Enfermedades psiquiátricas más frecuentes

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Enfermedades psiquiátricas más comunes
I.- Depresión
Es la enfermedad psiquiátrica más frecuente.
La sufre alrededor del 5 o 6 % de la población y se estima el 10% de las personas
pueden deprimirse durante su vida. Las causas de la depresión se deben en gran
parte a mecanismos de origen genético cuyas consecuencias se reflejan en una
carencia de distintos neurotransmisores.
Los síntomas varían según los diferentes tipos de depresión, pues no solo se
presenta un estado de ánimo triste y desesperado, sino otros tipos de conducta. Las
personas depresivas experimentan algún tipo de cambio: comen mucho más o
mucho menos que de costumbre, tienen pérdidas de concentración, sufren pérdidas
de energía o de interés por actividades que previamente les gustaban, pierden todo
deseo sexual o todo lo contrario.
Un diagnóstico clínico y de laboratorio adecuados puede ayudar a más del 80 % de
las personas que sufren de depresión.
La depresión, clasificación:
Las depresiones se pueden presentar como trastornos depresivos uni o bipolares.
Las mismas se diferencian en el hecho de que en las depresiones unipolares solo se
manifiestan síntomas depresivos mientras en las depresiones bipolares se alternan
periodos de depresión con periodos de alta excitabilidad llegando hasta la manía;
que se caracteriza por estados de excitación, exaltación, humor elevado y eufórico,
actividad sin reposo y agitación improductiva.
Dentro de los trastornos depresivos unipolares se encuentran los siguientes estados:
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La depresión endógena.
La depresión reactiva.
Estados depresivos (distimia).
La depresión sintomatológica de enfermedades orgánicas.
La depresión determinada por otras psicopatologías.
La depresión por efectos medicamentosos.
La depresión provocada por síndromes de abstinencia de las adicciones.
La depresión como trastorno afectivo estacional.
La depresión posparto.
Independientemente de los síntomas presentan distintos perfiles bioquímicos que
pueden hacer a la elección del antidepresivo más adecuado, acorde a su mecanismo de
acción.
Subtipos de depresión: perfiles de laboratorio
Tipo
Perfil
Fenetilaminérgica-I
FEA ↓ AFA ↓
Fenetilaminérgica -II
FEA ↓ AFA ↑
Hiponoradrenérgica
MOPEG ↓ DOPEG ↓
Hipodopaminérgica
PRL ↑ HVA ↓ DOPAC ↓
Hiperdopaminérgica
HVA ↑ DBH ↓ MOPEG ↓
Hiposerotoninérgica-I
5-HT plaq. ↓ Ctsol ↑ PRL ↓
Hiposerotoninérgica-II
Triptofano ↓ 5-HT ↓→
Hiperserotoninérgica
5-HT plaq. ↑ 5-HIAA ↑
Triptaminérgica
IAA ↓
FEA: feniletilamina. AFA: ac. fenilacético, MOPEG metoxi-hidoxifenetilglicol, DOPEG:
dihidroxifenetilglicol, PRL: prolactina, HVA: ac. homovanílico, DBH: dopamina-beta
hidroxilasa, 5-HT plaq.; serotonina plaquetaria, Ctsol: cortisol, PRL: prolactina, 5HIAA:Laac.
5-hidroxi endógena
indolacético, IAA: ac. indolacético
depresión
La depresión endógena es una enfermedad que suele presentarse en forma cíclica.
Se trata de un estado de depresión profunda, paralizante e inmovilizadora. Su
sintomatología es muy compleja y muy acentuada, suele presentarse
espontáneamente durante periodos variables en el tiempo, para luego remitir
espontáneamente o también puede adquirir un estado crónico.
Presenta anhedonía, esto es, exclusión del placer, sentimientos de culpabilidad con
reproches continuos, sensación de anestesia mental, falta de reacción a los
ambientes agradables, respuestas cargadas de irritabilidad, insomnio, peor estado
por las mañanas.
Cuando se está deprimido aparece la tristeza; cualquier pequeño esfuerzo cansa; se
pierde el sentido del humor y las ganas de hacer hasta aquello que normalmente
mas entusiasmaba.
Cuando hablamos de la depresión con la gravedad que impone dicha etiqueta, este
estado se instaura en la persona como si poco a poco se fuera sumergiendo en un
pozo sin fondo del cual parece imposible salir.
La persona deprimida percibe a menudo fuertes sentimientos de aversión hacia sí
misma; se siente inútil y culpable de sus insuficiencias. Pueden comenzar a
producirse ataques de llanto, pérdida de peso e insomnio. La comida no sabe bien,
el sexo no resulta excitante y se pierde todo el interés por la gente afectiva ligada a
uno.
Es muy importante tener en cuenta que a menudo pueden empezar a tener deseos
suicidas. A medida que las intenciones se hacen más serias, las ideas esporádicas se
convierten en deseos; se podría hasta preparar un plan y ponerlo en práctica.
Hay pocos trastornos psicológicos que sean tan debilitadores y ninguno que
produzca tanto sufrimiento como la depresión grave. Es por ello que cuanto antes
se realice un buen diagnóstico médico y bioquímico, antes se podrá instaurar el
tratamiento más adecuado para suprimir los síntomas de la depresión. Es frecuente
encontrar en estos casos una disminución en la formación de la feniletilamina y un
incremento de la NMT (N-metiltransferasa) en sangre.
La depresión psicótica
La depresión psicótica se caracteriza por la presencia de delirios y/o alucinaciones
cuyo contenido suele estar relacionado con el estado de ánimo, es decir, con temas
depresivos (muerte, pobreza, enfermedad, etc.).
Este tipo de depresión también es considerada como una depresión endógena.
Quienes la padecen experimentan frecuentemente ideas delirantes, conocidas como
deluciones, es decir, creencias o sentimientos equivocados sin ninguna base.
La depresión psicótica se presenta en forma grave, muchas veces con alteraciones
bioquímicas propias de otras enfermedades que transcurren con síntomas psicóticos.
De allí, la importancia de dosar estas substancias anormales y de ser necesario
utilizar fármacos que inhiban su formación o que bloqueen los sitios donde ejercen
su actividad.
La depresión psicótica es en ocasiones confundida con el trastorno esquizoafectivo,
la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos; los pacientes bipolares pueden
padecerla en sus estadíos depresivos. La depresión psicótica suele ser episódica,
presentándose durante un periodo definido de tiempo, pero en algunos casos puede
ser crónica. Posee características biológicas propias, ya que en el laboratorio se
observan valores alterados de distintos neurotrasmisores.
La depresión reactiva
La depresión reactiva, también llamada neurótica, es frecuente y de una forma que
puede resultarnos familiar.
No presentan ciclos temporales regulares, por lo general no responden en forma
efectiva a las terapias medicamentosas, no presentan predisposición genética y sí
responden a las terapias de apoyo.
La depresión reactiva en general coincide con acontecimientos adversos de la vida,
tal como la muerte de un ser querido, el divorcio, desavenencias conyugales,
problemas económicos, problemas laborales, pérdida del empleo, etc.
El inicio de la depresión no tiene porque ocurrir inmediatamente después del
acontecimiento, a veces comienza al cabo de semanas o meses. Es por ello que con
cierta frecuencia se confunde con la depresión endógena. La primera aparición se
produce, normalmente, en la vida adulta temprana y está caracterizada por
sintomatología física y psicológica variada. Es un estado benigno y no psicótico,
aunque hasta cierto punto, la recuperación se ve influida por factores de
personalidad. Es sabido que la depresión reactiva puede desencadenar una
depresión endógena si existe una predisposición genética, por lo cual no es de
descartar la necesidad de efectuar estudios de laboratorio.
La depresión crónica (distimia)
Se trata de un tipo crónico de depresión en la cual los estados de ánimo de una
persona están regularmente bajos. Sin embargo, los síntomas no son tan graves
como la depresión mayor.
Causas, incidencia y factores de riesgo: se desconoce la causa exacta de la distimia
pero se sabe que tiende a ser hereditaria. Ocurre con mayor frecuencia en mujeres
que en hombres y afecta a hasta un 5 % de la población en general.
Muchas personas con distimia tienen un problema de salud crónico u otro trastorno
de salud mental como ansiedad, alcoholismo o drogadicción. La depresión mayor,
en aproximadamente la mitad de las personas, se presenta en algún momento de
sus vidas.
La distimia, frecuente en los ancianos, a menudo puede ser causada por: dificultades
propias de la edad, aislamiento, deterioro mental o afección física. El principal
síntoma de la distimia es un estado de desánimo, pesadumbre o tristeza casi todos
los días durante al menos 2 años. Además, dos o más de los siguientes síntomas
estarán presentes casi todo el tiempo en la persona con distimia: sentimientos de
desesperanza, muy poco o demasiado sueño, energía baja o fatiga, baja autoestima,
inapetencia o comer en exceso, falta de concentración. Todos los problemas por más
pequeños que sean parecen muy difíciles de resolver.
A los fines diagnósticos, el médico evaluará la sintomatología del paciente y
considerará la necesidad de realizar exámenes rutinarios de sangre y/u orina para
descartar enfermedades orgánicas que cursan con depresión. Además existen los
análisis que no son de rutina y sirven para determinar alteraciones de la trasmisión
nerviosa que a su vez sean útiles para la elección del tratamiento adecuado para el
paciente.
En estos últimos exámenes puede observarse: baja eliminación de Feniletilamina y
alteraciones de Nor-Adrenalina, Dopamina y/o Serotonina.
El tratamiento psiquiátrico para la distimia incluye entonces terapia con fármacos
antidepresivos junto con la psicoterapia adecuada. Los medicamentos con frecuencia
no funcionan tan bien para la distimia como lo hacen para la depresión mayor y
pueden tomar más tiempo para que surtan efecto y el paciente se sienta mejor.
Sin tratamiento, la distimia puede convertirse en un episodio propio de la depresión
mayor, que se conoce como “depresión doble”.
La depresión encubierta (estados depresivos con compromiso orgánico)
Los síntomas que se presentan en la depresión encubierta, corresponden a
depresiones simples o leves, se manifiestan con trastornos orgánicos (la principal
causa por la que generalmente el paciente acude al médico) y es este el que luego
de diversos exámenes puede sospechar de que se encuentra ante un proceso atípico
de depresión.
Los síntomas más comunes son: trastornos en el sueño, que se presenta al principio
o al final del periodo de descanso; inquietud durante el sueño, a menudo de noche
se despiertan presentando frecuentes sueños desagradables "pesadillas"; tendencia
a querer dormir todo el día, pasando muchas horas en la cama, lo que contribuye a
una forma de escapar de su realidad y responsabilidades; trastornos del apetito, uno
de ellos y de gran importancia es la anorexia, que implica la disminución del apetito
y por consiguiente una importante pérdida de peso, o la inversa, puede presentarse
un deseo compulsivo de comer pudiendo llegar hasta la bulimia con el
correspondiente aumento de peso; disminución del deseo sexual, los pacientes
presentan una disminución o desaparición del deseo sexual; decaimiento físico, se
principalmente por la mañana, provocando que el enfermo no desee levantarse y es
en ocasiones lo que implica que el paciente no tenga ánimo para realizar las
actividades cotidianas que requieren de su atención; el enfermo también mostrará
menos interés hacia las cosas que normalmente le gustaban. También suelen
presentarse con trastornos digestivos, trastornos cardiovasculares, dolores
inespecíficos, etc.
La depresión atípica suele presentar un perfil bioquímico similar al observado en las
depresiones típicas y responden al tratamiento con antidepresivos.
II.-Trastornos depresivos bipolares
Se considera que una persona padece de un desorden bipolar (enfermedad maníacodepresiva) si a lo largo de su vida ha sufrido varios estados de depresión profunda y
al menos una vez ha pasado por un episodio de manía.
La manía se caracteriza por una conducta fuera de lo común de una persona, que
actúa de forma eufórica constantemente. Durante esos lapsos, el enfermo se
encuentra hiperactivo y puede que gaste más dinero de lo habitual, que compre
cosas innecesarias y tome iniciativas que terminen perjudicándolo. También se
considera dentro de esta fase el aumento de la irritabilidad y la ausencia de sueño.
Generalmente en la manía el enfermo no puede controlar el ritmo de sus
pensamientos. Pasado este periodo, puede pasar por un período de estabilidad
variable en el tiempo y luego caer en una profunda depresión. Se calcula que entre
un 1 - 2 % de la población sufre de esta enfermedad. A estos síntomas se los
conoce como trastorno bipolar I.
La bipolaridad puede aparecer en la adolescencia o al principio de la edad adulta
pero también existen niños que padecen esta enfermedad.
Las personas con el trastorno bipolar tipo I han tenido al menos un episodio
completo de manía con períodos de depresión grave. En el pasado, el trastorno
bipolar tipo I se denominaba ``depresión maníaca´´.
Humor
También existe un tipo de trastorno bipolar llamado trastorno bipolar tipo II, y
las personas con trastorno bipolar tipo II nunca han experimentado un episodio
maníaco completo, pero en lugar de esto, experimentan períodos de niveles
elevados de energía e impulsividad que no son tan extremos como la manía (a esto
se lo llama hipomanía). Dichos períodos alternan con episodios de depresión.
Una forma leve de trastorno bipolar es la llamada ciclotimia, que implica
fluctuaciones en el estado de ánimo menos intensas. Las personas ciclotímicas
alternan entre hipomanía y depresión leve.
Es posible que las personas con trastorno bipolar tipo II o ciclotimia reciban un
diagnóstico equivocado de depresión.
Dentro de los trastornos bipolares se ha incluido el trastorno bipolar no
específico, que se caracteriza por una alternancia muy rápida entre síntomas
maníacos y síntomas depresivos (cicladores rápidos). No cumplen con el criterio de
duración mínima para un episodio maníaco o un episodio depresivo mayor o se
presentan en forma de episodios hipomaníacos a repetición sin síntomas depresivos
entre los mismos.
Es de destacar que muy frecuentemente se presentan situaciones en este tipo de
pacientes en las que el medico debe necesariamente descartar que la
sintomatologia no haya sido desencadenada por la ingesta de alguna
droga.
III.-Trastornos de ansiedad
Se puede afirmar que la ansiedad es una sensación de malestar, que se manifiesta
como una reaccion defensiva ante la presencia de un peligro. Estas respuesta, ante
situaciones que comprometen la seguridad son procesos adaptativos de las especies.
Ejercen una función protectora a fin de poder enfrentar los peligros. Las respuestas
mas eficaces fueron en general la huída o la lucha. Es así que la especie humana ha
desarrollado mecanismos químicos, fisiológicos y psicológicos que permitieron en su
momento la supervivencia del individuo y que en ciertas personas han perdurado en
el tiempo aún habiendo desaparecido los peligros mencionados.
De tal manera, determinados estímulos externos pueden poner en funcionamiento
estos mecanismos defensivos, los que se manifiestan bajo la forma de distintas
conductas defensivas dependientes tanto del temperamento, carácter o vivencias
previas de los individuos.
Diversos autores han clasificado los trastornos de ansiedad de la siguiente manera:
Síntomas subjetivos, cognitivos o de pensamiento
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Preocupación.
Inseguridad.
Miedo o temor.
Aprensión.
Pensamientos negativos (inferioridad, incapacidad).
Anticipación del peligro o amenaza.
Dificultad de concentración.
Dificultad para la toma de decisiones.
Sensación general de desorganización o pérdida del control del medioambiente.
Síntomas motores u observables
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Hiperactividad.
Paralización motora.
Movimientos torpes y desorganizados.
Tartamudeo y otras dificultades de expresión verbal.
Conductas de evitación.
Síntomas fisiológicos o corporales
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Síntomas cardiovasculares: palpitaciones, pulso rápido, tensión arterial alta, accesos de calor.
Síntomas respiratorios: sensación de sofoco, ahogo, respiración rápida y superficial, opresión
torácica.
Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, aerofagia, molestias digestivas.
Síntomas genitourinarios: micciones frecuentes, enuresis, eyaculación precoz, frigidez,
impotencia.
Síntomas neuromusculares: tensión muscular, temblor, hormigueo, dolor de cabeza, fatiga
excesiva.
Síntomas neurovegetativos: sequedad de boca, sudoración excesiva, mareos
De acuerdo a estos síntomas los trastornos de ansiedad se han clasificado de la
siguiente manera:
TRASTORNO DE ANGUSTIA SIN AGORAFOBIA
TRASTORNO DE ANGUSTIA CON AGORAFOBIA
AGORAFOBIA
FOBIA ESPECÍFICA
FOBIA SOCIAL
TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC)
TRASTORNO POR ESTRÉS AGUDO
TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADO (TAG)
TRASTORNO POR ANSIEDAD DEBIDO A ENFERMEDAD
TRASTORNO POR ANSIEDAD INDUCIDO POR SUSTANCIAS
HIPOCONDRÍA
Agorafobia: miedo a los lugares donde no se puede recibir ayuda, por temor a sufrir una crisis de
pánico.
TAG: presencia casi constante de preocupación o tensión, incluso cuando hay poca o ninguna causa.
Fobia específica: un miedo persistente e irracional a un tipo particular de objeto, animal, actividad o
situación que ofrece poco o ningún peligro real.
Fobia social: temor mayor o menor frente a varios tipos de situaciones, entre las que se destacan
hablar en público, reuniones sociales en las que tendrá que relacionarse, encuentros inesperados con
conocidos, familiares, amigos, etc.
Hipocondría: la hipocondría es una enfermedad por la que el paciente cree de forma infundada que
padece alguna enfermedad grave.
Los Drs. Spatz, Carrión y sus colaboradores, al estudiar la bioquímica de los
trastornos de ansiedad hicieron un hallazgo muy importante propio de estos
trastornos.
Hemos mencionado anteriormente que existen distintos tipos de enzimas (sustancias
del organismo que tienen la propiedad de facilitar y acelerar las reacciones químicas)
cuya función consiste en mantener niveles óptimos de las moléculas encargadas de
la trasmisión del impulso nervioso. Entre estas enzimas se encuentran las
monoamino oxidasas (MAO). En el sistema nervioso central existen 2 tipos distintos
conocidos con el nombre de MAO-A y MAO-B. Las plaquetas sanguíneas contienen
MAO-B y en la circulación general se encuentra una MAO totalmente diferente a las
anteriores: la MAO plasmática, conocida también con el nombre de bencilamino
oxidasa (BAO).
En los pacientes que sufren distintos trastornos de ansiedad se pudo determinar
que los valores de MAO-plasmática se encuentran muy elevados en comparación con
controles normales o pacientes que no padecen estos trastornos.
En la tabla que sigue se pueden observar los resultados de los primeros estudios que
se hicieron al respecto y que fueron confirmados posteriormente en un número que
supera los dos mil casos. Los diagnósticos que figuran en ella fueron realizados
mediante entrevistas personales, tests psicológicos y en especial el test del
inventario multifacético de personalidad de Minnesota (MMPI) que se compone de
567 ítems dispuestos en 10 escalas clínicas que exploran distintos aspectos de la
personalidad y en 3 escalas de validación que señalan el grado de confiabilidad de
las respuestas obtenidas.
Los valores normales de MAO-plasmática determinados fueron:
MAO-plasmática en hombres: 16.5  3.7 nmol/ ml/ h, MAOplasmática en mujeres: 17.5  4.1 nmol/ ml/ h.
Diagnóstico
Promedio MAO plasmática
Trastorno de angustia sin agorafobia
Nro. de
casos
6
Trastorno de ansiedad generalizada
Trastorno de conversión
Trastorno de angustia con agorafobia
Agorafobia sin angustia
Fobia social
Fobia específica
Trastorno obseso-compulsivo
Hipocondría
5
3
77
1
25
10
7
8
32.5
26.0
27.9
29.3
25.8
30.2
30.7
25.2
Total
142
27.6  8.3
22.2
Respecto a pacientes con un diagnóstico primario distinto al de trastornos de
ansiedad encontramos que 24 de los 29 casos (76.8 %) estudiados presentaban
cifras normales de MAO plasmática, con un promedio de 15.7  4.7 nmol/ h, muy
similar al determinado en controles normales. La mayoría correspondía a
depresiones mayores, 4 eran pacientes bipolares, hubo un caso de esquizofrenia, un
trastorno delirante y un trastorno psicótico breve.
La determinación de la MAO-plasmática suele ser muy útil dado que muchas
enfermedades del sistema nervioso son difíciles de diagnosticar solamente desde un
punto de vista clínico y no siempre los pacientes suelen ser objetivos en la
descripción de sus síntomas. Por otra parte debe tenerse en cuenta que muchas
veces estos trastornos suelen estar acompañados por síntomas de depresión o
perturbaciones del pensamiento y que por lo tanto presentarán un perfil bioquímico
característico. Todos estos datos ayudan en la elección del tratamiento mas
adecuado.
IV.-Trastornos psicóticos y esquizofrenia
Los trastornos psicóticos son trastornos mentales graves que causan ideas y
percepciones anormales, las personas con psicosis pierden el contacto con la
realidad. Dos de los síntomas principales son delirios y alucinaciones. Los delirios son
falsas creencias, tales como la idea de que alguien está en su contra o que la
televisión le envía mensajes secretos; las alucinaciones son percepciones falsas,
como escuchar, ver o sentir algo que no existe.
Básicamente, se considera psicosis a todos los trastornos mentales en los que la
pérdida del contacto con la realidad es muy llamativa (por ejemplo, en casos en los
que el paciente no distingue en absoluto entre la realidad y su fantasía, o entre sus
miedos internos y las amenazas reales, etc.). En sentido estricto, la pérdida del
contacto con la realidad se da en distinto grado en muchos trastornos psiquiátricos
incluidas las neurosis graves, pero en los trastornos psicóticos este síntoma es
mucho más acentuado.
Las psicosis cursan con mucha frecuencia con delirios (pensamientos ilógicos, en
general muy extravagantes y sin base real, que no están basados en una creencia
cultural compartida y que no se pueden rebatir mediante argumentación lógica).
Muchas veces estos síntomas van acompañaos por alucinaciones (percepciones sin
estimulo real, como voces, visiones, etc.).
Tanto las alucinaciones como los delirios pueden también verse en cuadros de
depresión psicótica o manía delirante, en el trastorno bipolar. También en
intoxicaciones por drogas estimulantes o alucinógenas, como efecto secundario de
algunos fármacos en algunas otras enfermedades (neurológicas, reumatológicas,
etc.) y de una manera muy característica en los trastornos que se exponen en este
apartado.
El trastorno psicótico más conocido es la esquizofrenia.
La edad de aparición de esta enfermedad varía entre los 15 y los 45 años, aunque
suele comenzar al final de la adolescencia. También hay casos de aparición en la
infancia, que suelen enmascararse con problemas escolares o de mal
comportamiento a veces mal diagnosticados como déficit de atención con o sin
hiperquinesia
Quien sufre de esquizofrenia experimenta una distorsión de los pensamientos y
sentimientos. Lo que caracteriza a la esquizofrenia es que afecta a la persona de una
forma total, por lo que quien la padece comienza a sentir, pensar y hablar de forma
diferente a como lo hacía antes. Dicha persona puede empezar a estar extraña, más
aislada, puede evitar salir con amigos, duerme poco o demasiado, habla sola o se ríe
sin motivo aparente. Es muy importante no olvidar que la persona que sufre de
esquizofrenia no puede explicar lo que le está sucediendo, tiene miedo de hacerlo o
de creer que está enfermo y por lo tanto, en la mayoría de los casos, no pedirá
ayuda ni se quejará de lo que le sucede. Al comienzo de la enfermedad puede
suceder que no acepte tomar medicación ni acudir al especialista.
En general los esquizofrénicos presentan dos tipos de síntomas:
Síntomas positivos: Se caracterizan por alucinaciones (vivencias interiores que
pueden ser de tipo auditivas, táctiles, visuales, gustativas y olfativas), delirios (ideas
de persecución, de culpa, de grandeza, religiosas, somáticas, etc.) y trastornos del
pensamiento (el paciente relata que ha perdido control sobre sus pensamientos, que
estos le han sido sustraídos, impuestos o que son dirigidos por extraños poderes o
fuerzas relacionadas).
Síntomas negativos: son aquellas cosas que el paciente deja de hacer y que los
individuos sanos pueden realizar cotidianamente, como pensar con fluidez y con
lógica, experimentar sentimientos hacia otras personas, tener voluntad para
levantarse cada día, etc. El paciente presenta apatía, falta de energía, problemas de
atención, falta de placer, insociabilidad, etc. El enfermo esquizofrénico tiene menos
capacidad de acción que una persona sana.
Se manifiesta como:
 Incremento de actividad NMT en sangre total de
pacientes con trastornos sensoperceptuales


Incremento en la eliminación de compuestos Nmetilados anormales por orina en pacientes con
trastornos sensoperceptuales

Incremento en la eliminación de compuestos Ometilados anormales por orina en pacientes con
trastornos sensoperceptuales
Estos últimos síntomas pueden darse antes de que aparezcan las alucinaciones y los
delirios, pero más frecuentemente aparecen solo después de la desaparición de los
síntomas positivos. Sería una fase residual de la esquizofrenia.
Se debe destacar que no todas las personas que sufren de esquizofrenia tienen
estos impedimentos o síntomas, alrededor de una tercera parte de los enfermos no
los presentan en absoluto o los tienen tan poco acentuados que apenas los molestan
en la vida cotidiana.
Las personas que sufren de trastornos psicóticos parecen tener un desequilibrio
neuroquímico, por esta razón los investigadores estudian los neurotrasmisores que
permiten la comunicación entre las células cerebrales. Las medicaciones anti
psicóticas modernas apuntan a tres sistemas de neurotrasmisores diferentes:
dopamina, serotonina y norepinefrina.
En nuestra experiencia, tal como se menciona en otra sección, uno de los
factores que contribuyen a la aparición de síntomas de psicosis es una
actividad descontrolada de una enzima: la N-metiltransferasa, hecho que
ya fue observado por el grupo de trabajo de G.A. Buscaino y sus
colaboradores de la Universidad de Bari (Italia).
Un aumento de la actividad N-metilante (actividad de la Nmetiltransferasa) da lugar a la formación de cantidades anormales de
diversos compuestos derivados de la serotonina o de su pariente químico,
la triptamina. Estos compuestos han demostrado poseer propiedades
francamente alucinógenas en humanos y provocar conductas anormales
en animales de laboratorio.
Se sospecha que normalmente estos productos , la N,N-dimetiltriptamina
(DMT), la bufotenina (BU) y la O-metilbufotenina (OMB) están
relacionados con los mecanismos del sueño.
Las mismas se miden en este laboratorio mediante técnicas muy
sofisticadas.
Asimismo con las técnicas actuales, mucho más exactas que las utilizadas
por Buscaino, también nos es posible medir rutinariamente la actividad de
la N-metiltransferasa en sangre.
La presencia de una o más de estas anormalidades debe hacer sospechar
al médico de un proceso psicótico aunque los síntomas sean confusos.
Cabe agregar que se ha demostrado que determinados medicamentos anti
psicóticos tienen la propiedad de inhibir a la N-metiltransferasa.
V.- Síndrome por déficit de atención
El Déficit de Atención con y sin hiperactividad (TDAH, ADHD, ADD, según
distintos autores) es un trastorno de origen biológico caracterizado por una
alteración bioquímica en la que están afectados diferentes neurotransmisores. Entre
ellos se han identificado la dopamina, la noradrenalina y la feniletilamina. En este
trastorno existe una limitación para que ciertos mensajes pasen de un área cerebral
a otra de manera adecuada, como consecuencia se genera falta de atención,
problemas de concentración y en un porcentaje alto de personas hiperactividad e
impulsividad.
P. Bailador y col.
Inst. Clemente Estable (Uruguay)
El déficit atencional con hiperactividad es un síndrome que
afecta de 5 a 10% de los niños en edad escolar y tiene severas
consecuencias para el rendimiento intelectual, las relaciones
intrafamiliares y el futuro de los niños afectados. Dado que el
tratamiento con estimulantes es beneficioso en algunos de
éstos casos, un diagnóstico positivo frente a patologías
comórbidas, es muy importante.
Se determinó la excreción de noradrenalina a primeras horas
de la mañana (8:00) y a media mañana (lO:OO} en niños
controles y en portadores de déficit atencional con
hiperactividad (DAH).
Los datos obtenidos muestran que la dinámica de la
noradrenalina se modifica en los niños con DAH.
Esta enfermedad compleja y multifacética que afecta las áreas emocionales,
cognitivas y del comportamiento tanto en niños como en adultos es tratada en un
capítulo especial de esta página.
[ Ver más acerca del déficit de atención ]
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