Emelina Fernandez

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IV CONGRESO PARA EL ESTUDIO DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS
MUJERES
EL IMPACTO DE LAS TICS
Sevilla, 25 y 26 de noviembre de 2013
Buenas tardes,
En primer lugar, quiero agradecer a la Consejería de Justicia e Interior y
a la Dirección General de Violencia de Género y Atención a las Víctimas de la
Junta de Andalucía, la invitación a participar en este congreso sobre el impacto
de las nuevas tecnologías de la comunicación en la violencia que sufren las
mujeres.
Estoy segura de que todas las cuestiones a abordar en estas dos
jornadas de Congreso incidirán de forma satisfactoria para seguir avanzando en
la igualdad de género y, muy especialmente, en combatir las agresiones contra
las mujeres y sus terribles consecuencias.
¿Porque está el Consejo Audiovisual de Andalucía hoy aquí?
Principalmente porque la Ley 13/2007, de 26 de noviembre, de medidas de
prevención y protección integral contra la violencia de género nos encomienda
la adopción de medidas sobre los medios audiovisuales para que traten y
reflejen esta lacra social en toda su complejidad.
Además esta Ley recomienda a los medios de comunicación promover
mecanismos de autorregulación que garanticen la adecuada difusión de las
informaciones relativas a la violencia machista, de acuerdo con los principios de
la ética periodística.
También deben favorecer la difusión de información sobre la protección a
las mujeres, sobre los recursos que están a disposición de aquéllas, así como de
las campañas de sensibilización, y hacerlo en diferentes horarios de forma que
pueda ser visto por toda la población.
Pues bien, el Consejo Audiovisual es el garante para que se cumplan
estos mandatos que dicha Ley encomienda a los medios y además, nos habilita
para asegurar que éstos no difundan contenidos, no emitan espacios o
publicidad sexista, discriminatoria, vejatoria, estereotipada o que justifique,
banalice o incite a la violencia de género.
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Se trata de una lucha que, en nuestro caso, se realiza en un sector en el
que el desarrollo tecnológico ha tenido un enorme peso. La población puede
disponer de la información de forma inmediata y a través de cualquier soporte.
En este escenario el legislador va un paso por detrás de la vanguardia
tecnológica, lo que pone en riesgo la adecuada defensa de los derechos de la
ciudadanía en el marco de los medios de comunicación
De ahí la reiteradas reclamaciones que desde el Consejo venimos
apelando para que Andalucía se dote de una Ley audiovisual propia con el
objetivo de desempeñar correctamente nuestras funciones, entre ellas velar
por un correcto tratamiento informativo de la violencia de género.
Quiero en primer lugar aludir a unos hechos relevantes. Un día como
hoy de 1960 –como muchos de ustedes ya sabrán-, fueron asesinadas en la
República Dominicana las tres hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María
Teresa, mujeres ilustradas que mostraron interés por el estudio desde muy
jóvenes y que tuvieron la gallardía de plantarle cara la dictadura de Trujillo. Lo
pagaron caro.
Más de medio siglo después, en Pakistán, el miembro de un grupo
terrorista vinculado a los talibanes abordó el autobús escolar en el que viajaba
una niña de 11 años junto a sus compañeros. Disparó a la pequeña con un
fusil, haciendo blanco en la cabeza y en el cuello.
Una operación quirúrgica salvó su vida entonces, pero un portavoz del
grupo terrorista afirmó que intentarán matarla de nuevo. Pero eso no asustó a
Malala, que el pasado miércoles recogió en Estrasburgo el premio Sájarov a la
Libertad de Conciencia 2013 en reconocimiento a su defensa del derecho de las
niñas a ser educadas.
Ambos casos encierran lo mejor y lo peor de nuestra historia. Por un
lado, la voluntad firme de mujeres fuertes dispuestas a aprender, a crecer, a
hacer de este mundo un lugar más libre; y, por otro, la brutalidad que las
detiene en seco, la vergüenza de una violencia ancestral con raíces muy
profundas.
La esperanza se bate con el horror que se perpetúa en el tiempo y que
cuestiona el viejo sueño de progreso que acompaña al ser humano casi desde
sus orígenes.
Ha pasado más de medio siglo y, por desgracia, aún no hemos logrado
convivir de una forma igualitaria, aún hay mujeres que pagan con su vida el
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pecado de ser mujer, aún persiste un tumor que pudre los tuétanos de nuestra
sociedad: la violencia machista y su onda expansiva, el miedo.
Y donde hay miedo, no hay libertad. Sí, también en España hay miedo,
no hace falta buscar en el Caribe o en Pakistán. Nuestra sociedad está aquejada
de esta enfermedad y los medios de comunicación juegan sin duda un
importante papel. Éstos tienen una reconocida misión formativa y a ella
apelamos una y otra vez desde el Consejo Audiovisual desde distintos planos de
nuestras actuaciones
Precisamente fueron los medios de comunicación, los testigos de un
hecho que en mi opinión despertó uno de los mayores rechazos sociales contra
el maltrato machista. Sucedió en 1997 en unos momentos donde la sociedad no
estaba todavía suficientemente sensibilizada con esta cuestión.
Me refiero a Ana Orantes que acudió a un programa de Canal Sur
Televisión para relatar el infierno que vivía, un dramático testimonio televisivo
de los malos tratos sufridos durante 40 años, una mujer humilde de un pueblo
granadino.
Como saben, a los pocos días, su ex marido acabó con su vida. Me
permito, con la congoja que sigue dándome ver estas imágenes, recordar un
fragmento de la misma.
La repercusión de este crimen machista fue enorme debido a la crudeza
de su testimonio televisivo en el que seguramente muchas mujeres se vieron
identificadas, y tantas otras personas reconocieron esta situación como algo
común, no como un suceso aislado.
Supuso un antes y un después en la concienciación social sobre este
problema generalizado, y nos da una medición del rol que pueden desempeñan
los medios de comunicación y de la influencia que estos ejercen sobre la
sociedad, sobre la opinión de la ciudadanía.
Otro suceso que indudablemente recordarán, y que tuvo también gran
repercusión mediática fue el asesinato de una menor en El Salobral (Albacete).
Este crimen de violencia de género se produjo en octubre del pasado año y
también conmocionó a la opinión pública.
A sus trece años, la menor asesinada se convirtió desgraciadamente en
la víctima de violencia machista más joven del país. La edad de su agresor, 39
años, suscitó una gran controversia sobre la consideración jurídica que en
nuestra legislación tienen las relaciones sentimentales o sexuales entre
menores y adultos.
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Como consecuencia del interés suscitado en los medios de comunicación,
el Consejo Audiovisual decidió examinar el tratamiento televisivo del caso. Se
analizaron 67 horas de programación de un total de 40 programas: 25
informativos y 15 magazines.
Constatamos que algunos programas televisivos vulneraron derechos
fundamentales de la víctima y su familia. Se explotó impunemente su
sufrimiento con fines comerciales, bajo el pretexto de satisfacer el derecho a la
información de la ciudadanía.
Se difundieron rumores y conjeturas sobre la vida íntima de las personas
implicadas directa o indirectamente, desprotegidas e indefensas frente a
comportamientos mediáticos abusivos, que difícilmente pueden ampararse en el
derecho a las libertades de información y de expresión.
Se vertieron afirmaciones que como podrán comprobar en el siguiente
video de poco o nada sirven para sensibilizar o promocionar la lucha contra la
violencia machista.
Como ven el comportamiento de los magacines de las televisiones
privadas fue totalmente contrario a las pautas recomendadas para abordar la
violencia de género. Se recurrió a actores ocasionales, allegados, testigos o
vecinos de las víctimas, como primera fuente para ilustrar o explicar la noticia.
La mayor parte de las televisiones analizadas se convirtieron en
portavoces de la familia del asesino confeso y de sus interpretaciones sobre lo
sucedido.
Difundieron, la imagen de la menor sin pixelar, información sobre su vida
privada, no siempre contrastada, así como opiniones y juicios negativos,
consiguiendo centrar el debate sobre las circunstancias personales de la menor
y de su familia.
Los resultados de este informe fueron remitidos al Parlamento, al mismo
tiempo que solicitamos que abriera un debate sobre cómo los medios deben
tratar este tipo de sucesos ante los graves incumplimientos detectados.
Estamos volviendo a la idea del crimen pasional, de los celos, del
asesinato por amor, de la culpabilidad de ella porque lo volvía loco, en definitiva
todas ellas excusas para justificar unos crímenes sin justificación alguna.
Por todo ello, este es el tercer año que el Consejo realiza un seguimiento
específico del tratamiento que los medios de comunicación hacen de la
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violencia de género, y en concreto en los informativos de las televisiones
públicas andaluzas.
Los datos que a continuación les voy a presentar corresponden al último
del año 2012.
Para la elaboración de este documento, se analizaron 3.200 horas de
informativos y más de 140.200 noticias emitidas el pasado año.
Las televisiones analizadas fueron la desconexión andaluza de La 1 (TVE), los
dos canales de la RTVA, incluidas sus ocho desconexiones provinciales, y en
diez televisiones municipales (Fuengirola TV, Giralda Digital, Huelva TV,
Interalmería, Onda Azul, Onda Cádiz, Onda Jaén, Onda Jerez, Telemotril y
TG7).
Del análisis realizado el Consejo ha detectado algunos síntomas o derivas
informativas que requerirían de cierta reflexión por parte de los profesionales
de la información, los empresarios y demás agentes del sector.
En primer lugar existe una preocupante pérdida de pulso en la
relevancia informativa que se otorga al maltrato machista en nuestras
televisiones.
En concreto, en el año 2012 ha habido un importante descenso del
número de noticias con relación al año 2010, lo que significa que si ese año el
porcentaje de noticias relacionadas con la violencia de género con respecto al
total fue de un 1,17%, ese porcentaje se vio mermado el pasado ejercicio hasta
quedar en un 0,7%.
En los dos últimos años, el número de noticias de violencia de género ha
descendido un 15%, un dato inquietante, si bien hay que precisar que durante
el año 2012 se registraron menos asesinatos de mujeres a manos de sus
parejas o ex parejas que el anterior.
Asimismo, la irrupción de otros asuntos en la agenda informativa, como
la crisis económica, el desempleo, las medidas de ajuste o las elecciones
autonómicas, desplazaron en 2012 la presencia de las noticias sobre la violencia
de género respecto de ejercicios anteriores, al situarse en el séptimo tema en
importancia frente al tercer lugar registrado en 2010.
El Consejo Audiovisual de Andalucía ha valorado positivamente en años
anteriores la tendencia de las televisiones públicas a dar relevancia en su
parrilla informativa a la violencia de género, sobre todo cuando se informa de
las víctimas.
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Sin embargo, no sólo hay menos noticias sobre violencia de género, sino
que estas informaciones están perdiendo puestos en las escaletas de los
informativos y cada vez más se relegan a posiciones secundarias.
En 2012, el 25% de las informaciones sobre violencia de género se
emitió como primera, segunda o tercera noticia. En 2011, la cifra era del 40%.
Hay que precisar que parte de este brusco descenso podría estar
causado por la notable bajada, un 50%, que registró el número de víctimas
mortales en Andalucía el pasado año, máxime si tenemos en cuenta que el 61
% de las noticias sobre violencia de género que abre los informativos está
relacionado con asesinatos.
Esta pérdida de tensión informativa también se refleja en el periodo
que se ofrecen. En años anteriores, había dos picos que coincidían con el 8
marzo y el 25 de noviembre, sin embargo ahora hay un solo pico y el 44%
las noticias están relacionadas con la celebración del día de la violencia
género.
en
de
de
de
Cada vez hay menos noticias, están más relegadas y, además, duran
menos. Las noticias sobre violencia de género son un 22% más breves que
otras informaciones.
Como media, una noticia en un informativo de televisión dura 83
segundos, sin embargo, las informaciones que hablan sobre violencia de género
duran 65, y las noticias que informan de episodios concretos de violencia de
género duran 46 segundos.
Dato este último muy preocupante, sobre todo cuando se está
recomendando a los periodistas que en este tipo de noticias se realice una labor
pedagógica, lo que con esta duración resulta verdaderamente muy difícil, por
no decir imposible.
Como ya ha señalado el Consejo en sus recomendaciones, la violencia de
género debe presentarse siempre como un proceso progresivo que lleva desde
el insulto y un primer golpe hasta el homicidio o el asesinato.
Esto no significa que todos los casos recorran el mismo camino, pero sí
que todos los que llegan a una agresión grave lo han recorrido.
Todos sabemos que existe una bolsa de malos tratos que no aflora,
como demuestra la inexistencia de denuncia previa en la mayor parte de las
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agresiones mortales. Por eso es importante aportar a las víctimas vías
comunicación, puntos de contacto para poder salir del infierno en el que viven.
En este informe, por primera vez, se analiza si de manera verbal o en
pantalla se difunde algún teléfono de atención a las víctimas en aquellas
informaciones relacionadas con episodios de violencia de género.
En concreto, se analizaron 385 noticias y el resultado es que el teléfono
se ofrece en una media del 22% de las noticias.
La RTVA informa del teléfono 900 200 999 en un 31% de las piezas,
RTVE informa del 016 en un 15% y de las 22 informaciones de las televisiones
locales estudiadas, solo en una se ofreció el teléfono 016 (Onda Jerez).
Quiero hacer un puntualización respecto al teléfono de atención a las
víctimas. Desde el Consejo, no consideramos adecuada la coexistencia de dos
números de teléfono, como pueden comprobar un 900 de atención a la mujer
en Andalucía del IAM y otro nacional, el 016.
Sin entrar a valorar las características de cada servicio, consideramos
más apropiada la utilización en los medios de comunicación del 016,
básicamente por la facilidad de memorización y por equiparación con el resto
del territorio nacional.
Ya trasladé esta recomendación al grupo de trabajo para la revisión de la
situación y medidas para la promoción de la igualdad de género y contra la
violencia de género en Andalucía creado en el seno de la Comisión de Igualdad
del Parlamento.
Otra de las prácticas detectadas y denunciadas por el Consejo
Audiovisual desde 2010 -y que prevalece en 2012- es el recurso a actores
ocasionales (allegados, testigos o vecinos de las víctimas) como primera fuente
para ilustrar o explicar las noticias sobre casos de agresiones machistas.
Un recurso fácil y barato, derivado de la inmediatez que requiere
actualmente la información y que normalmente tan solo aporta morbo y
espectacularización de los hechos narrados. Estas fuentes no cualificadas
representaron el 31% del tiempo de voz en los informativos de la RTVA y el
25% en las noticias de La 1.
En contraposición a estos porcentajes, las voces expertas – personal
médico, psicológico, forenses, juristas o de los servicios sociales- acapararon el
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9,5% del tiempo de palabra en los informativos de Canal Sur TV y 3,6%
mucho menos en La 1. En todo caso, su relevancia está por detrás de los ya
mencionados actores ocasionales y de los representantes institucionales, que en
suma copan la mitad del tiempo de voz.
Como conocen, los testimonios y declaraciones de personas expertas en
las informaciones sobre violencia de género proporcionan otra dimensión del
relato acorde con la proporción real del problema, y contribuyen además a
ayudar a las víctimas.
Otro aspecto a destacar es una escasa presencia de responsables de la
Administración de Justicia, sólo relevante en los informativos autonómicos de la
RTVA (5% de las intervenciones).
Del mismo modo se detecta una ausencia absoluta de voces del ámbito
religioso. Paradójicamente encontramos a la Iglesia muy presente en otros
debates como en la educación y otras cuestiones, que en mi opinión, se
escapan de su campo de acción. Me resulta cuanto menos extraño la
inexistencia de rechazo de la violencia de género por parte de las autoridades
religiosas.
En los telenoticiarios regionales resulta asimismo significativa la ausencia
de portavoces de los partidos políticos, que como promedio ocupan el tercer
lugar en volumen de intervenciones en el resto de las noticias.
También me gustaría subrayar que la presencia de testimonios
masculinos en este tipo de informaciones es cada vez menor. Si en 2011 se
situaron en el 35% de las voces, en 2012 este porcentaje descendió al 25%.
Esta deriva fomenta la impresión de que la violencia de género es un
problema solo de las mujeres, circunstancia que se ve reforzada si se atiende al
mensaje de las campañas institucionales difundidas por los medios, enfocadas
casi exclusivamente a la mujer como víctima.
La excepción en este caso se encuentra en La 1, donde el 45% de los
testimonios fueron de mujeres y el 55% de hombres.
La invisibilidad de testimonios masculinos
violencia de género contrasta con lo que ocurre
caracterizadas por la infrarrepresentación de las
describir los asuntos de actualidad relacionados con
empleo, el deporte...
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en la información sobre
en el resto de noticias,
mujeres para explicar o
la economía, la ciencia, el
A todo esto hay que añadir que la gente joven no está vacunada contra
este virus. Es más, se producen repuntes en ciertas estadísticas que no resultan
especialmente halagüeños de cara un futuro a medio y largo plazo. Seis de
cada diez chicas reconocen, según un estudio de la Delegación del Gobierno
para la Violencia de Género, recibir mensajes con insultos de sus parejas, ex
parejas o amigos de su entorno.
En este sentido, la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales
acaba de anunciar que reforzará su programa de Atención Psicológica a las
Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género, dirigido a
adolescentes de entre 14 y 17 años, ante el aumento de casos detectado entre
las mujeres más jóvenes.
En lo que va de año, el 30 por ciento de las víctimas mortales de
violencia machista en Andalucía han sido menores de 30 años. Desde 2009, se
detecta un progresivo aumento de víctimas mortales en los tramos de edad de
menos de 20 años (del 0 % del total de víctimas en 2009 al 3,8 % en 2013) y
de 21 a 30 años (del 19,6 al 25 %).
Ya he comentado que el Consejo Audiovisual de Andalucía ha puesto de
manifiesto en sus informes y decisiones que los medios de comunicación y la
publicidad son instrumentos estratégicos para mejorar la información y la
sensibilización hacia la violencia de género, así como para conseguir un cambio
en el modelo de relación social entre hombres y mujeres que permita consolidar
la igualdad.
Lo mismo opina el 95% de la población que considera a los medios como
u vehículo de información fundamental sobre la violencia de género. Además, el
85% de la ciudadanía conoce este problema a través de la televisión y la radio.1
Estos datos, extraídos IV Informe anual del Observatorio estatal de
violencia de género constatan el papel fundamental de los medios a la hora de
concienciar a la sociedad sobre la profundidad y complejidad de este problema
social.
A pesar de todo lo expuesto, desde el Consejo Audiovisual nos negamos
en rotundo a fomentar cualquier tipo de derrotismo en esta lucha que a todos
nos afecta. Aunque haya caído a un séptimo puesto, la violencia de género
sigue teniendo una relevancia informativa relativamente importante.
1
Estos datos se han extraído del IV Informe anual del Observatorio estatal de violencia de género,
publicado en noviembre de 2011, que incluye los resultados de una encuesta general y otra específica
realizada a profesionales de los medios.
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Lo prioritario es poner freno a esa tendencia a la baja, reflexionando
conjuntamente sobre por qué se están produciendo estos retrocesos, por qué
ha disminuido durante los últimos años la tensión informativa con respecto a la
violencia de género.
Podríamos empezar, por ejemplo, incitando a los medios a realizar un
esfuerzo para informar sobre el teléfono 016. Hay que dar pasos concretos y
factibles que nos ayuden a confiar en que podemos ganar esta guerra, aunque
irremediablemente se pierdan dolorosas batallas individuales.
Cabe también reiterar, una vez más, la revisión del Código de
Autorregulación de contenidos televisivos e Infancia del año 2004, dado el
aumento en un 30% de denuncias relacionadas con menores de edad,
comprobándose que estos menores, educados en igualdad, reproducen
modelos y conductas machistas y violentos que se emiten en programas de
televisión.
El Consejo Audiovisual viene reclamando la actualización de los criterios
orientadores por los que se califican los contenidos en función de las edades a
las que están dirigidos. Sobre todo, teniendo en cuenta lo dispuesto en las
leyes de igualdad y de violencia de género, que son posteriores a la aprobación
del Código.
Además, la Ley General de la Comunicación Audiovisual ha añadido,
junto a la pornografía y la violencia gratuita, la prohibición de emitir en abierto
programas que incluyan escenas de maltrato o violencia de género.
En este punto quiero que vean un video que luego comentaremos.
La imagen de Diego Pastrana, detenido y esposado, salió en
prácticamente todos los medios de comunicación. Fue acusado inmediatamente
por los medios de comunicación de haber abusado y matado a una niña de 3
años, hija de su pareja Se difundieron los más insignificantes y morbosos
detalles de su vida privada, un día antes del resultado de la autopsia de la
pequeña, su rostro fue portada del periódico ABC bajo el titular “La mirada del
asesino de una niña de tres años”.
Al día siguiente, la autopsia determinó que todo había sido un error en el
diagnóstico inicial del hospital. El dictamen fue concluyente: ni la menor había
sufrido abusos sexuales, ni las marcas que presentaba su cuerpo eran producto
de la violencia, sino que todo se debía a una caída fortuita.
Sin embargo, el daño ya estaba hecho. Lo mismo le ocurrió a Dolores
Vázquez que fue injustamente condenada no solo por el jurado popular que
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emitió el veredicto, sino por toda una sociedad que durante días había recibido
información sobre su vida, carácter, usos y costumbres. Los medios habían
informado sobre hechos absolutamente irrelevantes para la resolución del caso,
pero que sin embargo sirvieron para que el jurado popular llegase viciado al
momento de emitir un veredicto carente de fundamento, preconcebido y
aprendido de antemano.
Lo cierto es que Dolores Vázquez fue durante mucho tiempo el foco de
todas las críticas periodísticas, fue un claro ejemplo de linchamiento social y sin
embargo cuando se demostró que nada tenía que ver con el dramático suceso
por el que había estado 17 meses en prisión, nadie asumió su error
Por todo esto, ante vulneraciones deontológicas como las que les he
mostrado, desde el Consejo Audiovisual hemos impulsado, en colaboración con
el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y el Colegio de Periodistas, una
Guía para el tratamiento informativo de los procesos judiciales, publicación que
tiene un apartado dedicado expresamente al tratamiento de la violencia de
género.
En esta guía, se describen los conceptos que nuestra legislación (la
andaluza y la nacional) ofrece sobre este tipo de violencia y se recomienda
extremar el cuidado a la hora de ofrecer la información cuando la víctima de
una agresión es una mujer y se ignoran las circunstancias de su muerte.
Si bien es cierto que cada vez son menos quienes justifican el ejercicio
de un control violento sobre sus parejas, no lo es menos que en amplios
sectores de población se ha terminado por asumir esta forma de violencia como
un mal endémico que aparece con cierta periodicidad en los medios de
comunicación.
No se pueden estandarizar las noticias de crímenes de violencia de
género como si se rellenase una plantilla.
Sin darnos apenas cuenta, se va extendiendo una cierta resignación, una
especie de fatalismo colectivo que parece decirnos que, hagamos lo que
hagamos, las mujeres seguirán sufriendo la violencia de sus parejas y ex
parejas, desde los primeros insultos y amenazas a los brutales asesinatos que
saltan cada semana a los informativos nacionales.
Debemos negarnos rotundamente, no podemos caer en esa fatídica
rutina, porque el precio de nuestra indiferencia es demasiado caro. Además,
nadie está libre por completo de esta plaga, pues no sólo nos atañe por una
simple solidaridad de especie, sino que ninguno de nosotros está blindado por
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completo contra ella y puede sacudir nuestro entorno más íntimo o cercano
cuando menos lo esperemos.
Tengamos presente, que una de las características de este mal es que a
menudo discurre subterráneo, clandestino, sólo visible en el corazón aterrado
de las mujeres y menores que lo padecen.
De la misma forma que no sólo educa la escuela, sino que la formación
de un ciudadano corresponde también a su familia, a los medios y al conjunto,
en fin, de la sociedad, tampoco podemos dejar la lucha contra la violencia de
género exclusivamente en manos de la Administración o de los jueces.
Mientras no comprendamos que esto es un problema de todos y que
todos tenemos que contribuir a su erradicación, la solución seguirá siendo una
utopía.
Los órganos reguladores seguiremos trabajando para que una
problemática tan grave sea tratada adecuadamente por televisiones y radios,
por supuesto, pero demos un paso más y desterremos el machismo del que se
nutre la violencia contra las mujeres, hagamos que en nuestra comunidad, en
nuestra ciudad, en nuestro barrio, en nuestra casa… se respire un saludable
aire de igualdad.
Los medios, al fin y al cabo, reflejan lo que una sociedad es, cuáles son
sus valores y su realidad. Por eso, hoy más que nunca, son necesarios unos
medios públicos que traten y reflejen la violencia de género en toda su
complejidad.
Sólo si nos rebelamos como una sola voz contra la macabra cadencia de
los asesinatos de género podremos, algún día, ver los informativos de cada
semana sin sentir el dolor y la vergüenza de un fracaso imperdonable. Sólo así
habrá esperanza, no sólo para las víctimas, sino para nosotros mismos como
sociedad.
Muchas gracias
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