Cosmos, un viaje personal; Carl Sagan

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Hola. Mi nombre es Ann Druyan. Cuando Carl Sagan, Steven Soter y yo, escribimos la serie de TV Cosmos a
fines de los 70s muchas cosas eran diferentes. Entonces EE.UU. y la Unión Soviética tenÃ-an en vilo a
todo el planeta en su perpetua crisis de rehenes llamada la Guerra FrÃ-a. La riqueza y la ingenuidad
cientÃ-fica de nuestra civilización estaban siendo derrochadas en un desenfrenado levantamiento de armas
que empleo la mitad de los cientÃ-ficos del planeta e infesto el mundo con 50.000 armas nucleares. Mucho ha
sucedido desde entonces. La Guerra frÃ-a es historia y la ciencia ha hecho grandes avances. Hemos
contemplado el reconocimiento del Sistema Solar con naves espaciales, la cartografÃ-a preliminar del
universo visible que nos rodea y trazamos un mapa del universo interior: el genoma humano. Cuando Cosmos
se emitió por primera vez no existÃ-a la Word Wide Web (Internet), era un mundo diferente. Que tributo a
Carl Sagan, un cientÃ-fico que fue atacado más de una vez por atreverse a especular que aun después de
los 20 años más llenos de eventos en la historia de la ciencia, Cosmos requiere pocas revisiones y es en
verdad rico en profecÃ-as. Cosmos es a la vez la historia de la empresa cientÃ-fica y un intento de transmitir
el clÃ-max espiritual de su revelación central: Nuestra unidad con el universo. Ahora, por favor, disfruten
Cosmos, la orgullosa epopeya de como a través de la búsqueda de 40.000 generaciones de nuestros
antepasados hemos llegado a descubrir nuestras coordenadas en el espacio y en el tiempo. Y de como, a
través del asombrosamente poderoso método cientÃ-fico hemos sido capaces de reconstruir el paso de la
evolución cósmica y de definir nuestro papel en su gran historia.
Un viaje personal.
En la orilla del océano cósmico.
El Cosmos es todo lo que es o lo que fue o lo que será alguna vez. La contemplación del Cosmos nos
conmueve. Es como un hormigueo en la columna vertebral o en la voz, una débil sensación, como el
recuerdo lejano de caer desde lo alto. Sabemos que nos acercamos al mayor de los misterios. El tamaño y la
edad del Cosmos están más allá de nuestro entendimiento. Perdido en algún lugar entre la inmensidad y
la eternidad esta nuestro pequeño hogar terrestre. Por primera vez, podemos decidir nuestro destino y el del
planeta. Es época de riesgos. Pero nuestra especie es joven, curiosa y valiente. Es prometedora. En los
últimos milenios hicimos descubrimientos asombrosos sobre el Cosmos y nuestro lugar en el. Creo que
nuestro futuro dependerá de nuestra comprensión del Cosmos en el que flotamos como motas de polvo en
el cielo matinal. Estamos por iniciar un viaje a través del Cosmos. Hallaremos galaxias, soles y planetas;
vida y conciencia naciendo, evolucionando y pereciendo. Mundos de hielo, y estrellas de diamante. Ãtomos
macizos como soles y universos más pequeños que un átomo. Es la historia de nuestro planeta, de sus
plantas y animales. Es una historia sobre nosotros: como llegamos al actual conocimiento, como el Cosmos
moldeo nuestra evolución y un posible destino. Deseamos perseguir la verdad, sea cual sea. Para hallarla,
necesitamos imaginación y escepticismo. No tememos conjeturar. Pero distinguiremos conjeturas de hechos.
El Cosmos esta colmado de verdades elegantes, de interrelaciones exquisitas de una maquina asombrosa: la
naturaleza. La superficie terrestre es la orilla del océano cósmico. Desde aquÃ-, aprendimos casi todo lo
que sabemos. Recientemente, vadeamos un poco mojándonos lo tobillos. El agua parece invitarnos. Alguna
parte nuestra sabe que venimos de allÃ-. Anhelamos retornar. Podemos hacerlo. Tenemos el Cosmos dentro:
fuimos hechos con estrellas. Somos una forma que tiene el Cosmos para conocerse. Para nosotros, el viaje
comienza acá (la mente). Viajaremos por el Cosmos con la nave de la imaginación sin las trabas corrientes
de velocidad y tamaño. La música de la armonÃ-a cósmica nos guiara por el espacio y tiempo. Perfecta
como la nieve, orgánica como una semilla de diente de león; la nave ira a mundos de sueños y mundos de
hechos. Acompáñenme.
Ante nosotros, esta el Cosmos a la mayor escala conocida. Estamos lejos de la orilla, en el desconocido
océano cósmico. Esparcidos como espuma en las olas del espacio, hay incontables zarcillos tenues de luz.
Algunos contienen cientos de miles de millones de soles. Son las galaxias vagando eternamente en la gran
oscuridad cósmica. Nuestra nave esta a mitad de camino de la orilla del universo conocido. En este primer
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viaje cósmico empezamos a explorar el universo revelado por la ciencia. Finalmente, llegaremos a un mundo
remoto y exótico. Desde la profundidad, cuesta detectar en que grupo de galaxias esta la VÃ-a Láctea. Y
mucho menos el Sol o la Tierra. El reino de las galaxias esta a 8 mil millones de años luz de casa. En todas
partes, los patrones de la naturaleza son los mismos que en esta galaxia en espiral. Las mismas leyes fÃ-sicas
se aplican en todo el Cosmos. Apenas empezamos a entender estas leyes. El universo es rico en misterios.
A veces, cerca del centro de un grupo de galaxias, hay una galaxia elÃ-ptica hecha de billones de soles que
devora a sus vecinos. Quizá este ciclón de estrellas es lo que los astrónomos llaman quasar. Nuestras
unidades de medida no sirven en el reino de las galaxias. Precisamos una medida mayor: el año luz. Mide
los 10 billones de kilómetros recorridos por la luz en un año. No mide tiempo, sino distancias enormes. En
Hércules las galaxias están separadas por 300.000 años luz. Es decir: la luz tarda unos 300.000 años
en ir de una galaxia a otra. Como las estrellas, los planetas y la gente, las galaxias nacen, viven y mueren.
Todas pueden atravesar una adolescencia tumultuosa. En sus primeros 100 millones de años, pueden
explotar. Como ondas de radio, se liberan chorros de energÃ-a que resuenan en el Cosmos. Los mundos
próximos al núcleo o a los chorros se incineran. Me pregunto cuantos planetas y civilizaciones podrÃ-an
destruirse. En Pegazo, hay una galaxia anular, escombros de una colisión de 2 galaxias. Una salpicadura en
la laguna cósmica. Las galaxias pueden explotar y colisionar y sus estrellas también pueden estallar. En
esta explosión de supernova una estrella brilla más que el resto de su galaxia. Nos acercamos a lo que los
astrónomos llaman el Grupo Local. Se extiende en tres millones de años luz y tiene unas 20 galaxias. Es
una cadena de islas más bien tÃ-pica en el inmenso océano cósmico. Estamos a solo 2 millones de
años luz de casa. En los mapas espaciales, esta galaxia se llama M31. La gran galaxia Andrómeda. Es una
inmensa tempestad de estrellas, gas y polvo. En ella vemos una de sus pequeñas galaxias satélite. Grupos
de galaxias y estrellas de galaxias individuales unidas por la gravedad. Circundantes a M31 hay cientos de
grupos de estrellas globulares. Observamos uno de esos grupos. Orbita alrededor del centro de la galaxia.
Algunos contienen hasta un millón de estrellas. Cada grupo globular es como un enjambre de abejas unido
por la gravedad. Cada abeja es un sol. De Pegaso al Grupo Local el viaje nos lleva a 200 millones de años
luz dominado por dos grandes galaxias espirales. Más allá de M31 hay otra galaxia similar. Sus brazos en
espiral giran cada 250 millones de años. Es nuestra VÃ-a Láctea vista desde afuera. Es el hogar de la
especie humana. En lo remoto del brazo en espiral Carina−Cygnus los humanos hemos alcanzado una
conciencia y cierto entendimiento. Esta región de la VÃ-a Láctea es ahora normalmente llamada Brazo
Local o Brazo de Orión, pero la nomenclatura de brazo del espiral permanece confusa. Concentrados en su
brillante núcleo y esparcidos entre sus brazos hay 400 mil millones de soles. Viajar de un extremo a otro de
la galaxia, lleva 100.000 años luz. En esta galaxia hay estrellas y mundos y, quizá, una enorme diversidad
de seres vivos, seres inteligentes y viajantes del espacio. Entre las estrellas de la VÃ-a Láctea hay vestigios
de supernovas, restos de una explosión colosal. Estas hebras de gas son las capas externas de un astro
recientemente destruido. El gas se desintegra y devuelve la materia estelar al espacio. En su centro, hay restos
del astro original, un fragmento estelar denso y encogido, llamado pulsar. Un faro natural, parpadeando y
silbando. Un sol que gira 2 veces por segundo. Son tan exactos, que el primero se confundió con un signo de
vida extraterrestre. Quizá sea una boya náutica para grandes naves viajando años luz entre las estrellas.
Quizá existan esas vidas y esas naves pero los pulsares no son su prueba. Más bien, son tristes
recordatorios de que nada es eterno. Las estrellas también mueren. Seguimos en picado, cayendo miles de
años luz hacia el plano de la galaxia. Esta es la VÃ-a Láctea vista desde una arista. Miles de millones de
hornos nucleares convirtiendo materia en luz estelar. Hay astros frágiles como pompas de jabón. Otros son
100 billones de veces más densos que el plomo. Los astros mas calientes morirán jóvenes. Los gigantes
rojos suelen ser ancianos. Es poco probable que sean planetas habitados. Los amarillos y enanos, como el sol
son de edad mediana y mucho más comunes. Y en esos planetas, por 1a vez en el viaje encontramos raras
formas de materia: Hielo y roca, aire y agua liquida. Cerca de este astro hay un pequeño mundo calido y
nublado. Con continentes y océanos. Estas condiciones permiten una forma aun mejor de la materia: la
vida. Pero esta no es la tierra. Los seres inteligentes evolucionaron y adaptaron el planeta en una sólida
empresa de ingenierÃ-a. En la VÃ-a Láctea, quizás haya otros mundos en los que la materia alcanzo
conciencia.
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Me pregunto: ¿son muy distintos a nosotros?, ¿a que se parecen?, ¿cual es su polÃ-tica, tecnologÃ-a,
música, religión?, ¿tienen un patrón de cultura que ni siquiera podemos imaginar?, ¿son un peligro
para si mismos?
Entre las nubes brillantes de gas interestelar aparece la Nebulosa de Orión a solo 1.500 años luz de la
Tierra. Vemos estas 3 brillantes estrellas como el cinturón de la familiar constelación de Orión, el
Cazador. Vemos a la nebulosa como un parche de luz, la estrella central en la espalda de Orión. Es algo
totalmente distinto. Una nube que oculta un lugar secreto de la naturaleza. Es una guarderÃ-a estelar, un lugar
donde nacen estrellas. De gas y polvo, condensan por gravedad hasta donde su temperatura es tan alta que
empiezan a brillar. Esas nubes marcan el nacimiento de estrellas. Otras son testigos de la muerte estelar.
¿Que les sucede, luego de condensarse en lo oculto de nubes interestelares? Las pléyades son un grupo de
jóvenes astros de solo 50 millones de años. Estas jóvenes estrellas son conducidas a la galaxia aun con
rastros de nebulosidad, el gas y el polvo con el que se formaron. Existen nubes, como manchas de tinta entre
los astros. Son de fino polvo rocoso, hielo y materia orgánica. Dentro, algunas estrellas empiezan a
encenderse. El hielo se evapora. Se forman colas como las de un cometa. El viento estelar las hace retroceder.
Nubes negras, de años luz de ancho errantes entre los astros. Contienen moléculas orgánicas. La base de
la vida esta en todas partes. Se forman fácilmente. ¿En cuantos mundos se habrán unido esas complejas
moléculas formando patrones que podrÃ-amos llamar vivos? muchos astros pertenecen a sistemas de dos, o
tres o mas soles unidos por la gravedad. Cada sistema, esta aislado de sus vecinos por años luz. Nos
acercamos a una vulgar estrella amarilla enana rodeada por un sistema de 9 planetas, muchas lunas, miles de
asteroides y miles de millones de cometas: La familia del Sol. A solo 4 horas luz de la Tierra, esta el planeta
Neptuno y su satélite gigante, Triton. Aun en nuestro propio sistema solar los humanos apenas iniciamos la
exploración. Un siglo atrás, ni siquiera conocÃ-amos la existencia de Plutón. Caronte, su luna, recién
fue descubierta en 1978. Desde el descubrimiento de los objetos del cinturón de Kuiper en 1992, Pluto ha
comenzado a ser visto como el miembro más grande de esta población de cometas. Los anillos de Urano
solo fueron detectados en 1977. Muchos astrónomos ya no lo consideran un planeta. Hay nuevos mundos
para conocer, aun cerca de casa. Saturno es un mundo gigante de gas. Si tiene una superficie sólida debe
estar oculta por las nubes que vemos. Sus majestuosos anillos son billones de bolas de nieve orbitantes. Ahora
estamos a solo 80 minutos luz de casa. A escasos 1.500 millones de kilómetros. El planeta más grande del
sistema solar es Júpiter. En su lado oscuro, grandes relámpagos iluminan las nubes como lo revelo la
astronave Voyager en 1979. Dentro de su orbita hay incontables pequeños mundos destrozados: los
asteroides. Estos arrecifes marcan el lÃ-mite de los planetas gigantes. Ahora ingresaremos a los bajos del
sistema solar. Hay mundos con atmósferas delgadas y superficies sólidas como la Tierra. Tienen paisajes
que piden ser cuidadosamente explorados. Este mundo es Marte. En 1976, tras un año de viaje, 2 robots
exploradores de la Tierra desembarcaron en su costa. En Marte hay un volcán del tamaño de Arizona y
casi 3 veces la altura del Everest. Lo llamamos Monte Olimpo. Es un mundo asombroso. Tienen antiguas
cuencas de rÃ-os, y tormentas de arena. El viento sopla a 1/2 de la velocidad del sonido. Existe una grieta
grande de 5.000 kilómetros de largo. Se llama Vallis Marinaris. O el valle de Mariner, por la nave que llego
a explorar Marte desde un mundo vecino. En este, nuestro primer viaje cósmico empezamos el
reconocimiento de Marte. Y el de otros planetas, estrellas y galaxias. En próximos viajes, los exploraremos
con profundidad. Ahora, recorremos los últimos minutos luz hacia el mundo azul y nebuloso, el tercero
desde el Sol. El final de un largo viaje. El mundo del que partimos. El viaje nos permite ver a la tierra con ojos
nuevos como si viniéramos de otra parte. Hay cien mil millones de galaxias. Y mil billones de estrellas.
¿Por que este modesto planeta debiera ser el único habitado? personalmente, creo que es muy posible que
el Cosmos rebose de vida e inteligencia. Pero hasta ahora, todo ser vivo, todo ser consciente, todas las
civilizaciones conocidas vivieron allÃ-, en la Tierra.
Bajo esas nubes se desarrolla la obra de la especie humana. Al fin, regresamos a casa. Bienvenidos a la tierra.
Un lugar con cielo azul de nitrógeno, océanos de agua liquida, frescos bosques y suaves prados. Un
mundo positivamente rebosante de vida. De momento, y desde la perspectiva cósmica: único: único en el
que con certeza sabemos que la materia del Cosmos se ha hecho viva y consciente. Ha de haber otros mundos
en el espacio, pero nuestra búsqueda empieza acá, con la sabidurÃ-a acumulada de nuestra especie, lograda
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a un alto costo durante un millón de años. En una época, el planeta parecÃ-a inmenso. Era el único
mundo explorable. Su real tamaño fue calculado de forma simple e ingeniosa por un hombre que vivió en
Egipto, 3 siglos a.C. esta torre pudo haber sido una torre de comunicación. Parte de una red que recorrÃ-a
Ãfrica del Norte. Los mensajes de Estado se comunicaban con señales de humo. Los mensajes de Estado
se comunicaban con señales de humo. También pudo ser usada como faro, una boya náutica para
embarcaciones navegando por el Mediterráneo. Esta a unos 50 Km. al oeste de la que una vez fue una gran
ciudad: AlejandrÃ-a. En esa época, en AlejandrÃ-a vivió un hombre llamado Eratostenes. Un rival lo
llamo "Beta", como la 2a letra del alfabeto griego. Según decÃ-a: "Eratostenes era el segundo mejor en
todo". Pero es claro que, en muchas áreas, Eratostenes fue "Alfa". Fue astrónomo, historiador, geógrafo,
filosofo, poeta, critico teatral y matemático. También fue director de la gran Biblioteca de AlejandrÃ-a.
Un dÃ-a, leyendo un libro de papiro en la biblioteca encontró un curioso relato: lejos hacia el sur en el
puesto de Siena se apreciaba algo notable el dÃ-a más largo del año. El 21 de junio la sombra de la
columna de un templo se acortaba hacia el mediodÃ-a. Al mediodÃ-a los rayos solares se deslizaban por los
lados de un pozo que otros dÃ-as permanecÃ-a en sombra. Entonces, justo al medio dÃ-a las columnas no
tenÃ-an sombra. Y el Sol brillaba directamente sobre el agua del pozo. En ese momento el Sol estaba justo en
su cenit. Era una observación que otro pudo fácilmente ignorar. Columnas, sombras, reflejos en un pozo, la
posición del Sol, cuestiones simples y cotidianas. ¿Que importancia podÃ-an tener? como Eratostenes era
cientÃ-fico, su observación hizo cambiar al mundo. Tuvo la presencia de ánimo para experimentar y
preguntarse si, aquÃ-, cerca de AlejandrÃ-a una vara proyectaba sombra al mediodÃ-a del 21 de junio.
Efectivamente, descubrió que si. Un escéptico podrÃ-a haber dicho que el informe de Siena era
incorrecto. Pero era una observación honesta. ¿Por que alguien mentirÃ-a sobre algo tan trivial?
Eratostenes se preguntaba como al mismo tiempo la vara en Siena no tenia sombra mientras que la de
AlejandrÃ-a, 800 Km. al Norte proyectaba una sombra definida. AquÃ- tengo un mapa del antiguo Egipto. He
puesto dos varas u obeliscos. Una aquÃ- en AlejandrÃ-a y otra mas abajo en Siena. Ahora, si en un momento
determinado, ambas varas no proyectan sombra alguna será fácil entender que la tierra es plana. Si ambas
varas, proyectan sombras de la misma longitud, también parece lógico que sea plana. ¿Como podÃ-a ser
que en el mismo instante, no hubiera sombra en Siena pero si una muy considerable en AlejandrÃ-a? la
única respuesta es que la superficie terrestre es curva. No solo eso, a mayor curvatura, mayor diferencia en la
longitud de la sombra. El Sol esta tan lejos que sus rayos llegan paralelos. Las varas con ángulos distintos,
proyectan sombras distintas. Por diferencia entre longitudes de sombra unos 7º separan a AlejandrÃ-a de
Siena, a lo largo de la superficie terrestre. Es decir: si las varas se extendieran hasta el centro terrestre
formarÃ-an un ángulo de 7 grados. Siete grados son una cincuentava parte de la circunferencia terrestre, de
360 grados. Eratostenes sabia que la distancia entre AlejandrÃ-a y Siena era de 800 km. ¿como? contrato a
un hombre para que midiera los pasos. AsÃ- pudo realizar el cálculo del que hablo. Si multiplicamos 800
Km. por 50 nos da 40.000 km. esa es la circunferencia. Es la distancia de rodear el mundo. La respuesta
correcta. Las únicas herramientas fueron varas, ojos, pies y cerebro. Y el gusto por experimentar. Con esto,
dedujo la circunferencia terrestre con gran precisión y un error porcentual Ã-nfimo. Un cálculo notable
hace unos 2200 años. Como ahora, el Mediterráneo rebosaba de barcos. Barcos mercantes, pesqueros,
flotas navales. También hubo viajes audaces a lo desconocido. 400 años antes de Eratostenes, Ãfrica fue
circunnavegada por una flota fenicia al servicio del faraón egipcio Necao. Probablemente salieron del Mar
Rojo en botes frágiles y abiertos bajaron por la costa oriental de Ãfrica subieron por el atlántico y
regresaron. Ese viaje épico llevo 3 años casi lo que tarda el Voyager en ir de la tierra a Saturno.
Después de Eratostenes, se intento circunnavegar la Tierra. Pero hasta Magallanes nadie pudo. ¿Que
historias de aventura y arrojo se habrÃ-an contado mientras los navegantes, hombres prácticos del mundo
arriesgaban sus vidas con los cálculos de un cientÃ-fico de la antigua AlejandrÃ-a?
Hoy, queda poco de la gloria alejandrina de la época de Eratostenes. Por siglos, los conquistadores hicieron
sus palacios y templos, castillos e iglesias, y luego minaretes y mezquitas. Alejandro Magno la eligió como
capital de su imperio una tarde invernal del 331 antes de Cristo. Un siglo después, era la más grande del
mundo. Las sucesivas civilizaciones dejaron su huella. ¿Pero que queda de la ciudad con la que soñó
Alejandro? AlejandrÃ-a aun es un prospero mercado donde se reúne el Cercano Oriente. Pero antes, brillo
por la confianza segura de poder. ¿Recuperaremos una época a partir de los restos de estatuas y de
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manuscritos? en AlejandrÃ-a, hubo una inmensa biblioteca y un instituto de investigación. AhÃ- trabajaron
los más eruditos del antiguo mundo. De la legendaria biblioteca solo sobrevive este sótano húmedo y
olvidado. Esta en el Serapeo, un anexo que originalmente fue templo y luego se consagro al estudio. Sus
pocas y enmohecidas repisas que quizá fueron una bodega son los únicos restos fÃ-sicos. Pero alguna vez,
este lugar fue el cerebro y la gloria de la mayor ciudad terrestre. Si pudiera viajar en el tiempo visitarÃ-a este
lugar. La Biblioteca de AlejandrÃ-a en su apogeo, hace 2000 años. AquÃ-, en gran medida se inicio la
aventura intelectual que nos llevo al espacio. Todo el conocimiento antiguo estuvo entre estas paredes de
mármol. En la sala, debió haber un retrato de Alejandro vestido a la usanza de los faraones egipcios. AquÃse albergo a la conciencia humana una boya en el viaje a las estrellas. Fue el primer instituto de investigación
en el mundo. ¿Y que estudiaban? estudiaban todo. El Cosmos entero. "Cosmos" en griego, significa "el
orden del universo". De algún modo, lo opuesto al caos. Implica una profunda interrelación de todas las
cosas. La forma intrincada y sutil en que se construye el universo. Los genios florecieron aquÃ-. Además de
Eratostenes, estaba Hiparco, quien dibujo las constelaciones y estableció el brillo de las estrellas. Y Euclides,
quien sistematizo la geometrÃ-a, y dijo a su rey, el cual se enfrentaba con un problema matemático que no
habÃ-a camino real hacia la geometrÃ-a. Dionisio de Tracia definió las partes del discurso: nombres, verbos
y demás. Fue al lenguaje, lo que Euclides a la geometrÃ-a. Herofilo fue un fisiólogo que identifico al
cerebro como sede de la inteligencia. ArquÃ-medes, fue el genio de la mecánica hasta Leonardo Da Vinci. Y
el astrónomo Ptolomeo, compilo lo que hoy es la pseudociencia astrológica. Su universo centrado en la
Tierra, resistió 1.500 años y demostró que el brillo intelectual no es garantÃ-a contra el error. Entre esos
grandes hombres, hubo una gran mujer. Se llamaba Hipatia. Esta matemática y astrónoma fue la ultima luz
del lugar y su martirio se liga a la destrucción de este lugar 7 siglos después de su fundación. Miren este
lugar. Los reyes griegos posteriores a Alejandro respetaron a la ciencia, la literatura, la medicina como tesoros
imperiales. Por siglos, apoyaron generosamente la investigación. Una idea compartida por pocos, antes y
ahora. Más allá de la sala, habÃ-a 10 grandes laboratorios. HabÃ-a fuentes y columnatas, jardines
botánicos e incluso un zoo con animales de la India y de Ãfrica. HabÃ-a salas de disección y un
observatorio astronómico. Pero el tesoro de la biblioteca, consagrada al dios Serapis y erguida en la ciudad
de Alejandro era su colección de libros. Los organizadores buscaron libros de todas las culturas. Enviaban
agentes a comprar bibliotecas. Los buques arribados eran registrados por la policÃ-a que no buscaba
contrabando, sino libros. Los rollos eran confiscados, copiados y devueltos. Antes de estudiarlos eran
colocados en pilas llamadas: "Libros de los barcos".es difÃ-cil precisar números pero parece que en su
apogeo, hubo alrededor de un millón de rollos.
La caña del papiro crece en Egipto y origina la palabra "papel".cada uno de los rollos que hubo aquÃ- fue
escrito a mano en rollos de papiro. ¿Que paso con los libros?la civilización que los creo se desintegro. La
biblioteca fue destrozada. Solo sobrevivió una pequeña parte. Del resto, solo nos quedaron lastimosos y
dispersos fragmentos. Pero que seductores son esos trozos pequeños. Por ejemplo, sabemos que habÃ-a un
libro donde el astrónomo Aristarco de Samos sostenÃ-a que la Tierra era un planeta que, como los otros,
giraba en torno al Sol y que las estrellas estaban descomunalmente lejos. Todo absolutamente correcto. Pero
hubo que esperar unos 2.000 años para redescubrir estos hechos. La sección de astronomÃ-a de la
biblioteca. Hiparco. Ptolomeo. AquÃ- esta. Aristarco. Este es el libro. Como me hubiera gustado leerlo y
conocer los cálculos de Aristarco. Pero desapareció, completa y definitivamente. Si multiplicamos la
sensación de perdida por 100.000 empezaremos a apreciar la grandeza de la civilización clásica y la
tragedia de su destrucción. Hemos superado en mucho la ciencia del antiguo mundo, pero hay lagunas en el
conocimiento histórico. Imaginen los misterios del pasado resueltos para un lector de la biblioteca. Por
ejemplo, se perdió una historia del mundo de 3 volúmenes, escrita por Beroso, un sacerdote babilónico. El
1er volumen abarcaba de la Creación al Diluvio. Un periodo de 432.000 años, o sea unas 100 veces más
largo que la cronologÃ-a del Antiguo Testamento. ¡Que asombrosos serian los libros de Beroso! pero,
¿por que los lleve a Uds. 2.000 años atrás en el tiempo a esa Biblioteca? porque ahÃ- y entonces, los
humanos empezaron a reunir seria y sistemáticamente el conocimiento del mundo. Esta es la Tierra que
conoció Eratostenes. Un diminuto mundo esférico, flotando en una inmensidad de espacio y tiempo. Por
fin, empezamos a hallar nuestra relevancia en el Cosmos. Los antiguos cientÃ-ficos dieron los primeros y
más importantes pasos antes el ocaso de su civilización. Tras el medioevo, el redescubrimiento de las obras
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hechas aquÃ-, hace posible el Renacimiento que influyo mucho en nuestra cultura. Cuando en el siglo XV,
Europa pudo despertar de su largo sueño tomo herramientas, libros, y conceptos que estaban aquÃ- desde
más de mil años atrás. Hacia 1.600, se redescubrieron las ideas de Aristarco. Kepler construyo modelos
elaborados para entender el movimiento y orden planetario, la relojerÃ-a del cielo. Una noche, soñó que
viajaba a la luna. Sus útiles cientÃ-ficos eran la matemática de AlejandrÃ-a y el respeto por los hechos sin
importar que tan inquietantes fueran. Su historia, y la de quienes lo sucedieron también son parte del viaje.
Tras 70años, el universo centrado en el sol de Aristarco y Copernico se aceptó en la Europa de la
Iluminación. Los planetas se regÃ-an por leyes de la naturaleza. La ciencia se centro en el movimiento de las
estrellas. Los relojes terrestres imitaron la relojerÃ-a celestial. El cronometraje preciso permitió
navegaciones de exploración y descubrimiento que delimitaron la Tierra. La libre investigación fue
revalorada. 250 años después, se conocÃ-a todo el planeta. Hoy los aventureros miran a los astros. Las
galaxias se consideran grandes cúmulos de astros. Universos insulares a millones de años luz. Hacia 1920,
se empezó a medir la velocidad de galaxias distantes. ¿Que hora es?7:15. Apaga la luz. Hallaron que las
galaxias se alejaban entre si. Para asombro de todo el universo entero se expandÃ-a. Hubo que sumergirse en
la profundidad del tiempo y el espacio. La larga y colectiva empresa cientÃ-fica revelo un universo de unos
15 mil millones de años desde el explosivo nacimiento del Cosmos: El bing bang. Las estimulaciones
actuales de la edad del universo lo ubican entre 12 y 15 mil millones de años.
El calendario cósmico es la historia del universo resumida en un año. Si el universo empezó en enero, la
VÃ-a Láctea recién se formo en mayo. Otros sistemas habrÃ-an aparecido en junio, julio y agosto. La
Tierra y el Sol, hacia septiembre. La vida surgió poco después. Todos los hechos humanos se dan en un
punto brillante en el ángulo inferior derecho del calendario. El bing bang esta arriba en el primer segundo
del 1º de enero. Estamos a 15 mil millones de años en el último segundo del 31 de diciembre. Cada mes
son 1.250 millones de años. Cada dÃ-a son 40 millones de años. Cada segundo, unos 500 años de
nuestra historia. Apenas un parpadeo en la obra del tiempo cósmico. Si el calendario fuera como una cancha
de fútbol la historia humana tendrÃ-a el tamaño de mi mano. Recién iniciamos el largo camino
empezado por la primitiva bola de fuego que llevo a la condensación de la materia: gas, polvo, estrellas,
galaxias, y en nuestro pequeño rincón planetas, vida, inteligencia y humanos curiosos. Recién surgimos.
Los hechos en nuestra historia ocupan solo segundos del último minuto del 31 de diciembre. Hechos
cruciales para los humanos solo están minutos antes. Cambiamos nuestra escala: de meses a minutos. AquÃabajo aparecen los humanos hacia las 22:30 del 31 de diciembre. Con el paso de cada minuto de 30.000
años empezó el viaje para saber donde vivimos y quienes somos. Son las 23:46. Hace solo 14 minutos que
los humanos dominaron el fuego. A las 23:59:20, del último dÃ-a calendario cósmico comienza la
domesticación de plantas y animales, y la aplicación del talento humano para hacer herramientas. A las
23:59:35, las comunidades agrÃ-colas devienen en las primeras ciudades. Nosotros aparecemos tan tarde en el
calendario que nuestra historia solo ocupa los últimos segundos del último minuto del 31 de diciembre. En
el vasto océano del tiempo representado por el calendario, toda nuestra memoria se limita a este pequeño
cuadrado. Todas las personas que existieron vivieron aquÃ- dentro. Todo rey, batalla, migración e
invención, las guerras y los amores. Todo lo registrado sucede aquÃ- en los últimos 10 segundos del
calendario. Recién hemos despertado ante el gran océano de espacio y tiempo del que hemos surgido.
Somos el legado de 15 mil millones de años de evolución cósmica. Podemos elegir entre enriquecer la
vida y conocer el universo o dilapidar nuestra herencia autodestruyéndonos sin sentido. El primer segundo
del próximo año cósmico dependerá de lo que hagamos, aquÃ- y ahora con nuestra inteligencia y
conocimiento del Cosmos.
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