11 pasos para enseñarle a tu niño o niña a ir al baño

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11 pasos para enseñarle a tu niño o niña a ir al
baño
Una de las etapas del desarrollo de los niños que los padres suelen esperar con anticipación es el
momento de quitarles el pañal. Después de haber cambiado cerca de dos mil pañales al año (es cierto,
calcula unos 6 al día), seguramente no verás la hora de que tu pequeño empiece a ir al baño solito. Lo
que pocas mamás y papás saben es lo mucho que se puede tardar. Y aunque es verdad que algunos
niños aprenden en pocos días, también es cierto que muchos otros tardan varios meses. La posibilidad de
que logres enseñarle a tu hijo con éxito aumentará si aprendes las reglas básicas del aprendizaje, y
logras transmitírselas con claridad a tu niño.
Primer paso: Identifica las señales de que tu niño está preparado
Algunos niños están preparados para empezar el proceso de retirar el pañal a los 18 meses de edad, pero
hay otros que no demuestran el más mínimo interés hasta que tienen 3 años o más. En España, la
mayoría de los padres empiezan a enseñar a sus hijos cuando tienen entre 2 y 2 años y medio,
especialmente si van a empezar a ir al colegio a los tres años. Pero en generaciones anteriores, cuando
los pañales se tenían que lavar a mano en casa (¡y hasta hervir!) se empezaba mucho antes. Por eso, no
te sorprendas si tu madre o tu suegra insisten en decirte que les quitaron los pañales a sus hijos antes de
que cumplieran un año. Es posible que lo hayan hecho, pero quizás dedicaban una buena parte de su
tiempo a limpiar "accidentes", ya que a esta edad tan temprana los niños aún no tienen la capacidad de
controlar sus funciones corporales (aunque ahora está surgiendo una nueva corriente para quitarles los
pañales a los bebés de pocos meses). Físicamente, la mayoría de los niños desarrollan la capacidad de
controlar sus esfínteres alrededor de los 3 años, y hasta los 5 años se considera normal que tengan
algunos momentos de incontinencia urinaria.
Hoy en día, con la facilidad de los pañales desechables y ahora que se sabe que no es bueno forzar a los
niños antes del momento adecuado, lo mejor es esperar a que tu hijo empiece a mostrar ciertas señales
de que ya está preparado para empezar a ir al baño solito en lugar de presionarlo a que empiece a probar
sin estar listo. Algunas preguntas que puedes hacerte para ver si está preparado son: ¿obedece
instrucciones sencillas?, ¿anda y se sienta solito?, ¿intenta imitar a los adultos o hermanitos cuando van
al baño? Recuerda también, que algo que te haya ido muy bien con tu primer hijo, podría no funcionar con
el segundo. Lo bueno es que los hijos que vienen después suelen aprender con mayor rapidez que los
primogénitos, aunque los niños suelen tardar más de lo que tardan las niñas.
Piensa también en otros factores aparte del nivel de desarrollo y preparación de tu hijo. Si en este
momento tu pequeño está pasando por un gran cambio en su vida, como ir a un nuevo colegio o
guardería, o la llegada de un hermanito, es muy probable que el proceso de retirada del pañal se vuelva
más difícil, y lo ideal sería retrasarlo hasta que la situación se estabilice.
Tampoco tiene sentido empezar a enseñar a tu niño en un momento en que tú no puedas dedicarle el
tiempo, la paciencia y el buen humor necesarios. Si estás ocupadísima con una obra en tu casa, o tienes
náuseas debido a un nuevo embarazo, éste seguramente no es el momento de quitarle el pañal a tu hijo.
Lo mejor es esperar un par de semanas, o meses, hasta que las cosas estén más tranquilas.
Si la urgencia de enseñarle a ir al baño viene por parte de tu madre o de otro familiar con muy buenas
intenciones, explícales con delicadeza los motivos por los que piensas que ni tú ni tu niño estáis aún
preparados, e indícales que prefieres esperar un poco para poder hacerlo con tranquilidad. De la misma
forma, si estás fuera de tu entorno habitual, de vacaciones o pasando una temporada en casa de un
familiar, lo mejor es esperar. Los inevitables accidentes pueden causar tensiones en casas ajenas y tu
hijo se sentirá menos cómodo que en su propio hogar.
Segundo paso: Compra el equipo necesario
Lo primero de todo es invertir en una buena sillita orinal o un asiento especial que se acople al inodoro de
tu baño. Elije el que tú prefieras, pero asegúrate de que tu hijo pueda tocar el suelo con sus pies o tenga
un escalón o banquito donde apoyarlos (si se trata de un asiento que se coloca sobre el retrete) para que
tenga firmeza y estabilidad, y pueda empujar al hacer caca. Si además compras o encuentras en tu
biblioteca local libros infantiles o videos sobre el tema, seguro que despertarás aún más el interés de tu
niño.
Si tienes un varón y piensas comprarle un orinal infantil, busca uno sin concha o barrera protectora para la
orina o uno que traiga una que se pueda quitar. Aunque las conchas protectoras ayudan a evitar que a un
niño se le escape algún chorrito fuera de su inodoro, tienen el inconveniente de que los niños a menudo
se golpean o arañan el pene al sentarse y levantarse, lo que puede desmotivarlos a que usen el orinal.
Tercer paso: Crea una rutina para tu niño
Para empezar, haz que tu niño se siente completamente vestido en su orinal una vez al día, después de
desayunar, antes de bañarse o cuando normalmente suela ir al baño. Así se irá acostumbrando al orinal y
empezará a aceptarlo como parte de su rutina diaria. Si no se quiere sentar, no te preocupes. Lo
importante es que jamás debes forzarlo, ni obligarle a permanecer sentado. Y, sobre todo, no insistas
demasiado si notas que tiene cierta aprensión.
Si esto ocurre, lo mejor es guardar su orinal o por lo menos dejarlo a un lado durante algunas semanas o
un mes, y luego volver a intentarlo. Si después de este descanso está dispuesto a sentarse, excelente;
pero no intentes explicarle por qué debe hacerlo. Por ahora, tu único objetivo es que se acostumbre a su
orinal. Por lo tanto, asegúrate de colocarlo en un lugar accesible y cómodo. Como es portátil, puedes
llevarlo al jardín o al salón donde suele jugar tu niño.
Cuarto paso: Dile adiós al pañal
Una vez que tu niño ya esté totalmente acostumbrado a sentarse vestido en su orinal, el siguiente paso es
lograr que lo haga sin el pañal. Recuerda que es algo que nunca ha hecho antes y que necesita
acostumbrarse a la sensación de estar ahí sin ropa. Ésta es la etapa en que empezarás a explicarle que
así lo hacen mami, papi (y los hermanitos que tenga) todos los días. Explícale que cuando ya eres
mayorcito te quitas la ropa antes de hacer pipí o popó.
Si el niño hace algo en el orinal, muy bien, pero no se lo exijas ni insistas demasiado. Recuerda que es
importante esperar a que tu niño muestre señales de que está interesado en ir al baño solito.
Quinto paso: Muéstrale cómo se hace
Los niños aprenden imitando a los adultos, por lo tanto la manera más natural de que aprendan a usar el
inodoro es viéndote hacerlo. Aunque puede que papi quiera que su niño haga pipí de pie como él, es más
fácil que empiece a hacerlo sentadito, y que más adelante papá o el hermanito le enseñen a hacer pipí de
pie. Seguro que no tardará nada en imitarlos.
Cuando le estás demostrando cómo se usa el inodoro, es bueno que le vayas explicando lo que estás
haciendo, le enseñes lo que has "producido", y le enseñes que al final te limpias, te vistes, tiras de la
cadena y te lavas las manos.
Si hay un hermanito o hermanita mayor que ya sabe usar el baño, él o ella también le pueden hacer una
demostración al pequeño. Los niños ponen mucha atención cuando los "maestros" tienen casi la misma
edad que ellos.
Sexto paso: Explícale el proceso
Algo que también te podría ayudar es enseñarle a tu hijo dónde van sus caquitas. La próxima vez que
ensucie el pañal, llévalo a su orinal, siéntalo y luego vacía el pañal en su orinal por debajo de él. Esto le
ayudará a asociar el acto de sentarse en el orinal y hacer popó. En seguida haz que te acompañe al baño
y vacía el contenido de su orinal en el inodoro grande. Permítele que tire de la cadena si quiere (pero no
insistas si notas que le da miedo), para que vea adónde va lo que ha hecho. Enséñale a vestirse y lavarse
las manos al final.
Séptimo paso: Motívalo a ser independiente
Motiva a tu niño a usar su orinal siempre que tenga ganas de hacerlo, pero asegúrate que sepa también
que te lo puede pedir a ti, y que tú lo llevarás al baño cuando quiera. Si puedes, déjale que de vez en
cuando circule por la casa sin pañales y mantén su orinal a mano. Cuanto más tiempo lo dejes sin pañal,
más rápido aprenderá, aunque tú tendrás que estar dispuesta a limpiar algunos charquitos. Dile que
puede usar su orinal cuando quiera, y de vez en cuando recuérdale que está ahí para cuando lo necesite.
A veces los niños no permanecen sentados el tiempo suficiente para lograr relajarse y hacer caca. Con
tranquilidad, procura motivarlo a que se quede durante al menos un minuto. Te será más fácil conseguirlo
si le haces compañía, hablándole o leyéndole un libro.
Elogia a tu niño cada vez que haga sus necesidades en el orinal, así empezará a darse cuenta de que
usar correctamente el orinal es un gran avance. Pero aunque es importante halagarlo, procura no
exagerar, y evita transformar cada ida al baño en un gran acontecimiento, de lo contrario tu niño
empezará a ponerse nervioso o avergonzarse ante tanta atención.
Octavo paso: Compra pañales braguita
Puede que te sirvan de ayuda los pañales braguita (son pañales desechables que se suben y bajan como
la ropa interior), ya que permiten que tu hijo se los quite y se los ponga él solito. A algunos niños les
gustan y les funcionan muy bien, pero para otros no son más que un tipo diferente de pañal, por lo cual no
cumplen con su función de aprendizaje. A estos niños les motiva más ponerse ropa interior de verdad que
esta clase de pañales.
Noveno paso: Acepta sus "accidentes" con buen humor
No hay niño que domine completamente el arte de ir al baño solito sin antes tener una serie de pequeños
"contratiempos". Cuando esto ocurra, no debes enfadarte con tu niño ni castigarlo; recuerda que hasta
hace muy poquito tiempo tu hijo aún no había desarrollado completamente sus músculos, y por lo tanto no
tenía el control necesario para lograr contener la orina o las deposiciones. Con el tiempo, tu pequeño se
volverá muy eficiente, pero mientras esté aprendiendo, lo mejor que puedes hacer es limpiarlo con calma
cuando se le escape el pipi o la caca y sugerirle que la próxima vez intente usar su orinal.
Décimo paso: Comienza el entrenamiento nocturno
Aunque tu hijo se mantenga limpio y seco durante todo el día, puede que pasen varios meses, o incluso
años, hasta que logre controlar sus necesidades durante la noche, o sea que no te deshagas de sus
pañales todavía. A esta edad, su organismo no ha madurado lo suficiente para poder despertarlo siempre
que necesite hacer pipí. Para ayudarle a mantenerse sequito, no le permitas beber demasiado líquido
antes de acostarse y recuérdale que si se despierta en el medio de la noche, te puede llamar para que le
ayudes a ir al baño. Otra cosa que puedes hacer es colocar su orinal al lado de la cama por si quiere
usarlo.
Una vez que tu niño se haya despertado completamente seco cinco noches seguidas, habrá llegado la
hora de empezar el entrenamiento nocturno. Cubre el colchón con un plástico o una protección
impermeable por debajo de la sábana, y acuesta a tu hijo sin pañales. Si tu pequeño no parece aprender
cómo aguantar la noche sequito, vuelve a ponerle pañales por las noches e intenta quitárselos otra vez al
cabo de unos meses.
Onceavo paso: Celébralo, ¡lo has conseguido!
Créenos, si tu niño está listo para aprender esta nueva destreza, lo hará con mucho éxito. Y si en lugar de
tratar de apresurarlo esperas a que verdaderamente esté preparado, todo el proceso será mucho más
fácil y menos latoso, tanto para ti como para tu hijito. Tarde o temprano, tu niño aprenderá a ir al baño
como los adultos, y tú no tendrás que volver a pensar en este asunto… al menos hasta la llegada del
próximo bebé.
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