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DIEZ MITOS DEL ACUERDO DE VIDA EN PAREJA
1. Se dice que esta medida va a solucionar un problema de más de 2 millones de
personas que viven en pareja sin estar casados, regulándose sus efectos
patrimoniales, hereditarios y sociales. FALSO. Para las parejas de hecho, esto no
innova en absolutamente nada, pero nada. Las convivencias quedaron
expresamente excluidas de regulación por parte del AVP. Por ejemplo, una
convivencia de hecho heterosexual, que corresponde a más del 99 por ciento
de la población que convive (2.078.727)1, si antes no se regulaba su situación,
con el AVP queda absolutamente igual. Si esta pretende tener derechos deberá
–al igual que antes- acudir ante un Oficial del Registro Civil ahora con la única
diferencia que puede “avepearse” o “casarse”. Así entonces, la innovación
práctica y real del proyecto es nula. Más aún, un Senador presentó una
indicación para poder abarcar a ese 99 por ciento, pero extrañamente fue
rechazada, sin una justificación razonable.
Para quienes sí resulta novedoso es respecto de las personas que declaran
convivir con otra del mismo sexo, correspondiente al 0,27 por ciento de la
población mayor de 15 años (34.976)2 Lo anterior por cuanto ellas no pueden
contraer Matrimonio -por su naturaleza reservado para personas de distinto
sexo- con lo que el AVP viene a darle un estatus distinto. De ahí que veamos
sólo a grupos de la población LGBTI interesados en el mismo.
2. Se señala que sería distinto al Matrimonio. FALSO. Tal como se encuentra
contemplado, hoy en día el AVP de 20 aspectos esenciales del Matrimonio, se
diferencia de este último sólo en tres aspectos, lo que lo asimila en casi todo.
Porcentualmente hablando la similitud es de un 85% con la Institución
matrimonial.3
N° Similitudes y diferencias
1 Personas que lo pueden
contraer
2 Estado Civil
3 Celebración ante el Oficial del
AVP
Heterosexuales
Homosexuales
Sí
Sí
Matrimonio
y Heterosexuales
Sí
Sí
INE, Censo 2012
Ídem.
3 Véase también: http://www.chileb.cl/noticias/avp-y-matrimonio-civil-de-15-puntos-fundamentalessolo-se-diferencian-en-3/
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2
1
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8
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15
16
17
Registro Civil
Régimen Patrimonial
Derechos Sucesorio
Calidad de Legitimario
Asignatario de Cuarta de
Mejoras
Compensación Económica
Terminación Unilateral
Crea vínculo de parentesco
Permite cuidado personal
Derechos Previsionales
Carácter permanente
Contempla Nulidad especial
Prohibición de sujetarse a
plazo, condición o modo
Tribunales de Familia ante
conflicto
Deberes
Sí4
Sí
Sí
Sí
Sí5
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sólo uno6
Contempla
deberes
Sí
Sí
Sí
18 Adopción
No
19 Rebajas Tributarias
Sí
20 Tiene
reconocimiento
de Sí
aquellos celebrados en el
Extranjero
8
3. Se indica que se contemplarían los mismos deberes que el Matrimonio.
FALSO. El AVP tiene los mismos derechos del Matrimonio pero de forma
incomprensible un solo deber. En efecto el Matrimonio contempla 8 deberes:
Deber de fidelidad7 (art. 131 del Código Civil); 2. Deber de socorro8 (arts. 131 y
Separación de Bienes y Comunidad de Bienes
Separación de Bienes, Comunidad de Bienes (Sociedad Conyugal) y Participación en los Gananciales.
6 Ayuda Mutua.
7 Del matrimonio deriva una obligación que pudiéramos llamar principal: el deber de guardarse
fidelidad el uno al otro. Está consagrada en el artículo 131: "Los cónyuges están obligados a guardarse
fe...", lo que significa no tener relaciones sexuales con terceros, no cometer adulterio.
El artículo 132, (texto dado por la Ley 19.335) expresa que "el adulterio constituye una grave infracción
al deber de fidelidad que impone el matrimonio y da origen a las sanciones que la ley prevé" y agrega
que "cometen adulterio la mujer casada que yace con varón que no sea su marido y el varón casado que
yace con mujer que no sea su cónyuge". El adulterio trae aparejadas las siguientes sanciones: a) Es
causal de separación judicial (artículo 26) y de divorcio (artículo 54 Nº 2 de la Ley de Matrimonio Civil).
En el caso de la separación judicial no puede invocarse el adulterio cuando exista previa separación de
hecho consentida por ambos cónyuges (art. 26, inc. 2º). b) La mujer casada en régimen de sociedad
conyugal, puede pedir la separación judicial de bienes, en conformidad al artículo 155 inciso 2º del
Código Civil.
4
5
2
134); 3. Deber de ayuda mutua o de asistencia9 (art. 131); 4. Deber de respeto
recíproco10 (art. 131); 5. Deber de protección recíproca11 (art. 131); 6. Derecho
y deber de vivir en el hogar común12 (art. 133); 7. Deber de cohabitación; y 8.
Deber de auxilio y expensas para la litis13. En cambio el AVP sólo contempla el
deber de ayuda mutua.
4. Se manifiesta que el AVP no afectaría la Institución Matrimonial. FALSO.
La experiencia comparada del Pacto Civil de Solidaridad Francés (PACS),
contrato en el que se inspiró el AVP, muestra que a 10 años de su entrada en
vigencia, desde el año 2000 al año 201014, los PACS aumentaron de 22.271 a
205.258, es decir, en más de un 921 por ciento. En cambio, los Matrimonios
disminuyeron de 305.234 a 251.56415, en palabras simples, bajaron en más de
un 20 por ciento. En ese sentido, es falso que no afecte la Institución
Matrimonial, la muestra empírica lo corrobora.16
5. Se dice que un AVP sólo para parejas del mismo sexo sería
discriminatorio. FALSO. La discriminación conforme al artículo 2 de la Ley N°
20.609 que establece medidas contra la discriminación(Ley Zamudio) en
relación con el artículo 19 N° 2 de nuestra Constitución Política de la República
es “toda distinción, exclusión o restricción que carezca de justificación
razonable, efectuada por agentes del Estado o particulares, y que cause
privación, perturbación o amenaza en el ejercicio legítimo de los derechos
fundamentales establecidos en la Constitución Política de la República o en los
Está establecido en los artículos 131 y 321 Nº 1 del Código Civil. El primero señala que los cónyuges
están obligados "a socorrerse" y el segundo precisa que se deben alimentos entre sí.
9 Consiste en los cuidados personales y constantes, que los cónyuges se deben recíprocamente. Este
deber está consagrado en el artículo 131 del Código Civil. Por lo demás, se desprende de la propia
definición de matrimonio.
10
Los cónyuges tienen la obligación recíproca de guardarse respeto.
11 El artículo 131 prescribe que "el marido y la mujer se deben respeto y protección recíprocos".
12
Esta situación está tratada en el artículo 133. Dice esta disposición: "Ambos cónyuges tienen el
derecho y el deber de vivir en el hogar común, salvo que a alguno de ellos le asista razones graves para
no hacerlo".
13
Esta materia está tratada en el artículo 136 del Código Civil: "Los cónyuges serán obligados a
suministrarse los auxilios que necesiten para sus acciones o defensas judiciales. El marido debe,
además, si está casado en sociedad conyugal, proveer a la mujer de las expensas para la litis que ésta
siga en su contra, si no tiene los bienes a que se refieren los artículos 150, 166 y 167, o ellos fueren
insuficientes".
14 BCN, “Estadísticas sobre la evolución del matrimonio, de la Unión Civil y de la convivencia libre en
Alemania y Francia”, año 2013.
15 Ídem.
16 Véase también: http://www.credochile.cl/sscc/la-aprobacion-del-acuerdo-de-vida-en-pareja-y-suimpacto-en-el-matrimonio-supresion-de-los-efectos-propios-del-matrimonio/
8
3
tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Chile y que
se encuentren vigentes”. Así entonces, se exige que la distinción carezca de
justificación razonable. En el caso del AVP, la idea matriz del proyecto es la
ausencia de regulación de los derechos patrimoniales, sociales, hereditarios y
previsionales de las convivencias17. Sin embargo y teniendo en cuenta que para
las parejas de hecho el AVP no les da ninguna solución, el supuesto de ausencia
de un contrato que regule los efectos jurídicos de la relación, sólo se da en el
caso de las parejas del mismo sexo. Lo anterior, por cuanto las parejas
heterosexuales hoy en día tienen las posibilidad de regular sus respectivos
derechos a través de la institución Matrimonial, no así las homosexuales. De ahí
que sea razonable la distinción de crear un AVP para quienes eventualmente lo
necesitarían, es decir, para un 0,27 por ciento de la Población.
Esto es absolutamente concordante con la Convención Americana de Derechos
Humanos y el reciente fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
sobre el caso de la Jueza Atala.
6. Se dice que es esencial la convivencia para optar al AVP. FALSO. En el AVP
erradamente se cree que es base del mismo. Sin embargo, en ninguna parte de
su articulado se exige como elemento esencial la convivencia. De hecho, no
contempla el deber de vivir juntos, expresamente establecido por ejemplo en el
Matrimonio.
7. Se expresa la necesidad de regular el cuidado personal. FALSO. El cuidado
personal consiste en el derecho y deber que los padres tienen de amparar,
defender y cuidar la persona del hijo o hija menor de edad y participar en su
crianza y educación. Este deber tiene origen en la filiación, es decir, en la
relación de descendencia que existe entre dos personas, una de las cuales es
padre o madre de la otra, aunque su ejercicio depende de si los padres están
juntos o separados.
La institucionalidad de la filiación y de todo lo que conlleva aparejado ello, no
es parte de la idea matriz o fundamental del proyecto por cuanto el hecho de
que dos personas convivan o estén casadas no es relevante para efectos del
cuidado personal de un niño. De hecho, para las parejas que conviven no es un
problema real por cuanto la figura contractual en virtud de las cual dos
17
Véase Mensaje del Proyecto de Ley.
4
personas estén unidas per se no importa para efectos del otorgamiento del
cuidado y crianza de un niño. Lo realmente relevante es su interés superior.
Así, el AVP no tiene ninguna relación con el interés superior de un niño18. Por
ende, tal como se encuentra hoy, la indicación sobre cuidado personal
aprobada, es inconstitucional por alejarse de la idea matriz del proyecto de ley,
debiendo ser inadmisible.
Así también, es inconstitucional porque lo aprobado vulnera el artículo 19 N° 2
de nuestra Constitución, por cuanto establece menos requisitos a ponderar
por parte del juez para efectos de otorgar el cuidado personal. En efecto, el
artículo 225-2 y 226 del Código Civil señalan que para efectos de su
otorgamiento en caso de inhabilidad moral o física de los padres, se ponderan y
consideran conjuntamente los siguientes criterios y circunstancias:
a) La vinculación afectiva entre el hijo y sus padres, y demás personas de su
entorno familiar.
b) La aptitud de los padres para garantizar el bienestar del hijo y la posibilidad
de procurarle un entorno adecuado, según su edad.
c) La contribución a la mantención del hijo mientras estuvo bajo el cuidado
personal del otro padre, pudiendo hacerlo.
d) La actitud de cada uno de los padres para cooperar con el otro, a fin de
asegurar la máxima estabilidad al hijo y garantizar la relación directa y regular.
e) La dedicación efectiva que cada uno de los padres procuraba al hijo antes de
la separación y, especialmente, la que pueda seguir desarrollando de acuerdo
con sus posibilidades.
f) La opinión expresada por el hijo.
g) El resultado de los informes periciales que se haya ordenado practicar.
Sin embargo, con lo aprobado, para una misma situación si es que se tiene el
vínculo contractual de AVP, sólo se exige dos elementos para efectos de que el
juez otorgue el cuidado personal, esto es: “siempre que hayan contribuido
significativamente a su crianza y educación”. Es decir, en términos estrictos
para cualquier familiar incluido los mismos padres, el juez debe ponderar al
menos conjuntamente siete criterios, en cambio si tiene un vínculo contractual
AVP, tan sólo dos. Lo anterior constituye una discriminación arbitraria que
debe subsanarse.
18
Véase también: http://www.chileb.cl/perspectiva/avp-y-los-ninos-como-bienes-garantizados/
5
Por otro lado, también se está infringiendo el interés superior del niño
resguardado en el artículo 19 N° 1 de nuestra Carta Fundamental y en el
artículo 3.1 de la Convención Internacional de Derechos del Niño. Lo anterior,
por cuanto se estaría sujetando la integridad psíquica y física del mismo para
efectos de su cuidado personal a una relación meramente contractual, sin
considerar su mejor interés.
8. Se esgrime la necesidad de un Estado Civil. FALSO19. El Estado Civil según el
Profesor Manuel Somarriva "es el lugar permanente de una persona dentro de
la sociedad, que depende principalmente de sus relaciones de familia y que la
habilitan para ejercitar ciertos derechos y contraer ciertas obligaciones
civiles". La permanencia resulta fundamental, de ahí que por ejemplo a los
cónyuges en el Matrimonio, se les otorgue el Estado Civil de casados. Esto,
porque en su naturaleza, dicha institución es conforme al artículo 102 del
Código Civil “actual e indisoluble y para toda la vida”, es decir, permanente. Lo
mismo ocurre con el Estado Civil de Hijo o Padre, en principio no cambian.
Sin embargo, el AVP es esencialmente inestable, no tiene una finalidad concreta
y puede disolverse, según estimen pertinente las partes. De ahí que no merezca
un Estado Civil. De hecho, por ejemplo en Francia20, el Pacto Civil de
Solidaridad (PACS) en tiene una duración de 2,5 años promedio, lo que
evidencia la incertidumbre del mismo.
Por otro lado, se da la paradoja que la incorporación del Estado Civil no viene a
solucionar ningún problema real ni concreto de aquellos que hacían entender
la supuesta necesidad del proyecto.
Es más, se busca asimilarlo al Matrimonio, pero sin sus deberes. El AVP
contempla el deber de ayuda mutua. Sin embargo, no existen el deber de
fidelidad, el deber de respeto recíproco, el derecho y deber de vivir en el hogar
común, el deber de cohabitación, el deber de protección recíproca y el deber de
auxilio y expensas para la Litis, señalados en los artículos 131 y siguientes del
Código Civil.
Véase también: http://www.elmercurio.com/blogs/2014/01/08/18462/AVP-Un-llamado-a-lacordura.aspx
20
BCN, “Estadísticas sobre la evolución del matrimonio, de la Unión Civil y de la convivencia libre en
Alemania y Francia”, año 2013.
19
6
Ni siquiera se toma en consideración su fuente de inspiración, el Pacto Civil de
Solidaridad Francés, que tampoco contempla el Estado Civil.
9. Se argumenta la necesidad también de una Compensación Económica.
FALSO. Es completamente improcedente que el proyecto de Acuerdo de Vida
en Pareja conceda a los que lo han celebrado una compensación económica, la
cual tiene como objeto principal reparar patrimonialmente al cónyuge que
cumplió con los principales deberes derivados del matrimonio, el cual son el
cuidado del hogar común y de los hijos, no pudiendo desarrollarse
laboralmente por este hecho; frente a otro cónyuge que pudo hacerlo por el
sacrificio del primero.
Este derecho –hasta el presente- lo tienen sólo los casados precisamente
porque el matrimonio importa un proyecto de vida en los cónyuges, con
derechos pero también con obligaciones como los de cohabitación, fidelidad,
socorro y de atender a la familia en igual medida.
En efecto, al momento de celebración del matrimonio, los cónyuges se obligan
a cumplir una serie de obligaciones y deberes ligados tanto a la vida en común
y estable que significa el matrimonio, como también a aquellas obligaciones
vinculadas al cuidado de un hogar común, a los hijos y a la familia. Existe un
proyecto de vida en que se toman decisiones por el bien de la familia, y que
algunas veces, sólo beneficia al desarrollo personal y profesional de uno de los
cónyuges.
De este modo, la compensación se justifica en el matrimonio porque existen
notas de estabilidad y permanencia como lo son la intención de celebrarlo
para siempre, los deberes de cohabitar y de fidelidad. Por ello, la ruptura
matrimonial importa la frustración del proyecto de vida común en el cónyuge
que, confiando en su existencia, se dedicó al hogar común o a los hijos.
Todo lo anterior determina que los fundamentos de la Compensación
Económica estén íntimamente vinculados a los siguientes principios: 1)
Protección al cónyuge más débil, 2) evitar la perpetuación del conflicto entre
los cónyuges, y 3) en especial, compensar al cónyuge por la pérdida sufrida
por razón de la dedicación a los hijos o al hogar común.
Debe hacerse presente, además, que el derecho a obtener una compensación
económica es uno de los escasos beneficios que el matrimonio genera para
7
quienes lo han celebrado, de suerte que otorgárselo a los convivientes supone
un debilitamiento al estatuto matrimonial.
El AVP, en cambio, no implica un proyecto de vida ni impone ninguno de los
deberes referidos. Es más ni siquiera exige hacer una vida común en un mismo
hogar de forma que pueden celebrarlo dos personas que viven en lugares
físicos distintos. Tampoco es exigida ninguna voluntad de permanencia ni
menos su acreditación. Ello debido a que, al ser esencialmente disoluble, poco y
nada se les puede exigir a quienes celebran un AVP.
Pese a ello, el proyecto le otorga al conviviente el derecho a esa compensación
aunque no exista exigencia de deber alguno derivado del contrato para con el
hogar o los hijos. No resulta justo entonces que se le otorgue a quienes
celebran un AVP una compensación idéntica a la que tienen los cónyuges.
10. Se dice que es necesario igualar los derechos hereditarios del Cónyuge
con el AVP. FALSO. La Ley N° 19.585 no sólo igualó a los hijos nacidos dentro
y fuera del matrimonio, sino que además derogó la porción conyugal y
estableció una serie de medidas que favorecían la situación del cónyuge
sobreviviente. La historia de la Ley N° 19.585 da cuenta que esta modificación
se realizó con el objeto de fortalecer el matrimonio, y con ello la familia. Hasta
hoy, este es el único gran beneficio que el matrimonio otorga a los
contrayentes.
Los derechos otorgados por medio de un contrato de vida en común no pueden
producir entonces los mismos efectos sucesorios que el matrimonio sin afectar
la familia fundada en éste último.
El matrimonio supone el esfuerzo conjunto de ambos cónyuges por alcanzar
todos aquellos medios materiales que sirven para la mantención de la familia, y
no sólo un gasto monetario en conjunto.
Los derechos otorgados al cónyuge sobreviviente son justamente dados en
razón de la continuidad y consolidación de la unidad familiar. En el caso de los
heterosexuales, esa consolidación y continuidad la entrega el matrimonio, el
cual supone una unión estable y, por regla general, indisoluble.
8
El AVP no puede establecer los mismos derechos, pues la celebración de éste
(al ser un contrato esencialmente disoluble) no implica la intención de
consolidar una relación estable, y consecuencia continua.
Por ello los derechos sucesorios deben ser menores para sus contratantes
(respecto de los de los cónyuges), para de esta forma mantener el único
beneficio que hasta hoy posee el matrimonio.
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