La personalidad enigmática de John Nash

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LA PERSONALIDAD ENIGMÁTICA DE NASH
Por
Miguel Ángel Goberna
Apenas hay ámbito de actividad humana, por alejado que esté de los
números o de las figuras, en el que no haya destacado algún matemático:
Garfunkel fue música pop, Hitzfeld es entrenador de fútbol, el papa
Silvestre II trató de imponer la racionalidad en la Iglesia supersticiosa del
fin del primer milenio,… La película de Howard Una mente maravillosa
me hizo preguntarme si no habrá llegado el momento de incorporar un
matemático al santoral católico, aprovechando que está en franca
expansión. En efecto, a la luz de las fuentes documentales existentes, el
guión de dicha película -cuyos valores artísticos no voy a discutir- me
parece un alegato a favor de la canonización de Nash que oculta
cuidadosamente el lado oscuro y políticamente incorrecto del personaje,
que es lo que me ha tocado en suerte explorar para completar el cuadro.
FUENTES BÁSICAS
 El libro de Sylvia Nasar Una MenteProdigiosa (Mondadori, 2001),
muy bien documentado.
 El libro The Eessential Joh Nash (Princenton U.P., 2001), editado
por Kuhn y Nassar, que comenta su vida y contiene sus obras
completas comentadas.
 La trascripción del documental A Brilliant Madness, realizado por la
PBS Organization, que incluye entrevistas con numerosos colegas,
amigos y familiares de Nash, psiquiatras, etc. Puede descargarse
desde la siguiente dirección:
http://www.pbs.org/wgbh/amex/nash/filmmore/pt.html
 La biografía de Nash en la base de datos de la Universidad de St.
Andrews, escrita por O’Connor y Robertson, 2002: http://wwwgap.dcs.st-and.ac.uk/~history/Mathematicians/Nash.html
 Autobiografía: http://www.nobel.se/economics/laureates/1994/nashautobio.html
INFANCIA
Fue Nash un niño solitario e introvertido, más interesado por los libros que
por los juegos compartidos. No destacó como estudiante, aprendiendo más
de su madre (maestra obligada a dejar la escuela, por imperativo legal, al
casarse) que en la escuela.
ADOLESCENCIA
Ya adolescente, aunque destacó en la resolución de problemas, su interés
estuvo centrado, sobre todo, en las ciencias de la naturaleza y en la técnica.
Realizó experimentos con animales (llamados torturas por sus ignorantes
compañeros) y participó en la fabricación de explosivos de notable eficacia
(uno de los cuales causó la muerte de un compañero). También construyó
un prototipo de silla eléctrica destinado a su hermana Martha (que,
afortunadamente, no llegó a utilizar).
A los 17 años entró, al ganar una de las 10 becas Westighouse convocadas,
en el Carnegie Institute of Technology, donde sus compañeros se burlaban
de él por sus excentricidades y por sus inclinaciones sexuales. Su fortaleza
física le protegió contra posibles vejaciones. Fue recibido como BA y MA
en matemáticas.
DOCTORADO EN PRINCENTON
Aunque fracasó Nash dos veces en la competición Putnam, al no lograr ser
uno de los 5 mejores, fue aceptado por los mejores programas de doctorado
norteamericanos en matemáticas, inclinándose por la más generosa de las
becas que le ofrecieron, la de Princeton, donde ingresó a los 20 años.
Decidió no aprender matemáticas de segunda mano, por lo que, ni asistía a
clase ni leía libros (recibiendo por ello el reproche del director del
Departamento de matemáticas, Lefschetz). Estaba tan seguro de la
importancia y originalidad de sus ideas que se atrevió a entrevistarse con
Einstein quien, irritado, le aconsejó que estudiase física (hay que decir que
la idea seminal que le presentó, sobre gravitación, aparecería publicada por
un físico años más tarde). No le fue mucho mejor con Von Neumann,
quien, tras escuchar su idea de equilibrio en juegos con más de dos
jugadores, le dijo: “mire, eso es una trivialidad. No es más que un teorema
de punto fijo”.
A los 21 años escribió el trabajo que le proporcionaría el Premio Nobel en
Economía en 1994 y a los 22 se doctoró con la breve tesis (27 páginas)
Non-cooperative Games, dirigida por Tucker.
PROFESOR EN EL MIT
Para poder quedarse como profesor ayudante en Princeton, creyó Nash que
debía publicar también sobre matemática pura (variedades reales
algebraicas), sin comprender que su problema no era el desprecio de ciertos
matemáticos por cuanto oliese a aplicación (que lo había), si no el veto en
su contra ejercido por algunos profesores (como Artin), por su agresividad.
A sus 24 años, tuvo que conformarse con el contrato que le ofreció el
menos prestigioso MIT, donde se convirtió rápidamente en el profesor más
impopular, por ser despectivo, desordenado y arbitrario, cosa esperable en
alguien que siempre despreció las clases. También hay que decir que sus
divagaciones y provocaciones fueron muy estimulantes para ciertos
alumnos excelentes (como Cohen). Siguió siendo arrogante y agresivo con
sus colegas del MIT, llegando a afirmar que allí sólo había tres genios (los
otros dos podían ser Wiener y Samuelson), pero sólo uno, él, estaba en
activo. Ambrose, uno de sus colegas, molesto, le lanzó un reto: “si estás tan
seguro de ser tan bueno, ¿por qué no resuelves el problema de la inmersión
de variedades?”. Para frustración de Ambrose, Nash probó su teorema en
1956, a pesar de no saber casi nada sobre sistemas de ecuaciones en
derivadas parciales al inicio de su investigación. Se integró Nash en un
grupo de jóvenes profesores tolerantes con sus extravagancias, pero no se
dignaba hablar siquiera con aquellos a quienes consideraba inferiores.
FRUSTRACIONES PROFESIONALES
Su fracaso en la competición Putnam se le quedó grabado para siempre.
También se sintió morir cuando, tras probar resultados importantes sobre la
continuidad de las soluciones de ecuaciones parabólicas y elípticas supo
que el italiano Di Giorgi se le había adelantado siguiendo otro camino (he
aquí una consecuencia nefasta del aislamiento en el que trabajó para
preservar su originalidad). Aún así, su nombre fue barajado como posible
candidato a la Medalla Fields de ese año, 1958. Para las siguientes
ediciones quedó descartado por su enfermedad mental. Su inmensa
ambición profesional le empujó a buscar continuamente problemas difíciles
que no siempre pudo resolver (entre ellos, ¿cómo no?, la conjetura de
Riemann), ocasionándole una gran ansiedad (algo que se hubiese ahorrado
siguiendo el consejo de Bohnenblust: invéntese un método; luego, busque
un problema donde lo pueda aplicar).
CONSULTOR DE LA RAND CORPORATION
Pasó varios veranos en la sede de la Rand, en Santa Monica, analizando la
conveniencia, desde la óptica de la teoría de juegos no cooperativos, de un
ataque preventivo sobre la URSS (tesis de la que era entusiasta partidario
Von Neumann). No consta que realizase tareas de descodificación. En 1954
fue expulsado de la Rand al caer en una trampa tendida por la policía en los
urinarios públicos de un parque frecuentado por homosexuales.
Las fuentes consultadas no mencionan su paso por los Laboratorios
Wheeler, si es que tuvo lugar. Quizá fue un truco del guionista para no
mencionar el nombre de la Rand (ni, en general, de ningún servicio de
seguridad concreto) en vano.
VIDA SENTIMENTAL
En su época del MIT mantuvo relaciones sentimentales –generalmente
platónicas, según sus colegas- con diferentes chicos y, simultáneamente
otra, más seria, con una enfermera tímida, 5 años mayor y de origen
humilde, Eleanor, a quien humilló y posiblemente maltrató, a pesar de estar
embarazada de su primer hijo, John. Nash se negó a casarse con ella y a
reconocer a su hijo, a pesar de la presión familiar. Su padre murió poco
después, quizás a causa del disgusto, cuando Nash salía ya con una de sus
estudiantes en el MIT, Alicia, perteneciente a una familia salvadoreña
acomodada, con quien se casó en 1957. Al año siguiente nació Johnny. Por
cierto, para presentar Alicia a sus colegas, se la llevó a una comida al aire
libre organizada por el departamento y, parco de palabras, la derribó y le
puso el pie sobre el cuello, como San Jorge sobre el dragón. Sólo le faltó
decir “soy su dueño”.
TACAÑERÍA
Arrogante y violento en ocasiones, tampoco destacó Nash por su
generosidad, hasta el punto de poderse afirmar que jamás invitó a Alicia a
un refresco. Eleanor le recriminó alguna vez por no ayudarla en el
mantenimiento de John, excepción hecha de la bolsa de rosquillas que solía
regalarle en sus raras visitas. En Santa Monica invitó a un amigo a cenar y
le obsequió con un trozo de huevo frito refrito. Cuando logró el Premio
Nobel, en 1994, lo utilizó para cancelar su parte en la hipoteca de la casa
que estaba compartiendo con Alicia.
En resumidas cuentas, para la mayor parte de la gente que lo conoció antes
de cumplir los 30 años, Nash resultaba un individuo intratable.
CRISIS MENTAL
En la fiesta de Nochevieja de 1958 tuvo Nash un comportamiento aún más
extravagante de lo habitual, pasándose la noche en posición fetal, con la
cabeza apoyada en el regazo de Alicia, vestido con tan sólo un pañal. Inició
en Enero sus clases preguntando “¿Por qué están ustedes aquí?” Algunos
alumnos causaron baja de inmediato. Tras desaparecer un par de semanas
sin dar explicaciones, afirmó en la sala de profesores, seriamente, que el
New York Times que blandía contenía un mensaje codificado de
extraterrestres para él. Algunos pensaron que era una broma muy
elaborada. Pocos meses después, Alicia lo internó en un hospital
psiquiátrico privado, donde fue psicoanalizado.
ANTIAMERICANISMO
Aunque Nash era, políticamente, todo un halcón sureño, odiaba la
disciplina militar e hizo cuanto hizo falta para evitar ser enviado a Corea en
1950.
No consta que delatase a nadie en los tiempos de la caza de brujas, a pesar
de que sus colegas Martin, Levinson y Struik comparecieron ante el Comité
de Actividades Antiamericanas en 1953.
En 1959, tras recibir el alta del psiquiátrico, dimitió Nash del MIT, liquidó
anticipadamente su pensión y se fue a Europa, donde renunció a la
nacionalidad norteamericana, irracionalmente aterrorizado con la
posibilidad de ser reclutado (más tarde, declaró que creía por entonces en la
existencia de una conjura, en contra suya, de comunistas y anticomunistas).
Alicia logró su repatriación forzosa y, de acuerdo con la madre y la
hermana de Nash, lo internó en un psiquiátrico público espantoso (antes
llamado “asilo de lunáticos”). Alicia pidió y obtuvo el divorcio en 1962,
aunque volvió a acogerlo en su casa en 1970, por compasión o por mala
conciencia. Se casaron de nuevo en 2001.
MATEMÁTICO ESQUIZOFRÉNICO
Tras rechazar un contrato con la Universidad de Chicago por
incompatibilidad con su cargo de Emperador de la Atlántida (escrúpulos de
los que debían tomar nota nuestros políticos), es contratado de vez en
cuando por sus colegas de Princeton o del MIT como colaborador de
proyectos, una buena forma de ayudarle con discreción. Con posterioridad
a su crisis, publicó trabajos sobre dinámica de fluidos (1962), funciones
analíticas implícitas (1966), estructuras de arco para singularidades (19661995) y el problema de la subasta (1971). La cronología no parece justificar
la siguiente afirmación de Nash, dado que su recuperación se produjo
lentamente partir de 1990: “no me consideraría recuperado de no haber
producido buenas cosas en mi trabajo”. De hecho, ¿es posible que
produjese buenos artículos durante su década ominosa? ¿No le “ayudarían”
sus colegas a terminarlos (o algo más que eso), posiblemente sin su
conocimiento? Al fin y al cabo, muchos científicos firman
sistemáticamente trabajos que no escriben.
Nash sugiere que investigación y esquizofrenia son compatibles: “no me
atrevo a decir que exista una relación directa entre matemáticas y locura,
pero no cabe duda que grandes matemáticos sufren características
maníacas, delirios y síntomas de esquizofrenia”. Yendo más allá, ¿es
posible que la enfermedad mental sea el motor de arranque para todos (o
algunos) matemáticos?, lección que alguien ha pretendido sacar del caso
Nash? ¿En qué medida las respuestas a estas preguntas están condicionadas
al tratamiento o al entorno familiar y social del enfermo? ¿No sería su
ansiedad profesional el desencadenante de la crisis?
ÚLTIMAS PREGUNTAS
Es un hecho que la comunidad matemática se volcó en ayuda de Nash. ¿Por
compasión? ¿Por solidaridad con el colega caído? ¿Acaso tenía un atractivo
personal que algunos supieron apreciar? (su amiga Herta Newman habla de
“la dulzura de su singularidad”).
Puesto que Nash tiene difícil entrar en el santoral, a pesar de su reciente
masificación, ¿no habría que pensar en beatificar a Alicia, que no lo
desatendió nunca, ni siquiera cuando se divorció de él?
En cuanto a la película, Russell Crow dice lo siguiente a Weibull, que había
sido enviado por la Fundación Nobel a Priceton para examinarlo: “Estoy
loco. Tomo medicamentos nuevos, pero veo cosas que no existen”. Pues
bien, Nash nunca se ha referido a sí mismo como loco, ni siquiera en el
pasado, y, de creerle, dejó de tomar medicamentos en 1970 (es más: cree
que en ello reside la causa de su mejoría); además, sus alucinaciones fueron
auditivas, y no visuales (aunque esto último sea un recurso cinematográfico
admisible). ¿Era necesario mentir tanto para hacer su película políticamente
correcta? En fin, todo sea por los oscars.
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