UNIVERSIDAD DE LA HABANA DIRECCION DE INFORMACION CIENTIFICO TECNICA (DICT)

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UNIVERSIDAD DE LA HABANA
DIRECCION DE INFORMACION CIENTIFICO TECNICA (DICT)
A: Decanos, Directores, Presidente FEU, Sec. Generales de los Cte.
PCC, UJC, y BUS.
De: Dirección de Información Ceintífico Técnica
La Biblioteca Central de la Universidad de La Habana pertenece, sin lugar a
dudas, a los estudiantes universitarios. Todos sus directivos, especialistas,
técnicos y trabajadores en general, están a la entera disposición de los
servicios de información que se prestan en apoyo a su formación, tanto en el
orden profesional como en el orden cultural, recreativo, político e ideológico.
La Dirección Universitaria presta especial atención, en la medida que los
escasos recursos que posee se lo permiten, a la pintura y mantenimiento de
locales y mobiliario, el mejoramiento de las instalaciones eléctricas e
iluminación, cambio de instalaciones sanitarias, adquisición de sillas para la
sustitución de las escasas y deterioradas con que contaba la sala general de
lectura, y se tiene proyectado el arreglo de ventanas, la ubicación de cortinas
y la impermeabilización de los techos del edificio de la DICT. Todo lo anterior
se une al notable mejoramiento que en el orden tecnológico se ha alcanzado,
gracias al logro de un proyecto de colaboración materializado con la República
Popular China y a la asignación del MES, por vez primera, de un importante
número de computadoras para el uso exclusivo de los servicios de información
que ofrecen la Biblioteca Central y la Red de bibliotecas de las Facultades y
Centros de la UH.
A pesar de la necesidad de ahorro de combustible que tiene el país, y de no
contar con toda la plantilla cubierta, se prestan servicios hasta las 20:00 horas
de lunes a viernes y hasta las 14:00 horas todos los sábados, con el propósito
de facilitar la asistencia en horarios más allá de los planificados para la
asistencia a clases. Ello es posible, en primer lugar, por la prioridad que se le
concede a los servicios de información, por su incidencia en la elevación de la
calidad de la formación profesional de estudiantes, y además, porque una
significativa cifra de los trabajadores de la biblioteca no vinculados
directamente al área de los servicios, se mantienen cubriendo turnos para que
ello sea posible.
La superación permanente del personal especializado de la DICT, la inserción
de adiestrados de nivel medio y superior recién egresados en los últimos años,
incluida la categorización como profesores de una cifra importante de sus
especialistas que se encuentran impartiendo docencia de pre y postgrado en la
Facultad de Comunicación, Sedes Universitarias y en la superación de
especialistas de otros organismos, empiezan a convertir en una fortaleza de la
UH los servicios informativos, para elevar la calidad de la educación superior
aprovechando los crecientes recursos de información impresos o en formato
digital de los que se dispone en la red universitaria.
Sin embargo, no hay una correspondencia entre los esfuerzos que realiza la
Universidad, la utilización de los recursos disponibles y la actitud del
estudiantado hacia el uso de las instalaciones y el cuidado y conservación de
los documentos y equipos que se ponen en sus manos.
La DICT y la Biblioteca Central en particular, están empeñadas en revertir la
actual situación, y para ello cuenta con la voluntad decisiva e imprescindible de
todos los factores que participan de sus servicios: profesores e investigadores,
trabajadores en general, estudiantes, organizaciones políticas, sindicales y
estudiantiles.
Llegar a todos con el mensaje, es tarea imprescindible y corresponde a todo
aquel que desde un cargo de dirección, ya sea docente, administrativa, política,
sindical o estudiantil, tenga incidencia sobre los estudiantes y los trabajadores
en general que requieren de la información y los servicios que se prestan en
todas las bibliotecas de la red de la Universidad de La Habana. Todos los
recursos con que contamos, son en extremo costosos, mientras que los
recursos financieros para su adquisición, mantenimiento y reposición, son en
extremo escasos. Y cuando perdemos alguno, por lo general no se puede
reponer, además, por su desaparición del mercado.
Hay que hacer conciencia en todos los usuarios, para que al utilizar la
información que requieren para la solución de su problema particular, sientan
que detrás le seguirán otros con las mismas necesidades y el mismo derecho
sobre ese recurso que gratuitamente se pone a su disposición para un uso
colectivo.
Lo mismo ocurre con los locales, mobiliario y equipamiento tecnológico que, en
tanto patrimonio de la Universidad, se pone a disposición de los usuarios. La
participación de todos en su cuidado y conservación, es factor inexcusable
para alargar su vida útil, al tiempo que nos beneficiamos con su uso.
Ejemplos de actitudes a combatir, son algunos de los que a continuación
presentamos con el objetivo de concientizar en la necesidad de tomar las
medidas pertinentes para su erradicación:
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Entrada y salida de la biblioteca central hablando en voz alta, acción que
se produce de igual modo mientras se permanece en la misma. Además
de alterar el orden y el ambiente que debe existir en esta instalación
para el disfrute de la actividad de lectura o estudio individual para lo que
está diseñada, rompe con las reglas de comportamiento y educación
formal que durante siglos han garantizado que los que comparten los
recintos bibliotecarios se puedan concentrar de manera absoluta en la
solución de las tareas que los llevan a su uso.
Sin entrar en contradicción con las modas de turno, es obvio que no se
puede admitir que los usuarios de una biblioteca asistan a la misma con
prendas de vestir que resultan inadecuadas para la academia a la que
pertenecemos. Más agresivo resulta en ruido que produce el calzado
(chancletas y tacones) en las escaleras y en la sala de lectura, lo que se
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agrava con las conductas prepotentes que asumen algunos cuando se
les señala la necesidad de aminorar los ruidos.
El desplazamiento de las sillas al sentarse o pararse producen ruidos
innecesarios, y la forma en que se sientan, contribuyen al deterioro de
las mismas, al tiempo que sin darse cuenta, se afectan a sí mismos por
las posturas inadecuadas que adoptan.
Aunque está prohibido el consumo de alimentos en la sala de lectura,
ello constituye una práctica diaria, que conlleva la falta de higiene en el
local por los residuos y embases que irresponsablemente van a para al
piso o sobre las mesas.
Se escriben las paredes y, fundamentalmete, las mesas de la sala de
lectura, así como las paredes de los baños, lo que dista mucho del
objetivo que se supone persigan los asistentes a esta instalación, así
como de las normas de educación que deben poseer profesionales en
formación.
Se mutilan documentos destinados al uso colectivo, con lo cual se pone
de manifiesto no solo una actitud irresponsable, sino además el espíritu
egoista de quien no piensa en el resto de sus compañeros que también
necesitan del uso de esos documentos que el Estado pone de forma
gratuita a su disposición
Cuando se les llama la atención por alguna de las manifestaciones
señaladas, no son pocos los que de manera irrespetuosa y prepotente,
agreden verbalmente a los trabajadores de la biblioteca, que de manera
desinteresada y generalmente en condiciones de trabajo desfavorables,
se dedican a la prestación de los servicios.
La sala general de lectura, es solo para el estudio indivdual. Para el
estudio colectivo, existen cubículos que actualmente no pueden
dedicarse a los lectores por estar ocupados por la Facultad de Física,
cuyo edificio se encuentra en reparación capital. De nigún modo puede
tomarse como justificación la ausencia del servicio de cubículos para
exigir que se permita el estudio colectivo en dicha sala, con las
correspondientes molestias que ello ocasiona al resto de los lectores.
Es una exigencia de la institución, que los usuarios entreguen los carnet
de estudiante y/o identidad en depósito cuando se les presta un
documento para su uso en la sala de lectura. En ocasiones estos se
marchan con los documentos prestados, dejando atrás los documentos
de identificación.
Entre las medidas que procuramos establecer para el control de los usuarios y
de los docunmentos que se prestan, se encuentran:
1. La ubicación de guardabolsos a la entrada de la biblioteca, tal como se
acostumbra hacer en todas las instituciones de este tipo, con la misión
de que no se entre con bolsos, maletas u otros similares a la sala de
lectura, así como la revisión de los mismos a la salida en evitación de
sustracciones indevidas.
2. La permanencia en las salas de lectura de personal dedicado
exclusivamente al control riguroso de la disciplina establecida en los
reglamentos de la biblioteca.
3. Se aplicarán las medidas establecidas en los reglamentos a los que
incumplan con lo dispuesto, en aras de garantizar el rescate de la
disciplina y la cultura en el uso de la biblioteca.
4. A los incumplidores de forma reiterada, se les retirará el servicio de la
biblioteca por el período reglamentado, y su reincidencia hará que pierda
los derechos de su uso definitivamente.
5. Las facultades que, aún en conocimiento de las violaciones cometidas
por sus estudiantes o trabajadores en general, no adopten las medidas
que se correspondan con las dimensiones de las indisciplinas, recibirán
los correspondientes señalamientos, y estos serán tenidos en cuenta a
la hora de otorgarsele su evaluación sobre el cumplimiento de los
objetivos del curso.
6. Para conceder baja de la Universidad de La Habana a un trabajador o
estudiante, será requisito la presentación del aval que deja constancia
de que no se tiene deudas de documentos prestados por la biblioteca
de la cual recibe servicios. Dicho aval será emitido por el Decano o
Director quien lo firmará y plasmará el cuño del área, luego de la
verificación correspondiente mediante consulta a la Biblioteca.
7. La permanencia de un agente de la seguridad y protección de la
Universidad, en el área del vestíbulo de la Biblioteca Central con el
objetivo de preservar la tranquilidad y el orden, actuando sobre
malhechores, jineteros, y elementos perturbadores de la disciplina propia
del recinto bibliotecario.
8. El acceso a los servicios de las salas de lectura, será única y
exclusivamente, por la escalera del ala del edificio aledaña a la entrada
de la Hemeroteca de Ciencias, quedando prohibido el acceso desde la
otra entrada, destinada exclusivamente al personal de la Universidad
que labora en el edificio de la Biblioteca Central, y los visitantes que
concurran a otras gestiones que no sean las relacionadas con los
servicios que se ofrecen en la las salas.
9. El uso del local de la Hemeroteca de Ciencias, incluido el número de
máquinas que en ella se instalan para el acceso a la información por
parte de los usuarios, estará destinado solamente a aquellos que
requieren de la consulta de revistas impresas y de la información en
formato digital a la que se accede desde la Intranet universitaria. De
manera excepcional, quedará disponible un área para que los
estudiantes y profesores de Física hagan uso de sus fondos de libros
impresos, depositados en el local de dicha hemeroteca de forma
transitoria por reparación de su Facultad.
10. Una vez que entre en funcionamiento el parque de máquinas de la
Hemeroteca, se dará un tiempo para las búsquedas de información que
no escederá de una hora por cada usuario que lo solicite, de modo que
estos recursos puedan beneficiar diariamente al mayor número posible
de usuarios.
11. La entrada al área del laboratorio estará regulada por dos técnicos de
Informática que velarán por el cuidado y correcto uso de los equipos,
resolverán las interrupciones que se produzcan, y darán el
mantenimiento sistemático que corresponde. Además, forman parte del
personal de esta área de la Biblioteca Central, una especialista de nivel
superior, dos técnicos medios en Bibliotecología e Información y un
auxiliar de sala, todos los cuales serán responsables del cumplimiento
de todas las tareas y servicios de la Hemeroteca, así como de la
organización, control y cuidado de los recursos disponibles.
12. En correspondencia con todo lo anterior, se continuará trabajando en la
preparación y capacitación permanente del personal de la Biblioteca
Central, así como en la exigencia de servicios cada vez más eficientes y
profesionales a nuestros usuarios.
13. Se estudian nuevos servicios que serían ofertados a partir de las
condiciones que se creen, sobre la base de una nueva estructura de la
DICT, propuesta para su estudio y aplicación, de ser aprobada por la
dirección universitaria, y de la mejoría que se alcance en materia de
facilidades para nuevas aplicaciones
Lic. Idelio Rojas Crespo
Dirección de Información Científico Técnica
Universidad de La Habana
Ciudad de La Habana, diciembre de 2009.
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