La investigación disciplinaria por violar un derecho

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La investigación disciplinaria
fundamental. (parte II)
por
violar
un
derecho
En la primera lección denominada responsabilidad penal y disciplinaria
derivada de la acción de tutela, señalé el fundamento constitucional de la
acción de tutela –art 86-, la posibilidad que tiene cualquier servidor público del
INPEC de ostentar la calidad de accionante o accionado, y advertí sobre el
peligro que permanece sobre éste –el accionado- de conducirlo por los malos y
feos terrenos del derecho disciplinario y del penal.
En esta oportunidad resulta apropiado presentar el argumento jurídico de tan
grave afirmación, pues manifestaciones de esta naturaleza exigen estar
distantes del discurso artificial usado con el fin exclusivo de crear temor, meta
ajena a mi propósito dirigido a recordar a quienes lo conocen o ilustrar a los
carentes de formación jurídica, la necesidad de cumplir la Constitución y la ley
a efectos de evitar situaciones que pueden afectar la relación laboral con el
INPEC.
El primer argumento
El artículo 27 del Decreto 2591 de 1991, reglamentario de la acción de tutela,
enseña: “Proferido el fallo que conceda la tutela, la autoridad responsable del
agravio deberá cumplirla sin demora.
“Si no lo hiciere dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes, el juez se
dirigirá al superior del responsable y le requerirá para que lo haga cumplir y
abra el correspondiente procedimiento disciplinario contra aquél.”
La norma es clara, puntual, y por ello ahuyenta cualquier anuncio de
incertidumbre.
Inclusive, el artículo 28 del mismo Decreto señala que “el cumplimiento del
fallo de tutela no impedirá que se proceda contra la autoridad pública, si las
acciones u omisiones en que incurrió generaren responsabilidad.”
Y el inciso final afirma: “la denegación de la tutela no puede invocarse para
excusar las responsabilidades en que haya podido incurrir el autor del agravio.”
El segundo fundamento
El artículo 34 de la Ley 734 de 2002, prevé en forma puntual cuarenta (40)
deberes de todo servidor público, entre ellos, el inscrito en el numeral 1º sobre
“cumplir y hacer que se cumplan los deberes contenidos en la Constitución”,
deber que se acepta cuando el servidor público toma posesión y empieza a
ejercer el cargo en el Inpec.
Frente al tema del derecho de petición, es evidente que corresponde cumplirlo
al servidor público competente con el propósito de respetar los derechos
ajenos como lo exige el artículo 95 de la “norma de normas”.
La situación varia si carece de competencia para responderlo, pero ello no
emerge como una causal que le impida cumplir la obligación de remitirlo a
quien le corresponde ofrecer respuesta. De no hacerlo, está incurso en el
incumplimiento del deber.
Frente a este tema resulta válido recordar que la Corte Constitucional ordenó
investigar disciplinariamente a un servidor público del INPEC, quien recibió un
derecho de petición y se abstuvo de remitirlo al competente.
En esa forma, el simple hecho de impedir que se resuelva, o no contestar un
derecho de petición cuando se tiene el deber funcional de hacerlo, bien sea
invocado por un interno, otro servidor público del INPEC, o un tercero ajeno al
Instituto, ubica al autor de ese compartimiento en la puerta de ingreso a un
proceso disciplinario.
Aunado a lo anterior, el artículo 35 de la Ley 734 de 2002, enseña que a todo
servidor público le está prohibido, ente otros, incumplir los deberes o abusar
de los derechos o extralimitar las funciones contenidas en la Constitución, los
tratados internacionales ratificados por el Congreso, las leyes, los decretos, las
ordenanzas, los acuerdos distritales y municipales, los estatutos de la entidad,
los reglamentos y los manuales de funciones, las decisiones judiciales y
disciplinarias, las convenciones colectivas y los contratos de trabajo.
Por ello, cuando exista incumplimiento de un fallo de tutela, no se cumpla un
deber, o se ejecute un comportamiento prohibido, a nivel central el Jefe de la
Oficina de Control Interno Disciplinario del Inpec, de oficio, por información de
servidor público, o de otro medio que amerite credibilidad, por queja
formulada por cualquier persona, y aún en ciertos anónimos, debe asumir la
investigación disciplinaria1, determinará la gravedad o levedad de la falta2- y la
clase de sanción a imponer al infractor de la ley disciplinaria3, La falta
disciplinaria, fue definida legalmente como “la incursión en cualquiera de las
conductas o comportamientos previstos en este código que conlleve
1
Artículo 69. Ley 734 de 2002
Artículo 43. Ley 734 de 2002
3 Artículo 44. Ley 734 de 2002
2
incumplimiento de deberes, extralimitación en el ejercicio de derechos y
funciones, prohibiciones y violación del régimen de inhabilidades,
incompatibilidades, impedimentos y conflicto de intereses, sin estar amparado
por cualquiera de las causales de exclusión de responsabilidad contempladas
en el artículo 28 del presente ordenamiento”4.
Y en los demás niveles del INPEC, el servidor público que tenga conocimiento
de un hecho constitutivo de posible falta disciplinaria, si fuere competente,
debe iniciar inmediatamente la acción correspondiente. Y si no lo fuere, le
asiste el deber de poner el hecho en conocimiento de la autoridad competente,
adjuntando las pruebas que tuviere.
Sin embargo, si los hechos materia de la investigación disciplinaria pueden o
constituyen delitos investigables de oficio, debe denunciarlos5 ante la autoridad
competente, y además, enviar las pruebas de la posible conducta delictiva6.*
. Artículo 23. Ley 734 de 2002
Artículo 33. Constitución nacional, 68, Ley 906 de 2004, 71, Ley 734 de 2002.
6 Artículo 70. Ley 734de 2002
4
5
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