Enfermedades psiquiátricas más comunes I.- Depresión Es la enfermedad psiquiátrica más frecuente. La sufre alrededor del 5 o 6 % de la población y se estima el 10% de las personas pueden deprimirse durante su vida. Las causas de la depresión se deben en gran parte a mecanismos de origen genético cuyas consecuencias se reflejan en una carencia de distintos neurotransmisores. Los síntomas varían según los diferentes tipos de depresión, pues no solo se presenta un estado de ánimo triste y desesperado, sino otros tipos de conducta. Las personas depresivas experimentan algún tipo de cambio: comen mucho más o mucho menos que de costumbre, tienen pérdidas de concentración, sufren pérdidas de energía o de interés por actividades que previamente les gustaban, pierden todo deseo sexual o todo lo contrario. Un diagnóstico clínico y de laboratorio adecuados puede ayudar a más del 80 % de las personas que sufren de depresión. La depresión, clasificación: Las depresiones se pueden presentar como trastornos depresivos uni o bipolares. Las mismas se diferencian en el hecho de que en las depresiones unipolares solo se manifiestan síntomas depresivos mientras en las depresiones bipolares se alternan periodos de depresión con periodos de alta excitabilidad llegando hasta la manía; que se caracteriza por estados de excitación, exaltación, humor elevado y eufórico, actividad sin reposo y agitación improductiva. Dentro de los trastornos depresivos unipolares se encuentran los siguientes estados: La depresión endógena. La depresión reactiva. Estados depresivos (distimia). La depresión sintomatológica de enfermedades orgánicas. La depresión determinada por otras psicopatologías. La depresión por efectos medicamentosos. La depresión provocada por síndromes de abstinencia de las adicciones. La depresión como trastorno afectivo estacional. La depresión posparto. Independientemente de los síntomas presentan distintos perfiles bioquímicos que pueden hacer a la elección del antidepresivo más adecuado, acorde a su mecanismo de acción. Subtipos de depresión: perfiles de laboratorio Tipo Perfil Fenetilaminérgica-I FEA ↓ AFA ↓ Fenetilaminérgica -II FEA ↓ AFA ↑ Hiponoradrenérgica MOPEG ↓ DOPEG ↓ Hipodopaminérgica PRL ↑ HVA ↓ DOPAC ↓ Hiperdopaminérgica HVA ↑ DBH ↓ MOPEG ↓ Hiposerotoninérgica-I 5-HT plaq. ↓ Ctsol ↑ PRL ↓ Hiposerotoninérgica-II Triptofano ↓ 5-HT ↓→ Hiperserotoninérgica 5-HT plaq. ↑ 5-HIAA ↑ Triptaminérgica IAA ↓ FEA: feniletilamina. AFA: ac. fenilacético, MOPEG metoxi-hidoxifenetilglicol, DOPEG: dihidroxifenetilglicol, PRL: prolactina, HVA: ac. homovanílico, DBH: dopamina-beta hidroxilasa, 5-HT plaq.; serotonina plaquetaria, Ctsol: cortisol, PRL: prolactina, 5HIAA:Laac. 5-hidroxi endógena indolacético, IAA: ac. indolacético depresión La depresión endógena es una enfermedad que suele presentarse en forma cíclica. Se trata de un estado de depresión profunda, paralizante e inmovilizadora. Su sintomatología es muy compleja y muy acentuada, suele presentarse espontáneamente durante periodos variables en el tiempo, para luego remitir espontáneamente o también puede adquirir un estado crónico. Presenta anhedonía, esto es, exclusión del placer, sentimientos de culpabilidad con reproches continuos, sensación de anestesia mental, falta de reacción a los ambientes agradables, respuestas cargadas de irritabilidad, insomnio, peor estado por las mañanas. Cuando se está deprimido aparece la tristeza; cualquier pequeño esfuerzo cansa; se pierde el sentido del humor y las ganas de hacer hasta aquello que normalmente mas entusiasmaba. Cuando hablamos de la depresión con la gravedad que impone dicha etiqueta, este estado se instaura en la persona como si poco a poco se fuera sumergiendo en un pozo sin fondo del cual parece imposible salir. La persona deprimida percibe a menudo fuertes sentimientos de aversión hacia sí misma; se siente inútil y culpable de sus insuficiencias. Pueden comenzar a producirse ataques de llanto, pérdida de peso e insomnio. La comida no sabe bien, el sexo no resulta excitante y se pierde todo el interés por la gente afectiva ligada a uno. Es muy importante tener en cuenta que a menudo pueden empezar a tener deseos suicidas. A medida que las intenciones se hacen más serias, las ideas esporádicas se convierten en deseos; se podría hasta preparar un plan y ponerlo en práctica. Hay pocos trastornos psicológicos que sean tan debilitadores y ninguno que produzca tanto sufrimiento como la depresión grave. Es por ello que cuanto antes se realice un buen diagnóstico médico y bioquímico, antes se podrá instaurar el tratamiento más adecuado para suprimir los síntomas de la depresión. Es frecuente encontrar en estos casos una disminución en la formación de la feniletilamina y un incremento de la NMT (N-metiltransferasa) en sangre. La depresión psicótica La depresión psicótica se caracteriza por la presencia de delirios y/o alucinaciones cuyo contenido suele estar relacionado con el estado de ánimo, es decir, con temas depresivos (muerte, pobreza, enfermedad, etc.). Este tipo de depresión también es considerada como una depresión endógena. Quienes la padecen experimentan frecuentemente ideas delirantes, conocidas como deluciones, es decir, creencias o sentimientos equivocados sin ninguna base. La depresión psicótica se presenta en forma grave, muchas veces con alteraciones bioquímicas propias de otras enfermedades que transcurren con síntomas psicóticos. De allí, la importancia de dosar estas substancias anormales y de ser necesario utilizar fármacos que inhiban su formación o que bloqueen los sitios donde ejercen su actividad. La depresión psicótica es en ocasiones confundida con el trastorno esquizoafectivo, la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos; los pacientes bipolares pueden padecerla en sus estadíos depresivos. La depresión psicótica suele ser episódica, presentándose durante un periodo definido de tiempo, pero en algunos casos puede ser crónica. Posee características biológicas propias, ya que en el laboratorio se observan valores alterados de distintos neurotrasmisores. La depresión reactiva La depresión reactiva, también llamada neurótica, es frecuente y de una forma que puede resultarnos familiar. No presentan ciclos temporales regulares, por lo general no responden en forma efectiva a las terapias medicamentosas, no presentan predisposición genética y sí responden a las terapias de apoyo. La depresión reactiva en general coincide con acontecimientos adversos de la vida, tal como la muerte de un ser querido, el divorcio, desavenencias conyugales, problemas económicos, problemas laborales, pérdida del empleo, etc. El inicio de la depresión no tiene porque ocurrir inmediatamente después del acontecimiento, a veces comienza al cabo de semanas o meses. Es por ello que con cierta frecuencia se confunde con la depresión endógena. La primera aparición se produce, normalmente, en la vida adulta temprana y está caracterizada por sintomatología física y psicológica variada. Es un estado benigno y no psicótico, aunque hasta cierto punto, la recuperación se ve influida por factores de personalidad. Es sabido que la depresión reactiva puede desencadenar una depresión endógena si existe una predisposición genética, por lo cual no es de descartar la necesidad de efectuar estudios de laboratorio. La depresión crónica (distimia) Se trata de un tipo crónico de depresión en la cual los estados de ánimo de una persona están regularmente bajos. Sin embargo, los síntomas no son tan graves como la depresión mayor. Causas, incidencia y factores de riesgo: se desconoce la causa exacta de la distimia pero se sabe que tiende a ser hereditaria. Ocurre con mayor frecuencia en mujeres que en hombres y afecta a hasta un 5 % de la población en general. Muchas personas con distimia tienen un problema de salud crónico u otro trastorno de salud mental como ansiedad, alcoholismo o drogadicción. La depresión mayor, en aproximadamente la mitad de las personas, se presenta en algún momento de sus vidas. La distimia, frecuente en los ancianos, a menudo puede ser causada por: dificultades propias de la edad, aislamiento, deterioro mental o afección física. El principal síntoma de la distimia es un estado de desánimo, pesadumbre o tristeza casi todos los días durante al menos 2 años. Además, dos o más de los siguientes síntomas estarán presentes casi todo el tiempo en la persona con distimia: sentimientos de desesperanza, muy poco o demasiado sueño, energía baja o fatiga, baja autoestima, inapetencia o comer en exceso, falta de concentración. Todos los problemas por más pequeños que sean parecen muy difíciles de resolver. A los fines diagnósticos, el médico evaluará la sintomatología del paciente y considerará la necesidad de realizar exámenes rutinarios de sangre y/u orina para descartar enfermedades orgánicas que cursan con depresión. Además existen los análisis que no son de rutina y sirven para determinar alteraciones de la trasmisión nerviosa que a su vez sean útiles para la elección del tratamiento adecuado para el paciente. En estos últimos exámenes puede observarse: baja eliminación de Feniletilamina y alteraciones de Nor-Adrenalina, Dopamina y/o Serotonina. El tratamiento psiquiátrico para la distimia incluye entonces terapia con fármacos antidepresivos junto con la psicoterapia adecuada. Los medicamentos con frecuencia no funcionan tan bien para la distimia como lo hacen para la depresión mayor y pueden tomar más tiempo para que surtan efecto y el paciente se sienta mejor. Sin tratamiento, la distimia puede convertirse en un episodio propio de la depresión mayor, que se conoce como “depresión doble”. La depresión encubierta (estados depresivos con compromiso orgánico) Los síntomas que se presentan en la depresión encubierta, corresponden a depresiones simples o leves, se manifiestan con trastornos orgánicos (la principal causa por la que generalmente el paciente acude al médico) y es este el que luego de diversos exámenes puede sospechar de que se encuentra ante un proceso atípico de depresión. Los síntomas más comunes son: trastornos en el sueño, que se presenta al principio o al final del periodo de descanso; inquietud durante el sueño, a menudo de noche se despiertan presentando frecuentes sueños desagradables "pesadillas"; tendencia a querer dormir todo el día, pasando muchas horas en la cama, lo que contribuye a una forma de escapar de su realidad y responsabilidades; trastornos del apetito, uno de ellos y de gran importancia es la anorexia, que implica la disminución del apetito y por consiguiente una importante pérdida de peso, o la inversa, puede presentarse un deseo compulsivo de comer pudiendo llegar hasta la bulimia con el correspondiente aumento de peso; disminución del deseo sexual, los pacientes presentan una disminución o desaparición del deseo sexual; decaimiento físico, se principalmente por la mañana, provocando que el enfermo no desee levantarse y es en ocasiones lo que implica que el paciente no tenga ánimo para realizar las actividades cotidianas que requieren de su atención; el enfermo también mostrará menos interés hacia las cosas que normalmente le gustaban. También suelen presentarse con trastornos digestivos, trastornos cardiovasculares, dolores inespecíficos, etc. La depresión atípica suele presentar un perfil bioquímico similar al observado en las depresiones típicas y responden al tratamiento con antidepresivos. II.-Trastornos depresivos bipolares Se considera que una persona padece de un desorden bipolar (enfermedad maníacodepresiva) si a lo largo de su vida ha sufrido varios estados de depresión profunda y al menos una vez ha pasado por un episodio de manía. La manía se caracteriza por una conducta fuera de lo común de una persona, que actúa de forma eufórica constantemente. Durante esos lapsos, el enfermo se encuentra hiperactivo y puede que gaste más dinero de lo habitual, que compre cosas innecesarias y tome iniciativas que terminen perjudicándolo. También se considera dentro de esta fase el aumento de la irritabilidad y la ausencia de sueño. Generalmente en la manía el enfermo no puede controlar el ritmo de sus pensamientos. Pasado este periodo, puede pasar por un período de estabilidad variable en el tiempo y luego caer en una profunda depresión. Se calcula que entre un 1 - 2 % de la población sufre de esta enfermedad. A estos síntomas se los conoce como trastorno bipolar I. La bipolaridad puede aparecer en la adolescencia o al principio de la edad adulta pero también existen niños que padecen esta enfermedad. Las personas con el trastorno bipolar tipo I han tenido al menos un episodio completo de manía con períodos de depresión grave. En el pasado, el trastorno bipolar tipo I se denominaba ``depresión maníaca´´. Humor También existe un tipo de trastorno bipolar llamado trastorno bipolar tipo II, y las personas con trastorno bipolar tipo II nunca han experimentado un episodio maníaco completo, pero en lugar de esto, experimentan períodos de niveles elevados de energía e impulsividad que no son tan extremos como la manía (a esto se lo llama hipomanía). Dichos períodos alternan con episodios de depresión. Una forma leve de trastorno bipolar es la llamada ciclotimia, que implica fluctuaciones en el estado de ánimo menos intensas. Las personas ciclotímicas alternan entre hipomanía y depresión leve. Es posible que las personas con trastorno bipolar tipo II o ciclotimia reciban un diagnóstico equivocado de depresión. Dentro de los trastornos bipolares se ha incluido el trastorno bipolar no específico, que se caracteriza por una alternancia muy rápida entre síntomas maníacos y síntomas depresivos (cicladores rápidos). No cumplen con el criterio de duración mínima para un episodio maníaco o un episodio depresivo mayor o se presentan en forma de episodios hipomaníacos a repetición sin síntomas depresivos entre los mismos. Es de destacar que muy frecuentemente se presentan situaciones en este tipo de pacientes en las que el medico debe necesariamente descartar que la sintomatologia no haya sido desencadenada por la ingesta de alguna droga. III.-Trastornos de ansiedad Se puede afirmar que la ansiedad es una sensación de malestar, que se manifiesta como una reaccion defensiva ante la presencia de un peligro. Estas respuesta, ante situaciones que comprometen la seguridad son procesos adaptativos de las especies. Ejercen una función protectora a fin de poder enfrentar los peligros. Las respuestas mas eficaces fueron en general la huída o la lucha. Es así que la especie humana ha desarrollado mecanismos químicos, fisiológicos y psicológicos que permitieron en su momento la supervivencia del individuo y que en ciertas personas han perdurado en el tiempo aún habiendo desaparecido los peligros mencionados. De tal manera, determinados estímulos externos pueden poner en funcionamiento estos mecanismos defensivos, los que se manifiestan bajo la forma de distintas conductas defensivas dependientes tanto del temperamento, carácter o vivencias previas de los individuos. Diversos autores han clasificado los trastornos de ansiedad de la siguiente manera: Síntomas subjetivos, cognitivos o de pensamiento Preocupación. Inseguridad. Miedo o temor. Aprensión. Pensamientos negativos (inferioridad, incapacidad). Anticipación del peligro o amenaza. Dificultad de concentración. Dificultad para la toma de decisiones. Sensación general de desorganización o pérdida del control del medioambiente. Síntomas motores u observables Hiperactividad. Paralización motora. Movimientos torpes y desorganizados. Tartamudeo y otras dificultades de expresión verbal. Conductas de evitación. Síntomas fisiológicos o corporales Síntomas cardiovasculares: palpitaciones, pulso rápido, tensión arterial alta, accesos de calor. Síntomas respiratorios: sensación de sofoco, ahogo, respiración rápida y superficial, opresión torácica. Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, aerofagia, molestias digestivas. Síntomas genitourinarios: micciones frecuentes, enuresis, eyaculación precoz, frigidez, impotencia. Síntomas neuromusculares: tensión muscular, temblor, hormigueo, dolor de cabeza, fatiga excesiva. Síntomas neurovegetativos: sequedad de boca, sudoración excesiva, mareos De acuerdo a estos síntomas los trastornos de ansiedad se han clasificado de la siguiente manera: TRASTORNO DE ANGUSTIA SIN AGORAFOBIA TRASTORNO DE ANGUSTIA CON AGORAFOBIA AGORAFOBIA FOBIA ESPECÍFICA FOBIA SOCIAL TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC) TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADO (TAG) TRASTORNO POR ANSIEDAD DEBIDO A ENFERMEDAD TRASTORNO POR ANSIEDAD INDUCIDO POR SUSTANCIAS HIPOCONDRÍA Agorafobia: miedo a los lugares donde no se puede recibir ayuda, por temor a sufrir una crisis de pánico. TAG: presencia casi constante de preocupación o tensión, incluso cuando hay poca o ninguna causa. Fobia específica: un miedo persistente e irracional a un tipo particular de objeto, animal, actividad o situación que ofrece poco o ningún peligro real. Fobia social: temor mayor o menor frente a varios tipos de situaciones, entre las que se destacan hablar en público, reuniones sociales en las que tendrá que relacionarse, encuentros inesperados con conocidos, familiares, amigos, etc. Hipocondría: la hipocondría es una enfermedad por la que el paciente cree de forma infundada que padece alguna enfermedad grave. Los Drs. Spatz, Carrión y sus colaboradores, al estudiar la bioquímica de los trastornos de ansiedad hicieron un hallazgo muy importante propio de estos trastornos. Hemos mencionado anteriormente que existen distintos tipos de enzimas (sustancias del organismo que tienen la propiedad de facilitar y acelerar las reacciones químicas) cuya función consiste en mantener niveles óptimos de las moléculas encargadas de la trasmisión del impulso nervioso. Entre estas enzimas se encuentran las monoamino oxidasas (MAO). En el sistema nervioso central existen 2 tipos distintos conocidos con el nombre de MAO-A y MAO-B. Las plaquetas sanguíneas contienen MAO-B y en la circulación general se encuentra una MAO totalmente diferente a las anteriores: la MAO plasmática, conocida también con el nombre de bencilamino oxidasa (BAO). En los pacientes que sufren distintos trastornos de ansiedad se pudo determinar que los valores de MAO-plasmática se encuentran muy elevados en comparación con controles normales o pacientes que no padecen estos trastornos. En la tabla que sigue se pueden observar los resultados de los primeros estudios que se hicieron al respecto y que fueron confirmados posteriormente en un número que supera los dos mil casos. Los diagnósticos que figuran en ella fueron realizados mediante entrevistas personales, tests psicológicos y en especial el test del inventario multifacético de personalidad de Minnesota (MMPI) que se compone de 567 ítems dispuestos en 10 escalas clínicas que exploran distintos aspectos de la personalidad y en 3 escalas de validación que señalan el grado de confiabilidad de las respuestas obtenidas. Los valores normales de MAO-plasmática determinados fueron: MAO-plasmática en hombres: 16.5 3.7 nmol/ ml/ h, MAOplasmática en mujeres: 17.5 4.1 nmol/ ml/ h. Diagnóstico Promedio MAO plasmática Trastorno de angustia sin agorafobia Nro. de casos 6 Trastorno de ansiedad generalizada Trastorno de conversión Trastorno de angustia con agorafobia Agorafobia sin angustia Fobia social Fobia específica Trastorno obseso-compulsivo Hipocondría 5 3 77 1 25 10 7 8 32.5 26.0 27.9 29.3 25.8 30.2 30.7 25.2 Total 142 27.6 8.3 22.2 Respecto a pacientes con un diagnóstico primario distinto al de trastornos de ansiedad encontramos que 24 de los 29 casos (76.8 %) estudiados presentaban cifras normales de MAO plasmática, con un promedio de 15.7 4.7 nmol/ h, muy similar al determinado en controles normales. La mayoría correspondía a depresiones mayores, 4 eran pacientes bipolares, hubo un caso de esquizofrenia, un trastorno delirante y un trastorno psicótico breve. La determinación de la MAO-plasmática suele ser muy útil dado que muchas enfermedades del sistema nervioso son difíciles de diagnosticar solamente desde un punto de vista clínico y no siempre los pacientes suelen ser objetivos en la descripción de sus síntomas. Por otra parte debe tenerse en cuenta que muchas veces estos trastornos suelen estar acompañados por síntomas de depresión o perturbaciones del pensamiento y que por lo tanto presentarán un perfil bioquímico característico. Todos estos datos ayudan en la elección del tratamiento mas adecuado. IV.-Trastornos psicóticos y esquizofrenia Los trastornos psicóticos son trastornos mentales graves que causan ideas y percepciones anormales, las personas con psicosis pierden el contacto con la realidad. Dos de los síntomas principales son delirios y alucinaciones. Los delirios son falsas creencias, tales como la idea de que alguien está en su contra o que la televisión le envía mensajes secretos; las alucinaciones son percepciones falsas, como escuchar, ver o sentir algo que no existe. Básicamente, se considera psicosis a todos los trastornos mentales en los que la pérdida del contacto con la realidad es muy llamativa (por ejemplo, en casos en los que el paciente no distingue en absoluto entre la realidad y su fantasía, o entre sus miedos internos y las amenazas reales, etc.). En sentido estricto, la pérdida del contacto con la realidad se da en distinto grado en muchos trastornos psiquiátricos incluidas las neurosis graves, pero en los trastornos psicóticos este síntoma es mucho más acentuado. Las psicosis cursan con mucha frecuencia con delirios (pensamientos ilógicos, en general muy extravagantes y sin base real, que no están basados en una creencia cultural compartida y que no se pueden rebatir mediante argumentación lógica). Muchas veces estos síntomas van acompañaos por alucinaciones (percepciones sin estimulo real, como voces, visiones, etc.). Tanto las alucinaciones como los delirios pueden también verse en cuadros de depresión psicótica o manía delirante, en el trastorno bipolar. También en intoxicaciones por drogas estimulantes o alucinógenas, como efecto secundario de algunos fármacos en algunas otras enfermedades (neurológicas, reumatológicas, etc.) y de una manera muy característica en los trastornos que se exponen en este apartado. El trastorno psicótico más conocido es la esquizofrenia. La edad de aparición de esta enfermedad varía entre los 15 y los 45 años, aunque suele comenzar al final de la adolescencia. También hay casos de aparición en la infancia, que suelen enmascararse con problemas escolares o de mal comportamiento a veces mal diagnosticados como déficit de atención con o sin hiperquinesia Quien sufre de esquizofrenia experimenta una distorsión de los pensamientos y sentimientos. Lo que caracteriza a la esquizofrenia es que afecta a la persona de una forma total, por lo que quien la padece comienza a sentir, pensar y hablar de forma diferente a como lo hacía antes. Dicha persona puede empezar a estar extraña, más aislada, puede evitar salir con amigos, duerme poco o demasiado, habla sola o se ríe sin motivo aparente. Es muy importante no olvidar que la persona que sufre de esquizofrenia no puede explicar lo que le está sucediendo, tiene miedo de hacerlo o de creer que está enfermo y por lo tanto, en la mayoría de los casos, no pedirá ayuda ni se quejará de lo que le sucede. Al comienzo de la enfermedad puede suceder que no acepte tomar medicación ni acudir al especialista. En general los esquizofrénicos presentan dos tipos de síntomas: Síntomas positivos: Se caracterizan por alucinaciones (vivencias interiores que pueden ser de tipo auditivas, táctiles, visuales, gustativas y olfativas), delirios (ideas de persecución, de culpa, de grandeza, religiosas, somáticas, etc.) y trastornos del pensamiento (el paciente relata que ha perdido control sobre sus pensamientos, que estos le han sido sustraídos, impuestos o que son dirigidos por extraños poderes o fuerzas relacionadas). Síntomas negativos: son aquellas cosas que el paciente deja de hacer y que los individuos sanos pueden realizar cotidianamente, como pensar con fluidez y con lógica, experimentar sentimientos hacia otras personas, tener voluntad para levantarse cada día, etc. El paciente presenta apatía, falta de energía, problemas de atención, falta de placer, insociabilidad, etc. El enfermo esquizofrénico tiene menos capacidad de acción que una persona sana. Se manifiesta como: Incremento de actividad NMT en sangre total de pacientes con trastornos sensoperceptuales Incremento en la eliminación de compuestos Nmetilados anormales por orina en pacientes con trastornos sensoperceptuales Incremento en la eliminación de compuestos Ometilados anormales por orina en pacientes con trastornos sensoperceptuales Estos últimos síntomas pueden darse antes de que aparezcan las alucinaciones y los delirios, pero más frecuentemente aparecen solo después de la desaparición de los síntomas positivos. Sería una fase residual de la esquizofrenia. Se debe destacar que no todas las personas que sufren de esquizofrenia tienen estos impedimentos o síntomas, alrededor de una tercera parte de los enfermos no los presentan en absoluto o los tienen tan poco acentuados que apenas los molestan en la vida cotidiana. Las personas que sufren de trastornos psicóticos parecen tener un desequilibrio neuroquímico, por esta razón los investigadores estudian los neurotrasmisores que permiten la comunicación entre las células cerebrales. Las medicaciones anti psicóticas modernas apuntan a tres sistemas de neurotrasmisores diferentes: dopamina, serotonina y norepinefrina. En nuestra experiencia, tal como se menciona en otra sección, uno de los factores que contribuyen a la aparición de síntomas de psicosis es una actividad descontrolada de una enzima: la N-metiltransferasa, hecho que ya fue observado por el grupo de trabajo de G.A. Buscaino y sus colaboradores de la Universidad de Bari (Italia). Un aumento de la actividad N-metilante (actividad de la Nmetiltransferasa) da lugar a la formación de cantidades anormales de diversos compuestos derivados de la serotonina o de su pariente químico, la triptamina. Estos compuestos han demostrado poseer propiedades francamente alucinógenas en humanos y provocar conductas anormales en animales de laboratorio. Se sospecha que normalmente estos productos , la N,N-dimetiltriptamina (DMT), la bufotenina (BU) y la O-metilbufotenina (OMB) están relacionados con los mecanismos del sueño. Las mismas se miden en este laboratorio mediante técnicas muy sofisticadas. Asimismo con las técnicas actuales, mucho más exactas que las utilizadas por Buscaino, también nos es posible medir rutinariamente la actividad de la N-metiltransferasa en sangre. La presencia de una o más de estas anormalidades debe hacer sospechar al médico de un proceso psicótico aunque los síntomas sean confusos. Cabe agregar que se ha demostrado que determinados medicamentos anti psicóticos tienen la propiedad de inhibir a la N-metiltransferasa. V.- Síndrome por déficit de atención El Déficit de Atención con y sin hiperactividad (TDAH, ADHD, ADD, según distintos autores) es un trastorno de origen biológico caracterizado por una alteración bioquímica en la que están afectados diferentes neurotransmisores. Entre ellos se han identificado la dopamina, la noradrenalina y la feniletilamina. En este trastorno existe una limitación para que ciertos mensajes pasen de un área cerebral a otra de manera adecuada, como consecuencia se genera falta de atención, problemas de concentración y en un porcentaje alto de personas hiperactividad e impulsividad. P. Bailador y col. Inst. Clemente Estable (Uruguay) El déficit atencional con hiperactividad es un síndrome que afecta de 5 a 10% de los niños en edad escolar y tiene severas consecuencias para el rendimiento intelectual, las relaciones intrafamiliares y el futuro de los niños afectados. Dado que el tratamiento con estimulantes es beneficioso en algunos de éstos casos, un diagnóstico positivo frente a patologías comórbidas, es muy importante. Se determinó la excreción de noradrenalina a primeras horas de la mañana (8:00) y a media mañana (lO:OO} en niños controles y en portadores de déficit atencional con hiperactividad (DAH). Los datos obtenidos muestran que la dinámica de la noradrenalina se modifica en los niños con DAH. Esta enfermedad compleja y multifacética que afecta las áreas emocionales, cognitivas y del comportamiento tanto en niños como en adultos es tratada en un capítulo especial de esta página. [ Ver más acerca del déficit de atención ]