Resumen del documento de posición de la OMS acerca de las vacunas antitosferínicas, 1 de octubre de 2010 El presente documento de posición de la OMS sobre las vacunas antitosferínicas sustituye al que se publicó en el Weekly Epidemiological Record en enero de 2005. Se presentan los adelantos recientes y las recomendaciones actuales de la Organización en el campo de la vacunación contra la tos ferina. También se incluyen referencias bibliográficas esenciales e hiperenlaces a una lista de referencias más completa, así como a unos cuadros de clasificación en los que se evalúa la solidez científica de algunas de las principales conclusiones. Bordetella pertussis causa aproximadamente 16 millones de casos de tos ferina y unas 195 000 defunciones cada año, principalmente de lactantes de los países en desarrollo. Durante los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, la incidencia de tos ferina en los países industrializados disminuyó un 90% gracias a la vacunación a gran escala. Actualmente, un 82% de los lactantes del mundo están recibiendo la serie primaria de 3 dosis de vacuna antitosferínica, que, según cálculos, en 2008 evitó unas 687 000 muertes. Hay dos tipos de vacunas antitosferínicas: las de células enteras, elaboradas con bacterias B. pertussis muertas, y las vacunas acelulares, preparadas con 1 a 5 componentes muy purificados de este microorganismo. Ambas suelen venir en una combinación fija con anatoxinas diftérica y tetánica (DTPe/DTPa); algunas combinaciones incluyen además otras vacunas (contra la poliomielitis, la hepatitis B y la infección por Haemophilus influenzae de tipo b). Después de administrar la serie primaria, las mejores vacunas de células enteras y acelulares muestran eficacias experimental y real semejantes (entre 80 y 90%) contra la tos ferina grave. Las vacunas de células enteras se acompañan con más frecuencia de reacciones adversas locales y generales, pero ambos tipos tienen un excelente historial de inocuidad con respecto a los efectos adversos graves, en particular los trastornos neurales. La finalidad principal de la vacunación antitosferínica es reducir el riesgo de tos ferina grave en la lactancia mediante una cobertura ≥ 90% a escala mundial con 3 dosis de vacuna de células enteras o acelulares de gran calidad. Se debe vacunar a todos los lactantes, incluso los seropositivos al VIH. La OMS recomienda que la primera dosis se administre a las 6 semanas de edad, y las posteriores entre las 10 y las 14 y las 14 y las 18 semanas de edad, dejando transcurrir entre ellas entre 4 y 8 semanas. La última dosis de la serie primaria debe haberse aplicado a más tardar a los 6 meses de edad. Actualmente, la OMS no recomienda la vacunación de los recién nacidos contra la tos ferina. Se recomienda aplicar una dosis de refuerzo a los niños entre 1 y 6 años de edad, de preferencia en el segundo año de vida. Cabe prever que la dosis de refuerzo brinde protección contra la tos ferina durante al menos 6 años. Las vacunas acelulares siguen siendo mucho más caras que las de células enteras; por lo tanto, por ahora no son asequibles para la mayor parte de los países en desarrollo. En los países donde una gran frecuencia de reacciones menores a las vacunas de células enteras representa un obstáculo para alcanzar una cobertura de vacunación elevada, las vacunas acelulares deberían sustituir a las de células enteras en los programas nacionales de vacunación. Intercambiar una vacuna de células enteras por una acelular, o distintas vacunas dentro de cada grupo, probablemente no altere la inocuidad ni la capacidad inmunógena. En este momento no hay datos suficientes que respalden la administración de dosis de refuerzo a adolescentes y adultos, ni tampoco la vacunación de las embarazadas y los contactos domésticos cercanos, con la finalidad de alcanzar la meta principal de reducir la frecuencia de tos ferina grave en los lactantes. Sin embargo, se alienta a los países donde se ha demostrado la presencia de la transmisión hospitalaria de la enfermedad a que pongan en práctica la vacunación antitosferínica del personal sanitario, prestando especial atención al que trabaja en los servicios de maternidad y pediatría, si ello es factible desde el punto de vista económico y logístico. La OMS alienta la realización de una vigilancia epidemiológica cuidadosa de la tos ferina, así como de estudios que comparen la incidencia por edad en los países que tienen normas diferentes con respecto a las dosis de refuerzo. 1