1 COLLATIO Y QUAESTIO REIVINDICANDO LA LECTURA EN LA FORMACIÓN Ponencia de: Carlos A. Pardo ICFES Noviembre 15 de 2004 2 COLLATIO ACADÉMICA: Una estrategia para la formación de competencias1 Martha Rocha2 Carlos Pardo3 Los Orígenes COLLATIO es una expresión del latín que significa Cena Compartida, cena en la que todos contribuyen y todos comparten. Sus primeras referencias se encuentran en la edad media, denominándose Collatio a una forma de oración conjunta en la cual se asume que la palabra de Dios en las Escrituras es la cena que alimenta a quienes la escuchan. La Collatio se deriva directamente de la “Lectio Divina”, técnica utilizada desde épocas muy antiguas por los Padres del Desierto (grupo de monjes cristianos que habitaron el desierto del Oriente Medio desde finales del siglo II d.c.) la cual fue sintetizada hacia el año 530 d.c. por San Benedicto de Nursia en el documento conocido como Regla Benedictina. En sus inicios la Lectio Divina, desde una perspectiva monástica, se refiere a la oración contemplativa y personal, al contacto directo con Dios4. En el desarrollo de la Lectio Divina se considera que hay cuatro momentos, representados de manera circular, que se unen unos a otros en un patrón horizontal e interrelacionado y se articulan con el centro del círculo que representa el Espíritu de Dios hablando a través de un texto seleccionado de las Escrituras5. La Lectio Divina es un ejercicio individual, de compenetración con uno mismo y con Dios a través de su palabra, propio de la vida monástica. Los cuatro momentos que la definen son: 1. LECTIO: escuchar con profundidad la lectura de la palabra de Dios. En sus orígenes este momento pretendía destacar la necesidad de aprender a hacer silencio para escuchar el mensaje de las escrituras. 2. MEDITATIO: este momento se compara con el rumiar de algunos animales. Es la interacción de nuestros pensamientos, esperanzas y deseos con la palabra de Dios. 3. ORATIO: la oración, entendida como un diálogo con Dios, una conversación amorosa. 4. CONTEMPLATIO: silencio (de nuevo) para disfrutar la presencia de Dios. Retomando el principio de acercamiento a Dios a través de la lectura de su palabra, a inicios de la edad media se desarrolla una “nueva manera” de Lectio que permite un ejercicio pedagógico alrededor de las escrituras pero ya no de manera individual sino dirigido a grupos de personas. Es la Collatio o perspectiva escolástica de la Lectio Divina, que se utiliza para el estudio y la profundización en un tema, generalmente de las Sagradas Escrituras. 1 Estrategia Desarrollada por Carlos Pardo y Martha Rocha. Psicóloga, Magistra en Educación, Profesional Especializado ICFES, Docente de la Especialización en Psicología Educativa de la U. Católica de Colombia. 3 Psicólogo, Mágister en Educación, Profesional Especializado ICFES, Docente de Pregrado en Psicología y de la Maestría en Psicología Educativa de la Universidad Católica de Colombia. 4 Thomas Keating. 1998. The Classical Monastic Practice of Lectio Divina. 5 Fr. Luke Dysinger. 1990. Accepting the embrace of god: the ancient art of Lectio Divina. En: Valyermo Benedictine. Vol 1. 2 3 La forma de implementar La Collatio experimenta algunas variaciones a lo largo de los siglos en que se utilizó como método de enseñanza de la Palabra de Dios; no obstante, en general, ocurre de acuerdo con los pasos que se enumeran a continuación y que se representan en la gráfica 16: COLLATIO (Tradicional) Reflexión (meditatio) Lectura (lectio 1) Comunicar (oratio) Segunda lectura (lectio 2) Aplicación (actio) Tercera lectura (lectio 3) Comunicar (oratio) Silencio Contemplación (contemplatio) Gráfica 1 Collatio Tradicional 1. Un lector lee un pasaje de las Escrituras en voz alta, despacio y con entonación adecuada mientras los asistentes escuchan en silencio. 2. El lector invita a cada uno de los participantes a repetir una palabra o una frase que los haya impactado. 6 John Veltri. 1997. Directed Retreat goes to parish. Ignatius College. Ontario. Canadá. 4 3. El lector hace una segunda lectura, en voz alta, del mismo texto. 4. El lector invita a cada uno de los participantes a expresar cómo aplicaría para si mismo lo que le impactó. 5. El lector hace una tercera lectura. 6. Se invita a cada participante a ofrecer una oración espontánea. 7. Se invita a cada participante a entrar en un período de silencio para saborear el mensaje. Entre las recomendaciones para realizar una Collatio se incluía que una sesión debía durar aproximadamente 45 minutos y realizarse en un espacio silencioso con un ambiente propicio para la reflexión; los grupos debían ser de 7 u 8 personas de tal manera que todas ellas pudieran participar en los diferentes momentos del proceso; el pasaje de las escrituras seleccionado debía referirse a hechos concretos, de preferencia aquellos que relataban hechos de la vida de Jesús, es decir, pasajes del nuevo testamento más que del antiguo testamento. Se recomendaba, además, que el lector fuera el mismo a lo largo de toda la sesión y que también se encargara de coordinar la participación de los asistentes evitando la controversia entre ellos. El silencio, condición central de estas sesiones tiene varias funciones. La principal de ellas es aprender a escuchar; en este sentido, es un silencio activo, que busca la comprensión concentrando totalmente la atención en la lectura; adicionalmente implica el respeto hacia el lector, hacia los demás asistentes y especialmente hacia las Escrituras. Entre las demás funciones del silencio están el permitir la reflexión, la oración y la contemplación. La Collatio Académica La Collatio se puede llevar a la escuela. Allí puede aportar con eficacia al propósito de formación de los estudiantes. Por supuesto que la forma tradicional requiere algunas variaciones para constituirse en herramienta pedagógica que responda a las exigencias del mundo de hoy, tanto en relación con los saberes que circulan en la cultura como con la aproximación de las personas a ellos. Desde hace algunos años, en nuestra práctica docente hemos utilizado La Collatio con diferentes grupos de estudiantes y docentes, en distintos contextos educativos, con resultados muy satisfactorios; esta experiencia nos ha permitido afinar el procedimiento tradicional y generar una propuesta metodológica inspirada en la versión monástica, que hemos decidido denominar La Collatio Académica. Nuestra propuesta tiene la forma que aparece en la gráfica 2. 5 COLLATIO ACADÉMICA (Pardo-Rocha) Respuesta (responso) Pregunta (quaestio) Diagnóstico Reflexión (meditatio) Primera Lectura (lectio 1) Pregunta (quaestio) Comunicar (oratio) Aclaración (explicatio) Segunda lectura (lectio 2) Aplicación (actio) Discusión (disputatio) SÍNTESIS Gráfica 2 Collatio Académica Concebimos La Collatio Académica como un espacio de reflexión compartido sobre un tópico particular frente al cual, al final de la sesión, todos los participantes experimentan algún grado de transformación o avance en la comprensión del mismo, entendiendo la comprensión como la significatividad que adquiere el saber para una persona, cuando se armonizan sus procesos de pensamiento con la estructura, contenido y dinámica del sistema de saber que se aborda. El desarrollo de la Collatio Académica propicia la profundización sobre un tópico a través de lecturas pausadas y atentas de textos que lo tratan, así como de la puesta en común de interpretaciones diversas sobre los textos. Además, se promueve el establecimiento de relaciones de aplicabilidad del saber en la resolución de problemas, una de las vías para construir significatividad. Esta es una estrategia en la cual se privilegia el ejercicio de 6 interpretación (hermenéutica) individual y social como camino hacia la comprensión. Las etapas para realizar una sesión de Collatio Académica son las siguientes: 1. QUAESTIO. Quien orienta la sesión formula una pregunta que permita conocer el grado de apropiación del auditorio frente al tópico. La formulación de la pregunta es muy importante. No se espera obtener respuestas afirmativas o negativas, así que la pregunta debe promover reflexión y respuestas completas aunque precisas. Se sugiere cuestionar a los asistentes sobre la posible aplicación del tópico en una situación específica de su vida (en el plano laboral, afectivo, social, etc., dependiendo del tópico) procurando que a través de las respuestas sea posible reconocer tanto planteamientos conceptuales como procedimentales de los asistentes. Preguntas relacionadas con definiciones u otros aspectos para los que la persona deba recurrir a la memoria no proporcionan suficiente información sobre el grado de comprensión de cada participante. Este momento busca provocar en cada participante el autoreconocimiento del grado de comprensión que tiene del tópico tratado y disponer al auditorio para ganar en comprensión del mismo. 2. RESPONSO. Los participantes escriben las respuestas y luego las socializan. Es indispensable que el orientador escuche atentamente a cada participante. Su capacidad para relacionar unas respuestas con otras, de encontrar los elementos comunes y diferentes y de sintetizar, sin perder información, le permitirá emitir un diagnóstico del grado de comprensión del auditorio sobre el tópico. Es útil que en la medida en que se dan las respuestas el orientador ponga en el tablero ideas centrales que vayan aportando al diagnóstico. Después de escuchar a todos los asistentes, el orientador enuncia su diagnóstico en voz alta. De ser preciso, el diagnósitico se ajusta a partir de las sugerencias de los participantes, sin que pierda generalidad ya que se trata un diagnóstico que abarca a todo el grupo. Este momento pretende que el orientador logre claridad acerca del grado de comprensión de los participantes sobre el tópico y que afine, si es preciso, el propósito de comprensión que se ha fijado previamente para la sesión. 3. LECTIO 1. El orientador lee en voz alta un texto en donde el tópico se desarrolle. En ocasiones es posible encontrar un solo texto con toda la información necesaria o con un tratamiento suficientemente profundo del tópico o de una idea del mismo. Si eso no es posible, conviene que el orientador edite, previamente a la sesión, un texto a partir de diversos documentos en los que el tópico se desarrolle y que sean entre sí complementarios. Se recomienda utilizar textos de 2 páginas a lo sumo para evitar que el auditorio pierda concentración. Los asistentes deben guardar estricto silencio mientras se desarrolla la lectura. Se pretende que en este momento los participantes muestren su capacidad para hacer silencio mientras escuchan activamente e interpretan el texto leído. 7 4 Y 5. QUAESTIO/ORATIO/EXPLICATIO. 4. El orientador invita a los participantes a repetir una palabra o frase del texto que les haya impactado o a formular una pregunta sobre lo que no entendieron. Regularmente las personas se sienten impactadas por diferentes apartados del texto. La socialización de las impresiones, atracciones o inquietudes personales permite complementar la interpretación que cada uno hace. En la medida en que se escuchan intervenciones de los asistentes todos recrean el texto, reconocen mensajes que no habían captado, se dan cuenta de las múltiples miradas que puede tener un mismo texto y, a partir de las respuestas a las preguntas sobre lo que no se haya entendido, se fortalece la elaboración conceptual de todos en relación con el tópico. El orientador de la sesión debe asegurarse de que no se genere discusión entre unos participantes y otros en este momento, pues no corresponde al propósito del mismo. 5. El orientador comenta las intervenciones de los participantes y realiza las aclaraciones pertinentes. El orientador responde a inquietudes sobre la interpretación del texto y hace comentarios para ampliar su comprensión. No es aconsejable extenderse en responder aquellas preguntas que excedan el propósito informativo del texto, aun cuando tengan relación con el tópico tratado; algunas preguntas pueden conducir a perder el hilo conductor de la reflexión. Una pregunta como ¿conoce otros textos de este tema?7 encamina la sesión fuera del propósito de profundizar en el texto base. El orientador debe demostrar su habilidad para administrar respetuosamente el tiempo de las intervenciones y para no permitir que el propósito se diluya. El propósito central de los momentos 4 y 5, que se desarrollan paralelamente, es por una parte, promover el reconocimiento de la diversidad de interpretaciones e intereses que pueden generarse frente a un mismo texto y, por otra parte, ganar precisión en la comprensión del tópico tratado. 6. LECTIO 2. El orientador hace una segunda lectura en voz alta del texto y/o de otro texto que lo complemente. El orientador debe decidir, de acuerdo con lo ocurrido en las etapas anteriores, si hace una segunda lectura del mismo texto o si lee un texto adicional que complemente el primero. Si el texto de la Lectio 1 no es muy profundo quizás resulte más conveniente contar con otros textos que amplíen y profundicen el tratamiento del tópico. 7 Por supuesto que esta pregunta es pertinente. Es más, esa información debe acompañar el texto escrito para que los participantes puedan ampliar su visión consultando la bibliografía. No obstante, la respuesta a esta pregunta no aclararía más la información ya leída. 8 Esta segunda lectura tiene como propósito que cada uno refuerce la interpretación que inicialmente hizo del texto y que profundice en su comprensión del tópico. 7. ACTIO. El orientador invita a los participantes a plantear situaciones precisas de aplicación del contenido del texto. En contraste con lo ocurrido en el primer paso de La Collatio Académica, en donde algunos –incluso todos- los participantes pueden haber sido incapaces de plantear propuestas de aplicación, se espera que para este momento todos ellos estén en capacidad de plantear situaciones en las cuales se apliquen los conceptos, teorías, procemientos, moralejas, etc. (depende del tipo de texto utilizado), que hayan sido tratados en el texto. De no ser así, no se ha logrado el propósito de las etapas anteriores. El propósito en este paso es brindar a cada participante la oportunidad de expresar de qué manera encuentra viable la aplicación del tópico trabajado a una situación real y así potenciar el establecimiento de relaciones significativas entre el tópico y el contexto. 8. DISPUTATIO. El orientador propicia una discusión plenaria a través de la cual se verifique la comprensión del tópico. Recogiendo aspectos centrales del tópico que han surgido durante las etapas anteriores, el orientador trae a colación una situación, hipotética o real, previamente preparada, frente a la cual se espera que los participantes se pronuncien. Esta situación demanda el análisis y la valoración de alguna problemática relacionada con el tópico. Aquí se propicia la ejercitación de procesos cognitivos y emocionales que es necesaria para fortalecer la significatividad del tópico para cada participante. En este momento se refuerza también el proceso de reflexión conjunta. 9. SINTESIS. Los participantes expresan su comprensión. Cada uno de los participantes escribe o dice lo que a su modo de ver sería la síntesis de la sesión. Es la expresión de lo que cada cual logró avanzar en la comprensión del tópico; éstas se socializan para tratar de derivar una enseñanza común a todo el grupo. El orientador contrasta la síntesis con el diagnóstico inicial para evidenciar el avance en la formación de los participantes y el grado en el cual los propósitos se cumplieron. La síntesis constituye el punto final de la sesión y recoge el avance de comprensión del grupo; a la vez es el punto de partida para diseñar acciones futuras que permitan fortalecer cada vez más la comprensión. RECOMENDACIONES FINALES Se recomienda trabajar con grupos de 10 a 12 personas como máximo; grupos más grandes pueden requerir bien sea que cada participante tenga una copia de la lectura para facilitar el seguimiento de la misma por todos y hacer lecturas mucho más pausadas de lo regular, o bien, que el orientador conforme subgrupos y se apoye en un coorientador 9 durante los momentos de socialización. En cualquier caso, el orientador debe asegurarse de que todos los participantes han apropiado la metodología de trabajo antes de iniciar, por lo que conviene contar con un esquema de la misma como el que proponemos en la gráfica 2. En ocasiones resulta conveniente entregar a cada participante una copia del texto para que siga la lectura del orientador sin perder concentración; no obstante, esta circunstancia puede facilitar que algunos se vean tentados a adelantar la lectura a su propio ritmo, caso en el cual puede diluirse uno de los propósitos centrales: desarrollar la capacidad de escuchar en silencio y atentamente a otro. QUAESTIO: Confrontando ideas Martha Rocha Carlos Pardo QUAESTIO Lectio (lectura) Del docente a la audiencia De la audiencia Quaestio (pregunta) Responsio (respuestas) Objeciones Objeción por objeción Sed Contra (argumento) Quaestio 2 (preguntas) De la audiencia entre si Réplica (respondeo) De la audiencia, sustentado en bibliografía