Cooperativas agrarias

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Cooperativas agrarias.
Los principios cooperativistas.
Primer principio: libre adhesión o puertas abiertas.
Dos dimensiones: la cooperativa es una organización voluntaria donde el ingreso y la permanencia en ella
resultan, deben ser, absolutamente libres. Nadie debe estar obligado a ingresar ni a permanecer en la
cooperativa. Pueden ingresar todas las personas que lo deseen sin ningún tipo de distinción. No puede
limitarse el número de miembros, ni su capital social, que dependerá del número de miembros.
Esa vinculación objeto social - necesidades a satisfacer, limita la posibilidad de incorporarse a una
cooperativa. Debe existir una correspondencia entre las necesidades de la persona y las posibilidades de la
cooperativa de satisfacerlas.
Parece no violentarse el principio cuando la ley o los estatutos requieren para ingresar a la cooperativa una
determinada cualidad, previa y objetivamente determinada, precisamente dispuesta con el objeto de que exista
esa correspondencia entre necesidades - objeto social de la cooperativa.
Ejemplo, cooperativa cuyo objeto sea la elaboración del vino a partir de la producción de uva de sus
miembros, establezca en su estatuto como requisito para ser admitido a la misma, el dedicarse a la
producción de uva.
Una limitación legal o estatutaria del número de cooperativistas que se funde en las caracterÃ−sticas del
objeto social o en su capacidad operativa o económica es viable.
En ocasiones se debe limitar el ingreso de nuevos asociados porque el ingreso irrestricto puede variar la
productividad de una explotación en perjuicio de los intereses sociales.
Segundo principio: Control democrático.
Dos distintas dimensiones. En primer término en cuanto al poder igualitario de cada uno de los miembros
hacia el interior de la cooperativa, que los cooperativistas expresan con el enunciado un hombre un voto o un
miembro un voto.
En segundo lugar, este principio democrático se manifiesta también en el sentido de que cada uno de los
miembros, por el solo hecho de serlo, podrá, en condiciones de absoluta igualdad con los demás miembros,
ser llamado a desempeñar las funciones de dirección de la organización.
Tercer principio: Retorno de los excedentes en proporción a las operaciones realizadas.
Los excedentes que surgieran de la actividad económica realizada por la cooperativa (de producción, de
comercialización, etc.), y una vez distraÃ−dos los costos de producción (salarios, intereses, servicios, etc.),
lo excedentes netos o lÃ−quidos de la cooperativa, podrán ser distribuidos entre los miembros. No existe en
principio obligación de repartir los excedentes. Podrá optarse por ejemplo por destinarlos a capitalizar la
cooperativa. Pero si esta distribución se realiza, solamente se puede hacer en proporción a las operaciones
que cada uno de los miembros de la cooperativa hizo con esta.
Cuarto principio: Interés limitado del capital.
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Para el cooperativismo el capital no es sino un instrumento que debe remunerarse por el servicio que presta.
Pero esa remuneración debe ser fija y limitada, en tanto se trata de una organización basada no en el capital
sino en el servicio, en la cooperación.
Proporcionar ganancia al capital no es un fin del cooperativismo. Si la cooperativa produjo utilidades, no
pertenecen al capital sino a los asociados que las produjeron operando con la asociación económica y en la
medida de sus respectivas actividades.
El uso del capital determina que se pague un interés que es el precio que se paga por su inutilización. El
uso del capital en cuanto factor de la producción es remunerado en su exacto valor, constituyendo uno de los
rubros que integran los costos de la explotación en la actividad desarrollada por la cooperativa. El interés
es el único beneficio que percibe el capital.
Quinto principio: Neutralidad polÃ−tica y religiosa.
Imperativo para la cooperativa de abstenerse de injerir en cualquier aspecto polÃ−tico y religioso, que en la
doctrina moderna del cooperativismo ha sido extendido a otros planos: neutralidad racial, étnica, por
nacionalidades, sectas, ideologÃ−a, sindical, etc. Se trata de preservar la libertad de conciencia de sus
miembros y la unidad de la cooperativa.
Sexto principio: Venta al contado y a precios de mercado.
Dos dimensiones. En cuanto a la venta al contado, el fundamento de este principio está en la educación
económica de los miembros a efectos de que sepan disciplinarse en su vida particular y no vivir en
permanente zozobra económica a consecuencia de los créditos contraÃ−dos con la cooperativa.
Este principio ha ido cediendo. En lo que refiere a la venta a precios de mercado. El imperativo para la
cooperativa es que debe suministrar los bienes y servicios a los precios del mercado. La cooperativa no debe
competir con el comercio instalado en función de los menores precios que pueda ofrecer.
Séptimo principio: Fomento y educación cooperativa.
Mandato de que la cooperativa difunda y eduque en el espÃ−ritu cooperativo. Tiene el imperativo de difundir,
hacer propaganda, educar, fomentar la cooperación y el cooperativismo, no solamente entre los miembros
sino hacia el resto de la sociedad.
Octavo principio: Principio de mutualidad.
à nicamente los miembros pueden hacer uso de los servicios de la cooperativa, en tanto no es una empresa
comercial y por lo tanto no tiene por objeto el lucro, ni hacerse de una clientela.
Las cooperativas no pueden ni deben prestar servicios a terceros no socios. Debe mantenerse la pureza del
cooperativismo dentro de sus principios fundamentales. Solo la verdadera cooperativa puede gozar de una
situación tan excepcional.
Noveno principio: Indisponibilidad de las reservas.
A lo largo de su existencia una cooperativa generalmente va integrando un patrimonio que en muchos casos
llega a ser de consideración, producto de la capitalización de los excedentes generados pero no distribuidos.
Esas reservas se van acumulando pues por la renuncia que sucesivamente van haciendo los miembros a favor
de la cooperativa, de los excedentes generados.
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En caso de liquidarse la cooperativa, no es admisible que pase a los miembros. Muchas de las personas que
contribuyeron a acumular ese fondo seguramente no serán miembros de la cooperativa al momento de su
disolución, probablemente algunas han fallecido, etc. Las reservas no pertenecen a los asociados, sino a la
sociedad.
Una de las consecuencias de la adopción de este principio, es que las cooperativas no puedan transformarse
en sociedades. Porque en las sociedades las reservas se distribuyen entre los socios.
Décimo principio: La integración cooperativa.
En la medida que el cooperativismo adquiere su fuerza en el numero de sus miembros, existen motivos no
solo filosóficos sino fundamentalmente prácticos, para concertar esfuerzos entre las entidades cooperativas.
Como la cooperativa asocia a personas en vista de satisfacer ciertas necesidades comunes, del mismo modo
diferentes células cooperativistas, aplicando el principio de la solidaridad, que asocian para ejercer en
común ciertas funciones, particularmente de aprovisionamiento y de producción. Este principio impone a la
cooperativa el deber de procurar la integración con otras cooperativas.
La cooperativa agraria en nuestro derecho.
Definición. Naturaleza jurÃ−dica.
Las cooperativas agrarias son personas jurÃ−dicas que, basadas en el esfuerzo propio y en la ayuda mutua de
sus miembros, se constituyen con el objeto de efectuar o facilitar todas o algunas de las operaciones
concernientes a la producción, transformación, conservación, clasificación, elaboración,
comercialización, importación o exportación de productos provenientes de la actividad agraria en sus
diversas formas, realizada en común o individualmente por sus miembros. No calificar a las cooperativas
agrarias ni como sociedades ni como asociaciones.
Objeto.
Efectuar o facilitar todas o algunas de las operaciones concernientes a la producción, transformación,
conservación, clasificación, elaboración, comercialización, importación o exportación de productos
provenientes de la actividad agraria en sus diversas formas, realizadas en común o individualmente por sus
miembros.
El cooperativismo agrario se caracteriza precisamente no por la singularidad de su objeto, sino porque ese
objeto debe estar referido a la actividad individual de sus miembros, que es común entre todos ellos: la
actividad agraria.
El objeto de la cooperativa debe estar referido especÃ−ficamente a la actividad agraria. Y no a la actividad
agraria en forma genérica, sino a la especÃ−fica actividad agraria que realizan sus miembros.
Facultades.
Realizar la adquisición, importación, emplea de maquinas, instrumentos y demás insumos necesarios para
la explotación agraria, realizar todos los actos de administración y disposición necesarios para cumplir con
sus fines especÃ−ficos asÃ− como las necesidades sociales y económicas de sus integrantes, pudiendo
realizar la adquisición y arrendamiento de tierras y edificios para aprovechamiento común y
fraccionamiento de tierras para vender a su miembros, e incluso gestionar y administrar, a favor de sus
miembros, créditos de organismo nacionales, extranjeros e internacionales.
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Formación y constitución.
Para la constitución que el acto de constitución sea formalizado en documento público o privado, que
deberá suscribirse por los miembros fundadores, debiendo las firmas ser certificadas notarialmente.
Documento contener la identificación de los miembros fundadores con sus firmas y determinación de las
partes sociales suscritas, la decisión de los miembros de constituir la cooperativa agraria, y el proyecto de
estatuto que la regirá, que debe contener denominación, modalidad de responsabilidad, determinación el
capital inicial y valor de las partes, etc.
Inscripción y personerÃ−a jurÃ−dica.
La personerÃ−a jurÃ−dica se obtiene mediante la inscripción del acta de constitución y de los estatutos
sociales, mediante la aportación de un testimonio notarial en el Registro Público y General de Comercio, al
que le toca hacer el control de legalidad.
Para obtener la personerÃ−a jurÃ−dica deberá acreditarse haber integrado cuando menos un diez por ciento
del capital suscrito, mediante deposito realizado en el BROU.
Obtenida la personerÃ−a jurÃ−dica, es precisa la inscripción también en el Registro que a esos efectos
lleva el MGAP. Hasta tanto, la cooperativa deberá actuar con el aditamento en formación bajo
responsabilidad solidaria de sus socios. Culminado este proceso deberá convocarse a la primera Asamblea
Ordinaria a efectos de designar las primeras autoridades.
Responsabilidad.
Tipos de responsabilidad.
Podrán tener responsabilidad limitada, en la cual la responsabilidad de los miembros por las obligaciones
contraÃ−dos por la cooperativa queda limitada al aporte suscrito. Puede optarse por la responsabilidad
suplementada. El texto legal sin embargo no prevé la posibilidad de responsabilidad ilimitada.
Modificación del grado de responsabilidad.
Por vÃ−a de reforma de los estatutos. Aquellos miembros que disientan con las resoluciones que impliquen
aumento de su responsabilidad, tienen derecho a separarse de la cooperativa. Mediante la modificación de
los estatutos no puede disminuirse el grado de responsabilidad.
Modo de operar la responsabilidad suplementada.
La responsabilidad de los miembros será subsidiaria a la de la cooperativa. Solamente una vez agotados los
bienes de esta pasaran a ser los miembros, responsables por las deudas contraÃ−das por la cooperativa.
El acreedor solamente podrá acudir contra los miembros en forma subsidiaria a la cooperativa, pero cuando
esto suceda, el acreedor podrá dirigirse contra un miembro y este responderá hasta el monto de su
suplemento, pro toda la deuda. Y no podrá invocar el beneficio de división, de responder por la cuota parte
que le corresponde, resultante de dividir la deuda entre todos los miembros.
Obligaciones por las que responde el miembro.
La responsabilidad de los miembros alcanza a las obligaciones existentes a su ingreso y las que contraigan la
cooperativa hasta su egreso.
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Le son inoponibles las obligaciones contraÃ−das por la cooperativa con posterioridad a su egreso.
Denominación y protección del nombre.
La razón social de las cooperativas agrarias deberá expresar obligatoriamente la denominación
correspondiente a su grado de responsabilidad, utilizando una de estas expresiones: “de responsabilidad
limitada” o “de responsabilidad suplementada”, agregado a su denominación de agraria.
Capital social, aportes y fondo de reserva.
Capital.
El capital de las cooperativas es necesariamente variable. No se puede limitar el monto del capital, ni el
número de partes sociales que lo integraran, lo que sin duda estarÃ−a, por vÃ−a indirecta, limitando el
número de miembros de la cooperativa agraria.
Partes sociales.
Serán iguales y del mismo valor, y en consonancia con el carácter personalÃ−simo de la calidad de
miembro, la norma legal añade que serán nominativas e indivisibles. Puedan ser reajustables, debiendo los
estatutos fijar las bases sobre las que se efectuara el reajuste.
La norma legal no establece la forma de documentar las partes sociales, queda librado a lo que dispongan los
estatutos.
Aportes.
Se admite que los aportes de los miembros puedan consistir no solamente en dinero, sino también en
mercaderÃ−as, productos o trabajo personal. Para poder funcionar las cooperativas agrarias deberán haber
integrado cuando menos el diez por ciento del capital suscrito.
Nuestro texto legal, la retribución al capital no es consustancial con la cooperativa. Pero tampoco repudia
que exista. La admite como una concesión a la realidad y en tanto ese interés sea limitado.
El silencia de la ley no puede interpretarse como una prohibición. Es una posibilidad que no está vedada y
que el estatuto puede regular este aspecto, disponiendo el pago de un determinado interés.
Deberes y obligaciones.
Los estatutos podrán autorizar a la cooperativa a emitir debentures y obligaciones, hasta un máximo de la
mitad del capital integrado, mas los fondos de reserva, conforme al último balance y mediando siempre
autorización del MGAP.
Fondo de reserva. Reparto de excedentes.
Los excedente netos se destinarán en primer término a compensar las pérdidas a cumuladas en
ejercicios anteriores.
Si aun existiera remanente, un porcentaje debe ser destinado preceptivamente a fondo de reserva. Ese
porcentaje es como mÃ−nimo de un quince por ciento, y para cuando el fondo de reserva iguale el monto del
capital integrado, puede bajar al diez por ciento.
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El destino del saldo de excedentes una vez realizadas estas deducciones, es determinado por la Asamblea
General de la cooperativa. Puede la Asamblea General asignarle un destino diverso que la distribución entre
los miembros. AsÃ− podrá válidamente decidirse que los mismos se destinen Ã−ntegramente al fondo de
reserva.
Si se llegase a optar por la distribución de excedentes entre los miembros adquiere plena vigencia el
principio cooperativista de que los excedentes deben prorratearse en función del trabajo efectuado o al monto
de las operaciones de cada miembro integrante, con la cooperativa y solamente en función de ese criterioRepresentación.
Librado el punto a lo que al respecto establezcan los estatutos.
El estatuto de los miembros.
Requisitos para ser miembro.
Pueden ser miembros de las cooperativas agrarias las personas fÃ−sicas o jurÃ−dicas y las sociedades civiles
con contrato escrito, que realicen actividad agraria que requieran los estatutos y las sociedades de fomento
rural.
En primer lugar personal fÃ−sicas y jurÃ−dicas. En segundo término los miembros deben realizar la
actividad agraria que exijan los estatutos. Que puede ser establecida con un grado muy amplio de generalidad.
En tercer término no puede la cooperativa establecer ningún requisito de ingreso por razones sociales,
económicas, polÃ−ticas u otras de análoga naturaleza. El texto legal expresamente prohÃ−be poner otras
condiciones de admisión como ser vinculación de los aspirantes con organizaciones religiosas, étnicas o
por nacionalidades, organizaciones o partidos polÃ−ticos y asociaciones profesionales.
En cuarto lugar, el texto legal admite que sean miembros de las cooperativas agrarias las sociedades de
fomento rural. Para estas entidades el texto legal no requiere que realicen la actividad agraria que establezcan
los estatutos, porque en realidad estas organizaciones no realizan propiamente actividad agraria.
Ingreso a la cooperativa.
Principio de libre adhesión del cooperativismo, en principio el número de miembros sea variable e
ilimitado. Cualquiera que reúna los requisitos puede solicitar el ingreso a la cooperativa y esta no puede en
principio rechazarlo.
El ingreso puede tener lugar en cualquier tiempo, a propuesta de dos miembros. Corresponde al Consejo de
Administración examinar si la persona propuesta reúne los requisitos exigidos por la ley y los estatutos y en
definitiva aceptar el ingreso.
El texto legal admite que cuando la incorporación de nuevos miembros dificulte gravemente el cumplimiento
del objeto social, puede en esas circunstancias limitar su ingreso.
Primero, una decisión de ese tipo deberá ser adoptada por la Asamblea General. Segundo, debe repararse
que dicha decisión deberá ser fundada en los motivos que habilita la norma legal en la grave dificultad que
para el cumplimiento del objeto social supone la admisión de nuevos miembros.
Tercero, el texto legal exige que la decisión se adopte por mayorÃ−a absoluta de los miembros habilitados
de la cooperativa.
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Cuarto, resultarÃ−a admisible por ejemplo la necesidad de esperar que egrese un miembro para luego poder
entrar en su lugar, etc.
La calidad de miembro y los derechos y deberes que derivan de la misma.
Naturaleza personal de la calidad de miembro.
La calidad de miembro es personalÃ−sima, no siendo transmisible. Esa calidad no sea cedible, transmisible
por causa de muerte, ni embargable, ni entra en comunidad de gananciales, etc.
Prohibición de concurrencia con la cooperativa.
Prohibir que los miembros operen en la misma actividad económica de la cooperativa, fuera de lo que
constituye la actividad agraria especifica requerida para ser miembro. De lo contrario se podrÃ−a habilitar la
concurrencia desleal de un miembro.
Calidad de electores y elegibles.
De la calidad de miembro derivan también derechos inherentes al gobierno y dirección de la cooperativa.
Tanto a participar en la elección de las personas a quienes se habrá de confiar la dirección y control de la
cooperativa, como a ser designado para esa función.
En principio todos los miembros de la cooperativa son habilitados y tienen desde el inicio la calidad de
electores y elegibles.
Sin embargo pueden los estatutos limitar la calidad de electores y elegibles de los miembros hasta un año de
antigüedad en la cooperativa.
Conformación de saldos deudores.
Saldos deudores entre la cooperativa y el miembro y viceversa. AsÃ− por ejemplo el miembro remite
productos y por ello genera un crédito a su favor. Pero ese acto es seguido de otro de signo negativo: retira
semillas, alambre, productos sanitarios, etc.
Los saldos deudores de los miembros con la cooperativa y de esta respecto de aquellos, se conformaran de
acuerdo con lo que establezcan los estatutos. Esto remite a los estatutos el procedimiento para que esos saldos
sean conformados.
Egreso voluntario. Plazo de permanencia mÃ−nima.
No es ilimitada: tiene como lÃ−mite último la propia vida de los miembros. Cuatro formas mediante las
cuales finaliza la relación del miembro con la cooperativa.
En primer término el egreso voluntario, la posibilidad de los miembros de retirarse, de renunciar a la
cooperativa, principio de libre adhesión. Aviso con 30 dÃ−as de anticipación al vencimiento de cada
ejercicio económico, podrán los miembros egresar de la cooperativa, si otra cosa no dispone los estatutos.
Prevé la ley que los estatutos podrán contener la obligación de no retirarse antes de la expiración de un
plazo, que no podrá exceder nunca de cinco años contados desde su ingreso.
Debe en todo caso señalarse:
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• Tal plazo de permanencia obligatoria debe necesariamente estar previsto en los estatutos de la
cooperativa.
• El plazo es de hasta cinco años como máximo. Nada impide que se establezca un plazo menor.
• La obligación de permanencia obligatoria en todo caso cede ante dos circunstancias. Aun estando
vigente el plazo de permanencia obligatoria pueden los miembros retirarse en caso de aumento de
responsabilidad cuando hubieran disentido con la decisión. Y retirarse en iguales circunstancias los
miembros que hubieran disentido con la decisión de fusión de la cooperativa con otra entidad
cooperativa.
• El plazo no parece que pueda ser renovable. La ley indica que el plazo es de hasta cinco años.
La exclusión del miembro. La suspensión.
La exclusión de un miembro supone la decisión unilateral de la cooperativa de poner fin a la relación
cooperativa respecto de alguno de sus miembros que por esa decisión resulta excluido de la misma. Dos
esferas.
Puede ser que se refiera a la perdida de alguno de los requisitos que la ley o los estatutos requieren a los
miembros para ingresar a la cooperativa y que deben conservar para permanecer en ella.
Por ejemplo, si el miembro ha dejado de realizar la actividad agraria. Vinculada también a razones
disciplinarias. Cuando existan graves y significativos incumplimientos por parte del miembro a las
obligaciones derivadas de la ley, del estatuto o de los órganos de la cooperativa. Manda la ley se otorgue al
miembro oportunidad de presentar sus descargos.
Fallecimiento.
De la naturaleza personalÃ−sima, fallecimiento determine la extinción de la relación que mantenÃ−a con la
cooperativa.
Disolución de la cooperativa.
La resolución termina por la extinción jurÃ−dica del otro sujeto de la relación, de la cooperativa.
Liquidación de haberes.
Concluida la relación cooperativa debe procederse a efectuar la liquidación patrimonial de esa relación a
restituir al miembro su aporte, con mas otros conceptos, y procediendo naturalmente a la detracción de esos
importes, aquellas sumas que adeudase a la cooperativa.
Corresponde en primer término devolver el monto del aporte integrado. En segundo término tiene
derecho el miembro a que se le abone el interés sobre el aporte, si en los estatutos se hubiere fijado un
interés.
Y en tercer término tiene derecho a la cuota parte de los excedentes generados en el último ejercicio, si
estos existieran, y se optare por distribuirlos entre los miembros.
Conforme al principio de indisponibilidad de las reservas, está prohibido expresamente acordar a los
miembros, en caso de retiro o disolución de la Cooperativa, otro derecho a los bienes sociales diferentes al
establecido en el artÃ−culo 14.
Por ningún motivo le está permitido a la cooperativa abonar más dinero que el derivado de la liquidación
que se practique conforme a los criterios establecidos.
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Actividad cooperativa y acto cooperativo agrario.
La actividad de la cooperativa.
A diferencia de los que sucede con la sociedad la cooperativa ha sido creada para operar con sus miembros y
solamente con ellos. Si opera con terceros es como consecuencia y resultado de las operaciones realizadas con
sus miembros.
El principio de mutualidad.
La cooperativa no ha sido creada para operar con terceros sino con sus miembros. La cooperativa no es una
empresa tendiente a operar en el mercado compitiendo con empresas comerciales.
La obligación de operar con la cooperativa.
En principio resulta libre para el miembro operar o no con la cooperativa. En los estatutos se puede prever la
facultad de la Asamblea General de establecer la obligación por parte de los miembros, del envÃ−o total o
parcial de la producción a la cooperativa.
Esta obligación parece fundamental en materia agroindustrial y absolutamente necesaria para el éxito de
una cooperativa de estas caracterÃ−sticas, en cuanto es lo que le permite, le asegura la materia prima
indispensable para el proceso industrial, con incuestionable economÃ−a de costos y tiempos y visión de
mediano y largo plazos.
Pueden los estatutos prever directamente esta obligación sin necesidad de que además de la previsión
estatutaria se requiera la decisión posterior de la Asamblea General.
Acto cooperativo agrario.
Actos cooperativos son los realizados entre la Cooperativa y sus miembros en cumplimiento del objeto de
aquella. Los mismos constituyen negocios jurÃ−dicos especÃ−ficos cuya función económica es la ayuda
mutua, no considerándose actos de comercio. Cuando el acto cooperativo contenga una obligación de dar,
la entrega transfiere el dominio, salvo que expresamente se establezca lo contrario.
Partes. Actos cooperativos son celebrados entre el miembro y la cooperativa. No resulta posible la existencia
de actos cooperativos unilaterales.
Objeto. Debe serlo el que surja del cumplimiento del objeto de la cooperativa. Conviene distinguir los actos
cooperativos de los actos extra-cooperativos, donde el individuo se presenta independientemente frente a la
cooperativa, y en los cuales su condición de miembro es algo puramente accidental.
Causa. El elemento que permite diferenciar al acto cooperativo de otros negocios jurÃ−dicos del derecho civil
o del derecho comercial, y que contribuye precisamente a afirmar su identidad y autonomÃ−a, es la causa del
acto. En el acto cooperativo se conjuga el verbo cooperar, y se aplica en los hechos la ayuda mutua, la
cooperación reciproca. La función económica del negocio es la ayuda mutua.
Naturaleza. Los actos cooperativos son antes que nada negocios jurÃ−dicos, como tales les son aplicables de
principio las normas generales comunes a todos los negocios jurÃ−dicos. Los actos cooperativos constituyen
negocios jurÃ−dicos especÃ−ficos, non constituyen actos de comercio.
Régimen jurÃ−dico. Tanto negocios jurÃ−dicos le son aplicables las normas generales para estos, como
negocios bilaterales de contenido patrimonial, la analogÃ−a surge naturalmente con el régimen de los
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contratos.
En tanto negocios jurÃ−dicos especÃ−ficos, no corresponde la aplicación inmediata de las normas editadas
por el Código Civil y Código de Comercio para los contratos.
Efectos. Dos tipos: en primer término los efectos que derivan en forma directa e inmediata del acto
cooperativo celebrado. Cuando el acto cooperativo contenga una obligación de dar, la entrega transfiere el
dominio, salvo que expresamente se establezca lo contrario. Existiendo una obligación de dar, la entrega en
principio transfiere el dominio de los que se ha entregado.
En segundo lugar, el acto cooperativo tiene efectos mediatos e indirectos en tanto se pondrá en
funcionamiento el instrumento que supone la cooperativa. Como consecuencia de su realización, se
generarán unos determinados excedentes, etc.
Dirección y administración de las cooperativas agrarias.
La Asamblea General.
Cometidos. Es el órgano supremo de la cooperativa, toma las decisiones mas importantes como la
designación de los integrantes de los restantes órganos.
Composición. Se compone de todos los miembros habilitados por los estatutos integrantes del Consejo de
Administración y de la Autoridad Fiscal. Y también puede concurrir el funcionario del MGAP. Estas
personas tienen voz pero no voto. Los demás integrantes del Consejo de Administración y de la Autoridad
Fiscal concurren en su calidad de miembros, y por añadidura tienen voz y voto.
Votación. Las votaciones son públicas, derecho a un voto por miembro, puede decidir que un determinado
punto sea pasado a votación secreta. Cuando se trata de elegir autoridades de otros órganos, la votación es
necesariamente secreta.
Representación. El miembro que no concurra a la Asamblea puede hacerse representar. Algunas
limitaciones: se limita el número de apoderamientos, nadie puede concurrir en representación de más de
dos miembros; no pueden ser representantes los miembros del Consejo de Administración y de la Autoridad
Fiscal; el poder de las personas fÃ−sicas no puede ser utilizado cuando se trata de votación secreta.
Asamblea indirecta o de delegados. Posibilidad de que la Asamblea de la Cooperativa se integre por
delegados elegidos en asambleas primarias, conforme a lo que establezcan los estatutos.
MayorÃ−as. De principio las Asambleas de las Cooperativas resuelven por mayorÃ−a simple de presentes,
salvo que la ley o los estatutos dispongan mayorÃ−as especiales. MayorÃ−as especiales para aumentar el
grado de responsabilidad, para limitar el ingreso de nuevos miembros, para fusionarse con otra cooperativa.
Clases de asambleas. Asamblea General Ordinaria, tiene por objeto: considerar el balance, estado de
resultados, memorias e informes de la Autoridad Fiscal, informes oficiales y situaciones de los miembros
suspendidos y de aspirantes rechazados; elegir a los integrantes del Consejo de Administración, Autoridad
Fiscal y Autoridad Electoral; considerar cualquier otro tema que hubiere sido propuesto por el Consejo de
Administración, la Autoridad Fiscal, las autoridades oficiales o la decima parte de los miembros habilitados.
La Asamblea General Extraordinaria puede ser convocada por el Consejo de Administración, la Autoridad
Fiscal, los organismos públicos de contralor o la decima parte de los miembros habilitados y solamente
podrá considerar: sobre la situación de los miembros suspendidos y de aspirantes rechazados, y de los
puntos incluidos en el orden del dÃ−a.
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Consejo de Administración.
Comete la administración y dirección de la cooperativa. à rgano de existencia necesaria en la economÃ−a
de la norma legal.
Se compone de un mÃ−nimo de tres miembros. Pueden sin embargo los estatutos prever que uno de sus
integrantes no sea miembro, siempre que se trate de una persona especialmente competente para el
cumplimiento del objeto de la cooperativa. No pueden desempeñar cargos electivos quienes mantuvieran
una relación de dependencia laboral con la cooperativa.
Sus integrantes son elegidos por voto secreto por la Asamblea Genral en sesión ordinaria. El desempeño de
los cargos es honorario, pero puede la Asamblea General establecer una remuneración para los cargos
titulares.
Autoridad Fiscal.
Le comete la fiscalización y contralor de la gestión de la Cooperativa, facultades: examinar en cualquier
momento los libros y documentos de la cooperativa, realizar arqueos de caja y contralor de las cuentas, asistir
a las sesiones del Consejo de Administración con voz y sin voto, convocar e informar a la Asamblea General
Ordinaria o extraordinaria acerca de la gestión de la Cooperativa, requerir los servicios de una auditorÃ−a de
gestión externa, cuyos informes serán entregados directamente.
Integración. Se compone de uno o tres miembros que son elegidos por la Asamblea General en votación
secreta. No pueden ocupar cargos electivos quienes mantuvieran una relación de dependencia con la
cooperativa. Cuando sus integrantes sean tres, se dispone que uno de ellos pueda ser miembro. Puede la
Asamblea General resolver que los cargos titulares de la Autoridad Fiscal sean remunerados.
Autoridad electoral.
Tiene competencia para conocer en todo lo relativo a la organización y fiscalización de los actos
eleccionarios en la cooperativa. Cometido de organizar los padrones electorales, recibir las listas de los
candidatos titulares y suplentes, fiscalizar y controlar los actos eleccionarios de la cooperativa, en primera
instancia y en el plazo de diez dÃ−as hábiles las reclamaciones que formulen el diez por ciento de los
miembros, dentro de los cinco dÃ−as hábiles de realizado el acto eleccionario.
Se compone de uno o tres miembros, que son elegidos en Asamblea General Ordinaria.
Para el caso de desintegración total o parcial de la Autoridad Electoral sus integrantes serán designados por
el Consejo de Administración y la Autoridad Fiscal funcionando en forma conjunta con una anticipación no
menor de treinta dÃ−as del acto eleccionario.
La integración cooperativa agraria.
Operaciones en común, acuerdos y vinculaciones.
El texto legal señala la posibilidad de las cooperativas agrarias de realizar toda clase de operaciones en
común, por ejemplo si dos o más cooperativas acuerdan realizar la compra de insumos en común:
tractores, fertilizantes, etc. El texto legal también prevé la posibilidad de realizar acuerdos y establecer
vinculaciones. Un tipo de integración también simple, pero de cierta durabilidad en el tiempo.
La cooperativa de segundo grado.
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Son una cooperativa de cooperativas, una cooperativa cuyos miembros se caracterizan por ser cooperativas
agrarias.
Se rigen por las normas previstas para las cooperativas agrarias, a excepción de: En primer término los
miembros de estas cooperativas no son personas fÃ−sicas o jurÃ−dicas, o sociedades civiles con contrato
escrito que realicen actividad agraria como se requiere en las cooperativas de primer grado.
En segundo lugar el texto legal aquÃ− permite un voto no exactamente igualitario sino con algún grado de
proporcionalidad. En principio se rigen por el voto igualitario, por vÃ−a de estatutos se pueda prever algo
distinto, dos limitaciones: a) Toda cooperativa miembro deberá tener cuando menos un voto, y ninguna
podrá tener más de tres votos, b) La desigualdad debe estar referida proporcionalmente al número de
miembros de la cooperativa de primer grado, o bien al monto de las operaciones realizadas por la cooperativa
de primer grado.
Una tercera diferencia con las cooperativas de primer grado es que el voto es necesariamente público.
Una cuarta diferencia radica en que las cooperativas de segundo o ulterior grado preceptivamente deben
establecer en los estatutos un fondo de capacitación cooperativa. Y debe destinar cuando menos un 5% de
los excedentes netos a ese fondo.
Para constituir o asociarse a una cooperativa de segundo o ulterior grado, la decisión deberá adoptarse por
lo menos por un veinte por ciento de los miembros habilitados de la cooperativa.
La federación de cooperativas. La asociación con entidades nacionales e internacionales de defensa del
cooperativismo.
La federación de cooperativas supone la creación de una nueva entidad, producto de la asociación de dos
o más cooperativas, sin que desaparezcan las cooperativas preexistentes.
La diferencia en el objeto de la asociación. No es la realización de actividades económicas, sino la defensa
de sus intereses gremiales comunes.
Las federaciones de cooperativas agrarias pueden asociarse con otras entidades que representen intereses
gremiales de los productores agrarios. Asociarse a instituciones que tienen en común con la federación de
cooperativas, no el fomento y defensa del cooperativismo, sino de los productores agrarios.
La asociación con personas de otra naturaleza.
La única limitación que ello no altere su objeto social o viole las disposiciones de la ley o los estatutos. Se
establece que la cooperativa podrá tener participación en otro tipo de organización, con la única
limitación de que esa participación no altere el objeto social.
La fusión de cooperativas.
En la economÃ−a del texto legal se admiten dos modalidades de fusión: la absorción o incorporación, en
donde una cooperativa absorbe a la otra, que desaparece; por creación de una nueva cooperativa, en cuyo
caso las cooperativas que intervienen en su constitución desaparecen.
En cualquier de los casos previstos, los miembros de las cooperativas que desaparecen adquieren de pleno
derecho la calidad de miembros de la cooperativa que subsiste o se crea. Y los patrimonios de las cooperativas
que desaparecen pasan a integrar también de pleno derecho el de la cooperativa que subsiste o se crea.
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Solamente pueden fusionarse las cooperativas agrarias entre sÃ− o con las sociedades de fomento rural.
Fiscalización de las cooperativas agrarias.
Dos tipos de intereses. En primer término interés de los miembros en exigir de todos y cada uno de los
órganos de la cooperativa, y de la cooperativa en su conjunto, el estricto cumplimiento de las leyes y
reglamentaciones. Y en segundo lugar existe un interés público que concurre simultáneamente en
fiscalizar el funcionamiento de las cooperativas.
Existe legÃ−timo interés del Estado en vigilar porque se haga uso correcto del trato favorable que
generalmente se le dispensa a las cooperativas en el plano fiscal, crediticio, etc. Sienta mecanismo de control
interno de la cooperativa, fundamentalmente mediante la creación con carácter preceptivo de la autoridad
fiscal. Procurando preservar los intereses públicos que quedan implicados en la gestión de la cooperativa, la
ley prevé un sistema de control externo y publico de la cooperativa.
La fiscalización pública.
El MGAP ejercerá el contralor y la fiscalización de las cooperativas agrarias, y vigilara el cumplimiento de
las disposiciones legales y reglamentarias y de las normas contenidas en los estatutos sociales.
La cooperativa estará obligada a llevar los libros y presentar sus balances y demás informes, en la forma y
plazos que establezca la reglamentación, para su visación y certificación por parte del MGAP.
La intervención de las cooperativas.
Requisitos. Se requiere que exista un incumplimiento que legalmente se exige que revista el carácter de
grave. La resolución que la disponga es precisa que sea adoptada por el Poder Ejecutivo a propuesta del
MGAP.
Alcance. La intervención tiene el alcance de suspender en sus funciones a los órganos de la cooperativa,
que pasan a ser sustituidos en el cumplimiento de sus funciones por un interventor a quien se le comete el
cumplimiento de las funciones de esos órganos.
En principio dirigida al Consejo de Administración, pero puede también comprender la Autoridad Fiscal.
La suspensión de los órganos de la cooperativa no alcanza a la Asamblea General.
Plazo. La intervención es esencialmente transitoria y revocable. El plazo máximo de la intervención será
de 6 meses, que la ley califica además de improrrogables.
Las sanciones aplicables.
Deberá guardar la sanción a ser aplicada en proporción adecuada a la entidad de la infracción. La
reincidencia es causal agravante. Sanciones: apercibimiento, multa de hasta un 10% del monto del capital
integrado de acuerdo al último balance, cancelación de la personerÃ−a jurÃ−dica.
Transformación, disolución y liquidación de las cooperativas agrarias.
Transformación.
Formas de transformación. La fusión de cooperativas, por las dos modalidades previstas, absorción o
incorporación, o por la creación de una nueva cooperativa agraria.
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Resulta vedada a las cooperativas agrarias la transformación en cualquier otra forma societaria, con la sola
excepción de las cooperativas agroindustriales, que son también cooperativas.
Disolución.
No supone la pérdida de la personerÃ−a jurÃ−dica. Causales de disolución: finalización o imposibilidad
de cumplimiento del objeto para el que fue creada, engloba dos causales, en primer lugar la finalización del
objeto y en segundo la ley refiere a la imposibilidad de cumplimiento del objeto para el que fue creada. Debe
reunir la triple caracterÃ−stica de ser absoluta, permanente y superviniente. La segunda causal es la cesación
de pago de obligaciones que supere el 75% de su patrimonio.
La tercera causal es la cancelación de la personerÃ−a jurÃ−dica por parte del Poder Ejecutivo, a propuesta
fundada del MGAP en caso de violaciones graves a la ley.
La cuarta causal es la voluntad de los miembros de poner fin a la cooperativa, esto es de disolverla. Se
requiere que la decisión sea resuelta: a) por una Asamblea Extraordinaria, b) convocada especialmente al
efecto, c) por mayorÃ−a absoluta de miembros.
Liquidación.
La liquidación es un proceso de desintegración de la cooperativa, de reconversión del patrimonio social en
dinero, a efectos de satisfacer a los acreedores y de dar destino al remanente conforme a la ley.
à rganos de la liquidación. Producida la disolución cesan en sus funciones todos los órganos de la
cooperativa, salvo la Autoridad Fiscal que a partir de ese momento se convierte en el órgano al que la ley le
comete la liquidación de la cooperativa.
Operaciones que comprende la liquidación. Tendrán a su cargo la liquidación de la entidad en los
términos que establezca la reglamentación. Deberá proceder a realizar los activos transformándolos en
dinero. Deberá satisfacer el pasivo que pudiera tener la cooperativa con terceros. Deberá proceder a la
devolución de los aportes, reajustados y con intereses si ello se hubiese establecido en los estatutos.
Y si existiera remanente deberá entregarlo al MGAP quien deberá destinar el importe exclusivamente a
fines de fomento del cooperativismo agrario.
Liquidación y atribuciones de los liquidadores.
Los liquidadores deben entenderse que tienen todas las facultades inherentes a las operaciones que demande la
liquidación de la cooperativa, dar cumplimiento a los contratos, pagar las deudas, pago de aportes,
representar lealmente en esta fase a la cooperativa agraria que están liquidando, etc.
Liquidación judicial.
En caso de omisión en la liquidación de la cooperativa, el MGAP promoverá la liquidación judicial de la
misma.
Destino del remanente.
El remanente lÃ−quido no puede ser distribuido entre los miembros, este será entregado al MGAP quien
deberá aplicarlo al fomento del cooperativismo agrario.
Ejecución colectiva de la cooperativa agraria.
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Las cooperativas concursan. La cooperativa agraria no tiene naturaleza comercial, por lo que cabe descartar el
instituto de la quiebra. Y en ese contexto corresponde el concurso para el deudor civil que ha entrado en
cesación de pagos.
Sociedades de Fomento Rural.
Naturaleza jurÃ−dica.
Son, según sus fines y objeto social, tÃ−picas asociaciones, en tanto se trata de organizaciones sin
propósito de lucro, que tampoco tienen por finalidad realizar actividades económicas. Se caracterizan por
ser asociaciones, organizaciones sin fines de lucro.
PersonerÃ−a y forma jurÃ−dica.
Para que las SFR constituidas en forma de SA puedan transformarse asociaciones civiles, será suficiente, en
la Asamblea Extraordinaria convocada para tal finalidad, la presencia de cualquier número de socios y el
voto favorable de la mayorÃ−a de los presentes.
El objeto de naturaleza no económica.
Fines no económicos del objeto social. El excedente del subsidio mensual a dividirse, será utilizado por la
Comisión Nacional de Fomento Rural en su función de propaganda y en la fiscalización que se confÃ−a
por el artÃ−culo 2. La personerÃ−a jurÃ−dica de cada sociedad o comisión de Fomento local, podrá ser
gestionada por la CNFR, siempre que los estatutos aseguren la completa autonomÃ−a de las instituciones
representadas por esa gestión.
La CNFR puede proponer representantes de los productores en diversos órganos públicos.
Objeto social de naturaleza económica.
Las SFR que tengan personerÃ−a jurÃ−dica y estén afiliadas a la CNFR podrán distribuir entre sus socios
toda clase de insumos agropecuarios y recibir, a copiar, clasificar, conservar, envasar y elaborar los productos
de las explotaciones de los mismos. Todo ello sin perjuicio del desarrollo de las demás actividades de
interés público comprendidas en el objeto social según lo establezcan los respectivos estatutos sociales.
Régimen de funcionamiento.
Las operaciones autorizadas por el artÃ−culo anterior no podrán tener fin de lucro y se prestaran como
servicio de apoyo a la producción agropecuaria. Solo se cobrara a los socios de las mencionadas entidades el
costo de dicho servicio, más un porcentaje destinado a la capitalización de la sociedad y financiar las
actividades de la CNFR. El porcentaje máximo será fijado anualmente por el PE.
Los porcentajes destinados a capitalización de la sociedad podrán utilizarse para la ampliación de su
capacidad instalada, el mejoramiento de sus servicios, la formación de stocks de las mercaderÃ−as con que
normalmente operen, y la realización de obras de infraestructura u otros destinos semejantes.
Requisitos de las SFR para realizar actividades económicas.
Contar con personerÃ−a jurÃ−dica, ser de afiliación abierta a todo el vecindario de la zona, y llevar el
registro de socios, llevar registros en que consten las actividades a que se refieren las disposiciones
precedentes, cuando estas se realicen, no efectuar ningún tipo de reparto o distribución e utilidades, cumplir
estrictamente con las previsiones de sus estatutos sociales, especialmente las que tienen relación con el
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funcionamiento de los órganos de la sociedad, mantener o establecer su afiliación a la CNFR.
Régimen de control y sanciones.
La CNFR deberá informar al PE, acerca del cumplimiento de los extremos mencionados en el artÃ−culo
anterior y del servicio prestado según lo autorizado por esta ley, en la forma y oportunidades que establezca
la reglamentación.
A esos efectos, la Comisión podrá solicitar informes a las sociedades de fomento rural afiliadas a la misma
y realizar las inspecciones que estime pertinentes para el cumplimiento de lo establecido en el inciso
precedente.
El PE debidamente informado y previa observancia de los trámites correspondientes, podrá retirar la
personerÃ−a jurÃ−dica a las sociedades que violen el régimen previsto en esta ley.
Disolución y liquidación.
En caso de disolución debe aceptarse que los bienes de lo que son titulares, no pueden ser distribuidos entre
los asociados.
En el caso de operarse la disolución de las asociaciones civiles emergentes de la transformación prevista en
el artÃ−culo 1º, de las sociedades anónimas en asociaciones civiles, los bienes remanentes pasaran a ser
propiedad del Estado, el cual los afectara a servicios prestados por los MSP y MEC.
CONAPROLE.
Objeto.
Tiene por objeto la higienización y pasterización de leche y la explotación de las distintas ramas de la
industria lechera y sus derivadas, asÃ− como la exportación de procutos lácteos.
El objeto comercialización, industrialización, elaboración y exportación de la leche y sus derivados, en
disposición que no ha tenido modificaciones.
La CONAPROLE como empresa pública.
Un primer elemento que colorea es te carácter público es su origen legal. CONAPROLE se creó por ley,
que es la forma tÃ−pica de crear empresas públicas. Un segundo elemento son las expropiaciones de bienes
y de empresas lácteas existentes que dispuso la ley fundacional, y cuyos patrimonios fueron transferidos a
CONAPROLE.
En tercer lugar el monopolio de abasto de la leche fresca para el departamento de Montevideo, que por ley se
confirió a CONAPROLE.
En cuarto término existÃ−an otros elementos como la existencia de dos directores, designados uno por el
PE y otro por la IMM, que junto con los cinco representantes de los productores conformaban el Directorio.
La CONAPROLE como cooperativa.
Primer argumento tanto en la ley original como en sucesivas leyes, ha calificado a la entidad como
cooperativa. De acuerdo a lo que son sus patrones de su organización, se trata de una verdadera y autentica
cooperativa, que en lo fundamental responde a la matriz del modelo cooperativo.
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La ley establece que todo productor de leche, de cualquier zona del paÃ−s, podrá hacerse miembro de la
CONAPROLE remitiéndoles su producción. También se ha dicho que se consagra la existencia del
principio de control democrático y que la naturaleza y extensión de los derechos de los productores
cooperadores, en lo referente al patrimonio de la entidad, se regirá por los principio de las sociedades
cooperativas.
El principio democrático. El acto eleccionario.
Todos los órganos de administración, asesoramiento y fiscalización son elegidos entre os productores en
elecciones donde simultáneamente se eligen los integrantes del Directorio, de la Asamblea de Productores y
de la Comisión Fiscal.
Las elecciones se realizan cada 4 años, que es el periodo de duración que tienen los cargos elegidos.
Tienen derecho a votar todos los productores de leche que hayan sido remitentes a CONAPROLE durante
todo el año anterior a la elección. El voto no es igualitario: hasta 400 lts. Diarias un voto, entre 400 y 700
dos votos, mayor a 700 tres votos. Las elecciones son organizadas y fiscalizadas por la Corte Electoral.
El Directorio.
Composición y designación.
La CONAPROLE está dirigida por un Directorio compuesto de 5 titulares y 10 suplentes elegidos por los
productores cooperadores que hayan sido remitentes de leche durante todo el año anterior a la elección.
El presidente del Directorio será elegido por simple mayorÃ−a dentro de los cinco titulares. La elección de
Directores se realiza por el sistema de mayorÃ−as y minorÃ−as, correspondiéndole 4 titulares y sus
respectivos suplentes a la lista más votada y el otro cargo y sus suplentes a la inmediata que le siga en
número de votos.
Para ser elegido Directos no se requiere necesariamente la calidad de productos cooperador, pero todo
candidato que no tenga esta calidad deberá haber reunido, para ser proclamado, por lo menos, los sufragios
de la mitad de los productores inscriptos.
Duración, cese y remuneración de sus integrantes.
El Directorio dura 4 años en sus funciones, pudiendo sus integrantes ser reelectos. También cesa el
Directorio cuando la Asamblea de Productores ha emitido voto de censura contra él, se debe convocar a
nueva elección, y hasta tanto sean proclamados los nuevos dirigentes actuaran los suplentes, que serán
convocados por su orden. La retribución de los Directores también está fijada por ley.
Cometidos.
Administración de CONAPROLE, todos los poderes de administración. Puede convocar a la Asamblea de
Productores y los directores integran esa Asamblea, donde tienen voz pero no voto.
Régimen de funcionamiento.
Simple mayorÃ−a. Para proceder al nombramiento de empleador y obreros para puestos permanentes o
temporarios, aumentos de sueldos, gratificaciones extraordinarias y aumentos de presupuesto en general, se
requerirán 4 votos conformes del Directorio. Para separar empleados y obreros y realizar disminuciones en
el presupuesto, bastara simple mayorÃ−a. Para enajenar o gravar con derechos reales bienes inmuebles de la
Cooperativa, se requiere el voto conforme de la mayorÃ−a absoluta del Directorio.
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La Asamblea de Productores.
Se compone de 29 delegados de los productores, que son elegidos simultáneamente con la elección del
Directorio y Comisión Fiscal.
Debe reunirse cuando menos una vez al año, convocada por el Directorio y también por 10 de sus
miembros. Para funcionar requiere la asistencia de por lo menos la mitad mas uno del total de sus miembros.
Tiene funciones principalmente consultivas, de fiscalización y de asesoramiento al Directorio. También la
ley le comete la aprobación de la memoria y balance anual. Puede emitir votos de censura contra el
Directorio.
La comisión fiscal.
La fiscalización de la cooperativa es realizada por una Comisión Fiscal integrada por 3 miembros de
carácter honorario que son elegidos en las elecciones, junto con los integrantes del Directorio y de la
Asamblea de Productores.
Dos de los integrantes de esta Comisión Fiscal corresponden a la lista más votada y el restante a la que le
sigue en número de votos.
Las atribuciones: fiscalización de la administración y de la contabilidad, solicitud de informes, pudiendo
incluso, en casos graves, solicitar la convocatoria de la Asamblea de Productores, e incluso convocarla
directamente.
Utilidades.
Son las autoridades de CONAPROLE quienes decidirán qué destino se habrá de dar a las utilidades que
pudiera haber generado la cooperativa.
Responsabilidad.
La responsabilidad patrimonial de CONAPROLE por disposición legal es limitada a su patrimonio.
¿De quién es CONAPROLE?
Tratándose de una empresa creada y regulada por ley, cuya liquidación se comete también a la ley,
parece obvio que en la hipótesis de que se quiera vender la empresa, o si se quisiera proceder a la
liquidación, cualquier sea el caso, se requerirá necesariamente una ley.
Los derecho de los cooperadores sobre el patrimonio de la empresa se regirán por los principios del
cooperativismo. Las reservas generadas no son disponibles para los miembros.
LOS RECURSOS NATURALES RENOVABLES.
Derecho agrario y recursos naturales renovables.
Elementos naturales y recursos naturales. Distinción entre recursos naturales renovables y no
renovables.
Recurso natural: suelo, agua, bosques, fauna, etc. El entorno natural ofrece al hombre un conjunto de
elementos de origen animal, vegetal, mineral, quÃ−mico y energético que constituyen parte del ambiente
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en que transcurre su existencia.
Por recurso natural debe entenderse aquel elemento natural de que el hombre se sirve para satisfacer sus
necesidades.
Los renovables se diferencia de los no renovables cuya utilización supone precisamente su paulatino
agotamiento. Tal como sucede con los recursos mineros que de regla al ser empleados se agotan
definitivamente. Los recursos naturales no renovables son declarados de dominio del Estado, es frecuente que
su explotación se encuentre reservada al Estado.
Caracteres de los RNR en general.
Interdependencia.
Todos sus elementos están fÃ−sica y naturalmente interrelacionados y equilibrados.
Los suelos necesitan de las aguas para producir, los bosques se nutren de los suelos y las aguas, y la fauna se
alimenta de los productos de los suelos y las aguas y se guarece en los bosques y aguas.
En primer término con frecuencia en la regulación especÃ−fica de un recurso se aluda a otro RNR.
Cuando se ha legislado sobre las aguas, casi ineludiblemente se hace referencia al suelo, a los recursos
forestales, a la fauna, etc. Y viceversa.
En segundo lugar para la protección de un recurso especifico, se utiliza y se protege otro, en los casos de los
bosques protectores, que se establecen para proteger el suelo, la fauna u otros RNR.
En tercer término esta independencia reciproca entre los diversos RNR lleva a que desde el punto de vista
jurÃ−dico se haga aconsejable la regulación de los diversos RNR en forma unitaria.
Liquidación y agotamiento.
Los RNR son bienes limitados. Los primeros pobladores del planeta podÃ−an disfrutar de mayor cantidad de
RNR per cápita que en la actualidad. Algunos de estos RNR son rÃ−gidamente limitados en cuanto
difÃ−cilmente puedan ser ampliados, el suelo es un RNR rÃ−gidamente limitado en cuanto en forma muy
limitada y dificultosa puede ser incrementado por la acción humana (desecación de pantanos, ganancia de
tierras al mar, etc.).
Por el contrario, otros RNR son susceptibles de ser incrementados. Se trata de una limitación flexible. Tal el
caso de los recursos forestales, que admiten ser multiplicados por la acción humana de modo relativamente
sencillo.
Más allá de su preservación, se pone énfasis en la ampliación de los recursos existentes,
promoviendo, facilitando e incluso a veces obligando, a su ampliación, incremento y multiplicación.
Degradabilidad y perecibilidad.
Estos recursos son susceptibles de ser degradados, disminuidos y aun perecer o volverse inservibles por la
conducta humana o por las acciones de la naturaleza.
Por ejemplo la fauna terrestre, se muestran particularmente frágiles a la interacción del hombre, que pueden
comprometer gravemente su disponibilidad.
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Carácter vital para el hombre de los RNR.
Este carácter de los RNR de ser vital para la supervivencia de la especie humana justifica la existencia de la
legislación en materia de RNR, por ejemplo la forestación obligatoria, recomposición obligatoria de
suelos, etc.
RNR y ambiente. Derecho agrario y ambiente.
Los RNR son sin duda un componente principalÃ−simo de la noción de ambiente, y por ello el derecho
ambiental se ocupa de ellos. Pero claro está que se introducen otros elementos que son por completo
extraños a los RNR como la temática de la polución sonora, de la contaminación del aire, de los
desechos peligrosos, etc., que son diversos a la noción dada de RNR.
Suelos.
Suelo, aquel sutil estrato fértil de la superficie terrestre que contiene las sustancias nutritivas de la
vegetación, es penetrado por las aguas, esta irradiado de luz y calor. El suelo se compone de elementos
minerales, orgánicos, agua, aire y organismos vivos.
La capa superficial de la tierra, que contiene elementos orgánicos y minerales, es penetrada por el agua, el
aire y el calor, elemento compuesto el mismo por millones de microorganismo que en él habitan.
No debe confundirse el suelo RNR, con los conceptos de inmuebles, tierra o territorio.
El suelo como recurso natural renovable.
Se caracteriza por ser rÃ−gidamente limitado. Es perecible.
La erosión es el proceso de remoción y transporte notorio de las partÃ−culas del suelo por acción del
viento o del agua en movimiento.
La degradación constituye la pérdida del equilibrio de las propiedades fÃ−sico-quÃ−micas del suelo que
lo hacen apto para cultivo, originada en prácticas o normas deficientes del manejo del suelo, particularmente
relacionadas con el régimen hidrológico del mismo, y para cuya restauración se hace necesario el uso de
correctivos adecuados.
Se define el agotamiento como la perecidad de la capacidad productiva intrÃ−nseca del suelo como
consecuencia de su explotación y que solo puede recuperarse restituyéndole los elementos perdidos.
La decapitación, la privación de la capa superficial del suelo. La tierra pierde definitivamente sus
propiedades agropecuarias. Sus causas principales son las deficientes técnicas utilizadas en la nivelación
de los suelos y el empleo indebido de la capa vegetal en la fabricación de ladrillos y productos cerámicos.
El registro agrologico de los suelos. CONEAT.
Se encuentra la tarea de realizar un inventario o registro de los suelos desde el punto de vista agronómico.
CONEAT no solamente ha realizado el inventario agrologico de suelos, sino que además y en base a esa
información, ha establecido la productividad agraria de cada uno de los inmuebles, en términos de
producción de carne vacuna y ovina, y lana, que son los productos básicos de la ganaderÃ−a nacional.
La conservación de los suelos y el derecho agrario.
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A medida que los estudios edafológicos progresaron y particularmente con la intensificación de la
utilización de maquinaria aplicada a los procesos agrÃ−colas, se comenzó a percibir que el suelo mismo era
un recurso perecible si no se seguÃ−an normas básicas tendientes a su conservación.
La normativa vigente en materia de conservación de suelos.
Ley 15.239, decreto 333/04. Conservación de suelos y aguas superficiales, normas básicas en materia de
conservación de suelos.
Este decreto comienza declarando de interés nacional promover y regular el uso y la conservación de los
suelos y de las aguas superficiales destinadas a fines agropecuarios.
Los cometidos del Estado.
Cometido genérico.
El decreto le impone al Estado el cometido genérico de velar por prevenir y controlar la erosión y
degradación de los suelos, inundaciones y la sedimentación en cursos de aguas y en los lagos y lagunas
naturales y artificiales, asÃ− como detener y fijar las dunas.
Cometido especÃ−ficos de investigación, promoción y educación.
El texto legal comete al MGAP, la coordinación y dirección de todas las actividades tendientes a lograr un
uso y manejo adecuado del suelo y del agua con fines agropecuarios, cometidos de investigación, estudio
promoción, educación y demostración de aspectos relacionados con la conservación de los suelos y
aguas.
La formulación de las normas técnicas básicas.
Dentro de los cometidos al MGAP se encuentra el de determinar las normas técnicas básicas que
deberán aplicarse en el manejo y conservación de suelos y aguas y recuperación de suelos, prohibir la
realización de determinados cultivos o practicas de manejos de suelos y aguas en las zonas que corresponda.
El MGAP puede y debe fijar normas técnicas de conservación con carácter absolutamente general,
llegando incluso a prohibir la realización de determinados cultivos en función de la conservación de los
suelos.
Deberes de los particulares.
Deber de todos los habitantes.
Con el carácter genérico y por el simple hecho de ser habitante, con absoluta independencia de la
nacionalidad, domicilio, condición, etc., se le impone el deber de colaboración con el Estado en la tarea de
conservar el suelo y las aguas.
Deberes de los titulares de explotaciones agropecuarias.
Los titulares de explotaciones agropecuarias quedan obligados a aplicar las normas técnicas básicas que
señale el MGAP, para evitar la erosión y degradación del suelo, o lograr su recuperación y asegurar la
conservación de las aguas pluviales.
Se trata tanto de titulares de explotaciones como tenedores de tierra a cualquier titulo.
21
Las normas técnicas básicas recogidas en el decreto 333/004.
Dos principios generales.
Toda práctica agrÃ−cola deberá mantener o aumentar la productividad de los suelos, para lo cual los
sistemas de producción agropecuaria o de uso de la tierra tenderán a evitar la erosión y la degradación de
las propiedades fÃ−sicas, quÃ−micas o biológicas del suelo, atendiendo a la preservación o mejora de su
calidad y de su productividad.
Se emplearan las prácticas agronómicas más adecuadas en función de los tipos de suelos a cultivar,
tendiendo a la reducción o eliminación del laboreo.
Normas técnicas básicas de conservación de suelos:
• El laboreo, la siembra, la cosecha y demás procedimientos agrÃ−colas se efectuaran procurando no
generar alteraciones en la superficie del terreno, que determinen concentraciones del escurrimiento o
la conducción no controlada de aguas superficiales que puedan producir erosión.
• Se evitarán las direcciones coincidentes con las pendientes del terreno en todas las operaciones
incluidas las terminaciones las que no podrán dejar surcos generales de erosión.
• Los desagües naturales permanecerán con la superficie adecuadamente empastada para que se
realice un escurrimiento no erosivo del agua.
• Entre otros.
Los métodos convencionales que son los responsables en gran parte de la degradación y el agotamiento de
los suelos, están siendo reemplazados por la denominada siembra directa o labranza cero, y en otros casos
por la labranza superficial o reducida o mÃ−nima. Se atribuye al arado, al tractor y a los métodos
tradicionales de labranza, a la técnica usual de voltear el suelo con el arado o tractor, el deterioro que las
tierras agrÃ−colas han experimentado en el mundo.
En los casos de labranza cero, o siembra directa, o de labranza reducida, el suelo no se rotura o solo se lo hace
en escala mÃ−nima necesaria para la implantación de la semilla, a una profundidad generalmente de pocos
centÃ−metros, mediante maquinas especiales, dejando los residuos agrÃ−colas de la cosecha anterior como
nutrientes naturales del suelo y para mantener la humedad.
La conservación del suelo y la construcción de caminos.
La construcción de obras de vialidad implica de regla la remoción del suelo superficial, la alteración del
escurrimiento natural de las aguas, creación de cárcavas, etc.
Estos daños generalmente se extienden por la necesidad de extracción de diversos materiales como balasto,
pedregullo y arena, constituyéndose en su conjunto, uno de los principales factores de destrucción del
suelo.
En todos los casos de extracción de materiales para obras una vez concluida la actividad extractiva el
ejecutor deberá proceder a reintegrar estas áreas al paisaje, bajo las condiciones que determine la
reglamentación.
La conservación del suelo, el riego y las obras de drenaje.
Uno de los agentes que más significativamente incide en la conservación del suelo lo constituye su
régimen hÃ−drico. Los proyectos de riego o drenaje deben, conforme al texto legal, adecuarse a los usos
del suelo que resulten de su capacidad de uso, conforme a las normas técnicas de conservación. Dichos
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proyectos deben ser realizados por ingeniero agrónomo. El proyecto debe contener: estudios de suelos que
comprenda casta básica y cartas interpretativas por capacidad de uso, sistema de reducción de las tierras
afectadas y caudal ficticio de diseño, en el caso de proyectos de riego. La realización del proyecto está
supeditada a la autorización del MGAP.
La conservación del suelo y el fraccionamiento de predios.
En los hechos uno de los principales factores a considerar como agente de destrucción del suelo, lo
constituye el parvifundio, esto es el fraccionamiento de inmuebles, en predio cuya extensión es menor a la
requerida para el desarrollo social y económico de sus titulares.
Cualquier fraccionamiento de bienes inmuebles rurales deberá realizarse de modo que los predios
independientes que resultaren, permitan el uso del suelo y agua de conformidad con las normas técnicas
básicas a que alude la ley.
Se establece una primera limitación al fraccionamiento de inmuebles, que dispone genéricamente que toda
división de inmuebles debe resultar funcional a las normas técnicas básicas de conservación de suelo,
permitiendo su aplicación.
Segunda limitación se establece para aquellos casos en que los predios resultantes de lao operación de
división tuvieren una superficie menor a las 50 hectáreas. Por debajo de esas 50 hectáreas de algún
modo existen aprehensiones, sospechas, se presume que se pueda estar comprometiendo la aplicación de las
normas técnicas básicas de conservación de suelos.
La conservación de los suelos y la colonización.
El fraccionamiento de las tierras se hará teniendo en cuenta sus condiciones topográficas y composición
del suelo a fin de conservar su potencial productivo. Las adjudicaciones de predios aunque fuere en propiedad,
el Instituto podrá establecer las siguientes obligaciones: no roturar los terrenos con pendiente pronunciada,
con las excepciones que establezca la reglamentación.
El Instituto Nacional de Colonización, en el desarrollo de sus proyectos deberá aplicar las normas que dicte
el MGAP en cumplimiento de esta ley y los principios establecidos en ella, de manera que la conservación
del suelo sea considerada al determinar el tamaño de las parcelas. Deberá establecer, además en cada
caso, la capacidad de uso de los suelos y las medidas de manejo y conservación de suelos y aguas.
La conservación de los suelos en la legislación sobre contratos agrarios de arrendamiento y
aparcerÃ−a rural.
En tanto el tenedor del predio es titular solamente del uso y goce del predio en forma transitoria, buscara
maximizar la utilización de los recursos naturales, incluso en desmedro de la conservación de los mismos.
Y ello con el móvil por cierto legitimo, de obtener una mayor rentabilidad en la explotación que realiza.
Conservación de los suelos y objeto de contrato.
Los contrayentes están limitados en cuento al objeto de la explotación agraria a realizar, razones de
interés general se imponen para que el contrato ajuste el destino de la actividad rural a la calificación de
los suelos establecida en la reglamentación y en la ley.
La obligación de preservar el predio de erosiones y degradaciones.
Plazo legal mÃ−nimo a favor del arrendatario de cuatro años, cuando el principal destino contractual lo
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constituya la producción lechera. El arrendatario sea buen cumplidor de sus obligaciones como tal.
Se entiende que el arrendatario es buen cumplidor de sus obligaciones como tal cuando cumple
satisfactoriamente las principales estipulaciones del contrato, es buen pagador y ha cuidado como buen padre
de familia las mejoras y el predio, preservándolo de los daños que está a su alcance evitar, como ser la
invasión de malezas y la producción de erosiones o cualquier otro elemento de degradación por el uso
inadecuado de la tierra.
La obligación del arrendatario de cumplir con las normas técnicas básicas de conservación de suelos
que establezca el MGAP.
Quien debe cumplir con las normas técnicas básicas de conservación de suelo no son las partes del
contrato. Es el arrendatario exclusivamente, quien es el tenedor del predio.
El incumplimiento del arrendatario, subarrendatario, aparcero y subaparcero a las referidas obligaciones
certificado por el MGAP será causal de rescisión del respectivo contrato.
Conservación de los suelos y crédito agrario.
El decreto ley de conservación de suelos ha venido a establecer en ese sentido que el BROU al establecer
programas anuales de crédito, concederá prioridad al financiamiento de las practicas de conservación y
recuperación de suelos y aguas.
La recuperación de los suelos.
Se establece al respecto que en las situaciones en que exista un grado de erosión o degradación severa de
los suelos, deberán encararse medidas de manejo tendientes a su recuperación de acuerdo a lo que la
reglamentación establezca.
Se exige la realización de determinadas actividades tendientes a recuperar la fertilidad del suelo perdida.
El destinatario de dicha disposición son los titulares de explotaciones agropecuarias, el propietario, poseedor,
o tenedor a cualquier titulo del inmueble.
Incumplimiento. Régimen sancionatorio.
El texto legal prevé la posibilidad de sanciones económicas, no a reparar el daño. Las sanciones son
multas en unidades reajustables.
AGUA
AGUA Y ACTIVIDAD AGRARIA
El desarrollo de la actividad agraria requiere de modo insoslayable el empleo de agua, porque los seres vivos
(sean animales o vegetales), requieren siempre y en todos los casos del agua como elemento esencial.
Más aún, la actividad agraria es como indica Daniel Daneri, de todas las actividades desarrolladas por el
hombre, la que emplea este recurso en mayor cantidad.
De ahÃ− que el recurso agua se constituya en uno de los principales r.n.r para el desarrollo de esta actividad.
En ese contexto corresponde indicar que si bien la actividad agraria emplea el agua con múltiples
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finalidades, de todas ellas es seguramente el riego la más significativa.
EL AGUA EN NUESTRA LEGISLACIÃ N AGRARIA
En primer lugar: Reforma Constitucional de 2004, artÃ−culo 47:
“El agua es un recurso natural esencial para la vida”.
“El ordenamiento del territorio, conservación y protección del Medio Ambiente y la restauración de la
naturaleza”.
“La gestión sustentable, solidaria con las generaciones futuras, de los recursos hÃ−dricos y la preservación
del ciclo hidráulico que constituyen asuntos de interés general”.
“Los usuarios y la sociedad civil, participarán con todas las instancias de planificación, gestión y control
de recursos hÃ−dricos, estableciéndose las cuencas hidrográficas como unidades básicas”.
“El establecimiento de prioridades para el uso del agua por regiones, cuencas o partes de ellas, siendo la
primera prioridad el abastecimiento de agua potable a poblaciones”.
“Toda autorización, concesión o permiso que de cualquier manera vulnere las disposiciones anteriores
deberá ser dejada sin efecto”.
“Las aguas superficiales, asÃ− como las subterráneas, con excepción de las pluviales, integradas en el ciclo
hidrológico, constituyen un recurso unitario, subordinado al interés general, que forma parte del dominio
público estatal como dominio público hidráulico”.
En segundo término: Código de Aguas, sancionado por decreto - ley 14.859 de 15 de diciembre de 1978.
En tercer lugar: la ley de riego 16.858 de 3 de setiembre de 1997.
En cuarto término es preciso aludir al decreto ley 15.239 de 23 de diciembre de 1982 de conservación de
suelos y aguas, que refiere no solamente a los suelos, sino también al uso agrÃ−cola de las aguas, y
particularmente al riego, por lo que debe ser analizada en relación a la ley de riego.
AUTORIDAD EN AGUAS
Inicialmente es preciso referir al Poder Ejecutivo.
En segundo término corresponde señalar al Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
En tercer lugar, es preciso referir al Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca.
En cuarto término al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.
En quinto lugar hay que mencionar a la Comisión Honoraria Asesora de Riego.
Finalmente y en sexto término hay que referir a las Juntas Regionales Asesoras de Riego.
Propiedad y disposición de las aguas
DISPONIBILIDAD DEL AGUA PARA USO AGRÃ COLA
25
Tener la disponibilidad del recurso en las cantidades suficientes y en el momento necesario que demande el
ciclo biológico que se está realizando.
¿DERECHO DE PROPIEDAD SOBRE LAS AGUAS?
Algunos autores precisamente en función de estas consideraciones, niegan la posibilidad de que el agua
constituya un bien susceptible de ser objeto de derecho de propiedad.
Debe de admitirse que el agua es una cosa, y como tal nada impide sea objeto de propiedad como concluye la
doctrina nacional más recibida que se ha ocupado del tema.
Ese derecho de “propiedad”, cuando recae sobre el agua, es el derecho de aprovechar de ellas.
LA PROPIEDAD DE LAS AGUAS. NUESTRO DERECHO POSITIVO
A partir de la sanción del nuevo texto constitucional en realidad son públicas todas las aguas, superficiales
y subterráneas, salvo las pluviales, que a texto expreso el precepto constitucional excluye de la declaración
de dominialidad.
AGUAS PLUVIALES
Son de propiedad del Estado. Ley 18.610.
“Se consideran aguas pluviales las que acceden a la superficie de la tierra, o a objetos apoyados en ella,
provenientes directamente de la lluvia, granizo, aguanieve o nieve y los productos de la condensación de la
humedad atmosférica.
Vale decir, agua pluvial se considera siguiendo al derecho romano, toda la que cae del cielo, no importando el
estado en que se precipitan (lluvia, granizo, nieve, etc).
Es absolutamente natural que las aguas que caen y escurren en un predio privado pertenezcan al titular de
dicho predio. Y no solamente las aguas que se precipitan son de propiedad del titular del predio, sino
también las que escurren por dicho predio aunque hubieran caÃ−do en un predio superior por ejemplo.
Siendo de propiedad del titular del predio en que caen, parece lógico que las aguas pluviales sean
susceptibles de ser utilizadas, captadas, derivadas, almacenadas, etc, por el propietario del terreno en que
caen.
El dueño del predio podrá construir obras tendientes a la captación, conservación, aprovechamiento y
depósitos de aguas pluviales, asÃ− como ampliar o mejorar las depresiones naturales existentes en su
propiedad, construir zanjas o pozos, estanques y embalses tendientes al aprovechamiento del agua.
Esas obras sin embargo tienen como lÃ−mite informal el de no causar perjuicio a los dueños de predios
inferiores, que no podrán ser perjudicados por las obras realizadas por el titular del predio superior.
AGUAS MANANTIALES (AGUAS DE DOMINIO PÃ BLICO)
Dichas aguas son luego de la Reforma Constitucional de 2004, de propiedad pública.
Para ambas situaciones se prevé que los propietarios de los predios inferiores que reciban estas aguas,
tienen derecho a aprovechar de ellas. Las aguas manantiales son en realidad aguas subterráneas que en
determinado momento afloran a la superficie, por lo que en todo caso, el régimen de las aguas manantiales
26
debe estar ligado estrechamente al de las aguas subterráneas.
AGUAS CORRIENTES: RÃ OS, ARROYOS Y CAÃ ADAS
Desde siempre, pero con cada vez más frecuencia, la actividad agraria emplea aguas provenientes de rÃ−os
y arroyos, principalmente con la finalidad de riego.
RÃ−os y arroyos navegables y flotables (de dominio público)
Dispone en ese sentido el Código de Aguas que “integran el dominio público las aguas de los rÃ−os y
arroyos navegables y flotables en todo o parte de su curso, asÃ− como los álveos de los mismos”.
ArtÃ−culo 30 Código de Aguas.
Esa navegabilidad o flotabilidad corresponde sea declarada por el Poder Ejecutivo, en un acto administrativo,
que tiene carácter mero declarativo y por ende no modifica, ni muta el dominio del rÃ−o o arroyo.
ArtÃ−culo 31 del Código de Aguas.
Cañadas no son navegables ni flotables.
RÃ−os y arroyos no navegables ni flotables (de dominio público)
El Código de Aguas dice que los “álveos de los rÃ−os y arroyos no navegables ni flotables pertenecen a los
dueños de los terrenos en que se encuentran” y que “dichos dueños podrán aprovechar las aguas del
rÃ−o o arroyo, al pasar por su predio, para menesteres domésticos, usos productivos u otras finalidades
lÃ−citas”.
El nuevo texto constitucional ha venido a establecer claramente que las aguas todas, a excepción de las
pluviales, pertenecen al dominio público.
Y el Código es lo suficientemente claro en cuanto a disponer que los ribereños tienen, respecto de estos
rÃ−os y arroyos no navegables ni flotables, derecho de aprovechar de sus aguas para “menesteres
domésticos, usos productivos u otras finalidades lÃ−citas”.
Estos aprovechamientos a favor de los ribereños, tienen varias limitaciones.
En primer término las derivadas de los reglamentos que dicte el Poder Ejecutivo sobre la materia.
En segundo lugar la prohibición de no perjudicar al otro propietario ribereño en casos de que las corrientes
de agua constituyan el lÃ−mite del predio.
Y en tercer lugar en cuanto a la obligación restituir a la corriente las aguas que sobraren de los
aprovechamientos que hiciere el propietario del predio.
Debe entenderse que el derecho de aprovechamiento del ribereño, se extiende no solamente para el predio
en que se encuentra el curso de agua, sino para todos los predios contiguos que sean de su propiedad. Y que
inversamente, si se fracciona el predio, el propietario de la fracción no ribereña no tiene derecho al uso del
agua. No nos parece de recibo por el contrario la solución del autor de que el ribereño puede ceder su
derecho a terceros.
Por lo demás, no solamente los ribereños tienen derecho a emplear estas aguas, sino que todos los
habitantes podrán además usar estas aguas “para las primeras necesidades de la vida, si hubiere camino
público que las hiciera accesibles”.
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AGUAS SUBTERRÔNEAS (DE DOMINIO Pà BLICO)
Poseen una importancia indiscutible, tanto en lo que respecta a su uso para la alimentación y las necesidades
humanas y de animales, como en su utilización en la agricultura mediante el riego en vastas regiones del
orbe supliendo la insuficiencia de este elemento en determinados momentos o bien permanentemente en zonas
de secano.
A la fecha, y luego de la Reforma Constitucional de 2004, estas aguas han pasado a integrar el dominio
público, aunque se alumbren en un predio particular.
Las perforaciones o pozos para su extracción requieren en principio autorización, salvo los pozos
destinados solamente a satisfacer necesidades de bebida e higiene humana, bebida del ganado, y otros usos
domésticos.
LAGOS, LAGUNAS Y CHACRAS (DE DOMINIO PÃ BLICO)
Naturalmente que luego de sancionada la reforma constitucional de 2004, debe entenderse que las aguas de
lagos, lagunas y chacras pertenecen al dominio público, cualquiera sea la propiedad de la álveos y
cualquiera fuera la propiedad de las aguas que alimenten esos lagos, lagunas y chacras.
USOS DE AGUAS PÃ BLICAS. USOS POR MINISTERIO DE LA LEY, PERMISOS Y
CONCESIONES
La naturaleza pública de las aguas no significa que estas no puedan ser utilizadas por los particulares, en este
caso, con destinos agrarios.
Usos comunes
En unos casos la posibilidad de aprovechamiento de las aguas públicas se otorga a todos los habitantes y por
eso son denominados usos comunes. Son por ejemplo, la bebida e higiene humana, bebida del ganado,
navegación, pesca deportiva, etc, y por lo cual todas las personas pueden usar de esas aguas, en principio sin
necesidad de requerir autorización.
Estos usos comunes son en concurrencia con todos los demás habitantes y nadie puede privar a los demás
de su utilización de modo simultáneo.
Aprovechamientos dispuestos por ministerio de la ley a favor de determinadas personas
La ley admite la posibilidad que determinadas personas puedan utilizar de aguas públicas para ciertos fines
especÃ−ficos.
Por ejemplo, los dueños de los terrenos en que se encuentran los rÃ−os y arroyos no navegables ni flotables,
pueden aprovechar de las aguas del rÃ−o o arroyo al pasar por su predio, para menesteres domésticos, usos
productivos u otras finalidades lÃ−citas, aunque con algunas limitaciones.
El Código prevé que los dueños de las propiedades inferiores al predio, que afloran, podrán aprovechar
de las aguas manantiales (artÃ−culo 26), y con mayor razón aún y por analogÃ−a, creemos que pueden
ahora aprovechar de dichas aguas los propietarios de los predios donde afloran. No ya en carácter de
propietarios de dichas aguas, sino en todo caso equiparándolos en sus poderes a los propietarios de predios
inferiores.
Usos privativos
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Para todo otro uso de aguas públicas es menester solicitar la correspondiente autorización por la cual se le
otorga al productor la facultad de disponer en forma privativa, vale decir con exclusión de toda otra persona,
del uso de esas aguas.
En nuestro derecho positivo se prevén dos formas de uso privativo de aguas públicas: el permiso y la
concesión.
PERMISOS
Los permisos de uso de aguas públicas conforme al Código de Aguas son actos administrativos unilaterales,
personales, intransferibles y esencialmente revocables por parte de la autoridad que los otorga (artÃ−culo 167
del Código de Aguas), que es el Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
Se otorga a una determinada persona a la que se concede el derecho a disponer de esas aguas.
El permiso es además esencialmente revocable por parte de la administración. El permiso carece de plazo
cierto. Por ello suele calificarse al permiso como un aprovechamiento precario.
Finalmente el permiso puede ser gratuito o no.
CONCESIONES
Las concesiones de uso son actos administrativos que otorgan el uso del agua pública. A efectos de
caracterizarlas, conviene ilustrar las principales diferencias que median entre permiso y concesión.
Carácter intuiti re de la concesión
Una primera diferencia de la concesión con el permiso, es que la concesión está indisolublemente ligada a
un determinado predio o inmueble al cual se afecta. A tal punto que, si se enajenara dicho predio o se
trasmitiese por vÃ−a sucesoria, la concesión se transfiere ope legis al nuevo titular del predio (artÃ−culo
170 del Código de Aguas).
La vinculación de la concesión con el inmueble sin embargo no es absoluta. Se ha señalado en ese sentido
que la concesión no se transfiere con el arrendamiento del inmueble, a diferencia de lo que sucede con la
enajenación.
Carácter temporal de la concesión
La concesión se otorga por un determinado plazo. No es admisible la existencia de concesiones perpetuas. El
principio es que la concesión no puede superar los diez años. Puede extenderla hasta por un plazo de
cincuenta años.
Este plazo obliga a la administración. De tal suerte que si decidiera revocar la concesión durante la vigencia
del plazo, procede indemnizar al concesionario por los daños y perjuicios debidos a la privación anticipada
de un derecho al que se le habÃ−a concedido por un determinado plazo (artÃ−culo 174 Código de Aguas).
Otorgamiento de la concesión
El otorgamiento comienza por una petición, donde se debe identificar precisamente el gestionante,
describiendo el aprovechamiento que solicita, las obras proyectadas y un plan técnico y económico del
aprovechamiento (artÃ−culo 176 del Código de Aguas).
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El otorgamiento de la concesión no es discrecional. Cumpliendo los requisitos exigidos por la norma, no
puede la administración denegar su otorgamiento de modo injustificado.
La concesión si fuere otorgada, se instrumenta en un documento donde en todo caso se precisa la
identificación del concesionario y de los inmuebles beneficiados, el objeto de la concesión, obligaciones del
concesionario, obras proyectadas, etc (artÃ−culo 179 del Código de Aguas).
Obligaciones del concesionario
La primera obligación es la de aprovechar de la concesión de uso que le fue otorgada conforme a los fines
establecidas en la concesión, siendo precisamente causa de caducidad por incumplimiento el no uso de dicha
concesión (artÃ−culo 173 del Código de Aguas ).
Una segunda obligación es la de pagar el canon que se hubiera fijado, si es que la concesión fue onerosa. La
existencia de un canon no es esencial a la concesión. El canon, de existir, se determina en el instrumento de
otorgamiento de la concesión. Para el caso que se hubiera establecido un canon, el concesionario tiene la
obligación de abonar las sumas que se hubieran convenido. La omisión de pago es también causal de
revocación de la concesión (artÃ−culo 173 numeral 2º del Código de Aguas).
En tercer término, el concesionario tiene la obligación de ejecutar dentro de los plazos previstos las obras
hidráulicas que hubiera propuesto al solicitar la concesión. Al otorgarse la concesión se establecen las
obras que el concesionario se compromete a efectuar, con sus planos y memorias descriptivas. Si no re
realizaren dichas obras conforme a lo establecido, el propio Código de Aguas establece que la
administración puede revocar la concesión (artÃ−culo 173 numeral 3º).
En fin, una cuarta obligación es la de abastecerse de otra fuente equivalente de agua, cuando por razones
fundadas asÃ− lo disponga el Ministerio competente.
Extinción de la concesión
AsÃ− en primer término la concesión se extingue por la expiración del plazo por el que fue otorgada.
En segundo lugar, por la rescisión por mutuo acuerdo entre el titular de la concesión y la administración
que la otorgó.
En tercer término debe decirse de la caducidad. La caducidad de la concesión hacer referencia, en la
economÃ−a del Código de Aguas, a la extinción de la concesión por decisión de la administración
vinculada al incumplimiento de las obligaciones del concesionario.
Se dispone en ese sentido que el Ministerio competente podrá declarar la caducidad de una concesión de
uso sin derecho del concesionario a indemnización alguna, cuando por ejemplo no ejerciese sus derechos en
los plazos otorgados, o no pagare el canon, o no ejecutare las obras comprometidas, cuando contaminare las
aguas, y en fin, cuando incurriere en incumplimientos graves a las demás obligaciones contraÃ−das
(artÃ−culo 173 Código de Aguas).
En cuarto lugar extingue la concesión la revocación de la concesión. Donde se le priva por acto
administrativo del derecho que habÃ−a sido otorgado a usar de las aguas.
En quinto término se dispone como causa de extinción de la concesión la fuerza mayor que haga
imposible el cumplimiento de la concesión, lo que es de principio (artÃ−culo 172 Código de Aguas).
En sexto lugar se establece como causal de extinción de la concesión el agotamiento de la fuente hÃ−drica
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o la imposibilidad de efectuar la explotación objeto de la concesión. Se trata de la extinción de la
concesión por una imposibilidad superviniente, derivada o bien del agotamiento de la fuente hÃ−drica, o
bien de proseguir con la actividad a cuyos efectos se habÃ−a solicitado la concesión.
CONTRATOS DE SUMINISTRO DE AGUA PARA RIEGO
Fundamento
Tales convenciones presentan ventajas considerables para ambas partes. Por ejemplo, permiten una cierta
especialización productiva, entre empresas agrarias propiamente dichas y empresas con un perfil diverso,
que se dedican a la distribución de las aguas mediante la realización de las obras correspondientes, y que
exigen de una tecnologÃ−a bien distinta a la técnica agraria.
Noción
Contrato de suministro. Esto es el contrato por el cual una de las partes se obliga a ejecutar a favor de otra
prestaciones de cosas.
Este perfil es sin duda de particular relevancia en el caso de suministro de agua para riego.
Caracterización
El suministro de agua para riego constituye una prestación que puede inscribirse en distintas modalidades
contractuales.
En el caso del contrato de suministro, puede decirse que es un contrato conmutativo, oneroso, bilateral, de
duración y solemne. Donde existen obligaciones recÃ−procas y correlativas, que las partes le atribuyen valor
equivalente.
Por un lado, una de las partes se obliga a suministrar determinadas cantidades de agua por un determinado
perÃ−odo de tiempo que las partes habrán determinado en el contrato, y a falta de este la cantidad necesaria
para cubrir la necesidad normal y ordinaria de suministrado, apreciada al momento de contratar.
La contraprestación por el suministro del agua para riego, está representada por un precio, determinado o
determinable.
El contrato de suministro de agua para riego es además, un contrato solemne. “Todo contrato en virtud del
cual una parte se obliga a suministrar agua para riego, cualquiera fuera su naturaleza, deberá otorgarse por
escrito so pena de nulidad”.
Suministro de agua para riego y figuras afines
Debe distinguirse de la cesión de permiso o concesión.
El suministro de aguas para riego es ontológicamente diverso a dichas cesiones, en tanto las prestaciones
tÃ−picas son, en uno y otro caso, sustancialmente distintas. Y por añadidura, sometidas a un régimen
jurÃ−dico absolutamente diverso.
En la cesión del permiso o la concesión, el cedente transfiere transitoria o definitivamente al cesionario el
derecho de aprovechamiento de aguas, colocándolo en la misma situación que se encontraba con
anterioridad a la cesión. El objeto del contrato es el permiso o concesión, que se transfiere al cesionario.
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Por el contrario, en el suministro de aguas para riego, la prestación consiste en el suministro de aguas y no en
la cesión del permiso o la concesión. La cesión es una prestación de ejecución instantánea, la de
suministro necesariamente se prolonga en el tiempo y es por añadidura una prestación de duración.
Captación, extracción y transporte del agua: Las obras hidráulicas. Las servidumbres de aguas
CAPTACIà N Y EXTRACCIà N DEL AGUA. LAS OBRAS HIDRÔULICAS
Una y otra circunstancias suponen la realización de obras para captar, extraer, derivar, transportar, etc, las
aguas que se tiene derecho a disponer. Obras que se traducen en represas, acueductos, depósitos, tomas,
canales, etc, tendientes a realizar esas operaciones.
En primer lugar habrá que convenir que importan una modificación a menudo de importancia en el
régimen natural de las aguas, y por ende, en el conjunto de los r.n.r.
Y en segundo término la realización de estas obras conlleva con bastante frecuencia la necesidad de
inmisiones, vale decir, de intromisiones en predios ajenos. Lo que plantea la regulación de esas inmisiones,
fundamentalmente a través del instituto de las servidumbres, que el Código de Aguas regula con algún
detalle.
LA CONSTRUCCIà N DE OBRAS HIDRÔULICAS
Se hablará de las obras hidráulicas con destino a riego.
Concepto de obras hidráulicas
Los sistemas de extracción de agua desde cualquier fuente.
Los represamientos que capten aguas de escurrimiento superficial, comprendiendo el área inundada.
Los sistemas de conducción de las aguas hasta el cultivo.
Los depósitos artificiales con fines de almacenamiento de agua para riego.
Autorización
Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
LAS INMISIONES EN PREDIOS AJENOS
Con mucha frecuencia para poder utilizar el agua en la actividad agraria se requiere para su aprovechamiento,
captación, depósito y transporte, de ciertas inmisiones en predios ajenos.
Puede suceder que este obstáculo se salve obteniendo el uso y goce de la correspondiente fracción de
campo, para hacer las obras necesarias.
En primer lugar no siempre el tercero propietario del predio se avendrá a celebrar un contrato otorgando el
uso y goce del predio. O exigir una renta desproporcionada a sabiendas de la situación de dependencia que se
encuentra su contratante para celebrar dicho acuerdo.
En segundo término, la disponibilidad del precio obtenida de ese modo se encuentra limitada en el tiempo
por el plazo del contrato, que conforme a lo que dispone el Código Civil puede ser de hasta 15 años,
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caducando a su vencimiento el contrato que se hubiere pactado por más tiempo.
LAS SERVIDUMBRES EN MATERIA DE AGUAS
Se prevén en el Código de Aguas tres tipos de servidumbres.
En primer lugar las servidumbres naturales, que son aquellos gravámenes derivados del escurrimiento
natural de las aguas y de la obligación de recibir las aguas que provengan de fundos superiores y que el
Código de Aguas regulas en los artÃ−culos 74 a 78.
En segundo término, el Código de Aguas regulas las que denomina servidumbres civiles. Gravamen que
soporta un predio en beneficio de otro.
Dentro de las servidumbres civiles el Código distingue según el modo de constitución, entre las
servidumbres voluntarias y las forzosas.
La primera categorÃ−a corresponde a la constitución voluntaria por acuerdo de partes. Y las segundas se
constituyen conforme a la ley por disposición judicial.
En tercer lugar el Código de Aguas prevé la existencia de servidumbres administrativas, cuyo contenido y
régimen jurÃ−dico es sustancialmente diverso a las servidumbres civiles.
SERVIDUMBRE DE ACUEDUCTO
Concepto
La define el Código como “el derecho de conducir a través de predios ajenos las aguas de que se puede
disponer”.
Se trata del gravamen que se impone a un predio, por el cual debe soportar que se conduzca el agua por parte
de terceras personas. La servidumbre se materializa en la construcción del acueducto, que es el canal o
acequia, tuberÃ−a o cañerÃ−a por el cual se conduce el agua.
Modo de constituirse
Constitución por tÃ−tulo.
La servidumbre de acueducto como servidumbre civil puede constituirse voluntariamente cuando concurran la
voluntad del titular del predio dominante y la del predio sirviente. La Constitución debe hacerse entre vivos
por escritura pública y tradición.
Constitución forzosa por sentencia.
En segundo lugar, la servidumbre puede constituirse forzosamente, por imposición judicial.
Constitución por destino de buen padre de familia.
La servidumbre de acueducto, también se constituye por la destinación de buen padre de familia. Se
dispone en ese sentido que toda vez “que un terreno de regadÃ−o que reciba el agua por un solo punto se
divida por herencia, venta u otro tÃ−tulo entre dos o más dueños, los de la parte superior quedan obligados
a dar paso al agua como servidumbre de acueducto para el riego de las inferiores, sino poder por ello exigir
indemnización, salvo que otra cosa se hubiera dispuesto en el tÃ−tulo”.
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Constitución como servidumbre administrativa.
La servidumbre administrativa la impone el Poder Ejecutivo por resolución administrativa.
Presupuestos para la imposición forzosa
En primer término se establece inequÃ−vocamente que debe tenerse derecho a disponer de las aguas de las
que se pretende conducir o transportar.
Y en segundo lugar, es presupuesto para la imposición de la servidumbre de acueducto, que quien solicite su
imposición, tenga derecho de propiedad, usufructo o goce del predio dominante.
Y en tercer término, se dispone que para reclamar la servidumbre de acueducto se requerirá que la
aplicación de las aguas sea destinada a “usos productivos”.
La construcción del acueducto
Autorización.
Es precisa la aprobación de la obra hidráulica por parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas
para la construcción del acueducto.
Pago previo de la indemnización
También se requiere que se indemnice previamente a los propietarios, no solamente del valor del terreno,
sino de los daños que se vayan a producir.
Se dispone que tendrá derecho el titular del predio sirviente a que se le indemnice el valor del terreno que
ocupa el acueducto, más el espacio de un metro de anchura cuando menos, a cada lado de él, o mayor
aún si fuera necesario por las caracterÃ−sticas de la obra.
Emplazamiento
Es preciso destacar que la servidumbre no puede imponerse sobre edificios o corrales, jardines y huertas que
de ellos dependan.
El acueducto se emplazará “por el rumbo que menos perjuicio cause al predio sirviente” y que el “rumbo
más corto se mirará como el menos perjudicial para éste y como el menos costoso”, salvo prueba en
contrario.
Realización de las obras
Las obras necesarias para la construcción, limpieza y conservación del acueducto, corresponden al titular de
la servidumbre. Se agrega que a esos fines “podrá ocupar temporalmente los terrenos indispensables para el
depósito de los materiales”, obviamente indemnizando los daños correspondientes.
CaracterÃ−sticas fÃ−sicas del acueducto.
El acueducto puede ser básicamente de dos tipos.
En primer lugar con acequia abierta, en cuyo caso y si ofreciere peligro a personas o animales, deberá tener
los cercos o resguardos correspondientes.
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O puede serlo también por cañerÃ−a o tuberÃ−a cerrada. Y necesariamente tiene que ser por tuberÃ−a,
cuando existiera riesgo de que las aguas pueden contaminar o absorber sustancias nocivas, o causar daños a
obras o edificios.
Régimen jurÃ−dico de funcionamiento
Se dispone que nadie puede construir puentes, ni acueductos sobre acueductos ajenos, ni desviar sus aguas, ni
aprovecharse de los productos de ellas, ni de las márgenes, ni utilizar la fuerza de la corriente, sin expreso
consentimiento del dueño del predio dominante.
Se establece asimismo que el dueño del predio sirviente deberá permitir la entrada de técnicos y
obreros, con las máquinas y vehÃ−culos necesarios para la limpieza y reparación de las obras, debiendo
dar aviso previo al propietario, e incluso la de inspectores o cuidadores.
AsÃ− también tiene obligación el titular del predio dominante de reparar todos los daños derivados de
filtraciones y derrames de aguas, y sin perjuicio de exigir las reparaciones necesarias para evitar dichos
daños.
En general, tiene el dueño del acueducto la obligación de realizar todas aquellas obras y tareas tendientes a
la conservación y mantenimiento del acueducto, asÃ− como la limpieza del mismo.
En fin, la construcción del acueducto que se realizara por medio de un predio no puede impedir el pasaje
entre las fracciones resultantes.
Plazo
Las servidumbres de apoyo de presa y embalse, asÃ− como la de acueducto pueden ser impuestas tanto en
forma perpetua como temporalmente.
El carácter perpetuo o temporal de la servidumbre constituida, incide en cuanto al régimen de la
indemnización, asÃ− como en cuanto a la extinción de la servidumbre.
Extinción de la servidumbre
Distintas causas.
AsÃ− en primer lugar se extingue por el transcurso del término por el cual ha sido impuesta.
En segundo término, la servidumbre de acueducto se extingue por renuncia o remisión que de la misma
hace el titular del predio dominante.
En tercer lugar, la servidumbre de acueducto se extingue por prescripción extintiva, por el no uso de la
servidumbre durante diez años conforme a lo dispuesto en el Código Civil.
En cuarto término la servidumbre de acueducto se extingue por confusión o consolidación, cuando una
misma persona deviene en propietario del predio sirviente y del dominante.
En quinto lugar por imposibilidad superviniente.
En sexto término, la servidumbre de acueducto que hubiese sido constituida coactivamente en aplicación
de las normas legales, correlativamente debemos admitir, se extingue también, por la sentencia judicial que
se pronunciara exonerando de la servidumbre anteriormente impuesta, porque por ejemplo se ha perdido
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alguno de los requisitos exigidos para la imposición de la servidumbre, etc.
El procedimiento de imposición forzosa de la servidumbre de acueducto
Competencia.
Los Juzgados Letrados de Primera Instancia en lo Civil de la Capital y los Juzgados Letrados de Primera
Instancia en el Interior, donde se encuentre ubicado el predio sirviente.
Procedimiento.
Una primera interpretación serÃ−a la de sostener que tramitan por el procedimiento previsto para los
incidentes en el Código General del Proceso.
Sin embargo es una solución a nuestro juicio poco satisfactoria. Por eso la referencia debe ser hecha a
nuestro juicio, al actual procedimiento ordinario.
Imposición provisoria.
El Código de Aguas prevé para los casos de urgencia, la posibilidad del juez de imponer provisoriamente
la servidumbre mientras se ventilan los procedimientos tendientes a su imposición definitiva. Para lo cual
exige como de estilo, la justificación de dicha urgencia.
Recursos. Apelación y Casación.
El texto legal dispone que la sentencia será apelable, y que el pronunciamiento de segunda instancia hará
cosa juzgada. La previsión sin embargo debe entenderse no inhabilita la deducción del recurso de
casación, según la opinión del propio Bidart.
Otras acciones.
Por ejemplo, la determinación de indemnizaciones por daños ocasionados por el acueducto, etc.
SERVIDUMBRE DE APOYO DE PRESA Y EMBALSE
Concepto
La servidumbre de apoyo de presa y embalse, consiste en el gravamen que soporta un predio de permitir el
apoyo de una represa o la inundación de los terrenos, de que no se es propietario como consecuencia de la
construcción de la presa.
La servidumbre debe decirse, comprende no solamente los predios donde se construye y apoya la presa, sino
también los terrenos que el embalse habrá de inundar.
Régimen jurÃ−dico
El régimen jurÃ−dico de esta servidumbre es por disposición, básicamente común con el de la
servidumbre.
Normas particulares
Se establece que la indemnización se abonará a los predios sirvientes, por el “precio del terreno ocupado”,
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amén de los daños y perjuicios que provoque la concreción de las obras.
SERVIDUMBRE DE ABREVADERO
Civil y Administrativo.
Concepto
La servidumbre civil de abrevadero constituye un gravamen que se impone a un determinado predio en
beneficio del titular de otro predio, consistente en la posibilidad de que el ganado de propiedad de titular del
predio dominante abreve sus ganados en las aguadas del predio sirviente.
La servidumbre administrativa de abrevadero, constituye también un gravamen que se impone a un
determinado predio consistente también en la posibilidad de que determinados ganados abreven en las
aguadas del predio sirviente. Pero el beneficiario de dicha servidumbre y aquÃ− se presenta la diferencia con
la servidumbre civil, no lo es titular de un predio, sino que está vinculada a las personas públicas estatales
en el cumplimiento de sus cometidos.
Constitución
Puede constituirse naturalmente por tÃ−tulo. La servidumbre civil de abrevadero puede ser de carácter
forzoso. Puede imponerse coactivamente.
Tratándose de una servidumbre que no es continua y tampoco aparente, no cabe admitir la constitución de
la misma por medio de la prescripción.
Presupuestos para su constitución coactiva
En primer lugar de la existencia de una situación de “persistente sequÃ−a que afecte a todo el territorio
nacional o a determinadas regiones o zonas del paÃ−s”.
En segundo término se requiere la existencia de predios que carezcan de aguadas suficientes para abrevar
los ganados, en beneficio de quien se establece la servidumbre.
Y en tercer lugar hay un requisito referido al predio sirviente. AsÃ− es preciso que en el predio sirviente
existan aguadas suficientes que permitan cumplir con la finalidad de abrevar los ganados.
Régimen de funcionamiento
El texto legal establece con claridad que el ejercicio de esta servidumbre está limitada, en cuanto no puede
suponer peligro del mantenimiento de los ganados del predio sirviente.
Ni tampoco podrá ejercerse cuando el estado sanitario de los ganados del predio dominante apareje peligro
de trasmisión de enfermedades.
Esta servidumbre de abrevadero conlleva la servidumbre de paso de los ganados por el predio sirviente, e
incluso por los predios intermedios, hasta el lugar donde deba abrevar el ganado.
Extinción
La servidumbre de abrevadero es una servidumbre necesariamente temporal, y la de breve duración. Por lo
que el modo natural será en todo caso la extinción de la servidumbre por el transcurso del plazo.
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Pero nada obsta que la extinción se produzca por los demás modos de extinción de las servidumbres
civiles, como la confusión o consolidación, la renuncia, etc.
ÔRBOLES Y BOSQUES
EL RECURSO FORESTAL Y EL DERECHO AGRARIO
La silvicultura debe entenderse como una modalidad de actividad agraria, en tanto consiste en la
concatenación de actos articulados en torno a una finalidad común, que realiza el hombre con propósito
económico y que se encuentra dirigida al desarrollo de ciclos biológicos con seres vivos (árboles). Reúne
pues todos los requisitos para su caracterización como actividad agraria.
CARACTERES DE LA LEGISLACIÃ N FORESTAL
Por ejemplo, el carácter mixto, público y privado del derecho agrario cuyo alcance ya se ha analizado, se
evidencia en forma paradigmática en el derecho agrario forestal. Y es que la regulación del bosque atañe
tanto a intereses privados como públicos, y a sujetos tanto privados como públicos.
AsÃ− también el carácter nacional del derecho agrario, se ve expresamente confirmado en materia
forestal. Cuando la Ley Forestal 15.939 dispone que la misma regulará “lo concerniente a los bosques,
parques y terrenos forestales existentes dentro del territorio nacional”, no solo reafirma la solución de
principio de que las leyes son obligatorias en todo el territorio de la República y aplicables a todos los que
habitan en el mismo.
También el carácter tuitivo o protector del derecho agrario emerge con perfiles de singular significación
en el derecho forestal. Unas veces dispensando protegiendo a bosques y forestaciones en si mismos. Otras
veces dispensando ese amparo a otros r.n.r (bosques protectores, forestaciones obligatorias, etc). No es
aventurado en ese sentido sostener que la legislación forestal es en buena medida, un estatuto de protección
de los bosques y de los r.n.r.
LOS RECURSOS FORESTALES. SUS PRINCIPALES CARACTERÃ STICAS
AsÃ− en primer lugar cabe destacar la elasticidad del recurso. Tal vez como ninguno, el recurso forestal tiene
la posibilidad de ser incrementado, de su multiplicación con relativa facilidad y sencillez por la
implantación de nuevos bosques, etc.
Es posible afirmar la elasticidad del recurso y añadidura el énfasis la legislación pone en el desarrollo
más que en su conservación.
Un segundo carácter del recurso forestal es la muy grande influencia que ejerce sobre los demás r.n.r.
Hemos visto como todos los r.n.r resultan interdependientes.
Fenómeno que también justifica la legÃ−tima preocupación de la legislación para que en aquellas
circunstancias en que la explotación de los recursos forestales existentes puedan afectar gravemente otros
r.n.r, se adopten medidas a efectos de limitar y aún impedir este tipo de explotaciones. O que se disponga
con carácter coactivo la obligación de forestar con la finalidad de preservar los restantes r.n.r.
En tercer término debe decirse, del muy largo productivo que tienen los árboles y bosques.
Un árbol para llegar a su madurez productiva en nuestro paÃ−s requiere cuando menos de 8 o 10 años. Y
no es infrecuente que se trate de plazos bastante más prolongados de 15, 20 o más años.
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AsÃ− por ejemplo, el Código Civil establece la prohibición de arrendamientos por plazos superiores a los
15 años (artÃ−culo 1782). Sin embargo, dicho texto en su actual redacción, establece que el plazo será de
30 años cuando el destino sea la forestación (artÃ−culo 1782 Código Civil en la redacción por el
artÃ−culo 75 de la ley 17.555 de 18 de setiembre de 2002). Y ello porque el plazo de 15 años en materia
forestal no es naturalmente un plazo suficiente en muchos casos.
En cuarto término debe decirse también de la función estética que tienen los árboles y bosques,
desde que contribuyen de manera sobresaliente a embellecer y conformar el paisaje.
ÔRBOLES Y BOSQUES EN EL Cà DIGO CIVIL
Todas las veces que el Código Civil se ocupó de los árboles y bosques, ha sido en ocasión de precisar el
alcance del derecho de propiedad, o fijar los lÃ−mites del derecho del propietario en concurrencia sea con
otros propietarios de inmuebles linderos (artÃ−culos 611, 613 y 614), sea con otras personas que por distintas
razones desplazan al propietario en el goce del bosque (usufructuario, artÃ−culo 509, arrendatario artÃ−culo
1814, etc).
No se busque en el Código Civil (porque no las hay), disposiciones presididas por una consideración
productivista o conservacionista de los árboles y de los bosques, que ciertamente son preocupaciones que
claramente fueron ajenas a nuestro codificador.
ÔRBOLES Y BOSQUES EN EL Cà DIGO RURAL
AsÃ− cabe decir que el Código Rural vigente contiene disposiciones sobre árboles y bosques no solamente
en el CapÃ−tulo VIII de la Sección I, que se intitula precisamente “Arboles y Bosques”, sino también en
otros artÃ−culos ubicados fuera de ese capÃ−tulo, como son el artÃ−culo 20 relativo a plantaciones de
árboles y bosques en el linde del inmueble o próximo a él.
ÔRBOLES Y BOSQUES EN LA LEY DE COLONIZACIà N
Por lo pronto cuando se establece que la colonización podrá ser por su destino “Forestal, cuando se trate de
terrenos erosionados o muy propensos a este fenómeno, o en los cuales se señale la necesidad de la defensa
hidrográfica, o que no consientan otra forma de explotación redituable”. Esto es en consonancia con una
concepción propia de la época, que reservaba a la silvicultura las tierras que resultaban inapropiadas para
otros aprovechamientos productivos.
ArtÃ−culo 20 inciso 3º Ley 11.029.
ArtÃ−culo 18, literal B, ley 11.029.
ArtÃ−culo 48 in fine Ley 11.029.
La ley forestal. Generalidades
LA LEY FORESTAL. PRINCIPALES ORIENTACIONES
La ley forestal 15.939 se inspiró y siguió en su redacción y estructura a la anterior ley forestal 13.723 que
a su vez sustituyó.
Las diferencias más significativas son:
Se acentúa en el nuevo texto la preocupación por la conservación de la naturaleza en general, y
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particularmente por algunas categorÃ−as de bosques merecedoras de especial tutela, como el bosque
indÃ−gena.
Una segunda diferencia está constituida por la consideración de los recursos forestales como fuente
energética.
Una tercera orientación es la reglamentación de la prenda de bosques como instrumento con que se quiso
facilitar la concesión de créditos para forestación.
En cuarto lugar puede decirse de la preocupación de esta ley 15.939 por la efectiva puesta en funcionamiento
del Fondo Forestal.
En quinto término debe decirse, el reconocimiento aunque limitado, a los Gobiernos Departamentales en
algunas competencias relativas a la forestación.
DEFINICIÃ N DE BOSQUE
“Son bosques las asociaciones vegetales en las que predomina el arbolado de cualquier tamaño, explotado o
no y que estén en condiciones de producir madera u otros productos forestales o de ejercer alguna
influencia en la conservación del suelo, en el régimen hidrológico o en el clima, o que proporcionen
abrigo u otros beneficios del interés nacional.
El Diccionario de la Real Academia define al bosque como “sitio poblado de árboles y matas”.
El mismo diccionario define al árbol como : “Planta perenne, de tronco leñoso, y elevado, que se ramifica
a mayor o menor altura del suelo”.
Monte la tierra cubierta de árboles silvestres.
Por ejemplo, se establece que dichas asociaciones vegetales deberán ocupar una superficie no menor de 2500
metros cuadrados.
Y se aclara también que no son considerados bosques (por lo menos a los efectos de la ley), los montes
frutales.
PREDIOS FORESTALES. DEFINICIÃ N. CLASES
“Son terrenos forestales aquellos que, arbolados o no:
Por sus condiciones de suelo, aptitud, clima, ubicación y demás caracterÃ−sticas, sean inadecuados para
cualquier otra explotación o destino de carácter permanente y provechoso.
Sean calificados como de prioridad forestal mediante resolución del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura
y Pesca, en función de la aptitud forestal del suelo, o razones de utilidad pública. ArtÃ−culo 5 Ley 15.939.
Bastante más importante son por cierto los predios forestales comprendidos en el literal B, de este artÃ−culo
5º. Esto es, aquellos inmuebles que sean declarados de prioridad forestal por el Ministerio de GanaderÃ−a,
Agricultura y Pesca.
PREDIOS FORESTALES. DETERMINACIÃ N
Los predios para ser considerados de prioridad forestal requieren una determinación administrativa.
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La ley dispuso que la calificación de prioridad forestal realizada por resolución del Ministerio de
GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca (artÃ−culo 5º ), aunque la práctica han sido determinados por Decreto
del Poder Ejecutivo.
El Poder Ejecutivo ha también determinado zonas de prioridad forestal para los bosques protectores.
En cuanto a las zonas de prioridad forestal para los bosques de rendimiento, la ley determina que serán
declaradas en función de dos criterios: a) la aptitud forestal del suelo o b) razones de interés general.
Que el suelo tenga condiciones que permitan “un buen crecimiento de los bosques, con una buena capacidad
de enraizamiento y adecuado drenaje, y que sean de baja fertilidad natural”.
Este último ha sido el criterio hasta ahora utilizado por el Poder Ejecutivo para la determinación de los
predios de prioridad forestal.
Un segundo criterio es el de la “utilidad general”.
ArtÃ−culo 5º Ley 15.939.
POLÃ TICA Y ADMINISTRACIÃ N FORESTAL
Los grados de intervención son distintos. Y los instrumentos también. En unos casos se promueve a los
particulares determinadas conductas positivas con diversos estÃ−mulos. Esto es el Estado, mediante
apropiadas técnicas de disuasión o de fomento, dirige a los particulares hacia determinados campos de
actividad, dejando libre al particular de seguir el fin deseado o no.
“Leyes-incentivo”.
A veces directamente se impone. Incluso se llega a que el propio Estado realice determinadas actividades. En
otros casos las conductas requeridas son de signo negativo. Se desalienta, se disuade, incluso se prohÃ−be.
POLÃ TICA Y ADMINISTRACIÃ N FORESTAL. SUS DISTINTOS PLANOS
“La separación de ambas se produce gradualmente, no en razón de la naturaleza del órgano sino de la
sustancia de su actividad, esto es, del campo de libertad de que aquél disponga. Las competencias asignadas
a los órganos directivos de la administración no son de simple ejecución de mandatos legales, sino que
operan en ellas factores de Ã−ndole polÃ−tica, que gravitarán necesariamente en el proceso de ejecución
administrativa”.
LA LEY FORESTAL COMO LÃ NEA MAESTRA DE LA POLÃ TICA FORESTAL
En primer término debe citarse a la propia ley forestal que establece precisos lineamientos polÃ−ticos
respecto a este recurso y que son definidos en el artÃ−culo 1º de la Ley 15.939.
“Declárese de interés nacional la defensa, el mejoramiento, la ampliación, la creación de los recursos
forestales, el desarrollo de las industrias forestales, y en general, de la economÃ−a forestal”.
Esta disposición de carácter programático tiene suma importancia porque en forma sintética pero
significativa, precisa las principales orientaciones de la polÃ−tica forestal. Que habrán de ser luego
desarrolladas en el texto de la ley. Traza de ese modo las lÃ−neas maestras dentro de la polÃ−tica forestal del
Estado. O si se quiere, el fundamento mismo de la polÃ−tica forestal que habrá de ser implementado
ulteriormente.
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EL PODER EJECUTIVO. LA POLÃ TICA DEL ESTADO
En segundo plano, debemos señalar al Poder Ejecutivo, como órgano administrativo de mayor jerarquÃ−a,
a quien la ley reserva las principales decisiones y la formulación de la polÃ−tica forestal del estado.
“Poder Ejecutivo, a propuesta del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca, dentro del plazo de
noventa dÃ−as contados a partir de la promulgación de esta ley, establecerá el Plan Nacional de
Forestación por un lapso de cinco años, el que será actualizado anualmente al 30 de noviembre
introduciéndose las modificaciones de acuerdo a la experiencia recogida en años anteriores. Dicho
documento contendrá las metas a alcanzar por año, entre las cuales se incluirá la cantidad de hectáreas a
forestar”.
Pero no es esta la única competencia que se establece para el Poder Ejecutivo. AsÃ− por ejemplo la
designación de terrenos de forestación obligatoria (artÃ−culo 12), la designación de predios para ser
expropiados (artÃ−culo 14), la modificación de las resoluciones de forestación obligatoria (artÃ−culo 16).
ArtÃ−culo 18, artÃ−culo 23, la autorización al Instituto Nacional de Colonización para expropiar bosques
protectores o de rendimiento (artÃ−culo 27), el establecimiento de normas generales de prevención de
incendios (artÃ−culo 29), la determinación del régimen de financiamientos (artÃ−culo 51).
La ley forestal establece que la “polÃ−tica forestal nacional será formulada y ejecutada por el Ministerio de
GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca y deberá estar fundamentalmente orientada hacia el cumplimiento de los
fines de interés nacional mencionados en el artÃ−culo segundo de la Ley 15.939.
EL MINISTERIO DE GANADERÃ A, AGRICULTURA Y PESCA
à rgano administrativo.
Se establece que la polÃ−tica forestal nacional será “ejecutada por el Ministerio de GanaderÃ−a,
Agricultura y Pesca y deberá estar fundamentalmente orientada hacia el cumplimiento de los fines de
interés nacional mencionados en el artÃ−culo 2º de la Ley 15.939.
LA DIRECCIÃ N GENERAL FORESTAL
à rgano administrativo desconcentrado.
à rgano especializado, y al que la ley le asigna un sinnúmero de cometidos, que refieren a la ejecución de
la polÃ−tica forestal del Estado.
Promover el desarrollo forestal en todas sus etapas productivas mediante actividades de investigación,
extensión, propaganda y divulgación.
Estudiar y planificar el desarrollo de la economÃ−a forestal nacional, analizar sus costos de producción,
precios y mercados y censar los medios productivos silvÃ−colas e industriales.
Fomentar y planificar la forestación en tierras privadas o públicas y desarrollar todas las actividades que
con ese fin, se prevén en esta ley.
Incrementar y mejorar la producción y distribución de plantas y semillas para forestación.
Asistir a las instituciones públicas y a los particulares propietarios de bosques, en el manejo de formaciones
naturales o artificiales y su explotación nacional.
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Administrar, conservar y utilizar el Patrimonio Forestal del Estado, de acuerdo con las disposiciones de esta
ley.
Organizar la protección de los bosques contra enfermedades, parásitas y otras causas de destrucción.
Coordinar con la Dirección Nacional de Bomberos la protección contra incendios.
Desarrollar tareas de experimentación en el campo de la ecologÃ−a forestal, la explotación y las industrias
forestales, en coordinación con las actividades que en este campo desarrollen otras instituciones.
Colaborar con la Junta Honoraria Forestal.
Coordinar con los organismos correspondientes del estado el contralor de la transferencia de dominio y el
transporte de los productos forestales, que podrá realizarse mediante la utilización de guÃ−as de propiedad
y tránsito en las condiciones que determine la reglamentación.
Coordinar con los Gobiernos Departamentales interesados, las acciones conducentes a la promoción forestal
en el departamento.
AsÃ− también se le comete autorizar la corta y otras operaciones que puedan comprometer la
supervivencia del monte indÃ−gena.
Referente al bosque indÃ−gena, a esta Dirección se le ha cometido además: el estudio y consideración de
solicitudes de corta de monte indÃ−gena; el contralor de la corta del monte indÃ−gena; el contralor del
tránsito y tenencia de productos del monte indÃ−gena.
LA COMISIÃ N ADMINISTRADORA DEL FONDO FORESTAL
à rgano desconcentrado.
Dicha Comisión es un órgano desconcentrado legalmente que depende jerárquicamente del Ministerio de
GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca.
Se integra por tres miembros:
El Director de la Dirección General Forestal del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca que la
presidirá.
Otro delegado del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca.
Un delegado del Ministerio de EconomÃ−a y Finanzas, con sus respectivos delegados alternos.
Sus decisiones serán adoptadas “por mayorÃ−a de integrantes y en caso de ausencia de un miembro titular,
el alterno ocupará su lugar en forma automática”.
Entre los cometidos de dicha Comisión se encuentran:
Administración del Fondo Forestal.
Dirección, contralor y superintendencia de los aspectos económico - financieros de los planes y proyectos
forestales que se desarrollen con asistencia del Fondo Forestal.
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Dictar su reglamento interno dentro de los noventa dÃ−as contados a partir de su instalación.
LOS GOBIERNOS DEPARTAMENTALES
La participación de los Gobiernos Departamentales en materia forestal no es por cierto nueva en nuestro
derecho.
Cabe recordar que la Ley Orgánica Municipal comete a los intendentes:
Velar, por la conservación de las playas marÃ−timas y fluviales, asÃ− como de los pasos y calzada de rÃ−os
y arroyos.
Promover la agricultura fomentando el desarrollo del arbolado, atendiendo preferentemente a la guarda,
conservación y aumento de los montes municipales.
Y en ese contexto, el Código Rural establece: “Las autoridades municipales tratarán de formar en las
cabezas de los Departamentos, viveros para la producción de árboles destinados a arbolar los caminos
públicos, escuelas públicas, comisarÃ−as, cuarteles, parques y plazas públicas, y en las inmediaciones de
cada centro de población un monte para uso público, empleando los recursos y vinculando a la obra a los
vecinos más progresistas”.
Por lo pronto, el artÃ−culo 7º le comete a la Dirección General Forestal la coordinación con los
Gobiernos Departamentales interesados las acciones conducentes a la promoción forestal en el departamento.
El artÃ−culo 26 por su parte establece que no podrán los Gobiernos Departamentales autorizar
fraccionamientos en terrenos declarados de forestación obligatoria sin previa autorización del Poder
Ejecutivo.
Por último, el artÃ−culo 30 le comete a los Gobiernos Departamentales mantener limpios de maleza y
realizar cortafuegos en los espacios ocupados por carreteras próximos a bosques.
OTROS ORGANISMOS PÃ BLICOS CON COMPETENCIA EN MATERIA FORESTAL
En la órbita del Ministerio del Interior, por ejemplo, la Dirección Nacional de Bomberos. La policÃ−a.
También dentro de la Administración Central, hay que mencionar al Ministerio de Vivienda,
Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente.
También al Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
De igual modo la Prefectura Nacional Naval, que se encuentra adscrita administrativamente al Ministerio de
Defensa Nacional.
Ya fuera de la Administración Central, el Instituto Nacional de Colonización.
También la Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Portland.
Otro organismo público con competencia en materia forestal lo constituye el Instituto Nacional de
Investigaciones Agropecuarias.
Clasificación y calificación de los bosques
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GENERALIDADES DE IMPORTANCIA
Ley forestal 15.939.
BOSQUES PROTECTORES, DE RENIDIMIENTO Y GENERALES. CALIFICACIÃ N Y
REGISTRO
Criterio de distinción de los bosques protectores, de rendimiento, y generales
Una de las más importantes clasificaciones que contiene la ley, es la de los bosques según sus fines en
bosques protectores, de rendimiento y generales.
Protectores, cuando tengan fundamentalmente el fin de conservar el suelo, el agua, y otros recursos naturales
renovables.
De rendimiento, cuando tengan por fin principal la producción de materias leñosas o a leñosas y resulten
de especial interés nacional por su ubicación o por la clase de madera u otros productos forestales que de
ellos puedan obtenerse.
Generales, cuando no tenga las caracterÃ−sticas de protectores ni de rendimiento.
ArtÃ−culo 8º Ley 15.939:
En primer término, la ley se atiene al fin principal de los bosques, lo que no quiere decir que un mismo
bosque pueda cumplir diversos fines como de hecho acontece. En tales casos siempre habrá que atenerse al
fin principal Por ejemplo, un bosque protector aunque su fin principal sea otro, también produce materias
leñosas y aleñosas. Un bosque de rendimiento seguramente habrá de contribuir a los fines de la
conservación de los suelos, el agua y otros r.n.r.
En segundo lugar, habrá de advertirse que la ley forestal establece una jerarquÃ−a, una precedencia, entre
los distintos tipos de bosques, que empieza por los bosques protectores y finaliza con los generales. Con lo
que debe concluirse que si un mismo bosque es susceptible de ser calificado por ejemplo como protector y de
rendimiento, debe prevalecer la calificación de bosque protector.
En tercer término, debe advertirse que la categorÃ−a de bosques generales, es en realidad un tipo residual:
son bosques generales los que no han sido calificados ni como bosques protectores ni como bosques de
rendimiento.
Calificación de los bosques
El acto de calificación del bosque, es cometido a la Dirección General Forestal.
La calificación puede ser realizada a solicitud de parte interesada, o de oficio por la propia Dirección
General Forestal, cuando estime necesario o conveniente proceder a tal calificación.
Si se tratase de una calificación a solicitud de parte interesada, se deberá presentar bien sea “un informe
circunstanciado, cuando se trate de calificar un bosque ya existente”, o bien un “proyecto de forestación,
cuando se trate de crear un bosque protector o de rendimiento”.
Por último cabe anotar se prevé la notificación personal “al titular del predio o de la explotación donde
se asiente”, del acto de calificación del bosque. Conforme a la naturaleza administrativa del acto de
calificación, el procedimiento de notificación es el previsto para los actos administrativos.
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Descalificación de los bosques
Es menester concluir en la posibilidad de la descalificación de un bosque como protector o de rendimiento,
cuando hayan variado las razones que dieron lugar a la calificación original. Sea en oficio, sea a solicitud de
parte, la Dirección General Forestal (que es el órgano competente para la calificación), podrá
descalificar el bosque cuando entienda que ello corresponde.
Es la revocación del acto de calificación que (de principio), sigue las mismas reglas en cuanto a
competencia y procedimiento que el acto originario. Vale decir un segundo acto administrativo (de
descalificación) que extingue los efectos del primer acto (de calificación) y que en consecuencia está
sometido a las normas comunes como acto administrativo (notificación, recursos, etc).
Registro
Una vez calificado el bosque, el acto de calificación es registrado por la Dirección General Forestal,
conforme a lo que dispone el artÃ−culo 9º de la Ley 15.939.
Instrumento este del inventario o catastro de r.n.r que parece caso imprescindible a efectos de encarar la
planificación y gestión racional de esos recursos.
Con esta premisa, cabe decir que en cuanto al primer punto planteado somos de la opinión que el Registro de
Bosques debe ser público. Vale decir, que cualquier persona debe poder acceder a informaciones de dicho
registro.
Porque aunque su función no es precisamente la publicidad de las calificaciones de los distintos bosques,
existen legÃ−timos intereses de terceros en conocer la naturaleza de un bosque por ejemplo a los efectos de la
compraventa de un predio forestado, su hipoteca, etc.
En cuanto al segundo aspecto a considerar (quien tiene la iniciativa de la registración), nos parece de toda
evidencia que siendo un cometido de la Dirección General Forestal el censo de los recursos forestales, que a
su vez es quien califica al bosque, debe proceder de oficio al registro del bosque como consecuencia del acto
de calificación.
LOS BOSQUES PROTECTORES DE ZONA URBANA Y SUBURBANA. ARTÃ CULO 23 DE LA
LEY FORESTAL
Es asÃ− que se establece una particular categorÃ−a de bosques constituida por bosques y forestaciones
existentes en zona urbana y suburbana. Establece en ese sentido la ley forestal que el “Poder Ejecutivo, previo
asesoramiento del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca y de los Gobiernos Departamentales
competentes, delimitará las zonas en las que quedará prohibida la corta y destrucción de los bosques
protectores implantados en los predios urbanos y suburbanos”.
Dicho precepto es susceptible de varias interpretaciones.
PodrÃ−a sostenerse que dicha declaración alcanzarÃ−a solamente a los bosques previamente calificados
como protectores conforme a la ley.
Una segunda interpretación de la disposición podrÃ−a ensayarse sosteniendo que se trata en este caso de
una calificación de oficio del carácter protector de dichos bosques. Calificación que de oficio puede ser
realizada conforme a la ley según se ha visto.
En tercer término puede interpretarse que la ley no ha querido otra cosa que prever un mecanismo por el
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cual se efectúa una declaración sui generis del carácter protector de tales bosques. Que no tiene otra
consecuencia jurÃ−dica que la de quedar interdicta su supresión sin mediar autorización de la respectiva
autoridad municipal.
BOSQUES NATURALES Y ARTIFICIALES
Distingue la ley forestal entre bosques naturales y artificiales. Por bosque natural debe entenderse el que ha
generado espontáneamente la naturaleza sin que medie acción humana dirigida a la creación de dicho
bosque. Por el contrario, por bosque artificial debe entenderse aquel que ha sido creado por actividad del
hombre dirigida particularmente a la creación del mismo.
En general la experiencia indica que los bosques artificiales se componen de especies exóticas a nuestra flora
nativa. Y por el contrario, los bosques naturales están constituidos de regla por especies autóctonas.
BOSQUE INDÃ GENA
Que con alguna frecuencia hemos advertido se confunde con la de bosque natural.
A nuestro juicio debe entenderse por bosque indÃ−gena los bosques naturales constituidos por especies
nativas.
BOSQUES DEL PATRIMONIO FORESTAL DEL ESTADO Y BOSQUES PARTICULARES
A quien pertenecen en propiedad los diversos bosques. En ese sentido se distingue a los bosques particulares,
de los que integran el Patrimonio Forestal del Estado, que son todos los bosques que pertenecen al Estado.
Todos los bosques “que sean propiedad del Estado a la fecha de la promulgación de la presente ley y los que
adquiera en el futuro, integran el Patrimonio Forestal del Estado”.
Estos bosques particulares pueden pertenecer y pertenecen a personas públicas diversas al Estado, como lo
son los Gobiernos Departamentales, el Instituto Nacional de Colonización, UTE, Banco de Seguros del
Estado y las Cajas de Jubilaciones Bancaria, Notarial y de Profesional Universitarios.
PATRIMONIO FORESTAL DEL ESTADO. BOSQUES FISCALES Y PARQUES NACIONALES
Dentro de lo que constituye el Patrimonio Forestal del Estado, la ley forestal distinguÃ−a a los Parques
Nacionales y Bosques Fiscales.
Parque nacional son “aquellas áreas donde existen uno o varios ecosistemas que no se encuentren
significativamente alterados por la explotación y ocupación humana, especies vegetales y animales, sitios
geomorfológicos o hábitats que presenten un especial interés cientÃ−fico, educacional y recreativo, o
comprendan paisajes naturales de una belleza excepcional”.
Los Bosques Fiscales son los bosques del Estado que no han sido calificados como Parques Nacionales, sin
que sea necesario declaración expresa sobre su naturaleza.
Forestación obligatoria
DISTINTAS HIPÃ TESIS DE FORESTACIÃ N OBLIGATORIA
La primera de ellas dispone: “Es obligatoria la plantación de bosques protectores en aquellos terrenos que lo
requieran para una adecuada conservación o recuperación de los recursos naturales renovables, sean dichos
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terrenos de propiedad privada o pública”
Pueden ser declarados como obligatorias forestaciones protectoras. Y claro está que teniendo los bosques
protectores por fin o función la de conservación de los r.n.r, la referencia a la finalidad de los mismos
resulta ociosa.
Hay además una segunda hipótesis de forestación obligatoria que establece la ley forestal, fuera de este
capÃ−tulo. Se dispone en efecto que queda prohibida la destrucción de bosque cualquier operación que no
se ajuste al plan mencionado en el artÃ−culo 49 y que atente, intencionalmente o no, contra el desarrollo o
permanencia del bosque. Su eliminación solo podrá efectuarse previa autorización y con las cautelas que
fijará la Dirección Forestal en cada caso”. Para finalmente rematar que quien haya destruido un bosque
violando lo preceptuado, “será obligado a la reforestación de acuerdo a las normas de los artÃ−culos 12,
13, 14 y 15, no gozando para tales efectos de los beneficios de financiamiento que confiere la ley (artÃ−culo
22 Ley 15.939).
Esta segunda hipótesis de forestación obligatoria se establece como reparación.
PROCEDENCIA DE LA FORESTACIÃ N OBLIGATORIA
La forestación obligatoria solo procede respecto a los bosques protectores.
Y además es preciso que medie un acto administrativo de determinación declarando la forestación
obligatoria, cuyo contenido y caracteres se analizarán luego.
DETERMINACIÃ N DE LOS PREDIOS DE FORESTACIÃ N OBLIGATORIA
En cuanto al órgano y forma de dictarse dicho acto, se establece que “se hará por el Poder Ejecutivo, a
propuesta del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca, dando cuenta a la Asamblea General”.
Cabe señalar en ese sentido, que la forestación obligatoria dispuesta en el Decreto 452/988 estableció el
plazo de un año para el inicio de la forestación, acordando el plazo de cinco años para la plantación
total de los predios (art. 12º).
SUJETO PASIVO DE LA FORESTACIÃ N OBLIGATORIA
Surge muy claramente de los textos legales que el sujeto pasivo de la forestación obligatoria es el propietario
del predio, y no otras personas como arrendatarios, ocupantes, etc. Tal conclusión se extrae sin forzamientos
de distintos preceptos:
AsÃ− se establece que si se trata de predios arrendados o dados en aparecerÃ−a “el ocupante queda obligado
a permitir al propietario la ejecución de los trabajos de forestación” (artÃ−culo 13 Ley 15.939).
Además, se declara “de utilidad pública la expropiación de los predios cuyos propietarios, vencidos los
plazos” no hubieren realizado la plantación.
La sanción de multa prevista como sanción por el incumplimiento se impone al propietario que no hubiere
forestado.
Por último, se le permite al propietario, proponer al Poder Ejecutivo soluciones alternativas y sustitutivas.
En efecto, la norma se dirige a “quien haya destruido un bosque” protector.
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CUMPLIMIENTO. BENEFICIOS FISCALES Y CREDITICIOS
Determinado un predio como de forestación obligatoria surgen para su propietario distintas alternativas o
itinerarios a seguir.
El primero de ellos, el menos conflictivo, es el de dar cumplimiento en las condiciones y plazos establecidos
por el Poder Ejecutivo a la forestación obligatoria impuesta. En tal eventualidad el propietario tendrá
derecho a acceder a los beneficios fiscales y crediticios previstos para los bosques protectores.
SOLUCIONES SUSTITUTIVAS. REVISIÃ N DEL ACTO DE DETERMINACIÃ N DE
FORESTACIÃ N OBLIGATORIA
Una segunda opción que puede adoptar el propietario, es la de solicitar la revisión del acto administrativo
dictado por el Poder Ejecutivo, proponiendo “soluciones sustitutivas, totales o parciales, que permitan cumplir
la misma finalidad dentro de las condiciones y plazos que se establecen”.
A efectos de proteger los r.n.r que se busca preservar por la implantación del bosque protector.
No podrá el propietario acogerse a los beneficios tributarios y crediticios previstos en la norma únicamente
para las hipótesis de forestación.
Se trata en puridad de una revocación del acto originario, y del dictado de un nuevo acto administrativo
haciendo obligatoria la aplicación de las soluciones sustitutivas.
ENAJENACIÃ N DEL PREDIO
Una tercerÃ−a vÃ−a que también es referida por la ley, la constituye la enajenación del predio designado
como de forestación obligatoria.
Esta enajenación dice la ley, se puede hacer en primer lugar hacia el Estado. Pero en ningún caso se
dispone la obligación por parte del Estado de comprar dichos predios.
Y la segunda posibilidad es que la enajenación se haga hacia un particular. Naturalmente que en tal
hipótesis el tercero adquirente habrá de suceder al enajenante, y la carga de forestar pasa al adquirente.
Tampoco prevé la norma los procedimientos para hacer el ofrecimiento, que quedan librados a la
integración razonable de una obligación sin reglamentar. Creemos nosotros que haciendo llegar las bases de
la oferta por cualquier medio fehaciente, se podrá acreditar el cumplimiento de la obligación.
Por último, debe advertirse, tampoco el precepto establece la sanción a su incumplimiento. Por lo que
somos de la opinión que en caso de incumplimiento solamente cabrá una acción por los daños y
perjuicios que se pudieran haber ocasionado por el incumplimiento a tal obligación.
LA FORESTACIÃ N OBLIGATORIA EN SITUACIONES DE ARRENDAMIENTO Y
APARCERÃ A
Una de las situaciones que puede plantearse y que la ley prevé, es que el predio designado como de
forestación obligatoria se encuentre arrendado o dado en aparecerÃ−a.
En tal eventualidad la ley dispone que si “se trata de predios arrendados o en aparecerÃ−a, el ocupante queda
obligado a permitir al propietario la ejecución de los trabajos de forestación”. Aun cuando la carga que
supone la forestación obligatoria no sea para el arrendatario o aparcero tomador, estos tienen la obligación
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de permitir la forestación del predio por parte del propietario.
Claro está que la forestación que realice el propietario puede suponer un importante menoscabo en el
aprovechamiento del bien arrendado. Si todo o parte del predio resulta forestado en cumplimiento de la
forestación que ha sido declarada obligatoria, el arrendatario habrá visto disminuido el objeto de
aprovechamiento derivado del contrato de arrendamiento o aparcerÃ−a.
Tratándose de aparecerÃ−a, ese menoscabo eventualmente no existe, pues siendo la renta en tal
eventualidad un porcentaje de los frutos obtenidos, la disminución de la superficie disfrutable derivará
consecuente y proporcionalmente, en una correlativa disminución de la renta.
Por el contrario, tratándose de arrendamiento la disminución de la superficie cuyo uso y goce ha sido
concedido al arrendatario, hacen que este sufra un menoscabo que es necesario compensar.
La ley forestal establece en ese sentido que cuando “la superficie forestada sobrepase el 5% del área total del
predio se rebajará proporcionalmente el precio del arrendamiento, en tanto la superficie ocupada por el
bosque no sea aprovechable por el ocupante”.
No es este el temperamento que a nuestro juicio debe primar. En nuestra opinión y conforme a lo dispuesto
en los artÃ−culos 1803, 1805 y 1806 del Código Civil, siendo el área de forestación obligatoria parte
significativa del predio o que lo tornen inadecuado para el destino convenido, tiene el arrendatario la
posibilidad también de solicitar la rescisión del contrato.
RÃ GIMEN COERCITIVO Y SANCIONATORIO
El incumplimiento de la carga que supone la forestación obligatoria, apareja para el titular del predio
determinadas sanciones especÃ−ficamente previstas para el incumplimiento.
Los “Gobiernos Departamentales no podrán autorizar fraccionamientos en terrenos declarados de
forestación obligatoria por el Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca, sin previa autorización del
mismo, la cual no será acordada mientras no sean forestados”.
Se establece para los predios cuyos propietarios, vencidos los plazos no hubieren dado cumplimiento a la
forestación obligatoria:
El propietario pagará una multa de 1/1000 mensual sobre el valor real de la totalidad o de la parte del
inmueble por la que no se hubiere dado cumplimiento a la disposición, y mientras dure el incumplimiento a
la carga de forestar.
El bien se torna susceptible de ser expropiado total o parcialmente por el Poder Ejecutivo a propuesta del
Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca.
Tendrá la Administración que expropiar el inmueble para recién luego encarar la forestación.
LA REFORESTACIÃ N DE BOSQUES PROTECTORES IMPLANTADOS EN PREDIOS
URBANOS Y SUBURBANOS
Según se ha visto ya, la ley forestal preceptúa que el Poder Ejecutivo, con el previo asesoramiento del
Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca y de los Gobiernos Departamentales competentes, debe
delimitar las zonas en que quedará prohibida la corta y destrucción de los bosques protectores ubicados en
predios urbanos y suburbanos.
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La disposición también establece que los Gobiernos Departamentales podrán autorizar la corta total o
parcial de los bosques referidos “con las cautelas que estimen pertinentes para cada caso y exigir la
reforestación del predio en cuanto correspondiere”.
Este artÃ−culo ha sido reglamentado por Ordenanzas Municipales de los departamentos de Maldonado y
Colonia, en textos normativos que son muy similares.
Y es en ese contexto que ambas ordenanzas obligan a forestar y mantener forestados estos predios con una
densidad mÃ−nima de un ejemplar cada 30 metros cuadrados para terrenos baldÃ−os, de un ejemplar cada 75
metros cuadrados para terrenos con construcciones (densidad que aumenta a un ejemplar cada 50 metros
cuadrados cuando se trata de predios costeros).
Estatutos de los distintos bosques
NORMAS GENERALES A TODOS LOS BOSQUES
Normas sanitarias
Dar aviso a la Autoridad de la existencia de la plaga o enfermedad.
Aplicar las medidas fitosanitarias que le indique dicha Autoridad.
Normas de prevención de incendios
Los “propietarios de bosques colindantes con vÃ−as férreas o carreteras públicas deberán mantener
libres de vegetación las fajas cuyas dimensiones determinará la reglamentación”.
Se dispone que toda “persona está obligada a denunciar de inmediato a la autoridad más próxima la
existencia de fuego en un bosque o proximidades, o cualquier infracción a las normas de protección
establecidas en los artÃ−culos anteriores”.
“Poder Ejecutivo establecerá las normas obligatorias de prevención de incendios y otras formas de
protección de los bosques”.
BOSQUES PROTECTORES
Concepto de bosque protector
Si un bosque es susceptible de ser calificado como protector y de rendimiento, debe optarse por el carácter
protector del mismo.
Según la definición legal, son bosques protectores “cuando tengan fundamentalmente el fin de conservar el
suelo, el agua y otros recursos naturales renovables”.
Como también se ha dicho, estos bosques se consideran tales una vez asÃ− calificados por la Dirección
General Forestal.
Requisitos para que los bosques sean calificados de protectores
“Si el mismo cumple una función de preservación de la erosión o de otros recursos naturales renovables o
de regulación de las cuencas hÃ−dricas, de consecuencias regionales”.
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El recurso natural es el suelo y la erosión una de las posibles degradaciones del mismo.
“Un criterio de conservación general”.
Y en segundo lugar, para que un bosque sea calificado de protector, también se requiere que se encuentre
ubicado en determinadas zonas que fueran fijadas por el Poder Ejecutivo.
Régimen jurÃ−dico de los bosques protectores
Los bosques protectores, por su función tuitiva de otros recursos naturales renovables, se encuentran
sometidos a un particular régimen orientado a su fomento y preservación.
AsÃ− se establece que estos bosques solamente “podrán ser expropiados por el Instituto Nacional de
Colonización en casos excepcionales, previa autorización del Poder Ejecutivo, cuando ello convenga al
interés general”.
En segundo lugar se establece que queda “prohibida la destrucción de los bosques protectores”, y conforme
al mismo precepto, será “considerada destrucción cualquier operación que no se ajuste al plan
mencionado en el artÃ−culo 49, y que atente, intencionalmente o no, contra el desarrollo o permanencia del
bosque”.
Basta la simple violación a lo establecido en el plan de manejo.
Es si se quiere un ilÃ−cito de peligro, que no reclama sea seguido por la efectiva materialización del daño.
Es menester subrayar que el carácter protector de un bosque no impide que el mismo sea explotado. La ley
prohÃ−be es la destrucción del bosque, no su explotación, que puede ser funcional y compadecerse con su
conservación, y derivar por ejemplo de raleos, podas, sustitución de los ejemplares por otros más
jóvenes, etc.
Por último, estos bosques calificados como protectores gozan además de importantes beneficios y de
financiamiento que se analizará luego.
Consecuencias derivadas de la destrucción del bosque protector
La destrucción del bosque protector apareja las siguientes sanciones especÃ−ficas:
La forestación obligatoria del predio para el autor del ilÃ−cito, conforme a lo dispuesto para la forestación
obligatoria, no gozando para tales efectos de los beneficios de financiamiento que confiere la ley.
Cuando la destrucción fuere intencional o por culpa grave y la responsabilidad correspondiere al propietario,
la Administración exigirá el pago de los recargos por mora de los impuestos que se hubieren dejado de
percibir.
Adviértase respecto de este precepto:
Reclama para su aplicación que el bosque efectivamente se hubiere destruido en su sentido natural.
El objeto de la sanción está constituido por los recargos por mora de los tributos que se hubieren dejado de
percibir, no de los tributos mismos. “La administración exigirá el pago del o los impuestos que hubieren
sido exonerados y las sanciones correspondientes”.
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La sanción y el monto a reclamar no tienen naturaleza tributaria. Consecuentemente no le son aplicables las
normas de carácter tributario, ni la administración a que refiere la ley es la administración tributaria, sino
la administración forestal, esto es, el Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca.
El precepto solamente es aplicable cuando el responsable de la destrucción sea el titular del bosque.
La reglamentación ha establecido que “se entenderá que los bosques han sido total o parcialmente
destruidos cuando medie resolución de la Dirección Forestal que asÃ− lo determine”.
Cuando la destrucción fuere causada por incendio debe tenerse presente que “Corresponde a la Dirección
Nacional de Bomberos la determinación de la causa del origen de todo incendio en un área forestada, de la
posible intencionalidad, y de la eventual responsabilidad del propietario”.
Si el bosque protector hubiese sido beneficiado con financiamientos previstos en le ley, la Administración
exigirá la restitución actualizada según el costo ficto de forestación, dentro del plazo de un año de
producida la destrucción.
Si la Dirección General Forestal “determinare que la destrucción no se puede imputar directa o
indirectamente al beneficiario de la financiación, podrá conceder un plazo razonable para su nueva
plantación”.
BOSQUES DE RENDIMIENTO
Concepto de bosque de rendimiento
La ley establece que según sus fines son bosques de rendimiento “cuando tengan por fin principal la
producción de materias leñosas o aleñosas y que resulten de especial interés nacional por su
ubicación o por la clase de madera u otros productos forestales”.
Calificación que también se prevé, está subordinada a que el bosque resulte “de especial interés
nacional por su ubicación o por la clase de madera u otros productos forestales”.
Vale decir, no es suficiente que un bosque que tenga por finalidad la producción de materias leñosas o
aleñosas para ser calificado como de rendimiento. Es además necesario que “resulten de especial interés
nacional por su ubicación o por la clase de madera u otros productos forestales”.
Requisitos de un bosque para ser calificado como de rendimiento
Por las variedades de árboles, se entiende que cumplen el requisito de ser de interés nacional los bosques
formados por determinadas variedades de pinos, eucaliptos y salicáceas especÃ−ficamente individualizadas.
En razón de su ubicación, se entiende que cumplen el interés general siempre que los bosques se
implanten en suelos de prioridad forestal.
Y finalmente y en razón de su extensión, el bosque para ser calificado como de rendimiento, es preciso que
ocupe una extensión cuando menos de 10 hectáreas.
Recuérdese que el bosque, para ser considerado como tal, debÃ−a ocupar una superficie no menor de 2500
metros cuadrados. Pues bien, aquÃ− se establece que para que el bosque pueda ser calificado como de
rendimiento, es preciso que ocupe una superficie de 10 hectáreas.
Un bosque que ocupe una superficie menor, no por ello dejará de ser bosque, pero no podrá ser calificado
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como de rendimiento.
Régimen jurÃ−dico de los bosques de rendimiento
Los bosques de rendimiento según se ha visto han sido creados a efectos de ser explotados y obtener asÃ−
las materias leñosas o aleñosas, por lo que a diferencia de los bosques protectores estos pueden ser talados
enteramente.
AsÃ− también estos son colocados por la ley al abrigo de las pretensiones expropiatorias del Instituto
Nacional de Colonización conforme al artÃ−culo 27 de la ley forestal 15.939.
Y también gozan estos bosques de importantes beneficios crediticios y tributarios.
Destrucción del bosque de rendimiento
Cabe señalar en primer término que a diferencia de lo que acontece con los bosques protectores, ante la
destrucción del bosque, no cabe bajo ningún concepto exigir la reforestación del mismo porque en la
especie no media ningún interés público que prevalezca sobre los intereses del propietario que
reforestará o no, según su conveniencia.
Por el contrario, tienen aplicación las mismas consideraciones que se han hecho de los bosques protectores
respecto a la cesación de los beneficios fiscales y la posibilidad de exigir los recargos por mora de
constatarse que la destrucción fue intencional.
No rige a nuestro juicio el concepto de destrucción referido en el artÃ−culo 22 que queda acotado a los
bosques protectores, por lo que habrá en todo caso que manejar el concepto corriente de destrucción.
Al igual que lo que sucede con el bosque protector, si la destrucción del bosque de rendimiento hubiese sido
beneficiada con financiamientos previstos en la ley, la Administración exigirá la restitución según el
costo ficto de forestación, dentro del plazo de un año de producida la destrucción.
BOSQUE INDÃ GENA
Otra categorÃ−a de bosque que tiene un particular estatuto jurÃ−dico es el denominado bosque indÃ−gena.
Se establece con carácter general que se prohÃ−be “la corta y cualquier operación que atente contra la
supervivencia del monte indÃ−gena” (artÃ−culo 24 Ley 15.939).
Es preciso señalar el prolongadÃ−simo tiempo que demanda la regeneración del bosque indÃ−gena.
Prohibición que (según texto) comprende en tanto:
Cualquier corta, aún cuando no atente contra la supervivencia del monte indÃ−gena.
Cualquier operación que atente contra la supervivencia del monte, aunque no suponga su corta.
Esta prohibición tiene tres excepciones:
“Cuando el producto de la explotación se destine al uso doméstico y alambrado del establecimiento rural
al que pertenece”.
Cuando medie autorización de la Dirección General Forestal, basada en un informe técnico donde se
detalle tanto las causas que justifiquen la corta como los planes de explotación a efectuarse en cada caso.
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El Ministerio de Transporte y Obras Públicas puede “talar, cortar y ralear el monte indÃ−gena existente en
rutas y adyacencias”.
FORESTACIà NES Y ÔRBOLES PROTEGIDOS POR RAZONES CIENTà FICAS O DE
INTERÃ S GENERAL
Se trata de un particular estatuto con que la ley ha previsto se puede proteger a determinadas forestaciones en
particular.
Del texto de la ley cabe señalar:
El acto que disponga tal protección debe ser una Resolución ministerial del Ministerio de GanaderÃ−a,
Agricultura y Pesca, dictada a propuesta de la Dirección General Forestal.
El motivo de dicho acto debe serlo por razones cientÃ−ficas o de interés general.
El acto administrativo deberá en todo caso disponer las limitaciones en la corta o explotación, que podrán
tener diversos grados de intensidad, que la ley deja librado a la reglamentación.
Objeto de protección lo podrán constituir indistintamente determinadas especies de árboles o ejemplares
en particular.
Debe advertirse que objeto de esta reglamentación podrán serlo tanto árboles de especies nativas como
exóticas.
PALMARES
Se establece al respecto que queda “prohibida la destrucción de los palmares naturales y cualquier
operación que atente contra su supervivencia”.
El palmar o palmeral, es en realidad un bosque de palmeras.
Debe subrayarse por lo demás que el precepto se refiere a los palmerales naturales, por lo que queda
aclarado que no alcanza a los que hayan sino implantados por el hombre.
BOSQUES PERTENECIENTES AL PATRIMONIO FORESTAL DEL ESTADO. NORMAS
COMUNES
Los bosques pertenecientes al Patrimonio Forestal del Estado tienen por ese hecho un régimen jurÃ−dico
común.
AsÃ− y en primer término son en principio gestionados y administrados por la Dirección General de
Recursos Naturales Renovables del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca, con tres excepciones que
marca la ley.
Las forestaciones existentes en la faja de dominio público cuya gestión y administración se comete al
Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
Quedan exceptuados también las forestaciones de los Parques Nacionales y demás Ôreas Naturales
Protegidas corresponde ahora a la Dirección de Medio Ambiente del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento
Territorial y Medio Ambiente.
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Y quedan fuera de la administración por la Dirección General de Recursos Naturales Renovables los
bosques que el Poder Ejecutivo hubiere concedido la administración y gestión, que solamente podrá serlo
por entidades públicas o privadas sin fines de lucro.
En segundo lugar se le otorgan a la Dirección General de Recursos Naturales Renovables las siguientes
facultades:
Prohibir temporalmente el tránsito cuando factores climáticos o de otra naturaleza ponga en riesgo su
conservación.
Prohibir la ocupación o instalación permanente de particulares.
Prohibir la explotación y la corta parcial o total de árboles y arbustos aislados de cualquier tamaño y
edad.
Prohibir total o parcialmente, la utilización de la cosecha de todo producto además de la madera, cuando
razones de conservación y protección de los recursos naturales asÃ− lo aconsejen.
Prohibir el pastoreo de animales domésticos, fijando cuando lo autorice, las condiciones de pago, el
número y especie de animales que podrán ser introducidos, la superficie y los deslindes de la zona objeto
de la concesión”.
En tercer lugar se establece que la Dirección General Forestal “calificará los bosques que integren el
Patrimonio Forestal del Estado, aunque no sean protectores o de rendimiento y llevará registros para todos
ellos”.
En cuarto término también se establece que respecto a los bosques del Patrimonio Forestal del Estado,
son aplicables las normas de protección edictadas para los bosques particulares respecto a conservación,
prevención de incendios, combate de plagas, etc.
BOSQUES FISCALES
Establece la ley que estos bosques podrán explotarse solamente bajo un plan de manejo, ordenación y
mejoras propuesto por la Dirección General Forestal, aprobado por el Ministerio de GanaderÃ−a,
Agricultura y Pesca y que ejecutará dicha Dirección, sea directamente o por medio de convenios con otros
organismos públicos o paraestatales, empresas particulares o cooperativas.
Beneficios fiscales y crediticios
INTRODUCCIÃ N
Con el claro propósito de promover determinadas forestaciones, la legislación vigente ha empleado el
recurso de servirse de distintos incentivos fiscales.
Dentro de estos beneficios encontramos básicamente dos.
En primer término las exoneraciones impositivas que se establecen para determinados bosques.
Y en segundo lugar las deducciones impositivas que se admiten de distintos tributos, por forestaciones
realizadas conforme a determinados requisitos.
EXONERACIONES IMPOSITIVAS
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El primero de los incentivos a que acude la legislación, es el de las exoneraciones impositivas.
Ômbito de aplicación
Este beneficio tributario (en la norma forestal), alcanza a todos los bosques protectores, y a los de
rendimiento, cuando sean artificiales y en tanto se encuentren ubicados en las zonas declaradas de prioridad
forestal. Y alcanza también a todos los terrenos ocupados por dichos bosques o que se encuentren afectados
a los mismos.
Alcance
Estos bosques gozan de los siguientes beneficios impositivos:
Estarán exentos de todo tributo nacional sobre la propiedad inmueble rural y de la contribución
inmobiliaria rural. Esta exoneración solamente alcanza a los inmuebles rurales, y no comprende a los
inmuebles urbanos o suburbanos.
Una segunda exoneración se establece en cuanto a que sus “valores o extensiones no se computarán para la
determinación de: a) ingresos a los efectos de la liquidación de los impuestos que gravan la renta ficta de
las explotaciones agropecuarias, y b) el monto imponible del impuesto al patrimonio.
Una tercera exoneración alcanza al impuesto a las rentas agropecuarias. “Los ingresos derivados de la
explotación de los bosques no se computarán a los efectos de la determinación del ingreso gravado en el
Impuesto a las Rentas Agropecuarias u otros que se establezcan en el futuro y que tenga similares hechos
generadores”.
Una cuarta exoneración alcanza al impuesto a las rentas de Industria y Comercio. “Las rentas derivadas de su
explotación no se computarán a efectos de la liquidación del Impuesto a las Rentas de la Industria y
Comercio o de otros impuestos que se establezcan en el futuro y tengan similares hechos generadores, por los
sujetos pasivos de actividades agropecuarias e industriales cuando el producto total o parcial de la actividad
agropecuaria, constituye insumo de su actividad industrial”.
DEDUCCIONES POR FORESTACIÃ N
Otro de los beneficios tributarios, independiente a las exoneraciones que venimos de ver, y acumulativo con
las mismas, lo constituye la deducción por forestación.
“Los sujetos pasivos del Impuesto a las Actividades Agropecuarias, del Impuesto a las Rentas Agropecuarias,
del Impuesto a las Rentas de Industria y Comercio, o de otros impuestos que se establezcan en el futuro y
tengan similares hechos generadores, podrán deducir del monto a pagar por dichos impuestos, un porcentaje
del costo de plantación de los bosques artificiales que sean declarados protectores o de rendimiento, en las
zonas declaradas de prioridad forestal, conforme al artÃ−culo 8º de la presente ley”.
VIGENCIA TEMPORAL DE LAS EXONERACIONES Y DEMÔS BENEFICIOS TRIBUTARIOS
Dispone la ley forestal:
“Las exoneraciones y demás beneficios tributarios establecidos en la presente ley, alcanzan a todos los
tributos que en el futuro graven genéricamente a las explotaciones agropecuarias, a sus titulares en cuanto
tales, o a sus rentas. Ellos regirán por el plazo de doce años, a partir de la implantación de los bosques
calificados según el artÃ−culo 39 de la presente ley”.
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¿Cuál es el alcance de este precepto legal?
Una primer interpretación que se puede hacer de la lectura del mismo, es que las exoneraciones y otros
beneficios tributarios contenidos en la ley forestal, rigen por el perÃ−odo de doce años desde la
implantación de los bosques.
Vale decir, se tratarÃ−a una exoneración transitoria que regirÃ−a durante los doce primeros años de
implantado el bosque.
El plazo de la exoneración es de hasta doce años de implantación del bosque. “La exoneración tiene un
plazo de 12 años desde la implantación del bosque y cesa cuando este se destruye”.
Conforme a esa interpretación el turno para su cosecha será fijado siempre antes de cumplir el bosque los
doce años de su implantación.
Una segunda interpretación que se puede hacer de dicho precepto legal y que a nuestro juicio es bastante
más satisfactoria, es referir el plazo de 12 años de vigencia desde la implantación del bosque a las
exoneraciones ante eventuales modificaciones o supresiones a dichos beneficios tributarios.
El plazo de doce años está referido pues a la vigencia de esos beneficios ante “Los tributos que en el futuro
graven genéricamente a las explotaciones agropecuarias, a sus titulares en cuanto tales, o a sus rentas”.
BENEFICIOS FISCALES SUPRIMIDOS
Subsidios
Beneficios fiscales de las empresas forestales
CESE Y SUSPENSIÃ N DE BENEFICIOS FISCALES
La ley ha previsto el cese de los beneficios fiscales cuando se produce la destrucción del bosque.
“Los beneficios fiscales previstos en el artÃ−culo anterior cesarán desde el momento en que el bosque es
destruido por cualquier causa”.
“Si la destrucción fuera parcial los beneficios mencionados subsistirán sobre la porción del bosque que
quedare”.
Una situación diversa se da en “caso de incumplimiento de dichas obligaciones, la Dirección Forestal
podrá proponer la supresión de los beneficios otorgados por los artÃ−culos 39 a 51 de esta ley”. Ley
15.939.
RÃ GIMEN CREDITICIO
Esto es, un tipo de crédito que presenta la caracterÃ−stica fundamental de estar dirigido especÃ−ficamente
a un singular destino previamente convenido.
Se presta, una determinada cantidad de dinero para un fin especÃ−fico que, en la ecuación sinalagmática,
pasa a ser considerada en un primer plano.
La ley señala que los créditos serán otorgados para los proyectos de forestación, en tanto se trate de
bosques calificados como protectores o de rendimiento (artÃ−culo 44 inciso 3º Ley 15.939).
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FONDO FORESTAL
Generalidades
Con el fin de atender las demandas especÃ−ficas derivadas del régimen crediticio pergeñado en el texto
legal, la ley creó el Fondo Forestal.
Recursos
El Fondo Forestal está dotado de los siguientes recursos:
Las sumas que le asigne el Poder Ejecutivo.
El reintegro de los créditos otorgados por el Fondo Forestal.
El importe de las multas aplicadas por infracciones a las disposiciones de esta ley.
Los fondos procedentes de préstamos y demás financiamientos que se concierten de acuerdo a la ley.
Los legados y donaciones que reciba
Administración del Fondo Forestal
El Fondo Forestal conforme a la ley “será administrado por una comisión honoraria denominada
Comisión Administradora del Fondo Forestal” que dependerá del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y
Pesca”.
Régimen sancionatorio
INTRODUCCIÃ N
La ley forestal prevé un doble orden de sanciones que conviene distinguir:
Sanciones genéricamente previstas para violaciones e infracciones a las disposiciones legales y
reglamentarias en materia forestal y que en consecuencia resultan susceptibles de aplicación a cualquier
incumplimiento.
Pero además de estas sanciones genéricas, también la legislación forestal prevé sanciones
especÃ−ficamente previstas a efectos del incumplimiento o violación de alguno de sus preceptos. Esto es,
previsiones que carecen del grado de generalidad que cuentan aquellas otras disposiciones.
SANCIONES GENÃ RICAS POR INFRACCIONES A LA LEGISLACIÃ N FORESTAL
Ley 16.736 de 1996, que de modo general regula el régimen sancionatorio del Ministerio de GanaderÃ−a,
Agricultura y Pesca, para “los infractores de las normas legales y reglamentarias que regulan el sector
agropecuario, agroindustrial, la pesca y los recursos naturales renovables”.
SANCIONES ESPECÃ FICAS A LA VIOLACIÃ N DE ALGUNAS NORMAS FORESTALES
Por ejemplo, en el caso de la forestación obligatoria, se prevé una multa del uno por mil mensual sobre el
valor real del inmueble cuya forestación, no se ha cumplido y mientras tanto se mantenga incumplida la
obligación de forestar.
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De igual modo, el artÃ−culo 22 prevé la obligación de forestar el predio como sanción especÃ−fica para
quien hubiese destruido o eliminado un bosque protector.
También establece la ley que de destruirse en forma intencional o por culpa grave un bosque y la
responsabilidad correspondiere al propietario, se le podrá exigir los recargos por mora desde que el impuesto
hubiere sido diferido.
Y con el mismo carácter se establece que cuando la destrucción de un bosque beneficiado con
financiamientos previstos en la ley fuera causada intencionalmente o por culpa grave y la responsabilidad
corresponda al beneficiario, se podrá exigir la restitución del monto de la financiación otorgada
incluyendo su actualización (artÃ−culo 47 Ley 15.939).
SUJETO RESPONSABLE. SOLIDARIDAD
Las sanciones por incumplimiento pueden ser aplicadas al autor del ilÃ−cito. Sin embargo, la ley regula una
hipótesis de solidaridad en la responsabilidad de las sanciones que corresponda aplicar.
“En el caso de bosques creados con los financiamientos establecidos en la legislación forestal, serán
solidariamente responsables del cumplimiento del proyecto de forestación y plan de manejo y explotación
respectivos, el beneficiario y los sucesivos titulares del bosque. En consecuencia quedarán sujetos a la
aplicación de las sanciones previstas en la presente ley, asÃ− como las que establece la legislación vigente
en materia de infracciones tributarias” (artÃ−culo 46 de la ley 15.939).
La norma también dispone que los “beneficiarios y sucesivos titulares de los bosques podrán eximirse de
dicha responsabilidad, cuando previamente a la toma de posesión del bosque por el nuevo titular, se constate
por la Dirección Forestal el correcto cumplimiento del plan de forestación y manejo del mismo”.
Esto es, se prevé el caso de trasmisión en la titularidad del bosque, y de constatarse incumplimiento al
plan de manejo y gestión del bosque, serán responsables el beneficiario (de los financiamientos), y los
sucesivos titulares.
El precepto solamente se aplica a aquellos bosques que hubieran recibido financiamiento previstos en la
legislación forestal.
La solidaridad es por las sanciones que se encuentren previstas “en la presente ley”. Por lo que no alcanza a
otras sanciones que se prevean en otras normas.
La solidaridad se da entre el beneficiario del financiamiento y los sucesivos titulares del bosque.
La ley alcanza a todo bosque que se hubiese creado con financiamientos previstos por la legislación forestal.
La solidaridad alcanza incluso cuando se pueda individualizar al autor del incumplimiento.
PROCEDIMIENTO SANCIONATORIO
Este procedimiento está constituido por una primera etapa en sede administrativa, con la constatación de la
infracción e imposición de las sanciones correspondientes por incumplimiento de las normas forestales.
Y existe luego una segunda fase, sucesiva de la primera, en que judicialmente se reclama el cumplimiento de
las sanciones impuestas.
Procedimiento administrativo
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En materia de competencias administrativas corresponde destacar que las sanciones son en principio
impuestas por la Dirección de Servicios JurÃ−dicos del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca.
Pero la comprobación de las infracciones corresponde a la Dirección General Forestal a cuyos efectos
también se establece que la Dirección General Forestal “queda facultada para efectuar las inspecciones
necesarias con el fin de asegurar el cumplimiento de la presente ley”.
Sin embargo, en el contralor y represión de ilÃ−citos contra la fauna silvestre y el monte indÃ−gena, son
competentes los funcionarios policiales, aduaneros de la Prefectura Nacional Naval en su jurisdicción.
Otra de las particularidades procedimentales es que los “recursos administrativos que se interpongan contra
las resoluciones que denieguen o eliminen los beneficios tributarios o de financiamiento” previstos en la ley,
“tendrán efectos suspensivos”.
Procedimiento judicial
Cumplido el trámite administrativo correspondiente, la ley también ha regulado el procedimiento judicial
a seguirse para el cumplimiento de las sanciones.
Particularmente cuando estas son sanciones de multa que, claro está, son las sanciones por excelencia.
AsÃ− la norma establece que será “competente para su cobro, cualquiera sea el monto, el Juzgado Letrado
de Primera Instancia correspondiente al domicilio del demandado”.
FAUNA
FAUNA Y DERECHO AGRARIO
Ley de Sanidad Vegetal establece que el “Poder Ejecutivo, al reglamentar la presente ley, hará la
nomenclatura de los animales y vegetales perjudiciales y la de aquellos animales cuya conservación y
propagación sean útiles a los fines de la defensa y respecto de los cuales se declara absolutamente prohibida
la caza bajo las penas que se indicarán”.
LA FAUNA COMO RECURSO NATURAL RENOVABLE
En particular debe señalarse se trata de un recurso especialmente sensible a la acción del hombre, cuyos
mecanismos de renovación son particularmente frágiles a la actuación humana. Por lo que se trata de un
recurso que fácilmente se ve comprometido por el hombre.
Una segunda caracterÃ−stica especÃ−fica de este recurso la constituye las dificultades de su control.
“Resulta difÃ−cil a la autoridad imponer prácticas de caza racionales porque las áreas donde subsiste la
fauna silvestre suelen estar alejadas de su vigilancia y porque la movilidad de las especies las somete
sucesivamente a distintas jurisdicciones o soberanÃ−as.
DERECHO APLICABLE
En primer término al Código Civil en sus artÃ−culos 708 y siguientes.
En segundo lugar debe citarse la Ley 9481.
En tercer término debe referirse al Código Rural.
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En cuarto lugar deben ser citadas algunas disposiciones de la ley 16.736 y de la ley 16.320, y también la ley
17.296.
En quinto término debemos referir también a la ley 17.234 relativa a Ôreas Naturales Protegidas.
Por último, y en sexto lugar, es menester anotar que existen una serie de instrumentos jurÃ−dicos
internaciones (convenios, convenciones, etc).
CONCEPTO JURÃ DICO DE FAUNA
Conviene a esos efectos recordad la clasificación que de los animales hace el Código Civil en el artÃ−culo
709.
“Se llaman animales fieros o salvajes, los que viven naturalmente libres e independientes del hombre, ya sean
terrestres, acuáticos o volátiles; mansos los que pertenecen a especies que viven bajo la dependencia del
hombre, como los perros, las gallinas, el ganado mayor y menor; domesticados los que sin embargo de ser
fieros por su naturaleza se han acostumbrado a la domesticidad y reconocen en cierto modo el imperio del
hombre. Estos últimos, mientras conservan la costumbre de volver al amparo del hombre, siguen la regla de
los animales manos y perdiendo esa costumbre, vuelven a la clase de los animales fieros”.
Vale decir, se trata de una clasificación tripartita que responde a un criterio fundamentalmente empÃ−rico,
referido a la relación de domesticidad, esto es a la sujeción de esos animales a la voluntad del hombre.
Fauna como “el conjunto de todas las especies animales que viven en estado salvaje, sin domesticar, en todo
el ámbito jurisdiccional de la República”.
Incluso, puede plantearse también como integrantes de la fauna a los efectos jurÃ−dicos, la de los animales
que siendo mansos por su naturaleza, han perdido la domesticidad y el control del hombre volviéndose
salvajes.
PROPIEDAD Y DOMINIO DE LA FAUNA SILVESTRE
¿A quién pertenece la fauna?
Debemos volver aquÃ− al Código Civil y señalar que respecto de los animales mansos, y los domesticados
por añadidura, están sujetos a dominio, que se adquiere, se conserva y trasmite en la misma forma que el
dominio de las demás cosas.
¿A quién pertenecen los ejemplares de la fauna silvestre?
La fauna silvestre como res nullius
La primera de las soluciones es la que recoge el Código Civil en el sentido de que los animales silvestres son
res nullius, esto es, susceptibles de ser adquiridos por el modo ocupación. “Por la caza y la pesca se adquiere
el dominio de los animales fieros o salvajes”.
La fauna como propiedad del titular del predio
Una segunda posición ha venido a sostener que la fauna es o debe ser del propietario del inmuebles donde se
encuentra, como un accesorio o fruto de dicho inmueble.
“Todo animal salvaje, mientras se halle en terreno particular, pertenece al dueño, arrendatario o poseedor
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del terreno”. De dicho texto legal se puede inferir, que el Código Rural ha atribuido la propiedad de los
animales salvajes o silvestres, a quien tuviera el derecho de propiedad, fuera poseedor o arrendatario del
predio, modificando lo dispuesto por el Código Civil.
La fauna como propiedad del Estado
En fin, en una tercera solución podrÃ−a sostenerse que la fauna es, o debe ser de propiedad del Estado.
Nuestra posición
A nosotros tampoco nos convence la solución recogida en el Código Rural. Llevada a sus últimas
consecuencias deberÃ−amos admitir que el dominio de esa fauna se transfiere cuando el animal ingresa a un
predio distinto.
Creemos que es posible una interpretación que logre conciliar los textos del Código Civil con los del
Código Rural.
Conviene por lo pronto distinguir el derecho a cazar, de la propiedad de la fauna. Que son cosas distintas.
En un principio, bajo el imperio del derecho romano, la fauna era considerada res nullius y se adquirÃ−a por
el modo ocupación. El dominio se adquirÃ−a aun cuando la caza se practicase en fundo ajeno, sin otra
limitación que las acciones posesorias que se le concedÃ−an en tal caso al propietario del fundo, según se
ha visto.
La caza no se consideró nunca como un poder reservado al propietario, ni los animales capturados como
simple fruto del fundo. El tÃ−tulo de adquisición de los animales capturados era siempre la ocupación,
tanto si la efectuaba el propietario como un extraño.
En el derecho germano, el derecho a cazar sin embargo, era un atributo del propietario del inmueble.
En nuestro paÃ−s tal manifestación se recoge en el Código Rural de 1875 que establecÃ−a: “El avestruz, la
paloma la perdiz y, en general toda ave grande o chica como asimismo el gamo, la nutria, la mulita y, en
general, todo cuadrúpedo menor y salvaje, mientras se hallen en un terreno particular, hace parte accesoria
del terreno y pertenece al dueño, arrendatario o poseedor de él”.
La fauna debe considerarse res nullius, y en consecuencia se adquiere por el modo ocupación.
“La inteligencia del artÃ−culo 109 no está en conferir la titularidad de animales que al ser res nullius (cosa
de nadie) carecen precisamente de titular, sino que su contenido es atribuir una preferencia respecto al derecho
a cazarlos o pescarlos, o sea, determina quién tiene el derecho preferencia a transformarse en dueño de
ellos por ocupación”.
“De manera que la titularidad de los animales salvajes se alcanza por su caza o pesca, esto es, por su
aprehensión efectiva”.
Cestau estima que la caza y la pesca, jurÃ−dicamente consideradas, constituyen una especie de ocupación,
un modo de adquirir el dominio.
LA PROTECCIÃ N DEL ESTADO
Corresponde en ese sentido señalar que nuestra legislación ha establecido con carácter general que
“queda bajo el contralor y reglamentación del Estado la conservación y explotación de todas las especies
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zoológicas silvestres (mamÃ−feros, aves, etc)”.
Y con el mismo grado de generalidad, también se dispone que “todo lo que tiene atinencia con la
conservación y explotación de la fauna nacional quedará sometido a la vigilancia y contralor del Estado”,
cometiéndose al Poder Ejecutivo “dictar todas aquellas medidas que tiendan al fin indicado”.
LA CAZA. CONCEPTO
En nuestro derecho por caza se entiende “la acción de perseguir, acosar, colocar cebos tóxicos, envenenar
fuentes de alimento, montar trampas, redes, pegamentos u otras artes, utilizar carnes para dar captura, colectar
huevos, destruirlos o alterar sitios de reproducción, nidadas o madrigueras y disparar con armas sobre
ejemplares de especies protegidas de la fauna silvestre, asÃ− como el hecho consumado de atraparlas o darles
muerte”.
Adviértase se trata de un concepto amplÃ−simo de la acción de cazar, que no solamente comprende la
captura, la aprehensión del animal, sino incluso la tentativa de esa acción que se equipara a la acción
consumada de la caza.
DISTINTOS TIPOS DE CAZA Y SU RÃ GIMEN JURÃ DICO
Caza deportiva
Se define a la caza deportiva como “la acción lÃ−cita de capturar o abatir mediante forma autorizada,
ejemplares de especies de la fauna silvestre con fines de recreación, respetando cuotas permitidas, zonas y
temporadas habilitadas”.
Para practicar la caza deportiva es preciso obtener el “Permiso de Caza”, que es un documento personal e
intransferible, de validez nacional que emite el Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca a través de
la Dirección General de Recursos Naturales Renovables y que tiene validez por quince dÃ−as consecutivos a
la fecha de su expedición.
Por lo demás, el resultado de la caza deportiva no puede ser comercializado y su transporte debe ser
acompañado del permiso de caza respectivo.
Caza o colecta cientÃ−fica o con fines educativos
Se considera caza cientÃ−fica o con fines educativos a la “acción lÃ−cita de captura o abatir, mediante
formas autorizadas, ejemplares de especies de las fauna silvestre, con destino a museos, zoológicos,
proyectos de investigación, acciones educativas o de divulgación”.
Para practicarla se requiere gestionar un permiso especial de caza, que en cada caso particular y con las
especificaciones respecto de las condiciones, especies, cantidades, lugares de caza y plazos, establecerá en
cada caso la Dirección General de Recursos Naturales Renovables”.
PROTECCIÃ N INTERNACIONAL DE LA FAUNA. COMERCIO INTERNACIONAL DE
ESPECIES AMENAZADAS
Parece muy claro que la conservación de la fauna requiere de una cierta coordinación entre los paÃ−ses.
Nuestro paÃ−s en ese sentido ha ratificado varios acuerdos y tratados internacionales que tienden
precisamente a proteger la fauna más allá de los estrechos lÃ−mites de un paÃ−s, esto es a nivel
internacional.
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Uno de los más importantes, es la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas
de Fauna y de Flora Silvestres. Tal instrumento procura, como su nombre lo indica, combatir el comercio
internacional de especies de fauna amenazadas.
Es a esos efectos que se ha venido a establecer que las violaciones a lo dispuesto por la Convención sobre el
Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, serán sancionadas “con multa
y decomiso, de conformidad con, lo dispuesto por las normas legales vigentes para fauna autóctona”.
RÃ GIMEN SANCIONATORIO
Autoridades competentes
Se comete a los funcionarios policiales, a los funcionarios de la Prefectura Nacional Naval en su jurisdicción
y los inspectivos de la División Fauna de la Dirección General de Recursos Naturales Renovables, el
contralor y represión de ilÃ−citos contra la fauna silvestre.
En cuanto a las sanciones administrativas de principio corresponde su aplicación a la Dirección de los
Servicios JurÃ−dicos del Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca. Vale decir, es dicha Dirección
quien determina la sanción aplicable en cada caso. Esto con carácter general.
Sanciones administrativas
Sanciones administrativas.
Van desde el simple apercibimiento, hasta la imposición de multas entre 10 y 2000 Unidades Reajustables.
Pero además se prevé también el comiso de la mercaderÃ−a en infracción, las presas de caza por
ejemplo, que en todo caso se confiscan.
Si se trata de animales silvestres vivos, la ley dispone “deberá procederse a su suelta donde los servicios
técnicos lo indiquen, sin perjuicio de su entrega a reservas de fauna o zoológicas, su reintegro al paÃ−s de
origen a costa del infractor o su sacrificio por razones sanitarias según corresponda”.
Si se trata de animales vivos se procura la reparación especÃ−fica del daño ocasionado por la infracción,
restituyendo los animales a su hábitat natural en primer término, sea en nuestro paÃ−s o en el paÃ−s de
origen, todo ello a costa del infractor.
Sanciones civiles
Dispone el Código Rural que el “que sin permiso de su dueño entrare a cazar o pescar en sitio cerrado,
será castigado con multa de cuatro o cuarenta pesos o prisión equivalente, para los perjuicios que haya
causado y dejará a favor del dueño todo lo que haya o pescado”.
“Cerrado”. Lo que debe interpretarse como sinónimo a cercado.
Por lo demás, dichas sanciones que tienen naturaleza punitiva, son sin perjuicio de las indemnizaciones por
los daños y perjuicios causados.
Sanciones penales
Este ilÃ−cito penal, requiere como presupuesto la existencia de una “expresa prohibición del legÃ−timo
ocupante”. Que frecuentemente se materializa en la existencia de carteles que se colocan generalmente en los
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cercos con la leyenda de prohibido cazar.
EL Rà GIMEN DE LA FAUNA EN LAS ÔREAS PROTEGIDAS
“Una medida tradicional encaminada a la conservación de la fauna (dice Cirelli) es el establecimiento de
áreas protegidas donde están prohibidas o controladas las actividades humanas a fin de proteger
determinadas especies o hábitats de especies. Más recientemente, la creación de áreas protegidas se ha
concebido como parte de un “sistema nacional”.
En tal sentido debe citarse la ley 17.234 del año 2000 sobre Sistema Nacional de Ôreas Protegidas.
Dicha norma tiene por finalidad, entre otras cosas, la protección de la fauna autóctona y en ese contexto,
comete al Poder Ejecutivo, la fijación de medidas de protección particulares.
La ley que se ha comentado, prevé un régimen sancionatorio diverso al que hemos analizado. Aunque las
sanciones administrativas previstas en dicho texto legal no hacen otra cosa que reiterar, con ligeras variantes,
las normas previstas para el Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca.
AsÃ− se prevé no solamente la sanción de multa, sino también el comiso “de todos los objetos producto
de la actividad ilÃ−cita, ejemplares vivos, cueros, crÃ−as o huevos”, “como también todo otro elemento
que directa o indirectamente fuere empleado en la comisión de la infracción, tales como armas, vehÃ−culos
o embarcaciones y, en su caso el producido de la comercialización de los elementos producto del ilÃ−cito”.
Incluso se reitera aquÃ− la sanción de reintegro de los ejemplares vivos de fauna, a costa del infractor.
La potestad sancionatoria corresponde aquÃ− al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio
Ambiente, a quien se comete la imposición de la sanción.
EL ESTABLECIMIENTO AGRARIO
Conjunto de bienes organizados, articulados o conjugados entre sÃ−, funcionalmente dirigidos al ejercicio de
la actividad agraria.
NOCIÃ N Y NATURALEZA JURÃ DICA
ESTABLECIMIENTO, HACIENDA, EXPLOTACIÃ N
Nosotros hablaremos de emplear el giro “establecimiento agrario”, con el mismo alcance que “establecimiento
rural” o “establecimiento agropecuario”.
CONCEPTO
Algunas definiciones doctrinarias
BallarÃ−n Marcial define al establecimiento agrario como “aquella unidad organizada según criterios
técnico - económicos, formada por la tierra, sus pertenencias y accesorias y accesorios, mediante los
cuales el empresario ejercita en su propio nombre una actividad de cultivo, pecuaria, forestal o mixta”.
Definiciones de derecho comparado
El Código Civil de 1942 definió a la hacienda como el “complejo de bienes organizados por el empresario
para el ejercicio de la empresa”.
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Nuestra definición
Definir al establecimiento agrario como el conjunto de bienes organizados, articulados o conjugados entre
sÃ−, funcionalmente dirigidos al ejercicio de la actividad agraria.
Elementos de la definición
Se destaca de la definición, en primer lugar, que el establecimiento agrario constituye un complejo de bienes.
Bienes que son heterogéneos entre sÃ−, en cuanto tienen distinta naturaleza jurÃ−dica: muebles,
inmuebles, inmateriales, etc. Debe destacarse que esos bienes no pierden por integrar el establecimiento su
individualidad jurÃ−dica.
En segundo término, dichos bienes deben estar organizados. Este requisito de la organización es
fundamental. Esos bienes se encuentran en una relación de recÃ−proca interrelación, unos en función de
otros.
Y en tercer lugar, esos bienes y esa organización deben ser funcionales al ejercicio de la actividad agraria.
IMPORTANCIA DE LA NOCIÃ N. COMPARACIÃ N CON EL ESTABLECIMIENTO
COMERCIAL
La prescindencia de la noción lleva irreductiblemente al tratamiento por separado de cada uno de los
elementos, y por añadidura al desconocimiento y destrucción de la organización de esos elementos.
Organización que constituye en si misma un elemento de considerable importancia desde el punto de vista
productivo y que representa un valor económico. Y es desde esa perspectiva que el derecho agrario ha
procurado preservar la unidad que supone la organización.
ESTABLECIMIENTO AGRARIO Y NOCIONES AFINES
Establecimiento e inmueble
AsÃ− por ejemplo en primer término debe diferenciarse el establecimiento agrario del inmueble. El
establecimiento es un bien complejo. Que se integra naturalmente con el inmuebles que le sirve de asiento.
Pero el establecimiento está compuesto además por otros bienes diversos que concurren con el inmueble a
conformar el establecimiento (bienes muebles, bienes inmateriales, relaciones jurÃ−dicas, etc). Además esos
bienes están dotados de una organización, de una combinación recÃ−proca, que constituye precisamente
la estructura misma del establecimiento.
Sin duda en la enorme mayorÃ−a de los casos el inmueble constituye el bien de mayor significación
económica y aún técnica, siendo que los demás bienes se organizan y combinan en torno al inmueble.
La hacienda agraria se presenta de regla como una organización concéntrica; no se puede hablar tanto de
bienes organizados, sino de una organización que gravita en torno a un bien.
Establecimiento y empresa
La empresa es una unidad económica, que requiere de la imputabilidad jurÃ−dica de los efectos de la
actividad hacia el titular de la empresa. El establecimiento es por el contrario, una unidad de bienes
organizados en función de su gestión productiva.
La empresa constituye una organización económica que combina y conjuga no solamente elementos
materiales, sino principalmente personas.
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Establecimiento y Explotación
Otro de los giros que es empleado en nuestro paÃ−s, y también en el derecho comparado, es el sustantivo
de explotación, seguido del adjetivo de agraria, rural o agropecuaria.
NATURALEZA JURÃ DICA
El establecimiento como equivalente al inmueble
Una primera posición identifica el establecimiento agrario con el inmueble. AsÃ− nuestro Código Rural “se
entiende por establecimiento rural, toda propiedad inmueble que, situada fuera de los ejidos y, en su falta, de
los arrabales de las ciudades, pueblos o villas, se destine o pueda destinarse a la crÃ−a, mejora o engorde de
ganado o al cultivo de la tierra”.
El establecimiento agrario como complejo pertenencial
El establecimiento agrario se toma como el complejo pertenencial integrado por el inmueble como bien
principal, y por aquellos bienes muebles y semovientes que se encuentran destinados de un modo más o
menos permanente al servicio del inmuebles. Estos bienes muebles y semovientes se encuentran en una
posición claramente subordinada al inmueble, que no puede subsistir sin él. Se trata en todo caso de
pertenencias.
El establecimiento agrario como universalidad
El establecimiento agrario ha sido también explicado como una universalidad de hecho o de derecho.
La universalidad constituye un complejo de bienes de la misma naturaleza y especie, como se da en los
ejemplos clásicos de la biblioteca o del rebaño. Y es precisamente esa homogeneidad en la naturaleza de
sus elementos componentes la que le confiere cierta unidad. Pero en la hacienda por el contrario, asistimos a
un complejo de bienes constituido por bienes que se caracterizan precisamente por su heterogeneidad.
El establecimiento agrario como bien haciendal
La unidad haciendal por su parte se distingue del complejo pertenencial que constituye también un
complejo de bienes. Se diferencia en tres aspectos:
Las pertenencias solamente refieren a bienes materiales que de un modo duradero o permanente se encuentran
afectados al inmueble. El complejo haciendal por el contrario, también comprende bienes inmateriales.
En el complejo pertenencial existe una relación de dependencia, de subordinación, una cosa que es
principal y otras que son accesorias. La hacienda se integra por un conjunto de bienes heterogéneos en
relación de igualdad.
El conjunto pertenencial se asienta sobre la propiedad de los bienes por una misma persona. La hacienda por
la organización, por la disposición de distintos elementos por el empresario sin que necesariamente se trate
del propietario.
RÃ GIMEN JURÃ DICO DEL ESTABLECIMIENTO AGRARIO
ELEMENTOS QUE INTEGRAN EL ESTABLECIMIENTO
Debe resolverse la cuestión con los escasos elementos que aporta el derecho positivo uruguayo, y siguiendo
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además el proceso de integración que supone acudir al fundamento de las leyes análogas, a los principios
generales de derecho y las doctrinas más recibidas.
ELEMENTOS QUE INTEGRAN EL ESTABLECIMIENTO. BIENES MATERIALES
Los bienes inmuebles (que sirve de asiento al Establecimiento)
Debe entenderse que integra el establecimiento agrario el bien inmueble que le sirve de asiento. Bien
inmueble que comprende el conjunto de unidades catastrales que conforman el establecimiento. Totalidad de
los padrones catastrales que son gestionados conjuntamente.
Naturalmente que el inmueble incluye también los accesorios. AsÃ− los árboles y plantas mientras
adhieren al suelo por sus raÃ−ces integran el inmueble, lo mismo que los frutos pendientes. Y en la misma
senda debe considerarse integran el inmueble las construcciones, máquinas, molinos, corrales, bretes, cercos,
etc, que se encuentran adheridos al suelo, y que acceden jurÃ−dicamente al inmueble.
Y debe estimarse que también integran el inmueble, las servidumbres prediales que benefician o que gravan
los inmuebles que la integran, desde que conforman con esos inmuebles una unidad inescindible.
AsÃ− también deben considerarse que integran el inmueble las concesiones de uso de aguas, habida cuenta
que “cuando por herencia, legado o enajenación cambie la titularidad del predio afectado por una concesión
de uso, ésta se transferirá al nuevo titular”.
El inmueble constituye como señalan todos los autores, el bien material por excelencia del establecimiento
agrario al que se reserva un rol protagónico en el concierto de los demás bienes.
Bienes muebles
Además de los bienes inmuebles, integran el establecimiento los bienes muebles que de un modo duradero
se encuentran afectados al establecimiento con el fin de realizar la actividad agraria. Vale decir de todas las
herramientas, vehÃ−culos de transporte de cargas, bombas, silos, incluso los bienes muebles afectados a la
vivienda de los trabajadores como elementos para la elaboración de comidas, muebles, etc.
Corresponde indicar en este sentido que el Código Civil habla de los utensillos de labranza actualmente
destinados al cultivo o beneficio de una finca, con tal que hayan sido puestos en ella por el dueño de la
finca, y de los abonos existentes en ella destinados por el dueño a mejorarla.
Los ganados
Nos inclinamos por la solución afirmativa de que los ganados son parte integrante del establecimiento
agrario.
Sin el ganado no se podrá realizar seguramente la actividad agraria ganadera.
Por ejemplo el Código Civil refiere a “los ganados de cualquier clase que forman los establecimientos
rurales”. Los ganados forman con el inmueble una unidad inescindible, que integran la unidad haciendal que
denominamos el establecimiento agrario.
ELEMENTOS QUE INTEGRAN EL ESTABLECIMIENTO. BIENES INMATERIALES
El nombre
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Vale la pena indicar que el nombre de los establecimientos agrario no reviste en general, la misma
importancia que suele tener en materia comercial.
Autorizaciones administrativas y habilitaciones
Cuota de Leche
En nuestro derecho existe un caso por lo menos, en que claramente el ordenamiento positivo establece que la
cuota de producción y comercialización constituye un elemento del establecimiento.
En el régimen de remisión de leche a Conaprole, se establece que todo productor de leche de cualquier
zona del paÃ−s, que cuente con la correspondiente habilitación veterinaria, tiene derecho a una cuota inicial
de 60 litros.
Marcas y señales de ganado
Las marcas y señales de ganado no pueden considerarse elementos constitutivos del establecimiento.
En el caso de las marcas de ganado tal como están legisladas en nuestro derecho, cumplen la función de
relacionar un determinado ganado con una persona en particular. No con un establecimiento.
La solución de las señales del ganado menor es exactamente la misma.
Y por ende, la enajenación de un establecimiento agrario no puede considerarse que comprende también
las marcas y señales de ganado. Desde que su titular las puede estar empleando en otros establecimientos de
los que sea titular.
Marcas comerciales
LA ENAJENACIÃ N DEL ESTABLECIMIENTO
Régimen jurÃ−dico
De regla los negocios de enajenación recaen sobre los bienes que integran el establecimiento,
particularmente el inmueble, prescindiéndose de los demás elementos componentes del mismo.
No es infrecuente escuchar entre nosotros por ejemplo, que un establecimiento se vendió a “portera cerrada”.
Lo que no significa otra cosa que se ha enajenado con todas las haciendas y bienes muebles que integraban el
establecimiento. Vale decir, que se enajenó propiamente el establecimiento, como unidad productiva.
Fuera de esta previsión, deberá convenirse que la enajenación del establecimiento seguirá las normas
especÃ−ficas relativas a cada uno de los bienes que lo componen. AsÃ− por ejemplo, la enajenación del
inmueble, si la operación comprende la propiedad del mismo, deberá cumplir con los requisitos
especÃ−ficos relativos a la enajenación de bienes inmuebles. Y asÃ− también, si se comprenden ganados,
habrán de satisfacerse los requerimientos que el ordenamiento jurÃ−dico establece para la transferencia de
la propiedad de semovientes.
La situación de los acreedores
No alcanzan a los establecimientos agrarios las normas vigentes para la protección de los acreedores en
casos de enajenación a tÃ−tulo singular del establecimiento comercial. Que disponen la solidaridad entre el
enajenante del establecimiento y su adquirente por los créditos que se hubieran denunciado en la
70
convocatoria pública.
De lo que se desprende que en casos de enajenación a tÃ−tulo singular del establecimiento agrario, y ante la
insolvencia del enajenante a tÃ−tulo singular del establecimiento agrario, y ante la insolvencia del enajenante
solamente queda para el acreedor la vÃ−a de la acción pauliana. Que es la acción que protege a los
acreedores en casos de insolvencia del enajenante, cuando no resulta de aplicación a ley 2904.
La situación de los trabajadores
La doctrina nacional ha examinado el tema a propósito de la enajenación de los establecimientos
comerciales e industriales. Pero las conclusiones dadas para los casos de enajenación de establecimientos
comerciales resultan a nuestro juicio de aplicación a la enajenación de los establecimientos agrarios. No
solamente porque no existe razón alguna que amerite una solución diferente, sino porque además los
textos legales en que se apoya la solución, son comunes a unos y otros establecimientos.
En esa senda corresponde indicar que la doctrina nacional más autorizada ha sostenido que la enajenación
del establecimiento no pone fin a la relación de trabajo, y que la enajenación del establecimiento de
principio no implica por sÃ− la ruptura de las relaciones laborales que continúan con el nuevo titular del
establecimiento.
EL ARRENDAMIENTO DEL ESTABLECIMIENTO AGRARIO
El Código Civil ya preveÃ−a la posibilidad de que se arrendarse “un predio rústico con animales de trabajo
o de crÃ−a”.
El Código Rural por su lado, al definir al contrato de aparcerÃ−a señala que “es un contrato en el que una
de las partes se obliga a entregar uno o más animales, un predio rural o ambas cosas”.
Y en la legislación especial sobre arrendamientos y aparecerÃ−as rurales nuestro legislador dispuso
oportunamente que “se entenderá que se trata de un solo bien rural siempre que los predios constituyan una
unidad fÃ−sica aunque comprendan varios padrones2.
Se han planteado en nuestra jurisprudencia casos donde además del inmueble rural se arrendaban
conjuntamente bienes muebles.
HIPOTECA DEL ESTABLECIMIENTO AGRARIO
Otra situación en que nuestra ley claramente admite la noción de establecimiento agrario como
organización de bienes, como un complejo haciendal, es el que permite la hipoteca de establecimientos
industriales, comerciales y también agrarios.
Dice en efecto el texto legal que el propietario de un establecimiento agrario que grave con hipoteca el o los
inmuebles que integran el establecimiento, podrá comprender en el contrato hipotecario y como garantÃ−a
de un préstamo o crédito, todas las cosas muebles accesorias a dicho bien o bienes destinados al uso de la
industria, aunque puedan separarse del inmuebles sin detrimento, como construcciones o instalaciones,
maquinarias y útiles, los que se reputarán inmuebles y constituirán un solo bien a los efectos de dicho
gravamen.
La disposición añade que quedarán comprendidos en el contrato, los bienes muebles que los sustituyen o
complementen por inutilización o desgaste, asÃ− como los derechos que constituyen la propiedad industrial
como marcas, patentes, privilegios y exenciones y los seguros y demás indemnizaciones.
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LA PROTECCIÃ N DEL ESTABLECIMIENTO AGRARIO. RÃ GIMEN DE LA
CONCURRENCIA
Planteamiento
Vale decir si serán de aplicación para los establecimientos agrarios aquellas normas que en materia
comercial o industrial prohÃ−ben determinadas prácticas que puedan desviar clientela de modo indebido, o
contrario al derecho o a los usos profesionales.
Nuestra posición
Esto es, a diferencia de la actividad comercial, en la actividad agraria se producen materia primas, que
constituyen bienes económicamente indiferenciados, por lo que no existe de regla competencia que se funde
para los clientes en una diferenciación del producto derivada del establecimiento agrario productor.
No es posible admitir la existencia de concurrencia indebida entre establecimientos agrarios.
CERCOS Y ALAMBRADOS
LAS RELACIONES DE VECINDAD DEL ESTABLECIMIENTO AGRARIO
Se trata de vÃ−nculos de vecindad, esto es de las relaciones que surgen entre los establecimientos por el
hecho de encontrarse contiguos o próximos unos de otros.
EL CERCADO DEL ESTABLECIMIENTO. SU SIGNIFICACIÃ N
Dentro de las relaciones de vecindad de los establecimientos agrarios, uno de los temas que sobresale tanto
por los aspectos teóricos que plantea, como por la importancia práctica que tiene en los hechos, es el de los
cercos que encierran los inmuebles que integran el establecimiento agrario.
Corresponde señalar que la delimitación fÃ−sica de los predios mediante el deslinde y amojonamiento,
requiere para su gestión productiva el cercado de los inmuebles que componen el establecimiento. La
finalidad no es la de delimitar fÃ−sicamente el predio, sino más precisamente la de procurar retener los
animales existentes en el predio, a la vez que impedir la intromisión de animales y personas desde los
predios vecinos.
La violación de los lÃ−mites siempre ha originado molestias e inconvenientes entre los vecinos y de ahÃ− la
práctica ya histórica de señalar los lÃ−mites con árboles, estacas, postes, piedras, surcos, zanjas, fosos,
etc. Pero esos medios no alcanzan en nuestros actuales sistemas de explotación ni para la defensa y el
resguardo de la ganaderÃ−a evolucionada que exige subdivisión cada vez mayor de potreros, ni para la
seguridad de la agricultura expuesta al pisoteo por la invasión de los semovientes. Por eso no extraña que
el codificador además de imponer el deslinde exija el cierre de los inmuebles rurales con alambrados de
caracterÃ−sticas tales que aseguren eficazmente los intereses de la economÃ−a rural.
Nos habremos de referir en exclusividad a los cercos divisorios de los establecimientos. Que son los que desde
el punto de vista de las relaciones de vecindad nos importan. Respecto de los cercos interiores se trata de un
aspecto que escapa a la consideración del derecho, desde que permanecen reducidos y circunscriptos a la
esfera de interés del titular del establecimiento.
El alambrado de tipo legal o “de ley”
CONCEPTO
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“Tipo legal”, o alambrado “de ley”.
Emplazamiento
“Todos los alambrados linderos con establecimientos rurales o con caminos públicos deberán tener siete
hilos y se ejecutarán siguiendo los accidentes del terreno”, comienza disponiendo el artÃ−culo 12.
Debe observarse que en primer término la norma establece que el alambrado, para ser considerado “de ley”,
debe estar emplazado en los lindes “siguiendo los accidentes del terreno”.
En realidad los alambrados en este caso son divisorios. Los inmuebles son los que son linderos. A nuestro
juicio, la referencia a alambrados “linderos”, denota la necesidad de que los mismos sean colocados en los
lindes o lÃ−mites del inmueble para ser considerados como “de ley”.
El único caso que en el texto de la ley se admite el emplazamiento del cerco fuera del linde, es el del cerco
en un arroyo débil o cañada, cerco en zig-zag.
Alambres
En cuanto a los alambres se dispone que estos deben ser de buena calidad.
Se establece que será facultativa la utilización del alambre de púas, que de emplearse deberá ser
utilizado como quinto o sexto hilo. Y en caso de no existir acuerdo será colocado del lado de aquel que
solicitó su empleo.
El Código Rural regula con detalle y exactitud el número y distancias que debe tener los alambres entre
sÃ− y respecto del suelo. AsÃ− se establece que el alambrado “de ley” tendrá siete hilos, siendo que la
altura del suelo al último alambre debe ser de un metro 35 centÃ−metros, estableciéndose además las
distancias intermedias de los alambres entre sÃ−.
En fin, se dispone que los alambres deben tener y conservar en “buen estado de tensión”, a efectos de que
cumpla con la función para la cual fue construido (artÃ−culo 12 inciso 5º).
Piques y postes
La norma legal admite sean empleados postes de piedra, de cemento armado o de hierro, a los que considera
como de mejor calidad.
En cuanto a los piques el texto es más sobrio, simplemente dice que deben ser de buena calidad y considera
como de mejor calidad aquellos que sean de hierro o madera dura.
En fin, se señalan también las distancias máximas a que deben ser colocados los postes (quince metros)
y piques (dos metros).
Las rigideces del alambrado de “tipo legal”
El apartamiento de las distancias o de otras caracterÃ−sticas, determina que el cerco deba de considerarse
fuera del “tipo legal”, y por añadidura que escape al estatuto que el texto legal dispensa al alambrado “de
ley”.
OBLIGATORIEDAD
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La facultad de cerramiento en el Código Civil
El Código Civil dispone que “Todo propietario puede cerrar o cercar por todas sus partes su terreno, sin
perjuicio de las servidumbres constituidas a favor de otros predios o por leyes especiales”
La obligatoriedad del alambrado legal en el Código Rural
Pues bien, el artÃ−culo 13 establece que la obligación de cercar con alambrado de tipo legal “se cumplirá
de acuerdo con las ordenanzas que en cada departamento y con aprobación del Poder Ejecutivo, dicte la
respectiva autoridad municipal, señalando las zonas dentro de las cuales la obligación se hará efectiva,
fijando plazos prudenciales y las penalidades aplicables”.
De tal texto se desprende que el alambrado de tipo legal no es obligatorio, sino en la medida que las
autoridades municipales dicten las ordenanzas correspondientes con la aprobación del Poder Ejecutivo. Vale
decir, en tanto no se dicte tal acto administrativo no rige la obligación.
Esto es, contra lo que constituye una creencia muy generalizada, no existe en la economÃ−a del Código
Rural la obligación para los titulares de los establecimientos agrarios, de emplear el alambrado “de ley”. En
efecto, conforme a lo que dispone el texto legal la obligación de cercar con el alambrado de tipo legal se
encuentra condicionada al dictado de una ordenanza municipal señalando las zonas en que sucesivamente se
irÃ−a haciendo exigible.
Hay otro texto legal que refiere a la obligación de cercar en el Código Rural. AsÃ− se dispone que “Todo
inmueble rural, debe estar cercado por sus lÃ−mites y frentes a caminos públicos de acuerdo con las
disposiciones del presente Código, respetándose las servidumbres pasivas, y sin perjuicio para el tránsito
público y desague natural de los terrenos”.
De lo que parece desprenderse que el cercado de los predios constituye (por imperio legal) una obligación.
Ahora bien, procurando conciliar lo dispuesto por los artÃ−culos 8 y 13, se ha sostenido que el cercado es
obligatorio conforme al artÃ−culo 8. Y que solamente cuando se fijaran las zonas por la autoridad municipal
serÃ−a obligatorio que dichos cercos fueran alambrados de ley. Mientras tanto, la obligación se cumplirÃ−a
con cercos de tipo legal o de otra naturaleza.
Por lo demás, los artÃ−culos 24 a 27 del mismo Código prevén y regulan la existencia de predios no
cercados frente a caminos públicos. Con lo que el Código viene a admitir que no existe tal obligación,
tolerándose la existencia de predios no cercados, ni con alambrados de tipo legal, ni con cualquier otro tipo
de cerco.
Previsiones que indirectamente inducen a la adopción del alambrado de tipo legal
AsÃ− en primer lugar reservando la declaración de medianerÃ−a al alambrado de tipo legal. Solamente los
cercos que se ajusten al modelo legal son medianeros. No otros. Ergo, solamente se puede exigir la
contribución por medianerÃ−a en tanto el cerco construido encaje en el patrón del alambrado “de ley”.
El predio invadido debe tener cerco de “tipo legal”.
LA MEDIANERÃ A FORZOSA
Ômbito de aplicación
El Código Rural establece el principio de la medianerÃ−a forzosa para los alambrados divisorios entre
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establecimientos rurales que se ajusten al patrón del alambrado de “tipo legal”.
Por lo pronto en primer término, debe repararse que estamos hablando de cercos divisorios con otros
establecimientos rurales. No rige cuando se trata de cercos divisorios con caminos públicos.
En segundo lugar, se requiere que se trate de un cerco que se ajuste al tipo del alambrado de “tipo legal”. El
principio no alcanza a los cercos que no reúnan los requisitos del alambrado de ley.
En tercer término: el alambrado que se ajuste al “tipo legal” es considerado medianero siempre, sin
importar la existencia de determinación municipal alguna.
En cuarto lugar, estos cercos son medianeros. Vale decir, pertenecen a ambos linderos. Aunque hayan sido
construidos por uno sólo de ellos, y aún contra la voluntad del otro. Aún asÃ−, el cerco es medianero. Y
por añadidura su construcción debe ser costeada por mitades por ambos linderos.
En quinto término, el cerco medianero determina que su recuperación, conservación, refacción y
reconstrucción, sea de cargo también por partes iguales de los dos linderos.
Plazo para el pago
El “lindero que no pudiere contribuir inmediatamente con su parte en los gastos del cerco divisorio,
reconocerá el valor y se obligará por escrito a abonarlo con el interés legal y un plazo de hasta de cuatro
años que se convendrá entre las partes o se fijará, según las circunstancias del deudor” por el Juez.
Debe anotarse además que en todo caso el deudor que se ampare a dicho plazo debe reconocer por escrito la
deuda.
Si las partes no se pusieran de acuerdo en cuanto al plazo, el mismo se determinará por el Juez.
Extinción
En cuanto a la extinción de esta obligación, y como particularidad, debe tenerse presente lo dispuesto por el
Código Civil en cuanto establece que se prescribe por el plazo de cinco años. ArtÃ−culo 1221 del Código
Civil.
Otros tipos de cerco
EL CERCO EN ZIG - ZAG
Una de los cercos diverso al legal, es la hipótesis prevista de cuando “haya de cercarse una propiedad cuyo
lÃ−mite por algún costado, en todo o en parte, sea un arroyo débil o cañada” vale decir cuando el linde
lo constituya o coincide con el cauce de una corriente de agua “arroyo débil o cañada”.
En esos casos es preciso construir cerco, porque la sola existencia del curso de agua no resulta suficiente para
retener los animales, como tampoco para impedir el ingreso de otros.
La cuestión no se presenta cuando se trata de rÃ−os o arroyos de caudal más o menos considerable. En tal
caso la existencia del cerco resulta innecesaria puesto que el propio curso de agua opera como elemento de
contención y retención de los ganados.
Distinta es la situación de los cursos de agua menores, cañadas o arroyos débiles, como refiere el texto
legal. Siguiendo las pautas del artÃ−culo 12, el cerco de tipo legal deberÃ−a hacerse exactamente por el
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linde, vale decir, por el curso de agua.
“El cerco deberá hacerse en zig - zag, pasando alternativamente de uno a otro lado del arroyo y dejando
aguada y terreno proporcional para ambos linderos”.
El texto legal indica que ello no supone “alterar los lÃ−mites que por sus respectivos tÃ−tulos tengan las
propiedades, ni dar al cerco en zig - zag la permanencia que llegue a privar de aguada a subdivisiones de
algunas de las propiedades que puedan hacerse en adelante”.
Es preciso advertir que la solución adoptada por el Código supone que ambos linderos se vean privados en
los hechos del disfrute de parte del predio.
En fin, la tenencia de esas porciones del predio ajeno, impone la obligación para el tenedor conforme al texto
legal, del cuidado y limpieza de la invasión de malezas.
Ahora bien, este cerco, aunque no se emplace exactamente por los lindes, en caso de ajustarse en lo demás a
las prescripciones del artÃ−culo 12, debe tenerse por medianero, en el sentido de que su construcción,
conservación y reparación es de cuenta de los linderos.
CERCOS SUPERIORES AL DE TIPO LEGAL
“A menor distancia unos de otros los postes y piques y emplear materiales más costosos, como tejido de
alambre en vez de hilo, cemento armado, piedra o hierro, como postes y maderas duras o hierros para piques”.
Esta tolerancia no puede trasuntar, no es justo que asÃ− suceda, en una mayor carga económica para quien
no se encuentra interesado en esa mayor calidad del cerco. En esas circunstancias se dispone claramente que
el lindero no está obligado a contribuir en la construcción y refacción de ese cerco sino hasta el valor que
corresponderÃ−a a un cerco de tipo legal.
Nada impide que el lindero contribuya con su mitad a la construcción y reparación de ese cerco. El derecho
de quien desea colocar un cerco superior se corresponde con el derecho de su vecino a limitar el aporte de su
contribución como si el mismo fuera “de tipo legal”. Y su participación en el mismo en las refacciones, etc,
lo será en la proporción en que le correspondió el aporte.
CERCOS INFERIORES AL DE TIPO LEGAL
Esto es que el cerco divisorio no alcance los requerimientos del alambrado “de ley”.
Respecto de estos cercos parece muy claro que quien construya, repare o refacciones estos cercos, no tiene
derecho a exigir la correlativa indemnización a su lindero. Porque no alcanza a estos cercos la declaración
de “medianerÃ−a forzosa” reservada exclusivamente al cerco de “tipo legal”.
CERCOS DE PIEDRA
El Código Rural admite que dichos cercos se empleen como cercos divisorios siempre y cuando tengan la
altura del cerco de tipo legal. Y para el caso que no tengan dicha altura, se pueda complementar con la
colocación de alambres suplementarios que lleguen a dicha altura.
A nuestro juicio, la construcción del alambrado suplementario, transforma el cerco en medianero, en el
sentido de generar el derecho a contribución por medianerÃ−a forzosa.
SETOS VIVOS. PLANTACIONES EN LOS LINDES Y PRÃ XIMAS A LOS LINDES
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El cerco constituido por árboles y plantas.
El artÃ−culo 20 del Código Rural debe armonizarse con el artÃ−culo 91 inciso 2º que para las lÃ−neas
férreas dispone que no “podrán hacerse plantaciones de árboles a menos de doce metros de la vÃ−a”, y
para el caso contravenirse esta disposición los interesados “no tendrán derecho a indemnización alguna en
caso de incendio producido por las chispas de fuego que arrojen las locomotoras”.
Este artÃ−culo del Código Rural, debe integrarse también con lo dispuesto por la ley forestal 15.939 que
establece que los “propietarios de bosques colindantes con vÃ−as férreas o carreteras públicas, deberán
mantener libres de vegetación las fajas cuyas dimensiones determinará la reglamentación” y viceversa,
que el “Ministerio de Transporte y Obras Públicas, los Gobiernos Departamentales y la Administración de
Ferrocarriles del Estado mantendrán limpios de maleza y realizarán cortafuegos en los espacios ocupados
por carreteras o lÃ−neas férreas próximos a bosques”.
También se dispone que todo “propietario de bosques estará obligado a adoptar las medidas de lucha
contra las plagas, alimañas y predadores que causen daño a los plantÃ−os, a las aves de corral y a los
animales domésticos de predios vecinos, ajustándose a las directivas que sobre el particular fije el
Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca a través de sus servicios especializados”.
ALAMBRADOS ELÃ CTRICOS
No es lÃ−cito, ni aún para los alambrados interiores, la conexión directa con las redes de electricidad.
Pero queda todavÃ−a por discernir si es admisible la colocación de cercos eléctricos como alambrados
divisorios, tanto frente a caminos públicos como respecto a los precios linderos.
En cuanto a los cercos eléctricos frente a caminos públicos, creemos que no parece discutible su licitud.
La reglamentación de UTE lo acepta, bajo determinadas condiciones.
Tratándose de cercos divisorios con establecimientos linderos, la solución es quizás más complicada.
Porque concurre legÃ−timamente también el interés del colindero, que podrá estar o no de acuerdo con
el cercado eléctrico en el linde. A nuestro juicio es preciso contar con el consentimiento del lindero, que
tiene derecho a asentir o no la instalación de dicho cerco. Y aún pedir la remoción del mismo si se hubiera
colocado en el linde sin su consentimiento.
Cercos divisorios con caminos públicos
LA OBLIGACIÃ N DE CERCAR DEL FRENTISTA A CAMINOS PÃ BLICOS
AsÃ− en cuanto a la obligación de cercar, y según surge principalmente de los artÃ−culos 8 y 13 del
Código Rural, hemos visto, ella se harÃ−a progresivamente por razones fijadas por los Gobiernos
Departamentales.
Vale decir, hasta tanto las zonas de cercado obligatorio no sean establecidas por el Gobierno Departamental
correspondiente, dicha obligación se encuentra en suspenso. Esto es, para todos los caminos de la
República no existe la obligación de tener cercado los establecimientos frentistas.
Para los caminos o rutas nacionales, mientras no se fije por los Gobiernos Departamentales las zonas de
cercado obligatorio, conforme lo dispone el artÃ−culo 13 del Código Rural, no existe en puridad la
obligación de cercar.
Ello desde que se encuentra prohibido la permanencia de animales en la vÃ−a pública.
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Para los caminos departamentales o vecinales, en tanto no se hubiera determinado la obligatoriedad del
cercado, la solución es distinta. El Código Rural permite la existencia de caminos sin cercar.
CARGO DEL ALAMBRADO FRENTISTA
Las diferencias en cuanto al régimen jurÃ−dico de los cercos y alambrados linderos con caminos públicos
se encuentra fundamentalmente en cuanto al régimen jurÃ−dico de su construcción, refacción y
reparación. Estos alambrados no son medianeros. Su construcción y mantenimiento corresponde al
propietario del predio, y no tiene derecho quien lo ha construido a exigir la correspondiente indemnización
por medianerÃ−a.
CAMINOS SIN CERCAR (CAMPOS ABIERTOS)
Hemos dicho que para los caminos departamentales y vecinales, el Código Rural admite la existencia de
caminos sin cercar.
La situación es la siguiente. Existe un camino público, no cercado, que atraviesa un establecimiento
agrario. Mientras no se imponga por las autoridades correspondientes la obligación de cercar, puede el
propietario del establecimiento mantener esa situación colocando las porteras correspondientes al ingresar a
su establecimiento.
Otros aspectos relativos a cercos
EL PERMISO PARA CERCAR
El Código Rural establece en los artÃ−culo 9º a 11º un procedimiento administrativo que previo a la obra
del cerco deben realizar los interesados, en donde el particular se presenta ante la respectiva Intendencia
Municipal, comunicando la decisión de cercar e informando el emplazamiento del cerco, sus materiales y
caracterÃ−sticas, etc, conforme a lo que en forma minuciosa establece el texto legal.
La finalidad y función de este procedimiento está constituido por el interés público existente en esas
obras respecto a la conservación de caminos y tránsito público en general. Fundamentalmente que el
cercado no embarace el tránsito ni obstruya los caminos abiertos al público.
“Es competencia de la autoridad municipal, con jurisdicción en la zona en que se ha de construir, reconstruir
o reformar un cerco, el cuidado de que se respeten los caminos y servidumbres públicos; y para ello librará
de oficio al Juez de Paz solicitando el control en ese aspecto”.
ASPECTOS PROCESALES
Diligencias preparatorias. La inspección ocular
“La diligencia es útil al propietario que, sin el acuerdo de su colindante o colindantes, decide efectuar la
reparación y correr con su costo, para luego tener una base sobre la cual reclamar al lindero el pago de la
mitad del costo de la reparación, tendrá la constancia judicial relativa al estado del cerco que se va a
reparar”.
Dicha diligencia probatoria debe entenderse se rige además por las normas procesales sobrevinientes que
regulan la materia, particularmente por el Código General del Proceso.
La audiencia de alambrados
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Se dispone que todas las “cuestiones que se produzca sobre construcción, reconstrucción, reforma de
alambrados, material empleado, su valor y forma de pago, son competencia de los Jueces de Paz, quienes
deberán resolverlas en todos los casos previo dictamen de peritos que serán nombrados con carácter de
arbitradores”.
DAÃ OS A CERCOS
Otro de los aspectos relativos a los cercos que se ha previsto expresamente es el relativo a los daños
causados a cercos.
La primera disposición establece que “el que maliciosamente dañara un cerco, cortando alambres,
destruyendo o arrancando postes, cadenas o cerrojos de porteras, será castigado, a querella de parte, cuando
el hecho no constituya un delito más grave, con una multa de 10 UR a 200 UR o prisión equivalente”.
Varias precisiones se imponen:
Se requiere para tipificar el ilÃ−cito previsto que la acción se hubiera tomado maliciosamente, vale decir,
con intención manifiesta de dañar.
El delito es residual de que los hechos no configuren un delito más grave.
Nuestro ordenamiento positivo ha derogado las acciones penales a querella de parte. En consecuencia nos
inclinamos porque dicho delito requiere la denuncia de parte, prosiguiéndose en adelante las actuaciones de
oficio.
LIMITACIONES A LA FACULTAD DE CERRAMIENTO
Se dispone que “todo establecimiento rural puede tener cerradas con llave sus porteras que dan frente a
caminos públicos o sendas de paso, pero con la obligación, por parte de los propietarios, de tener durante el
dÃ−a, depositadas las llaves de una de las porteras a distancia de ésta no mayor de 800 metros, a fin de que
puedan ser solicitadas, entrando a pie, por todos aquellos a quienes el Código autoriza a pedir rodeo, aparte o
pastoreo, asÃ− como por las autoridades que concurran en el desempeño de sus funciones y de acuerdo con
las leyes.
En la portera elegida, el propietario fijará un letrero con la indicación del sitio en que están las llaves.
Las dos obligaciones que anteceden, deben cumplirse so pena de multa de cuatro peso, que impondrá en
cada caso y por cada infracción la autoridad municipal”.
ANIMALES INVASORES
Ganados
RÃ GIMEN GENERAL
Se analizará, en primer término, el régimen jurÃ−dico que se prevé para la invasión de ganado,
comprendiendo por este término a los equinos, bovinos, ovinos, que son las tres especies que en esta
materia refiere el texto legal.
Este fenómeno de la penetración de ganado ajeno y los daños que puedan ocasionar es también un
tema que tratan casi todos los códigos rurales y leyes ganaderas.
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Animales de dueño conocido
Dispone el artÃ−culo 39 del Código Rural:
“El propietario de un establecimiento rural que encuentre dentro de sus cercos ganado ajeno perteneciente a
alguno de sus linderos, le avisará invasión, para que retire los animales dentro de cuarenta y ocho horas.
Si el ganado no es de lindero, pero si de dueño conocido, el propietario del predio invadido optará entre
dar el aviso a que se refiere el párrafo anterior o dar conocimiento de la invasión a la autoridad judicial
más próxima, con indicación del número de animales, dueño, marcas, señales y otros datos que crea
necesarios.
La autoridad requerida, hará en el acto la intimación de extracción, señalando un término prudencial
no mayor de cuatro dÃ−as.
Dentro de uno u otro término el propietario del establecimiento invadido entregará los animales invasores
a sus dueños, a cambio del pago del pastoreo que corresponda según la tarifa a que se refiere el artÃ−culo
88 de este Código y los daños causados si los hubiere.
Si vencido uno u otro término el dueño de los animales no se hubiese presentado a recibirlos, el
propietario del predio invadido entregará los animales invasores a la autoridad judicial más próxima, la
que en el acto los pondrá a pastoreo por cuenta de sus dueños, y dará nuevo aviso a éstos para que los
recojan.
Si el dueño de los animales se presenta a recogerlos dentro de dos meses, se le entregarán a cambio de los
gastos de pastoreo, daños causados y las costas que hubiere dado lugar”.
Animales de dueño desconocido
“El propietario de un establecimiento rural que encuentre dentro de sus cercos ganado ajeno, de dueño
desconocido, lo entregará a la autoridad judicial más próxima dentro de 48 horas.
Esta lo colocará a pastoreo por cuenta del que resulte dueño y llamará a éste por medio de avisos para
que se presente a reclamarlo.
En dichos avisos, publicados en un perÃ−odo de la localidad, y fijados por la policÃ−a en los sitios más
concurridos, se indicarán la especie, cantidad, pelos, marcas y señales del ganado.
Si dentro de tres meses apareciese el dueño, recibirá sus animales pagando los pastoreos y daños y costas
que adeude.
Si vencieren los tres meses a que se refiere el inciso precedente, sin que apareciera el dueño de los animales,
se procederá en la forma dispuesta por el inciso 7 del artÃ−culo anterior”.
Remate de los animales
Por último, si dentro del plazo de dos o tres meses según el caso, no se presentase el dueño a reclamar los
animales se establece que la autoridad judicial dispondrá la venta en remate público. Para el caso de que
sea de propietario conocido, se da un nuevo aviso al dueño.
Del producido del remate se deducen pastoreos, daños y demás gastos, y el remanente debe ser depositado
por el plazo de seis meses a la espera que comparezca el dueño. Vencido el plazo de seis meses el depósito
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queda a la orden de la autoridad municipal.
Algunos aspectos procesales
En primer lugar en cuanto a la competencia se establece para “la autoridad judicial más próxima”. Juez de
Paz o Tenientes Alcaldes. A nuestro juicio es claro y a la luz de las disposiciones supervinientes, que la
competencia es actualmente de los Jueces de Paz del lugar donde se encuentran los animales o del
demandante a elección del actor.
En segundo término en cuanto al procedimiento para el cobro de pastoreos y daños dicho procedimiento
serÃ−a el del “juicio ejecutivo verbal”, pero que no recoge el Código General del Proceso.
En tercer lugar es preciso referir a lo dispuesto en el artÃ−culo 47 que prevé que los daños y perjuicios
causados por animales invasores serán fijados por peritos. La norma debe ser analizada en relación no
solamente con las disposiciones ya examinadas, sino además con las normas contenidas en el Código
General del Proceso.
HIPÃ TESIS ESPECIALES EN CASOS DE ANIMALES FINOS
El Código Rural regula especÃ−ficamente algunas situaciones especiales para los animales de pedigrÃ−.
Cuando el ganado invadido no es de pedigrÃ−.
ArtÃ−culos 43 y 44.
Los dos preceptos establecen en primer lugar como requisito para su aplicación, que la invasión se
produzca en un predio donde existan animales de pedigrÃ−.
Y en segundo término, ambas disposiciones exigen que la invasión se produzca en un predio que estuviera
cercado con alambrado de “tipo legal”. Y debe entenderse que debe estar cercado por todos sus lados con este
tipo de cerco.
Penetración de hembras
Se dispone que “si en un potrero con alambrado de tipo legal, en que hubiere reproductores puros de
pedigrÃ−, fueran encontrados animales hembras de la misma especie, no podrán ser retirados por sus
dueños, si son ovejas, hasta los seis meses; si vacas, hasta los diez; si yeguas, hasta los doce; y los productos
que tengan después de los cinco, nueve y once meses, según la especie, serán de propiedad del dueño
del ganado de crÃ−a de la raza especial, salvo que el dueño de las hembras abonase al dueño de los
reproductores el importe de una monta en la forma del artÃ−culo 47 y pagase los perjuicios, en cuyo caso
podrá retirar las hembras de inmediato, todo sin perjuicio de lo que disponen los artÃ−culos anteriores”
(artÃ−culo 43 Código Rural).
Penetración de reproductores
“Si un potrero con alambrado de tipo legal, donde se crÃ−e ganado de pedigrÃ−, se encontrase un reproductor
ajeno, el propietario del potrero habrá constar por acta ante la autoridad judicial más próxima y dos
vecinos la invasión y el número e individualización de las hembras que el reproductor haya cubierto.
Si las hembras cubiertas, a su tiempo dieran crÃ−a, el dueño del reproductor será dueño de éstas, y
por cada una de ellas estará obligado a pagar al dueño del potrero el valor de una crÃ−a fina del sexo de
las que nacieron, todo sin perjuicio de lo que disponen los artÃ−culos anteriores”.
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Castración de machos
“Todo hacendado que tenga en un potrero con alambrado de tipo legal ganado de crÃ−a, de raza especial,
tiene el derecho de castrar los reproductores que encuentre por segunda vez en tales potreros, siempre que la
primera invasión de tales reproductores hubiera sido constatada por dos vecinos y se hubiese dado aviso a su
dueño y a la autoridad judicial más próxima, con expresión de los datos necesarios para tener la prueba
de que se trata de una nueva invasión de los mismos reproductores” (artÃ−culo 45 Código Rural).
ANIMALES SUELTOS
Fuera del capÃ−tulo relativo a animales invasores.
AquÃ− no existe invasión alguna de animales a un establecimiento agrario. Se trata en todo caso de animales
que se encuentren en la vÃ−a pública. Amén de constituir una falta administrativa que se sanciona con
multa, el precepto indica la vÃ−a a seguirse con los animales en infracción, remitiéndose a lo dispuesto
por los artÃ−culos 39 y 40.
ANIMALES DE DUEÃ O DESCONOCIDO Y HALLAZGO
En efecto el Código Civil regula el hallazgo de los bienes muebles extraviados o perdidos, y cuyo dueño se
ignore (artÃ−culo 725 Código Civil). Y en la especie prevé un procedimiento judicial, que se inicia con
una denuncia, publicación de avisos, remate de los bienes denunciados, y el pago, además de los gastos, de
una recompensa para el denunciante, que en caso de no aparecer el dueño, equivale a la mitad del producido
de la subasta.
Según claramente se establece en el texto legal, solamente procede la aplicación de esas normas para los
casos en que se ignore en absoluto el dueño de los bienes.
Suinos
LA INVASIÃ N DE SUINOS
La invasión de suinos es generalmente más grave que la penetración de otras especies de ganado,
particularmente por tratarse de una especie que de sólito provoca daños de magnitud.
Agravando la responsabilidad del titular de los animales.
“Si los animales invasores son cerdos, y se tratase de primera invasión de tales animales de un vecino, el
propietario del establecimiento invadido tendrá opción entre dar cuenta a la autoridad judicial más
próxima para que, constatado el hecho por ella, imponga una multa de dos pesos por cabeza, o proceder
como lo disponen los artÃ−culos 44 y siguientes. En caso de segunda invasión, la multa será de tres pesos
por cabeza y de cuatro pesos, producida la tercera y subsiguientes invasiones de cerdos del mismo vecino,
todo sin perjuicio de pagarse los daños causados”. ArtÃ−culo 46 del Código Rural.
Abejas y aves domésticas
ABEJAS Y ENJAMBRES
“Ausentándose un enjambre, puede su dueño tomarlo o reclamarlo mientras no lo pierda de vista, para lo
cual podrá seguirlo cruzando tierras ajenas, aun cercadas o sembradas, si el propietario de ellas no se lo
prohibiese”.
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Salvo prohibición expresa del titular del establecimiento, puede el propietario del predio introducirse en el
establecimiento ajeno para seguir el enjambre. Todo ello claro está salvo prohibición expresa.
Para el caso en que operase la prohibición del titular del establecimiento y “si el dueño del enjambre
conociese el paradero, puede, dentro de los seis dÃ−as siguientes, reclamarlo ante el Juez de Paz”.
Vencido ese plazo, que es perentorio, opera la caducidad.
Si el enjambre no es seguido o reclamado dentro de los seis dÃ−as, “pasa a ser propiedad del dueño del
terreno en que se haya fijado”.
AVES DOMÃ STICAS
“Si las gallinas, pavos, patos y otras aves domésticas pasaren a terreno ajeno y dañasen siembras o frutos,
el dueño de aquellas abonará la indemnización que el damnificado exija”.
La disposición en realidad no hace otra cosa que reafirmar la responsabilidad de los dueños por el hecho de
los animales. Debe precisarse que se trata en todo caso de aves domésticas, vale decir las que “viven
ordinariamente bajo la dependencia del hombre”.
Vale la pena señalar que el texto legal claramente establece una responsabilidad objetiva, enteramente
independiente del comportamiento del propietario. Lo que constituye una diferencia con el texto del Código
Civil. Porque en esa norma, en la letra por lo menos, puede exonerarse de responsabilidad si demuestra que el
“daño no pueda imputarse a culpa del dueño o de sus dependientes encargados”.
Más excepcional en todo caso parece la disposición que establece que “repitiéndose el hecho, el
damnificado, además de la dicha indemnización, puede matar o herir las aves, pero no apropiárselas, sino
entregarlas muertas o heridas a su dueño”.
Por último se establece que “las aves domésticas que volasen a terreno ajeno son reclamables por sus
dueños”.
Perros
LA PENETRACIÃ N DE PERROS EN LOS ESTABLECIMIENTOS
El problema
Constituye un hecho bastante corriente e indeseable, que en los establecimientos ganaderos penetren perros
ajenos o sin dueño alguno, generando molestias, lesiones y aún la muerte de animales.
El texto legal
“Los propietarios y ocupantes tienen el derecho de matar los perros ajenos que encuentren en sus poblaciones
o cerca de sus ganados, cuando aquellos no acompañen o sigan a sus dueños, o cuando,
acompañándolos, se les separen para hacer daño o mezclarse con los ganados y molestarlos”.
“Los daños y perjuicios que ocasionen los perros serán indemnizados por sus dueños. La
indemnización en tal caso será fijada en la forma establecida por el artÃ−culo 47”.
Fundamento
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Estiman que la norma encuentra su justificación en “los problemas que plantea la presencia de perros
especialmente en las majadas con crÃ−a. La norma es terminante, y encuentra su fundamento en un estado de
necesidad que exime de pena al que da muerte al perro en las circunstancias consideradas por la ley”.
Ômbito de aplicación
El derecho que se confiere al propietario de matarlos resulta fundado. Tal vez fuese mejor y más preciso
decir que todo perro que no siga a su dueño y penetre en un establecimiento rural podrá ser muerto, sin
entrar a establecer si está cerca o lejos del ganado.
La segunda hipótesis supone al perro acompañando a su dueño, pero separándose para hacer daño
mezclándose con los ganados y molestándolos. El dueño en esta hipótesis ha perdido la guarda efectiva
del perro y al no seguirlo y apartarse para andar entre el ganado, se vuelve molesto, peligroso y causa
inconvenientes al perturbar la tranquilidad de los hacendados.
Responsabilidad patrimonial
La norma, que aquÃ− también prevé la autotutela jurÃ−dica por el titular del establecimiento, dispone
además la responsabilidad del dueño del perro por los daños y perjuicios causados. Lo que es de
principio (artÃ−culo 1328 Código Civil).
Hormigas
LA INVASIÃ N DE HORMIGAS
Una hipótesis diferente la constituye la penetración de hormigas que proviniendo de establecimiento
lindero hacen daño en el establecimiento invadido.
“Cuando un predio se vea invadido por hormigas que procedan del terreno de un lindero, quien no pueda o no
quiera extirpar el hormiguero, permitirá al damnificado que lo destruya, cargando éste con los gastos que
fuesen necesarios y debiendo reponer a su primitivo estado todo lo que hubiera alterado”.
Y conviene recordar que en esa circunstancia se dispone que los propietarios, arrendatarios u ocupantes
“tienen la obligación de combatir y destruir las plagas de la agricultura que en sus respectivos predios se
encuentren”.
Por lo que el titular del establecimiento invadido podrÃ−a alternativamente: penetrar en el establecimiento
lindero a efectos de combatir el hormiguero conforme a lo dispuesto en el artÃ−culo 22 del Código Rural, y
denunciar la existencia de hormigas ante la autoridad sanitaria.
Se ha planteado en nuestra jurisprudencia la responsabilidad derivada de los daños causados por hormigas
provenientes de predio vecino.
Los propietarios no están obligados a evitar el perjuicio que causen a sus vecinos, los hormigueros que
existan en sus campos, sino simplemente a soportar que los destruya el dañado, a su cargo y con obligación
de dejar el predio en las condiciones anteriores.
LA COMUNICACIÃ N DE LOS ESTABLECIMIENTOS AGRARIOS: SENDAS DE PASO Y
CAMINOS PÃ BLICOS
PLANTEAMIENTO
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Otro de los aspectos que derivan de las relaciones de vecindad, es el relativo a las comunicaciones de los
establecimientos agrarios. Servidumbres de paso y los caminos públicos.
Servidumbres de paso
SERVIDUMBRES DE PASO. CLASES
La primera de ellas es la servidumbre civil de paso, que corresponde a la definición que da el Código Civil
de servidumbre predial, consistente en un gravamen que se impone a un predio en beneficio de otro.
En segundo lugar se encuentra la servidumbre administrativa de paso.
SERVIDUMBRE CIVIL DE PASO
Caracterización
El Código Rural dice que “son sendas de paso las que sirven para la salida a unos u otros de los” caminos
públicos, “de los poseedores de terrenos que se hallan encerrados por los predios linderos”. “Las sendas de
paso son las salidas a camino público de los predios rurales, a través de otros predios linderos”.
Debe decirse en primer lugar que la servidumbre de paso según surge de los textos antes transcriptos, no es
un camino público. AsÃ− como tampoco tienen jurisdicción alguna en las sendas de paso ni los Gobiernos
Departamentales, ni el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, que carecen en absoluto de competencias
sobre las mismas.
En ese sentido debe señalarse que la faja de tierra que ocupa la senda de paso sigue perteneciendo al predio
sirviente, quien tiene todos los atributos derivados de la propiedad, con la sola restricción de permitir y
tolerar el paso hacia el predio dominante.
Un segundo carácter de las sendas de paso es que son esencialmente transitorias. En el sentido que tienden o
bien a desaparecer, o bien a transformarse en caminos públicos.
Constitución
En primer lugar puede ser constituida voluntariamente. Vale decir, por acuerdo entre las partes interesadas,
que convengan en escritura pública la constitución voluntaria de la servidumbre. O por disposición
testamentaria en que el testador establezca la constitución de la servidumbre sobre bienes de su propiedad.
En segundo término, y en determinadas circunstancias se prevé la constitución forzosa de la
servidumbre por sentencia judicial que impone el gravamen. Dispone el Código Civil que “el propietario de
un predio enclavado, y que no tiene salida a la calle o camino público, puede reclamar paso por los predios
vecinos para la explotación del suyo”.
Finalmente y en tercer término, la servidumbre de paso se constituye por destinación de buen padre de
familia.
Debe señalarse que en nuestro derecho no se puede adquirir por prescripción adquisitiva la servidumbre de
paso, por tratarse de una servidumbre discontinua.
Instrumentación, plano y registro
“Toda servidumbre de paso, forzosa o voluntaria, deberá en el futuro ser impuesta o concedida con
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indicación del ancho de la faja que constituirá la senda en el predio sirviente, debiendo los jueces, los
agrimensores y los escribanos que intervengan en los juicios, deslindes, mensuras, particiones y contratos,
hace constar el ancho fijado en los planos en los tÃ−tulos, respectivamente, el que no será inferior a diez
metros cuando se trate del único acceso a la propiedad dominante”.
Constitución coactiva
La servidumbre de paso es de constitución coactiva cuando se trata de un predio enclavado, vale decir que no
tiene salida a camino público. En esa hipótesis el propietario del predio “puede reclamar paso por los
predios vecinos para la explotación del suyo, pagando el valor del terreno necesario y resarciendo todo otro
perjuicio”.
Concepto de predio enclavado. Predio que no tiene salida a camino público, o si la tiene no es suficiente para
las “necesidades del predio dominante” o no tiene “acceso cómodo” a camino público.
Legitimación activa. Conforme surge del texto legal, la legitimación para solicitar la imposición de la
servidumbre de paso la tiene el propietario del predio enclavado.
Indemnización. La imposición coactiva de la servidumbre genera correlativamente la obligación de
indemnizar el valor del terreno ocupado por la senda de paso. Esta indemnización es preceptiva y se genera
sin necesidad de probar perjuicio alguno.
Emplazamiento
Dispone que el emplazamiento dentro del predio sirviente de la senda de paso, conforme al texto legal “debe
darse por el punto menos perjudicial al predio sirviente, y en cuanto sea conciliable con esta regla, por donde
sea menor la distancia del predio dominante a la calle o camino público”.
Ancho de la senda de paso
“La anchura de la servidumbre de paso será la que baste a las necesidades del predio dominante”.
“Toda senda de paso existente a la fecha de promulgación de este decreto - ley, deberá conservar por lo
menos el ancho actual”.
El ancho de toda senda de paso que se constituya en el futuro, forzosa o voluntaria “no será inferior a diez
metros cuando se trate del único acceso a la propiedad dominante”.
“Si no se hubiese pactado el ancho que deba tener la senda, carrera o camino, se entenderá que la primera
debe tener un metro, cuatro metros la segunda y ocho el tercero”.
Obras y cercado
Las reglas en ese sentido son que el titular de la servidumbre “puede hacer las obras indispensables para
ejercerla; pero a su costa” no pudiendo hacer alteraciones que agraven la condición del predio dominante.
Podrá realizar aquellas obras tendientes a posibilitar y facilitar el goce de la servidumbre, como puede ser el
afirmado, rellenado y nivelación del terreno, construcción de cunetas, zanjas de desague, calzadas, etc.
Correlativamente, el titular del predio sirviente le está vedado “alterar, disminuir, ni hacer menos cómoda
para el predio dominante la servidumbre con que está gravado el suyo”.
Ejercicio de la servidumbre
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Se dispone por ejemplo que el “propietario por cuyo campo está establecida una senda de paso, no puede
impedir a nadie el tránsito por ella, para llegar a camino público, o dirigirse de éste a predio enclavado”.
Se establece asimismo que “los que transiten por senda de paso deberán marchar siempre por ella y no
podrán hacer paradas en el campo, sino en caso de fuerza mayor o con permiso del propietario”.
Revisión
Es posible plantearse sobre la posibilidad de revisar judicialmente una servidumbre civil de paso constituida
con anterioridad.
Nuestro ordenamiento prevé la posibilidad para las servidumbres voluntarias que “si por el transcurso del
tiempo llegare a serle más oneroso del modo primitivo de la servidumbre, podrá proponer que se varÃ−e a
su costa; y si las variaciones no perjudican al predio dominante, deberán ser aceptadas”.
Se prevé también la facultad del titular del predio sirviente de pedir la exoneración de la servidumbre
impuesta coactivamente, cuando “deja de ser indispensable para el predio dominante por la adquisición de
otros terrenos que le dan acceso cómodo al camino o por otro medio”.
Extinción
La primera causal de extinción de la servidumbre de paso es precisamente que se transforme en camino
público.
Una segunda forma de extinción es la confusión o consolidación, “reuniéndose en una misma persona
la propiedad de los predios sirviente y dominante”.
Una tercera modalidad por la que se extingue la servidumbre de paso impuesta coactivamente, es la
resolución judicial que dispone la exoneración de la servidumbre por haberse modificado los hechos que
determinaron su imposición.
La cuarta causal la constituye la remisión o renuncia que pueda hacer el titular del predio dominante.
La quinta causal lo constituye el cumplimiento del plazo o acaecimiento de la condición, si se hubiere
impuesto o convenido bajo esas modalidades.
Una sexta causal la constituye la prescripción extintiva por el no uso durante diez años.
SERVIDUMBRE ADMINISTRATIVA DE PASO
Se ha dicho ya de que además de la servidumbre civil de paso, existen también las servidumbres
administrativas de paso.
Consisten en un gravamen de carácter administrativo, no un derecho real.
Como no es un derecho real, el instrumento que la declara no se inscribe en registro alguno, ni es preciso
tampoco la existencia de plano inscripto. En fin, estas servidumbres administrativas no son susceptibles de
adquisición por usucapión, ni se prescriben por el no uso de las mismas.
Y a diferencia de la servidumbre civil de paso en su imposición está en juego el interés público y sus
beneficiarios son o bien el público en general, o bien un ente público para el cumplimiento de sus
cometidos.
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Ejemplos: Servidumbre de paso para el mantenimiento de lÃ−neas telefónicas (artÃ−culos 28, 29).
Servidumbre de paso a favor de escolares para facilitar su concurrencia a la escuela durante el año lectivo
(artÃ−culos 30 a 33).
Los caminos públicos
INTRODUCCIÃ N
Los caminos públicos en una perspectiva de derecho agrario son las vÃ−as de comunicación por excelencia
de los establecimientos agrarios.
CLASIFICACIÃ N
Caminos nacionales.
Caminos departamentales.
Caminos vecinales.
SERVIDUMBRE PARA LA CONSTRUCCIÃ N DE CAMINOS PÃ BLICOS
Uno de los aspectos relativos a los caminos públicos que revisten cierta importancia, son las servidumbres
que se establecen en el Código Rural para la construcción, conservación y limpieza de los caminos
públicos.
Dispone el texto en examen, que para la construcción, conservación y limpieza de los caminos públicos, la
propiedad privada está ajena sujeta servidumbres de interés general, que luego enumera detalladamente.
Desague
AsÃ− se establece en primer término la servidumbre de “desague por las propiedades linderas de los
caminos, siguiendo el curso natural de las aguas o declives del terreno y niveles del camino”.
“Los terrenos inferiores están sujetos a recibir las aguas que, naturalmente y sin obra del hombre, fluyen de
los superiores”, no pudiéndose hacer obras que estorben o agraven esta servidumbre. Y que “para dirigir
aguas sobre predios ajenos deberá previamente constituirse servidumbre”.
Arroje de materiales
Una segunda servidumbre que se establece es “la de arroje sobre las propiedades linderas de los caminos, de
las tierras u otros materiales provenientes de la construcción, reparación o limpieza de los caminos,
prefiriendo dentro de cada predio los sitios próximos al camino, indicados por los mismos propietarios. Los
materiales arrojados deberán colocarse de manera que no dejen desperfectos en el natural declive o
nivelación de los terrenos de propiedad particular”.
De paso
La tercera servidumbre prevista en el texto legal es la “de paso por los puntos menos perjudiciales al predio,
siempre que sean aptos para el tránsito, y en la anchura indispensable para el acarreo de los materiales
destinados exclusivamente a la construcción o conservación de los caminos”.
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De busca y extracción
Otra servidumbre es la de “busca y extracción de toda clase de materiales para la construcción de los
caminos en los terrenos laterales y próximos a los mismos”.
“La extracción se verificará tratando de perjudicar lo menos posible al propietario, y en cuanto sea racional,
dejando el terreno en condiciones de nivel o declive semejantes a aquellos en que se hallaba antes de la
extracción”.
En primer término, esta servidumbre supone la privación del dominio sobre determinados bienes, o por lo
menos del derecho preferente que tiene el propietario para la explotación de los yacimientos que conforme al
Código de MinerÃ−a se conceden al superficiario respecto de los yacimientos empleados en la
construcción de obras de vialidad.
En segundo lugar se debe indemnizar al superficiario el valor de los materiales extraÃ−dos de los que tiene
derecho a disponer.
En tercer término: “En todos los casos de extracción de materiales para obras, una vez concluida la
actividad extractiva, el ejecutor deberá proceder a reintegrar estas áreas al paisaje, bajo las condiciones que
determine la reglamentación”.
De ocupación temporaria
La quinta servidumbre administrativa, es la de ocupación temporaria de las propiedades para depósito de
materiales y otros objetos, asÃ− como para el establecimiento de carpas, en cuanto sea necesario para el
estudio, construcción y conservación de los caminos y por el tiempo absolutamente indispensable para esos
trabajos, debiendo imponerse la servidumbre en las condiciones que menos moleste al propietario.
De pastoreo
Por último se prevé la servidumbre de “pastoreo para animales utilizados en los vehÃ−culos o
maquinarias”, gravamen que “sólo puede imponerse en campos o pastoreos naturales y no cultivados y está
sujeta al pago del pastoreo de acuerdo con la tarifa del artÃ−culo 88”.
OTROS ASPECTOS DE LOS CAMINOS PÃ BLICOS
Expropiación
Se declara “de utilidad pública la expropiación de los terrenos necesarios para la construcción de
depósitos de materiales y herramientas, viveros, talleres y casillas para alojamiento de camineros encargados
de la vigilancia y conservación de los puentes y carreteras y para la apertura y explotación de canteras y
otros yacimientos de materiales, para la construcción y mantenimiento de caminos y sus obras de arte y de
los terrenos necesarios para proveer de aguadas a los caminos públicos y para expansión de los paseos
sobre rÃ−os, arroyos y zanjas”.
Ancho de los caminos
Cuarenta metros; el de los caminos departamentales de 27 y de los vecinales de 17, todo como mÃ−nimo.
El mÃ−nimo es respectivamente de 40, 27 y 17 metros para los caminos nacionales, departamentales y
vecinales.
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“Las áreas ocupadas actualmente por los caminos públicos y las de los que se abran en el futuro, no
podrán ser ocupadas ni reducidas por los propietarios linderos de los caminos, aún cuando posteriormente
fueren aquellos clasificados en categorÃ−a inferior”.
Servidumbre non edificandi. Plantaciones linderas
En todo camino público “no se podrá edificar ni levantar construcción alguna dentro de una faja de 15
metros de ancho a contar del lÃ−mite del camino”, disponiéndose además que esta servidumbre es de
carácter gratuito.
Se dispone que “cualquiera sea su clase, estarán ubicadas hasta una distancia mÃ−nima de 15 metros de la
divisoria”.
Cierre de caminos
En esta materia debe distinguirse el cierre lÃ−cito de caminos, del cierre ilÃ−cito.
El Código prevé la posibilidad de que lÃ−citamente se pueda cerrar un camino público, para lo cual
establece un procedimiento administrativo con todas las garantÃ−as, como el aviso a los vecinos interesados
para que puedan deducir oposición, la existencia de informes técnicos, etc.
Y establece además la hipótesis de cierre ilÃ−cito de camino público, en cuyo caso dispone inicialmente
una multa e intimación de restablecimiento del camino, que es seguida por una actuación directa de la
autoridad, restableciendo el camino y removiendo los elementos del cierre, a costa del obligado.
Reparación de caminos públicos por particulares
El Código ha previsto en ese sentido que “Las Sociedades Rurales o simples agrupaciones accidentales de
vecinos pueden practicar obras de conservación y mejoramiento de caminos, siempre que previamente den
noticia a la autoridad municipal respectiva, a fin de que, si lo juzga necesario, dé las instrucciones para
llevarlas a efecto”.
Camino intransitable
ArtÃ−culo 71 del Código Rural.
“Si el camino público se pusiese accidentalmente intransitable, sea cual fuere la causa, los propietarios
linderos podrán ser obligados a dar paso por sus propiedades durante el tiempo indispensable para la
compostura, con derecho a ser indemnizados por los perjuicios que el pasaje les irrogue, sólo en caso de
efectuarse por terreno cultivado”.
“Cualquier vecino puede denunciar ante la autoridad municipal que corresponda, y en papel simple, el estado
intransitable de un camino público, y la autoridad requerida, previa inspección ocular que decrete con
citación de los propietarios a quienes afecte, resolverá dentro del plazo de 10 dÃ−as”.
“Las autoridades municipales serán las que determinarán los casos en que deba aplicarse la disposición
del inciso primero de este artÃ−culo y cuáles los propietarios que deban dar paso, fijando al mismo tiempo
la indemnización que corresponda, cuando proceda de acuerdo con el inciso primero. Si ésta no fuese
considerada equitativa por los propietarios, se señalará por peritos nombrados ante el Juez de Paz de la
Sección, uno por el propietario y el otro por la autoridad municipal, designando éstos un tercero sólo
para el caso de discordia”.
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“No arribando a acuerdo los dos peritos sobre la designación del tercero, en el acto de constituirse, la
designación la hará el Juez de Paz. La autoridad municipal organizará el tránsito sin gasto alguno para el
propietario afectado, con el menor perjuicio para éste y sin que las condiciones de seguridad del cerco
sufran en ningún momento, reponiendo también las cosas a su primitivo estado tan pronto como sea
posible”.
“La misma autoridad indemnizará al propietario todo perjuicio proveniente de alambrado colocado en
condiciones de inferioridad con respecto al existente”
Animales en caminos públicos
De principio está prohibido “el establecimiento de ninguna clase de vehÃ−culo, de tropa de ganado o arreos,
ni la existencia de animales sueltos, ni pastoreo alguno”.
La existencia de animales sueltos en la vÃ−a pública no solamente habilita la imposición de multas
administrativas, sino además el correspondiente procedimiento para dar destino a los semovientes, según se
ha visto.
Daños a caminos públicos
El Código Rural remite a lo dispuesto por el Código Penal en materia de delito de daños, para las
acciones de destrucción o deterioro de los caminos públicos, sin añadir por cierto ninguna especificidad
al delito. Todo ello sin perjuicio de la acción reparatoria que correspondiere.
PASTOREOS PARA EL TRÔNSITO
CONCEPTO
El pastoreo para el tránsito puede ser definido en consecuencia, como la obligación que se impone a los
titulares de ciertos establecimientos agrarios, de conceder por un lapso breve el uso de un predio para que los
animales que se encuentren en tránsito por caminos públicos puedan descansar, alimentarse y abrevar.
PASTOREO PARA EL TRÔNSITO Y OTRAS FORMAS DE PASTOREO
En primer lugar debe señalarse el pastoreo que se da como prestación accesoria a una relación laboral
agraria. Esto es, con mucha frecuencia se permite o tolera que el trabajador agrario tenga en el establecimiento
donde presta tareas, animales de su propiedad.
En algunos casos especiales, excepcionalmente la prestación se hace obligatorio: el empleador debe
conceder pastoreos para animales del trabajador.
El pastoreo en estos casos, constituye una prestación que hace el empleador al trabajador, que accede a una
relación laboral, y que por ende tiene naturaleza salarial.
La segunda forma de pastoreo que se presenta en nuestro derecho, es el contrato de pastoreo. En tal caso
estamos ante un contrato que se celebra voluntariamente.
Y en tercer lugar tenemos los pastoreos para el tránsito, cuyo fundamento es permitir el tránsito de
animales por caminos públicos, que es de carácter obligatorio para los titulares de los establecimientos
agrarios, y que determina la obligación de prestar pastoreos en forma breve, por apenas algunas horas, para
permitir que el ganado descanse, paste y abreve.
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ESTABLECIMIENTOS OBLIGADOS A CONCEDER PASTOREOS PARA EL TRÔNSITO
El primero nos dice que todos los establecimientos agrarios del paÃ−s están obligados a conceder pastoreos
para el tránsito. Todos los establecimientos en principio, tienen la obligación de conceder conforme al
Código, pastoreo para el tránsito.
No tienen obligación de conceder pastoreos para el tránsito los establecimientos que no tuvieren frente a
camino público y que estuvieran a más de3 dos km de camino público.
Tampoco tienen obligación de conceder pastoreos para el tránsito los establecimientos ubicados en los
departamentos de Montevideo y Canelones.
No están obligados a conceder pastoreos para el tránsito los establecimientos menores de 300 hectáreas.
El Código Rural exonera de esta prestación a los establecimientos “dedicados a la agricultura”.
EL PASTOREO EXTRAORDINARIO
El segundo de los principios que rige la obligatoriedad de los pastoreos nos dice que la obligación de
suministrar pastoreos es de un solo pastoreo. Esto es, solamente está obligado el establecimiento a conceder
un solo pastoreo, y solamente uno.
Este principio también tiene excepciones.
La primera excepción se da cuando un mismo establecimiento ocupa una superficie superior a 6000
hectáreas y tiene frente a ambos lados de un camino público. En tales situaciones dispone el artÃ−culo 80,
ese establecimiento se considera como dos establecimientos, y por ende, debe dar un segundo pastoreo.
Ambos pastoreos pueden ubicarse del mismo lado del camino.
La segunda excepción está prevista “cuando en un camino público existan más de diez kilómetros sin
pastoreo”. En esas circunstancias se dispone, que el Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca, a
solicitud de personas interesadas, ordenará la apertura de un pastoreo extraordinario, vale decir, de un
segundo pastoreo.
En este caso se establece que el área dedicada a este pastoreo extraordinario debe restarse de la del pastoreo
ordinario o principal del establecimiento.
EL PASTOREO ASOCIATIVO
Existe la posibilidad prevista por el Código de que varios vecinos puedan asociarse para establecer un
pastoreo único.
En tal caso se dispone que el área destinada a pastoreo deberá ser no menor a cincuenta hectáreas y se
ratifica que deberá en todo caso tener aguada.
El texto de la disposición aclara que ellos es sin perjuicio de las distancias que establece el Código entre
uno y otro pastoreo, lo que parece aludir a los 10 km que como máximo deben existir entre pastoreos.
Los establecimientos que participan de la asociación, quedan relevados de dar otros pastoreos.
BENEFICIARIOS
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Son beneficiarios de los pastoreos para el tránsito, en primer término, los arreos y tropas de cualquier
especie, entendiéndose que arreo y tropa son términos sinónimos, y pudiendo ser tanto ganado mayor
como menor.
En segundo lugar, son beneficiarios las carretas y cualquier otro vehÃ−culo en cuyo caso hay que suponer que
o bien son a tracción a sangre, o bien son transportadores de animales.
Y en tercer término son beneficiarias las fuerzas militares en marcha. Debe entenderse también aquÃ−
que lo son para el caso que utilicen para su transporte animales.
SUJETO PASIVO DE LA OBLIGACIÃ N
La doctrina que ha analizado el tema, es conteste en señalar que quienes deben conceder los pastoreos para
el tránsito, son los titulares de los establecimientos.
NATURALEZA JURà DICA DE LOS PASTOREOS PARA EL TRÔNSITO
El pastoreo para el tránsito como contrato
El pastoreo para el tránsito como servidumbre
El pastoreo para el tránsito como obligación legal
Porque no es posible sino forzando retorcidamente los conceptos, sostener que existe un contrato cuando el
mismo se impone preceptivamente contra la voluntad del obligado, y cuyo contenido precisa con detalle la
ley. Y tampoco parece admisible sostener que se trata de una servidumbre, cuando el objeto de la misma
consiste en gran medida en obligaciones de hacer. Y cuando además, no consiste en un gravamen sobre un
predio, sino en todo caso en una obligación que se impone al titular de un establecimiento, no del inmueble o
de los inmuebles. Y que además cesa por ejemplo, cuando el establecimiento es dedicado a la agricultura.
CONDICIONES QUE DEBE REUNIR EL PASTOREO
Principio general de razonabilidad
Es el principio que los pastoreos en sus condiciones materiales deben razonablemente atender las necesidades
para las que fueron establecidos.
Ôrea
El artÃ−culo 78 dispone un área mÃ−nima del cinco por ciento de la superficie que ocupa el establecimiento
y un área máxima de 120 hectáreas.
Para el pastoreo asociativo se establece que deberá tener cuando menos 50 hectáreas. Y aunque la norma
no lo establece, debe entenderse que nunca más de 120 hectáreas, que es el principio general sentado por el
Código.
Ubicación
“La determinación de los sitios en que dentro de cada establecimiento se establezcan los pastoreos, quedará
librada al propietario, quien deberá satisfacer racionalmente las necesidades a que tales pastoreos
respondan”.
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Señalización
Se prevé la obligación de señalizar en forma visible el predio destinado a pastoreos para el tránsito,
carga que se impone al titular del establecimiento con la finalidad de facilitar su utilización por los
eventuales beneficiarios.
Aguadas
El decreto ley 15.179 introdujo como novedad la obligatoriedad que los predios destinados a pastoreos para el
tránsito tuviesen aguadas naturales o artificiales.
Cercado
Por el contrario, no es obligatorio que el área destinada a pastoreo para el tránsito se encuentre cercada.
Aunque naturalmente resulte en los hechos de toda convivencia.
DEBERES DEL BENEFICIARIO DE LA PRESTACIÃ N
Aviso y permiso
Los beneficiarios tienen la obligación de dar aviso al titular del establecimiento, de que se va a hacer uso del
pastoreo. Deber que rige desde la salida del sol hasta su puesta.
En caso que sea de noche, el aviso se transforma en una solicitud de permiso.
Pago de la tarifa
El beneficiario tiene la obligación de abonar la tarifa de pastoreo.
Vigilancia
Vigilar los animales mientras pastan y abrevan. “Durante la estada los animales estarán bajo pastor”.
DURACIÃ N DEL PASTOREO
“La estada de tropas, arreos, vehÃ−culos o fuerza militar no excederá de quince horas salvo fuerza mayor”.
TARIFAS
El pastoreo para el tránsito no es gratuito.
El Código Rural establece el mecanismo para su fijación por resolución del MGAP. Pero que debe recoger
la recomendación que haga la Comisión que a esos efectos establece el texto legal, con delegados oficiales
y de la Asociación y Federación Rural.
FISCALIZACIÃ N Y RÃ GIMEN SANCIONATORIO
La competencia para la fiscalización de las normas relativas a los pastoreos para el tránsito se asigna a los
Ministerio del Interior y de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca.
En particular a la policÃ−a se le comete velar “por la pronta ejecución de las disposiciones establecidas, con
el objeto de asegurar su inmediato cumplimiento, a cuyos efectos se impartirán las instrucciones
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pertinentes”.
La potestad sancionatoria se reserva para el Ministerio de GanaderÃ−a, Agricultura y Pesca.
QUEMAZONES DE CAMPO
El daño lo ve un perito especializado.
LAS FACULTADES DE HACER QUEMAZONES
El texto legal consagra en primer lugar la facultad del titular del predio de hacer quemazones de campo.
Preceptúa el texto legal que “Todo propietario puede, bajo su responsabilidad, hacer quemazones en el
campo, ya para limpiarlo de yuyales, insectos o animales dañinos, ya con cualquier otro objeto útil”.
RESPONSABILIDAD EMERGENTE DE LA QUEMA DE CAMPOS
Ômbito de aplicación
Indudablemente una responsabilidad objetiva derivado de causas inculpables:
Que la quemazón haya sido provocada voluntariamente en un predio rural con una finalidad útil, de
beneficio del campo.
Que haya sido hecha directamente por el propietario del inmueble o por su orden (si la quemazón se efectúa
por un tercero sin que medie orden del propietario no se configura esta responsabilidad).
Que el fuego asÃ− producido se haya propagado a otra propiedad causando un daño a la misma.
Responsabilidad por acto lÃ−cito
Naturaleza objetiva de la responsabilidad
La irrelevancia de las eximentes de responsabilidad
REPARACIÃ N DEL DAÃ O
Pues bien, producido el evento dañoso, dispone la norma, que el titular del establecimiento “está obligado
a la reparación de todos los daños y perjuicios que ocasionare”.
Y agrega la disposición que “los daños y perjuicios se fijarán según lo dispone el artÃ−culo 47”.
Cabe por lo demás señalar que los peritos tienen en todo caso competencia para avaluar los daños y
perjuicios ocasionados.
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