PRESENTACIÓN DEL BUDO Y DEL YOGA AIKITAISO Presentación (5 minutos) 1. ejercicios de Aikido. Son una serie de ejercicios de preparación y comprensión del Aikido, es decir, enseñan los principios básicos del Aikido de de respiración, coordinación, contacto, etc. 2. básicos de Aikido. Algunas técnicas básicas del Aikido. Ikkyo, Iriminage y shihonage. 3. técnica avanzada. Técnicas contra armas, ritmo de entrenamiento del aikidoka avanzado. Propuesta de mercadeo Portafolio de servicios digital Hacer una presentación de la academia, los instructores y los servicios que ofrecemos por medio de un video que se distribuirá en CD a empresas, colegios y universidades, así como en la página Web. Se debe tener en cuenta que más allá de pederle a cada instructor que prepare una presentación de 5 minutos, se le debe pedir toda una presentación de 2 horas donde un equipo seleccionará y editará lo mejor para acomodar en el video en 5 minutos, de tal manera la presentación presentará los mejores ángulos y técnicas de cada instructor según criterio del editor para la mejor imagen de la academia. A continuación presento algunas ideas sobre un discurso promocional de las artes marciales, donde utilizo la palabra japonesa Budo para hacer énfasis sobre la misión y visión de la empresa de la formación de personas integras, ya que el termino arte marcial recarga en nuestro medio la idea de un deporte competitivo de lucha y estrategia de guerra, mientras que la palabra Budo, “vía del guerrero” se carga a la idea de la formación espiritual, mental y física de la persona. Por último doy una pequeña explicación sobre el Aikido y sus beneficios que quiero que se lea para la presentación de 5 minutos LA PRÁCTICA DEL BUDO COMO FOMENTO DE PAZ. Por: Jairo Augusto Sánchez González Psicólogo e instructor de Aikido Introducción En tiempos en que todas las personas esperan superar la violencia que vive el país, se hace necesario plantear proyectos que permitan a los jóvenes canalizar la agresividad que tienen en su espíritu emprendedor, agresividad que no se puede dejar de lado ni ignorar, porque precisamente es la falta de la oportunidad de darle una salida adecuada la que genera su manifestación violenta y destructiva que tanta desgracia ha dejado en nuestro entorno. Una de esas posibilidades de canalizar la agresividad es el Budo (artes marciales), donde se combinan el juego, la recreación y la disciplina de un arte que pone en el cuerpo toda la manifestación del ser humano como tal. Dentro de la idea que tiene el común de la gente sobre las artes marciales es que son violentas y agresivas; que invitan a golpear y destruir al otro. Pero nada más lejano de la verdad, puesto que la practica del Budo conlleva una salida a la agresividad propia del ser humano de una manera saludable, al encontrar una manera de expresarla directamente, pero canalizada y simbolizada a través del dialogo de los cuerpos, que se mueven al ritmo de un combate convenido entre los contrincantes. Las razones para considerar que la practica del Budo como una herramienta poderosa para fomentar la paz entre los personas que quieren dejar la violencia es el derecho que tiene el ser humano a sentir rabia, tristeza, miedo, indignación entre tantos otros sentimientos considerados negativos que lamentablemente no tienen la posibilidad de expresarlos porque temen dañar al otro o ser calificados de débiles o cobardes. Esto nos lleva a tener en nuestro interior un cúmulo de sentimientos inexpresados que en cualquier momento explota en un ataque violento contra quienes tenemos a nuestro lado, causando mucho más daño que el supuesto evitado cuando nos tragamos el sentimiento, y lo peor es que desconocemos el porque de la fuerza y la razón de tal ataque. Otra buena razón es la necesidad de formalizar y mejorar la expresión corporal por medio de la relajación física que se alcanza con el trabajo corporal del Budo. Por ejemplo, se dice que el dialogo es la mejor manera para canalizar y dar salida a los conflictos personales y sociales, pero el dialogo no sólo esta compuesto de palabras, sino además de gestos, de la expresión corporal que acompaña el hablar: El movimiento de las manos, las facciones del rostro, la tensión de los músculos, etc. que expresan más de lo que las palabras dicen. Pero aún estos gestos están viciados por el temor aprendido, el estrés y la forma particular de ser de cada cual, lo que lleva a tener interpretaciones erróneas de lo que se dice. Además que solemos escuchar lo que nos conviene, lo que suponemos que dice e interpretamos desde nuestra visión, lo que hace del dialogo intelectual más bien un obstáculo para la adecuada comunicación entre las personas. Sin embargo, si hacemos del cuerpo un canal de expresión natural podríamos facilitar la comunicación. Para que esto sea posible, es necesario que el cuerpo se acostumbre a estar relajado. Situación que se logra cuando la persona tiene una constante observación consciente de su propiocepción, o sea es capaz de sentir sus músculos y saber su estado de tensión o relajación en cada momento. Precisamente esto es algo que enseña a hacer la practica del Budo, por lo que el artista marcial suele ser una persona más calmada y pacifica que el común de las gentes. Se podría pensar que el deporte como tal cumple también con la función de mejorar la actitud corporal del ser humano. Esto no lo podemos negar, pues el Budo no deja de ser un deporte para la vista de las personas que sólo la ven desde afuera, desde donde se ve solamente como un ejercicio físico que mejora la destreza, la fuerza, la resistencia, etc., pero el Budo, además del trabajo físico, encarna toda una filosofía que considera al cuerpo como el ser mismo: no hay persona sin cuerpo, sin la estructura material que sustenta su existencia. Y es a través de él que el sujeto habla, se expresa, se presenta como ser inmerso en la sociedad y en la cultura que le toco vivir por estar ahí en carne viva. De esta manera, el Budo pasa a ser la expresión misma de la persona que lo practica, su ética y su estética, su estilo de vida, por lo tanto es algo que no se puede llevar a la competencia y la rivalidad entre distintos practicantes, pues no se puede ser uno mismo sino en relación a sí mismo y no en comparación con otros —Ni siquiera puedo ser mejor que mi mismo porque soy en todo momento independiente de lo que fui o seré, sin embargo no puedo negar lo que fui y seré por lo que soy. Desvirtuar lo que fui, lo que soy y lo que seré, sería desvirtuarme como ser que existe—. Por lo tanto el Budo me reconoce como ente en tanto que lo practico y me expreso por él. Es por esto que el Budo no tiene un fin para ser practicado y se debe practicar para el resto de la vida. Todo lo descrito hasta el momento da pie para pensar que la práctica del Budo debe ser orientada como una actividad formativa, lúdica y recreativa, donde su práctica debe ser la realización de la práctica en sí misma, desalienada y creativa, mediante la cual el ser humano realiza su propia esencia humana. Debe ser desarticulada de propósitos egoístas y competitivos donde se vanagloria al más fuerte, hábil o inteligente, sino un espacio donde se comparte el interés por la técnica y se aprovecha el conocimiento del otro para articular propuestas de convivencia, de encuentro, de expresión. Pero sobre todo, el Budo, tanto como el juego en los niños, no tiene un ideal para alcanzar, pero en la medida que se realiza la personalidad del sujeto se afianza, se desarrolla, se crea, se aprende a respetar al otro en la medida que se respeta a sí mismo. En este aspecto, también se desliga al Budo del misticismo que algunos le dan al considerarlo como una practica espiritual, puesto que el juego no es una religión, sin que por eso deje de ser una practica que transmite valores positivos de convivencia. El Budo no tiene limites de edad, persona o condición social para ser practicado, sólo se hace necesario reconocer su valor estético y ético, y sobre todo reconocer nuestros propios límites para realizar ciertos ejercicios que exige la practica, así como aceptar el ritmo propio de aprendizaje e incorporación de la técnica, puesto que es nuestra propia naturaleza la que expresamos a través de ella y no lo que se nos impone desde afuera, sin desconocer por ello la interdependencia con el medio i. En definitiva debe entenderse como la fluidez de nuestras energías con el otro, el medio y nuestro interior. Y en la medida que se acepta y se reconoce esta interdependencia es posible reconocer cual es nuestra libertad y cual el limite hasta donde podemos llegar en el contacto con el otro. ¿Qué es Aikido? El Aikido es un arte marcial japonés fundado por Osensei Morihei Ueshiba (1883-1969), donde combina su profundo conocimiento espiritual con la técnica marcial. La palabra Aikido significa: "La vía de la armonía espiritual", por eso el Aikido trasciende las artes marciales duras (de confrontación, golpes y destrucción) y suaves (de ceder para vencer) para ser un arte marcial de armonía consigo mismo, el prójimo y la naturaleza. Su técnica consiste en unir la energía que el contrincante utiliza en su ataque con la energía del aikidoka con movimientos circulares del cuerpo, con la intención de neutralizar el ataque o proyectar lejos al agresor. El Aikido integra en el entrenamiento los aspectos físicos, mentales y emocionales del estudiante, desarrollando su autoconfianza y su capacidad de reaccionar instantáneamente frente a cualquier situación. Beneficios de la práctica del Aikido El Aikido brinda beneficios a nivel personal en los aspectos físicos, mental y espiritual, tanto como a nivel social. A nivel personal el practicante va desarrollando una postura estable y una respiración libre a medida que se libera poco a poco de los bloqueos inscritos en el cuerpo y espíritu, al tiempo que se ejercita los músculos y articulaciones adquiriendo flexibilidad, coordinación, resistencia y reacción. También desarrolla la atención, la concentración y la memoria. Además, permite canalizar de forma positiva toda su energía agresiva. A nivel social el Aikido ofrece la posibilidad de resolver diferentes situaciones sin la necesidad de imponerse al otro, sino con la colaboración y cooperación buscando vías en la unión de esfuerzos, permitiendo que las situaciones conflictivas sean provechosas para el crecimiento de los grupos. YOGA AIKITAISO Jairo Augusto Sánchez G. Psicólogo e instructor de aikido El yoga aikitaiso son una serie de ejercicios bioenergéticos dirigidos a despertar y reunir las energías físicas, psíquicas y mentales necesarias para realizar las actividades cotidianas o aquellas que tenemos intención de realizar inmediatamente. La palabra yoga proviene del sánscrito y hace referencia a la unión de los aspectos físicos con los espirituales del hombre; la palabra Aikitaiso proviene del japonés, y esta compuesta de tres caracteres así: “Ai” significa unión y “Ki” energía, “Taiso” hace referencia a los ejercicios de preparación a una actividad física, de tal manera que hace referencia a los ejercicios de calentamiento del Aikido. Consiste en ejercicios de respiración, vibración y estiramiento para relajar y energizar el cuerpo y la mente, preparándonos para la acción. El yoga aikitaiso es en una alternativa para superar el estrés que genera la vida laboral con unos ejercicios sencillos de relajación, masajes y automasajes que se pueden realizar en medio de la jornada laboral sin que se convierta en una perdida de tiempo ni en una jornada de ejercicios agotadores como lo sería la practica de la gimnasia convencional o de algún deporte. El estrés es considerado como la «respuesta fisiológica o psicológica a una situación o evento potencialmente dañino», como una respuesta adaptativa a ciertas situaciones o eventos extremos (presión) que plantea a la persona una demanda especial tanto fisiológica como psicológica ii. Como adaptación, el estrés, sería considerado como una respuesta de ajuste al agente estresor. Sin embargo el estrés siempre a sido considerado como la respuesta fisiológica y psicológica a las situaciones que le son amenazantes, tal como el temor ante un peligro real es perfectamente normal estas reacciones; pero en la actualidad la “situación peligrosa” que dispara el estrés no es real, es decir, en definitiva, las respuestas instintivas posibles (huir o confrontarse al estimulo estresor) no son las adecuadas ante las nuevas situaciones, por ejemplo, si se tiene un desacuerdo con el jefe inmediato no se puede pelear con él ni tampoco dejar abandonado el puesto de trabajo, es necesario buscarle una salida más diplomática y racional. Sin embargo la carga de tensión experimentada suele no encontrar una salida adecuada creándose una situación de estrés permanente que cae en una posible enfermedad física o mental, o en deserciones permanentes del trabajo, produciendo una alta tasa de rotación laboral en las empresas. Pero cuando se trabaja sin tensiones musculares y psicológicas es posible concentrase en la labor que se esta realizando, mejorándose así el rendimiento laboral, la capacidad intuitiva de la inteligencia emocional y la creatividad del ejecutivo, el empleado y el obrero. Esto se debe, a que, para que un músculo este tenso se necesita de una orden mental para tensarlo, resultado de las ideas preocupantes que ha diario maneja el trabajador, casi siempre pasadas o futuras de sus negocios, familia u otras campos donde se desenvuelve la personaiii. Por lo tanto se están utilizando energías innecesarias en un acto fatigante. Pero si restauramos ese sobreesfuerzo con ejercicios de respiración, relajación y estiramiento, y sobre todo tomamos conciencia de esa situación de nuestro cuerpo y, con él de nuestras emociones, podremos mejorar la productividad y, por supuesto, nuestra calidad de vida. Hay dos tipos de relajamiento: el pasivo y el rítmico. El primero consiste precisamente en el relajamiento mismo, o sea en no hacer, o dicho de otra manera, consiste en sentarse o acostarse y observar el cuerpo en este estado de inactividad. El segundo consiste observar la manera como funcionan los músculos, o sea, darse cuenta de la acción seguida de la inacción. Como quien dice, en el movimiento de algún músculo éste se estira y se contrae en la medida necesaria del trabajo que se realiza, imponiéndose un ritmo de acción que permite tener el músculo relajado, puesto que mientras un músculo actúa su opuesto descansa, por ejemplo, en el movimiento del brazo, mientras se contrae los bíceps se relajan los tríceps. Pero esta situación no sucede cuando se apresura la acción en busca del resultado final, cuando se está estresado o fatigado, porque todos los músculos se encuentran tensos, y lo peor es que no lo notamos. Esto nos muestra que es necesario mantener en el trabajo diario un ritmo de relajación consciente que consiste en ocuparse de la exactitud de cada movimiento antes que en la velocidad o el logro final para que el trabajo rinda. Al respecto podríamos resaltar las palabras de Fritjof Capra en su artículo “La Nueva Visión de la Realidad” quien dice «si soy el universo, no puede haber influencias “externas”, y todos mis actos serán espontáneos y libres». (Varios. Sabiduría Antigua y Ciencia Moderna. ED. Cuatro Vientos. Santiago de Chile 1991. Pág... 138). También el maestro fundador del Aikido Morihei Ueshiba dice ser el Universo por lo tanto invencible. ii Ivancevich, John M. Y Mattason, Michael T. Estrés y Trabajo. Una Perspectiva Gerencial. Trillas México. 1985. iii Kennedy, Joseph. Descanse y Viva. ED. Continental. México. 1960. i