Rompiendo el Glass Ceiling por: Neus Contreras Introducción Desde hace un cuarto de siglo se han realizado tratados psicológicos sobre las diferencias psicológias entre la masculinidad y la feminidad en “Gender Scales”, en el Bem Sex Role Inventory (1974). En la parte masculina se encontraban características como dominio, ambición, cinismo y rebeldía; mientras que en la femenina había tacto, dependencia, consideración y emoción. También han sido analizadas la ansiedad, manera de ser y habilidad verbal de hombres y mujeres. Mientras ellos presentan más agresividad, ellas tienen una mejor expresión verbal, aunque son menos racionales y demuestran más sensibilidad. Los estilos de conversación femeninos se describen como cooperativos, los masculinos son más competitivos. Además, existen dos maneras de acercarse a las diferencias entre géneros: el factor dominante y el cultural. El presente artículo busca explicar el significado del término “glass ceiling”. También se enfocará en las ventajas que presenta el estilo de liderazgo femenino para enfrentar los retos actuales en las organizaciones y por qué aún no se logra romper este “techo de cristal”. Definición El efecto “glass ceiling” puede describirse como una barrera invisible que impide a las mujeres llegar a niveles administrativos altos en las organizaciones. Quienes se interesan en este problema lo describen como evidencia de discriminación y es uno de los más grandes retos que enfrentan las mujeres en el ambiente laboral Este término se ha utilizado desde la década de los 80 para describir el obstáculo que surge en cuanto las mujeres tratan de subir la escalera corporativa. Esta forma de discriminación se trata de una cerca transparente, pero tan fuerte, que evita que las mujeres logren sus objetivos. Aún cuando las mujeres ocupan un tercio de los puestos administrativos, no se les otorga el mismo poder que a los hombres en esas mismas posiciones. Las mujeres son relegadas a puestos medios, con menos autoridad e ingreso que los hombres. Los sitios mejor remunerados están reservados por lo general para los hombres, a quienes les toma menos tiempo llegar a ellos que a ellas. Por lo anterior, podemos decir que el “glass ceiling” se utiliza para describir las desventajas que tienen las mujeres al intentar ocupar puestos directivos en las organizaciones. ¿Porqué no lo Rompen? Existen diversas variables que afectan a las mujeres y que pueden explicar el fenómeno por el cual no consiguen romper esta barrera. Las causas van desde la discriminación de índole sexual, hasta tradiciones sociales. Algunos incluso aseguran que no existe tal obstáculo, sino que únicamente hay un cambio de prioridades. Algunas de las variables son: a) Educación en la infancia Bartleson & Cangemi (1983) argumentan que el concepto de la superioridad masculina inicia con el nacimiento y continúa a lo largo de la vida adulta. Los padres motivan a los hijos para ser agresivos, y a las hijas para ser pasivas. b) Poco interés Aunque no todas las mujeres aspiran a puestos directivos, la ausencia de ellas en este tipo de empleos conlleva a una pérdida de oportunidades en diferentes áreas de la institución. Ellas suelen aceptar la creencia de que feminidad y logro son términos incompatibles. Así se observa que aún cuando no exista ningún prejuicio en contra de las mujeres en los negocios, el número de hombres candidatos para puestos directivos sobrepasa al de mujeres, y lleva a una proporción hombres/mujeres que concuerda con la realidad. c) Entendiendo el entorno Los empleadores consideran que se ponen en cierta desventaja al contratar a una mujer. Aún cuando las mujeres se van adentrando en la organización, son consideradas “outsiders” por los hombres en la empresa. Ellos suelen preferir otros hombres para convertirlos en sus “proteges”, porque se sienten más cómodos con este tipo de relación. Algunas razones por las que ellas no llegan, son: - Las mujeres no se comportan de un modo autoritario. No ordenan: solicitan. - No son agresivas. Evitan conflictos. - Se sienten responsables, frecuentemente piden perdón. - Están disponibles, su puerta siempre está abierta. - Se involucran de forma personal, Las relaciones son importantes. - Buscan aprobación. - Quieren ser buenas y les da miedo abusar del poder. Sonríen, dudan y son indirectas. - Atribuyen su éxito a los demás. También: - Falta de control. Tienen una fuerte tendencia a externalizar (asumen que los eventos que les afectan son el resultado de la suerte o el destino). - Esperan un poco. Cuando desempeñan una labor estereotipada como masculina, sienten que sus habilidades no son equiparables a los requerimientos del puesto. - Miedo al éxito. Para poder integrarse como socialmente se espera, las mujeres evitan el éxito. - Rol dependiente. Se apoyan en mayor medida en los demás. - Presión familiar. Numerosos estudios han concluido que a 10 años de haber concluido sus MBAs, un 20% de las mujeres ya no trabaja. La mayoría cambia sus prioridades al no poder compaginar horarios con su vida familiar. Además, el matrimonio y los hijos tienden a mermar los sueldos promedio, al compararlas con hombres y mujeres solteras. Las amas de casa trabajan menos horas y se involucran menos con sus responsabilidades laborales. - Estereotipos. Éstos sugieren que los hombres son más apropiados para altos puestos debido a su estilo de liderazgo. Aparentemente, ellos acostumbran ser más directos y autocráticos, mientras que la forma femenina es más “participativa”. Ventajas y Fortalezas Femeninas A medida que el mercado laboral evolucione hacia un ambiente de mayor conocimiento y habilidades sociales, las mujeres encontrarán mayores y mejores oportunidades. Por lo general las mujeres están orientadas hacia las personas, no tanto hacia las metas, que se presumen son la especialidad de los hombres. Ellas intentan relacionarse más con sus empleados, se preocupan por ellos y se comunican abiertamente, en un estilo muy personal de liderazgo. Se preocupan por los detalles, tienen buena relación con los clientes, y por naturaleza son más sensibles y cálidas El estilo femenino de dirigir se llama “socialmente-expresivo”, con atención personal hacia sus subordinados y un agradable ambiente de trabajo. Las mujeres están mejor calificadas en cuanto a conocer a la gente que las rodea (habilidad para escuchar y desarrollar relaciones afectivas). Y contrario a lo que podría esperarse, también están muy bien calificadas cuando se mide su rendimiento orientado a la producción. En cambio, los hombres son mejores en la planeación. Las mujeres gozan de un alto grado de “excitement” (son energéticas y entusiastas), de comunicación (mantienen a las personas informadas) y de retroalimentación (actualizan a los demás sobre su desempeño). Para las mujeres que han logrado altos puestos en las organizaciones, el poder implica “influenciar”. Ellas tienden a buscar posiciones desde donde pueden influenciar a los demás. Es un hecho que se desempeñan mejor que los hombres en varios aspectos clave para ejercer un liderazgo efectivo. En específico, las mujeres son superiores en la interacción con los demás, se involucran más, tienen impacto personal, son más flexibles y ajenas a prejuicios raciales o étnicos. Rompiendo el “Glass Ceiling” Las mujeres son más organizadas, sus reportes más ordenados, nunca olvidan los detalles y tienen alta estima… pero se tardan más en resolver conflictos. Y quienes son exitosas, dejan a un lado el matrimonio y los hijos. Las que logran equilibrar estos dos aspectos, se caracterizan por ser cálidas y abiertas, sin dejar a un lado cualidades como racionalidad, independencia y pensamiento estratégico. Para proyectar que son competentes, suelen mostrar ciertas características masculinas. Algunas están orgullosas de esto, otras no tanto. ¿Cómo Romperlo? a) Sin duda, ayuda el nacer con la oportunidad de manejar un negocio familiar (Ana Patricia Botín y Asunción Aramburuzabala son un claro ejemplo). b) Buscar iniciar una empresa, volverse emprendedora. c) Integrarse a una industria que históricamente no haya cerrado las puertas a las mujeres (Internet representó una buena oportunidad, y muchos puestos directivos fueron ocupados por mujeres). d) Buscar empresas que tengan dentro de sus puestos directivos a mujeres en vez de organizaciones con jerarquías dominadas por hombres e) Estar comprometidas con su trabajo, así como estar convencidas de que son individuos que no deben ser tratados de diferente manera que los hombres. Algunas recomendaciones prácticas para las mujeres que buscan romperlo son: 1. Consigue una buena educación, piensa estratégicamente y no te conviertas en tu propia enemiga. 2. No permitas que te intimiden, mantente confiada de tus habilidades y no te portes hostil o a la defensiva. 3. Muéstrate dispuesta a aprender de las posiciones medianas, pero no tengas miedo de exigir nuevas oportunidades. 4. Apóyate en tus amigos y familiares. 5. Acepta la responsabilidad que conlleva tu decisión de tener una carrera profesional. Conclusión Si se busca desaparecer el “glass ceiling”, debe cambiar el papel que juegan en la sociedad los hombres y las mujeres desde que son niños. Hay que preparar a las mujeres desde temprana edad para ser competitivas, y para entender y aceptar que pueden vencerse las dificultades impuestas por los roles de género. Además de capitalizar sus fortalezas, deben reconocer sus debilidades y trabajar para vencerlas. Las compañías deben diseñar e implementar programas que sistemáticamente ataquen la discriminación en los diversos niveles de la organización. Y también hay cada vez más mujeres capaces de romperlo. No les importa que por su constante su lucha y exceso de trabajo les digan “control freaks” aunque a los hombres con estas mismas características sean considerados apasionados. Hay que seguir su ejemplo y apoyarse en las estrategias desarrolladas por las empresas. Mientras las organizaciones evolucionen y hagan su parte, estoy segura que habrá la misma cantidad de hombres y mujeres en los puestos más altos de las corporaciones. Sólo así, el “glass ceiling” desaparecerá. Referencias Bibliogáficas Armas, Genaro C. (2002). “Women Advancing at work”. ABC News. Documento electrónico. www.abcnews.go.com Baird, Kristen. (1997). “Breaking through”. Regional Business News. Documento electrónico. epnet.com Bennet, Rebecca J. (2002), “Cracking the Glass Ceiling: Factors affecting women´s advancement into Upper management”. Business Source Premier. Documento electrónico. epnet.com Claes, Marie-Therese. (1999), “Women, men and management styles”. International Labour Review. Vol. 138, no. 4. 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