Los viajes de Bunda: el universo erótico de Celedonio Perellón”

EXPOSICIÓN TEMPORAL EN EL MUSEO DE DIBUJO
A partir del 1 de agosto el Museo de Dibujo expone en las salas 1 y 2 la muestra
temporal “Los viajes de Bunda: el universo erótico de Celedonio Perellón” con obras de
nuestra colección. Esta exposición pretende ser un homenaje al dibujo erótico español
y en especial al dibujante e ilustrador Celedonio Perellón, por ser uno de los pioneros
en este género en el pasado siglo en nuestro país.
El Museo de Dibujo posee en su colección una nutrida selección de obra de este gran
artista donada por el mismo, que nunca ha sido expuesta al público.
Celedonio Perellón es socio de honor de AMIGOS DE SERRABLO desde el año 2002 por su
amplia colaboración desde los inicios con nuestra asociación y especialmente con el
Museo de Dibujo “Julio Gavín-Castillo de Larrés”.
En el ocaso de los años sesenta confluyeron aquí las publicaciones de comics para
adultos y la moda del erotismo grafico. Fue entonces cuando un antiguo dibujante de
historietas, Celedonio Perellón, accedió a las páginas de la revista “Lui” con la serie de
comics, Bunda. Interrumpida en “Lui” Bunda cayó en el olvido hasta que resulto
rescatada por “Totem Magazine”, a partir del número 69, en 1986, y continúo su
presencia en esta publicación pese al cambio del editor.
El autor nació en el barrio madrileño de Lavapiés en 1926. Hijo de un encuadernador,
se dedicó pronto al dibujo de historietas y trabajó en el taller de Adolfo López Rubio,
por donde pasaron en aquella época Víctor de la Fuente, José Laffond, Federico Blanco,
y otros, seguidos por Luis Bermejo, López Blanco, etc. Era un mundo el que Perellón se
evadió hacia los veinticinco años para consagrarse a la ilustración durante un par de
décadas, aunque por su estudio transitó considerable gente relacionada con los comics.
Desde 1970, Perellón centró sus actividades en la pintura y llevo a cabo numerosas
exposiciones a lo ancho y a lo largo del territorio español e incluso en ciudades
extranjeras como Toulouse, Paris y Varsovia.
En tales circunstancias surgió Bunda, que, para mayor conexión con el arte pictórico
estuvo representada por los originales en una exposición de su creador, en la Galería
Edaf de Madrid, y vinculada al happening organizado allí por Perellón sobre el tema El
pintor y la modelo. El recuerdo de la carrera del artista es conveniente porque explica
en alto grado las características iconográficas de una obra, Bunda; manifiestamente
insólita en el panorama de los comics españoles durante los últimos tiempos. Interesa
advertir dos características poco previsibles: el talento del autor para la caricatura, y
un frescor narrativo que se impone habitualmente a la meticulosidad con que se ha
plasmado buen numero de viñetas; por otra parte, Perellón sabe utilizar con habilidad
recursos de montaje.
La destreza gráfica se impone también a la historia narrada y la proyectada hacia un
espectáculo visual donde la parodia de los comics eróticos al uso cobra un sentido no
lejano a la fantasía musical: múltiples viñetas aparecen tratadas en clave de ballet, con
las angulaciones precisas para que acrecienten la sensación de movilidad, el impacto
de la dinámica.
Sátira de los relatos eróticos, Bunda flirtea también con la caricatura de las narraciones
en torno al protagonismo de superpoderes: la heroína, lectora de la Teoría de la
relatividad de Einstein, recibe todo el poder de la energía, el dominio completo del
tiempo y del espacio, y el mando sobre la materia, con lo que queda convertida en una
superwoman, sin que le falte una partner a tu medida, nada menos que una muñeca
voladora y parlante, que ejerce de subconsciente de Bunda. Traslados en el tiempo y en
el espacio, a la búsqueda de una hipotética sabiduría, patentizan los superpoderes de
la protagonista, pero en definitiva parece que estos de materializan más bien en una
capacidad fantástica para la acumulación de goces sexuales; sus viajes son vuelos
hacia retahílas de orgasmos, experimentados en unión de celebres personajes de la
historia, quienes brindan a su vez una colección de chistes privados decididamente
irreverentes con sus biografías ortodoxas. En cualquier forma, erotismo y humor
cumplen en estas páginas la misión de vincular un divertimento pictórico a cargo de un
muy capacitado profesional que, demuestra la importancia de las dotes técnicas para
que la expresividad rezume vivaz juventud.
JAVIER COMA