Conversión de San Pablo

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Trabajo de Religión
La Conversión
¿Qué es la Conversión?
(Del latín clásico converto, depon. Coventor, de aquí conversio, cambio, etc. )
Es un concepto integral de la Biblia, que corresponde a un cambio moral, un retorno a Dios y a la iglesia
católica e indica una renovación de mente y corazón. Los casos más reconocidos de conversión al cristianismo
son: la conversión de San Pablo, él era perseguidor de los cristianos y al recibir el llamado de Cristo quién lo
eligió como instrumento para llevar su nombre y mensaje a los que no conocen la verdadera religión su vida
cambió radicalmente convirtiéndose al cristianismo. Otro ejemplo sería la conversión de Constantino el
Grande, quién fue gobernador del Imperio Romano y es reconocido por haber llevado a cabo el Primer
Concilio de Nicea en 325, que otorgo legitimidad legal al cristianismo en este imperio por primera vez; se
considera que esto fue esencial para la expansión de esta religión, y los historiadores lo presentan como el
primer emperador cristiano, ya que sufrió una conversión espiritual de tal magnitud durante su gobierno que
es llamado cristiano incluso cuando fue bautizado cuando ya se encontraba en su lecho de muerte. Entre
muchos otros como son San Agustín.
Durante la Edad Media (s. V al s. XV) la palabra conversión era utilizada en el sentido de abandonar el mundo
e ingresar en un estado más puro, unirse al círculo religioso.
En la actualidad llamamos de conversión al retorno del pecador a la Iglesia Católica o de la conversión de un
hereje a esta; y es asociada más a los sacramentos del bautismo, de la confesión y confirmación. En el primer
caso el pecador a través de el sacramento del perdón de los pecados, la confesión puede volver a la iglesia
recibiendo la absolución de un sacerdote; mientras que en el segundo un hereje o no creyente, puede formar
parte de la Iglesia Católica través del bautismo sacramento en qué un sacerdote a través del poder que le
confiere Dios nos da la bendición y nos integra a la iglesia. En el bautismo uno recibe la remisión de los
pecados, pero al cometer faltas nos alejamos de la iglesia por lo que se instituyó el sacramento del perdón. La
confirmación corresponde al sacramento en que al cristiano se le pide que acepte de forma libre y consciente
las promesas y renuncias realizadas en el bautismo, normalmente por sus padres y durante su primera infancia
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y tiene como finalidad fortalecer los dones del Espíritu Santo, complementando a la obra del bautismo.
Todo hombre por ley natural tiende a buscar la religión verdadera y a conformar su vida en base a sus
principios y preceptos. El Concilio Vaticano I definió que el hombre con al luz natural de la razón puede
llegara cierto conocimiento de la existencia del único Dios verdadero, nuestro Creador y Señor; a esto se le
llama acto de fe, es decir, un acto de conocimiento a través del cuál aceptamos como verdadero lo que Dios a
revelado, que aunque sean misterios los aceptamos a ciegas confiando en lo que Dios nos promete para lograr
la salvación. Dios que a través de su hijo Jesucristo instituyó la iglesia, a puesto en nuestra vida señales tan
claras que nos permiten reconocer a esta institución de amor como maestra y guardiana de la verdad revelada.
El primer paso para un proceso de conversión es la investigación, en que las gracias externas de la iglesia
despiertan la atención de una persona no cristiana sobre la Iglesia y la mueven en su búsqueda que puede ser
muy variada: se puede dar el caso de una ventaja temporal, es el caso de Enrique IV de Francia, otro caso
bastante frecuente es en que los no cristianos se sienten atraídos por un gran personaje histórico que destaca
por s gran influencia al cristianismo o por sus obras. Hay muchas formas de llegar al cristianismo, pero
siempre se va a llegar a la misma conclusión: La Iglesia Católica es la verdadera Iglesia.
La obligación de abrazar la verdadera religión es de derecho natural y positivo Divino, por lo que ninguna ley
civil puede interferir en esta ya que de esta depende la salvación del alma y porque todos están destinados a
pertenecer a la Iglesia. La Iglesia debe recibir a todos los que pidan unirse a ella sin influir su edad, sexo o
condición; pero tiene derecho a establecer ciertas condiciones que son: conocimiento y profesión de la Fe
Católica y decisión de vivir conforme a ella. El derecho de admitir a los convertidos dentro de la Iglesia
pertenece al Obispo y generalmente todos los sacerdotes que ejercen el Sagrado Ministerio recibiendo
facultades para reconciliar herejes. Los pasos para esta inclusión en la Iglesia son: primero abjuración de la
herejía o profesión de la fe, segundo bautismo condicional y tercero confesión.
A partir de esta investigación se puede concluir que se puede definir conversión como una manera de incluirse
o volver a la Iglesia Católica, esta tiene siempre las puertas abiertas para el que este dispuesto a vivir como un
verdadero cristiano el día a día. Debemos rogar por aquellos que aún no encuentran la verdadera religión para
que pronto se unan a esta gran familia a la que pertenecen los cristianos.
La Conversión de San Pablo
La conversión de San Pablo es uno de los mayores acontecimientos para la Iglesia Católica, por lo que esta
dedica un día del ciclo litúrgico en la conmemoración de este importante personaje. Destacan 2 frases sobre él
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en la Sagrada Biblia: Era, se ha escrito, la muerte repentina, trágica, del judío, y el nacimiento esplendoroso,
fulgurante, del cristiano y del apóstol que se puede interpretar que San Pablo cambio muy drásticamente de
ser perseguidor de los judíos a formar parte importante de la Iglesia llegando incluso a ser uno de los
apóstoles de Jesús. El mundo no verá jamás otro hombre de la talla de San Pablo" comentado por San
Jerónimo, de esta frase se puede decir que San Pablo fue y es admirado por muchos.
Su conversión se puede resumir en:
Nacido en Tarso, Saulo quién era hebreo, fariseo rigorista y de espíritu violento, durante muchos años se
dedicó a la persecución de los discípulos de Jesús. Lo que el no sabía ni se esperaba era que Jesús lo había
escogido para cumplir una gran misión.
Un día realizó un viaje a Damasco donde buscaría a los judío en las sinagogas que el Sumo Sacerdote le había
recomendado, los encadenaría y llevaría presos a Jerusalén. Durante el camino, una luz venida del cielo lo
envolvió y cayó en el camino y oyó una voz que le decía: − Saulo, Saulo ¿por qué me persigues? − Saulo
preguntó: ¿Quién eres tú, Señor? Jesús le respondió: Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora levántate;
entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer. Los hombres que iban con él, a pesar de que no
vieron nada estaban muy asustados. Saulo pasó tres días sin comer ni beber.
Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: ¡Ananías! El respondió:
"Aquí estoy Señor" y el Señor le dijo: "Levántate. Vete y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso
que se llama Saulo, él está en oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las
manos sobre la cabeza y le devuelve la vista.
Ananías dijo: "Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores
en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que
creen en tu nombre".
El Señor le respondió: "Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi nombre ante los
que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo
que tendrá que padecer por mi nombre".
Ananías cumplió con lo que Jesús le pidió, entró en la casa, le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo:
"Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías. Y me
ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo". Al instante se le cayeron de los ojos
unas como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado con el nombre de Pablo. Tomó alimento y
recobró las fuerzas, para cumplir con la misión salvadora de ser instrumento de nuestro Señor dedicado a
servir a los demás.
Este diálogo tan breve entre el Señor y este hombre transformo completamente la vida de este último. Cuando
Saulo se levantó estaba ciego, pero en su alma brillaba la luz de Cristo (el perseguidor se había transformado
en apóstol, su vida había dado un giro antes la Ley era lo más importante, ahora Cristo sería el centro de su
vida). Esta caída del caballo camino a Damasco, quedaría como símbolo de toda conversión.
La conversión de San Pablo demuestra que cualquiera puede llegar a formar parte de la Iglesia Católica, esta
nunca lo juzgará por lo que fue antes de la conversión, al contrario, lo recibirá con lo brazos abiertos.
Fotos
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Bibliografía
Páginas web consultadas:
http://mb−soft.com/believe/tsxt/conversi.htm
http://www.churchforum.org.mx/santoral/Enero/2501.htm
www.wikipedia.org (conceptos)
Textos consultados:
La Sagrada Biblia
4
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