bien podría asimilarse al papel que cumple la practica tecnológica en un proceso productivo, es decir el estado de conocimiento sobre un método de producción. Tiene que ver con el “como hacer las cosas” o la forma de cómo combinar los factores de producción para obtener un producto determinado. El capital social, como todo capital requiere de un actor social que “invierta” dicho capital a través de su acción colectiva, es decir que las capacidades acumuladas que involucra el capital social inicial deben ser puestas en funcionamiento para que ese capital se transforme efectivamente en progreso y bienestar y, finalmente confluya en el desarrollo humano de las personas; y es precisamente en la transformación del capital a capital invertido, es decir, capital social que se reproduce e incrementa de manera sustentable en la que intervienen también los diversos organismos públicos, los programas sociales y las diversas instituciones de la sociedad. El análisis de redes sociales ha permitido analizar y evaluar las normas que rigen las relaciones en la comunidad en estudio y establecer los tipos y alcances de beneficios de determinados tipos de redes. En conclusión, el análisis de redes es una forma de aproximación al capital social para comprender los procesos de creación, análisis, gestión, control, clasificación y evalúo del capital social. Referencias Castells, Manuel. 2004. "Informationalism, networks, and the network society: a theoretical blueprint." in The network society: a cross cultural perspective, edited by Manuel Castells: Edward Elgar Publishing Ltd. Coleman, James S. 1988. "Social Capital in the Creation of Human Capital." The American Journal of Sociology 94:95-120. Durston, John (1999). “Construyendo Capital Social Comunitario”, Revista de la CEPAL, Nº 69. Granovetter, Mark. 1985. "Economic Action and Social Structure: The problem of embeddedness." The American Journal of Sociology 91:481-510. Grootaert, Christian, Deepa Narayan, Veronica Nyhan Jones, and Michael Woolcock. 2003. "Integrated Questionnaire for the measurement of social capital (SC-IQ)." in Social Capital Thematic Group, edited by World Bank. Lin, Nan. 2001. Social Capital: A theory of social structure and action: Cambridge University Press.