The Dual Danger of Diabetes and Depression

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El doble peligro de la diabetes
y la depresión
por Bill Dupes
Volumen 15 · Número 4 · Julio/Agosto 2005
La vida está llena de altibajos
emocionales. Todos tenemos
nuestros días buenos y malos. Pero
cuando los “malos” momentos son
continuos e interfieren con su
capacidad para actuar, puede que
esté sufriendo una enfermedad
común pero seria: la depresión. La
depresión afecta a su estado
anímico, pensamiento,
comportamiento, relaciones, e
incluso a su cuerpo.
El carácter elusivo de los síntomas de la depresión
Los síntomas de la depresión se confunden a veces con condiciones asociadas
a otras enfermedades. Los síntomas de la depresión incluyen:
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estado de ánimo melancólico constante;
pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban;
cambio drásticos en el apetito o el peso;
dificultad para dormir o dormir demasiado;
nerviosismo;
pérdida de energía;
sentimientos de inutilidad o culpa;
dificultad para pensar o concentrarse;
pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
Un círculo vicioso
Las investigaciones demuestran que la depresión está estrechamente
relacionada con traumatismos tales como la pérdida de una extremidad y con
enfermedades graves como la diabetes. La depresión puede afectar a cualquier
persona pero el riesgo se duplica en personas con diabetes y es de dos a cuatro
veces mayor en personas con amputaciones.
Incluso las personas sanas que sufren depresión corren un mayor riesgo de que
su salud se deteriore o de desarrollar alguna enfermedad. Parte del motivo
puede ser que algunos de los factores que aumentan el riesgo de padecer
diabetes también causan o aumentan el riesgo de sufrir una depresión. Algunos
de estos factores de riesgo son: el sobrepeso, no realizar ninguna o casi ninguna
actividad física y no tener acceso a una atención médica. La depresión conduce
a un mal funcionamiento físico y mental, por lo que no es muy probable que la
persona siga una dieta prescrita o un plan de medicamentos. Cuanto más
empeora la salud de una persona, más profunda se hace su depresión. Y así
sigue la cosa.
La depresión afecta a su estado anímico, pensamiento, comportamiento,
relaciones e incluso a su cuerpo.
Las investigaciones han demostrado que cada año alrededor de 19 millones de
personas en los Estados Unidos sufren depresión. Entonces, ¿por qué casi dos
tercios no buscan nunca la ayuda que necesitan, aunque el asesoramiento y la
medicación podrían mejorar su salud mental? Un estudio publicado
recientemente en el Informe Semanal sobre Morbosidad y Mortalidad de los
Centros para el Control y Prevención de Enfermedades explica este fenómeno y
demuestra que la depresión y la diabetes están incluso más estrechamente
relacionadas de lo que se creía.
Un toque de advertencia para la ciudad que nunca duerme
Más de medio millón de neoyorquinos han sido diagnosticados con diabetes y se
estima que unos 300.000 sufren angustia psicológica grave (SPD, por sus siglas
en inglés), incluida la depresión. Los neoyorquinos que padecen diabetes tienen
dos veces más de probabilidades de experimentar depresión, ansiedad,
esquizofrenia y otros trastornos psicológicos que los no diabéticos, según un
estudio llevado a cabo por el Departamento de Salud e Higiene Mental
(DOHMH, por sus siglas en ingles) de la ciudad de Nueva York. La encuesta
realizada a casi 10.000 adultos también descubrió que las personas con
diabetes y depresión comórbidas (dos condiciones médicas coexistentes) son
más propensas a experimentar una mala salud física y mental, vivir en la
pobreza y carecer de acceso a una atención médica y ayuda social apropiadas
que las que solo padecen diabetes. Entre los neoyorquinos con diabetes y
depresión:
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el 49 por ciento estaba divorciado, separado o viudo en comparación con
el 25 por ciento de personas solamente diabéticas.
el 70 por ciento tenía ingresos inferiores a $25.000 dólares en
comparación con el 43 por ciento de personas solamente diabéticas.
el 11 por ciento disponía de seguro privado en comparación con el 41 por
ciento de personas solamente diabéticas.
el 42 por ciento mencionó el costo como razón para no comprar un
medicamento o para no ver a un médico en comparación con solo el 16
por ciento de personas solamente diabéticas.
el 26 por ciento hizo uso de las salas de emergencia como fuente habitual
de asistencia médica ―dos veces más que las personas solamente
diabéticas (un 10 por ciento)―.
Además, los neoyorquinos con ambas condiciones fueron:
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casi dos veces más propensos a revelar que su salud era normal o mala
(un 78 por ciento en comparación con el 40 por ciento del grupo de
diabéticos).
casi tres veces más propensos a revelar que su mala salud limitaba sus
actividades (un 64 por ciento en comparación con el 22 por ciento del
grupo de diabéticos).
siete veces más propensos a revelar que la limitación en sus actividades
cotidianas se debía a una mala salud mental (un 63 por ciento en
comparación con el 9 por ciento del grupo de diabéticos).
Depresión: un trastorno con igualdad de oportunidades
A nivel nacional, la depresión afecta más frecuentemente a mujeres que a
hombres. Esto se cumple en todos los grupos raciales/étnicos pero es más
frecuente entre los afroamericanos e hispanoamericanos. Otros factores
asociados a la depresión son la escasa educación; estar separado, divorciado,
viudo o soltero; y el desempleo.
Aunque tanto los hombres como las mujeres pueden desarrollar los síntomas
más comunes de la depresión, suelen enfrentarse a ellos de forma diferente.
Condicionados desde la infancia a ser “fuertes y callados”, los hombres dicen
estar cansados, de mal humor o aburridos antes que admitir sus verdaderos
sentimientos.
En lugar de pedir ayuda, los hombres pueden recurrir a la bebida o las drogas o
frustrarse, desanimarse y enojarse. Algunos hombres se enfrascan en su trabajo
para ocultar su depresión tanto a sí mismos como a sus familia y amigos; otros
puede que reaccionen a ella comportándose de forma temeraria.
Las mujeres suelen expresar su depresión comportándose de forma más
introvertida y engordando o adelgazando. Aunque las mujeres son igual de
reacias que los hombres a buscar ayuda profesional, tienen mucha más
tendencia a confiar en recursos menos convencionales, como la oración o el
sistema de ayuda que ofrece la familia o los amigos.
Pero la depresión no es solo para los adultos; incluso los bebés son vulnerables.
Los estudios relacionados indican que se ha asociado el estrés al desarrollo de
las alergias y al desencadenante de la diabetes tipo 1 o al proceso autoinmune
de la enfermedad. Los bebés y los niños pequeños están normalmente cerca de
sus cuidadores y son muy sensibles al entorno y al estado anímico de sus
padres. El estrés psicológico familiar (problemas matrimoniales, patrones
irregulares de sueño, enfermedades, bajo estatus socioeconómico, etc.) puede
ser transmitido al niño y crear niveles de estrés suficientemente graves como
para desencadenar o promover el desarrollo autoinmune.
Encontrar el camino de vuelta
El primer paso en el tratamiento debería ser un examen exhaustivo para
descartar cualquier enfermedad física que pueda causar síntomas depresivos.
Puesto que ciertos fármacos causan los mismos síntomas que la depresión,
usted debería decirle a su médico qué medicamentos está tomando. Si no se
encuentra una causa física, su médico debería remitirle a un profesional de la
salud mental para que le haga una evaluación psicológica.
Los tratamientos más comunes para la depresión son los antidepresivos, la
psicoterapia o una mezcla de ambos. Saber qué tratamiento es el adecuado
para usted dependerá de la naturaleza de la depresión. La medicación puede
aliviar los síntomas físicos rápidamente y la psicoterapia le da la oportunidad de
aprender a enfrentarse a los problemas de forma más eficaz.
Hay más cosas que usted puede hacer para recuperarse. Algunas personas
encuentran muy útil la participación en grupos de apoyo. También puede pasar
algún tiempo con otras personas e intentar realizar actividades que le hagan
sentirse mejor, como el ejercicio moderado o el yoga. Simplemente no espere
demasiado de sí mismo de inmediato. Sentirse mejor lleva tiempo.
Dónde obtener ayuda
Si usted no sabe dónde obtener ayuda, pregunte a su médico de cabecera o en
su clínica. También puede consultar las Páginas Amarillas bajo “salud mental”,
“salud”, “servicios sociales”, “servicios de intervención en caso de crisis”, “líneas
de asistencia directa”, “hospitales” o “médicos”. O puede ponerse en contacto
con la red nacional Hopeline en el 800-784-2433 o localizar un centro de crisis
en su área visitando el sitio ries.contineotech.com/ries/centerSearch.do
En momentos de crisis, el médico del servicio de urgencias de un hospital puede
proporcionarle ayuda temporal con un problema emocional y aconsejarle a
dónde ir y cómo conseguir más ayuda.
Mejorar las posibilidades con un tratamiento integrado
El estudio de Nueva York destaca la fuerte correlación entre la salud física y la
mental. Tanto la diabetes como la depresión son enfermedades crónicas que
pueden ser controladas si se diagnostican y tratan correctamente.
Pero, lo que es más importante, los resultados del estudio de Nueva York
también incluían dos recomendaciones significativas para mejorar la atención
médica para las personas con diabetes y depresión.
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Integrar la detección y el tratamiento de la depresión con la revisión y el
control de la diabetes en prácticas de atención primaria podría mejorar en
gran medida el resultado en pacientes con enfermedades crónicas.
Lamentablemente, este estudio también indica que las personas que
sufren tanto diabetes como depresión se enfrentan a barreras
económicas y sociales para recibir una atención médica apropiada. Esta
combinación es especialmente peligrosa. Se deben superar dichas
barreras para garantizar que todo el mundo tenga acceso a una atención
médica.
Recursos para la diabetes y la depresión
Diabetes
Asociación Estadounidense de Educadores en Diabetes (American
Association of Diabetes Educators)
Teléfono: 800-338-3633
Web: www.diabeteseducator.org
Asociación Estadounidense de Diabetes (American Diabetes Association)
Incluye programas comunitarios de educación y concienciación dirigidos a las
poblaciones minoritarias.
Teléfono: 800-342-2383
Web: www.diabetes.org/home.jsp
Asociación Médica Estadounidense de Podología (American Podiatric
Medical Association)
Describe la importancia del cuidado del pie en personas con diabetes y
proporciona un directorio nacional de especialistas en el cuidado del pie
Teléfono: 800-275-2762
Web: www.apma.org
Acción Diabetes (Diabetes Action)
Teléfono: 202-333-4520
Web: www.diabetesaction.org
Asociación Deportiva para la Diabetes (Diabetes Exercise and Sports
Association)
Teléfono: 800-898-4322
Web: www.diabetes-exercise.org/index.asp
Fundación para la Investigación de la Diabetes Juvenil (Juvenile Diabetes
Research Foundation)
Teléfono: 800-533-2873
Web: www.jdrf.org
Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales
(National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases)
Incluye enlaces al Centro de Documentación e Información Nacional sobre la
Diabetes (NDIC, por sus siglas en inglés) y la Red de Información sobre el
Control del Peso (WINN, por sus siglas en inglés)
Teléfono (NDIC): 800-860-8747
Teléfono (WINN): 877-946-4627
Web: www.niddk.nih.gov
Salud Emocional
Instituto Nacional de Salud Mental (National Institute of Mental Health)
Personas de verdad. Programas de verdad para la depresión
Teléfono: 866-227-6464
Web: www.menanddepression.nimh.nih.gov
Asociación Nacional de Salud Mental (National Mental Health Association)
Proporciona información sobre salud mental y servicios de remisión
Teléfono: 703-684-7722
Web: www.nmha.org
Nutrición
Asociación Dietética Estadounidense (American Dietetic Association)
Teléfono: 800-877-1600
Web: www.eatright.org/Public
Nutrition.gov
Web: www.nutrition.gov/home/index.php3
Regreso al inicio
Actualizado en: 11/13/2015
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