La Psicología de la Instrucción es "una disciplina

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MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
MATERIA:
APRENDIZAJE ESCOLAR E INSTRUCCIÓN
TEMA:
LA PSICOLOGÍA DE LA INSTRUCCIÓN EN LA EDUCACIÓN EN
LÍNEA O A DISTANCIA.
MAESTRO: MC. VICTOR MANUEL SANDOVAL CEJA.
ALUMNA:
NORMA PATRICIA ALAPIZCO RAMIREZ.
CUARTO SEMESTRE.
GRUPO A.
MAZATLÁN, SINALOA A 8 DE MARZO DEL 2007.
La Psicología de la Instrucción, cuyos cimientos podemos situar en la
Psicología Cognitiva y la Psicología de la Educación, es de emergencia
relativamente reciente como una disciplina independiente con objeto de estudio
propio. Se trata de una disciplina de marcado carácter científico y aplicado que se
interesa por el estudio de los procesos instruccionales que tienen lugar en
situaciones educativas formales, analizando, desde una perspectiva integrada, la
triple interacción que se produce entre las condiciones intrapersonales e
interpersonales del aprendizaje, los contenidos de aprendizaje y el contexto
instruccional. Se centra, en particular, en el estudio de los procesos cognitivos y
afectivo-motivacional en los que se ven implicados los dos agentes principales del
aprendizaje –profesor/a y alumno/a– en interacción con las áreas curriculares y las
situaciones educativas concretas, con el propósito de describir, explicar y perfilar
líneas de actuación que permitan mejorar dicho proceso.
La primera aproximación a una situación de aprendizaje dentro del modelo a
distancia o no presencial nos enfrenta a un conjunto de interrogantes tales como:
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¿Explicitaron los docentes las intenciones educativas?
¿Reconocieron los conocimientos previos de los estudiantes?
¿Se consideró el criterio de significatividad de los aprendizajes?
¿Se favorece la construcción social de conocimientos?
¿Se atienden los conflictos cognitivos?
¿Se proponen actividades sobre objetos de conocimiento?
¿Los docentes ejercen una función de andamiaje?
¿Los docentes delegan progresivamente la responsabilidad y el control?
La cantidad y calidad de la información y de los conocimientos a suministrar
deberán precisarse en virtud del perfil de los estudiantes y del tiempo que se prevé
para cada actividad de formación. Es deseable que, además del conjunto de
contenidos académicos, también se definan las competencias que se esperan
desarrollar junto a las actitudes y valores pertinentes.
Los materiales realizados sobre distintos formatos son el soporte específico de la
información contenida en un curso. La producción de los mismos deberá estar
asegurada por profesionales competentes en los contenidos y en el diseño de
materiales. Aunque no necesariamente sean los responsables de la administración
de los cursos, a pesar de que esto sería deseable, dicha tarea puede ser
desarrollada por los tutores locales o telemáticos del Sistema.
Para la situación de aprendizaje (básicamente un curso), debemos considerar
que los usuarios (estudiantes) deben comprometer una cierta cantidad de tiempo
efectivo. A su vez, los docentes necesitarán mayor tiempo para preparar y
administrar el curso.
Los usuarios son personas que habrá que caracterizar respecto de su perfil
como aprendices, incluidas sus experiencias y competencias previas, entre las que
es necesaria la posesión de conocimientos mínimos de Informática e Internet, en
un nivel que debe ser explicitado para las diferentes opciones. Por ello, siempre
dentro de este modelo, deberá asegurarse una introducción al uso de las
herramientas necesarias para los aprendizajes.
La experiencia de aprendizaje puede ser seguida a través de soportes
tecnológicos como las Videoconferencias Interactivas y/o entornos en Internet
especialmente diseñados, o usando una de las Webtools adecuada como interfaz de
usuario.
Además, como factor determinante deben explicitarse las condiciones
institucionales en que se instalan estas experiencias, especialmente las condiciones
de evaluación y acreditación.
Pero más allá de los soportes tecnológicos, debe enfatizarse que donde se
define la calidad de un Sistema de Enseñanza no Presencial —y éste es a mi
juicio el centro de la cuestión— es en el diseño de estrategias de enseñanza y
aprendizaje, en un modelo que ponga el acento en la interactividad entre
profesores y estudiantes y de estudiantes entre sí, para la construcción de
conocimientos significativos orientados hacia aplicaciones concretas y
referenciados en conceptualizaciones con grados de creciente especificidad.
Sin
dejar de lado replantear el importante problema de la segmentación, que amenaza
a todas las formas institucionales de la enseñanza.
La interactividad entre profesores, estudiantes y contenidos está fundamentada
como eje principal en la concepción constructivista de la enseñanza, el aprendizaje
y la intervención educativa. También se concreta en el diseño de materiales, en el
desarrollo de propuestas de trabajo cooperativo, así como en los Mecanismos de
Influencia Educativa (MIE) que deben accionar los docentes y/o tutores en su
relación con los estudiantes.
El modelo de enseñanza y aprendizaje que se encuentra en la base conceptual
del Sistema no Presencial propuesto está constituido por una estructura de
conceptos potentes destinados a definir las condiciones del aprendizaje de las
personas (condiciones bajo las cuales los estudiantes producen reestructuraciones
cognitivas de niveles estructurales mayores) y las condiciones bajo las cuales los
profesores ejercitan determinados Mecanismos de Influencia Educativa (MIE).
Los conceptos fuerza del modelo se relacionan en un todo integrado y se
corresponden con la concepción constructivista de la enseñanza, el aprendizaje y la
intervención psicopedagógica, de acuerdo con la propuesta de César Coll (1994,
1995, 1996, 1999).
Partimos del triángulo interactivo, que modeliza la interactuación entre el
profesor y los estudiantes en torno a una tarea o contenido de aprendizaje. Las
interactuaciones se van construyendo en el transcurso del proceso de enseñanza y
de aprendizaje a partir de las aportaciones respectivas, e implican una
manipulación activa de los objetos de conocimiento por parte de los aprendices.
Las interacciones contribuyen a la organización de la tarea conjunta y están en
relación con las exigencias y los condicionantes impuestos por la naturaleza del
contenido y/o la estructura de las tareas en torno a las cuales gira precisamente
dicha actividad conjunta.
Siguiendo a Coll, el concepto de Mecanismos de Influencia Educativa (MIE)
apunta a desplazar el acento desde los procesos de aprendizaje a los de enseñanza.
Se explica así el aprendizaje de los estudiantes como consecuencia de la influencia
educativa que se ejerce sobre ellos. El énfasis está puesto entonces en:
 Los procesos de aprendizaje, que pueden ser interpretados como el
resultado de un proceso de enseñanza;
 La resolución de problemas concretos; y
 Los modos de potenciar dichos aprendizajes.
Los conceptos centrales del modelo deberían ser atendidos permanentemente
por los diseñadores del Sistema (y también por los tutores y diseñadores de
materiales), y ser tomados como puntos de referencia para construir situaciones
educativas significativas, tanto en lo cognitivo como en lo procedimental y
actitudinal.
Una enumeración preliminar de los principales
relacionados con las actividades educativas, es:
conceptos
del
modelo,
 La explicitación de las intenciones educativas por parte de los docentes;
 El reconocimiento de los conocimientos previos, temáticos, de los
estudiantes;
 La triple significatividad (para los estudiantes, los docentes y el curso o
institución involucrada);
 La construcción social de conocimientos o la construcción de significados
compartidos;
 Los conflictos cognitivos surgidos o producidos en torno a los diferentes
contenidos;
 Las acciones o actividades propuestas sobre los objetos de conocimiento
(producción, exploración, práctica, etc.).
 La función de andamiaje (por parte de los docentes) en relación con la zona
de desarrollo próximo;
 La delegación progresiva de responsabilidad y control (de los docentes hacia
los estudiantes); y
 Especialmente los Mecanismos de Influencia Educativa (MIE).
Conclusiones.
Después del análisis presentado, me propongo dar algunas respuestas a la
siguiente pregunta: ¿Por qué es importante y necesario pensar en la importancia de
los Modelos Pedagógicos —y tomar partido— cuando decidimos utilizar el modelo de
Educación en línea o a Distancia o más propiamente en la Enseñanza no Presencial?
 Porque muy frecuentemente el impacto y los avances rápidos de las
tecnologías de la información y la comunicación hacen que se les considere el
factor principal. Y esto anula o deja de lado los principios básicos del
aprendizaje, reduciéndolos a una versión superficial e intuitiva.
 Porque el carácter de asincronía y distancia geográfica que caracteriza a la
mayoría de las propuestas plantea nuevos y serios problemas en el
tratamiento de los procesos de interacción y comunicación para la
implementación adecuada de los MIE.
 Porque llevaría a cuestionar y replantear opiniones muy generalizadas en
torno a las ventajas del uso del modelo a distancia en la Enseñanza no
Presencial, tales como:
 el objetivo excluyente de llegar a un número mayor de estudiantes
o usuarios;
 favorecer una importante reducción de costos educativos;
 requerir una menor cantidad y calidad de docentes.
 Para disminuir el desplazamiento excesivo hacia la importancia de los
materiales y contenidos, y el uso de algunas herramientas informáticas (email, listas de distribución, páginas web, etc.) por encima de los niveles y
procesos de interacción y construcción de significados compartidos entre
docentes y estudiantes.
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Porque algunos consideran que el impacto y la promoción comercial
del uso de Internet han ubicado a la enseñanza y a los contenidos de
aprendizaje dentro de una concepción o modelo economista, en detrimento de
la pertinencia e importancia de los modelos educativos.
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Y porque, sintetizando, a la hora de diseñar un Modelo de Enseñanza
no Presencial, es fundamental que derive y sea coherente con un modelo
psicopedagógico –en nuestra propuesta la concepción constructivista de la
enseñanza y el aprendizaje-, que guíe el enfoque educativo, los programas, las
situaciones y actividades y las tareas de formación o capacitación.
BIBLIOGRAFÍA.
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Beltrán, J. y Bueno, J.A. (1995). Psicología de la educación, Barcelona:
Boixareau Universitaria.
Beltrán, J. y Genovard, C. (Eds.) (1996). Psicología de la Instrucción I y II.
Variables y procesos básicos. Madrid: Síntesis.
Coll, C: “El análisis de la práctica educativa: reflexiones y propuestas en
torno a una aproximación multidisciplinaria.” En: Actas del seminario
internacional sobre Tecnología Educativa en el contexto latinoamericano.
México, D.F., 1994.
“La concepción constructivista como instrumento para el análisis de las
prácticas educativas escolares”. En Coll, C (Coord.), Psicología de la
instrucción: la enseñanza y el aprendizaje en la educación. ICE Universidad
de Barcelona, 1999.
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