4.3.4 Habilidades Conceptuales y de Diseño. Habilidades

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4.3.4 Habilidades Conceptuales y de Diseño.
Habilidades Conceptuales
Es la capacidad de ver la imagen del conjunto de reconocer los elementos
importantes en una situación y comprender las relaciones entre ellos.
Habilidades de Diseño
Es la capacidad para solucionar problemas en forma tal que la empresa se
beneficie. Para ser eficiente, en particular en los niveles organizacionales más
altos. Los gerentes deben estar en posibilidad de ser algo más que ver el
problema. Necesitan tener además la habilidad de un buen ingeniero de diseño
para encontrar una solución práctica para él.
Habilidad Conceptual. Es la capacidad para pensar en términos de modelos,
marcos de referencia y relaciones amplias, como en los planes estratégicos de
largo plazo.
La habilidad conceptual tiene que ver con ideas, mientras que la habilidad humana
se concentra en las personas y la habilidad técnica se refiere a las cosas.
Habilidades conceptuales:
Se basan en el pensamiento estratégico, con mucho análisis y creatividad, se
desarrolla sobre todo en la fase de preparación. Aquí se determinarán los
objetivos, las estrategias y tácticas, los poderes, etc. Cuanto mejor llevemos esta
preparación más garantía de éxito tendremos en posteriores fases. Los directivos
de las empresas son lo que acometen éstas laborales. Se refiere a las personas
que tiene buenas cualidades para planificar y ver de manera global el futuro.
Consiste en la habilidad para comprender las complejidades de la organización
global y en el ajuste del comportamiento de la persona dentro de la organización.
Esta habilidad permite que la persona se comporte de acuerdo con los objetivos
de la organización total y no apenas de acuerdo con los objetivos y las
necesidades de su grupo inmediato.
Habilidades conceptuales: clasificación, comparación, información general,
conceptos numéricos, procesos aritméticos y en serie.
habilidad que no se enseña sino que se manifiesta en situaciones reales como
parte del pensamiento creativo. A pesar de que el pensar y el hacer son
inseparables en la administración de empresas –ambos esenciales para
aprender–, en la educación actual se favorece la reproducción de fórmulas que
sustituyen la reflexión por la acción inmediata. Es fundamental que la academia
reconozca los diferentes estilos de aprendizaje y busque equilibrar el proceso
educativo con la inclusión en los currículos de actividades que enfaticen la
reflexión- análisis, para compensar la inclinación natural de los administradores de
empresas hacia la concreción-acción y así facilitar el desarrollo de habilidades
conceptuales. La empresa y la actividad administrativa esperan con gran
expectativa este nuevo profesional.
Habilidad en Diseño
El estudiante debe aplicar sus conocimientos con ayuda de las habilidades,
principalmente mentales, como se muestra en el siguiente ejemplo:
Suponga que está encargado de desarrollar un nuevo de sistema de control de
tránsito para una ciudad. Tal trabajo se realizará por medio de un proceso llamado
diseño, que es el procedimiento general por el que se convierte el enunciado vago
de lo que se desea en el conjunto de especificaciones de un sistema que sirva
para el propósito deseado. El diseño es la parte medular de la ingeniería; todo lo
que se efectúa para resolver un problema se hace mediante este procedimiento.
4.3.4. Habilidades conceptuales y diseño.
Habilidades conceptuales: se trata de las habilidades de pensar en términos de
modelos, marcos de referencia y relación de ideas. Es la capacidad para la
organización y elaboración de planes de acción en un grupo.
Habilidades conceptuales: Precisa de capacidad mental de analizar y
diagnosticar situaciones complejas
Dentro de esta educación, en especial para los administradores de empresas, se
considera de gran importancia el desarrollo de habilidades conceptuales. Según
los autores de libros de texto sobre administración, las habilidades conceptuales
comprenden la habilidad de ver una organización como un todo, de entender cómo
las partes se complementan y dependen unas de otras, cómo la organización se
relaciona con el medio externo y cómo los cambios en una parte afectan al resto.
Es muy importante que los administradores de una empresa entiendan el abanico
posible de relaciones internas y externas, el lugar evolutivo de la organización en
el tiempo, y tengan una comprensión lo más clara posible del panorama general,
pasado, presente y futuro.
El desarrollo de habilidades conceptuales forma parte de los avances
contemporáneos en la teoría de la administración del enfoque de sistemas y los
nuevos campos de la inteligencia llamada relacional. Los administradores
necesitan de una mentalidad estratégica para ser exitosos en el ambiente de
negocios actual. Deben ser capaces de recoger y procesar gran cantidad de
información, en la cual deben encontrar los hechos requeridos para tomar
decisiones exitosas. Adicionalmente, en esta era de cambio rápido, los
administradores deben ser creativos y recursivos para mantenerse adelante de la
competencia. Además, para sacar el máximo provecho de los recursos limitados,
deben ser capaces de balancear efectivamente la creatividad y la recursividad, y
de este modo, decidir cuando empezar desde cero o construir sobre lo que ya
existe.
Las habilidades conceptuales o de pensamiento incluyen:
• Pensar estratégicamente. Es decir, considerar un amplio rango de factores
internos y externos cuándo se resuelven problemas y se toman decisiones.
• Analizar los asuntos. Es decir, recoger información relevante sistemáticamente,
manejar las complejidades y percibir relaciones entre los problemas o asuntos,
buscar información de otros y usar una lógica precisa en el análisis.
• Usar un juicio sensato. Es decir, tomar decisiones razonables y a tiempo, tomar
decisiones en condiciones de incertidumbre.
• Innovar. Es decir, generar nuevas ideas, ir más allá del status quo, reconocer
la necesidad de enfoques nuevos o modificados, poner juntas las perspectivas y
enfoques y combinarlos de forma creativa.
“Hay muchas cosas que vendrán en los próximo 10 años que no podemos
anticipar, así que una de las mejores cosas que podemos hacer es enseñar a los
estudiantes métodos rigurosos de pensamiento acerca de nuevos problemas,
problemas no estructurados, con el tiempo, los buenos administradores de
empresas consiguen, mantienen y refuerzan la habilidad para conceptuar:
Se debería reconocer que la esencia de la actividad administrativa es la toma de
decisiones cuyo insumo básico es un intangible: la información, el cual,
debidamente procesado, soporta el ejercicio de la función gerencial para adoptar
lo que en “su concepto” se constituyen en las mejores decisiones y cursos de
acción. Es decir, un alto desarrollo de la habilidad conceptual. Tal habilidad
conceptualizadora se traduce en la capacidad para elaborar y relacionar ideas en
forma coherente, lógica y creativa; para diagnosticar posibilidades donde el común
de las personas sólo ve oscuridad y caos; para descubrir regularidades en
situaciones aparentemente confusas; para pensar en forma diferente pero
aterrizada a la realidad; para obtener conclusiones y derivar acciones cuyos
buenos resultados comúnmente se atribuyen a la buena suerte; para manejar con
sobriedad y destreza las posibilidades de la abstracción. En la práctica, cualquier
profesional capta rápidamente que los conocimientos aprendidos en los claustros
se tornan prontamente obsoletos, para descubrir que el resultado esencial de todo
su esfuerzo se concreta fundamentalmente en el desarrollo de la capacidad para
analizar y resolver problemas y mantenerse en una actitud de permanente
actualización y aprendizaje. En alguna medida, como se ha querido demostrar,
para mantenerse al día en términos de su habilidad conceptualizadora. Un nuevo
profesional que empieza a distinguir programas y universidades: Si aceptamos
que la habilidad conceptualizadora es el eje principal de la actividad de un
profesional en administración de empresas, habilidad que es dinámica y se debe
reforzar de continuo para mantenerla vigente, es menester que en todos los
niveles de educación se establezcan currículos que intencionalmente incluyan los
medios y métodos para desarrollarla entre los estudiantes. Una universidad será
competitiva no tanto en la medida que forme los profesionales que necesita el
mercado, sino en cómo los forma. Estos serían los verdaderos trabajadores de
conocimiento, no por lo que saben sino por la estructura mental con que cuentan
para encontrar significado y sentido al conocimiento. En el mundo de hoy las
disciplinas y carreras que no sólo están de moda sino que van ganando presencia
y terreno son aquellas que requieren más imaginación y reflexión. Dicho de otra
forma, las que exigen más criterios, mayor capacidad de juicio y más
competencias de pensamiento, es decir, competencias más amplias. Los
profesionales tradicionales van cediendo poco a poco el espacio a aquellos que
adquieren una formación general sólida y desarrollen competencias en campos
diversos, capaces de ser creativos, imaginativos, juiciosos (en el sentido de
manejar elementos de juicio consistentes) Aparte de los conocimientos
especializados y la formación integral o cultural, un buen administrador de
empresas requiere de tales habilidades conceptuales.
Para una empresa, el reclutar a una persona con estudios superiores para ocupar
un puesto de ejecutivo de segundo nivel significa contar con alguien que tenga por
lo menos tres cualidades: una cultura general amplia; haber adquirido
conocimientos teóricos, prácticos, específicos y de alto nivel, en un campo de
especialidad; y finalmente, tener una capacidad para pensar, es decir, modos de
razonamiento, lógicas de pensamiento, metodologías de investigación y aptitudes
para comprender el mundo que lo rodea. Existen algunas experiencias
académicas que demuestran que, modificando los métodos docentes didácticos y
pedagógicos, es posible estimular las habilidades conceptuales de los estudiantes
de cualquier nivel de formación, inclusive para cursos predominantemente
técnicos.
El aprendizaje pasivo no estimula el pensamiento creativo o crítico, y no participa
de la teoría de aprendizaje efectivo. En su lugar, comunica a los estudiantes que
hay sólo respuestas correctas o incorrectas, y que ser capaces de distinguir entre
ellas es la meta primaria de su educación. Consecuentemente, la estructura de la
educación debe remodelarse para animar no para desanimar el proceso de
aprendizaje participativo, el pensamiento lateral o derecho, pensamiento intuitivo y
conceptual, y la solución de problemas creativa y contextualmente. Basta mirar lo
que generalmente hacen las firmas internacionales de consultoría gerencial para
entender la trascendencia de la capacidad para conceptuar. Estas multinacionales,
básicamente, forman ejecutivos con agudas habilidades conceptuales para que
diagnostiquen las organizaciones y propongan soluciones a sus problemas a
cambio de elevados honorarios. Por supuesto, también cuentan con herramientas
y procedimientos técnicos, pero los aplican en el contexto de la empresa en
cuestión, no como fórmulas para universalizar.
La educación se refiere a aprender a pensar críticamente y las grandes firmas de
consultoría gerencial han ideado sistemas para desarrollar esa habilidad. Además
especializan a sus ejecutivos en análisis y síntesis, en tanto que la mayor parte de
los gerentes se especializan en lograr que las cosas se realicen. Si los gerentes
no han entendido las relaciones causales en una situación determinada, no sabrán
como usar correctamente las herramientas. Los mismos docentes se han
pronunciado en que una de las fallas de la enseñanza de la administración de
empresas radica en que los estudiantes no son estimulados a aprender por sí
mismos y a desarrollar la capacidad conceptual.
Los alumnos deben aprender a pensar por sí mismos y tener capacidad para el
análisis conceptual que les permita identificar problemas y aportar soluciones.
Resulta mucho más importante poseer la habilidad para descubrir o saber hallar
los datos que se necesitan, lograr la comprensión de la realidad, manejar
principios y no detalles cambiantes, tener la capacidad para descifrar y no
solamente repetir lo que otros dicen.
Hay teorías de moda, como reingeniería o calidad total, que tienen mucho que
aportar, pero para que ello sea efectivo y real, requieren de un análisis crítico y
adaptaciones a nuestro medio, es decir, se necesita la capacidad de generar
soluciones creativas, a partir de esquemas y procedimientos. Para Pérez (1995,
64), tampoco los conocidos cursos de Metodología de la Investigación parecen ser
garantía para el desarrollo de habilidades conceptuales y por el contrario, sólo han
llevado a que la aventura de descubrir sea monótona y difícil:
El dominio del mejor esquema de investigación y de sus técnicas no garantiza la
realización del proceso, pues se carece de lo fundamental, la capacidad para
interrogar la realidad. Lo que realmente importa en un ejercicio investigativo es la
posibilidad de identificar un problema, y la reflexión que este genere irá abriendo
caminos para poder examinarlo. En la formación de los administradores resulta
vital no sólo el uso de los recursos racionales y analíticos, sino también, el
desarrollo de habilidades relacionadas con los procesos de intuición y percepción.
Es común escuchar que los egresados de carreras técnicas no están capacitados
para asumir roles gerenciales por carecer de habilidades conceptuales o porque
“no les cabe la empresa en la cabeza”. Un objetivo primordial de la formación
profesional en administración de empresas será entonces acelerar el desarrollo de
habilidades en el estudiante para que actúe con madurez en situaciones reales de
negocios donde se comprometa su responsabilidad.
ENSEÑAR CONOCIMIENTOS Y APRENDER HABILIDADES
Aparte de la enseñanza de conocimientos especializados en administración de
empresas y su absorción por parte del estudiante, siempre ha sido materia de
reflexión el punto de si las habilidades realmente se pueden enseñar se concibe la
enseñanza en administración de empresas como un caso complejo: ¿Están las
escuelas de negocios entregando lo que el mundo de los negocios realmente
necesita? ¿Sabemos qué conocimientos y habilidades se requieren para ser un
administrador efectivo? ¿Pueden ser esos conocimientos y habilidades aprendidos
o sólo desarrollados donde ellos ya existen? ¿Si algunos de los requerimientos
pueden ser enseñados, cuáles son los métodos de enseñanza viables para asistir
a los estudiantes de administración en adquirirlos?
¿Quién es la persona más indicada para enseñar las habilidades y conocimiento
de un administrador efectivo? Las habilidades de la administración son aprendidas
cuando tres ingredientes se conjugan para crear una potente reacción.
La primera es una experiencia dentro de una organización. La segunda es una
curiosidad intelectual que conduce a un administrador a aprender de su
experiencia. La tercera – y aquí es donde entran las escuelas de administración –
es un medio que permita y estimule a los administradores a reflejar sus
experiencias y compararlas con las experiencias de otros. Es de interés recalcar
las instancias y conductas para el desarrollo de habilidades conceptuales que este
autor menciona: la experiencia organizacional o las situaciones reales de negocios
ya mencionadas, la búsqueda de sentido al interrogar la realidad, y la disposición
a confrontar nuestras percepciones.
Aprender es resolver activamente problemas y no la simple acumulación de
información. Lo importante es desarrollar habilidades para que el estudiante
aprenda a aprender, investigar, comunicarse, expresarse, escuchar, discutir,
innovar, razonar, descubrir, experimentar, actuar en grupo. Las habilidades
conceptuales forman parte de lo que se conoce como habilidades gerenciales, que
últimamente se han denominado como competencias directivas.
Estas –que se dividen en técnicas y directivas– son consideradas como
fundamentales para asegurar la competitividad de las empresas. Por otra parte, no
basta tener la buena voluntad de enseñar o querer transmitir algo útil si no existe
buena disposición y apertura de quien asiste a la academia, Volviendo a los
estudiantes de administración de empresas, en el desarrollo de los programas de
esta profesión se distinguen cuatro momentos históricos. El primer momento es la
educación en administración de empresas divorciada de la práctica de la
administración, la que se concebía como un conjunto de técnicas y habilidades
vocacionales. Un segundo momento es la educación en estudios de
administración de empresas como estudios liberales para realzar el entendimiento,
sin una presunción vocacional. Un tercer momento es la educación en
administración real, en la que se vinculaban la realidad de la práctica
administrativa y el estudio externo de la administración, de modo interdisciplinario.
Un cuarto momento, el actual, corresponde a la educación en administración de
empresas hacia el aprendizaje acción, que es el conocimiento incorporado a la
experiencia vivida por el estudiante, donde las teorías no producen
necesariamente por sí mismas transformaciones equivalentes en la práctica.
Existen muchos ejemplos de interacción empresa-universidad, tales como
ejecutivos invitados para dictar conferencias; visitas estudiantiles a instalaciones
industriales; programas de mentores que involucran ejecutivos de negocios y
estudiantes; programas de practicantes para estudiantes de administración de
empresas; y cooperación y compromiso a fondo entre las empresas y las escuelas
de negocios. Estas últimas son las que marcan la pauta actualmente.
CREATIVIDAD
Una de las habilidades de pensamiento que más buscan los empleadores y
emprendedores, cuando reclutan profesionales, es la creatividad. Las habilidades
conceptuales son parte esencial de la creatividad, entre las que se encuentran las
cuatro destrezas del pensamiento divergente: fluidez, flexibilidad, originalidad y
elaboración; además de otras capacidades tales como la sensibilidad a los
problemas, la redefinición y la regresión.
La creatividad es la capacidad del ser humano de producir resultados del
pensamiento, de cualquier género que estos sean, que son esencialmente nuevos
y que antes eran desconocidos a aquél que los ha producido. La creatividad tiene
dos componentes fundamentales: hereditario y ambiental, por lo que el alumno
debe ser considerado como individuo y como parte de un ambiente. En general se
consideran cinco grandes categorías como componentes de la creatividad.
La divergencia se manifiesta a través de cuatro tipos de destrezas:




Fluidez: de ideas, de asociación, de expresión.
Flexibilidad: de percepción, de cantidad y variedad de respuestas, de
tránsito de una categoría a otra.
Originalidad: de hacer asociaciones inusitadas, infrecuentes, inteligentes.
Elaboración: de completar detalles, de realización acabada.
También se incluyen otras capacidades adicionales como:



Sensibilidad a problemas: de detectar problemas en una situación dada.
Redefinición: de reestructurar percepciones, conceptos o cosas.
Regresión: de reír, imaginar, divertirse, jugar.
El recurso humano está compuesto por tres actores: administrativos, profesores y
estudiantes. El recurso material incluye infraestructura, equipo y materiales, así
como las condiciones financieras, temporales, medio adecuado y otros. La
normatividad comprende el conjunto de leyes, estatutos, códigos y reglamentos
que dirigen las interacciones de los elementos dentro del sistema educativo de
una institución. Éste es un nuevo criterio, muy prometedor en el campo de
redefinición de las funciones académicas, que debería ser contemplado en todo
trabajo de rediseño curricular universitario.
Las herramientas técnicas como grabaciones memorizadas son trucos que no
reemplazan la reflexión ni una buena educación administrativa. La fórmula es un
pobre sustituto de la reflexión. Se debería aprender a pensar críticamente con
análisis y síntesis como lo hacen las firmas de consultoría gerencial, porque sin
entender las relaciones causales no se sabrá usar correctamente las
herramientas.
Por ello se impone hoy sacar a los gerentes de las oficinas para enfrentar
problemas y oportunidades en los llamados thinkouts. Las organizaciones
aprenden si grupos de personas pueden aprender juntas. Se debe equilibrar el
pensamiento y la acción, puesto que son inseparables, y no buscar respuestas
con validez universal sino con validez específica para cada situación.
Probablemente dichos ejecutivos se habían formado como profesionales en
ambientes de aprendizaje que no estimulaban la reflexión y el discernimiento ni la
capacidad de analizar, interpretar, argumentar y proponer; es decir, el desarrollo
del pensamiento responsable e independiente.
La experiencia concreta se puede traducir en la palabra sentir, la conceptuación
abstracta en pensar, la experimentación activa en hacer y la observación reflexiva
en mirar. Para formar a todo tipo de estudiante, los profesores deberían explicar la
relevancia de cada tema nuevo (para los aprendices del tipo 1), presentar la
información básica y los métodos asociados con el tema (para los aprendices del
tipo 2), proveer oportunidades para practicar en los métodos (para los aprendices
del tipo 3), y animar la exploración de aplicaciones (para los aprendices del tipo 4).
Los gerentes de empresas suelen ser muy buenos en la experiencia concreta y la
experimentación activa. Sus fortalezas más grandes residen en realizaciones,
llevar a cabo planes, experimentar e involucrarse en nuevas experiencias. Para
equilibrar el proceso de aprendizaje de los actuales estudiantes de administración
de empresas se debe realizar un mejor esfuerzo por incluir actividades que
enfaticen la reflexión-análisis (abstracción), y así compensar la inclinación natural
de este tipo de profesional hacia la concreción-acción, además, de este modo se
facilita el desarrollo de habilidades conceptuales. Es decir, se trata de lograr que
los nuevos profesionales también sean idóneos en la observación reflexiva y la
conceptuación abstracta. Además, que fortalezcan la habilidad imaginativa, que
sean capaces de mirar situaciones concretas desde muchas perspectivas, de
generar ideas y de razonar inductivamente por medio de la asimilación de
observaciones dispares que los capaciten para proponer explicaciones integrales.
La educación en administración de empresas sólo podrá ser mejorada
combinando e integrando los estilos de aprendizaje de la concreción-acción con
los de la abstracción-reflexión.
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