2013 EFI Tema 7 Juventud y violencia familiar

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JUVENTUD Y VIOLENCIA FAMILIAR
Introducción
Cuando hablamos de violencia intrafamiliar lo primero que se nos viene a la mente
es el marido golpeando a su mujer o los abusos sexuales dentro del ámbito
familiar. Son sólo los aspectos más conocidos y traumáticos, pero la violencia
intrafamiliar es compleja y variada y afecta sobremanera el desarrollo emocional
de las personas. Marca nuestras vidas y la manera de apropiarnos de la realidad.
La violencia intrafamiliar puede ser física, psicológica, sexual… pero las heridas
que deja en los niños y jóvenes marcan su modo de “estar en el mundo” y
desenvolverse en la sociedad. La autoestima, la autoconfianza, la identidad y el
sentido de pertenencia son fundamentales para desenvolverse en la sociedad y
enfrentar retos y oportunidades en la vida. Y todo esto viene condicionado por el
desarrollo emocional de los primeros años, que está fundamentalmente marcado
por la familia.
En las sociedades centroamericanas se dice que los jóvenes son los principales
causantes de la violencia. Por culpa de este imaginario colectivo están siendo
estigmatizados. Pero ¿cuánto de esta violencia es fruto de lo que les enseñamos
los adultos o de lo que han sufrido al interior de la familia? ¿Por qué no se dice
también que los jóvenes son los que más sufren la violencia, social y familiar, y
son víctimas mayoritarias de la misma?
La estigmatización de la juventud por la violencia es una manera de ocultar la
responsabilidad que tiene la sociedad y la familia en el modo de proceder y de
ubicarse en la sociedad de nuestros jóvenes. Las raíces de la violencia en las
sociedades centroamericanas son múltiples y la intrafamiliar es una de ellas, que
atraviesa clases sociales, etnias y religiones y deja una huella profunda en el
crecimiento personal del joven.
Jóvenes y violencia
Vivimos en sociedades predominantemente
jóvenes, pero sin apostar
honestamente por ellos y ellas. El capitalismo neoliberal genera violencia
económica (inequidad, pobreza, desempleo…), social (exclusión, falta de
oportunidades para los jóvenes y mujeres, estigmatización, polarización…),
cultural (machismo agresivo, marginación de indígenas, de jóvenes y mujeres…)
y ambiental (falta de respeto a la Madre Tierra y sus recursos naturales). Además
la especulación financiera ha desatado una crisis global y ha aumentado
exponencialmente la corrupción, la inequidad, la desesperación de las mayorías
empobrecidas y el aumento del poder y presencia del crimen organizado como
una salida desesperada para mucha gente. Pareciera que la violencia es una
consecuencia cruel e imposible de evitar de este capitalismo extremo, que está
descomponiendo nuestras sociedades y especialmente a nuestros jóvenes.
Esta es la sociedad que les estamos heredando a las y los jóvenes. Una sociedad
con más posibilidades (teóricas) de elección y goce: televisión, internet, celulares,
más acceso a estudios y formación. Pero la violencia generalizada, la falta de
oportunidades reales y la estigmatización cierran los espacios para su desarrollo
humano integral. Se les estigmatiza por su falta de valores, su irresponsabilidad,
poca participación, apatía y adicción a las nuevas tecnologías que los aísla e
incomunica. Pero no se toma en cuenta que estamos construyendo esta sociedad
desde la convivencia familiar y comunitaria. Se les acusa de ser victimarios en las
violencias que vivimos en Centroamérica pero no se dice tanto que la juventud
también pone las víctimas.
Y la familia ¿qué grado de oportunidad tiene para revertir estas dinámicas? ¿qué
responsabilidad hay en la familia de generar jóvenes portadores de violencias o de
cultura de paz y tolerancia?
Hay diversas culturas y dinámicas que llamamos juveniles, pero muchas de éstas
están ancladas en el desánimo por la baja autoestima personal y colectiva.
Responsabilizamos a los jóvenes de pérdida de valores, de falta de
responsabilidad y de apatía, pero ¿los escuchamos? ¿Les damos la oportunidad
de demostrar su creatividad y su capacidad de participación y de responsabilidad?
La violencia en las familias
La violencia intrafamiliar provoca el desarraigo de los jóvenes de su primer foco
identitario que es la familia. Además transmite un modo de resolver las diferencias
por medio de la agresividad y la “ley del más fuerte”. Con la violencia en las
familias se inicia la “herida” de nuestras sociedades enfermas por la violencia y la
costumbre de convivir con ella y arreglar las cosas recurriendo a ella.
La violencia intrafamiliar construye jóvenes inseguros y agresivos, que resuelven
las diferencias con violencia. Produce una juventud en búsqueda de identidad y
sentido de pertenencia que no lograron en sus familias, les da baja autoestima y
poca confianza personal que los hace intolerantes y puede llevar a salidas poco
sociables o a la integración en grupos violentos (tanto del crimen organizado,
como de extremismos ideológicos de izquierda o derecha o a las maras: me siento
poderoso y humillo a otros pero no me quiero ni me siento capaz de llevar una
familia adelante…).
La Violencia intrafamiliar atraviesa clases sociales, etnias y religiones. Son
violentos y agresivos los jóvenes pobres y los ricos, los ladinos e indígenas…
puesto que el machismo, que es una de las causas fundamentales de la violencia
en las familias, contamina todos los estratos de nuestras sociedades. La marca de
la violencia familiar en los niños y jóvenes es la que les heredamos los adultos a
través de las familias y de las sociedades violentas en las que les acostumbramos
a sobrevivir.
La idealización de la familia y la violencia familiar
La familia es un gran apoyo para los jóvenes y un gran referente para su
realización futura. Pero su idealización provoca negación de la violencia
intrafamiliar y ocultamiento de las heridas que ésta provoca: Inseguridad, baja
autoestima, confusión, falta de identidad y de sentido de pertenencia, negación de
la realidad, “vivir con secretos que duelen”…
La familia da seguridad al joven si ha tenido una experiencia positiva (punto de
referencia, identidad y sentido de pertenencia, autoestima, etc.), pero en general
hay experiencias negativas de machismo, violencia intrafamiliar y desintegración
que permanecen ocultas (nunca más sufrir por secretos ocultos) y se impide
enfrentarlos.
El modo de enfrenta r la vida y el desarrollo emocional de la persona nos reflejan
el modo de convivencia familiar. La desmotivación y la rebeldía de los jóvenes son
reflejos de abusos, violaciones físicas y/o sexuales, desprecios psicológicos y
traumas provocados al interior de la familia. La capacidad de arriesgarse, la
confianza en sí mismos, la relación respetuosa y tolerante con los demás,
demuestra una experiencia familiar positiva. La tarea de educadores,
acompañantes y de jóvenes es colaborar para que la violencia en la familia no nos
deje traumados. Debemos ayudarnos a curar las “heridas” y no victimizarnos ni
victimizarlos. Mientras no eliminemos la violencia familiar, tarea ardua y difícil pero
no imposible, tendremos que aprender a superar “heridas” y a “crecer sin
secretos que duelan”. Nuestras sociedades jóvenes nos lo piden y como
seguidores de Jesús debemos ser “personas en plenitud”.
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN
PERSONAL
 ¿Qué aspectos de mi modo de ser los identifico con mi vivencia de la
familia?
 ¿Qué aspectos de mi vida familiar actual y pasada me ayudan a
desarrollarme como persona y cuáles me impiden ser libre y desarrollarme
como “persona en plenitud”?
 Termino mi momento personal con una “acción de gracias” ´por mi familia,
aceptándome como soy, reconociendo mi historia y tratando de superar mis
“heridas” y mis secretos dolorosos, evitando victimizarme y destacando lo
positivo (manantiales) que me ha dado mi convivencia familiar.
GRUPOS
1. ¿Por qué considera que la familia es tan importante para el desarrollo
emocional de las personas?
2. ¿Qué relación puede tener la autoestima de los jóvenes con sus referencias
familiares?
3. ¿Por qué cree usted que es tan generalizada la violencia en la familia?
4. ¿Cómo afecta la violencia familiar al comportamiento juvenil?
5. ¿Por qué es tan difícil comunicar los casos de violencia familiar para los
jóvenes?
6. Propongamos algunas ideas para trabajar en la pastoral juvenil los temas
de autoestima y familia, violencia intrafamiliar y abuso., etc. Para
acompañar y curar las heridas que tenemos como consecuencia de
violencias intrafamiliares.
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