Un grupo de trabajo se definen como dos o mas individuos que interactúan y son interdependientes y que se han juntado para lograr objetivos particulares los grupos pueden ser formales o informales. Con grupos formales nos referimos, a aquellos definidos por la estructura organizacional, con unas asignaciones de trabajo diseñadas que establecen tareas. En estos grupos, los comportamientos en los que uno debería comprometerse están estipulados por y dirigidos hacia las metas organizacionales. Los seis miembros que forman una tripulación de vuelo son un ejemplo de un grupo formal. En contraste. Los grupos informales son alianzas que no están estructuradas formalmente ni determinadas por la organización. Estos grupos son formaciones naturales en el ambiente de trabajo que aparecen en respuesta a la necesidad de un contacto social. Tres empleados de departamentos diferentes que casi siempre comen juntos son un ejemplo de un grupo informal. Características Grupo de mando: Se determina por el organigrama de la organización. Grupos de tareas: Aquellos individuos que trabajo juntos para llevar a cabo una tarea de trabajo. Grupo de interés: Aquellos que trabajan juntos para lograr una meta específica en la cual cada uno está interesado. Grupos de amistad: Aquellos que se forman debido a que comparten una o mas características comunes. Grupo de trabajo: Es un grupo que interactúa principalmente para compartir información y tomar decisiones que ayuden a cada miembro a desempeñarse dentro de su área de responsabilidad. Un equipo de trabajo: Genera una sinergia positiva a través del esfuerzo coordinado. El resultado de sus esfuerzos individuales es el nivel de desempeño mayor que la suma de aquellas contribuciones individuales. Los equipos de trabajos auto dirigidos: Son grupos de 10 a 15 empleados quienes asumen la responsabilidad de sus antiguos supervisores. Equipos interfuncionales. Equipos del mismo nivel jerárquico, pero de diferentes áreas de trabajo, que se reúnen para llevar a cabo una tarea. Etapas de desarrollo de un grupo: Durante 30 años más, pensamos que la mayoría de los grupos seguían una secuencia específica en su evolución y pensamos que sabíamos cual era esa secuencia. Pero estábamos equivocados. La investigación reciente indica que no existe un patrón estándar en el desarrollo del grupo. En esta sección revisaremos el modelo mejor conocido de las cinco etapas del desarrollo del grupo y luego el mas recientemente descubrimiento de pasos en equilibrio. El modelo de las cinco etapas. Desde mediados de las década de los 60’s, se creyó que los grupos pasaban a través de una secuencia estandarizada de cinco etapas que son: Formación, tormenta, normatividad desempeño y movimiento. La primera etapa, la formación, se caracteriza por una gran cantidad de incertidumbre sobre el propósito, estructura y liderazgo del grupo. Sus miembros “prueban el agua” para determinar cuáles tipos de comportamientos son aceptables. Esta etapa termina cuando los miembros piensan de si que son parte de un grupo. La etapa de tormenta es la del conflicto al interior del grupo. Los miembros aceptan la existencia del grupo pero se resisten a las limitantes que este impone a la individualidad. Además hay conflicto acerca de quién controlara el grupo. Cuando esta etapa termina hay una jerarquía relativamente clara dentro del grupo. La etapa de normalización. Termina cuando la estructura del grupo se solidifica y este ha asimilado un conjunto común de expectativas que define lo que constituye el comportamiento correcto de sus miembros. La etapa de desempeño. En este punto, la estructura es funcional y aceptada por completo. La energía del grupo se ha transferido de conocerse y entenderse uno al otro, a llevar a cabo la tarea de que se trate. HABILIDADES Y ACTITUDES HABILIDADES: Parte del desempeño del grupo puede predecirse al evaluar la tarea relevante y las habilidades intelectuales de sus miembros. Las habilidades establecen los parámetros de lo que los miembros pueden hacer y que tan eficazmente se desempeñarán en un grupo. ACTITUDES: Los atributos que tienden a tener una connotación positiva en nuestra cultura, tienden a estar relacionados en forma positiva con la productividad del grupo, el cliente y la cohesión. Estos incluyen características como la sociabilidad, la valentía, y la dependencia. En comparación, las características con una evaluación negativa como el autoritarismo, la denominación y el oposicionismo, tienden a estar negativamente relacionadas con las variables dependientes, esas características de la personalidad afectan el desempeño del grupo influyendo fuertemente de manera en que el individuo interactuara con los otros miembros del grupo. Las actitudes de las personas dependen de su moral. La actitud es una posición o juicio de las personas frente a objetos, personas o situaciones que las predisponen a comportarse de sierta manera. Una moral alta va acompañada de una actitud de interés, identificación, aceptación, entusiasmo, impulso positivo en el trabajo y de la disminución de los problemas de supervisión y disciplina. La moral alta genera colaboración, porque se apoya en una base sicológica en que predominan el deseo de pertenencia a un grupo y la satisfacción de trabajar en este. La moral alta depende del clima de relaciones humanas que predomina en la empresa (en especial si la organización formal se ajusta a la organización informal), de la buena calidad delas comunicaciones y del nivel satisfactorio de supervisión. La moral baja va acompañada de desinterés, negación, rechazo, pesimismo o apatía en el trabajo y generalmente, trae problemas de supervisión y de disciplina. Por lo tanto, la moral es consecuencia del grado de satisfacción de las necesidades individuales. COMUNICACIÓN Es el intercambio de información entre personas. Significa volver común un mensaje o una información. Constituye uno de los procesos fundamentales de la experiencia humana y la organización social,. La comunicación requiere un código para enviar el mensaje en forma de señal (ondas sonoras, letras impresas, símbolos) a través de determinado canal (aire, alambre, papel) a un receptor que lo decodifica e interpreta su significado. La comunicación oral directa, es decir, conservación, emplea el lenguaje como código y lo refuerza con elementos de comunicación no verbales como (gestos, señales, símbolos). La comunicación interpersonal también puede intercambiar mensajes a distancia mediante la escritura, el teléfono o el internet. RELACIONES INTERPERSONALES AFECTIVAS La capacidad de comunicación interpersonal no debe medirse exclusivamente por el grado en que la conducta comunitaria ayuda a satisfacer las propias necesidades, sino también por el grado en que facilite a los otros la satisfacción de las suyas”. Las relaciones interpersonales constituyen, pues, un aspecto básico en nuestras vidas, funcionando no sólo como un medio para alcanzar determinados objetivos sino como un fin en sí mismo (Monjas, 1999). Por tanto, la primera conclusión a la que podemos llegar es que la promoción de las relaciones interpersonales no es una tarea optativa o que pueda dejarse al azar. Desde el campo psicoeducativo estamos viviendo un interés creciente por la llamada educación emocional. Autores como Gardner (1995) a través de las Inteligencias Múltiples y Goleman (1996) con su concepto de Inteligencia Emocional, han inclinado sensiblemente la balanza ante los aspectos emocionales del individuo. La extensa obra de estos y otros autores (Pelechano, 1984; Mayer, Caruso y Salovey, 1999) afirman con rotundidad que el éxito personal ya no depende tanto de nivel de inteligencia lógico-matemática como de las habilidades que el individuo tenga para manejar contextos interpersonales. Si esto es así, la consecuencia es clara: hemos de educar a las futuras generaciones en habilidades como la empatía, la resolución de conflictos interpersonales, el manejo de sus sentimientos y emociones, el control de la ansiedad, la toma de perspectiva y estrategias comunicativas, ya que les estaremos preparando para el éxito, entendido éste como un elemento que contribuye a una mayor calidad de vida. Según Bisquerra (1999) la educación emocional tiene como objetivo último potenciar el bienestar social y personal, a través de un proceso educativo continuo y permanente que aúne el crecimiento emocional y el cognitivo, porque ambos son necesarios para el desarrollo de la personalidad integral. De acuerdo con este autor, la educación emocional facilita actitudes positivas ante la vida, permite el desarrollo de habilidades sociales, estimula la empatía, favorece actitudes y valores para afrontar conflictos, fracasos y frustraciones y, en definitiva, ayuda a saber estar, colaborar y generar climas de bienestar social. Obviamente, todo lo anteriormente expuesto en términos generales para cualquier individuo, es igualmente válido para una persona con síndrome de Down. Los niños, adolescentes y jóvenes adultos con síndrome de Down se están incorporando paulatinamente a la sociedad con un papel activo: se incorporan a la escuela ordinaria, acceden al trabajo normalizado, frecuentan los espacios de ocio y deportivos del barrio, son consumidores de servicios de salud, cuidado personal y estética, participan en grupos parroquiales, etc. En definitiva, están normalizando su vida en los diferentes ámbitos o esferas que esta vida presenta. Esta realidad es tremendamente enriquecedora para las nuevas generaciones de jóvenes con síndrome de Down ya que les procura multitud de estímulos, nuevos modelos a imitar, mayores refuerzos... Pero esta misma realidad, a su vez, es muy exigente ya que le plantea al joven mayores retos: la necesidad de discriminar lo relevante de lo superficial, de reaccionar ante situaciones novedosas, de saber cuidar de sí mismo al disponer de mayores cotas de libertad y autonomía, etc. Comunicar sus necesidades con precisión, solicitar ayuda, manejar la ansiedad, tomar un papel activo, controlar su lenguaje, acomodar la forma de relación, aceptar la opinión del otro o saber convivir con compañeros de acuerdo con unas normas, se convierten para estos jóvenes en habilidades de supervivencia. PERTENENCIA En todas las edades el medio social tiene una influencia notable, pero el papel que tiene en la adolescencia es distinto, porque antes el sujeto estaba influido y determinado por él y tenía que someterse, pero sin ser consciente de ello, pues la sociedad era un hecho del que el niño no había tomado conciencia. En todo caso no podía cambiar mucho las cosas ni siquiera se lo planteaba. Ahora se da cuenta de la existencia de la presión social y además empieza a considerarse como actor. Por un lado toma conciencia de la existencia de la sociedad y además comprende que tiene que actuar en esa función, y se pregunta que hace allí y por que le toca hacer ese papel en una obra que no ha elegido. Eso puede provocar inadaptaciones y rechazos. La familia es el primer grupo al que pertenecemos. Pero a medida que vamos creciendo, nos vamos relacionando con otras personas y vamos formando parte de otros grupos: el grupo de amigos, el grupo de la clase, el grupo del club. ¿Qué es lo que caracteriza a un grupo? Que sus miembros tienen expectativas comunes, comparten gustos o preferencias, sus integrantes se reconocen como parte de él y a su vez, son reconocidos como tales por otras personas que no pertenecen a él. Esto significa que aquello que une a los miembros de un grupo, también los distingue de los demás.