LA CAPACIDAD DEL DEPORTISTA DE AMORTIGUAR LOS IMPACTOS CONTRA EL SUELO Aguado, X., Abián, J; Alegre, LM.; Lara, AJ. Laboratorio de Biomecánica de la Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo. Resumen: Los aterrizajes de caídas tienen importancia por el riesgo de lesión que conllevan en determinados deportes. Dos tercios de las lesiones de ligamento cruzado anterior suceden durante las caídas, este hecho es particularmente importante en las mujeres, que tienen una disposición mayor a sufrir este tipo de lesión. Se realizaron dos estudios con el objetivo de comparar, entre un grupo de hombres y otro de mujeres, diferentes tipos de aterrizajes de caídas, analizando el segundo pico de fuerza (F2) y otras variables cinéticas asociadas, para discutir sobre las relaciones entre variables, entre tipos de caída y entre género. En el primer estudio se analizaron los saltos de 132 hombres (edad = 19.8 ± 3.0 años) y 48 mujeres (edad = 19.6 ± 3.3 años). Se utilizó una plataforma de fuerzas Quattro Jump de Kistler. Se analizaron las fuerzas de reacción verticales y la posición del centro de gravedad en un salto con contramovimiento. Los hombres lograron mayores alturas del centro de gravedad en el vuelo (hombres = 35.77 ± 4.55 cm, mujeres = 26.08 ± 3.33 cm; p<0.001) y mayores segundos picos de fuerza en la amortiguación (F2) (hombres = 7.41 ± 2.20 BW, mujeres = 5.72 ± 1.82 BW; p<0.001) (BW = veces el peso corporal). Las mujeres mostraron un mayor recorrido del centro de gravedad durante la amortiguación (hombres = 10.21 ± 2.26%, mujeres = 10.84 ± 2.21%; p<0.05). En el segundo estudio Tomaron parte 15 mujeres (edad = 18.8±1.0 años) y 15 hombres (edad 22.1±2.3 años) físicamente activos. Se tomaron las amortiguaciones en 6 tipos diferentes de caídas: 4 de ellas desde una superficie elevada a 0.75 m y 2 previo salto desde el suelo. Los tests que no buscaban la máxima amortiguación fueron los que obtuvieron mayores coeficientes de variación en F2 (7.37-10.84%). Sólo se encontraron diferencias significativas en F2 entre el grupo de hombres y mujeres en las caídas desde la superficie elevada (p<0.05). Al comparar los valores de F2 en los 6 tests, sólo en el grupo de mujeres se encontraron diferencias significativas entre los diferentes tipos de caídas, lo que podría indicar una mayor vulnerabilidad a la lesión de las mujeres en determinados tipos de caídas, pero no en otros. De ambos estudios podemos concluir que la fuerza explosiva de los sujetos tendría una mayor importancia en las amortiguaciones de caídas desde gran altura, mientras que en las caídas de saltos que partían desde el suelo tendría mayor relevancia la técnica. En los saltos que partían desde el suelo no se ha encontrado en ninguno de los estudios correlación entre la fuerza explosiva (medida como altura del salto o como pico de potencia en la batida) y valor de F2 en la amortiguación. Palabras Clave: Biomecánica, fuerzas de reacción, amortiguación de caída, salto, lesión, ligamento cruzado anterior. 1 1.- JUSTIFICACIÓN Los aterrizajes de caídas tienen importancia por el riesgo de lesión que conllevan y algunos autores los sitúan como la principal causa de lesión en determinados deportes (Ozgüven y cols. 1988). Por ejemplo, en baloncesto y voleibol entre el 58% y el 63% de las lesiones se producen durante los aterrizajes de los saltos (Gerberich y cols. 1987, Gray y cols. 1985, Henry y cols. 1982, Richie y cols. 1985, Zelisco y cols. 1982). Se pueden dar dos formas diferentes de caer que han sido ampliamente estudiadas. Variantes con un pie (Chaudhari y cols. 2005, Hargrave y cols. 2003, Zazulak y cols. 2005) y con dos pies a la vez (Bauer y cols. 2001, Chappell y cols. 2005, Cowling y cols. 2003, Hewett y cols. 2005, Kernozek y cols. 2005, Pflum y cols. 2004, Self y cols. 2001, Zhang y cols. 2000). Estas últimas van a ser el objeto de estudio de estas investigaciones. Los aterrizajes tocando el suelo con los 2 pies a la vez son frecuentes en muchos deportes, por ejemplo Tillman y cols. (2004), en un estudio con 4 equipos de voleibol femenino mostraron que el 56% de los aterrizajes durante un partido se daban cayendo con los dos pies a la vez, mientras que el resto se realizaba cayendo con un solo pie (en torno al 30% el derecho y al 15% el izquierdo). Gracias a las plataformas de fuerzas, cámaras de alta velocidad, electrogoniómetros y registros electromiográficos, entre otros, hoy en día empieza a conocerse la biomecánica del aterrizaje de las caídas. Si analizamos las fuerzas de reacción en un aterrizaje con los 2 pies a la vez, encontramos una gráfica similar a la que se puede apreciar en la Figura 1. Se dan 2 picos de fuerza que suceden en los primeros 40 ms. El primero (F1), algo inferior, se relaciona con la llegada al suelo de las cabezas de los metatarsos (Figura 2). El segundo (F2), que en ocasiones puede superar las 10 veces el peso corporal (BW), está relacionado con la llegada al suelo del talón (Figura 2). Los instantes en los que aparecen estos picos corresponden a momentos en los que las fuerzas de reacción del suelo son transmitidas a lo largo de las estructuras anatómicas por todo el cuerpo. Un tercer pico (F3), de mucho menor nivel (unas 2 BW), suele aparecer cerca de los 150 ms y guarda relación con el ángulo máximo de flexión de tobillos e inicio del levantamiento de los talones del suelo, mientras las rodillas siguen flexionándose. FUERZAS DE REACCIÓN EN LA AMORTIGUACIÓN DE LA CAÍDA FIGURA 8 Gráfica representativa de las fuerzas de F2 reacción Fuerza Vertical (BW) 1: F1 verticales en la amortiguación de una caída 6 desde 0.75 m. La gráfica se ha obtenido con una plataforma de 4 F3 fuerzas piezoeléctrica Kistler 9281 C. (F1 = primer pico de 2 fuerza; F2 = segundo pico de fuerza; F3 = tercer pico de 0 0 35 70 105 140 Tiempo (ms) 175 210 245 fuerza). 2 FIGURA 2: Instantes en los que suceden los dos primeros picos de fuerza en la amortiguación de una caída desde 0.75 m. El primer pico relaciona con el impacto de las cabezas de los metatarsos (izquierda) y el segundo con el impacto del talón (derecha). Las imágenes han sido obtenidas a 1000 Hz con una cámara de alta velocidad, Redlake MotionScope M1, sincronizada con una plataforma de fuerzas. En la bibliografía se apoya la idea de que la forma en que el sujeto absorbe la energía durante la amortiguación de la caída de un salto va a condicionar que ésta sea más o menos peligrosa (Cowling y cols. 2003, Devan y cols. 2004, James y cols. 2003, McNitt-Gray 1991, McNitt-Gray 1993, McNair y cols. 2000, Onate y cols. 2001, Tillman y cols. 2004). Este hecho es importante, porque resalta la capacidad que tiene el ser humano de protegerse activamente (mediante una técnica adecuada) del riesgo implícito de lesión en las caídas. Así, algunos autores incluso llegan a realizar intervenciones en el marco escolar para evaluar hasta qué punto se puede disminuir el riesgo de lesión después de un aprendizaje técnico (McKay y cols. 2005, Pittenger y cols. 2002, Prapaverssis y cols. 2003). Las intervenciones profilácticas han empezado a estudiarse por autores como McNair y cols. (2000), Onate y cols. (2001), Prapavessis y cols. (2003) y Mckay y cols. (2005). Onate y cols. (2001), en un estudio realizado con 63 sujetos, encontraron que el grupo al que le aportaban feedback reducía los picos de fuerza vertical de una forma significativa. Prapavessis y cols. (2003), en una investigación realizada con 61 niños (con una edad media de 9 años), que caían desde una altura de 0.3 m, encontraron reducción del pico de fuerza vertical en el grupo que recibía instrucciones (p<0.05). Cowling y cols. (2003) concluyen que ciertas instrucciones de activación muscular, previas a una amortiguación, no reducen el riesgo de lesión del ligamento cruzado anterior. Las lesiones de cruzado anterior son más frecuentes en mujeres que en hombres y en ellas el mecanismo de lesión guarda relación con la activación electromiográfica de los músculos agonistas y antagonistas de las extremidades inferiores en los aterrizajes. También han sido estudiados otros aspectos de las caídas como es la influencia de la fatiga en la amortiguación o los mecanismos de lesión en los aterrizajes. Madigan y cols. (2003) encontraron un descenso significativo del 12% en F2 después de fatigar los músculos de las extremidades inferiores por medio de series que combinaban 2 amortiguaciones y 3 sentadillas. No obstante, no hemos encontrado en la bibliografía estudios donde se fatigue a los músculos con otros tipos de ejercicios diferentes. Gruneberg y cols. (2003), forzando el tobillo en una caída sobre un plano inclinado, encontraron que se activaban en mayor medida los peroneos, mientras que en las amortiguaciones sobre planos horizontales era el tríceps sural el que poseía mayores valores. Hay que tener en cuenta que en algunos deportes, como el baloncesto o el voleibol, son frecuentes las caídas pisando el pie de un compañero o contrario. Entre las lesiones en cuyo mecanismo están involucrados los aterrizajes está la rotura del ligamento cruzado anterior (ACL) (Chappell y cols. 2005, Chaudhari y cols 2005, Hewett y cols. 2005, Yu y cols. 2002a, Yu y cols 2002b). Dos tercios de estas lesiones suceden durante la amortiguación de una caída (Zazulak y cols. 2005). Este hecho es particularmente importante en las mujeres deportistas, en las que se describen diferentes factores que incrementan el riesgo de sufrir lesiones en la amortiguación de caídas (Chappell y cols. 2005, Chaudhari y cols. 2005, Colby y cols. 2000, Cowling y cols. 2003, DecKer y cols. 3 2003, Hargrave y cols. 2003, Hewett y cols. 2005, Kain y cols. 2001, Malinzak y cols. 2001, Zazulak y cols. 2005) (Tabla 1). En fútbol este riesgo es de 2 a 3 veces mayor que en hombres y en baloncesto llega a ser de 5 a 8 veces mayor (Zazulak y cols. 2005). El mayor riesgo para la lesión del ACL durante la caída se da en el primer 25% del tiempo de la amortiguación, cuando la rodilla tiene una flexión entre 33º y 48º, soportando la mayor tensión el ligamento sobre los 0.040 s, instante en el que se da también F2 (Pflum y cols. 2004). Así, el comportamiento cinético, recogido en las fuerzas de reacción verticales del suelo, va a guardar relación con los tiempos en los que el ACL va a ser solicitado al máximo. Hemos encontrado trabajos que relacionan un valor alto en F2 con una mayor tensión en el ACL (Hewett y cols. 2005, Pflum y cols. 2004). Hewett y cols. (2005) encontraron valores en las VGRF un 20% superiores en mujeres que posteriormente tuvieron lesiones en el ACL. Autor nº sujetos Edad (años) Caracteristicas Altura de caída Tipo de medición Diferencias Mayor riesgo Hewett y cols. (1996) 11 M y 9 H M = 15.0 ± 0.6 H = 15.0 ± 0.3 Jugadores de voleibol Previo salto máximo Cinética *** Hombres Cowling y cols. (2001) 11 M y 7 H 22.6 ± 2.5 Físicamente activos Previo salto máximo Cinemática Cinética Electromiografía ns ns * Mujeres analizan las diferencias Chappell y cols. (2002) 10 M y 10 H M = 21.0 ± 1.7 H = 23.4 ± 1.1 Atletas recreacionales practicaban A.F. 3 dias a la semana Previo salto máximo Cinética Cinemática *** *** Mujeres de Fagenbaum y cols. (2003) 8My6H - Jugadores de baloncesto universitarios 25.4 y 50.8 cm Electromiografía Cinemática ns * Hombres amortiguaciones Ford y cols. (2003) 47 M y 34 H M = 16.0 ± 0.2 H = 16.0 ± 0.2 Jugadores de baloncesto Drop Jump (31 cm) Cinemática Cinética ** ns Mujeres Chappell y cols. (2005) 10 M y 10 H M = 21.7 ± 2.1 H = 23.7 ± 0.8 Atletas recreacionales practicaban A.F. 3 dias a la semana Previo salto máximo Cinemática *** Mujeres Kernozek y cols. (2005) 15 M y 15 H M = 23.6 ± 1.76 H = 24.5 ± 2.26 Atletas recreacionales universitarios 60 cm Cinemática Cinética * * Mujeres Swartz y cols. (2005) 15 G, 15 B, 14 M y 14 H G = 9.2 ± 1.0, B = 9.41 ± 0.9 M = 24.2 ± 2.2, H = 23.5 ± 3.2 Físicamente activos Previo salto al 50% de la altura alcanzada en un salto máximo Cinética ns No diferencias = Niños; A.F. = actividad Yu y cols. (2005) 30 M y 30 H 11 a 16 Practicaban fútbol 2 o 3 veces a la semana Previo salto máximo Cinemática *** Mujeres física; * = p < 0.05; ** = - Jugadores de futbol de 1ª división y atletas universitarios 30.5 y 45.8 cm Electromiografía * Mujeres p < 0.01; *** = p < 0.001; Zazulak y cols. (2005) 13 M y 9 H TABLA 1: Estudios que género en las de caídas. (H = hombres; M = Mujeres; G = Niñas; B ns = no significativas). En los estudios sobre los mecanismo de rotura del ACL predominan los análisis cinemáticos (Decker y cols. 2003, Hargrave y cols. 2003, Kernozek y cols. 2005, Pflum y cols. 2004) y de activación muscular (Colby y cols. 2000, Cowling y cols. 2003, Kain y cols. 1998, Malinzak y cols. 2001, Pflum y cols. 2004, Zazulak y cols. 2005). No hemos encontrado estudios que comparen, según el género, las fuerzas de reacción en diferentes tipos de caídas. Finalmente, aun sin considerar el riesgo de lesión del ACL, el estudio de las fuerzas de reacción verticales en la amortiguación de caídas es interesante desde la perspectiva de que la mejor amortiguación será aquella que menores valores obtenga en los picos de fuerza, por la posibilidad de que si estos fueran demasiado altos podrían estar involucrados en diferentes mecanismos de lesión por impacto. 2.- METODOLOGÍA: Hemos realizado dos estudios, en los que se han analizado las fuerzas de reacción durante la amortiguación de caídas, cuyas características se describen a continuación: Estudio 1: Objetivo El objetivo de este estudio ha sido: analizar las fuerzas de reacción verticales y la posición del centro de gravedad durante la amortiguación de tests de salto, realizados en las pruebas de acceso a una Facultad de Ciencias del Deporte, para determinar si guardan relación con la potencia de la batida y altura del salto y, por otro lado, ver si se diferencian los subgrupos de hombres y mujeres de la población estudiada. 4 Sujetos Se analizaron los tests de 180 aspirantes a ingresar en una Facultad de Ciencias del Deporte de España, en el curso 2005-2006; 132 de ellos eran hombres (edad = 19.8 ± 3.0 años, masa = 70.4 ± 8.3 kg, estatura = 176.3 ± 5.5 cm) y 48 mujeres (edad = 19.6 ± 3.3 años, masa = 55.9 ± 6.7 kg, estatura = 163.6 ± 6.3 cm). Los sujetos fueron informados de que sus registros iban a ser utilizados en un estudio (a lo que podían negarse) y que se protegerían sus datos personales y se seguirían los protocolos de Helsinki sobre ensayos con humanos. Instrumentos Para medir las variables de los saltos se usó una plataforma de fuerzas piezoeléctrica portable Quattro Jump (Kistler, Suiza), conectada a un ordenador en el que se recogían los registros de fuerzas, con una frecuencia de muestreo de 500 Hz. Protocolos A todos los sujetos se les dejó un tiempo mínimo de 10 minutos para que realizaran el calentamiento. Los sujetos fueron tallados y pesados, y a continuación realizaron el test de salto con contramovimiento (CMJ), sobre la plataforma de fuerzas. Las manos debían permanecer en la cintura durante todo el salto (batida, vuelo y amortiguación). Se dejó libre el ángulo de flexión de rodillas en el contramovimiento. Cada sujeto disponía de dos intentos para superar unos mínimos de altura establecidos (29 cm en hombres y 21 cm en mujeres). Si no conseguían el mínimo en el primer intento realizaban, tras un minuto, un segundo salto. Se analizó el mejor de los intentos. Variables Se estudió, respecto al vuelo, la altura a la que se elevaba el centro de gravedad (H); respecto a la batida, el pico de potencia (PP) y respecto a la amortiguación de la caída, el pico de fuerza vertical (F2), el instante en el que sucedía (T2) y el tiempo desde el inicio de contacto con el suelo hasta que se cruzaba por primera vez el valor del peso en la gráfica de fuerza-tiempo (TBW). Durante la amortiguación también se estudió, en el instante de tocar el suelo, cuánto más bajo se encontraba el centro de gravedad respecto del instante del despegue (Hl) y el descenso del centro de gravedad desde el inicio de la amortiguación hasta el punto más bajo (Lr). Los valores de Hl y Lr se normalizaron con la estatura del sujeto. Análisis estadístico Se usó el software estadístico Statistica for Windows v. 5.1 (Stasoft, Tulsa, OK, USA). Para comprobar la normalidad de las distribuciones se usó la W de Shapiro Wilks, la Curtosis y las Skewness. Se realizó estadística descriptiva obteniendo medias, desviaciones típicas y correlaciones de Pearson (en las variables que mostraban una curva normal) y de Spearman (en las variables que mostraban una curva no normal). Como pruebas inferenciales se utilizaron en las variables que presentaban una distribución normal la T de Student y en las que mostraban una distribución no normal el Wilcoxon Matched Pairs Test. En las correlaciones y pruebas inferenciales se usó el criterio de significación mínimo de p<0.05. Estudio 2: 5 Objetivos Los objetivos de este trabajo han sido: estudiar comparativamente entre 2 grupos (hombres y mujeres) 6 diferentes tipos de aterrizajes de caídas de salto, analizando F2 y otras variables cinéticas asociadas, para discutir sobre los factores que podrían repercutir en un mayor riesgo de lesión. Sujetos Participaron voluntariamente en el estudio 30 estudiantes universitarios, físicamente activos; 15 de ellos eran mujeres (edad = 18.8 ± 1.0 años, masa = 60.53 kg ± 5.66, estatura = 164.8 ± 7.1 cm) y 15 hombres (edad 22.1 ± 2.3 años, masa 72.11 ± 6.21 Kg, estatura 176.6 ± 6.2 cm). Los participantes no habían tenido lesiones en el miembro inferior en los últimos dos años y . Antes del comienzo del estudio, todos los sujetos fueron informados de los posibles riesgos asociados al experimento y firmaron una carta de consentimiento, aprobada por la Universidad, que respetaba las recomendaciones internacionales sobre investigación clínica de la American Physiological Society. Todos los sujetos llevaban el mismo tipo de calzado para reducir la variabilidad causada por las diferentes propiedades de absorción de la mediasuela. Instrumentos Para describir las características cineantropométricas se usó una báscula de pie Seca (Seca Ltd, Alemania), un antropómetro GPM (SiberHegner Ltd., Japón), una cinta antropométrica Fat O Meter (Novel Products, EE.UU.), un paquímetro GPM (SiberHegner Ltd., Japón), un plicómetro Holtain (Holtain Ltd., Reino Unido) y un tallímetro Seca (Seca Ltd., Alemania). El peso graso se calculó a partir de la suma de seis pliegues grasos (subescapular, tríceps, suprailíaco, abdominal, anterior del muslo y pierna), tomando la media de tres medidas en cada uno y aplicando las ecuaciones que propone Carter (1982). Restando al peso total el peso graso se obtuvo el peso libre de grasa y restando a ese valor el peso oseo y peso residual se calculó el peso muscular, que en este estudio se ha expresado en porcentaje con respecto al peso del sujeto. Para la medición de las fuerzas de reacción se utilizó una plataforma de fuerzas piezoeléctrica Kistler 9281 CA (Kistler, Suiza), colocada bajo el pavimento sintético de un polideportivo. Se usó una frecuencia de muestreo de 1000 Hz. Protocolos Se llevaron a cabo tres sesiones. En la primera, se tomaron las medidas de cineantropometría. En la segunda se realizó una familiarización, consistente en la demostración y la práctica de cada uno de los tests, informando al sujeto en tiempo real de los resultados que iba obteniendo. En la tercera sesión se realizaron los tests de caídas. Entre estas dos últimas sesiones en ningún caso pasó más de una semana. En la sesión de familiarización y en la de los tests se realizó un calentamiento estandarizado y dirigido de 8 minutos (que contenía carrera continua, saltos submáximos, saltos máximos y estiramientos). Se tomaron las amortiguaciones en 6 tipos diferentes de caídas: sin ayuda de brazos (WUE), con ayuda de brazos (UE), antes del Drop Jump (BDJ), salida después de la amortiguación (STA), después del Drop Jump (ADJ) y después de un salto con contramovimiento (CMJ). En los 4 primeros tests el sujeto partía desde una superficie elevada a 0.75 m, con los pies en el borde de la superficie, sobre la que daba un paso hacia delante para caer encima de la plataforma de fuerzas, con ambos pies a la vez, no pudiendo perder el equilibrio (Figura 3). En los aterrizajes UE y WUE se pidió a los sujetos que buscasen la mayor amortiguación posible. Al realizar el Drop Jump (cayendo desde 0.75 m) se pidió que buscaran la mayor altura tras el rebote y se tomaron las caídas previa (BDJ) y posterior (ADJ) al rebote. En el CMJ se pidió que 6 llevaran a cabo un salto máximo realizando la batida sobre la plataforma de fuerzas y por último en STA el objetivo era salir hacia delante lo más rápido posible (con la referencia de un cono colocado a 3 m). Así, el diseño contenía 4 variantes de caídas desde 0.75 m, con diferentes objetivos (WUE, UE, BDJ y STA) y 2 de caídas de saltos en los que se había partido del suelo (ADJ y CMJ). El orden de los tests se estableció de forma aleatoria en cada sujeto. Se realizaron 3 ensayos correctos de cada test y se analizó el mejor, según el criterio del objetivo buscado en cada uno. Se consideró como mejor amortiguación la que tenía menores valores de F2, mejor salto el que tenía mayor tiempo de vuelo y mejor salida la que tenía menor tiempo de contacto en la plataforma. PREVIO AMORTIGUACIÓN 4 5 6 WUE Figura 3: Instantes representativos de la fase previa y la fase de amortiguación en los 4 tests en los que el sujeto partía desde una superficie elevada a 0.75 m (4 = 1 2 3 UE primer instante de contacto con el suelo, 5 = instante más bajo del centro de gravedad STA en la fase de amortiguación, excepto en la STA que corresponde a la perdida de BDJ contacto con el suelo del primer pie, 6 = posición al final del test, WUE = amortiguación sin ayuda de brazos, UE = Amortiguación con ayuda de brazos, BDJ = antes del Drop Jump, STA = salida después de la caída). Variables Se consideraron: F2 (BW), T2 (s), así como el tiempo desde el inicio de contacto con el suelo hasta que el valor de la fuerza de reacción vertical cruzaba por primera vez el peso del sujeto (TBW). En el caso del DJ y del CMJ se registró también la altura del salto a partir del tiempo de vuelo (h=(g×t2)/8) y en STA se registró el tiempo de contacto con la plataforma de fuerzas. Se hallaron los coeficientes de variación (CV) de las variables a partir del análisis de los dos mejores ensayos de cada test. Análisis estadístico Se usó el software estadístico Statistica for Windows v. 5.1. (Stasoft, Tulsa, OK, USA). La estadística descriptiva incluyó medias y desviaciones estándar. Las relaciones entre variables fueron examinadas usando el coeficiente de correlación de Pearson. Se usó una ANOVA de 2 factores, 2 × 4 (sexo × tipo de test) para F2 en las pruebas en las que el sujeto se dejaba caer desde 0.75 m. se usó una ANOVA de dos factores 2 × 2 (sexo × tipo de test) para F2 en las pruebas que tenían un salto previo. Donde se encontraron diferencias significativas, se realizó un análisis post hoc de los datos usando el Test de Scheffé. Se utilizó p < 0.05 como criterio para establecer diferencias. El mínimo número de sujetos requerido con una potencia estadística de 0.9 y con un nivel de significación α = 0.95 se calculó en 14, considerando las diferencias de sexo en F2 del test WUE. 7 3.- RESULTADOS: Estudio 1: Se encontró una distribución normal tanto en el subgrupo de hombres como en el de mujeres en el PP, T2 y Hl. Además, los hombres presentaron una distribución normal en F2 y las mujeres en el TBW. El resto de variables mostraron una distribución no normal. Tabla 2: Resultados en las variables de la batida, PP (W/kg) H salto (cm) Hl (%) Lr (%) Todos 47.95 ± 7.12 33.16 ± 6.06 2.43 ± 2.00 10.38 ± 2.26 vuelo y posición del centro de gravedad durante la Hombres 50.77 ± 5.57 35.77 ± 4.55 2.38 ± 1.78 10.21 ± 2.26 amortiguación. (PP = pico de potencia alcanzado Mujeres 40.20 ± 4.78 26.08 ± 3.33 2.57 ± 2.52 10.84 ± 2.21 durante la batida; H salto = altura alcanzada por el Diferencia (H-M) 10.58 9.68 0.16 -0.63 % Diferencia 20.83 27.07 3.81 5.78 Sig (H-M) *** *** ns * centro de gravedad en el vuelo; Hl = altura del centro de gravedad en el inicio de la amortiguación; Lr = desplazamiento del centro de gravedad desde el inicio de la amortiguación hasta el punto más bajo; sig (H-M) = diferencias significativas entre el grupo de los hombres y el de las mujeres). Los resultados de las variables de la batida, vuelo y posición del centro de gravedad durante la amortiguación se muestran en la Tabla 2. Las mayores diferencias se han encontrado en la altura del salto y el pico de potencia; en ambas variables los hombres obtuvieron mayores valores. Sin embargo, en las variables relacionadas con la posición del centro de gravedad, las mujeres obtuvieron mayores desplazamientos, con un mayor rango de movimiento. En la Tabla 3 se muestran los resultados obtenidos en las variables cinéticas de la amortiguación. Las mayores diferencias entre hombres y mujeres se han encontrado en el primer y segundo pico de fuerza; en ambos los hombres tenían mayores valores que las mujeres. T2 (s) F2 (BW) TBW (s) Tabla 3: Resultados de las variables cinéticas Todos 0.057 ± 0.019 6.96 ± 2.23 0.226 ± 0.058 durante la amortiguación de la caída del salto. (F2 = Hombres 0.055 ± 0.018 7.41 ± 2.20 0.220 ± 0.056 segundo pico de fuerza; T2 = instante en el que Mujeres 0.065 ± 0.020 5.72 ± 1.82 0.240 ± 0.064 sucedía el segundo pico de fuerza; TBW = tiempo Diferencia (H-M) -0.010 1.69 -0.02 % Diferencia 15.53 22.82 8.48 Sig (H-M) ** *** ns desde el inicio de contacto con el suelo hasta que se cruzaba por primera vez el valor el peso en al gráfica de fuerza-tiempo; ** = p < 0.01; *** = p < 0.001; ns = no significativa; sig (H-M) = diferencias significativas entre el grupo de los hombres y el de las mujeres). Variables Todos Hombres Mujeres F2-T2 -0.61 -0.55 -0.69 F2-TBW -0.52 -0.42 -0.71 Lr-F2 -0.59 -0.54 -0.69 Lr-TBW 0.85 0.85 0.89 Tabla 4: Principales correlaciones que se han encontrado en el estudio. Todas presentaban una significación de p < 0.001. (F2 = segundo pico de fuerza; T2 = instante en el que sucedía el segundo pico de fuerza; TBW = tiempo desde el inicio de contacto con el suelo hasta que se cruzaba por primera vez el valor el peso en al gráfica de fuerza-tiempo; Lr = desplazamiento del centro de gravedad desde el inicio de la amortiguación hasta el punto más bajo). 8 Estudio 2: Los CV en las 4 variables medidas en los 6 tests se encuentran en la Tabla 5 F2 T2 TBW h Tabla 5: Coeficientes de variación (%) de las variables WUE 4.94 5.95 8.5 - medidas en el conjunto de la población estudiada (F2 = UE 8.21 7.07 7.73 - 2º pico de fuerza, T2 = tiempo hasta F2, TBW = tiempo BDJ 10.84 4.71 6.54 - ADJ 10.25 18.34 13.87 5.11 STA 7.37 5.73 9.18 - CMJ 8.52 11.08 8.79 3.05 desde el comienzo de la amortiguación hasta que se alcanza el valor del peso, h = altura desde la que se caía, WUE = amortiguación sin ayuda de brazos, UE = Amortiguación con ayuda de brazos, BDJ = antes del Drop Jump, ADJ = Después del Drop Jump, STA = salida después de la caída, CMJ = salto con contramovimiento). Los promedios, desviaciones estándar y ranking (posición de la media con respecto al resto de tests) de las variables consideradas en los 6 tests, se pueden ver en la Tabla 6 Se encontraron diferencias significativas entre el grupo de hombres y mujeres en F2 en las siguientes pruebas: WUE (p < 0.01), UE (p < 0.05), PDJ y SAL (p < 0.001) (Figura 5). En T2 se obtuvieron diferencias significativas (p < 0.05) en los tests de WUE y SAL, mientras que en el TBW las diferencias no fueron significativas. MUJERES Tabla 6: Promedios, desviaciones estándar y ranking F2 T2 TBW h X (SD) RANKING X (SD) RANKING X (SD) RANKING X (SD) RANKING WUE 8.10 (1.42) 2 0.037 (0.006) 6 0.591 (0.125) 2 0.75 UE 7.01 (1.61) 4 0.039 (0.005) 4 0.593 (0.123) 1 0.75 PDJ 8.15 (1.77) 1 0.038 (0.007) 5 0.511 (0.117) 3 0.75 (orden entre los 6 tests, de mayor a menor) de las variables estudiadas (F2 = 2º pico de fuerza, T2 = tiempo hasta F2, TBW = tiempo desde el comienzo de la DJ 6.50 (1.94) 5 0.047 (0.017) 3 0.336 (0.132) 5 0.29 (0.04) 1 SAL 7.43 (1.58) 3 0.048 (0.007) 2 0.283 (0.051) 6 0.75 CMJ 5.26 (1.18) 6 0.055 (0.021) 1 0.383 (0.161) 4 0.27 (0.03) 2 amortiguación hasta que se cruza el valor del peso, h = altura desde la que se realizaba la caída o la que HOMBRES F2 T2 TBW h X (SD) RANKING X (SD) RANKING X (SD) RANKING X (SD) RANKING WUE 6.14 (1.62) 3 0.042 (0.007) 5 0.626 (0.118) 2 0.75 UE 5.51 (1.50) 5 0.043 (0.007) 4 0.659 (0.165) 1 0.75 PDJ 5.73 (1.60) 4 0.042 (0.005) 5 0.537 (0.076) 3 0.75 DJ 6.63 (2.49) 1 0.055 (0.014) 2 0.369 (0.172) 5 0.43 (0.07) 1 SAL 5.48 (1.20) 6 0.056 (0.012) 1 0.317 (0.062) 6 0.75 CMJ 6.33 (2.51) 2 0.050 (0.011) 3 0.410 (0.134) 4 0.40 (0.05) 2 alcanzaba el centro de gravedad previamente a la caída, WUE = amortiguación sin ayuda de brazos, UE = Amortiguación con ayuda de brazos, BDJ = antes del Drop Jump, ADJ = después del Drop Jump, STA = salida después de la caída, CMJ = salto con contramovimiento). ** ** Mujeres Hombres 8 ** * F2 (BW) 7 ns ns Figura 5: Diferencias entre hombre y mujeres en el segundo pico de fuerza (F2) (* = p < 0.05, ** = p 6 < 0.01, WUE = amortiguación sin ayuda de brazos, UE = Amortiguación con ayuda de brazos, BDJ = 5 antes del Drop Jump, ADJ = después del Drop Jump, STA = salida después de la caída, CMJ = 4 WUE UE BDJ ADJ STA CMJ salto con contramovimiento). 9 Se obtuvieron, tanto en el grupo de mujeres como en el de hombres, correlaciones significativas entre F2 y T2 en WUE, UE y SAL. Se encontraron en WUE unos valores en las mujeres de r = -0.55 (p < 0.05) y en los hombres de r = -0.76 (p < 0.01), en UE las mujeres tuvieron una r = -0.57 (p < 0.05) y los hombres una r = -0.84 (p < 0.001) y en SAL las mujeres tuvieron una r = -0.72 y los hombres una r = -0.59, ambos con p < 0.05. Además en las mujeres se obtuvo correlación entre F2 y T2 en BDJ (r = – 0.62, p < 0.05), y en los hombres en el ADJ (r = - 0.60, p < 0.05) y en el CMJ (r = -0.59, p < 0.05). En el conjunto de la población estudiada el porcentaje muscular correlacionó con la altura del DJ (r = 0.79), la altura del CMJ (r = 0.78) y F2 (r = -0.78), todas ellas con p< 0.001. En los test donde se caída desde 0.75 m F2 correlacionó (p < 0.05) con la altura de salto alcanzada en el DJ (WUE = - 0.6, UE = -0.41, PDJ = -0.65 y SAL = -0.54) y en el CMJ (WUE = - 0.59, UE = -0.44, PDJ = -0.7 y SAL = -0.53). Al comparar los valores de F2 en los 6 tests, sólo en el grupo de mujeres se encontraron diferencias significativas (Tabla 7). WUE UE PDJ DJ SAL WUE UE Diferencias significativas encontradas al = mujeres, WUE = amortiguación sin ayuda de brazos, UE * (F) * (F) = Amortiguación con ayuda de brazos, BDJ = antes del * (F) Drop Jump, ADJ = después del Drop Jump, STA = salida SAL CMJ 7: comparar F2 en los 6 tests (* = p < 0.05, *** = p < 0.001, F *** (F) PDJ DJ Tabla *** (F) * (F) *** (F) * (F) *** (F) después de la caída, CMJ = salto con contramovimiento). 4.- DISCUSIÓN: Los coeficientes de variación (CV) de F2 encontrados en el estudio 2 han oscilado entre el 4.9% y el 10.8%, valores similares a los registrados por Abián y cols. (2005) que los situaba en el 6.8% e inferiores a los descritos por Schot y cols. (2002) con valores entre el 12-35%, ambos autores estudiando a sujetos jóvenes, activos y sin lesiones. Podemos observar que la prueba más reproducible ha sido la de WUE, posiblemente debido a que la eliminación de la ayuda de los miembros superiores en la amortiguación aumenta el valor de F2, pero disminuye la variabilidad de los ensayos al estar implicados menos segmentos en la amortiguación. Los CV podrían utilizarse en deportistas como indicadores para comprobar la automatización en la amortiguación de caídas. En situaciones reales, de competición, será importante tener un patrón totalmente automatizado para que, sin incrementar el riesgo de lesión, el deportista pueda centrarse en otros aspectos del juego. Al respecto, los peores CV se han encontrado en el DJ (10-23%), prueba que es más compleja técnicamente y cuyo objetivo, igual que cuando saltan los deportistas, no es amortiguar el máximo, sino otro (en este caso el objetivo era rebotar para alcanzar la máxima altura). Se ha cuantificado el peso que tienen la intervención de los brazos en la amortiguación de la caída comparando los resultados en los tests WUE y UE. Los brazos han reducido el valor de F2 un 13.46% en Mujeres y 10.26% en Hombres. Un correcto uso de los miembros superiores en la amortiguación, que no siempre es posible en el deporte, puede ayudar a minimizar las fuerzas de impacto y reducir el riesgo de lesión. Durante las amortiguaciones, los picos de fuerza vertical de reacción han sido utilizados por diversos autores como una forma de evaluar riesgo de lesión en deportes en los que se dan impactos contra 10 el suelo. En el caso de las amortiguaciones de caídas, F2, que puede superar 10 BW, sucede en torno a los 40 ms. Pflum y cols. (2004) sitúa F2 en el mismo instante en el que el ligamento cruzado anterior tiene que soportar una mayor tensión. Así, es coherente pensar que disminuyendo F2 pudiéramos disminuir la transmisión de la carga a través de la cadena cinética justo en el instante en que el ligamento cruzado anterior está siendo solicitado al máximo y, de esta manera, podríamos estar protegiéndolo. En el estudio 1 los valores encontrados en F2 han sido superiores a los obtenidos por otros autores que analizaban caídas desde alturas similares a las alcanzadas en el vuelo por la población estudiada (H salto = 33.16 ± 6.06 cm). Mcnitt-Gray (1991 y 1993), analizando la amortiguación de caídas desde 32 cm de hombres con características similares a los de nuestra población, obtuvieron de media 4.2 BW en F2. Self y cols. (2001), estudiando las caídas desde 30 cm en atletas recreacionales, obtuvieron 4.29 BW de media. Prapavessis y cols. (2003), estudiando caídas desde 30 cm en 35 mujeres y 56 hombres, obtuvieron 4.53 BW de promedio en F2. La explicación podría ser que los sujetos de nuestro estudio centraron su atención en alcanzar la máxima altura en el salto, descuidando la correcta amortiguación. Así, se obtuvo un valor medio de toda la población en F2 de 6.96 BW, valor incluso superior al encontrado por McNitt-Gray (1991 y 1993) en caídas centrando la atención en amortiguar todo lo posible desde una altura de 0.72 m (F2 = 6.4 BW). En el estudio 2, si se ordenan los diferentes tests según el valor de mayor a menor F2, se obtiene una sucesión diferente en hombres (BDJ > WUE > SAL > UE > ADJ >CMJ) y en mujeres (ADJ > CMJ > WUE > BDJ > UE > SAL). Los hombres han obtenido valores más altos de F2 que las mujeres (no significativos) en las pruebas que provienen de un salto previo desde el suelo (DJ y CMJ) y que por lo tanto la altura de caída era menor. En este sentido hay que tener en cuenta que el grupo de hombres obtuvo alturas significativamente superiores (p<0.001) en DJ y CMJ. Sin embargo, en el grupo de las mujeres se han encontrado valores de F2 significativamente mayores que en los hombres en las pruebas en que se amortiguaba la caída desde 0.75 m (WUE, p<0.01; UE, p<0.05; PDJ y SAL, p<0.001). Los tests de caída desde 0.75 m han sido incluidos en este estudio como una forma de forzar la amortiguación de la caída y por tanto sus mecanismos. Si tenemos en cuenta que sólo en el grupo de mujeres han aparecido diferencias significativas en los valores de F2 entre los diferentes tests, nos lleva a pensar que las mujeres han sido más sensibles que los hombres a la altura de caída y al tipo de salto y que los hombres han compensado ese incremento de la altura mejor que las mujeres (Tabla 7). Swartz y cols. (2005), al igual que en las amortiguaciones de saltos que partían desde el suelo en el estudio 2, no encontraron diferencias significativas en F2 entre hombres y mujeres en las caídas de saltos verticales partiendo desde el suelo. Los realizaron al 50% de la altura máxima del salto que era capaz de alcanzar cada sujeto. Sin embargo, cuando se cae desde alturas superiores, de la misma manera que ha sucedido en este estudio, sí hay autores que encuentran diferencias significativas según el género (Cowling y cols. 2003, Zazulak y cols. 2005). Hewett y cols. (2005), consideran que una mayor extensión de los miembros inferiores al inicio de la amortiguación incrementaría la tensión que tiene que soportar el ligamento cruzado anterior y con ello el riesgo de lesión. En el estudio 1 hemos medido indirectamente esta extensión a partir de la altura del centro de gravedad al inicio de la amortiguación. No obstante, aunque el subgrupo de mujeres caía con un mayor grado de extensión no hemos obtenido diferencias significativas entre hombres y mujeres (Hl hombres = 2.38 ± 1.78%; Hl mujeres = 2.57 ± 2.52%). 11 En ambos estudios las correlaciones obtenidas entre F2 y T2, han mostrado que si F2 sucede más tarde en el tiempo su valor es menor, en concordancia con lo que obtuvo Hewett y cols. (2005). Por otro lado, en el estudio 2 los sujetos que alcanzaron mayor altura en los saltos desde el suelo, mostrando una mayor fuerza explosiva en sus extremidades inferiores, tuvieron menores valores en el segundo pico de fuerza en las amortiguaciones desde 0.75 m (WUE, UE, PDJ y SAL). Esto puede indicar que tener mayor fuerza explosiva podría ayudar a amortiguar mejor en caídas de alturas considerables, reforzando la hipótesis de que una mayor tensión muscular puede ayudar a disminuir los valores de fuerza en la amortiguación. Al contrario de cómo se podía pensar, el valor de F2 no ha guardado relación con la altura desde la que se caía, no obteniéndose correlaciones entre F2 y la altura de caída en los saltos que partían del suelo en el estudio 1 (CMJ) ni en el estudio 2 (ADJ y CMJ). Esto podría apoyar la idea de que una correcta técnica en la amortiguación de la caída del salto, podría ser tan importante o más que la altura desde la que se cae en la obtención de registros bajos de las fuerzas de reacción verticales durante el impacto. Diferentes trabajos (Colby y cols. 2000, Decker y cols. 2003, Ford y cols. 2003, Hargrave y cols. 2003, Yu y cols. 2002, Zazulak y cols. 2005) describen que las mujeres deportistas tienen un mayor riesgo de lesión del ligamento cruzado anterior que los hombres en la amortiguación de caídas, debido a factores relacionados principalmente con la activación muscular y posición de los segmentos en momentos claves de la amortiguación además de factores de constitución anatómica. Respecto a las fuerzas de reacción se podría pensar que su incremento podría repercutir negativamente en la transmisión de mayores fuerzas a los ligamentos, sobre todo en ciertos instantes en los que son más vulnerables (Pflum y cols. 2004). En este sentido, las diferencias de género han aparecido sólo en caídas desde alturas considerables. En futuros trabajos debería cuantificarse si estas diferencias guardan relación con las diferencias en fuerza explosiva de hombres y mujeres o con aspectos de su constitución y biomecánica. 5.- CONCLUSIÓN: La mayor variabilidad de los ensayos se ha obtenido precisamente en los tests cuyo objetivo no era amortiguar al máximo, mostrando así un posible mayor peligro de lesión en saltos realizados en situaciones deportivas donde la atención no se centra en la amortiguación de la caída. Los sujetos que lograban mayores alturas de salto (con más fuerza explosiva) han presentado menores valores en F2 en las amortiguaciones de las caídas desde 0.75 m. Por otro lado, no se ha encontrado correlación entre altura del salto y el valor de F2 en los saltos que partían del suelo en ninguno de los 2 estudios. Probablemente debido a una mayor importancia de la fuerza explosiva en la amortiguación de caídas desde gran altura y una mayor relevancia de la técnica en las caídas de los saltos que partían desde el suelo. Los valores en los picos de fuerza registrados amortiguando caídas de salto son superiores a los de otros estudios que analizaban caídas desde alturas mayores pero buscando máx similares a los obtenidos en el estudio 2 también desde alturas superiores y buscando máxima amortiguación. En las caídas de los saltos los hombres han obtenido valores superiores, mientras que en las caídas desde una superficie elevada las mujeres son las que han obtenido mayores valores. Solo el grupo de mujeres ha mostrado 12 diferencias en F2 entre los distintos tests. Esto podría indicar una mayor vulnerabilidad de lesión, en relación al impacto, de las mujeres en determinados tipos de caídas pero no en otros. Estos resultados justificarían intervenciones profilácticas en diferentes ámbitos, en las que enseñando una técnica correcta, buscaríamos proteger a personas que en el deporte, en juegos o en situaciones de test, se vieran expuestas al riesgo de lesiones durante la amortiguación. 8.- BIBLIOGRAFÍA 1. Abián, J; Alegre, L.M; Lara, A.J; Rubio, J. y Aguado, X. (2008). Landing differences between men and women in maximal vertical jump aptitude test. The Journal of Sports Medicine and Physical Fitness. Aceptado, en imprenta. 2. Abián, J; Alegre, L.M; Lara, A.J; Sordo, S; Aguado, X. (2005). Capacidad de amortiguación en aterrizajes después de ejercicio intenso. Revista de Entrenamiento Deportivo, 19 (3): 5-11. 3. Bauer, J.J.; Fuchs, R.K.; Smith, G.A.; Snow, C.M. (2001). 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