TEMA 5 Psicología - filosofiajosefinas

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Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
TEMA 5
EL PROCESO DEL CONOCIMIENTO
(PSICOLOGÍA I)
1. La epistemología: realismo e idealismo.
1.2. Racionalismo y empirismo.
1.3. Mi perro y yo: una introducción a la psicología.
2.
La percepción.
2.1. La sensación y la atención.
2.2. El asociacionismo y la psicología de la gestalt.
2.3. Aplicaciones.
3.
El aprendizaje y la conducta.
3.1. Aplicaciones.
4. La memoria y sus tipos.
5. El pensamiento.
5.3. Racionalidad y toma de decisiones.
5.4. Aplicaciones a la economía: el dilema del prisionero
1. LA EPISTEMOLOGÍA: REALISMO E IDEALISMO.
El conocimiento es tradicionalmente una de las preocupaciones más acuciantes del
pensamiento filosófico en todas las épocas. Desde Grecia, casi todos los pensadores se han
preguntado cómo puede conocer el hombre la realidad que le rodea, y si ese conocimiento puede ser
cierto. Este problema se haría tan importante que daría lugar a una rama dentro de la filosofía
conocida como epistemología. En nuestros días, tal enfoque no se puede hacer sin el recurso a
disciplinas auxiliares a la reflexión filosófica, como es la psicología, o la teoría de la investigación
científica. Nosotros nos vamos a centrar fundamentalmente en las aportaciones de esa primera
disciplina.
En la filosofía moderna (siglo XVII-XVIII) los filósofos más importantes iniciaron un
acercamiento genético al problema (ojo, genético aquí viene de génesis: inicio o nacimiento): cómo
se origina el conocimiento en nosotros. Y aparecieron dos opciones fundamentales: realismo e
idealismo.
REALISMO: Esta corriente defiende que los seres humanos conocemos la realidad tal y
como es. Para Aristóteles, por ejemplo, el mundo se pone en contacto con nosotros a través de los
sentidos y nosotros lo percibimos adecuadamente, sin que el sujeto intervenga para nada en el
proceso de conocimiento. Todas las ideas abstractas que después pueda desarrollar el pensamiento
humano, vendrán generadas por esa experiencia empírica previa.
Hoy en día la ciencia, la lógica y la matemática defienden la existencia de un mundo real,
con sus leyes dadas, que existe independientemente del hombre y que podemos conocer de manera
cada vez más objetiva. Para ese conocimiento no bastan obviamente nuestros sentidos (que nos
pueden engañar) sino instrumentos de precisión y un aparato lógico-matemático riguroso. Esta es la
tesis de la escuela de Viena, K.R.Popper o Mario Bunge.
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Pongamos el siguiente ejemplo. Ante la pregunta: “¿qué es lo que ves?” Y decimos: “un
pupitre alargado y marrón”, el realista afirmará que esa mesa es conocida tal y como es en la
realidad. El objeto (mesa) impone la veracidad de la realidad al sujeto (yo).
IDEALISMO: En este caso, esta corriente afirma que conocemos la realidad a través de
nuestras facultades cognitivas, que “deforman” o hacen ver la realidad de una forma particular y no
completamente objetiva. Nosotros percibimos la realidad a través de ideas, o representaciones
mentales. Seguidores de esta corriente fueron todos los filósofos modernos, especialmente Kant.
Kant pensaba que en el proceso de conocimiento, nuestras facultades de conocimiento “ponen” algo
de su parte en el objeto percibido. Así, si la experiencia empírica (de nuestros sentidos) es la principal
fuente de conocimiento, esta es tratada o filtrada desde los parámetros humanos: espacio, tiempo,
categorías… Otros pensadores, de forma más radical, llegarán a pensar que de hecho toda nuestra
visión de la realidad no deja de ser una construcción del sujeto (como Marx o Hegel). Esta corriente
fue seguida por la filosofía de la Edad Moderna, Hegel, Marx y otros autores, y encuentra su eco
actual en la metodología de las ciencias humanas y sociales, como la psicología.
Siguiendo el ejemplo anterior de la mesa, la respuesta del idealista sería: “El pupitre es
marrón porque nuestra facultad sensitiva óptica permite reconocer colores. Los perros lo verían en
blanco y negro”. “Además, esto es un pupitre para mí. A lo mejor en otra cultura esto es una mesa
de banquetes”. El sujeto (yo) percibe el objeto (mesa) de una forma particular a través de
una idea (representación mental).
¿Qué es la realidad de las personas en los chats?
Un ejemplo perfecto para explicar las diferencias entre realismo e idealismo lo encontramos en chats
internáuticos y redes sociales tipo Tuenti. En los chats conocemos a las personas de una manera “filtrada”: es
decir con aquellas cosas que dichas personas dejan entrar en el ordenador, o con aquellas otras que otros
cuelgan en la red. No conocemos por tanto a las personas “en realidad”, sino a sus ficciones. Pero aquí, entra
en juego entonces la verdad: la adecuación entre la idea que tenemos del mundo y ese mundo exterior: qué es
y que no es la realidad. Y mucha gente empieza a perder la capacidad para distinguir entre mundo real y
mundo virtual.
2. EMPIRISMO Y RACIONALISMO.
Justo en el momento en el que la polémica entre idealistas y realistas estaba más en boga,
también surgió un problema entre los primeros. Los idealistas (Descartes, Locke, Hume, Kant, siglos
XVII-XVIII) pensaban que nuestra visión de la realidad venía determinada por las ideas que teníamos
de la misma. Ahora bien, ¿cómo eran esas ideas?
Para los racionalistas, lo más fundamental era la aportación que daba al conocimiento de la
realidad el propio sujeto a través de ideas innatas. Estas ideas eran previas a la experiencia que
teníamos de la realidad, están presentes en el hombre desde que nacemos y solo tienen que ser
desarrolladas a través de la razón.
Descartes (siglo XVII) planteó por ejemplo, que la idea de Dios o la conciencia de nuestra
existencia es algo intuitivo, innato, que desarrollamos normalmente haciendo uso de la razón
humana. Frente a esto, las ideas que provenían de la experiencia sensible eran falsas: nuestros
sentidos nos están engañando constantemente y no son fiables (una pajita dentro de un vaso de
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agua se deforma, f.i.). Los racionalistas dieron gran importancia a aquel conocimiento que no
depende de esa experiencia sensible, y la matemática y la lógica y defenderán la deducción como
principio de razonamiento básico. La psicología contemporánea que se inspira lejanamente en estas
ideas es el cognitivismo y la gestalt, cuando consideran que nosotros conocemos la realidad por
medio de unas estructuras mentales muy particulares.
Los filósofos empiristas, sin embargo, sostenían que las facultades del entendimiento
humano no aportaban nada en el conocimiento de la realidad. Todo lo que conoce el ser humano,
viene de la mano de la experiencia empírica, de lo conocido a través de los sentidos. Sin los sentidos,
no hay información posible que llegue al entendimiento humano. El hombre es entendido como una
“tabula rasa”: es decir, nacemos sin ninguna información previa y todo lo que conocemos en nuestra
vida viene dado por la experiencia sensible posterior. Fruto de esto, los empiristas optarán por la
ciencia física, y defenderán el inductivismo (de experiencias particulares pasamos a una regla más
general).
Hume (siglo XVIII) fue el más radical de todos los empiristas. Defendía no solo la experiencia
empírica, sino que la validez de nuestro conocimiento solo podía darse en el momento de esa
experiencia por parte de nuestros sentidos, puesto que nosotros solo teníamos recuerdos inseguros
de otras experiencias pasadas, inconexos y poco fiables, y tampoco podíamos confiar en extrapolar
nuestras experiencias presentes para predecir el futuro (ver el cuento del señor pavo, tema 2).
For instance: si nosotros tenemos delante a Cristina M. nos dirá Hume, “ah, Cristina existe
porque lo tenemos delante de nuestra vista”. Pero si Cristina se esconde dentro de un armario y
cierra la puerta, Hume diría “suponemos que Cristina está ahí pero a lo mejor ha desaparecido: no es
un conocimiento seguro, porque no lo estamos corroborando en este momento”. Fruto de esta
concepción de las cosas surgieron multitud de chistes en las facultades de filosofía de dudoso humor:
Van dos seguidores de Hume por la calle, y dice uno de ellos: “¡oh, mira! ¡Un autobús de color rosa!”.
Y el otro contesta: “Sí, efectivamente, por lo menos, por ese lado.”. Es decir, el principio de inducción
llevado a la desconfianza absoluta (se supone que el chiste hace gracia).
Actualmente, la corriente más profundamente empirista desde el campo de la psicología es el
conductivismo. El entendimiento humano, o la mente, no existe. Y si existe, no se puede medir ni
comprobar empíricamente. Queda únicamente la experiencia externa, el comportamiento externo
humano.
Descartes (1598-1660)
Hume (1711-1776)
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1.2. Mi perro y yo: introducción a la psicología.
La importancia de la discusión entre estos dos principios dio como resultado el estudio de las
facultades cognitivas que tiene el ser humano por naturaleza, y el inicio de la
preocupación por la psicología, el estudio de la mente. Actualmente la epistemología es una
parte de la filosofía que no puede estar ajena al avance de la ciencia en general (que plantea qué es
la realidad material), la neurología (cómo funciona el cerebro y la percepción con la que trabajamos)
y la psicología (cómo funciona nuestra mente).
Esto, que suena a chino, como cualquier término abstracto que se os ponga delante, debe
ser explicado con algún ejemplo. Pongamos el siguiente: a algunos de nosotros nos gustan los
animales y es bien posible que muchos tengamos un chucho casero al que tengamos un cariño
especial. Ahora bien, ¿por qué sentimos un afecto especial por nuestro perro? ¿Cómo somos
capaces de “comunicarnos” con él, cuando no tenemos el mismo idioma y no podemos ladrarles?
¿Qué razones existen en nuestro subconsciente para querer a un perro que es más feo que el
hambre (como por ejemplo el mío)? Imaginemos el caso que tenemos a nuestro querido chucho
cerca de nosotros y queremos que se acerque. Le llamamos y si nos hace un poco de caso, vendrá
y le haremos una caricia.
Este hecho sencillísimo puede tener distintas interpretaciones para el saber que nos toca
ahora estudiar. Imaginemos ahora que existen tres psicólogos de distintas escuelas que nos están
observando detrás de una cámara de Gessel1. Y nos ven haciendo el hecho de llamar a un perro.
Uno es un psicólogo llamado conductista, otro que se autodenomina psicoanalista y un psicólogo
cognitivista.
La respuesta del conductista: Nosotros llamamos a un perro por el nombre de Toby, porque
tenemos el hábito de hacerlo. Es decir, a fuerza de repetir el nombre “Toby”, el perro se ha
acostumbrado, porque sabe que si viene, yo le voy a hacer una caricia, o ¡mejor todavía! Un buen
hueso. Así, producto de la repetición, basta que yo diga “Toby” para que el chucho venga raudo y
veloz, incluso cuando a lo mejor lo que queremos es llevarle al veterinario. ¿Por qué hacemos esto?
El psicólogo conductista no nos dice nada: tan sólo para darnos placer, y también al perro. El perro
acude porque sabe que algo bueno va a sucederle (léase, una caricia o un hueso), si no fuera así,
ni se acercaría.
La respuesta del psicoanalista. El psicoanalista no prestaría demasiada atención al
conductista. La verdad es que le importa bastante poco la conducta y el aprendizaje: lo que le
interesa son las razones que nos impulsan a desear u odiar el perro. Cuando tenemos un odio o
fobia inexplicable al perro, el psicoanalista tiende a hacer evidentes razones que van más allá de la
plena conciencia. Los psicoanalistas, por ejemplo, comentan que el excesivo amor o cariño hacia un
animal doméstico evidencia la falta de cariño o sexo por parte de individuos de la misma especie. El
paciente “sublima” u “olvida” esa frustración con el amor hacia los animales.
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Espejo que permite a quien está detrás observar al que se está mirando. Suele aparecer en las películas de espías, pero su primordial
función es para los psicólogos, médicos o logopedas. Por ejemplo, el espejo que sale en “Mentiras Arriesgadas” con el que Chorchenaguer es
capaz de observar a su mujer intentando ser espía.
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El que existan escuelas tan diferentes incide en el hecho que la psicología es una ciencia
humana, que está lejos de encontrar un patrón de objetividad absoluto (pensemos que en la física
existen especialidades: física de campos, física nuclear, física química... pero no formas diferentes
de entender la física: después de Newton y Einstein el patrón de la fisica es homogéneo). Esto no
quiere decir que podamos decir lo que nos dé la gana y que la psicología no tenga un carácter
sumamente empírico y objetivo: lo que quiere decir es que los puntos de partida son distintos y
puede hacernos interpretar los datos de un experimento psicológico de forma distinta.
Por lo general cada escuela tiene un objeto de estudio y una visión diferente de la relación
entre mente, cerebro y realidad. Aunque hoy casi todas ellas están fusionadas, destacamos las
siguientes:
- Conductismo: el ser humano se concibe como un ente condicionado. Funcionamos
siguiendo estímulos y acomodándonos a respuestas. Si estudiamos la conducta externa
de los individuos, conoceremos todos los problemas psicológicos. Este es el caso de
Skinner, Watson y Pavlov. La mente es una caja negra que no sabemos lo que
tiene, más tampoco nos interesa.
- Psicología de la Gestalt. Según estos autores la psicología del todo influye sobre
nuestras percepciones. A diferencia de los anteriores, sí existe algo dentro de nuestras
cabezas que nos hace percibir la realidad de una manera o de otra. Los principales
representantes son Kohler, Wertheimer y Koffa.
- Psicoanálisis: Son los psicólogos que plantean la importancia del subconsciente
para resolver los trastornos de la psique humana. Al ser el subconsciente lo
fundamental, la racionalidad queda de lado en sus explicaciones. Los grandes
inspiradores de esta teoría son Freud, Adler y Jung, con gran número de seguidores
entre los sesenta y los ochenta.
- Cognitivismo y funcionalismo: La mente actúa como un ordenador: nosotros
recibimos información externa (inputs), procesamos la información y establecemos una
salida de la información transformada. Forman parte de las últimas tendencias en
psicología y muestran el impacto de la cibernética (los ordenadores) a la hora de
explicar la propia realidad humana.
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2. LA SENSACIÓN Y LA PERCEPCIÓN.
En el proceso del conocimiento, el hombre entra en contacto con el mundo físico que le
rodea. Recordemos que para los empiristas (siglo XVII-XVIII), la fuente del conocimiento humano
es siempre la experiencia proveniente de los sentidos. En ese primer contacto con el mundo
exterior la psicología actual ha centrado su atención en dos elementos fundamentales: la
sensación y la percepción. Entre ambos existiría un elemento intermedio: la atención.
2.1. Sensaciones.
La sensación sería el proceso simple a través del cual el mundo se pone en contacto con
nosotros, o como el efecto que produce en nosotros un estímulo. La sensación es nuestra
forma más básica de nuestro conocimiento.
Los filósofos tradicionales ofrecieron dos visiones fundamentales de estas sensaciones.
a) La más antigua afirmaba que esas sensaciones formaban parte del mundo externo. De
esta forma tendemos a pensar que la cualidad de “rojo” está en el ladrillo o la de “ácido” en la
naranja o la de “dulce” en el chocolate (ñam-ñam). Esta sería la tesis sostenida por Aristóteles
(s.IV a.C), conocida como objetivismo de las sensaciones (pensemos que muy en consonancia
con la forma de pensar de la Antigüedad, en la que la realidad “está fuera de nosotros”).
b) Más adelante, sin embargo, se planteó el hecho que esas sensaciones están en nosotros,
producto de determinados estímulos externos que no necesitan tener parecido con tales
sensaciones ni estar en los objetos de las que las recibimos. Estas eran las tesis que sostenía un
filósofo moderno, John Locke (s.XVII). Las cualidades son esencialmente subjetivas (es decir,
dependientes del sujeto individual que percibe): el ladrillo lo percibimos “rojo”, pero no quiere decir
que esa cualidad sea originaria del ladrillo.
Para limar estas dos visiones opuestas, hoy definimos las sensaciones como producto del
encuentro o interacción entre los estímulos precedentes de los objetos externos con los
receptores sensoriales del sistema nervioso del sujeto. Tal encuentro da lugar a una nueva
realidad emergente, en el que se superan ambas teorías.
2.2. La atención.
Nosotros recibimos multitud de estímulos y sensaciones. Sin embargo no recibimos la
misma atención a todas. En algunos momentos, esta falta de atención se debe a un elemento
puramente fisiológico: estamos durmiendo y no somos receptivos a esos estímulos. También esta
carencia se explica atendiendo a otros factores, los ciclos circadianos2.
En otras ocasiones, esta capacidad obra en un plano de pura conciencia. Estos casos son
los de carácter más eminentemente psicológico.
El individuo tiene por naturaleza curiosidad frente al medio: está “deseoso” de recibir
estímulos nuevos. Los experimentos evidencian, por ejemplo, que la aparición de elementos nuevos
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Los ritmos circadianos son los ciclos vitales a los que están sometido los seres vivos a lo largo de las 24 horas
del día. Es lo que se conoce como el “reloj interior” que nos hace tener sueño a unas horas y hambre a otras. Se pensó en
un principio que estos ritmos obedecían al hábito o costumbre. Sin embargo, se experimentó con individuos sometidos a
largo tiempo en lugares de oscuridad, y se comprobó que tales ritmos circadianos se mantenían de forma prácticamente
invariable. El mantenimiento estable de estos ritmos es muy aconsejable y su inestabilidad genera por ejemplo,
problemas de peso o otros desequilibrios físicos.
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en nuestra percepción actúa de refuerzo de nuestra atención. E igual que existen refuerzos para
nuestra atención, también se da lo contrario. A los elementos fisiológicos (fatiga o debilidad) se le
pueden atribuir otros psicológicos.
La forma más sencilla de distracción es cuando el receptor está obligado a repartir su
atención en un mismo tiempo a distintos problemas y respuestas. Esto fue lo que demostraron los
conocidos experimentos de Stroop y de Simmons.
Los experimentos de Stroop
Un psicólogo americano, Stroop, hizo el experimento de mezclar colores con información verbal. De
estas investigaciones resultaron que la combinación de información con variedades cromáticas fuertes
(amarillo, especialmente) era más difícil de procesar que la información junto a colores menos fuertes. O que
términos como “rojo” escrito en amarillo distorsionaba la información del experimentado. Esto se debía a que
el individuo estaba menos centrado (atendía a dos estímulos al mismo tiempo que disipaban su atención).
2.3. La percepción.
Este es un proceso cognitivo de naturaleza más compleja. Supone el proceso mental de
organización e interpretación de sensaciones. La percepción está basada en sensaciones,
pero acompañada de representaciones mentales (ideas).
Pensemos por ejemplo en una tableta de chocolate. Nosotros no percibimos las sensaciones
de forma aislada, primero el color negro, después su forma rectangular, y luego su sabor dulce y
rico. Concebimos el chocolate de forma conjunta, como un todo integrado. Podemos pensar
también en problemas culturales: pensemos en una fotografía. Si una persona no ha visto nunca
una fotografía antes, tendrá dificultades para percibirla y reconocer la tridimensionalidad.
En psicología se plateó primero el hecho de que percibimos las sensaciones de forma
individual y aislada. Este fue el planteamiento de filósofos empiristas como Locke y Hume,
posteriormente recogidos con las teorías asociacionistas esgrimido por los primeros psicólogos
(Wundt y James). El asociacionismo defiende que la mente humana funciona combinando
elementos simples, irreductibles. Para Locke o Hume, la facultad humana de la memoria y de la
imaginación permite retener estas sensaciones y después unirlas unas con otras, generando ideas
de las cosas, ya sean reales o imaginarias. Por ejemplo, si imaginamos a Laura R. de color verde y
con alitas de mariposa en su espalda es porque, según estos autores, hemos tenido las sensaciones
del color verde, de las alas y de Laura de forma independiente y luego las hemos unido.
Este planteamiento se vino abajo con la llegada de la psicología de la Gestalt. Según
esta escuela, las imágenes son percibidas como un todo, como una configuración y no como una
mera suma de sus partes constitutivas. Los psicólogos de la Gestalt descubrieron así que la
percepción estaba muy influida por el contexto y la configuración de los elementos
recibidos; las partes derivan de su naturaleza y de su sentido del total y no pueden entenderse
separadas de ellas. La mera suma de las partes no equivale al todo.
Los psicólogos de la Gestalt determinaron las leyes de la organización perceptual, señalando
que la semejanza, proximidad, cierre y continuidad son factores que determinan la agrupación en
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figuras y su diferenciación de fondo. Sin embargo, la ley más general que rige la percepción es la
de pregnancia, que afirma que la organización psíquica será tan buena como lo permitan las
condiciones dominantes, es decir, la percepción que surge con mayor precisión y rapidez es la que
corresponde a la forma más destacada en el sentido de más sencilla, completa, simétrica, mejor
equilibrada y mejor centrada.
_____________________________________________________________________________
Algunas leyes de percepción.
1.
Ley de primacía: se tiende a percibir totalidades con más facilidad que a percibir partes.
2.
Ley de la buena figura: ley de pregnancia, la forma percibida tiende a ser la mejor
posible; es decir, la más simple, completa y simétrica.
3.
Ley de simplicidad: organizamos espontáneamente los datos sensoriales de tal modo que
tendemos a percibir la figura resultante lo más simple posible.
4.
Ley de contraste: la percepción del tamaño de un elemento puede estar influida por la
relación de este elemento con los demás elementos del conjunto en que se halla incluido.
5.
Ley de proximidad: En igualdad de condiciones los elementos más próximos son
percibidos como formando figuras.
6.
Ley de identidad: cuando existen elementos de distintas clases, los de igual clase son
percibidos como formando figura.
7.
Ley de continuidad. En igualdad de circunstancias, como siempre, tendemos a percibir
como formando figura los elementos que conservan una cierta continuidad.
8.
Ley de totalidad: las líneas que circundan una superficie son más fácilmente percibidas
como formando figura de aquellas que se cierran.
______________________________________________________________________
También el lenguaje configura de alguna manera las fuentes de percepción. Por el
lenguaje manejamos conceptos y símbolos que interfieren con los datos de la sensación, dándoles
una orientación determinada, o haciendo resaltar unos u otros aspectos de la sensación. Así, los
conceptos actúan como hipótesis posibles que han de ser comprobadas cada vez con más datos.
Por ejemplo, si percibimos de un modo un poco claro una forma azul y prismática de escasa
altura, es fácil que tendamos a ver un libro, en cuanto tenemos un concepto formado de libro, al
que parecen ajustarse los datos. Así el manejo de conceptos y símbolos orientan la percepción en
un sentido, al igual que lo hacen las leyes de la forma.
Las percepciones tienden a sufrir un proceso de simplificación en la memoria, lo cual se
puede traducir en una especie de olvido cualitativo. Las formas tienden a hacerse más genéricas, y
se “idealizan”. Los recuerdos tienden a asimilarse con objetos que guardan alguna semejanza.
2.4. Utilidad de la psicología de la percepción.
Las aplicaciones de la psicología de la percepción a campos tan variados como la
arquitectura, el diseño y la publicidad no han sido ni mucho menos desdeñables.
En el diseño, por ejemplo, sabemos que en una figura rectangular nuestros ojos
tienden a centrarse en la parte superior izquierda. De esta forma, la maquetación de los periódicos
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suele contar esto, poniendo en ese lugar las noticias más relevantes o que requieren mayor
atención por parte del lector. E igualmente, los logotipos en prensa o Internet tienden a estar en
ese cuadrante. Del mismo modo, el cine utiliza constantemente leyes de percepción para realzar en
un momento determinado planos secundarios que pasan en la siguiente escena al primer plano,
con el juego de colores, luces, la colocación etc…
La publicidad propone miles de usos para estas reglas de percepción. Una muy
importante es la publicidad que usa leyes de suscepción: lo que se ha conocido como “percepción
subliminar”. Atendiendo a esto, existiría una percepción de pequeños estímulos no realizados desde
un ámbito de la conciencia, pero que el organismo sí percibe y condiciona la información procesada
en la conciencia. Las consecuencias para la propaganda o la publicidad son bien evidentes, como
aparece en el siguiente ejemplo:
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Un ejemplo de información subliminal.
Durante las elecciones a la presidencia por los Estados Unidos en el año 2000, una cadena
partidaria del partido republicano había ofrecido información del candidato demócrata con uno de
sus eslóganes:
LESS BUROCRATS FOR THE FEDERAL GOVERMMENT
Este epígrafe (“Menos burócratas para el gobierno federal” se mantenía a lo largo de una
entrevista que hacía un periodista al candidato demócrata. Las letras “rats” se ponían en negrita en
espacio de microsegundos. Esto no permitía que el espectador supiera de forma consciente que se
estaba haciendo semejante cosa. Sin embargo, su organismo percibía y procesaba la información
de una forma subliminar. Esto hacía que en posteriores mensajes, tendiera a identificar de forma
completamente inconsciente el término “ratas” con la candidatura de los demócratas.
La interpretación asociacionista propia de los empiristas: la
percepción es una suma de sensaciones simples.
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3. La conducta y el aprendizaje.
Este es el campo en el que se ha centrado más la psicología de carácter conductista. El
conductismo pretende estudiar aquellos fenómenos que sólo pueden ser conocidos de forma
objetiva y destacar todo tipo de datos no observables, tales como los estados interiores. Si el
método introspectivo es dominante en muchas escuelas psicológicas (adentrarse en los vericuetos
de la mente) el conductismo lo rechaza por ser poco científico. Si nos atenemos a lo observable,
veremos que es la conducta externa de los individuos aquella que puede ser cuantificable y
estudiada de forma rigurosa y empírica. Es lógico que el campo del aprendizaje sea aquel al que
más esfuerzos han dedicado los conductistas. Una de las definiciones clásicas del aprendizaje es la
siguiente:
“Por aprendizaje se entiende un cambio más o menos permanente de conducta que ocurre
como resultado de la práctica”
Es decir, el aprendizaje nos hace cambiar conductas previas. Delante de un ordenador un
niño de cuatro años no sabe nada; tras unos meses de aprendizaje (por prueba-error, lecciones o
la forma que sea), ese niño se comportará delante de la pantalla de ordenador de forma distinta a
la primera vez que lo vio. Sin embargo, los rudimentos del aprendizaje opera con unas nociones
psicológicas básicas que veremos a continuación.
Nuestro comportamiento se rige por dos formas: en primer lugar recibimos un estímulo (E)
y esto provoca en el individuo una respuesta (R). Nosotros, al igual que los animales, conocemos
en primer lugar cosas innatas, instintivas y que ya están fijadas. Un perro o nosotros, al ver
comida, produce salivación. Un niño llora cuando tiene hambre (no llora delante de un ordenador al
no ser que le condicionemos para ello). Esta reacción es fisiológica o instintiva.
El aprendizaje se inicia allí donde empezamos con hábitos que son adquiridos, que no están
fijados previamente en nuestra naturaleza. Es decir, en relaciones de Estímulo-Respuesta que
pueden ser modificadas. En estos procesos de aprendizaje, Paulov fue el primero en estudiar
cómo una relación entre estímulo-respuesta puede ser sustituida por otra artificial, y fue continuada
por autores como Watson o Skinner. Entre los condicionamientos más típicos estudiados en
psicología, aparecen los siguientes:
1. Condicionamiento inhibitorio o aprendizaje por castigo.
El individuo deja de dar una respuesta a un estímulo a consecuencia de que asocia esa
respuesta a un dolor o malestar. Por ejemplo, se puede conseguir que un animal deje de comer un
determinado producto, haciendo que al comerlo reciba una descarga eléctrica. Este tipo de
condicionamiento no lleva propiamente a un aprendizaje nuevo, sino a la supresión de una
respuesta.
2. Condicionamiento clásico o respondiente. Pavlov observó que en presencia de un
cuenco de comida (estímulo) un perro reacciona aumentando la secreción de saliva (respuesta). A
partir de ahí diseñó el siguiente experimento: cada vez que le llevaba el cuenco con comida al
perro, hacía sonar previamente una campanilla. Tras repetir el proceso muchas veces descubrió
que el perro comenzaba a salivar con sólo oír la campanilla. Se había sustituido una relación natural
estímulo-respuesta por otra artificial (condicionada, aprendida).
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Pavlov llamó estímulos no condicionados a los estímulos que provocan una respuesta de
modo natural (por ejemplo, en el caso anterior la comida), y llamó estímulos neutros (EN) a los
que provocan ningún tipo de respuesta previa al condicionamiento (el sonido de la campanilla,
antes del experimento). A estos estímulos neutros tras la fase de aprendizaje y condicionamiento,
los llamó estímulos condicionados (EC). A la respuesta que da el individuo ante el estímulo
condicionado la llamó respuesta condicionada (secreción de saliva después de oír la campanilla).
El aprendizaje por condicionamiento consiste en provocar la asociación entre un estímulo
neutro (que no es estímulo ni nada) y uno no condicionado; de modo que el individuo reaccione
ante el estímulo neutro como si estuviese ante uno no condicionado. Después, cada vez que la
campanilla (EN) aparezca con la comida (ENC) actúa como refuerzo de la conducta aprendida.
Un uso cruel de los experimentos de Pavlov.
Los psicólogos soviéticos hicieron un uso muy particular de los experimentos de Paulov. En la
II Guerra Mundial usaron el condicionamiento respondiente para enfrentarse a los alemanes. A los
perros se les amaestró para que identificaran la comida con un tanque alemán. Tras un aprendizaje
intensivo, los perros se echaban a correr cada vez que distinguían un tanque, pensando que allí
encontrarían comida. Esos pobres perros, cargados de dinamita, eran bombas vivientes teledirigidas
que los soviéticos hacían explotar cuando estaban lo suficientemente cerca del blanco alemán. Este
es un ejemplo más de cómo los avances científicos revierten en muchas ocasiones en contra de
principios éticos mínimos, la guerra en este caso y los mismos derechos de los animales como seres
vivos que no pueden ser sometidos a tratamiento cruel injustificado.
3. Condicionamiento operante (o condicionamiento instrumental, aprendizaje por ensayo
y error). Este condicionamiento ha sido estudiado por Skinner: su nombre es debido a que el
sujeto tiene una parte activa, operativa en el condicionamiento. Para sus experimentos este
psicólogo desarrolló lo que desde entonces se conoce como “caja de Skinner” que consiste en un
recipiente con un mecanismo simple (una palanca o un interruptor) que al accionarlo suministra
un premio o un castigo al sujeto del experimento.
Las ratas de Skinner:
Encerramos una rata en una caja provista de una palanca que al accionarse suministra comida, por
ejemplo, una galleta. La rata se moverá libremente en la caja y en algún momento accionará
accidentalmente la palanca obteniendo una galleta. Tras repetir varias veces el proceso la rata aprenderá la
relación palanca-galleta de modo que a partir de entonces la accionará cada vez que tenga hambre.
En este proceso se denomina refuerzo o premio a todo lo que estimula a que una conducta
sea repetida. Se denomina castigo a todo lo que estimula a abandonar una conducta. Estas tres
formas de condicionamiento son de naturaleza muy simple y pueden ser explicadas como simples
relaciones estímulo-respuesta.
4. Aprendizaje por insight y aprendizaje por imitación.
Estos procesos de aprendizaje conductista son claros, pero habría que preguntarse si todas
las fases de aprendizaje humano se reducen a esta relación entre estímulo y respuesta. La
escuela cognitivista y la funcionalista han planteado especialmente que al estímulo le sigue un
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proceso de reflexión, de carácter interno al sujeto. Para el conductismo la única reflexión en la
mente es la obtención de placer y evitar el dolor: no existe ningún otro elemento mental de
relevancia. En los psicólogos cognitivistas sin embargo, en el hombre existe un elemento
creativo, de resolución de problemas que nada tiene que ver con el mero aprendizaje exterior.
Esto es el “insight”, es decir, resolución interna de un problema: el hombre es capaz de
“visualizar” internamente un problema y resolverlo aportando claves que a lo mejor no están
presentes en la experiencia exterior. Este era el caso de los monos de Kohler: los monillos eran
capaces de resolver problemas sencillos como alcanzar bananas uniendo varios palos,
visualizando la solución en su cerebro y después llevándolo a la práctica.
A esto hay que añadir el aprendizaje por imitación, muy importante en los niños
pequeños. El ser humano aprende con una extraordinaria capacidad de reproducir lo que observa
en los adultos, sin necesidad de explicaciones adicionales ni otros recursos.
Este aprendizaje inteligente, propiamente desarrollado en los homínidos más evolucionados,
no es algo que puede aparecer por sí solo: estaría vinculado con unas facultades mentales muy
desarrolladas: la memoria, el lenguaje, la lógica y la imaginación, que estudiaremos más
adelante.
Simplificando todo lo dicho, podemos afirmar que el proceso de aprendizaje se entiende de
dos fomas bien distintas dependiendo de las escuelas que sigamos:
Conductismo: Estímulo ---- Mente = caja negra, vacía
--- Respuesta
Cognitivismo: Estímulo ---- Mente = Procesos reflexivos --- Respuesta.
3.1. Consecuencias de la escuela conductista.
- Usos para la psicología clínica: el conductismo no ha sido fructífero sólo para el campo
del aprendizaje, también ha sido de utilidad para los casos clínicos. Para el tratamiento de las fobias
irracionales, el conductismo propone una serie de métodos que permiten, por un proceso de
naturalización y aprendizaje que el individuo supere esos problemas. Por ejemplo, para alguien que
sienta aversión a los gatos o algún objeto, se le tiende a acercar “progresivamente” el objeto.
1.
Hace cualquier actividad con el objeto relativamente alejado del sujeto.
2.
Ese objeto se le acerca progresivamente al sujeto de forma que este último no sea
consciente.
3.
En una última fase, ese sujeto sería capaz de llevar una vida normal con ese objeto
que inicialmente fue objeto de fobias.
Excesos del conductismo. Esta escuela ha sido sometida a toda clase de críticas no sólo
por parte del psicoanálisis o la psicología cognitiva sino también por la filosofía: el conductismo
radical (Skinner) produjo muchos excesos. Se llegó a creer que el ser humano no tenía ningún
resquicio para la libertad y por lo tanto la autonomía de decisión necesaria para la ética (optar por
lo bueno o por lo malo con libertad) era una gran mentira.
12
Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
Para Skinner, todos los actos que nosotros tradicionalmente considerábamos libres están
condicionados por procesos de aprendizaje, y por lo tanto, son manipulables por científicos
sociales, haciendo posible la “programación” de los individuos para hacer determinadas tareas. El
resultado de esta manipulación serían “sociedades perfectas” en las que los seres humanos están
condenados a comportarse de forma correcta. Exponemos dos ejemplos clásicos de estas teorías
que aunque son utópicas en su conjunto, no han dejado de utilizarse, nuevamente, con fines
especialmente propagandísticos o publicitarios (en realidad somos unos pobres desgraciaos, pero al
menos, somos conscientes de nuestras debilidades, pensó una vez un filósofo llamado Pascal3).
_______________________________________________________________________
La Naranja Mecánica
En este libro de Anthony Burguess (y llevado al cine por el director Stanley Kubrik) , Alex, un
joven amante de la ultraviolencia y loco por la música clásica es capturado después de perpetrar
un asesinato. Poseído por un sentimiento de violencia casi innato y ya en la cárcel, se presenta
voluntario para una rehabilitación que le devuelva “completamente sano” a la sociedad. La cura
parte de una estimulación radical de acciones violentas mezcladas con elementos agradables al
sujeto. Así, es sometido a sesiones interminables de ultraviolencia. Al comienzo esto produce un
profundo placer en Alex, pero cuando estas van mezclándose con música clásica (y
especialmente la música de Beethoven, producen en el paciente una aversión radical que acaba
provocándole trastornos psicológicos. Así, una vez terminado el tratamiento, Alex es incapaz de
producir un acto violento, no porque su conciencia no quiera, sino porque está condicionado para
no hacerlo, más allá de su libre albedrío. El problema vendrá cuando, una vez vuelto a la
sociedad, esta no le ha perdonado sus faltas todavía…
Un Mundo Feliz
Este libro es una obra paralela a 1984 de George Orwell. Los problemas que encuentran los
“carceleros” de 1984 no aparecen en Un Mundo Feliz. Por qué? Porque desde el nacimiento, los
individuos de Un Mundo Feliz están sometidos a dos predeterminaciones: por un lado, son
tratados genéticamente para que existan cinco clases sociales: alfa, beta, gamma, delta y
epsilon. Los alfa son muy inteligentes, mientras que los epsilon son fuertes y casi estúpidos. Para
evitar cualquier confrontación social, se les somete a una dura intervención psicológica. Así,
desde su nacimiento son sometidos a condicionamientos intensivos que producen aversión a los
gustos de las otras clases sociales. Así, cada grupo tiene un color en la ropa. Desde pequeños se
les estímula para que los gamma, que son verdes, les guste su color y odien el resto de los
colores, o se les hace repetir formulas como: “Los alfa y beta son muy inteligentes, pero los delta
y los epsilon son muy estúpidos, odio los delta y epsilon…”. Estos dos tratamientos posibilitarían
una sociedad perfecta, en la que todo funcionaría bien, pero a costa de la libertad humana.
_______________________________________________________________________
FOBIAS Y CONDUCTAS
El pequeño Albert fue utilizado
para los experimentos de Watson.
Asociaron estímulos neutros (una
rata blanca) con otros negativos
(ruidos fuertes) y provocaron una
fobia tan fuerte que el pobre niño
sintió aversión hacia todo aquello
que era de color blanco (incluso las
barbas de Santa Claus) que duró
hasta su madurez.
3
En realidad, la cita es “el hombre es tan patético como un junco movido por el viento, pero es un junco que piensa”
13
Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
4. La memoria.
Las percepciones son el elemento más básico de nuestro conocimiento pero no es, ni
mucho menos, el último paso: nuestro pensamiento somete dichas representaciones mentales a
múltiples procesos. Pensemos por ejemplo en la percepción de nuestro querido chucho.
Visualizamos ese perro y conceptualizamos esa imagen utilizando el lenguaje. Usando la
memoria, la percepción de nuestro perro puede durar años si le hemos tenemos cariño; si
empleamos la facultad de la imaginación, somos capaces de imaginar miles de chuchos con alas
en nuestra cabeza... Todas estas facultades (memoria, imaginación, reflexión, conceptualización,
razonamiento lógico) representan los procesos más elaborados en la génesis del conocimiento
humano, y vamos a ir estudiándolos uno a uno. En este campo, al igual que en los anteriores,
hay una escuela que descuelga sobre el resto: la psicología cognitiva (los que piensan que
funcionamos como un ordenador).
La memoria puede ser entendida como la capacidad de almacenar y reproducir lo
captado a través de la percepción. La memoria reproduce en la mente la representación de
un objeto ya no presente, relacionándolo con un momento de nuestro propio pasado (por
ejemplo, nosotros representamos a nuestro perro porque ayer le sacamos de paseo). No es una
representación puramente inventada (no imaginamos nuestro perro con alas y de color rosa: eso
sería un acto de imaginación).
El sujeto necesita una memoria global para desarrollar su vida psíquica. En primer lugar,
evita la disgregación del sujeto en un montón de actos inconexos: nosotros somos como somos
porque tenemos un pasado que nos explica y que recordamos. En segundo lugar, tiene
importancia para el reconocimiento de la realidad objetiva: sin la memoria, el conocimiento no
sería posible.
La memoria, por otro lado, no es únicamente una capacidad psicológica humana: existen
memorias artificiales: las más importante fueron los libros (a través de la escritura) mientras que
hoy son los ordenadores y las bases de datos cibernéticas quienes están tomado el relevo.
Memoria psíquica y artificial: Memento
Memento es un “thriller” en el que el protagonista tiene una amnesia “anterógrada” que le imposibilita recordar
nada después de dos minutos. No es capaz de formular ningún recuerdo después de un dramático incidente ocurrido
en su vida. Cómo hace para recordar? Este sujeto escribe sobre su piel los acontecimientos más importantes de su vida
desde entonces. Pero nunca tiene la completa seguridad que aquello que está escrito sea seguro: siempre puede
ocurrir que algo se haya borrado, que no hubiera tenido tiempo para escribir una cosa grave cuando ocurrió, o incluso
que alguien, aprovechando su amnesia, hubiese escrito o borrado alguna cosa en su piel cuando él no estuviera
consciente. Su problema se complica cuando quiere investigar algo que está grabado en su cuerpo, y que él,
naturalmente, no recuerda: su mujer murió en un asesinato, y en ese incidente él perdió la memoria. Este ejemplo es
interesante de cómo las memorias “artificiales” o “extramentales” también están sometidas al desgaste o la utilización.
Las memorias psíquicas pueden ser de varios tipos, principalmente dos: una memoria a
corto plazo y otra a largo plazo. Pero también existen otras clasificaciones (atendiendo a
clasificaciones cerebrales, por ejemplo, existen partes diferentes del cerebro que almacenan
recuerdos distintos, unos visuales, otros conceptuales, lexicográfico... Así, en una lesión cerebral,
depende de la zona dañada que alguna capacidad puede ser afectada y no otra). Atendiendo a la
anterior definición:
14
Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
-
Memoria a corto plazo: dura breves segundos y tan sólo se puede almacenar un
número de items determinados, como mucho siete.
-
Memoria a largo plazo: tipo de memoria que perdura mucho tiempo, prácticamente
para siempre, aunque no consigamos recordarla al momento. Un ejemplo de esto es
la siguiente:
Memoria a largo plazo: Somos capaces de memorizar lo que aprendemos en el
colegio?
Esta es una prueba interesante en relación con las posibilidades reales del sistema educativo. Para qué
estudiar si vamos a olvidar todo en dos días? Lo cierto es que un gran número de datos e información se pierde cuando
no existe un refuerzo mínimo para esa memorización, y sin embargo, otra parte de la información pervive, aunque no
sea de forma necesariamente consciente. En Lisboa se hizo una prueba en relación con lo que los alumnos eran
capaces de memorizar español después de terminados sus estudios de esa lengua. El lapso de tiempo eran treinta años
y el gráfico siguió como aparece a continuación:
Nivel
1 mes
1 año
2 años
10 años
20 años
En los dos primeros años, los alumnos olvidaban más de la mitad de lo aprendido. Sin embargo
ese conocimiento restante se mantenía después prácticamente sin cambios a lo largo de treinta años hasta
prácticamente la vejez. ¿Será esto cierto para nuestro inglés o francés?
Sin embargo, más interesante para la psicología es no tanto cómo recordamos, sino por
qué olvidamos algunas cosas frente a otras. Entre las explicaciones más normales aparecen las
siguientes:
- Atrofia por falta de atención o motivación: la capacidad de retención es mucho menor
cuando la atención es más dispersa. Alguien que no le gusta la psicología, empollará esto para el
examen y tal vez incluso ni le suene de haberlo leído alguna vez en clase, who knows...
- Atrofia por desuso: el olvido se debe a la debilitación y desaparición de los anagramas
que no se refuerzan por el uso. Alguien que estudia el tema de psicología y no vuelve a tocarlo
en su vida, acabará olvidándolo por falta de refuerzo.
- Olvido por inhibición: la memoria ocupa un lugar en nuestro cerebro, y al estar
continuamente sometidos a procesos de aprendizaje, el cerebro tiende a remover los datos más
antiguos.
Patologías (trastornos por defecto de la memoria)
Hiperamnesia
(recuerdos agolpados en
peligro de muerte)
Ecmnesia
(confundir el pasado con
el presente)
Paramnesia
(creencia de vivir otra vez una cosa
Amnesia retrógrada
(olvidamos después de un acontecimiento lo ocurrido)
Amnesia anterógrada
(no somos capaces de hacer nuevos recuerdos, después de eso
Amnesia reanterógrada
(es una mezcla de las dos anteriores)
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Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
5. El pensamiento y la inteligencia.
En este apartado vamos a ver los contenidos de los procesos mentales, y cómo actúa
nuestra mente a la hora de resolver un problema, y al tomar decisiones.
5.1. Los contenidos del pensamiento.
Nuestro pensamiento funciona sobre representaciones mentales. Habíamos visto que en
la percepción ya existe esa proyección mental, y la memoria nos permitiría almacenarlas para un
posterior uso.
Pero antes de continuar, tenemos que matizar qué tipos de representaciones mentales
disponemos. Los psicólogos y filósofos cognitivistas defienden dos tipos fundamentales:
representaciones analógicas y simbólicas. Las representaciones analógicas captan algunas
de las características reales de aquello que representan. Las representaciones simbólicas, sin
embargo, carecen de dicha relación. Para entender esto, pensemos en el dibujo de un ratón. Un
ratón tiene unas líneas determinadas sobre el papel. El diseño representa un ratón, pero no es
un ratón real. Pensemos ahora en la palabra “ratón”. De modo diferente del diseño, la palabra no
tiene cualquier semejanza física con el ratón: se trata de una representación abstracta. La
relación entre esas letras y el pequeño animal es puramente convencional, arbitraria: el lenguaje
humano opera con esa abstracción.
En los elementos simbólicos están incluidos conceptos, es decir una clase o categoría para
un determinado tipo de individuos o subtipos. “Perro”, por ejemplo, designa una generalidad de
razas, o individuos como Toby o Cuco. “Edad”, “altura”, “presión”, designan cualidades. Y existen
tipos de conceptos no se aplican a elementos aislados, como “más alto que”: necesitan poner en
relación más de una representación mental.
E igualmente existen proposiciones. Los conceptos son aquello en lo que pensamos. Pero
al hacerlo, tenemos tendencia para combinarlos de formas diferentes. En esas proposiciones
unimos sujeto (elemento del que decimos algo) con predicado (afirmación en relación con el
sujeto). En la edad moderna, filósofos como Locke o Hume pensaban que nuestros conceptos
funcionan a través de asociaciones, sin embargo, hoy en día pensamos que las proposiciones
formulan conexiones que son mucho más exactas que una mera asociación (nuevamente, el todo
a veces no es igual que el análisis de las partes).
5.2. La facultad del entendimiento, según la filosofía.
Desde la antigüedad, la filosofía ha reflexionado sobre el papel que ejerce el entendimiento
en el proceso de conocimiento y en la generación de ideas.
a) Platón (siglo IV a.C.) fue el primero en exponer este problema de forma más o menos
intuitiva. Para este autor griego la experiencia empírica representaba el conocimiento más alejado
de la auténtica realidad, que era el mundo de las ideas. Recordemos que el mundo que nos rodea
es una copia del verdadero mundo real, que es inmaterial y perfecto. ¿Cómo conoce el ser
humano? A través del recuerdo de lo que ha vivido en una vida anterior a esta (teoría de la
reminiscencia). Según esta teoría, aprender cosas es recordar algo que ya conocimos
16
Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
previamente. Esto implica, por tanto, que existirían unos conocimientos innatos en nuestra
mente, y que solo tendríamos que sacarlos a la luz, ya sea por el recuerdo, por la dialéctica o por
el amor hacia la perfección. En definitiva, esta teoría vendría a iniciar la teoría de las ideas
innatas, seguida mucho después por los racionalistas (siglo XVII).
b) Para Aristóteles (siglo IV a.C.), el entendimiento permite crear conceptos a partir de la
experiencia empírica gracias a la capacidad de abstracción. Esa facultad de abstraer nos
permite crear definiciones y unir unos conceptos con otros.
El proceso es sencillo: la experiencia nos da una serie de casos particulares, en principio
inconexos. Con el entendimiento, extraemos una característica común a todos ellos y fabricamos
una definición que agrupe a todo ese conjunto de experiencias empíricas por dicha característica.
Como consecuencia de esto, y dentro de su perspectiva realista, el entendimiento no genera
ninguna idea ni existe ningún conocimiento innato a la experiencia, sino que todas tienen un
origen empírico (el hombre es una tabula rasa). Esta teoría fue seguida con algunas
modificaciones por Averroes y los filósofos medievales.
c) Para los empiristas (Locke y Hume, siglo XVII-XVIII) el entendimiento se reduce a la
facultad de asociar unas ideas con otras. Esto se produce gracias a la facultad de la memoria,
que retiene la información de los sentidos, y permite asociar en un segundo momento esas
sensaciones. Pero, al igual que Aristóteles, el entendimiento no genera ninguna idea. Los
empiristas son más radicales que el primero, en el sentido que las “esencias” o “conceptos” no
constituyen un conocimiento válido, en cuanto que es una mera elaboración de la mente, que no
tiene un contacto directo con la realidad. Para ellos, solo existen con seguridad las percepciones
particulares y no podemos pasar de ahí (nominalismo, fenomenismo).
Sensación
(experiencias singulares)
“Beatriz, Jessica, Carmen”
Memoria
(ideas)
Idea de Carmen
Abstracción
(entendimiento)
extraemos lo común
Concepto, ideas complejas
(generalización, esencias)
“chicas majas”
d) Una perspectiva radicalmente distinta la ofrece Kant. Para Kant, el entendimiento sí
proporciona una serie de conceptos no empíricos, previos a la experiencia, que permite unificar el
conocimiento que proviene de la realidad empírica: a esto los llama Kant CATEGORÍAS o
“conceptos puros”, para diferenciarlos de los conceptos empíricos de Aristóteles. Una categoría
sumamente importante para la física sería por ejemplo la causalidad. Pensemos: “Si Patricia
deja su lápiz, este caerá hacia el suelo”, este concepto permite distinguir entre la causa y el
efecto y unir ambas cosas.
Esto implica, dentro de la tónica del idealismo, que el sujeto participa activamente en la
elaboración de la realidad y que parte de una especie de “programación” previa, que condiciona
la forma de elaborar dicha realidad.
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Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
e) La filosofía del lenguaje y la psicología.
Hoy en día, la polémica se ha trasladado a la psicología y la lingüística: ¿nacemos con
conceptos dados o bien todo proviene de la experiencia empírica? Según Chomsky (teoría del
lenguaje), nosotros nacemos con unas leyes gramaticales previas a toda enseñanza del lenguaje.
Esto explicaría las semejanzas sintácticas entre muy distintas lenguas. Otros autores (Fodor,
Putnam) defienden el carácter empírico del lenguaje, a posteriori. En psicología se realizaron
muchos experimentos al respecto, pero ninguno fue concluyente. Observamos uno de ellos:
Dibujos hechos por niños de ¾ años de Asia, Europa y EEUU de una casa. Destaca la gran similitud entre ellas, independiente
de su ámbito cultural. Según los innatistas, esta similitud significa cierta predisposición a entender la realidad atendiendo a unas
figuras geométricas determinadas. Según los empiristas, ha sido producto de un aprendizaje determinado, a posteriori.
5.3. Los procesos lógicos del pensamiento: deducción e inducción
El entendimiento no queda reducido a la capacidad propia de la psicología humana para
resolver problemas externos al ser humano, con medios que no nos son conocidos de antemano.
La inteligencia necesita basarse en unos principios formales que constituyen la base del
pensamiento y nuestra capacidad para razonar. El estudio de estos principios que regulan
nuestros razonamientos es una disciplina integrante de la filosofía: la lógica. Esta es la disciplina
encargada de estudiar la corrección o validez de nuestros razonamientos.
Pero ante todo, ¿qué es un razonamiento? El razonamiento nos permite establecer
conclusiones a partir de ciertas premisas o afirmaciones iniciales. La premisa es un
conjunto de enunciados que expresan los datos de partida, mientras que la conclusión es el
enunciado final que expresa la nueva información obtenida a través de las premisas.
Dentro de dichos razonamientos, podemos encontrar dos formas fundamentales: el
razonamiento deductivo y el razonamiento inductivo, que ya hemos estudiado.
5.4. La inteligencia: la resolución de problemas.
La acción de razonar, ponderar o reflexionar sobre esas representaciones es el principal
punto en el que nos vamos a centrar ahora. Esto es lo que llamamos en psicología un
pensamiento dirigido: conjunto de actividades internas que son utilizadas siempre que
intentamos solucionar un problema, comprobamos la verdad de una afirmación o ponderamos
por ejemplo los costos y beneficios de una acción a largo plazo. Esta última es en concreto la
definición de racionalidad que utiliza la teoría económica actual: con unos medios determinados,
determinamos qué posibles vías pueden utilizarse para maximizar un fin, es decir, obtener el
máximo de recursos.
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Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
Habíamos visto que los primates y los hombres tenían una forma peculiar de aprender: el
aprendizaje por “insight”, demostrado por los monos de Kohler. En este aprendizaje, el
hombre o animal resuelve situaciones determinadas a partir de una reconstrucción interna de
los medios (unir unos palos) y los fines (obtener bananas)4. Es decir, el mono era capaz de
visualizar en su mente las posibles soluciones que iba discurriendo.
El pensamiento está orientado así hacia la resolución de problemas determinados. Una
estrategia fundamental en esa resolución lo constituye el análisis de los medios y el fin: Cómo es
posible, con los medios de los que dispongo ahora, llegar a alcanzar un fin determinado. Sin
embargo, con esto no decimos demasiado; tenemos que dar una serie de pasos definidos,
especialmente en problemas complejos.
1. En primer lugar, para resolver un problema, establecemos una organización
jerárquica de actividades. Pensemos que queremos salir al baño. Eso implica dividir el
problema en multitud de sub-problemas: ir al baño implica pedir permiso al profesor, si la
respuesta es afirmativa, levantarse, caminar hasta la puerta, si la puerta está abierta, dirigirse al
pasillo, abrir la otra puerta, levantar la tapa del water, etc... Pensemos que la lógica de cualquier
programación de ordenador funciona también de esta forma. Esta manera de comportarnos nos
permite movernos con rapidez en nuestra vida cotidiana, debido a que gracias a la costumbre
tendemos a repetir comportamientos sin necesidad de ponerlos a prueba.
Para este tipo de problemas importa mucho si el sujeto es un mero “aprendiz” de la situación o si se
trata ya de un “experto”. En el caso anterior del baño, el novato se planteará cosas como: ¿Es la hora de ir
al baño? ¿Se mosqueará el profesor? ¿Dónde está el baño exactamente? ¿Me estoy metiendo en el de
chicas? ¿Cuánto tiempo se está en el baño? El “profesional”, en cambio, no se plantea este tipo de
cuestiones, y actúa de forma automática (e incluso sabe cómo perder el tiempo en el baño, si se está
aburriendo como una ostra en clase).
2. Romper hábitos. El anterior tipo de problemas aparece en la vida cotidiana y de los
que prácticamente (al no ser que seamos novatos) ni si quiera tenemos conciencia de resolverlos.
El problema surge cuando existe un problema inesperado o novedoso. En estos casos, los
obstáculos son mayores, debido incluso a nuestra tendencia a dejarnos guiar por la costumbre.
Ese hábito o costumbre, en principio, puede ser bastante sensato, pero deja de ser eficaz cuando
existe una variable nueva que no se adecua al problema. Para explicar esto se han propuesto
numerosos experimentos, uno de los más conocidos el que sigue a continuación.
El experimento de las jarras.
Los participantes en este estudio tenían tres jarras A, B y C. Estas jarras tienen una capacidad de 21,
127 y 3 decímetros cúbicos, respectivamente. Los participantes tenían que usar los tres jarros para
obtener mentalmente exactamente 100 dm de un pozo. El problema se resolvía siguiendo la regla (B – A)2C. Tras unos minutos, los participantes resolvían varios problemas del mismo tipo, siguiendo la misma
lógica. Sin embargo tras repetir el proceso varias veces, se encontraron con un problema que demandaba
una lógica distinta y mucho más sencilla. Tras haberse habituado a la lógica del anterior, no muchos
experimentados fueron capaces de resolverlo.
4
Quien no recuerde nada de esto, que vea la fotocopia 3 del aprendizaje, o bien ir al tema 3, en los que hablamos
más pormenorizadamente de dichos experimentos.
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Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
3. Descubrimiento de analogías. En ocasiones, la cercanía de un problema no nos
permite ver cómo pueden ser resueltos aplicando una metodología radicalmente distinta. Así, en
muchas ocasiones, la forma de resolver problemas en ámbitos completamente opuestos puede
ayudar para resolver otros aparentemente sin ninguna relación entre sí.
Para justificar esto, se hicieron experimentos en el que se formaban dos grupos de personas. El
problema para resolver era la cura de un tumor maligno a base de quimioterapia; pero los médicos
advertían que los rayos dañaban los órganos cercanos si resultaba bastante potente. El primer grupo no
recibió ninguna ayuda exterior y pocos alcanzaron la resolución del problema. En cambio, al otro grupo se
le sugirió la “pista” de una técnica militar: para conquistar una fortaleza, no hay que lanzarse al ataque
concentrado en un solo punto, sino atacar por distintos flancos. Así, con esta pista, el grupo 2 consiguió
alcanzar la respuesta. A través de la analogía con la fortaleza, ellos descubrieron que el método consiste en
aplicar los rayos desde distintos ángulos en cada sesión, y así el daño era menor para los órganos y tejidos
de alrededor.
4. Reestructuración de la información. A veces, el proceso analógico no basta. Lo
que necesitamos es hacer una reinterpretación radical del problema. En muchas ocasiones,
tenemos que quebrar “barreras” o “límites” imaginarios que no aparecen en el enunciado de un
problema. Así ocurre por ejemplo con el problema de los nueve puntos, formando un cuadrado.
Debido a nuestra forma de percibir dicho cuadrado (su representación mental), ello nos induce a
pensar que para hacer las líneas no debemos romper la figura hecha por los nueve puntos. Para
este problema, hay varias soluciones, propuestas en la fotocopia: algunas de ellas parecen
absurdas o muy originales, pero logran resolver el problema con un enfoque distinto al que el
mismo formulador del acertijo propuso en un principio.
En resumidas cuentas, la resolución de problemas por discernimiento (o “insight”, como el
caso del mono de Kohler) necesita los siguientes pasos:
a) codificación selectiva (capacidad para codificar la información: descubrir qué
información es relevante y cuál no),
b) combinación selectiva (habilidad para combinar aspectos de información diferentes y
aparentemente sin relación alguna entre sí),
c) la comparación selectiva (o habilidad para descubrir una relación poco obvia entre la
información nueva y antigua).
5. El elemento creativo.
Todos estos pasos anteriores están incluidos en la creatividad, pero sin embargo lo que
parece más llamativo es la forma en que esa creatividad aparece. Ese fenómeno nos dice que las
intuiciones creativas aparecen en lugares insospechados o inesperados. De forma frecuente, un
creador estaba trabajando de forma regular en un problema, pero con pocos progresos. A esto le
sigue un periodo de reposo o de trabajo en otra actividad. Y es en esta actividad diferente en el
que la intuición llega, y no en el lugar de trabajo habitual de los genios. Si reflexionamos un poco,
las leyendas que nos dicen que Isaac Newton descubriera la gravedad porque una manzana cayó
sobre su cabeza, o que Arquímedes descubriera su teorema para medir el volumen cuando
20
Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
estaba bañándose (y dijera “eureka”), no son descabelladas. Para explicar esto algunos
psicólogos afirman que existe un “proceso de incubación”: el pensador continúa trabajando con el
problema, pero de forma inconsciente, especialmente a la hora de encontrar nuevas analogías
explicativas de una cosa.
5.5. La Racionalidad: la toma de una decisión.
Si la resolución de problemas y el uso del razonamiento lógico son características
fundamentales de la inteligencia humana, existe por último otro elemento que determina el radio
de acción de esa facultad: la racionalidad. Esta racionalidad humana es la facultad que nos
permite evaluar las consecuencias en un plazo de tiempo y hacer un cálculo de costes y
beneficios. Esto es posible, como habíamos dicho previamente, gracias a que el hombre cuenta
con la capacidad para evaluar unos medios determinados, y dar con la mejor solución para un
problema. Sin embargo, la solución ofrecida no tiene necesariamente que ser la más racional.
Por lo general, optamos por aquellas decisiones que nos den un mayor beneficio (prefiero
pagar cinco euros a diez para ver una peli) o bien aquellas que suponen un riesgo menor
(prefiero jugar a una lotería con probabilidad de 1 entre 100 que otra con 1 entre1000). En
algunas circunstancias las decisiones son complicadas, en cuanto que hay que calcular variables
diversas. En muchas ocasiones, dependiendo cómo aparece formulado el problema, nuestra
decisión varía (confrontar la epidemia verde, final de los apuntes).
En general, tomamos decisiones que minimizan o evitan las pérdidas (es decir sienten una
aversión hacia la pérdida), y es por eso que en el segundo caso se decanten más por B. Por el
contrario, las personas se aferran fuertemente a lo que ya tienen: cuando tienen una ganancia
evidente, sienten una aversión por el riesgo (y por eso en el primero se decantan más por A).
Estos experimentos han sido comprobados con sorprendente eficacia por un grupo de personajes
temidos: los trabajadores de Hacienda pública. Numerosos aumentos de impuestos han sido “colados”
entre la gente corriente siguiendo este sistema de enunciar los porcentajes en ganancias (“reducimos sus
impuestos directos y aumentamos los indirectos”) y no en pérdidas. Nuevamente esto prueba que somos
unos pobres desgraciados sumamente manipulables.
Existen otros dos elementos que influyen en que la racionalidad de nuestras decisiones se
vea descompensada: (a) dependiendo del periodo de tiempo y (b) dependiendo del número de
agentes en la toma de una decisión.
a)
Respecto al plazo del tiempo, nuestra racionalidad tiende a debilitarse en la
medida que el objetivo a alcanzar está más lejos temporalmente. Por ejemplo, si tenemos un
examen muy fuerte a varios meses de distancia, no tendemos a programar un horario de estudio
desde un principio, y sí lo hacemos cuando está más cerca, pero ya no tenemos tiempo para
estudiarlo. Está demostrado además que la psicología adolescente no toma en cuenta las
consecuencias a largo plazo y tan sólo cuenta con el beneficio en un corto periodo de tiempo.
b)
Respecto al número de agentes que toman decisiones, la posibilidad de un
acuerdo racional se hace complicado en la medida que las ganancias no son claras para todos los
agentes y depende de las acciones de los demás. En cuanto que el consenso entre los integrantes
se va resquebrajando, las posibilidades de un acuerdo racional para todos van siendo menores. El
21
Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
egoísmo actúa de forma más clara que el altruismo en esos casos. Estas dos variables son
claramente influyentes para algunos problemas de nuestro tiempo, como la crisis ecológica.
5.4. Consecuencias: el problema de la ecología y los límites de la racionalidad
humana en el sistema económico.
a) En primer lugar, no llegamos a un acuerdo porque el carácter temporal de estas
decisiones rebasan nuestro cálculo directo de consecuencias. La “urgencia” de un problema no
está medida por sus consecuencias graves, sino por su cercanía o inmediatez. De esta forma, el
problema ecológico es un problema a medio plazo (relativamente) que tiende a ser pospuesto
una y otra vez. Haciéndolo más difícil todavía el hecho que además los agentes desconozcan
exactamente el grado o proporción de daño que les va a corresponder: siempre habrá
beneficiados con un calentamiento global, por ejemplo.
b) Sin embargo, existe una objeción todavía más grave a la toma de medidas serias contra
el problema ecológico. Por qué no llegamos a un acuerdo o una decisión en materia ecológica
dentro de la economía capitalista es un tema clásico de la llamada “teoría de juegos”5: la
imposibilidad de afrontar una cooperación voluntaria entre dos individuos cuando
elementos de incertidumbre rodean su acción. Esto es lo que se conoce como el “dilema
del prisionero”.
El dilema del prisionero.
Sara y Blanca han cometido un acto vandálico: jugando en clase han tirado por error una silla por la ventana y
sin querer dan al pobre cartero que venía a dejar el correo, el cual queda en shock durante meses. Las muy bribonas
intentan escapar, pero son pilladas en Garrovillas y llevadas ante el juez. Este les propone un pacto a cada una de ellas
por separado: “Tengo pruebas para enviarlas a la cárcel durante un año. Pero haré un trato: si usted es la única que
confiesa, será condenada a tres meses de cárcel, y su cómplice sufrirá diez. Si confiesan ambas, las dos serán
condenados a cinco años de cárcel”. ¿Qué deben hacer? ¿Debe confesar Sara y confiar en recibir una condena breve?
Tres meses son preferibles al año al que sería condenada si no confesara. Pero hay una razón todavía mejor para
confesar. Supongamos que Sara no confiesa y que sin saberlo ella, confiesa Blanca. Sara se arriesga a ser condenada a
diez años, ni más ni menos. En esta situación es mejor para Sara confesar y recibir una condena máxima de cinco
años. Blanca se encuentra con el mismo problema: si al menos supiera en lo que está pensando Sara, las cosas serían
más fáciles. La consecuencia importante es que cuando ambos prisioneros actúan de forma egoísta confesando, ambos
terminan siendo condenados a una larga pena de cárcel. Sólo cuando actúan de forma altruista acaban siendo
condenados a una breve pena.
Confiesa
BLANCA
SARA
No confiesa
confiesa
5 años
5años
A
3meses
C
10años
10 años 3 meses
B
1 año
D
1 año
No confiesa
La opción A es la propia del llamado en teoría de juegos “equilibrio de Nash” o “equilibrio no-cooperativo”, y la
que adoptarían las criminales.
5
La teoría de juegos es una rama de la Economía desarrollado por Von Neumann, y es un análisis de situaciones en las que
participan dos o más personas (“jugadores”) con intereses opuestos, al menos en parte, y cuya acción tiene una repercusión sobre el resto
de los participantes. Esta rama nació en la II Guerra Mundial, a la hora de delimitar las estrategias de los aliados contra las fuerzas del
Eje. Actualmente suele ser aplicado a los problemas de monopolio económico, guerras o medio ambiente.
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Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
Podría decirse que hay infinidad de casos en los que este dilema del prisionero no se
cumple (imaginemos que Elena y Ángela sean hermanas y no se traicionan el uno al otro), pero
desgraciadamente, existe algunos ámbitos donde esta toma de decisiones está comprobada,
especialmente dentro del sistema económico.
La economía capitalista busca siempre maximizar los beneficios y ser competitivos: el dejar
terreno a un competidor significa buscar tu propia ruina. Este tipo de psicología económica tiene
ventajas (una economía competitiva crece más y genera más riqueza) pero tiene otros
inconvenientes igual de graves (el pensamiento económico no se detiene a considerar la
distribución de la riqueza y el problema ecológico). El tema de la contaminación es así un
elemento no regulado por un mercado (es decir, no sometido a los costos de un producto: a un
consumidor le importa un rábano si el producto está producido con fábricas no contaminantes,
suele irse a lo más barato) y se ajusta bastante bien a problemas similares al “dilema del
prisionero”.
Imaginemos dos empresas: “Aceros León” y “Herrero Steels”. Ambas son empresas que compiten
por un mismo mercado. Una opción ecológica implica que las compañías deben gastar capital en nueva
maquinaria, servicios, etc... lo que implica un mayor costo del producto final. Así, si una intenta no
contaminar y la otra contamina, esto se traduce en una pérdida del mercado para la empresa ecológica
(pierde 30$) frente a la contaminante (gana 120$). Existen dos posibilidades en las que los costos para
ambas serían iguales: en caso que ambas siguieran una opción ecológica o contaminasen las dos.
Aceros León
Contamina poco
Contamina
poco
Herrero
Steels
Contamina
mucho
100
120
Contamina mucho
100
A
-30
-30
C
100
120
100
B
D
Tanto la “Herrero Iron & Steel” como la “Aceros León” no se arriesgarían a una estrategia
ecológica sino están completamente seguras que su competidora va a hacer lo mismo. De esta
manera en una economía de mercado no regulada, el “equilibrio de Nash” se decantará por la
opción D, que es la opción no-cooperante y egoísta, incluso cuando la cooperación no
contaminante sea la más positiva, racional y deseada por todos. Esto es debido a que en una
economía de mercado, un competidor se arriesga a que la estrategia de su oponente sea más
barata que la suya y por tanto, él pierda el mercado.
La única solución posible es cuando aparece un regulador externo, un intermediador
imparcial por encima del mercado, que elimine la incertidumbre y sea capaz de imponer la
solución más racional para todos. En el caso de Aceros León o la Herrero Steels, tan sólo el
estado español o las leyes europeas (una institución no económica) sería capaz de imponer un
acuerdo válido para las dos partes. Si esto empieza a ser posible en un ámbito nacional o
europeo, el problema es mucho más complicado en un ámbito mundial. En nuestros días, un
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Tema 5
El conocimiento (Psicología I)
acuerdo para la no contaminación sólo será posible cuando todas las partes acaten una decisión
internacional, y precisamente la falta de esa autoridad internacional es lo que hace que tratados
como el de Kyotto sean tan complicados de cumplir: cuando una parte rehusa colaborar
(pongamos EEUU o China), el resto recela de ese comportamiento y estima menos racional la
cooperación. Así se cuestiona rápidamente la viabilidad del tratado en conjunto.
EJEMPLOS DE RACIONALIDAD Y TOMA DE DECISIONES
1. Imaginemos que en España estalla una epidemia que hace que 600 personas se pongan de color verde, y
se crean que son Michael Jackson, cantando “Thriller” hasta la muerte. Nuestros científicos, tras graves esfuerzos,
proponen una vacuna para tan extraño virus. Sin embargo, en el desarrollo del programa se enfrentan con una
disyuntiva terrible:
A: Si fuera adoptado un programa A de vacunación, se salvarían 200 personas
B: Si fuera adoptado el programa B, existe una probabilidad de un tercio que se salven las 600
personas y una posibilidad de dos tercios de que ninguna se salve.
2. Tú vas por el campo, y ¡pumba! Te encuentras con 300 euros. Al día siguiente tienes que escoger entre:
A: Ganar con seguridad 100 euros por que una tía tua venida del extranjero está generosa.
B: Una posibilidad de 50% de ganar 200 euros y otra de 50% de no ganar nada.
(para hacer bien el experimento, hay que separar más el ejercicio 1 y el 3, con más casos).
3. Otra vez vuelve la epidemia verde… ¡y ha afectado a 600 personas! En este caso los científicos se
encuentran con la aplicación de dos posibles programas:
A: Si es adoptado el programa A, morirán 400 personas.
B: si fuese adoptado el programa B, existe la posibilidad de un tercio que ninguna de las personas mueray y
una posibilidad de dos tercios de que las 600 mueran.
EXPLICACIÓN: Dependiendo del enunciado nuestra racionalidad decidirá de acuerdo con las pérdidas o
ganancias. Así, en el primer caso, una mayoría de personas se deciden por la opción A, pero en el tercero, hay más
gente que se decide por la B.
Puedes conseguir algún apunte que te falte en:
www.filosofiajosefinas.wikispaces.com/inicio
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El conocimiento (Psicología I)
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