CUARESMA 2013: Pequeñas Comunidades, Semana 2 (maximum 2 hours... but it can be less) 1. Bienvenida… y comencemos 2. Pasar tres minutos de música tranquila, meditativa. Permanezcamos en quietud. 3. Conversación: En esta semana, ¿Qué ha sido una bendición para mí? (por favor ser breve). 2 minutos por persona. 4. Lectio Divina: a) Lucas 9,28-36 Jesús se pone frente a frente con el Antiguo Testamento para discutir cómo en Él se cumplen las expectativas del Pueblo Judío. ¡Moisés y Elías están deleitados! A los discípulos se les permite ver Su Gloria para fortalecerlos y darles valentía cuando tengan que confrontarse con la experiencia opuesta: el terror de su tortura y muerte. Este evento les da esperanza. Lo mismo hace Dios con nosotros también. b) Génesis 15,5-18 1. Releer la guía de la lectio Divina antes de proceder a la lectura del texto bíblico. (Prefiero que cada uno use su propia biblia en lugar de que les ofrezcamos copias impresas de los textos. Esto inducirá a los católicos al acto de abrir el libro y leerlo…Imagínatelo?!!!) Pueden usarse varias traducciones, esto permitiría una conversación interesante. 2. Hacer la Lectio Divina 5. Cuando la ‘’lectio’’ ha terminado, pasar durante un breve tiempo algún CD de música pacificadora, meditativa, inspiracional 6. Tiempo de oración comunitaria. (Este es un momento de oración espontánea. Por turno, cada uno reza como lo desee. Se hace en dos partes) a. Oración espontánea de gratitud, alabanza y bendiciones. (Por ejemplo : Te doy gracias, Señor, por… Alabado seas Señor, por… Bendito seas Señor, por… ) b. Oración de intercesión (Por ejemplo: Te pido Señor por… Te suplico Señor por tal situación…) 7. Leer la meditación para la semana (no discutirla, sólo leerla) 8. El encuentro ha terminado. Es la hora de volver a casa hasta la próxima reunión. No debería haber café ni galletas al final del encuentro. Contemplación Semana 2 La Última Cena, la traición de Judas y Pedro, la Flagelación Durante la mayor parte de nuestra vida, tenemos un razonable [grado de] control sobre lo que queremos hacer. Elegimos nuestro trabajo. Elegimos lo que queremos comer. Elegimos nuestros amigos. Aunque, sin embargo, la vida no siempre juega limpio. Hay muchos aspectos que tenemos que afrontar y que no elegimos. Nos da una gripe. Nos caemos de la bicicleta. Tenemos que usar anteojos. Todas estas cosas nos pasan. Tenemos que aprender a aceptarlas. Algunas cosas son terriblemente difíciles de afrontar: la ruptura de mi matrimonio, una enfermedas con la que de pronto he sido diagnosticado, la pérdida de mi trabajo, el nacimiento de un hijo discapacitado. Todo esto no lo he elegido…en todo caso: ¡esto me ha elegido a mí! ¿Cómo voy a sobrellevarlo? Necesito aprender a vivirlo “con” y a vivir “a través de”. Lo llamamos en latín: “passio” o “pasión” ¡Algo me pasa! Hay algo de “pasividad” en la que yo no soy el actor principal: la vida es la protagonista. Algunas cosas son extremadamente difíciles de afrontar. Debemos aprender a vivir con ellas, lo mejor que podemos. Sólo tengo control sobre la actitud que tomo. En un cierto sentido soy impotente y debo someterme. Este es el sentido más profundo de la expression: “Pasión de Cristo”. La Pasión de Cristo no refiere en primer término a sus sufrimientos como muchos pensarían. Sino que en un sentido más certero la “pasión de Cristo” hace referencia a su valiente aceptación de las cosas que le hicieron y sobre las que tenía poco control. Le hicieron cosas. Fue golpeado, condenado injustamente, traicionado, y todo lo aceptó como “manso cordero llevado al matadero”. ¡Es primordialmente por medio de su amorosa aceptación y vivencia de su Pasión que somos salvados! De la misma manera, para nosotros, es por medio de la aceptación de nuestras “pasiones” personales que crecemos hacia Cristo y nos unimos con Él. Jesús fue traicionado Dos Veces. Fue traicionado después de la comida con sus mejores amigos y con un beso. Esto lo llevó a la condenación injusta y a la prisión. Burlado por los soldados, escupido, ridiculizado, humillado y después flagelado en el pilar. ¡Imagínate la injusticia de todo esto! El Hijo de Dios vino a enseñarnos el arte de amar, guiándonos a amar a nuestro prójimo y Él mismo es golpeado por gente violenta. Dos buenos amigos, Pedro y Judas, ambos por razones diferentes lo traicionan. Judas lo denunció por unos pocos dólares y esto lo condujo a la prisión. Pedro negó al Señor por cobardía. Piensa esto por unos momentos. Imagina la escena. Imagina lo que Jesús estaba pensando. Cómo logró Él mantener su paz interior. ¡Cómo hizo para vivir la caridad hasta para con el prisionero crucificado a su lado! Cristo nos mira y camina con nosotros cuando nos toca afrontar la “passio” de nuestras vidas. A veces la injusticia a la que nos enfrentamos es terriblemente difícil. Perdemos el trabajo. Nos encontramos frente las facturas que siguen subiendo y no ingresa dinero. Estamos aterrorizados. No sabemos adonde recurrir. Un amigo me traiciona revelando un secreto. Un miembro de la familia se/me disocia de la familia. ¡Me siento absolutamente traicionado! Esta es mi “pasión”. Me pasan cosas. Y sin embargo, Cristo está caminando a mi lado cargando su propia Cruz. Caminamos codo a codo. Él sufre conmigo. Él ve toda la injusticia y entiende mi dolor. Él desea ser mi roca y mi soporte. Él siente mi terror y me reafirma Su presencia y la ayuda del Espíritu Santo y generoso. La quimioterapia que un amigo tiene que pasar es su “flagelación en el pilar” y me siento impotente al no poder evitarlo. Sólo puedo rezar, estar ahí y darle coraje. Cristo hace lo mismo. Él está mi lado. Él estuvo con la joven hindú que fue violada y asesinada por 6 hombres. Él estuvo con los niños asesinados a sangre fría en su escuela en Connecticut. Él está en medio de los bombardeos en Siria, sosteniendo con firmeza a hombres, mujeres y niños aterrorizados. Cristo camina su pasión con nosotros. Meditación: Piensa en la Pasión de Cristo, específicamente en las traiciones, en la Última Cena y en la flagelación. Está [allí] con Él. Piensa en la traición de Judas en el huerto. Piensa en la cobardía de Pedro. ¿Qué estaba pensando Jesús durante la Última Cena? Ora acerca de la flagelación sobre el pilar en que Jesús se apoya impotente durante su Pasión. Piensa en todos los que hoy pueden estar viviendo sufrimientos similares. Está [allí] junto a ellos en tu corazón y oraciones. Ahora piensan en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sosteniéndonos firmemente a través de todos estos sufrimientos. Dios es Emanuel: Dios está con nosotros. Dios está viendo nuestras “estaciones de la Cruz”. Él sufre con nosotros y nos sostiene con Su gracia. Termina con un Padrenuestro por todos aquellos en quienes has pensado….. Que él se digne fortificarlos por medio de su Espíritu, con forme a la riqueza de su gloria, para que crezca en ustedes el hombre interior. Que Cristo habite en sus corazones (Efesios 3,16)