FORMANDO CON LAS DIFERENCIAS DE GÉNERO En los 12 años como docente en el área de ciencias naturales de los cuales 6 me desempeñé como coordinador de convivencia, observé que organizar cursos mixtos genera contradicciones en el proceso de aprendizaje y enseñanza de niños y niñas, reflejándose en la poca efectividad de muchas actividades de enseñanza y estrategias de formación en la promoción de hábitos adecuados o cuando de tomar correctivos se trata. De igual forma basándome en las investigaciones que han arrojado evidencias sobre que el cerebro masculino y el femenino no funcionan igual; que niños y niñas se desarrollan a diferentes ritmos y, que muestran fortalezas y debilidades diferentes; consideré necesario preguntarme si el género hace una gran diferencia cuando se trata de aprender y/o formarse. Por supuesto, niños y niñas deben ser tratados como iguales pero, esto no significa que sean idénticos o que deban ser orientados exactamente de la misma forma y con las mismas actividades. En general, las niñas se desarrollan física, intelectual y emocionalmente más tempranos que los niños. Por lo tanto, consideré pertinente comprobar estos supuestos para aprovechar las fortalezas y trabajar en la superación de debilidades en cada género. Apoyado en mis observaciones y en la teoría se estableció la estrategia de organizar cursos separados para niños y niñas. En el año 2003 comenzamos con 2 cursos en sexto grado y un tercero mixto. La experiencia duró hasta el 2005 por motivos de organización y cupos escolares ( 3 cursos de octavo se reorganizaron en 2 de noveno). Durante este tiempo pude comprobar y descartar algunos supuestos como: a) las diferencias entre niños y niñas se encuentran relacionadas con las actividades que estos son estimulados a realizar, b) los niños son más inquietos y tienen más dificultad para concentrarse, influyendo en la relación profesor-estudiante dentro del aula, c) para las niñas, el colegio tiende a ser un lugar más amable, desarrollando mejores relaciones interpersonales con los docentes y personal de apoyo, d) en los niños se presenta más situaciones de agresividad física, f) las niñas demuestran más cortesía y tolerancia, g) las niñas demuestran mayor sentido de responsabilidad en la realización y entrega de tareas. En si, la propuesta Formando con las diferencias de género consiste en organizar los cursos por sexos, siendo la institución un centro educativo mixto, con el fin de organizar actividades y estrategias que produzcan mejores resultados con cada uno de los sexos, reforzando fortalezas y disminuyendo debilidades en cada género. La propuesta se dio a conocer a los docentes, estudiantes involucrados y sus respectivos padres por escrito, donde se incluían fortalezas y debilidades. La intención era que cada sector involucrado expresara sus observaciones y experiencias para ir sistematizando; hacer seguimiento y evaluación continua. Para evidenciar los resultados de esta estrategia utilice la observación directa; la entrevista con docentes y estudiantes involucrados directamente; encuestas de opinión por escrito entre estudiantes participantes; y una estadística del rendimiento académico por estudiante y por curso. Entre los resultados más relevantes se destaca el hecho que el mejor comportamiento del curso de las niñas comparado con el curso de los niños o uno mixto, influye en el proceso de aprendizaje- enseñanza y, en la relación profesor-alumno, reflejándose en un mejor rendimiento académico del curso de niñas. Algo que tiene mucha influencia en este resultado es el alto grado de cumplimiento de tareas y actividades de consulta, consecuencia, posiblemente, de un mayor sentido de responsabilidad o temor a las represalias. A nivel de formación o de actividades diferentes al proceso académico, la estrategia de sexos separados me permitió interactuar en forma diferente en los dos cursos pero a la vez, casi de la misma forma en un mismo curso debido al juego de intereses. Desarrollé actividades y estrategias encaminadas a la formación de los estudiantes, observando un mayor grado de efectividad; como comenta un niño: “los sexos separados permite que nos expresemos más en todo y nos permite hablar de un tema sin tener un poco de disimulo por las mujeres, yo pienso que todavía debemos estar separados.” Puedo concluir afirmando que esta propuesta no estaría desconociendo la realidad del mundo exterior de las aulas, que en última instancia no separa a las personas por género. Como tampoco se correría mucho riesgo de desatender la formación psicosexual de los alumnos, como podría estar pasando en instituciones no mixtas.