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Camino Popular nació el año pasado expresando múltiples experiencias de
organización y participación de la comunidad porteña que resistían la imposición de un
modelo de ciudad desigual y expulsiva: Nacimos convencidos que la ciudad no puede
gobernarse cual si fuera un botín de la especulación política y financiera, y porque había
que construir las condiciones para que todos y todas tuvieran Derecho a la Ciudad y que
la integración social de los diversos sectores y la convivencia fueran las claves del
desarrollo urbano. Por eso promovimos en nuestras listas referentes de distintas
experiencias políticas y sociales logrando en, un tiempo muy corto, transformarnos en una
de las seis fuerzas políticas que superaron las PASO en el año 2013.
Hablamos de desigualdad porque la Ciudad de Buenos Aires conjuga en un mismo
espacio territorial las manifestaciones más irritantes de este fenómeno. Basta recorrer
cualquier punto de su geografía para encontrar junto a expresiones de verdadera
opulencia, la cotidianeidad de miles y miles de habitantes viviendo en condiciones de
miseria tal que debe interpelarnos a todas y todos. La lógica vigente transforma el
progreso y el consumismo en un bien de uso exclusivo pasando por encima de toda
convivencia, produciendo fragmentación y segregación social, y colocando al otro en el
lugar de la amenaza permanente.
Buenos Aires está atrapada por una urbanización salvaje expresada en un boom
inmobiliario de casi 20 millones de metros cuadrados. Los dólares de la expansión del
agronegocio, la minería a cielo abierto, los hidrocarburos y la especulación financiera, se
han transformado en el cemento que nos invade a través de la verticalización acelerada
de torres y Shopping y en la expansión de barrios cerrados que cubren hoy en la región
metropolitana una superficie equivalente a la CABA
El gobierno del PRO que cumplirá ocho años de gestión, representa cabalmente
esta lógica y se vanagloria de ella. Bajo una supuesta “gestión sin ideología” promueve el
más alto grado de asociación entre las políticas públicas y la comunidad de negocios. Sin
embargo, con ser la expresión más acabada de este tipo de urbanización y de la
asociación entre la gestión y los grandes contratistas, bancos y brokers inmobiliarios,
nadie podría explicar como el Macrismo ha logrado consolidar este rumbo sin tener
mayoría legislativa en ninguna de sus dos gestiones.
Ocurre que más allá de los discursos, buena parte de la oposición ha venido
acompañando y sosteniendo la gobernabilidad de este rumbo. Por eso no es extraño ver
como distintas fuerzas se alternan para garantizar el apoyo necesario a las políticas del
PRO. Así el Frente para la Victoria; que hasta el año 2013 fue el soporte central de la
gobernabilidad, avaló varios presupuestos y cada uno de los negocios inmobiliarios de
Macri, muchos de ellos en sociedad con el gobierno nacional. En tanto vastos sectores de
los que hoy convergen en UNEN, que si bien se presentaron como de centro izquierda se
fueron transformando en una variante cada vez más cercana al PRO, aprobando
presupuestos, endeudamientos y embestidas contra los derechos de los trabadores y
trabajadoras de la ciudad.
La comunidad de negocios ha colonizado el sistema político dominante en la
Ciudad. Es así como se consolida el modelo de la Buenos Aires desigual. Un modelo
donde la atención de la salud se encuentra deteriorada, faltan vacantes para nuestros
niños y niñas en las escuelas, la accesibilidad al transporte es altamente deficitaria en los
barrios más desprotegidos y el acceso a la vivienda se ha transformado en un imposible.
Vivimos en una ciudad con una desigualdad alarmante, que se traduce en un
grave cuadro social construido por los efectos de las políticas del gobierno nacional y del
macrismo. Es así que 270.00 personas viven en villas, 170.000 pasan hambre más de
400.000 pobres, cerca de medio millón viviendo en situación de precariedad habitacional
cuando existen 400.000 viviendas ociosas. El 80% de las viviendas construidas en los
últimos años son categoría “premiun” y la mitad de ellas permanece vacía. Esta realidad
afecta no solo a aquellos vecinos que habitan en villas, hoy una de cada tres familias
conviven con problemas habitacionales.
Vivimos en una ciudad cuya dinámica favorece la fragmentación y la segregación
sociahabitacional al tiempo que ampara más de tres mil talleres clandestinos y cerca de
mil doscientos lugares de trata de personas. El cada vez más candente reclamo de
seguridad tiene su correlato en esa trama de negocios que hay que desarmar y que a
cada paso demuestra signos inocultables de complicidad entre el poder político, las
fuerzas policiales y las mafias enquistadas.
Podríamos seguir enumerando las deficiencias que hoy viven miles y miles de
porteños. Pero sabemos que en todas y cada una de las organizaciones y colectivos que
diariamente enfrentan esta política de desigualdad este diagnóstico está por demás
acabado. No es suficiente con un detallado pliego reivindicativo ni siquiera con una
propuesta programática. Lo que hoy nos interpela es como construir colectivamente las
condiciones para la Buenos Aires en la que todos y todas queremos vivir.
Pensar otra Ciudad obliga a cambiar la lógica de un sistema político que ha sido
colonizado por la comunidad de negocios incluso en muchos que enarbolando discursos
progresistas terminan siendo cómplices de la opción conservadora que gobierna la
ciudad. Desde este diagnóstico es sostenemos y ratificamos nuestro compromiso con
alumbrar una nueva experiencia política abierta a la participación plena de la comunidad
en el sistema institucional como modo de garantizar la primacía de lo público por encima
del negocio privado
Experiencia que debe ser múltiple y amplia. No construida como un agregado de
distintas expresiones partidarias, “porque solos no nos alcanza”, sobran resultados
lamentables de esta lógica, por más que actualmente ordenen sus candidaturas en
primarias en una seudo demostración democrática. Creemos en una experiencia que
rescate lo mejor de las distintas culturas que impulsaron alternativas de transformación,
vengan de las tradiciones del peronismo, del radicalismo, o de la cultura de izquierda.
Cultura que nacieron en otros tiempos y que por eso deben ser puestas en vínculo con
las múltiples experiencias que combaten cotidianamente las políticas de desigualdad, en
el campo de los trabajadores, en el campo estudiantil, los movimientos por la igualdad de
género, por la vivienda y el hábitat, movimientos ambientales, por los derechos de los
mayores etc.
Pensamos en una experiencia construida en el debate común entre diversos
actores que desde el campo de vida partidaria, social, cultural etc., estén dispuesto
bancarse la convocatoria al conjunto de la sociedad para dar nacimiento a esta nueva
experiencia que se hace indispensable construir.
En el próximo llamado electoral creemos necesario reafirmar este rumbo y ampliar
la convocatoria a otros espacios que compartan la necesidad de construir una alternativa
de gobierno por fuera de las estructuras tradicionales. Por estos motivos redoblamos la
apuesta por Camino Popular y proponemos abrir un amplio dialogo amplio que sea capaz
de promover la construcción de una nueva mayoría electoral.
Con este objetivo llamamos a las distintas fuerzas políticas y organizaciones
populares que actúan en la Ciudad de Buenos Aires a firmar esta declaración y
comprometernos a construir un espacio común con el objeto de afrontar la próxima
coyuntura electoral.
CABA, 14 de Diciembre del 2014
Claudio Lozano
Instrumento electoral por la Unidad Popular CABA
Fabio Basteiro
Instrumento electoral por la Unidad Popular CABA
Itai Hagman
Patria Grande
Ignacio Kostzer
Patria Grande
Antonio Sofia
Partido del trabajo y del Pueblo
Elena Hanono
Partido del Trabajo y del Pueblo
Lucía Vasallo
Camino de los Libres
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