DEPRESION, DEMENCIA E INSOMNIO EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON Dra Verónica Domingo García. Hospital Gregorio Marañón. La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurológica más frecuente (después de la enfermedad de Alzheimer) y la más común de las del sistema extrapiramidal. Este sistema se ocupa del mantenimiento de la postura del cuerpo y extremidades, la producción de movimientos espontáneos (como el parpadeo) y la producción de movimientos automáticos que acompañan a un acto motor voluntario (mover los brazos adelante y atrás al andar). La enfermedad se caracteriza por presentar bradicinesia (lentitud con la que se realizan los movimientos, consecuencia de la pérdida de movimientos espontáneos y automáticos), temblor de reposo, rigidez y alteración postural. Se trata de una enfermedad crónica y progresiva, que gracias al tratamiento médico, ha conseguido retrasar su evolución y mejorar la calidad de vida de los enfermos. Las alteraciones del comportamiento en relación con la enfermedad de Parkinson están poco estudiadas, cobrando especial relevancia en los últimos años cuando la evolución de la asistencia sanitaria lleva a preocuparse no sólo del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades sino de la salud general y el bienestar físico mental y social de los pacientes. DEPRESION Y PARKINSON: La relación entre las enfermedades crónicas y la depresión es compleja, más aún cuando dichas enfermedades, como es el caso de la enfermedad de parkinson, originan discapacidad. No existen estudios suficientemente fiables que relacionen la depresión con estadios más avanzados de la enfermedad o mayor situación de dependencia, por lo que se pone en duda que la depresión en la enfermedad de parkinson sea una reacción a la enfermedad. Distinguir que la depresión es un síntoma de la propia enfermedad y no sólo una reacción a ella tienen importantes implicaciones en el tratamiento y en la aceptación de los síntomas por el propio paciente y su entorno. Se considera que la depresión es la alteración neuropsicológica más frecuente en la enfermedad de Parkinson. Las frecuencias de los distintos estudios hablan de entre un 25 y 70% de depresión entre los pacientes con enfermedad de Parkinson. Parece que puede existir un predominio de depresión en la mujer. No se ha encontrado relación con la edad, ni con la duración de la enfermedad. Algunos autores han relacionado el antecedente de depresión previo al inicio de la enfermedad con el desarrollo de trastornos del ánimo después del comienzo de la misma. También parece más frecuente en los casos de enfermedad de parkinson en los que predomina la bradicinesia y la rigidez. Respecto a los síntomas, varios estudios han intentado encontrar características típicas de la depresión en la enfermedad de parkinson y refieren que suele cursar con tristeza pero sin el sentimiento de culpa o de fracaso que puede aparecer en otras depresiones. Así mismo parece que tiene un importante componente de ansiedad y una baja tasa de suicidio. Aproximadamente la mitad de los pacientes de enfermedad de Parkinson con depresión cumple criterios de depresión mayor y la otra mitad de distimia o depresión menor. El tratamiento farmacológico, siempre bajo prescripción médica, consiste en antidepresivos tricíclicos en jóvenes y Velanfaxina en ancianos. DEMENCIA Y PARKINSON Las primeras referencias sobre enfermedad de Parkinson resaltaban la sintomatología motora sin considerar cambios mentales asociados. Posteriormente se ha descrito un déficit visuespacial y alteración de la capacidad de evocación. Sin embargo, la frecuencia de demencia en pacientes con enfermedad de Parkinson es también controvertida. Como en el caso de la depresión, la dificultad está en distinguir si es parte de la enfermedad, pero además, en el caso de la demencia, se añade la dificultad de que algunos tipos de demencia como la enfermedad de Alzheimer o la demencia por cuerpos de Lewy, pueden presentar síntomas comunes a la enfermedad de Alzheimer como bradicinesia, rigidez y alteraciones posturales. Lo que es evidente es que la demencia en la enfermedad de parkinson es más frecuente en los enfermos de mayor edad, y particularmente en la enfermedad de Parkinson de inicio tardío. Aunque hay datos muy distintos, en los estudios poblacionales se habla de un 25-30% de prevalencia de demencia en enfermos de Parkinson. Los estudios centrados en demencia en la población general encontraron que el 4% de los casos de demencia tienen relación con la enfermedad de Parkinson. El tratamiento no farmacológico es similar a deterioros cognitivos de otro origen, pero no hay tratamiento farmacológico específico (como sí lo hay para la enfermedad de Alzheimer). En las demencias de enfermos con enfermedad de Parkinson que presentan trastornos del comportamiento es importante elegir fármacos que no aumenten la sintomatología parkinsoniana como son los neurolépticos atípicos. Los pacientes con enfermedad de Parkinson y depresión tienen puntuaciones inferiores en las pruebas neuropsicométricas en relación a los pacientes con enfermedad de parkinson sin depresión, sin que se pueda afirmar que sea más frecuente la demencia en pacientes con depresión. TRASTORNOS DEL SUEÑO Y ENFERMEDAD DE PARKINSON Los enfermos de Parkinson pueden sufrir insomnio idiopático (sin causa conocida), pero hay que descartar primeramente que dicho insomnio tenga su origen en un aumento de sintomatología parkinsoniana nocturna, o bien que esté inducido por la medicación de la enfermedad. Si se llega a la conclusión de que es idiopático, antes de iniciar tratamiento farmacológico (benzodiacepinas de vida media corta), se deben tomar medidas de higiene del sueño (modificar horarios, limitar estimulantes, promover ejercicio físico, técnicas de relajación). Si es consecuencia de la enfermedad, habrá que realizar cambios en la medicación de la misma antes de introducir benzodiacepinas.