JURISPRUDENCIA DE LA CAMARA CIVIL, COMERCIAL, DE FAMILIA Y DE TRABAJO. Lesión – No se encuentra discutida entre las partes la notable desproporción Inequivalencia de las prestaciones: queda sin causa eficiente la restante contraprestación – Le basta a quien invoca “la lesión” probar que la otra parte con el acto (negocio) ha logrado una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada - Aprovechamiento : situación de inferioridad (el demandado debe probar que no la hubo) – La ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada, un desequilibrio de las prestaciones indudable, incuestionable, que en principio no requiere ser probado (desequilibrio manifiesto) – Debe haber un factor que revele el abatimiento o rendición del lesionado, frente a la propuesta inescrupulosa del victimario, ya sea por la dependencia o sujeción económica y moral del primero al segundo, por el abuso de confianza, la indebida influencia Fdo.: Dres. Sosa (H) – Namur – Valgañon – Vocales – Meneses – Secretario Voto: Dr. Sosa (H) SENTENCIA NUMERO: DOCE.En la Ciudad de Marcos Juárez a dieciséis días del mes de Septiembre de dos mil nueve se reúnen los Sres. vocales Dres. Luis Mario Sosa (H), Jorge Juan A. Namur y Domingo Enrique Valgañon, bajo la presidencia del primero de los nombrados y ante el secretario autorizante, a los fines de dictar sentencia en estos autos caratulados "Sucesores de Donato TUMINI c/ Ehtel Carmen de PASCUALE de TUMINI – Demanda de Escrituración - Apelación - (Expte. "S"-05-07), venidos del Juzgado Civil, Comercial, Conciliación y Familia de Primera Instancia y Primera Nominación de la sede a los fines de resolver el recurso de apelación interpuesto por la parte demandada en contra de la Sentencia Número Ciento cincuenta y ocho del veintidós de Mayo de Dos mil siete, en la que el juez actuante resolvía: 1°.- No hacer lugar a la demanda de Nulidad de Compraventa por Lesión deducida por la Sra. Ehtel Carmen Depascuale de Tumini en contra de los sucesores del Sr. Donato Tumini, Sres. Emilia Rucci, Beatriz Rosa Tumini y Carlos Alberto Tumini.- 2°.- Hacer lugar a la Demanda de Escrituración formulada por los Sucesores del Sr. Donato Tumini, Sres. Emilia Rucci, Beatriz Rosa Tumini y Carlos Alberto Tumini en contra de la Sra. Ehtel Carmen Depascuale de Tumini y en consecuencia, condenar a esta última, a otorgar a la actora la correspondiente escritura traslativa de dominio, de los derechos y acciones al cincuenta por ciento que le corresponden sobre el inmueble que se describe como: “Una fracción de Terreno de campo y las mejoras de su pertenencia existente en el mismo, ubicado en Pedanía Espinillo, departamento Marcos Juárez, Pcia. de Córdoba, que forma parte del Establecimiento ”La Marita” y que de acuerdo a un plano de subdivisión practicado por el Ingeniero Civil Don Oscar E. Serra, inscripto en el Registro General de Propiedades, bajo el Nro. 34.349 del Protocolo de Planos, se designa como Lote Tres, con las siguientes medidas y linderos: su lado Norte mide 527,50 mts. Lindando con calle pública de por medio, con más terreno de “La Marita” su lado este mide 2.151,50 mts., lindando con Rodrigué en la parte Sud y con Pascual Pascussi e hijos en el lado Norte; y su costado Oeste mide 2.151,50 mts. Lindando con el lote dos vendido al Roque Di Pascuale, parte Norte y con el lote cuatro, ambos lotes 1 del mismo plano, todo lo que hace una superficie de Ciento Trece Hectáreas, cuarenta y dos áreas, Setenta centiáreas, Ocho mil centímetros cuadrados; el inmueble se encuentra inscripto al Dominio 8090, Folio 12.150, Tomo 49 del año 1.974”.- Todo bajo apercibimiento de otorgarla el Tribunal en caso de incumplimiento, y/o de resolverse la obligación en la de daños y perjuicios para el supuesto de imposibilidad de dicha transferencia.- 3°.- Imponer las costas en ambos procesos a la Sra. Ehtel Carmen Depascuale de Tumini.- 4°.- Diferir la regulación de honorarios de los letrados intervinientes, Dres………………………, y perito oficial Sra. Miriam Caballero, para cuando exista base en autos para ello, previa acreditación de las respectivas condiciones ante la A.F.I.P.-D.G.I. 8Art. 25 bis Ley 8.226).- Protocolícese, hágase saber y dese copia.- Fdo. José María Tonelli - Juez.- Concedido el recurso de apelación (fs. 216) y elevados los autos (fs. 223), el Tribunal se avoca (fs. 224 y 245).- Dado trámite al recurso, se corren los traslados de ley, expresando los agravios el apelante (fs. 250/253vta.), los que fueron contestados por la contraria (fs. 255/261).Decretado autos (fs. 262), la causa pasa a estudio de los Sres. Vocales y oportunamente previo acuerdo se fija el día de la fecha para la lectura de la sentencia.El Tribunal en presencia del actuario se fija las siguientes cuestiones a resolver: Primera Cuestión: Resulta Procedente el recurso de apelación? Segunda Cuestión: ¿ Qué pronunciamiento corresponde dictar? A LA PRIMERA CUESTION EL SEÑOR VOCAL DE CAMARA DR. LUIS MARIO SOSA (H), DIJO: I.- La relación de causa efectuada por el Juez a quo satisface las exigencias del código de rito por lo que a ella nos remitimos, sin perjuicio de que se pueda remarcar algún aspecto para un mejor desarrollo de la cuestión.II.- La Sentencia apelada Número Ciento cincuenta y ocho del veintidós de Mayo de Dos mil siete (fs.194).II.1. El Juez de primera instancia no hace lugar a la demanda de nulidad de compraventa por Lesión deducida por Ehtel Carmen Depascuale de Tumini (P.1 primer estamento del resuelve Fs. 208).II.1.a. Respecto del tercer párrafo de la norma del Art. 954 C.C. al expresar que ....se presume, salvo prueba en contrario que existe tal explotación en caso de notable desproporción de las prestaciones y sin justificación... , sostiene "que ello ha generado dos interpretaciones: Una corriente entiende que probada la desproporción, la ley presume la existencia de la explotación, y por tanto la situación de inferioridad del lesionado (necesidad, ligereza, inexperiencia), lo que implica la inversión de la carga de la prueba en contra del lesionante; otra, distingue dos elementos subjetivos; la explotación por una de las partes y el estado de inferioridad de la parte explotada, pero el que demanda la nulidad del acto debe probar siempre su situación de inferioridad" (Ver: fs. 202).II.1.b. Ello así, interpretando el alcance del Art. 954 3° párrafo del C.C., en base a la doctrina expuesta por el T.S.J. en "Polka c/ Grosso" A. I. N° 75 del 23.3.94, relaciona que "para la procedencia de la acción por vicio de lesión, resulta menester que se acrediten los tres elementos que se mencionan, no siendo suficiente la sola acreditación de la desproporción de las prestaciones, sino también la prueba del estado de necesidad del lesionado y el estado de explotación de la víctima por el lesionante".Afirmando que "quien invoque la lesión, deberá acreditar tanto el elemento objetivo, 2 esto es el desequilibrio de las prestaciones, como el elemento subjetivo, es decir que aquél fue consecuencia de su situación de necesidad, ligereza o inexperiencia.- De resultar los mismos acreditados, se considerará producida la explotación -situación del lesionante- salvo prueba en contrario de éste último" (Ver: fs. 202vta/203).II.1.c.- En relación al elemento objetivo: "ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación", vinculando el precio pactado de la venta, $.62.384,85 por el cincuenta por ciento o sea derechos y acciones a una mitad indivisa de la fracción de campo compuesta por 113has, 42As. 70Ca. Ocho mil centímetros cuadrados, a $.1.100 por Ha., según el texto del boleto del 29 de Octubre de 1.998 (fs. 3), con las conclusiones del perito oficial de fs. 147 y esa fecha convencional que determina el valor real de la Ha. de $.3.167 o su convertibilidad en dólares por igual valor (U$S.3.167), comparando el pactado en la venta con el figurado por el perito, el aquo (fs. 205) entiende que "el precio abonado fue evidentemente desproporcionado en relación al valor real del inmueble, pues representó un 35% por ciento aproximadamente de lo que era el valor de plaza, situación que se ha acentuado aún más a la época de la demanda (fines de 2.002), por haber aumentado notoriamente el precio de ese bien.- En tales circunstancias afirma que el presupuesto objetivo que señala la norma del Art. 954 C.C. se encuentra debidamente probado y acreditado".II.1.d. Del análisis del elemento subjetivo "estado de inferioridad de la víctima (necesidad, ligereza e inexperiencia), explotado ó aprovechado por el lesionante" su conclusión es que "no ha demostrado Ehtel Carmen Depascuale de Tumini, al momento de efectuar la operación de venta, hubiera obrado con ligereza o inexperiencia, por lo que, si bien se ha probado la desproporción evidente de las prestaciones y que en tal situación la ley presume la existencia de la explotación, dicha presunción no comprende el estado de necesidad, ligereza o inexperiencia, estando a cargo de la actora acreditar alguno de estos estados.- Tampoco se probo que el cocontratante, el Sr. Donato Tumini, haya sido una persona avezada en los negocios de forma tal que haya hecho valer su experiencia sobre la vendedora, por lo que entiende que no encontrándose acreditado el elemento subjetivo y por tanto el vicio de lesión, la demanda de nulidad del acto jurídico no debe acogerse" (fs. 205vta./207).III.- Los Agravios.III.1.- A fs. 250/253, el apoderado de Depascuale de Tumini, como titular de la acción de nulidad acumulada a la escrituración peticionada por los herederos del comprador, apela el resolutorio, expresando agravios persiguiendo su revocatoria y en consecuencia se haga lugar a la demanda y se rechace la escrituración más la subsidiaridad de traducirla en daños y perjuicios, con costas en ambas instancias.III.2.- Denuncia en primer lugar la violación del principio de congruencia por aplicar equivocadamente la presunción del tercer párrafo del Art. 954 del C.C. y por ende de imponer relativamente la carga de la prueba por cuanto la acción entablada ha sido por lesión objetiva y no la subjetiva, de allí que su representada solamente debía probar la desproporción de las prestaciones, pasando el a-quo a la demanda de nulidad por un filtro de admisibilidad distinto al que previó el codificador.III.3.- Sostiene que la lesión o es Subjetiva o es Objetiva.- Señala que la lesión objetiva no ha sido derogada, ni abrogada en el 3° párrafo del Art. 954 del C.C., ni pone en cabeza del actor ninguna prueba de la existencia de alguna circunstancia subjetiva existente en el negocio jurídico, apoyado en este sentido en Llambias, autor 3 que sostiene la reforma de la ley 17.711 estableció el instituto de la lesión aunque no bajo la fisonomía tradicional que hacía una comparación objetiva de valorar las prestaciones recíprocas, sino según un enfoque moderno que reputa como vicio del acto el aprovechamiento.- Por tanto ni vía "iura curia" (SIC) o mediante interpretaciones de lege data no puede cambiar la acción intentada, fundada en el 3° párrafo del art. 954 del C.C., poniendo a cargo de su representado una acción distinta que le exige la acreditación de otros elementos como requisitos ineludibles de procedencia.III.4.- Acusa también un análisis parcializado de la doctrina y jurisprudencia que cita en su fallo el juzgador violando así el deber de fundamentación lógica y legal, puesto que el T.S.J. y la Cámara 3° y 1° Civil y Comercial de Cba., analizan supuestos de lesión subjetiva dejando bien en claro como opera la carga de la prueba en los casos del Art. 954 3° párrafo del C.C., de manera que encontrándose acreditado la desproporción de las prestaciones, nace la presunción de que hubo explotación la que solo puede destruirse con prueba en contrario, carga de la prueba que debe soportar el accionado (Cfrm. "Ghio c/ Picca" Foro de Cba. N° 56 pág. 286/287).Pero además fallos como los publicados en LL-1.989-A-654; ED 131-555; LL 1.987 A621 y DJ 1.987 I-857, abonan esta postura en cuanto expresan "Cuando la desproporción injustificada adquiere magnitud a la que quepa el calificativo de notable -grosera, insultante- se invierte la carga de la prueba y se presume el estado de inferioridad como su explotación".IV.- Los sucesores de Donato Tumini, a través de su apoderado a fs. 255 en su condición de apelados contestan los agravios rechazando los mismos por cuanto sostienen la sentencia impugnada se ajusta a derecho.- No así la proposición impugnativa ya que no ataca el punto III de los considerandos y a su vez lo resuelto en el punto 2° en cuanto se hace lugar a la escrituración, admitiendo en consecuencia la procedencia de los hechos, demostrando que no ha desarrollado perjuicio alguno a reparar, máxime cuando su presentación es solo una repetición de los argumentos centrados en el alegato previo al dictado de la sentencia recurrida, enmarcado en el terreno de las suposiciones.- Así desarrolla una suerte de criterio propio, sin fundamento doctrinario y contradictorio, en lo que llama lesión objetiva para tornarlo en un instituto independiente.- Señala que la crítica de los fallos tenidos en cuenta por el a-quo no resulta adecuada porque extrae párrafos fuera del contexto general, lo que torna parcializada y distorsionada su postura.- En definitiva el recurrente disiente (no esta de acuerdo) con el a-quo pero no critica la resolución porque no refleja un ataque directo y pertinente a la fundamentación que se ha dado, tratando de demostrar los errores fácticos y jurídicos que ésta pudiera tener; así en ningún momento señala razonadamente los errores del pronunciamiento y la manera que ellos inciden para tornarlo injusto.- Pide se confirme la sentencia apelada con costas.V.- Expuestos así los extremos del recurso y cumplimentado que fuera el Art. 329 del C.P.C., corresponde entrar en materia.V.1.- Contrario a lo que afirman los apelados, debe anticiparse que la presentación de Depascuale de Tumini, encierra un ataque a los fundamentos jurídicos que trasuntan la razón suficiente del fallo, pues no obstante considerar acreditada y probada la notable desproporción del precio de venta de la mitad indivisa de los derechos y acciones de las 113 has refiere el juzgador en su subsunción que si bien "la ley presume la existencia de la explotación, dicha presunción no comprende el estado de 4 necesidad, ligereza o inexperiencia, estando a cargo de la actora acreditar alguno de estos estados".- Si eventualmente la doctrina que desarrolla en su presentación y que contraría la esencia del fallo que declara la vigencia del contrato, se adecua a la que correctamente se utiliza para descifrar el alcance de la reforma de la ley 17.711, bastara según su parecer para admitir la recepción de la nulidad de la venta porque no esta discutida la notable desproporción probada y en consecuencia el rechazo de la escrituración que persiguen los sucesores de quien resultó comprador y lesionante al fin.V.2.- Refleja entonces el recurso, una crítica relativa al fallo y limitada a su premisa de derecho ó fundamento legal, precepto fincado en: "El alcance de la presunción regulada en el tercer párrafo del Art. 954 del C.C.", al estar probado y no discutido por las partes involucradas la notable desproporción del precio de venta (un 35% menos que el corriente en plaza para la fecha del negocio).VI.- Siguiendo la postura de Aguirre en "El vicio de la lesión en la reforma del Código Civil" Ed. Abeledo-Perrot, Pág. 44, se afirma que "La lesión es un vicio de la causa final en sentido objetivo, del acto jurídico bilateral conmutativo oneroso, porque al producirse la inequivalencia de las prestaciones queda sin causa eficiente la restante contraprestación, afectándose el equilibrio contractual, que es de la esencia de aquél linaje de convenciones, siendo ésta la solución correcta y no la de que constituye un vicio del objeto-fin del acto jurídico porque no es el objeto el afectado y no se advierte en el caso de lesión que el objeto, considerado en sí mismo, padezca de alguno de los defectos ya que el precio y la cosa o servicio serán siempre determinados o determinable, posibles, idóneos y lícitos, radicando el vicio en la relación que existe entre una y otra prestación (su inequivalencia), que es precisamente, lo que constituye la causa final, en sentido objetivo, de esa clase de actos siguiendo la noción de causa expresada por Federico Videla Escalada en "La Causa Final en el Derecho Civil" Ed. Abeledo Perrot.VII.- En el ámbito de este razonamiento, resulta congruente la solución que se le da al problema de la sanción del vicio de la lesión, ya que la inequivalencia de las prestaciones, como defecto de la causa del acto jurídico puede ser sancionada con la nulidad relativa que permite la confirmación y no invalida "in totum" el acto, mientras que si la lesión constituye un vicio del objeto del acto por ser ilícito ó contrarios a las buenas costumbres, verbigracia el negocio simulado, será un negocio inmoral que no puede aparejar otra sanción que no sea la de la nulidad absoluta, con las consecuencias que ello acarrea entre las que se destaca la de su inconfirmabilidad.De allí la justeza de la buena doctrina también sostenida por BelluscioZannoni en su obra "Código Civil T° 4 pág. 372 y sgts., en cuanto corresponde decidir que la ley 17.711 al incorporar al Art. 954 el instituto consagra expresamente la presunción del aprovechamiento, bastándole al que invoca la lesión con probar que la otra parte ha logrado como consecuencia del acto, una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada.- Si el demandado pretende que dicha desproporción estaba justificada, debe probarlo.- "En otras palabras la razonabilidad de la desproporción es una excepción y, como tal, su prueba corresponde al demandado".(Cfrm. Borda "Reforma del Código Civil. Lesión, ED 29-730 N° III).Afirman los autores citados, que "el Art. 954 C.C. alude finalmente a la obtención de una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin 5 justificación.- Es obvio que se alude aquí a la causa del negocio pues si la desproporción obedeciese a una liberalidad de la parte, ésta no podría después invocar aprovechamiento alguno.- Dentro de esta lógica de razonamiento es coherente afirmar que la presunción de aprovechamiento, comprende necesariamente la situación de inferioridad de quien alega la lesión ante la notable desproporción en su perjuicio, pudiendo el demandado desvirtuar la presunción sea que no medió una "situación de inferioridad" en el actor o que no aprovechó o explotó una situación de inferioridad".VIII.- La Jurisprudencia del T.S.J. en la causa "Capillitas S.A. c/ Juan Antonio Pastorino S.A.C.I.F. y Otro – Escrituración - Recurso Directo -Casación" por sentencia N° 71 del 28 de junio de 2.005 referente a los elementos subjetivos que revelan la inferioridad de la víctima, sostiene un criterio amplio (al que adhiere) que implica cualquier situación de inferioridad socio económica de la parte lesionada aunque no encuadre en la mirada rígida de las tres hipótesis que enuncia la ley coincidiendo con lo que afirma Cifuentes cuando aclara que esta flexibilidad en la forma de interpretar la inferioridad subjetiva, "sólo se justifica" cuando de ella dependa la concreción de la télesis legal, cual es evitar la convalidación de acuerdos que contienen una evidente inequivalencia de las prestaciones. Agrega este autor, que la definición de la ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada, alude a un desequilibrio de las prestaciones indudable, incuestionable, que en principio no requiere ser probado (Cfr. Ob. cit., Pág. 600/607). Moisset de Espanés agrega a lo ya dicho, que a los fines de especificar la acepción del término evidente, “.... es menester no sólo que haya una desproporción, sino que esa desproporción salte a la vista, sin necesidad de una pericia y ponga de relieve que se trata de un desequilibrio manifiesto” (“La Lesión, y el Nuevo Artículo 954 del Código Civil”, U.N.C., Dirección Publicaciones, Córdoba, 1.976, Pág. 83, 3er. Párr.)."La intención de Cifuentes, así presentada, pareciera coherente con el espíritu de la ley, pues, si es notoria la desproporción entre las prestaciones, también lo es el consecuente perjuicio injusto que ello implica para una de las partes en el marco de un contrato conmutativo, y, por lo tanto, no puede convalidarse ese efecto inicuo por la circunstancia de que el estado de inferioridad de la víctima no responda, exactamente, a los conceptos clásicos que definen a la necesidad, la ligereza o la inexperiencia"."Es decir, que la ductilidad hermenéutica en la forma de juzgar la inferioridad subjetiva del lesionado, siempre se sustenta en la finalidad de evitar los efectos de un acto jurídico notoriamente injusto, representado en la palmaria inequivalencia de prestaciones, donde los mayores beneficios de una parte por sobre la otra, no puede explicarse de otra manera sino lo es mediando cualquier factor que revele el abatimiento o rendición del lesionado, frente a la propuesta inescrupulosa del victimario; ya sea, por la dependencia o sujeción económica y moral del primero al segundo, por el abuso de confianza, la indebida influencia".IX.- Superado esta valla doctrinaria, y asistiéndole razón al apelante actor en cuanto al verdadero alcance de la presunción del Art. 954 C.C. ante la notable desproporción probada en autos, "ut supra" relacionada (Ver: P.V.2.), corresponde analizar desde la óptica del Art. 332 último párrafo C.P.C. si la prueba rendida y las constancias de autos permiten admitir la validez del negocio o por el contrario declarar su anulabilidad atento la notable desproporción de las prestaciones que se encuentra probada y aceptada por los involucrados en el sinalagma.6 X.- Se anticipa que no existe prueba inversa aportada por el demandado que destruya la presunción legal.- Por el contrario de acuerdo al texto del contrato celebrado el 29 de octubre de 1.998 (fs. 3 y 19 cuya existencia y alcance ha sido reconocida por ambas partes), de la lectura de su cláusula quinta se refleja la existencia de una hipoteca por U$S.70.000 a favor del Banco de la Nación Argentina, que grava el inmueble en su totalidad y que se debía cancelar con el producido de la venta de $.62.384,85; valor que representó un 35% de lo que realmente taso el perito, lo que no hace más que demostrar el peligro que padecía Ehtel Carmen Depascuale de Tumini previo a su celebración de perder su propiedad recurriendo de esta manera en inferioridad de condiciones motivada por el pronto auxilio, aunque la inequidad del negocio frente a esta necesidad le hubiera disminuido su libertad de elección.- Sin dudas no contrato de esta manera para satisfacer lujos o persiguiendo un propósito de especulación, sino para aventar el peligro eminente -para ella- de una liquidación hipotecaria.- Esta necesidad llevó insita su ligereza, pues al decir de Dekkers citando a Osipow (Cfrm Carranza Ob. Cit. pág. 59), "la vendedora no midió el alcance de la inequivalencia de las prestaciones", aunque fueran evidente.- En realidad no podía hacerlo dada su inferioridad mental, provocada por el peligro inminente de una hipoteca en dólares que aparecía impaga al punto que a posteriori culmino con los juicios que refiere el a-quo en los considerandos a los que se remite "brevitatis causae" (Ver: fs. 206 y fs. 99).Por ello, si valoramos desde la óptica del más fuerte traducido en el poseedor del dinero en efectivo frente al más débil sicológicamente (la vendedora), porque una hipoteca impaga para un campesino que grave su principal medio de vida implica al menos, un error de juicio equivalente a lo que se conoce como inexperiencia, cabe concluir que no ha existido el necesario equilibrio en las prestaciones del negocio concertado, por lo que al haber quedado sin causa suficiente la contraprestación de escriturar, procede la recepción del recurso debiendo revocarse lo resuelto en la sentencia N° 158 del 22.5.07 declarándose la nulidad del contrato en virtud de lo normado por el Art. 954 tercer párrafo del C.C. atento la injusticia y notable perjuicio que se presume en el contrato celebrado en autos reflejada por la indudable falta de equivalencia de las prestaciones, y por no haber el demandado comprador, desvirtuado esta presunción que llevaba insita una "situación de inferioridad" en el actor o que no aprovechó o explotó una situación de inferioridad.XI.- Por efecto de la nulidad del contrato debe volverse las cosas al estado anterior al tiempo de su celebración (Art. 1.050 C.C.), esto es dejar sin efecto el negocio concertado y por ende la posesión que detentaba el demandado (hoy sus sucesores) sobre la mitad indivisa del campo ubicado en "Colonia La Amelia" (Boleto de Compraventa obrante a fs. 3 “..inmueble rural: Una fracción de terreno, de campo y las mejoras de su pertenencia existente en el mismo, ubicado en Pedanía Espinillos, Depto. Marcos Juárez, Pcia. de Córdoba, que forma parte del establecimiento “La Marita” y que de acuerdo a un plano de subdivisión practicado por el Ing. Civil Don Oscar E. Serra, inscripto en el Reg. Gral de Propiedades, bajo N° 34.349 del Protocolo de Planos, se designa como LOTE TRES, con las siguientes medidas y linderos: su lado Norte mide 527,20mts. Lindando calle pública de por medio, con la Colonia “La Amelia”; su lado Sud mide también 527,50, lindando con calle pública de por medio, con más terreno de “La Marita”; su lado Este mide 2.151,50 mts., lindando con 7 Rodríguez en la parte Sud y con Pascual Pascussi e hijos en el lado Norte; y su costado Oeste mide 2.151,50 mts. Lindando con el Lote Dos vendido a Roque Di Pascuale, parte Norte y con el lote Cuatro, ambos lotes del mismo plano, todo lo que hace una superficie de CIENTO TRECE hectáreas, CUARENTA Y DOS áreas, SETENTA centiáreas, OCHO mil centímetros cuadrados.- Consta el DOMINIO al n° 8090. Folio 12150, tomo 49, del año 1.974...”) libre de ocupantes y/o cosas (Art. 1.052 C.C.) y proceder la actora Ehtel Carmen Depascuale de Tumini a devolver la suma de $.62.384,85 con más los intereses que se fijan al 2% mensual desde el 29.10.98 de conformidad con el Art. 622 del C.C., como resultado de que la nombrada no probó los frutos que percibió el demandado en la posesión de la parcela del campo que oportunamente recibiera y en definitiva porque las obligaciones correlativas no consistieron "ambas" en sumas de dinero, o en cosas productivas de frutos.- (Art. 1.053 "a contrario sensu" C.C.).- Así vota por la afirmativa.A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL DE CAMARA DR. JORGE JUAN A. NAMUR, DIJO: Que adhiere a lo expuesto por el Señor Vocal que le precediera en el voto y por ello emitía el suyo en igual sentido.A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL DE CAMARA SUBROGANTE DR. DOMINGO ENRIQUE VALGAÑON, DIJO: Que en un todo de acuerdo con el Señor Vocal Doctor Luis Mario Sosa (H), procedía a vota en idéntico sentido.A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA EL SR. VOCAL DR.LUIS MARIO SOSA (H),DIJO: Propone se resuelva en derecho: I.- Se haga lugar al recurso de apelación en contra de la Sentencia Número Ciento cincuenta y ocho del Veintidós de mayo de Dos mil siete, revocándose la misma en todas sus partes y en consecuencia hacer lugar a la demanda de nulidad interpuesta por Ehtel Carmen Depacuale de Tumini del contrato de compraventa y su negocio concertado con los alcances y efectos establecidos en los puntos X y XI al tratar la primera cuestión, rechazando en su mérito la demanda acumulada de escrituración intentada en su contra por los sucesores de Donato Tumini, Sres. Emilia Rucci, Beatriz Rosa Tumini y Carlos Alberto Tumini.II.- Se impongan las costas por lo que prospera y se rechaza en primera instancia, y en segunda instancia a la parte demandada, compuesta por los nombrados sucesores de Donato Tumini, atento el hecho de la derrota (art. 130 C.P.C.).III.- Diferir la regulación de honorarios de los letrados intervinientes para cuando la base de lo que fue materia de litigio este definitivamente conformada (Art. 26 Ley 9.459). Así Vota.A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL DE CAMARA DR. JORGE JUAN A. NAMUR, DIJO: Que adhiere a lo expuesto por el Señor Vocal que le precediera en el voto y por ello emitía el suyo en igual sentido.A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR VOCAL DE CAMARA SUBROGANTE DR. DOMINGO ENRIQUE VALGAÑON, DIJO: Que en un todo de acuerdo con el Señor Vocal Doctor Luis Mario Sosa (H), procedía a vota en idéntico sentido.8 Por el resultado de los votos que anteceden y por unanimidad, el Tribunal RESUELVE: I.- Hacer lugar al recurso de apelación interpuesto por la parte demandada en contra de la Sentencia Número Ciento cincuenta y ocho del Veintidós de mayo de Dos mil siete, revocando la misma en todas sus partes y en consecuencia hacer lugar a la demanda de nulidad interpuesta por Ehtel Carmen Depacuale de Tumini del contrato de compraventa y su negocio concertado con los alcances y efectos establecidos en los puntos X y XI al tratar la primera cuestión.II.- Rechazar la demanda acumulada de escrituración intentada en contra de Ehtel Carmen Depascuale de Tumini por los Sucesores de Donato Tumini, Sres. Emilia Rucci, Beatriz Rosa Tumini y Carlos Alberto Tumini.III.- Imponer las costas por lo que prospera y se rechaza en primera instancia, y en segunda instancia a la parte demandada, compuesta por los nombrados sucesores de Donato Tumini, atento el hecho de la derrota (art. 130 C.P.C.).IV.- Diferir la regulación de honorarios de los letrados intervinientes para cuando la base de lo que fue materia de litigio este definitivamente conformada (Art. 26 Ley 9.459). V.- Protocolícese, hágase saber y bajen.- 9