Agresividad Perros - Colegio de Medicos Veterinarios

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MVZ Stephane Meder Vincileoni - Agresividad
AGRESIVIDAD CANINA
MVZ Stephane Meder Vincileoni
FMVZ-UNAM, C.U., México
Doctor en Medicina Veterinaria DMV, FMV, St-Hyacinthe, (QC), Canadá.
Tesorero Asociación veterinaria Latinoamericana de Zoopsiquiatría (AVLZ)
Vicepresidente del Colegio Latinoamericano de Etología Clínica Veterinaria (CLECVe)
Antes de entrar en materia sobre el tema de la agresividad y dar una definición, es
importante si nuestro deseo es contribuir al desarrollo de la Clínica de las Patologías del
Comportamiento como Médicos Veterinarios comprometidos con la salud de los
animales, tomar en la medida de lo posible el tiempo para observar a distancia a nuestro
paciente en la sala de espera, cuando se dirige y entra a nuestro consultorio antes de
colocarlo sobre la mesa de exploración o la camilla.
¿Qué puede aportarnos la observación a distancia?
La observación en la sala de espera nos puede dar informaciones de cómo se comporta e
interactúa nuestro paciente con otros perros, animales y personas (¿es un animal sociable,
miedoso?); en camino al consultorio podemos obtener información sobre el control
ejercido por el propietario sobre su perro (¿es un animal dócil, que toma la delantera,
desbocado?); dentro del consultorio una vez la puerta cerrada, suelto, en el piso, aún
podemos seguir obteniendo información sobre el comportamiento exploratorio del perro
(¿es un animal que se adapta rápidamente a su entorno, se queda pegado a su propietario,
explora en estrella, se queda cerca de la puerta al acecho, por más que le llama
acuclillado y pegándose los muslos, esbozando su mejor sonrisa, no viene?). Estas son
solo algunas de las informaciones realmente enriquecedoras que podemos obtener si nos
tomamos algunos minutos todos los días para observar a nuestros animales.
¿La agresividad: una manifestación reaccional?
En la clínica del comportamiento, los términos empleados no son siempre apegados al
español literario, unos son tomados del francés, otros del inglés. La clínica del
comportamiento es una ciencia en evolución, cuya semiología y nosografía son recientes,
campo de trabajo del Médico Veterinario.
Existen varias formas de abordar a la agresividad en su dimensión: secuencial, funcional,
y biológica.
En primer lugar podemos decir que la agresión es un comportamiento centrífugo, esto
significa que es un comportamiento que le permite al animal modificar su medio
ambiente, actuando directamente sobre este, mediante comportamientos agresivos para el
tema que nos ocupa. Los Médicos Veterinarios Especialistas en Comportamiento
concuerdan con la definición dada por Patrick Pageat en que:
la agresión es un comportamiento que limita la libertad del otro y además su
capacidad para reproducirse.
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La agresividad es por otra parte una manifestación “reaccional” que encontramos en
todas las especies animales entendiendo por “reaccional” la producción frente de un
hecho de una secuencia de agresión que es parte integrante de las funciones del
comportamiento. Para que esta manifestación conserve su carácter “reaccional” debe ser
integra, es decir que se compone de una fase apetitiva (posturas y mímicas inequívocas
de una secuencia de agresión que podemos aún tipificar), de una fase de consumo (la
producción de un acto motor que en este caso es la mordida), y una fase de
apaciguamiento (retorno del animal al equilibrio). Si esta manifestación “reaccional”
pierde su integridad, (la secuencia de agresión no presenta por ejemplo fase apetitiva, la
fase de apaciguamiento tarda en presentarse, la fase de consumo es más prolongada,
puede estar exacerbada) es que se ha instrumentalizado. Se trata entonces de una
hiperagresividad secundaria, estamos frente de un estado patológico donde el animal ya
no es capaz de controlar la agresión. Estamos en presencia de un animal que sufre).
Entonces y resumiendo, la agresividad reaccional se presenta con una secuencia
completa, mientras que la perdida de la fase apetitiva y del apaciguamiento es una
manifestación de agresión instrumentalizada presente en la hiperagresividad secundaria
y/o en los casos de disocialización; cuando persiste la agresión aún cuando hay signos de
sumisión del otro, entonces no hay inhibición de la agresión se esta también frente de un
perro disocializado.
Es importante en consecuencia realizar una cuidadosa semiología para identificar el tipo
de agresión y sobre todo la causa de esta agresión para emitir un diagnóstico del trastorno
o afección padecida por el animal. La agresión es un signo inespecífico que no tiene
tratamiento, no es una patología es un signo. Identificar la causa del trastorno que
posibilita la agresión va a permitir elegir en consecuencia un tratamiento con un
psicotrópico e instituir una terapia comportamental apropiada. Cuando el trastorno es
“comunicacional” en algunas ocasiones se puede prescindir de un psicotrópico e instituir
únicamente un tratamiento comportamental. Pero cuidado, recordemos que muchos
propietarios de perros consultan solo en situaciones de extrema gravedad que no
necesariamente logran referir en toda su crudeza y magnitud. Estos mismos propietarios
como hemos tenido oportunidad de constatar en consulta van a minimizar las reacciones
agresivas de su perro no obstante estar muy preocupados y en ocasiones solicitar la
eutanasia o si es posible, colocar al animal con otro propietario, en otro medio. Por otra
parte los trastornos “comunicacionales” pueden ser solo la máscara de una patología
mucho más compleja que requiere necesariamente de un psicotrópico. Tomemos como
ejemplo el síndrome Hs/Ha que puede dar lugar a una sociopatía o cursar con él donde es
indispensable restablecer las capacidades de adaptación a su medio social y ambiental del
animal que ya no vive bajo un estado general de bienestar..
Por último la realización de una semiología, la emisión de un diagnóstico y de un
tratamiento van a permitir distinguir de manera clara y precisa la intervención del
Médico Veterinario en la atención de los trastornos del comportamiento que tienen
como uno de sus signos a la agresión a diferencia por ejemplo de un adiestrador o de
otros actores del mercado de las pequeñas especies. El sufrimiento del animal es una
indicación para la intervención Médica Veterinaria que debe soslayarse.
Clasificación de los comportamientos de agresión
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Antes de abordar las causas pasaremos en revista los comportamientos de agresión.
Algunos autores realizan una distinción entre lo que llaman escuela Francesa y
Americana. Y en la Americana sus propios autores precisan que no existe entre ellos
consenso sobre las categorías de agresión y la manera de subdividirlas y clasificarlas. La
Dra. Karen Overall por ejemplo habla de agresión ligada a la dominancia, ligada a la
comida, ligada al miedo, de agresión territorial, de agresión intraespecífica, agresión
ligada al juego, agresión maternal, posesiva, agresión ligada a la depredación, agresión
redirigida e idiopática (esta clasificación ha sido retomada hace poco por el Dr. Joel
Dehasse, de Bélgica, en su libro sobre la agresividad). La “Humane Society” de los
EUA da los tipos de agresiones siguientes: agresión de dominancia; agresión motivada
por el miedo; agresión de protección, territorial y posesiva; agresión redirigida; agresión
de depredación.
La clasificación de Moyer de 1968 modificada por el Dr. Patrick Pageat esta en el origen
de la clasificación de los comportamientos de agresión que tiene como ventaja ser clara
para el objeto que nos ocupa que es el identificar el tipo de agresión, la cual retomaremos
en esa exposición.
El Dr. Patrick Pageat distingue 5 secuencias típicas de agresión:
- agresión de depredación,
- agresión jerárquica,
- agresión por irritación,
- agresión territorial y agresión maternal,
- agresión por miedo.
A estas secuencias de agresión hay que agregar la hiperagresividad primaria que puede
ser de origen idiopático o lesional y la hiperagresividad secundaria que es la
instrumentalización de las 5 secuencias típicas de agresión.
Agresión de depredación
Esta agresión tiene por objetivo la cacería de una presa. Se describen dos secuencias de
acuerdo al tamaño de la presa (pequeña o grande).
Pequeña: el perro salta sobre la presa con sus dos pies, la cola orientada verticalmente,
las orejas paradas, pilo-erección en la región de la cruz, los belfos retraídos, en postura
alta y rígida. Los saltos son repetidos aparentemente para que la presa se inmovilice.
Entonces con sus mandíbulas el perro agarra a su presa la cual sacude vigorosamente para
fracturarle la columna.
Grande: a diferencia de presas pequeñas esta es una cacería grupal donde la presa es
perseguida hasta que se canse. Al inmovilizarse la presa los dominantes la matan.
La agresión de depredación a humanos es rara y se presenta en perros que no están bien
socializados a la especie humana (perros que persiguen humanos).
Se asocia la agresión de persecución a la agresión de depredación. En la agresión de
persecución no se presenta la muerte de la presa.
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Agresión jerárquica
Esta agresión se presenta entre perros (agresión jerárquica intra-específica) y entre perros
y humanos (agresión jerárquica inter-específica). Esta agresión es llamada también de
competencia, de dominancia. Se da en situaciones de competencia por recursos, espacio y
contacto. Se atribuyen a los esteroides un papel importante en la presentación de esta
agresión durante la pubertad, el animal llegado a la edad adulta ya no juegan más que un
papel secundario razón por la cual la castración no permitirá ejercer un control sobre
estas agresiones.
Esta agresión se presenta con tres fases:
- Intimidación: se observa pilo-erección, orejas paradas, cola parada, miembros rígidos
con andar “mecánico”, belfos retraídos, pupilas en miosis con el canto externo dirigido
hacia las orejas, mientras que el perro emite gruñidos
- fase de ataque: tiene por objeto la sumisión del adversario, pudiendo ser un pinchazo,
una mordida breve, o el perro carga a su adversario para agarrarlo de la piel de la parte
dorsal o ventral del cuello, y del pecho, los miembros anteriores. Ya teniendo el control,
el perro ejerce una tracción que tiene por efecto hacer caer a su adversario de lado o sobre
el dorso. Lo mantiene allí o lo intenta hasta que el adversario adopta una postura de
sumisión. Entonces el “perro vencedor” va a mordisquear al vencido arriba de la cabeza o
ponerle la pata a la altura de la cruz y/o en ocasiones realizar un cabalgueo. Con un
humano, es la misma organización secuencial, con diferencias respeto de la mordida que
va a ser a la mano o al antebrazo. En niños sin embargo se localizan las mordidas en la
parte posterior del cuello. Durante el apaciguamiento el perro lame-mordisquea al
miembro que recibió la mordida. El propietario interpreta esta fase de apaciguamiento del
perro como una solicitud de perdón lo que constituye un grave malentendido en la
comunicación hombre-perro. Cuando estas agresiones se presentan con frecuencia se
puede presumir de una afección del comportamiento llamada Sociopatía.
Agresión por irritación:
Cuando el umbral de tolerancia del perro esta rebasado se presenta. Aparece en diversas
circunstancias como es:
El dolor (agudo o crónico);
La frustración (un castigo en lugar de una recompensa);
La privación (comida o agua);
La coerción (persistencia de un contacto físico aún después de que el perro haya emitido
señal de terminar el contacto).
Esta agresión la presentan perros dominantes al igual que dominados.
Perros dominantes:
La fase de intimidación o amenaza: esta bien marcada (rigidez de los miembros
anteriores, flexión de lo posteriores, la columna esta extendida con pilo-erección y la
cabeza ligeramente hacia atrás, el hocico acercándose de la frente ventral del cuello, los
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belfos están asimismo retraídos, las orejas pegadas hacia atrás sobre la cabeza, la pupila
esta en midriasis (se observa el reflejo tapetal), un gruñido breve se escucha.
La fase de agresión: esta muy cerca de la fase de intimidación. Es breve, repetida,
acompañada de gruñidos.
La fase de apaciguamiento: se presenta cuando el vencido se hace a un lado. Entonces el
vencedor viene y lame al vencido y se va.
Perros dominados:
La fase de intimidación o amenaza: el animal esta por lo general en posición acostada, los
miembros flexionados, el cuerpo de lado, el cuello y la cabeza dirigidos hacia atrás del
cuerpo, el animal se muestra inseguro. Las orejas están pegadas hacia atrás, los ojos en
midriasis, el gruñido es sordo o apenas audible. La mordida es múltiple ocasionada por el
perro al proyectar su cabeza en varias ocasiones, con los incisivos, y es poco vulnerable.
La fase de apaciguamiento: se caracteriza por la huida del animal que asume una postura
baja. Efectivamente de desplaza sobre sus miembros flexionados, la cola entre las
piernas). Se dirige hacia su lugar de dormir o un escondite.
Cuando esta secuencia de agresión se presenta en forma brutal y jamás se había planteado
un problema relacional en un perro dominado estas agresiones son o el producto de un
dolor (agudo o crónico: otitis externas, displasia de los fotorreceptores), de un trastorno
hormonal o una alteración sensorial.
Agresión territorial y/o maternal
Se presentan en ocasión de una intrusión, son agresiones que tienen por objeto proteger al
territorio o a los cachorros).
La agresión maternal es más específica requiriéndose la presencia de cachorros o un
análogo afectivo como es el caso en la pseudociesis como es el caso con muñecas,
peluches o incluso algún trapo.
En la agresión territorial el perro va al encuentro del intruso ladrando y gruñendo, el pelo
de punta, la cola en alto, las orejas paradas. Fija a su adversario parándose. Si el intruso
sigue, el defensor rasca el suelo con sus cuatro miembros y gruñe haciéndole frente. En
ocasiones orina. El intruso es llevado afuera mediante embestidas y pinchazos. Al salir
del perímetro el intruso, el perro va a ladrar con fuerza, mueve la cola la cual se queda
parada.
En la agresión maternal la amenaza es breve, la embestida es rápida y las mordidas son
varias, una vez retirado el intruso la perra regresa a su nido.
La agresión territorial esta asociada a la agresión jerárquica y por irritación, lo que se ha
dado en llamar la “triade agresiva” de las sociopatías.
La agresión por miedo
Esta forma de agresión es poco frecuente. Se presenta cuando la huida es imposible o
cuando cualquier otro comportamiento ha dejado de ser funcional.
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En esta agresión no hay fase de intimidación, el ataque es directo e imprevisible; se
observa un aumento de las frecuencias respiratorias y cardiacas, así como una midriasis.
No hay control de la mordida. Las heridas provocadas son muy severas, profundas. Es
una agresión que debe ser tratada mediante psicotrópicos.
Tipo de agresión
Neurofisiología
Agresión de
depredación
Hipotálamo lateral
Agresión por
irritación
Hipotálamo
ventral-medio,
cuerpos amigdaloides,
núcleo caudal del
septum
Agresión
jerárquica y/o
competitiva
Esteroides sexuales en
la
pubertad(secundarios
en edad adulta)
Región septal
Bases neurológicas aún
imprecisas.
Andrógenos y
Progesterona
Hipotálamo anterior a
núcleo ventral-medio.
Sistema orto-simpático
Tiroxina, cortisol y
catecolaminas
Agresión
territorial y/o
maternal
Agresión por
miedo
Hiperagresividad
primaria
Diagnóstico
Semiológico
fobia, ansiedad intermitente, depresión
crónica, distimia,
estado álgico,
trastorno hormonal,
déficit de percepción
sensorial
Diagnóstico Nosológico
Síndrome de deprivación
Trastornos de la homeostasis
sensorial
Síndrome Hs/Ha
Disocialización primaria
sociopatía, síndrome de
deprivación sensorial, síndrome
Hs/Ha, disocialización primaria
y/o secundaria,
fobia postraumática
sociopatía,
disocialización
sociopatía,
adiestramiento específico
fobia, ansiedad intermitente, depresión
crónica, distimia,
estado álgico,
trastorno hormonal,
déficit de percepción
sensorial
idiopática o de origen
lesional.
síndrome de deprivación,
trastornos de la homeostasis
sensorial, disocialización
primaria y/o secundaria,
fobia postraumática
patologías orgánicas:
tumores cerebrales, trastornos
hormonales.
Instrumentalización de
la agresividad
“reaccional”
Cuadro 1. Diagnósticos semiológicos y nosológicos con secuencias de agresión.
Hiperagresividad
secundaria
Como abordar la agresividad
La agresividad puede ser un motivo de consulta, el propietario del animal plantea que su
animal es agresivo
En consulta el Médico Veterinario esta confrontado a animales que presentan secuencias
de agresión a los cuales hay que poner bozal.
1. En los dos contextos, hay que descartar en primer lugar que el animal este afectado por
la rabia.
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2- Hay que conocer el motivo por el cual viene a consulta o si el animal presenta en la
sala de espera, en consultorio secuencias de agresión hay que verificar con el propietario
si:
el animal gruñe,
amenaza,
ladra,
muerde
o pellizca,
muerde a personas o a otros animales.
Se puede de esta forma saber si la secuencia de agresión es integra, es decir si presenta
fase apetitiva, de consumo y de apaciguamiento.
3. Es importante precisar desde cuando el animal presenta estas secuencias de agresión y
con que frecuencia las presenta. Si se cuenta con el expediente del animal verificar la
edad, el sexo del animal, esta entero o castrado, los antecedentes médicos.
4. ¿Bajo que contexto las secuencias de agresión se presentan, el tipo de agresiones,
pueden anticiparse estas, se han instrumentalizado?
5. Vamos a observar al animal y se realiza el examen clínico: se evalúa el
comportamiento exploratorio del animal (sus interacciones con el medio que le rodea:
personas y muebles, sus autocontroles (con su juguete por ejemplo), las manifestaciones
de temor o miedo (¿viene al llamado de juego?), sus iniciativas, su estado de vigilia o de
apaciguamiento. La forma en que se comportan los propietarios con el animal.
Raza
Springer
Spaniel
Cocker
Spaniel
German
Shepherd
Golden
Retriever
Labrador
Lhasa Apso
Casos
Presentados
# Familia
Directamente
50
44
32
31
28
13
21
18
16
17
12
14
Cuadro 2. Agresión hacia miembros de la familia de casos de agresión presentados a Médicos
Veterinarios Especialistas en Comportamiento (2 en los EUA y 1 en Canadá).
6. Por último con los propietarios indagamos sobre sus reacciones cuando el animal ha
presentado secuencias de agresión; ¿donde duerme el animal?; ¿como se establecen los
contactos?; ¿que, donde, cuando y como come el animal (de forma a establecer si el
animal goza de prerrogativas)?; ¿donde lo han comprado o adquirido (el medio en que
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estaba el animal) y si estaba con su madre y/o sus hermanos de camada (de forma a
obtener información sobre su desarrollo) y a que edad?; ¿el animal presenta otros
comportamientos que han notado los propietarios?
Diagnóstico Diferencial
Agresión de depredación (es un comportamiento indeseable)
Diagnóstico nosológico: síndrome de deprivación, trastorno de la homeostasis sensorial,
síndrome Hs/Ha, disocialización primaria.
Agresión por irritación (importante causa de agresión sobre los niños. Esta presente en
forma sistemática en sujetos dominantes)
Diagnóstico Semiológico: fobia, ansiedad intermitente, ansiedad permanente, depresión
crónica, distimia, estado álgico, trastorno hormonal, déficit de percepción sensorial
(ceguera, sordera)
Diagnóstico Nosológico: sociopatía, síndrome de privación sensorial, síndrome Hs/Ha,
disocialización primaria y/o secundaria, fobia postraumática.
Agresión jerárquica y/o competitiva
Diagnóstico nosológico: sociopatía, disocialización
CUIDADO: en la agresión jerárquica cuando el perro pellizca el pronóstico es muy
malo. El animal se percibe como dominante en relación a su amo y la situación es por lo
general difícil de corregir. En cambio para el propietario, este tipo de mordida no hace
daño. El pellizco se presenta en la sociopatía al igual que en la disocialización.
Agresión territorial y/o maternal (las bases neurológicas de esta agresión son
desconocidas. En cambio se sabe que están bajo dependencia hormonal: progesterona y/o
testosterona).
Diagnóstico nosológico: sociopatía, adiestramiento específico.
CUIDADO: Asociada a agresiones por irritación en hembras con hiposexualismo la
OVH esta indicada cuando la agresión aún no se ha instrumentalizado. Asociada a
agresiones por irritación son clásicas de la disocialización primaria.
Agresión por miedo (se da cuando el animal no tiene escapatoria. Es muy a menudo la
continuación lógica de la agresión por irritación en un perro dominado. Es
extremadamente peligrosa ya que no hay fase apetitiva, no hay fase de apaciguamiento,
ni hay control en la intensidad de la mordida).
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Diagnóstico semiológico: fobia, ansiedad intermitente, depresión crónica, distimia, estado
álgico, trastorno hormonal, déficit de percepción sensorial (ceguera, sordera).
Diagnóstico nosológico: síndrome de deprivación sensorial, trastorno de la homeostasis
sensorial, disocialización primaria y/o secundaria, fobia postraumática.
Hiperagresividad primaria
Diagnóstico semiológico: idiopática o de origen lesional (patologías orgánicas: tumores
cerebrales, trastornos hormonales).
CUIDADO: se presenta en forma súbita, con signos graves de ataque, no evoluciona, ,
mordida sin control y con perdida de integridad de la secuencia de agresión.
Hiperagresividad secundaria
Es la instrumentalización de las agresiones reaccionales a las cuales damos repaso en
páginas anteriores por lo que solo una cuidadosa semiología puede permitirnos establecer
un diagnóstico semiológico y nosológico. La hiperagresividad secundaria puede
presentarse semiológicamente desde la fobia.
CUIDADO:
1) La fase de ataque de perros de defensa adiestrados por personas equilibradas sobre el
plano funcional y emocional no esta incluida en un acto de agresión pero en una
secuencia de juego. Existen numerosas posturas asociadas que permiten identificar a esta
secuencia: la cola se mueve, llamada al juego cuando agarran la ropa del adiestrador.
2) Perros a los cuales se les ejercita a morder reforzando la fase de mordida y control
extrínseco (el amo para al perro en lugar de que el perro recurra a sus autocontroles)
provocan una hiperagresividad secundaria.
Pronóstico
Es importante verificar en primer lugar si la secuencia de agresión es completa o no ya
que esta condiciona el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento.
Cuando la agresión presenta una secuencia completa (amenaza y mordida
perfectamente establecidas) el perro esta en un estado de agresión reaccional: el perro
presenta un comportamiento normal en un contexto que lo perturba. El pronóstico es
bueno. El perro cuenta con autocontroles, buenos rituales intra-específicos e interespecíficos, y los propietarios son responsables.
Cuando la agresión ha perdido su integridad estamos frente de un estado patológico (la
hiperagresividad secundaria), el animal ya no puede controlar la agresión. Estos perros
son peligrosos y requieren ser tratados si lo pueden ser aún (los casos de perros
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disocializados son casos que requieren de una gran implicación y en consecuencia
disponibilidad de propietario y médico veterinario) con un pronóstico reservado a
sombrío.
En caso de agresión de depredación sobre humano el pronóstico es sombrío.
Si el perro es de gran tamaño, presenta déficit de autocontroles, déficit de la percepción
sensorial, presencia de niños, el pronóstico es también sombrío.
Terapias
En la agresión de depredación sobre humanos la eutanasia es solicitada.
Por lo general las terapias tienen por objetivo reducir el riesgo asociado a la secuencia de
agresión y la violencia de la misma.
Para reducir la impulsividad: medicamento serotoninérgico (ISRS: fluoxetine, sertraline,
fluvoxamine), terapia por el juego controlado, feromonas de apaciguamiento (Dog
Apeasing Pheromone: DAP)
En el caso de miedo: los IMAO (Selegiline), los ISRS (Fluoxetine, fluvoxamine,
sertraline), la DAP.
Para evitar los contextos que desencadenan las agresiones (regresión social dirigida o
RSD y técnicas de afirmación de sí), evitar las coerciones inútiles.
Para reducir la irritabilidad: hay que tratar la ansiedad, el dolor o los trastornos
hormonales. El empleo de la DAP por sus efectos ansiolíticos.
Es importante asegurarse que la comunicación inter-específica sea coherente, sin
ambigüedades para que la relación sobre el plano social este jerarquizada correctamente.
El establecimiento de una comunicación sin ambigüedades elimina los factores
ansiógenos.
Referencias
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veterinary team. Elsevier Saunders 2005
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du comportement. Ed. Med-Com, 2003.
- Frank D. Troubles du comportement canin. MEV 4441. FMV, St-Hyacinthe, Québec,
Canadá. 2006
- Landsberg G., Hunthausen W., Ackerman L. Handbook of behavior problems of the
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- Les traitements en comportement du chien et du chat. Le Point Vétérinaire. No. Spécial,
Vol. 35, 2004.
- Les Chiens, comportement, caractère et santé. Éd. Atlas, 2002
MVZ Stephane Meder Vincileoni - Agresividad
- Mège C. y Col. Pathologie comportementale du chien. Ed. Masson-AFVAC 2003.
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- Pageat P. “¿Doctor mi perro es malo?”. Congreso Especialistas en Pequeñas Especies,
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- Pageat P. Le traité Rustica du Chien. Rustica Ed., 2004.
- Pageat P. L’homme et le chien. Ed. Odile Jacob. 1999.
- Pageat P. Patología del comportamiento del Perro. Ed. Pulso, España 1999.
- Pageat P. Sémiologie comportamentale. Cours du GECAF. 1994.
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