Economía migratoria José García Montalvo Profesor del departamento de Economía y Empresa Universitat Pompeu Fabra Un reciente informe de la Caixa de Catalunya señalaba que gracias a los inmigrantes el PIB español había crecido un 2,6% anual. Pero si los beneficios son tan grandes, ¿Por qué los ciudadanos consideran la inmigración como uno de los problemas más importantes? Una interpretación simplista es pensar que los ciudadanos son racistas. Pero la cosa no es tan sencilla. La inmigración tiene beneficios económicos pero también costes que los ciudadanos pueden percibir. Entre los beneficios, es innegable que la llegada de inmigrantes ha sido importante para el crecimiento económico de los últimos años. Pero de aquí al 2,6% del PIB hay un largo trecho. De hecho si los inmigrantes han venido es por que la economía española crecía muy rápido antes de su llegada y generaba una gran necesidad de empleo. Por tanto, ¿son los inmigrantes los que han aumentado el ritmo de crecimiento de la economía o la mejora económica la que ha atraído los inmigrantes? Un segundo beneficio es el posible efecto del mestizaje sobre los procesos de innovación productiva. En tercer lugar se señala que gracias a las aportaciones de los inmigrantes a la Seguridad Social se resuelve el problema de su insuficiencia. Finalmente, los últimos estudios señalan que, por el contrario de la ayuda oficial, las remesas que los inmigrantes envían a los países de origen favorecen su desarrollo. Pero la inmigración también tiene costes económicos. El gasto público en sanidad y educación tiene que aumentar sustancialmente. En segundo lugar la existencia de una mano de obra muy abundante mantiene bajos los salarios de todos los trabajadores y no solo de los inmigrantes. Asimismo los inmigrantes pueden aceptar condiciones laborales más precarias, lo que reduce el poder de negociación del resto de trabajadores. De hecho, a pesar de la baja tasa de desempleo actual, los ciudadanos perciben que el paro es un problema importante. La elevada temporalidad genera en los ciudadanos la sensación de que, aunque hoy trabajan, mañana pueden estar parados. En un plano más general, la abundancia de mano de obra poco cualificada impide el necesario cambio en el sistema productivo de una economía basada en los bajos costes a una economía moderna basada en la generación de alto valor añadido. Por último no son pocos los economistas que señalan que la inmigración solo resuelve momentáneamente el problema de la Seguridad Social. Si los inmigrantes se quedan a recoger sus pensiones el sistema acabará siendo insuficiente de todas maneras. Por otra parte la distribución de los beneficios y los costes también es importante para la percepción del ciudadano. Mientras las empresas se benefician claramente de una mano de obra abundante y barata, los trabajadores pueden entender que los inmigrantes reducen su capacidad para conseguir mejoras laborales. Por tanto la inmigración genera importantes beneficios económicos pero también algunos costes que afectan más a los ciudadanos que perciben rentas salariales y utilizan los servicios públicos de sanidad y educación.