COMENTARIO DEL TEXTO DE Stº TOMÁS “Para la salvación humana fue necesario que, además de las materias filosóficas, cuyo campo analiza la razón humana, hubiera alguna ciencia cuyo criterio fuera lo divino. Y esto es así porque Dios, como fin al que se dirige el hombre, excede la comprensión a la que puede llegar sólo la razón. Dice Isaías 64,4: ‘¡Dios! Nadie ha visto lo que tienes preparado para los que te aman. Sólo Tú’. El fin tiene que ser conocido por el hombre para que hacia Él pueda dirigir su pensar y su obrar. Por eso fue necesario que el hombre, para su salvación, conociera por revelación divina lo que no podía alcanzar por su exclusiva razón humana. Más aún. Lo que de Dios puede comprender la sola razón humana, también precisa la revelación divina, ya que, con la sola razón humana, la verdad de Dios sería conocida por pocos, después de muchos análisis y con resultados plagados de errores. Y, sin embargo, del exacto conocimiento de la verdad de Dios depende la total salvación del hombre, pues en Dios está la salvación. Así, pues, para que la salvación llegara a los hombres de forma más fácil y segura, fue necesario que los hombres fueran instruidos acerca de lo divino, por revelación divina. Por todo ello se deduce la necesidad de que, además de las materias filosóficas, resultado de la razón, hubiera una doctrina sagrada, resultado de la revelación” TOMÁS DE AQUINO, Suma de Teología, I, c. 1, art. 1. Respecto al texto (a) sitúa al autor en su momento histórico, (b) señala el tema o el problema del texto, (c) indica las ideas principales y (d) muestra las relaciones entre ellas y (e) explícalas. a) Santo Tomás de Aquino vive en el siglo XIII, el momento de máximo esplendor de la Edad Media. Es un siglo de una cierta estabilidad y prosperidad económicas, el siglo de las grandiosas catedrales góticas, del nacimiento de las Universidades. El gran reto que tiene la filosofía escolástica cristiana del momento es la asimilación del pensamiento aristotélico, que a través de la filosofía árabe, se había introducido en el occidente cristiano. Sto. Tomás acierta a realizar una armoniosa síntesis entre el Cristianismo y al aristotelismo superando de esa manera el platonismo agustiniano que dominaba en aquel momento. b) El tema que trata el texto es el de la necesidad de la revelación (fe) como complemento de la razón humana, para que así el hombre pueda alcanzar el fin para el que está hecho. c) Las ideas principales son las siguientes: 1. Es necesario que exista una ciencia divina sobre Dios (teología revelada), además de lo que la razón pueda llegar a saber sobre Él (teología natural). 2. Dios es el fin del hombre. 3. Para la salvación del hombre es preciso el conocimiento de Dios. 4. Pero la razón humana, ella sola, es incapaz de alcanzar ese conocimiento. 5. Luego, para asegurar la salvación de los hombres, Dios se nos revela completando así el poder de la razón. d) La estructura de las ideas del texto es la siguiente. En el presente texto se desarrolla un argumento en el que la tesis que se pretende probar es la necesidad de la revelación o de la fe, como complemento de la razón. Al comienzo del fragmento se indica la tesis que se quiere probar: “para la salvación humana fue necesario que además de (…) hubiera alguna ciencia cuyo criterio fuera lo divino” Las premisas del argumento son las siguientes: 1. La salvación o fin del hombre depende del conocimiento exacto que éste tenga de Dios: “del exacto conocimiento de la verdad de Dios depende la total salvación del hombre” 2. La razón humana por sí sola es incapaz de conocer plenamente a Dios: “Dios (…) excede la comprensión a la que puede llegar sólo la razón” Ahora viene la conclusión (quod erat demonstrandum): 3. Es necesaria la revelación por parte de Dios, para complementar a la razón y así asegurar la salvación del hombre. “Por todo ello se deduce la necesidad de que además de las materias filosóficas, resultado de la razón, hubiera una doctrina sagrada, resultado de la revelación” e) Explicación de las ideas del texto: En el presente texto se está tratando de un aspecto concreto de las relaciones entre la razón y la fe o entre Filosofía y Teología. Santo Tomás es el primero que establece una distinción entre razón y fe, según la cual cada una de ellas tiene su campo y su método, puesto que el platonismo de San Agustín llevaba a que ambas facultades se mezclaran entre sí. La razón (filosofía) puede descubrir ella sola una serie de verdades, partiendo siempre desde lo sensible, e incluso puede llegar descubrir algo de Dios (como que Dios existe o que Él es el creador,…). Pero no puede llegar por sí sola al pleno conocimiento de Dios, pues su poder es limitado y no exento de la posibilidad de error, además de que el conocimiento en Sto. Tomás se concibe al modo aristotélico, desde la experiencia particular a lo Universal (abstracción), y es imposible desde la experiencia llegar a la esencia divina, sólo se puede llegar a su existencia y unicidad, además de otras características. La fe (teología) nos pone en contacto con otras verdades por el simple hecho de que Dios nos las revela. Algunas de esas verdades, son inalcanzables por nuestra sola razón, es decir, que nunca las conoceríamos si Dios no nos las revelara. De todo lo anterior se puede deducir que la razón, aun siendo un instrumento valiosísimo para buscar la verdad, no llega hasta donde llega la fe; por tanto, la fe es superior a la razón y hace de complemento de ésta. Además, aunque sean distintas razón y fe, nunca pueden contradecirse realmente si la razón está bien usada (al modo aristotélico) y la fe es la verdadera. Por otro lado, la felicidad humana o su salvación consiste, para Santo Tomás, en la contemplación de Dios. Por ello, defiende Stº Tomás en el texto la necesidad de la revelación o de una ciencia cuyo criterio fuera divino, una ciencia superior (Teología) a cualquier otra ciencia que la razón humana pueda generar. La idea central del texto refleja muy bien la posición tomista respecto a las relaciones entre Filosofía y Teología. La Teología es la ciencia suprema, no sólo por el objeto que estudia, sino por el origen de las verdades de las que arranca (la revelación); pero al mismo tiempo, al ir más allá la Teología que cualquier otra ciencia, se convierte en el complemento absolutamente necesario de la ciencia humana y en el referente al que ésta ha de supeditarse.