1. Introducción: El objetivo de este trabajo es un acercamiento más profundo del trastorno de la personalidad esquizotípico. Se trata de un patrón de personalidad del grupo A. Gracias a este trabajo, obtendremos gran conocimiento a cerca de las características clínicas de este trastorno; También aprenderemos a diagnosticarlo (incluye un análisis de los diagnósticos diferenciales que pueden intervenir, así como los comórbidos). Por último, repasaremos las diversas técnicas que son eficaces en el tratamiento (intervención terapéutica). Para la elaboración del trabajo, hemos pasado por una serie de fases diferenciadas. La primera fase fue la búsqueda de información. En esta fase realizamos una búsqueda intensiva sobre el trastorno para lo cual recurrimos a libros de bibliotecas (como la UCM) y otros libros que tenían algunas componentes del grupo. En algún aspecto puntual nos hemos valido de direcciones de Internet fiables. La siguiente fase fue la de análisis. En esta fase nos aseguramos de que todos los componentes del grupo analizara las características concretas del trastorno, así como su etiología, curso, diagnostico diferencial, etc. En la siguiente fase: la de discusión, nos reunimos para discutir las diferencias de opinión sobre algunos aspectos concretos del trastorno. En esta fase, cada uno de los componentes del grupo, debía tener claras las características específicas del trastorno de la personalidad. Después, realizamos la fase de elaboración. En esta fase, nos repartimos el trabajo, de tal forma que una realizó el diagnóstico y el tratamiento (intervención), otra realizó la etiología, la patogénesis y el diagnóstico diferencial y la otra realizó un caso clínico. Por último, realizamos la fase de síntesis, en la cual nos reunimos para revisar y entender la parte que había hecho cada componente del grupo. Realizamos los ajustes y cambios que creímos convenientes. Conjuntamente realizamos las conclusiones del trabajo y para finalizar, individualmente realizamos una valoración personal del trabajo. 1 2. Estilo de personalidad: El tipo excéntrico: La personalidad esquizotípica se caracteriza por un comportamiento extraño, distinto, un poco fuera de este mundo, con pensamientos diferentes y emociones muchas veces independientes del entorno. Estos sujetos se sienten atraídos por lo extrasensorial, lo místico y lo oculto; así son carne de cañón para sectas, para la especulación, la brujería y el ocultismo. En buena medida, el mundo del ocultismo puede estar lleno de sujetos con características esquizotípicas. No necesitan lo objetivo ni lo científico, sino que se basan en su mundo interior para entender y relacionarse con el mundo. Su autoestima no depende de las relaciones sociales, ni de la aprobación de los demás, sino de sus propias convicciones. No suelen seguir los convencionalismos ni las modas sociales, se centran en sí mismos, manteniendo las distancias frente a los demás. Evaluados desde la convención llevan una vida de hábitos extraños, hacen las cosas a su manera, por lo que les es complicado conseguir la aceptación del entorno, que tiende a ridiculizarlos. En función de la cultura y el ambiente en el que se desenvuelvan, estos sujetos estarán más o menos adaptados, pero lo cierto es que existen pocos medios en los que los sujetos excéntricos se encuentren a gusto. Puede ocurrir, que el sujeto esquizotípico tenga ideas que le resultan útiles a la sociedad, esta persona puede sobresalir, no sólo por sus excentricidades, sino también por sus genialidades, de tal manera que serán halagados; sin embargo, aquellos sujetos con este estilo de personalidad que no tengan talento, serán rechazados y excluidos, a no ser que se muevan en un medio muy tolerante. Y es que, aunque resulten ser independientes de convenciones y su autoestima no se base en la aceptación social, sí están pendientes de las reacciones de los demás hacia ellos y se quejan a menudo de la soledad al no poder conectar fácilmente con los demás, lo que les entristece y les hace sentir, a menudo, incómodos en grupos de personas, porque esperan, que al igual que ellos respetan el mundo convencional, los demás les respeten de igual manera. Son conscientes de su rareza, saben que son distintos y que, probablemente, por eso, la gente no los respeta, volviéndose intolerantes con aquellos que quieren obligarles a adoptar pautas de conducta “normales”. 2 Le dan mucha importancia a sus pensamientos y sentimientos, de los que dependen sus emociones, las cuales no son provocadas por los demás; siempre asignan prioridad a su vivencia emocional, y es imposible convencerles de que lo que están sintiendo no se corresponde con la realidad*. Estás últimas características, esto es, dar más importancia a su interior que la realidad, así como no basarse en datos objetivos, hacen que haya ocasiones de confusión e incertidumbre, momentos en los desearían tener esa coherencia con la que vive la mayor parte de la gente; en estos momentos de crisis les gustaría tener reglas más taxativas y unos principios establecidos, que les ayuden a analizar mejor determinadas situaciones. Buscan la expansión mental, emocional y espiritual con el fin de vivir nuevas experiencias que le proporcionen un mayor conocimiento de su interior. Prefieren la libertad a los refuerzos materiales y los mejores puestos de trabajo para estas personas son aquellos de tipo creativo, que les permitan evadirse. Rasgos Característicos del Tipo Excéntrico, Oldham y Morris (1995): Se basan en sus propios sentimientos y creencias independientemente de que los demás comprendan su forma de ver el mundo. Son muy independientes y no precisan de interacciones sociales. Consiguen una vida original e interesante al margen de los convencionalismos. Muestran un gran interés por lo sobrenatural y por la metafísica. Son muy sensibles a la forma en la que los demás reaccionan frente a ellos. De cara a los demás frecuentemente parecen estar “locos”. Son curiosos, creativos, y presentan una mente e imaginación amplias. Son muy inconformistas con lo convencional. Buscan compañía en individuos similares a ellos, aunque prefieren no tener muchas relaciones y basarse sólo en sus principios originales. * (En los manuales consultados nos dicen que es “imposible convencerles de que sus sentimientos no son reales”, pero desde nuestro punto de vista, lo sentimientos no están sujetos a realidad, son indiscutibles, el sujeto lo siente, y ante esto no cabe discusión; por eso entendemos que el mensaje correcto es que no se les puede convencer de que sus sentimientos no se corresponden con lo que las personas suelen sentir habitualmente ante esa realidad, es decir, una vez más su interior, su emoción, su estilo… no se corresponde con la norma.) 3 Llevan una vida extravagante e insólita para los demás y no tratan de amoldarse a lo establecido. No suelen ser competitivos ni ambiciosos. Tienen gran capacidad de concentración y para desconectarse. Las relaciones del/con el esquizotípico: Debido a que estos sujetos no se adaptan a las necesidades del oro, no hacen buena pareja ni con los narcisistas, ni con el paranoide, ni con el antisocial, ni con el sádico. Los dependientes y los autodestructivos, pueden ofrecerles un cuidado y una figura de unión entre el ellos y el mundo; características que les resultan muy necesarias. Por otro, lado, el obsesivo – compulsivo le ofrece un mayor sentido de responsabilidad, pero se suele escandalizar de sus rarezas. Por último, dos esquizotípicos, formarían un mundo cerrado donde rara vez tenga cabida algo del mundo convencional. Para tener una buena relación con un esquizotípico es conveniente aceptar y valorar su carácter único y original, sin pretender de él un ser convencional que se adapte a nuestro mundo, sin tener, tampoco, que sumergirnos nosotros completamente en su mundo. Lo ideal sería llegar a un trato para poder compartir momentos o hacer las cosas cada uno por su lado, respetando al otro. También resulta recomendable hacer un esfuerzo por interesarse por los temas que al sujeto le apasionan; y descargarle en lo posible de las responsabilidades de la vida cotidiana, permitiéndole así, tener más tiempo para dedicarse a actividades espirituales y a temas que le interesan. Así no sentirán tan presionados y agobiados. 4 3. Caso Clínico: 1. Identificación del paciente: Pedro es un varón de 24 años de edad, soltero, que vive con sus padres y con su hermano menor de 20 años. Su padre trabaja como administrativo en una empresa, a jornada completa y su madre, trabaja como secretaria en una empresa, a media jornada. Se podría decir que el nivel socioeconómico de la familia es medio. Pedro es licenciado en bellas artes. Ha desempeñado algunos trabajos relacionados con su carrera, pero actualmente se encuentra sin empleo. 2. Motivo de consulta: Pedro llega a consulta acompañado de su madre. Viene derivado de un psiquiatra, que lo remite con un posible trastorno psicótico. En la familia existen antecedentes de un diagnóstico de esquizofrenia paranoide (la hermana de la madre, es decir, su tía) y pudiera ser, que pedro estuviese padeciendo una fase prodrómica del mismo trastorno, que debía ser evaluada. Aunque el paciente siempre había sido “un poco raro”, últimamente las conductas extravagantes iban en aumento (ej. tenía la creencia de poder establecer conversaciones telepáticas y de viajar a realidades paralelas en sueños). La relación con su hermano es bastante conflictiva, ya que, según el paciente, “le desafía” y parece ser que Pedro es demasiado sensible a la ira, con reacciones inapropiadas. Sus relaciones sociales se han reducido totalmente debido a que nadie entiende ni comparte sus ideas. También el área laboral se esta viendo afectada, ya que Pedro prefería realizar otro tipo de actividades (como leer y escribir libros que potencien sus capacidades extrasensoriales) antes que desempeñar un trabajo que, según dice, no le aporta nada. 3. Historia del problema: Pedro nació en Madrid en 1983. Su familia siempre ha vivido en el mismo domicilio, en una zona residencial del centro de la ciudad. El embarazo y el parto fueron normales. En el desarrollo, la madre informa de algunos problemas escolares, como bajo rendimiento académico y aislamiento. Durante la EGB, estableció algunas amistades que, con el tiempo, se volvieron conflictivas ya que se reían de él por ser “raro”. 5 Este hecho se repitió con los compañeros de la universidad. En esta época, Pedro empezó a adoptar un estilo en la vestimenta bastante “peculiar” (y desaliñada), y a interesarse por fenómenos parapsicológicos, tales como la telepatía, la adivinación, las supersticiones, el ocultismo, el espiritismo y demás temas esotéricos. Además, también consumió tóxicos (alcohol, cannabis y cocaína) que abandonó, completamente, hace dos años años. Afirma sentirse muy ansioso ante cualquier relación social debido a las experiencias pasadas con sus demás compañeros y a que piensa que la gente no le entiende, por lo que decide aislarse y no entablar más relaciones personales. Tras acabar la carrera (con una nota media), el paciente realizó las prácticas en un centro en el que daba clases de manualidades plásticas surrealistas. Amplió su contrato con esta empresa por sentirse muy libre para expresarse a través de las esculturas y poder dar rienda suelta a sus ideas. Pero tres meses más tarde tuvo problemas y se despidió, ya que los alumnos “no me seguían ni entendían lo que les pedía”. A partir de ese momento, Pedro se dedicó íntegramente a intentar fomentar sus sensaciones extrasensoriales, entrenando sus habilidades en telepatía y en viajar por el “mundo astral” en sus sueños. Comenzó entonces a escribir un libro con los avances que iba realizando, con las diferentes experiencias parapsicológicas que le iban aconteciendo e incluso realizó una teoría sobre la realidad. Mientras tanto, el paciente trabajó en otros dos empleos más relacionados con el arte, los cuales terminó abandonando (la duración máxima fue de un mes). En el momento actual, Pedro se encuentra aislado socialmente. Afirma que en ocasiones se siente como irreal o perdido. Tiene unas reacciones emocionales con la familia, que según la madre no se corresponden con el contexto en el que suceden. También afirma que en ocasiones se siente incapaz de sentir placer por las cosas. Tras la valoración inicial al paciente y a su madre, se puede afirmar que los síntomas más notables y relevantes son: dentro de los conductuales: socialmente inepto, vestimenta peculiar, comportamiento excéntrico y aislamiento social; dentro de los cognitivos: pensamiento mágico, sensación de irrealidad y distorsiones perceptivas; por último, los síntomas emocionales más destacables son: ansiedad ante el mínimo desafío social, afectividad inapropiada, expresión emocional sin relación con el contexto y sensibilidad excesiva a la ira. Esta sintomatología hacía sospechar de un posible diagnóstico de trastorno de la personalidad esquizotípico. 6 4. Evaluación: a. Instrumentos: A continuación, se detallan las pruebas que se emplearon y aplicaron para la evaluación del paciente. Para obtener más información sobre Pedro, y dada la comorbilidad que tiene los trastornos de la personalidad entre sí, se utilizó una entrevista. La entrevista constituye un método apropiado para el diagnóstico de los trastornos de la personalidad. Concretamente se empleó el “Examen Internacional de los Trastornos de la Personalidad” (Internacional Personality Disorder Examination, IPDE; Loranger, 1999). Se trata de una entrevista semiestructurada que se compone de dos módulos. Uno de ellos, evalúa los trastornos de la personalidad según el DSM-IV (contiene 99 ítems); el otro, evalúa según las características del CIE-10 (contiene 67 ítems). Cada uno de los ítems debe valorarse de 0 a 2. (0= ausencia o normal, 1=exagerado o acentuado, 2=patológico, NA=no aplicable, y ?=no quiere o no sabe contestar). Para contestar el ítem como 1 ó 2, el paciente debe de haber presentado la conducta o el síntoma durante al menos cinco años. La entrevista se completa con un cuestionario de cribado que se compone de 77 ítems según los criterios de la CIE-10. El tiempo de aplicación es de 60 a 90 minutos. Como complemento y dada la dificultad del diagnóstico de los trastornos de personalidad, se utilizó también un cuestionario centrado en el trastorno específico más probable en el caso de Pedro: el trastorno de la personalidad esquizotípico. Para ello se emplea el “Cuestionario de la personalidad esquizotípica” (Schizotipal Personality Questionnaire; Raine, 1991), que examina y concreta las conductas más habituales de los pacientes con este diagnóstico y permite realizar diagnósticos diferenciales con respecto a otros trastornos. Durante todo el proceso de evaluación el paciente también realizó diferentes autorregistros: de actividades sociales y respuestas emocionales asociadas, de pensamientos mágicos, aumento y/o disminución de conductas, de creencias y de las diferentes tareas establecidas durante la intervención. El último método empleado para la evaluación fue la observación directa del paciente y sus conductas en la consulta. 7 b. Análisis topográfico y funcional: Para llevar a cabo el análisis funcional del paciente se deben analizar los estímulos antecedentes, las variables mediadoras, las respuestas y los consecuentes. En este caso, como estímulos antecedentes destacan las situaciones de interacción social en el ámbito familiar, académico, laboral y afectivo (amigos). Estos, fomentaron las conductas problema de Pedro (las respuestas, como por ejemplo, los pensamientos mágicos, la manifestación inapropiada de los sentimientos, sensación de irrealidad, el comportamiento y vestimenta extrañas, distorsiones perceptivas, etc.), generando los consecuentes: el aislamiento, la ausencia de ajuste social y el deterioro personal. Se incluye como variables que puede mediar en este proceso, las historias de refuerzos, donde se incluye la vulnerabilidad. Dentro del concepto de vulnerabilidad se refiere a tres variables definidas sobre el paciente: - Psicológicas: rasgos de personalidad esquizotípica (reducida o nula capacidad para las relaciones sociales, distorsiones cognitivas, pensamientos mágicos), estilos de afrontamiento emocional. - Biológicas: consumo reciente de tóxicos (alcohol. Cannabis y cocaína). - Sociales: experiencias pasadas negativas, seguidas de otras, también negativas provocó conductas poco adaptativas (problemas con la familia, con los compañeros, el lo laboral). A continuación se presenta el esquema básico del análisis funcional de las conductas de Pedro. Antecedentes Situaciones de interacción social (familia, compañeros, trabajo, etc.) Variables mediadoras Respuestas Consecuentes Historia de refuerzos. Vulnerabilidad Pensamientos mágicos, conductas extravagantes, distorsiones perceptivas. Aislamiento, desajuste social, deterioro personal. 8 A partir de este esquema de funcionamiento general del paciente, se pasó a evaluar y a analizar las áreas más específicas del caso. Pensamiento mágico y respuesta emocional asociada: Con respecto al pensamiento mágico, presenta una frecuencia de mínimo 2-3 horas diarias (dedicado exclusivamente, a los temas paranormales). Las distorsiones cognitivas (creer que habla por telepatía con alguna persona que también posea esa capacidad), se suceden con una frecuencia mínima de una vez a la semana. Las atribuye únicamente a causas internas. En ningún caso, realizan la atribución a errores suyos cognitivos o perceptivos, sino que considera que tiene esa habilidad desarrollada. El nivel de ansiedad asociado a las vivencias telepáticas en una escala del 1 al 10 es de 7. La activación fisiológica también está presente: agitación motora, aceleración del ritmo cardiaco, sudoración (“Parece que el corazón me va a estallar en el pecho”). Por otra parte, la topografía de los delirios (“Mi hermano me desafía”; “La gente me desprecia por tener teorías diferentes sobre la realidad”), aparecen como mínimo una vez al día y tienen una duración aproximada de una o dos horas. Estos pensamientos interfieren en la vida cotidiana de Pedro, hasta el punto de abandonar sus trabajos y restringir las relaciones sociales y familiares. En una escala de ansiedad del 1 al 10, estas cogniciones, para el paciente, suponen un 7. Como consecuencia, su activación motora y su reactancia fisiológica son notables. Cabe destacar que las informaciones aportadas por la madre y los datos aportados por el paciente son altamente consistentes. Hemos considerado para la realización del análisis las siguientes situaciones: En el área laboral: cuando el paciente llegó a consulta se encontraba parado. Tras acabar la carrera, trabajó la empresa en la que había realizado las prácticas, pero lo abandonó por problemas con los alumnos ya que no se entendía con los alumnos (“No me entienden en las indicaciones que hago”). Este hecho se repitió en otros dos empleos más que consiguió. En la actualidad no tiene ninguna intención de buscar un trabajo, ya que está convencido de que le va a suceder lo mismo. En el área de la vida cotidiana y en el ocio, Pedro se dedica casi exclusivamente a la potenciación de sus capacidades intelectuales. No tiene relación con sus antiguos compañeros de la carrera, ya que le consideran “un tipo extraño” y no comparten sus teorías, hecho por el cual ha casado completamente su relación con ellos. 9 Por último, en el área familiar también existen conflictos. La relación con su hermano menor es bastante conflictiva, ya además, éste responde con ira a la actitud del paciente. Debemos recordar que Pedro es muy sensible a la ira y reacciona encerrándose en su habitación muy alterado motora y fisiológicamente. Por otra parte, la madre está muy preocupada ya que cree que su hijo pueda estar padeciendo esquizofrenia, como ya padece su hermana. Por su parte, el padre permanece muy ausente en la vida familiar. Funcionamiento personal, social, laboral y cotidiano: Gracias a la evaluación se puede observar que las relaciones laborales del paciente son nulas en la actualidad. También, que sus actividades cotidianas se reducen a leer libros y revistas sobre temas paranormales, estar en su habitación escribiendo sobre sus teorías de realidad. Pedro no muestra carencias en su cuidado personal, sin embargo en las tareas domésticas no colabora (como hacer la compra o limpiar la casa). Tampoco emplea su tiempo en buscar algún trabajo. No planifica ni su economía ni su día a día. Con relación a sus capacidades cognitivas (atención, concentración, comprensión de enunciados, argumentación lógica), parecen estar intactas, aunque en ocasiones no realiza un buen empleo de ellas. Su nivel de destreza es adecuado, en una escala de 1 al 10 obtuvo un 7.5. Afirma que entiende las explicaciones de los demás, pero que los demás no entienden sus argumentaciones (según él, lógicas, realistas y coherentes). Lee libros y revistas sin perder el hilo. En relación al funcionamiento emocional afirma no reaccionar de forma tranquila cuando le contrarían; especialmente con su hermano menor. Es necesario recordar (según la madre) que Pedro era un chico bastante normal, que ayudaba con la compra, con las tareas domésticas e intentaba buscar trabajos. Sin embargo, últimamente se encierra en su habitación y ha dejado de hacer cosas. El paciente estaría dispuesto a entablar relaciones sociales con alguien que no le juzgue y que comparta sus teorías. Pero considera que ha perdido las habilidades sociales que pudiera tener. Afirma que lo que más le cuesta es: aceptar críticas, expresar emociones a personas desconocidas y conocidas, iniciar o mantener una conversación con personas conocidas o desconocidas. Con respecto a las conductas adictivas (alcohol, cannabis y cocaína) es necesario mencionar el abandono progresivo hasta la actualidad, que es nulo. 10 Tras el análisis topográfico del paciente, evaluaremos las áreas más relevantes: Con respecto al funcionamiento personal cabe destacar que antes las demandas diarias, como realizar tareas domésticas, organizar el tiempo libre, etc. Pedro se comporta de una manera pasiva, en la que no soluciona sus problemas y le cuesta enfrentarse a las adversidades. El deterioro en esta área es notable. Como consecuencia, se ha producido un incremento del aislamiento social. Sobre el área laboral se producen conductas de evitación, debido a las pasadas experiencias negativas. “Como nadie me entiende cuando me explico, no puedo trabajar y dependo económicamente de mis padres”. Como consecuencia, suprime la conducta activa de buscar empleo y no busca soluciones para solventar el problema. En el área de la vida cotidiana, al evitar las situaciones sociales y encerrarse en su habitación, han surgido sentimientos de incapacidad, que derivan en un incremento de inhibición de la conducta. Con respecto al ocio, nunca sale por la tarde ni por noche desde que abandonó la relación con sus amigos. En el área familiar, ante las demandas de su madre para que colabore, y los conflictos con su hermano, el paciente se aísla en su habitación, cada vez más tiempo. El hermano está harto de sus “tonterías” y amenaza con abandonar el hogar. El padre evita las interacciones con su hijo. Ajuste familiar: Las conductas de las que informa el paciente son consistentes con la información que proporciona la madre. Ambos coinciden en que los pensamientos mágicos se han dado con una mayor frecuencia en los últimos años (sobretodo en los últimos meses). También están de acuerdo en el aislamiento social y laboral. La madre informa de sufrir elevada ansiedad ante las conductas bizarras de su hijo. El padre se presenta ausente la mayor parte del día y no interacciona “nada” con ninguno de los hijos, e incluso tiene conductas de evitación hacia el paciente. Desde el punto de vista funcional, las conductas de Pedro desencadenan la ansiedad y el llanto de la madre, lo que promueve la falta de comunicación. Por otra parte el hermano suele discutir con él, se siente muy cansado de la conducta del paciente, e incluso amenaza con querer abandonar el hogar. 11 5. Intervención: Las áreas principales en las que se centró la intervención fueron: control del pensamiento mágico, control de emociones negativas, mejora del funcionamiento social, laboral, cotidiano y cognitivo y mejor ajuste familiar. La intervención se realizaba en consulta, en sesiones de 50-60 minutos (90 min. en alguna ocasión), a razón de dos veces por semana. En el caso de Pedro se llevó a cabo está estructuración del tratamiento: a) Para el control de los pensamientos mágicos, se derivó el paciente al psiquiatra antes citado, el cual le prescribió la medicación antipsicótica correspondiente (en este caso, Haloperidol). En el trastorno de la personalidad esquizotípico, resulta obligatoria la colaboración interdisciplinar en el tratamiento del paciente. Por este motivo, la comunicación con el médico correspondiente fue continua y fluida. Dada la evidente interferencia que los pensamientos mágicos ejercían sobre la vida del paciente, resultaba prioritaria la intervención sobre este aspecto. Este hecho podría perjudicar la consecución de otros logros terapéuticos b) Se realizó una intervención dirigida a mejorar su área laboral. c) También se intervino en las creencias y emociones negativas. d) Una vez controlados los pensamientos mágicos, y las emociones negativas, se le enseñó al paciente estrategias para la mejora del funcionamiento cotidiano, laboral, social y cognitivo. e) Se entrenó al paciente en mejora de las habilidades sociales para facilitar sus interacciones sociales. 12 Procedimientos por áreas de intervención: Control de pensamientos mágicos: Toma de fármacos: se le derivó a un psiquiatra para que le prescribiera la correspondiente medicación antipsicótica (Haloperidol). Durante toda la intervención se mantuvo comunicación constante con el médico. Identificación de antecedentes: se le instruyó para que identificara las situaciones en las que le potenciaba la formación de pensamientos mágicos. Modificación de creencias irracionales y mágicas: desafío verbal (evidenciar la interpretación accidental y comprobar empíricamente, buscando posibles sugerencias y soluciones al paciente. Siempre reforzando su capacidad para tomar decisiones). Estrategias de afrontamiento: 1. Se instruyó al paciente en técnicas de relajación (respiración), 2. Autoinstrucciones (instrucciones verbales para redirigir el comportamiento), 3. Comprobación de la realidad (realización de acciones que deriven en una comprobación de las posibles explicaciones causales y de su interpretación). 4. Hacer deporte (dado que hace años le gustaba practicarlo, 30 minutos, 3 ó 4 veces por semana). 5. Participación en actividades sociales gratificantes (retomar antiguas amistades). Control de emociones negativas: Control de la agitación motora y reactancia fisiológica: 1. Identificación de antecedentes y consecuentes que desencadenan estos estados. 2. Identificación de conductas que no desencadenan estos estados (Respuestas positivas, comentarios agradables de los demás). 3. Se entrenó al paciente en técnicas de relajación a través de la respiración. Identificación de consecuentes: se enseñó al paciente a detectar cómo las emociones negativas aumentan la aparición de pensamientos mágicos. 13 Mejora del funcionamiento cotidiano, laboral, social y cognitivo: Mejora del funcionamiento cotidiano: organización de la vivienda, economía, hábitos de salud y ocio. Se realizaron contratos conductuales entre el paciente y sus padres (hacer la compra, colaborar en las tareas del hogar, etc.). Se emplearon técnicas de solución de problemas. Puesta en activo del área laboral: primero se plantearon posibles salidas profesionales, después la planificación de búsqueda de empleo (periódicos, Internet, anuncios, etc.) y por último, el aprendizaje de habilidades sociales en el entorno laboral por medio de modelado, moldeamiento, refuerzo positivo, sugerencias de mejora, ensayos conductuales, y refuerzo social. Ajuste familiar: a) Mejorar el funcionamiento social: - Adquisición y mantenimiento de habilidades sociales básicas (mantener conversaciones, realizar sugerencias, hacer y recibir críticas, etc.) a través de modelado, moldeamiento, refuerzo positivo, sugerencias de mejora y refuerzo social. - Reestructuración cognitiva de ideas irracionales dentro del ambiente social a través de la Terapia Cognitiva de Beck y Freeman. - Planificación de actividades sociales (realizar actividades al aire libre con la familia, salir con los amigos, etc.). b) Mejorar el funcionamiento cognitivo: a través de estrategias de autocontrol, autoinstrucciones, autorrefuerzos y ensayos conductuales. c) Reforzar los aprendizajes previos: Se explicó detenidamente a la madre y al hermano (que acudió a consulta en esta sesión, dados los conflictos entre ellos) en qué consiste el trastorno de su hijo, sus orígenes, su curso y tratamiento, tratando de reducir falsas creencias y resolviendo todas las dudas que pudieran surgir. También se le entrenó a la madre (el padre nunca acudió a consulta), en el manejo adecuado de las contingencias de sus comportamientos 14 positivos y negativos. Se realizó a través de modelado, moldeamiento, extinción, refuerzo positivo, sugerencias de mejora y contratos conductuales. d) Eliminación de estimulación aversiva en el ambiente familiar: - Mejora de la comunicación con el paciente de todos los miembros de la familia a través de modelado, moldeamientos y ensayos conductuales. - Refuerzo positivo y sugerencias de mejora en las habilidades que va adquiriendo. - Mejora del funcionamiento cotidiano (ver funcionamiento cotidiano en el apartado anterior). 6. Resultados: A continuación, se muestras los resultados de la intervención realizada según las diversas áreas: Pensamientos mágicos: Entre las sesiones 6ª y 10ª de terapia, los pensamientos se vieron reducidos a un episodio, cada dos semanas. Entre las sesiones 15ª y 25ª, se daba un episodio al mes, y la duración es de pocos segundos. A partir de ese momento y durante la fase de mantenimiento, el paciente afirma haber perdido sus capacidades telepáticas, aunque le inquieta que vuelvan a repetirse. El nivel de ansiedad asociados a los pensamientos mágicos que antes eran puntuados con un 7, se vio reducido a 5 entre la 6ª y la 10ª sesión de terapia y a un 2 a partir de la 15ª sesión. Funcionamiento personal, social, laboral y cotidiano: Ya desde las primeras sesiones, Pedro demostró una gran motivación para buscar un empleo relacionado con el arte. Se planificó la búsqueda de un trabajo, acudiendo a entrevistas de trabajo, mirando anuncios, etc. Durante la fase de seguimiento empezó a trabajar como monitor de manualidades en un centro de actividades extraescolares para jóvenes. A medida que ha empezado a realizar actividades sociales, su estado de ánimo se ha estabilizado. En cuanto al funcionamiento social, Pedro ha retomado su grupo de amigos de la universidad y sale con ellos 2 ó 3 veces por semana. También ha 15 establecido amistades dentro del círculo laboral, con otros monitores del centro. Sale por la noche, va al cine, sale a cenar, etc. Como consecuencia, ya no dedica tiempo a potenciar sus capacidades, ni a escribir sobre ellas porque “básicamente, no tengo tiempo”. Existe una evidente mejoría en las relaciones sociales, sin embargo, el paciente afirma que en ocasiones no sabe cómo actuar en las interacciones sociales, especialmente con cuando habla con mujeres. Ajuste familiar: Dentro de esta área, cabe destacar la línea paralela de los informes de Pedro en relación con los de su madre. Las discusiones familiares, que en un principio eran diarias, se vieron reducidas (desde la 6ª sesión) a una vez por semana. A partir de la 15ª sesión, solo se produce una discusión, que es llevada por el paciente con notable habilidad, gracias a las técnicas empleadas. Tras este episodio, no se ha registrado ningún otro conflicto digno de mención, incluso durante la fase de seguimiento. El paciente a partir de la 5ª sesión, cooperaba en las actividades cotidianas tales como hacer la compra, colaborar en las actividades de la casa, poner la mesa, arreglar la casa, etc. Estas conductas se mantienen a lo largo de toda la intervención. Como consecuencia, este proceso ha mejorado notablemente el clima familiar, favoreciendo la comunicación y las interacciones entre todos los miembros de la familia. Incluso el padre ha abandonado la conducta de evitación hacia el paciente y conversan sobre temas laborales, etc. La madre, en la última sesión de seguimiento, se mostraba “encantada” con los progresos de la familia (en general) y de su hijo (en particular). Concluyendo, a medida que se obtenían beneficios en unas áreas, estos ejercían efectos positivos sobre otras áreas, lo que aumentaba la velocidad de los procesos de cambio. Este fenómeno, facilitaba la intervención terapéutica, por lo que al finalizar el periodo de tratamiento, ya se habían cumplido prácticamente todos los objetivos terapéuticos, los cuales se mantuvieron durante la fase de seguimiento. 16 4. Criterios diagnósticos. Criterios para el diagnóstico de F21 Trastorno esquizotípico de la personalidad (301.22) , según DSM – IV. A. Un patrón general de déficit sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes puntos: 1. Ideas de referencia (excluidas las ideas delirantes de referencia). 2. Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales (p. ej., superstición, creer en la clarividencia, telepatía o "sexto sentido"; en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones extrañas). 3. Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales. 4. Pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago, circunstancial, metafórico, sobreelaborado o estereotipado) 5. Suspicacia o ideación paranoide 6. Afectividad inapropiada o restringida 7. Comportamiento o apariencia raros, excéntricos o peculiares 8. Falta de amigos íntimos o desconfianza aparte de los familiares de primer grado. 9. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo. B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico o de un trastorno generalizado del desarrollo. Nota: Si se cumplen los criterios antes del inicio de una esquizofrenia, añadir "premórbido", por ejemplo, "trastorno esquizotípico de la personalidad (premórbido)". 17 Criterios diagnósticos del trastorno esquizotípico, según CIE – 10. F20-29. Esquizofrenia, trastorno esquizotípico y trastornos de ideas delirantes. F21 Trastorno esquizotípico: Trastorno caracterizado por un comportamiento excéntrico y por anomalías del pensamiento y de la afectividad que se asemejan a las de la esquizofrenia, a pesar de que no se presentan, ni se han presentado, las anomalías características y definidas de este trastorno. No hay síntomas predominantes o característicos, pero pueden aparecer algunos de los siguientes rasgos: a) La afectividad es fría y vacía de contenido, y a menudo se acompaña de anhedonia. b) El comportamiento o la apariencia son extraños, excéntricos o peculiares. c) Empobrecimiento de las relaciones personales y una tendencia al retraimiento social. d) Ideas de referencia, ideas paranoides o extravagantes, creencias fantásticas y preocupaciones autísticas que no conforman claras ideas delirantes. e) Ideas paranoides o suspicacia. f) Rumiaciones obsesivas sin resistencia interna, a menudo sobre contenidos dismórficos, sexuales o agresivos. g) Experiencias perceptivas extraordinarias como ilusiones corporales somatosensoriales u otras ilusiones o manifestaciones de despersonalización o desrealización ocasionales. h) Pensamiento y lenguaje vagos, circunstanciales, metafóricos, extraordinariamente elaborados y a menudo estereotipados, sin llegar a una clara incoherencia o divagación del pensamiento. i) Episodios, casi psicóticos, ocasionales y transitorios, con alucinaciones visuales y auditivas intensas e ideas pseudo-delirantes, que normalmente se desencadenan sin provocación externa. Este trastorno tiene un curso crónico con fluctuaciones de intensidad. Ocasionalmente evoluciona hacia una esquizofrenia clara. Es mas frecuente en 18 individuos genéticamente emparentados con esquizofrénicos y se cree que es una parte del espectro genético de la esquizofrenia. Pautas para el diagnóstico Deben estar presentes de una manera continuada o episódica durante al menos dos años, tres o cuatro de los rasgos característicos enumerados más arriba. Además, el enfermo nunca habrá reunido las pautas para un diagnóstico de esquizofrenia. Unos antecedentes de esquizofrenia en familiares de primer grado es un apoyo adicional para el diagnóstico, aunque no es un requisito necesario. Incluye: Esquizofrenia limítrofe ("borderline"). Esquizofrenia latente. Reacción esquizofrénica latente. Esquizofrenia prepsicótica. Esquizofrenia prodrómica. Esquizofrenia pseudoneurótica. Esquizofrenia pseudopsicopática. Trastorno esquizotípico de la personalidad. Excluye: Síndrome de Asperger (F84.5). Trastorno esquizoide de la personalidad (F60.1). 19 5. Características Clínicas: Características clínicas según Millon Los tres aspectos expuestos a continuación son los que tienden a precipitar los episodios psicóticos, los procesos cognitivos y las preocupaciones característicos, el estado de ánimo y el comportamiento general: Ansiedad de despersonalización: Les priva de la capacidad de relacionarse con las cosas o de vivir los acontecimientos. Este aislamiento es la base de la cualidad irreal y sin sentido de su vida, que puede provocar el sentido de vacío y de insignificancia. Un grave episodio de despersonalización puede dar lugar a violentos brotes psicóticos, en los que busca reafirmar la realidad. Autismo y disyunción cognitivos: Cuando están motivados o impulsados a relacionarse con los demás suelen ser incapaces de orientar sus pensamientos con lógica y se pierden en irrelevancias personales. Carecen de contacto con los demás y son incapaces de ordenar sus ideas en términos relevantes para la comunicación. Comportamientos sociales deficientes y afecto empobrecido: La evolución del esquizotípico no ha podido progresar en la adquisición de habilidades sociales normales. En el ámbito escolar y laboral se manifiestan déficits e irregularidades, por lo que son frecuentes los abandonos, los cambios de trabajo y las separaciones o divorcios, en caso de que estén casados. Este déficit de competencia y habilidades sociales puede ser por falta de motivación y de sentimientos de carencia de dignidad. Además de estas tres características hay otras que no tienen un componente tan constitucional o caracteriológico, pero al mismo tiempo son importantes, no siendo necesario que todas aparezcan en todos los individuos. Comportamiento observable excéntrico: Lo característico de esta personalidad son sus manierismos peculiares e inadecuados socialmente y su tendencia a la rareza. Visten de manera excéntrica y suelen preferir un uniforme personal. El vestirse de una 20 manera peculiar les mantiene separado de sus congéneres. A causa de su comportamiento y su aspecto los demás perciben a estos pacientes como personas ligeramente atípicas, raras, curiosas o extravagantes. Algunos viven aparatados y aislados y tienden a comportarse de forma apática e imperturbable; experimentan pocos placeres, pero también son pocos los malestares que tienen que evitar. Por otra parte hay pacientes que controlan de forma más activa las expresiones de afecto porque temen las ser rechazados y humillados. Comportamiento interpersonal reservado: Los sujetos esquizotípicos prefieren la privacidad y el aislamiento, debido a la historia personal de rechazo social por ser diferentes y raros a los ojos de los demás. Son incapaces de lograr comodidad y satisfacción interpersonal por haber aprendido a retraerse de las relaciones sociales, y por esta historia de aprendizajes las habilidades sociales tienen un curso variable. Sus déficits de logro pueden provenir de su ansiedad social y de su sentimiento indignación, también se observan indiferencia y falta de espontaneidad, de ambición y de interés vital. Sólo pueden hablar de unos cuantos temas relativamente tangibles, los que reclaman su atención. Cuando mantienen una conversación la pueden forzar más allá de lo apropiado convirtiéndola en rara o metafórica. A veces carecen de energía para emprender la acción o participar socialmente, encerrados y atrapados por alguna fuerza que les bloquea. Estilo cognitivo: desorganizado: Una de las características que más destacan de los esquizotípicos es su incapacidad para organizar sus pensamientos, sobre todos, la comprensión y empatía interpersonal. Interpretan de forma diferente a la mayoría, carecen de capacidad para diferencia lo relevante de lo tangencial. Sus distorsiones y déficits parece que se limitan a las facetas interpersonales del ámbito cognitivo. A causa de sus interpretaciones erróneas del significado elaboran concepciones idiosincrásicas referidas a los pensamientos, sentimientos y acciones de los otros. En resumen, la capacidad para leer los pensamientos y sentimientos de los demás está bastante distorsionada, al no entender la interacción que da coherencia a las transacciones interpersonales; por lo que se vuelven muy rumiadores, absortos en si mismos y perdidos en ensoñaciones. 21 Los esquizotípicos son conscientes de las demás personas experimentan alegría, pena y excitación, mientras que ellos están vacíos y estériles; desean alguna relación, alguna sensación y algún sentimiento que forme parte de este mundo. También se sienten mal si tienen menos de lo que necesitan. Se considera que las ilusiones recurrentes, el pensamiento mágico, la telepatía y las ideas de referencia son un intento de afrontamiento ante los sentimientos de vacío y de que están hundiéndose. Además pueden sentir el terror de la inminencia de su despersonalización y su insignificancia personal, lo que conlleva sentimientos que le empujan a comportamientos, creencias y percepciones extrañas que le permitan reafirmar la realidad. Por lo que se observan las ideas de referencia, la clarividencia, las ilusiones y la ideación extraña como características de los individuos esquizotípicos. Autoimagen enajenada: Presentan una recurrente perplejidad social además de ilusiones del si mismo, despersonalización y asociación. Viven una existencia insípida en un mundo de objetos complicados y calamidades, se ven a si mismos como si estuvieran más muertos que vivos, insustanciales extraños e incorpóreos. Representaciones objetales: caóticas: Su mundo interno se basa en un conjunto poco sistemático de recuerdos, percepciones y sentimientos de la infancia, esto da lugar a un esquema ineficaz y descoordinado para regular las tensiones. Mecanismos de defensa: Anulación: Este mecanismo persistente combinado con la negación del si mismo caracteriza la cualidad irreal y sin sentido de su vida, provocando el sentimiento de vacío y de completa insignificancia. Este mecanismo de defensa puede servir para contrarrestar los sentimientos de ansiedad, conflicto o culpa. Organización morfológica fragmentada: Se puede encontrar en la organización intrapsíquica de la mente de los sujetos esquizotípicos límites muy permeables a causa de estas operaciones defensivas elaboradas de una forma pobre y poco adecuada, los pensamientos e impulsos suelen descargarse sin orden. Las estructuras internas de estos paciente pueden trastornarse por un exceso de estimulación, esto puede ocurrir cuando las demandas y expectativas sociales van en contra de su estado de no implicación o retraimiento. Al no poder evitar estas imposiciones externas reaccionan mediante la anulación pasando a otro mundo. Cuando sufren intrusiones indebidas pueden 22 desconectarse socialmente durante largo tiempo, mostrándose confusos, sin objetivos, con afecto inapropiado y pensamiento paranoide, y con formas de comunicación raras, circunstanciales y metafóricas. Si las presiones externas son especialmente intensas reaccionan con una liberación masiva y psicótica de impulsos primarios, pensamientos delirantes, alucinaciones y comportamientos extraños. Cuando se reprimen estas intensas ansiedades se puede dar una liberación de las mismas, sus sentimientos se “convierten” en una acumulación de suspicacias, temores y rencores, que explotan en una frenética descarga catártica. Estado de ánimo/temperamento: Los pacientes esquizotípicos tienden a presentar uno de dos estados afectivos predominantes: El esquizotípico insípido manifiesta un patrón comportamental monótono, apático y perezoso, y un porte triste que descansa en un temperamento intrínsecamente apocado y sin afecto. Raras veces es fácil la expresión emocional; el contacto cara a cara con los demás presenta notables deficiencias. El esquizotípico timortato muestra una expresión afectiva básicamente diferente, está activamente aislado y presentan muchas características de la personalidad evitadora. Son pacientes excesivamente aprensivos y alterables, sobre todo en los contactos sociales, y manifiestan una vigilancia generalmente agitada y ansiosa. Muchos desconfían de los demás y son suspicaces respecto a sus intenciones aunque la relación se vaya haciendo más familiar. Estas mismas características que Millon expone son recogidas por Caballo y resumidas en los siguientes cuadros, los cuales muestran una división algo distinta a la de Millon de las mismas características. Si Millon hace una división en dos partes: una con las tres características más prototípicas y otra con aquellas que pueden estar presentes o no, aunque no por ello su presencia es menos importante; Caballo divide las características en los siguientes ámbitos: conductual, cognitivo, emocional, fisiológico, contextual; y añade ejemplos de pensamientos desadaptativos. Aspectos conductuales característicos: Comportamientos excéntricos. Sentido del humor absurdo. 23 Socialmente ineptos, se encuentran aislados de los demás. Extraños patrones de lenguaje. Vestimenta peculiar desaliñada. No responden a gestos convencionales como la sonrisa o las señales de asentimiento. Apariencia de fría y reservada a agitada y excitable. Aspectos cognitivos característicos: Creen que los demás no se ocupan de ellos. No sobreestiman el potencial real de sus capacidades. No presentan alucinaciones ni ideas delirantes. No creen que su falta de interés sea patológica. Presentan una falta de atención e incpacidad para captar las necesidades de los demás. Carencia de vida interior. Poseen mínimos intereses humanos. Pueden desarrollar interés en movimientos intelectuales o modas, pero sin implicarse socialmente. Aparente deficiencia cognitiva. Sus fantasías y actividad imaginativa no parece ir mucho más allá de su vida real. Son indiferentes al halago o a la crítica. Carecen de ambición. Escaso interés en las experiencias sexuales y sensoriales. Aspectos emocionales característicos: Ansiedad ante el mínimo desafío social. Afectividad restringida o inapropiada. Anhedonia. Con frecuencia expresión emocional sin relación con el contexto. Sensibles a la ira. Frecuentes ataques de depresión y ansiedad. 24 Aspectos fisiológicos característicos: Problemas fisiológicos por consumo de sustancias psicoactivas o tóxicas. Complicaciones debidas a accidentes por comportamientos imprudentes. Esquemas, distorsiones y pensamientos desadaptativos característicos: Pensamientos automáticos “Creo que esa persona me está vigilando” “Sé lo que él piensa” “Siento que va a ocurrir algo malo” “Siento que el diablo está en ella” “Soy un no ser” “Soy incorpóreo” “Puesto que el mundo es peligroso, siempre tienes que ir con cuidado” “La gente se aprovechará de ti siempre que pueda” “Las cosas no ocurren por casualidad” “A veces lo que siento dentro de mi indica lo que va a suceder” “Las relaciones son peligrosas” Distorsiones cognitivas Esquemas Inferencia arbitraria. Desconfianza esencial. Adivinación del pensamiento. Razonamiento emocional. Adivinación del futuro. Percepción extrasensorial. Predicción con base interna. Razonamiento emocional. Percepción extrasensorial. Etiqueta global. Etiqueta global. Percepción extrasensorial. Percepción extrasensorial. Sobregeneralización. Pensamiento dicotómico. Hostilidad del entono. Inferencia arbitraria. Personalización Hostilidad del entorno. Falacia de control Determinismo ilusorio. Razonamiento emocional. Adivinación del futuro. Predicción de base interna. Inferencia arbitraria. Pensamiento dicotómico. Hostilidad del entorno. Posible impacto sobre el entorno: Cambian con frecuencia de empleo. Suelen centrarse en empleos marginales. Llevan un estilo de vida más nómada, sin ataduras locales. Raramente se casan o si se casan se divorcio rápidamente. Carecen de amigos íntimos. Son presas fáciles de las sectas. Tienen facilidad para desarrollar estilos de vida relacionados con el ocultismos la magia, la adivinación. Visión y estrategias interpersonales: Visión de uno mismo: 25 Distintos, especiales, interesantes, independientes. Visión de los demás: Extraños, amenazantes, hostiles. Estrategia principal: Sospechan, se aíslan, a veces son hostiles. Siguen pautas diferentes a los demás. 6. Epidemiologia y Curso: En el trastorno esquizotípico de la personalidad se han encontrado tasas de prevalencia de un 3% y 5,6% dentro de la población general. Otros datos informaron de una prevalencia bastante inferior (0,6%). Weissman (1993) plantea que va del 0,5 al 5,6% en la población general. Baron et al. hallaron que el trastorno esquizotípico se observaba bastante más frecuente en muestras de sujetos con esquizofrenia crónica, que en un grupo control. Estas hipótesis nos indican la posible existencia, de una relación específica entre el trastorno esquizotípico de la personalidad y la esquizofrenia. Loranger, observa una prevalencia del 2,1%, basándose en los criterios diagnósticos del DSM-III. Meehl afirmó que un 10% de la población en general, presenta vulnerabilidad genética para el trastorno esquizotípico de la personalidad, pero que no todos llegan a desarrollar el trastorno. Hay que destacar que la vulnerabilidad genética, depende de los familiares de primer grado que presenten esquizofrenia. Habrá mayor vulnerabilidad cuanto más cercano sea el familiar que la padece. Es más frecuente que se desarrolle el trastorno esquizotípico en los familiares de primer grado de los individuos con esquizofrenia. Este trastorno es más frecuente en los hombres. Los síntomas del trastorno esquizotípico, deben evaluarse dentro del contexto cultural al que pertenezca el sujeto. Hay que prestar atención a las creencias y rituales de tipo religioso, que podrían considerarse características del trastorno esquizotípico. 26 El curso del paciente esquizotípico es relativamente estable, sólo un pequeño número de estos pacientes llegan a desarrollar la esquizofrenia o cualquier otro trastorno psicótico grave. Pueden aparecer síntomas en la primera infancia y durante la adolescencia con, comportamientos y actividades solitarias, escasa relación con los compañeros, altas tasas de ansiedad social, hipersensibilidad, bajo rendimiento escolar, pensamiento y lenguaje peculiar y la posible presencia de fantasías extrañas. Son personas a las que califican como “raros” y la gente de su entorno los convierte en objeto de burlas. 7. Diagnóstico Diferencial y Comorbilidad: El trastorno esquizotípico de la personalidad se diferencia de la esquizofrenia, del trastorno delirante y del trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos, el paciente esquizotípico no padece síntomas tales como las alucinaciones y delirios. Para poder dar un doble diagnóstico, el trastorno esquizotípico debe iniciarse antes de que en la persona aparezcan los primeros síntomas psicóticos que caracterizan a los demás trastornos. Es importante que los síntomas del trastorno esquizotípico de la personalidad persistan en la fase de remisión. En este trastorno de personalidad se han descrito episodios breves de síntomas psicóticos que pueden durar desde minutos hasta varias horas. El diagnóstico de trastorno psicótico breve, por el contrario, exige que estos episodios psicóticos duren al menos un día completo y se acompañen de trastornos evidentes del pensamiento. Hay dificultades para diferenciar un trastorno esquizotípico de las formas más leves del trastorno autista, del trastorno de Asperger o del trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo. Para poder hacer un diagnóstico habría que tener en cuenta, el mayor deterioro social y síntomas como las estereotipias que no aparecen en el trastorno de la personalidad, al igual que los esfuerzos del sujeto para comunicarse y un grave deterioro del lenguaje que se presenta en el trastorno del lenguaje del Eje I. Las formas leves del trastorno autista y el trastorno de Asperger se distinguen por la falta aun mayor de contacto social y de reciprocidad emocional y por los comportamientos e intereses estereotipados. 27 Los trastornos de personalidad esquizoide, el paranoide y el trastorno esquizotípico de la personalidad, presentan distanciamiento social y afectividad restringida, pero el esquizotípico presenta distorsiones perceptivas y acusadas excentricidades que no son síntomas típicos de los otros dos trastornos. El trastorno de la personalidad por evitación comparte con el trastorno esquizotípico, que los dos tienen las relaciones personales muy limitadas, pero en el trastorno esquizotípico de la personalidad hay una falta de deseo de relacionarse y en el trastorno de personalidad por evitación si existe el deseo, pero se reprime por temor al rechazo. Personalidades Idiosincrásicas: Cuando hacemos un diagnostico diferencial, conviene tener en cuenta la presencia de tipologías de personalidad que presentan rasgos comunes con el trastorno esquizotípico, pero en un grado menos acusado de tal forma que no son inflexibles o desadaptativos, ni llegan a causar un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo. Oldham y Morris llamaron a esta tipología tipo idiosincrásico, que sería la forma incompleta de la personalidad esquizotípica. 1. Vida interior: Se alimentan de sus propios sentimientos y creencias, al margen de que los demás comprendan su particular visión del mundo o modo de afrontar la vida. 2. Mundo propio: Son independientes, todo lo centran en si mismos y requieren muy pocas relaciones íntimas. 3. Factor personal: Indiferentes a los convencionalismos, los idiosincrásicos logran que su vida sea interesante, insólita y a menudo excéntrica. 4. Realidad extendida: Están abiertos a todo, se interesan por lo oculto, lo extrasensorial y lo sobrenatural. 5. Metafísica: Les atrae el pensamiento abstracto y especulativo. 6. Visión del mundo que les rodea: Están pendientes del mundo interior y siguen los dictados de su propia mente y su corazón, también son bastante observadores de los demás particularmente sensibles a la forma en que los otros reaccionan frente a ellos. 28 La comorbilidad se ha aplicado a clasificaciones psiquiátricas, es de origen reciente pero se usa mucho en la actualidad. Feinstein lo define como: “Cualquier entidad clínica adicional que puede aparecer durante el curso clínico de un paciente”. Comorbilidad con otros trastornos del eje II: En el trastorno esquizotípico de la personalidad, los trastornos de personalidad que aparecen con mayor comorbilidad son, el esquizoide, el paranoide y por evitación. Los tres presentan distanciamiento social, y afectividad restringida. Parece existir una elevada comorbilidad entre el trastorno de personalidad por evitación y el trastorno por estrés postraumático, porcentajes que van del 15%-88%. El trastorno narcisista de la personalidad y el trastorno esquizotípico, tienen en común, la suspicacia, aislamiento social o indiferencia. Con el trastorno límite de la personalidad comparte, que los dos pueden presentar síntomas psicóticos transitorios, pero en los pacientes límite se presenta de forma más disociada y en respuesta al estrés. Las tasas de comorbilidad entre los dos trastornos va desde el 9,5%-73%, con una media del 42%, por lo que el diagnóstico del trastorno esquizotípico de la personalidad es poco frecuente. (Es más probable encontrar criterios del trastorno límite en sujetos con trastorno esquizotípico, pero no al contrario). Millon, decía que el patrón esquizotípico se desarrollaría de forma insidiosa sobre un trastorno esquizoide o evitativo previo, menos grave. Comorbilidad con trastornos del eje I: El trastorno esquizotípico tiene una comorbilidad muy significativa con la esquizofrenia. Se realizaron hipótesis sobre el espectro genético, concluyendo que el trastorno esquizotípico de la personalidad es la expresión mas leve y la esquizofrenia sería la expresión más grave de la misma entidad patológica. 29 8. Etiología Teorías Biológicas: Una de las teorías de los trastornos de personalidad dentro del grupo extraño, hacen referencia a variantes fenotípicas leves de la esquizofrenia. El parecido entre los trastornos de personalidad del grupo extraño y la esquizofrenia, ya se observaba en la época de Kraepelin y Bleuer. En los años sesenta comenzaron a hacer investigaciones sobre adopción. Se confirmaba la existencia de mayores tasas de esquizofrenia y de esquizofrenia límite, en familiares biológicos de sujetos esquizofrénicos adoptados por personas, no esquizofrénicas y en sujetos esquizofrénicos adoptados por otras personas descendía. Estas teorías dan las primeras pruebas de herencia en los trastornos de la esquizofrenia. Otra de las investigaciones acerca de la adopción incluyen, los criterios diagnósticos del DSM-III, hablan de una conexión genético/familiar entre la esquizofrenia y el trastorno esquizotípico de la personalidad. Observaron un exceso del trastorno esquizotípico de la personalidad entre los familiares biológicos, incluyendo los gemelos idénticos, de los sujetos esquizotípicos y esquizofrénicos. Se comprueba que hay una herencia genética del trastorno esquizotípico de la personalidad y una posible relación con la esquizofrenia. Aunque se apoyen los estudios de transmisión familiar, todavía no esta realmente claro. Otros estudios afirman que el trastorno esquizotípico de la personalidad puede ser un trastorno genéticamente heterogéneo. Estudios epidemiológicos demuestran que el trastorno esquizotípico de la personalidad, dentro de la población general, tiene tres veces mayor prevalencia que la esquizofrenia. Podría indicar que el trastorno esquizotípico de la personalidad es la expresión más leve y habitual de la esquizofrenia. Hallazgos fisiológicos que pueden aparecer en personas afectadas con el trastorno esquizotípico de la personalidad: 1. Anormalidades en los movimientos oculares lentos de seguimiento (Cuando siguen con la mirada un objeto en movimiento, se producen movimientos sacádicos). 2. Alteraciones en los potenciales evocados auditivos. (Miden la actividad neural en respuesta a un sonido, los potenciales se identifican por su polaridad positiva- 30 negativa y la latencia.) Los pacientes esquizofrénicos y esquizotípicos, hay un descenso en la intensidad del potencial con carga positiva a 300ms, podría indicar una alteración en el procesamiento cognitivo. 3. Valores elevados de ácido homovanílico en plasma y líquido cefalorraquídeo, podría estar asociado con la aparición de los síntomas positivos. 4. En la Tomografía computarizada (TC) y la Resonancia Magnética (RM) se observó que existía una elevación anormal de la proporción ventrículo/cerebro. Teorías Psicosociales: Millon propuso un modelo en el que integraba dentro del trastorno esquizotípico de la personalidad, factores genéticos/constitucionales, el modelado, el refuerzo social y la retroalimentación recíproca, que servía para unir la conducta del niño en desarrollo con el ambiente. Los síntomas positivos transitorios, del trastorno esquizotípico de la personalidad, pueden aparecer en individuos con un patrón de personalidad esquizoide. Estos datos no se han comprobado de una manera adecuada empíricamente. Dentro de los estudios con gemelos monocigóticos, se comprueba que a pesar de poseer una idéntica carga genética, si uno de los gemelos desarrolla la esquizofrenia, el otro gemelo tiene un 50% de posibilidades de desarrollar la esquizofrenia Hay bastantes teorías acerca de la patogenia de la esquizofrenia, que también se aplica al trastorno esquizotípico de la personalidad. a) Causa social: Pertenecer a un grupo deprimido, desde la perspectiva socioeconómica, puede estar implicado en el desarrollo de un trastorno mental. b) Teoría del aprendizaje: Las personas que realizan conductas inadecuadas, irracionales y patológicas, son consecuencia del aprendizaje en modelos parentales emocionalmente alterados. c) Doble vínculo: Hay familias que envían a los pacientes, mensajes contradictorios, que causan su retirada hacia un estado regresivo, y su finalidad es tratar de evitar, conflictos emocionales que son difíciles de resolver. 31 d) Familias pseudomutuas y seudohostiles: Son familias que carecen de expresión emocional. La comunicación entre ellos no expresa emociones, y esto hace que desarrollen unos patrones de conducta idiosincrásicos. La conducta idiosincrásica, es el origen de muchas dificultades en las relaciones sociales de los miembros de la familia más jóvenes. e) Expresividad emocional: Se define como una excesiva expresión de hostilidad, critica o sobreprotección hacia los pacientes. Deben de tenerlo en cuenta las familias, en la educación de los pacientes, y que va tener implicaciones pronosticas y terapéuticas. El modelo de vulnerabilidad al estrés, integra las hipótesis biológicas y psicosociales. Esta teoría explica, que existen personas genéticamente predispuestas, y en una situación estresante, pueden desencadenar el trastorno. Hay varias formas por las que puede aparecer el estrés: - Figuras parentales excesivamente indulgentes, negligentes, autoritarios, etc.. - Dependencia o abuso de sustancias. - Ruptura de una relación u otras pérdidas. - Abandono del hogar y/o dificultades académicas. Un genotipo esquizofrénico heredado, puede causar déficit en la integración neuronal, esto combinado con influencias ambientales, pueden llegar a conducir a una organización anormal de la personalidad del sujeto. Teorías Psicodinámicas: El trastorno esquizotípico de la personalidad y la esquizofrenia, tienen un origen similar. Según las teorías psicodinámicas, ambas entidades se diferencian tan sólo en el grado de gravedad. Para Freud los pacientes esquizofrénicos, estaban fijados en estadios precoces del desarrollo. También pensaba que éstos pacientes dirigían su energía psíquica (a la que llamaba “catexis”) hacia si mismo, en vez de dirigirla hacia los objetos del entorno físico. Esto produce en los pacientes que desarrollen un mundo autístico, con pensamientos subjetivos, introversión y un uso personal del lenguaje. Estas 32 características también se observan en pacientes con el trastorno esquizotípico de la personalidad. Otras visiones psicoanalíticas: 1. “El paciente no es capaz de introyectar las figuras parentales, y no le es posible avanzar más allá del estadio oral del desarrollo, manifestando una total dependencia de estas figuras”. Esta dificultad en el desarrollo, predispone al paciente a una estructura de personalidad vulnerable al estrés. 2. “Existe un conflicto entre el yo y el mundo exterior”. La consecuencia de este conflicto, crea la deformación de la realidad externa a través de alucinaciones, delirios… 3. A los pacientes con el trastorno esquizotípico de la personalidad, les puede vencer las demandas externas o el estrés, creando una realidad más comprensible y manejable. Los trastornos perceptivos y los delirios pueden representar deseos o miedos internos. 9. Evaluación: Los trastornos de personalidad, en general, presentan uno de los problemas más complejos para los clínicos, tanto en el ámbito de evaluación y diagnóstico, como en el de tratamiento. Estos trastornos se caracterizan por ser patrones desadaptativos de pensamientos, sentimientos, percepciones y conductas, que comienzan muy temprano en la vida y se perpetúan a lo largo del tiempo y a través de diferentes situaciones. Suelen constituir desviaciones importantes de lo que serían los patrones de vida normal y, especialmente, del comportamiento interpersonal del mismo grupo sociocultural al que pertenece el individuo. Este carácter transituacional y longitudinal de los trastornos de personalidad, y por ende, del trastornos esquizotípico de la personalidad, hace que la evaluación resulte urgente y prioritaria. 33 La evaluación de trastornos de personalidad no es fácil, la acompañan muchos problemas, que vienen de los propios problemas básicos que tiene el mismo concepto de trastorno de personalidad, esto es, la falta de medidas apropiadas depende, en buena medida, de los problemas básicos de indefinición y confusión que tienen tanto el concepto como los trastornos específicos propuestos en cada versión del DSM. Pelechano, De Miguel y Hernández consideran cinco los problemas principales de la evaluación de los trastornos de personalidad: 1. El establecimiento de puntos de corte entre normalidad y anormalidad: Widiger propone que mejor que establecer un corte categorial de presencia/ausencia del trastorno sería más correcto establecer una graduación del mismo en el que se dieran diferentes gradaciones antes de alcanzar la prototipicidad, actuando esta como puente entre el sistema categorial y el dimensional. 2. Ausencia de consistencia interna en las categorías de los trastornos y redundancia de la sintomatología: Las categorías de los trastornos de la personalidad en el sistema actual de clasificación (DSM – IV) se caracteriza por la heterogeneidad. 3 y 4. Redundancia y comorbilidad: Los estudios epidemiológicos indican un elevado índice de comorbilidad entre los diferentes trastornos de la personalidad. La comorbilidad puede señalar la complejidad real de los procesos y la interacción entre los diferentes trastornos, pero puede estar indicando, igualmente, una mala definición operacional de los mismos. De hecho, su presencia como un fenómeno común y generalizado es una seria dificultad que afecta a la validez diferencial de su evaluación y diagnóstico. Según Tyrer, el concepto comorbilidad esconde la confusión conceptual que existe en torno a los trastornos de personalidad. Es posible que la redundancia sea el efecto de procesos subyacentes básicos que podrían conjuntar los diferentes síntomas. Quizá algunos síntomas sean comunes a diferentes trastornos, como ocurre en la sintomatología médica general. Un síntoma como el aislamiento social, es realmente propio del trastorno esquizoide, del esquizotípico y del evitativo, por ello, su insuficiencia discriminativa no parece una razón suficiente para la supresión del mismo. El modelo ateórico de los trastornos de personalidad en el DSM y, de forma más general, la falta actual de conocimientos suficientes acerca de los procesos de la 34 personalidad subyacentes, han facilitado y favorecido tanto la falta de consistencia como la redundancia de los síntomas descritos. 5. Solapamientos de síntomas del Eje I y del Eje II: Existe una clara inconsistencia en la propuesta de qué trastornos pertenecen al Eje I y al Eje II. El problema de fondo es el límite borroso entre el Eje I y el Eje II. Tyrer et al. Defienden la existencia de ambos ejes no como categorías exclusivas, sino complementarias. La elaboración del Eje II por primera vez en el DSM – III tenía la función de aclarar los procesos y el desarrollo de la sintomatología del Eje I así como complementarla, sin que ello supusiera una oposición entre ambos. No obstante, sigue presente el frecuente margen borroso entre uno y otro. Aspectos básicos a evaluar. Desde un punto de vista cognitivo – conductual para modificar el comportamiento global del sujeto hay que centrarse en características más concretas y manejables. Para ello, se pueden clasificar los síntomas del paciente en elementos conductuales, cognitivos y emocionales, aunque todos ellos formen un conjunto inseparable de manifestaciones de un determinado síndrome. En el trastorno esquizotípico de la personalidad, hay que evaluar: Respuestas Conductuales: Son de especial importancia los comportamientos interpersonales, ya que tienen graves problemas en sus relaciones sociales. - Socialmente ineptos. - Vestimenta peculiar. - Comportamientos excéntricos. - Se encuentran aislados de los demás. - Falta de amigos íntimos. Respuestas Cognitivas: Las características cognitivas resultan de gran utilidad en la formulación clínica del caso y en la elaboración del análisis funcional. Algunas de estas respuestas son: - Pensamiento mágico y supersticioso. 35 - Ideas de referencia. - A menudo se sienten irreales o perdidos. - Distorsiones perceptivas. - Suspicacia e ideación paranoide Respuestas Emocionales: Las características emocionales son rasgos muy distintivos, pueden resultar de gran utilidad durante la entrevista con el paciente o al indagar en sus reacciones ante determinados estímulos en la vida real. - Ansiedad ante el mínimo desafío social. (Que no disminuye con la familiaridad.) - Afectividad restringida o inapropiada. - Expresión emocional sin relación con el contexto. - Sensibles a la ira. Aspectos ambientales: La evaluación necesita tomar en cuenta el contexto social de los pacientes, porque hay que averiguar que otras personas actúan para mantener la conducta desadaptativa y el grado en que las personas del entorno del sujeto pueden apoyar las iniciativas del cambio. Además el ambiente familiar en el que sujeto vive en los años de su infancia podría estar teniendo una influencia decisiva en la formación del estilo de personalidad. Y en concreto, en el caso del trastorno esquizotípico, hay que estudiar los antecedentes familiares del sujeto en relación a la presencia de trastornos de esquizofrenia y otros afines, dada la relación encontrada en la investigación entre ambos trastornos. Métodos de evaluación: Actualmente existen una serie de entrevistas estructuradas e instrumentos de autoinforme que sirven para la evaluación de los trastornos de personalidad; sin embargo, parece que se dan bajos niveles de concordancia entre las entrevistas, los autoinformes o cuestionarios y los juicios clínicos. Cuestionarios o Autoinformes: 36 Supone la forma más usual para evaluar los trastornos de personalidad. Se pueden encontrar dos tipos dentro de estos cuestionarios, aquellos que evalúan directamente los trastornos y los que evalúan supuestas dimensiones subyacentes a los mismos. Otra clasificación posible distingue entre cuestionarios generales y específicos; a este respecto la comorbilidad de los trastornos de personalidad sugiere la conveniencia de utilizar, en la medida que sea posible, cuestionarios generales. Algunos cuestionarios generales: Inventario Clínico Multiaxial de Millon – III, (MCMI – III): Millon es sin duda uno de los autores más vinculados al estudio, investigación y difusión del tema de los trastornos de personalidad. Su implicación en la elaboración de los criterios diagnósticos de los trastornos de personalidad del DSM – III dio lugar a la elaboración del MCMI, que fue descrito como un cuestionario creado para la elaboración de los trastornos de personalidad siguiendo al DSM – III. La aparición del DSM – III – R, los progresos en la evaluación de las tendencias de respuesta y la aparición de otras propuestas teóricas, dieron lugar a la creación del MCMI – II, del mismo modo con los avances surgidos en el DSM – IV, se elaboró la última versión, y la que aquí presentamos: el MCMI – III. Este cuestionario consta de 175 ítems que se contestan “verdadero/falso”, y cuya realización supone unos treinta minutos. Con 24 escalas clínicas que cubren tanto el Eje I como el Eje II del DSM, y cuatro escalas de control, su estructura es la siguiente: Patrones clínicos de personalidad 1 Esquizoide. 2A Evitativo. 2B Depresivo. 3 Dependiente. 4 Histriónico. 5 Narcisista. 6A Antisocial. 6B Agresivo (Sádico.) 37 7 Compulsivo. 8A Pasivo – Agresivo (Negativista). 8B Autoderrotista (Masoquista). Síndromes de patología grave de la personalidad S Esquizotípico. C Límite. P Paranoide. Síndromes clínicos A Ansiedad. H Somatoformo. N Bipolar: maníaco. D Distímico. B Dependencia alcohólica. T Dependencia de drogas. R Estrés postraumático. Síndromes graves. SS Trastorno psicótico. C Depresión mayor. PP Trastorno delirante. Índices de alteración. X Sinceridad. Y Deseabilidad. Z Alteración. V Validez. Como puede observarse ha conservado la Evaluación de la personalidad Sádica y Masoquista, incluida en el DSM – III, pero excluida en el DSM – IV. Se ha señalado 38 que este cuestionario es un buen método para medir estilos de personalidad, pero no lo es tanto para la evaluación de los trastornos de personalidad. Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota II, (MMPI – II): El MMPI fue desarrollado a finales de los años treinta por Hataway y Mc-Kinley. Como instrumento de evaluación de los trastornos de la personalidad se ha utilizado de una doble forma: La primera es una forma directa, esto es, se utilizan los perfiles de sus escalas propias para detectar los posibles trastornos. Así, la fórmula 2-7-8 (depresión, psicastenia y esquizofrenia) se ha considerado un indicador posible del trastorno esquizotípico de la personalidad. Aunque esta forma se ha usado mucho en el diagnóstico, se ha considerado que sus escalas e ítems actualmente no constituyen una base válida y fiable para el diagnóstico de los trastornos de personalidad. Así, el perfil 2-7-8 no parece que se pueda identificar actualmente con el trastorno esquizotípico, tal y como es diagnosticado en el DSM. La escala de introversión social suele ser alta en el trastorno esquizotípico. La segunda forma de utilizar el MMPI ha consistido en derivar del conjunto de ítems que lo forman aquellos que teóricamente se han considerado con validez aparente para la detección de los trastornos de la personalidad. La segunda versión del MMPI ha dejado intactas las propiedades básicas de las escalas y las diferencias en los resultados pueden considerarse mínimas. Este cuestionario consta de 567 ítems que se responden “verdadero/falso”. Evalúa psicopatología general a través de ocho subescalas de síndromes clínicos: 1. Hipocondría. 2. Depresión. 3. Histeria. 4. Desviación psicopática. 5. Paranoia. 6. Psicastenia. 7. Esquizofrenia. 8. Manía. 39 Incluye también dos subescalas de masculinidad – feminidad e introversión – extraversión; y tres subescalas que evalúan actitudes ante la comunicación (mentir, infrecuente y corrección/defensividad). Cuestionario Exploratorio de la Personalidad, (CEPER): Es un cuestionario que consta de 150 ítems que se pueden responder desde 0 (Nada característico de mí) hasta 6 (totalmente característico de mí). Fue construido formulando los criterios del DSM – IV en modo de preguntas, e incluye los criterios de los diez trastornos de personalidad oficiales más los dos que desaparecieron en el DSM – IV (sádico y autodestructivos), llamados ahora pasivo – agresivo y depresivo. Este instrumento no intenta servir como medida de diagnóstico con respecto a los trastornos de personalidad, sino que se dirige a evaluar el grado en que un estilo de personalidad está enraizado en el sujeto. Cuestionarios específicos: Cuestionario de la Personalidad Esquizotípica (Schizotipal Personality Questionaire): Incluye diferentes subescalas que evalúan las ideas de referencia, el pensamiento mágico, las viejas creencias y las experiencias inusuales. Fue elaborado para diagnosticar los criterios del DMS – III – R del trastornos esquizotípico de la personalidad, incluyendo escalas específicas para cada uno de los criterios diagnósticos. Escalas de Experiencias Disociativas: Es un cuestionario de 28 preguntas con un tipo de respuesta en una escala visual analógica, aunque posteriormente ha cambiado el formato de respuesta. Su objetivo es evaluar las experiencias de perturbaciones de la propia identidad, memoria, autoconciencia y experiencias de desrealización y despersonalización. Escala de ideación Mágica: Es un cuestionario de 30 ítems del tipo “verdadero/falso” que evalúa las creencias consideradas como raras en una sociedad industrial y moderna. Esquema para personalidades esquizotípicas (SSP): Es parte de un inventario más amplio que incluye los trastornos límite y esquizotípico. Evalúa 10 áreas de funcionamiento psíquico: ilusiones, despersonalización y desrealización, ideas de referencia, suspicacia, pensamiento mágico, relaciones inadecuadas, comunicación 40 extraña, aislamiento social, ansiedad social e ilusiones/alucinaciones. Algunas de estas escalas pueden incluir subescalas. Cada área es evaluada sobre una ase de cuatro puntos. Sus preguntas están basadas en el DSM – III. Escala de la Personalidad Esquizotípica. Entrevistas: En los trastornos de personalidad la entrevista constituye el instrumento de elección para su evaluación, es considerada como el modo más riguroso de evaluación debido al sistema de recogida de información, directa e interactiva, lo que permite el control de la misma. No obstante, no deberían descuidarse los propios sesgos que puede entrañar este tipo de situación y la ilusión y la falacia de control que puede crearse. Hablaremos en primer lugar de la entrevista abierta con un sujeto con trastorno esquizotípico de la personalidad. El individuo con trastorno esquizotípico presenta un comportamiento inusual y unas ideas muy peculiares por lo que el terapeuta quedara sorprendido desde el primer momento de la interacción. El hecho de que el esquizotípico se percate de las dificultades que tiene el psicólogo para comprender y apreciar sus experiencias puede dificultar el vínculo terapéutico, por lo que, hay que mostrarse empático, aceptarle tal cual es y evitar cualquier juicio de valor sobre su apariencia o sobre su modo de expresarse. Si se consigue establecer un buen vínculo terapéutico el sujeto no tendrá ningún problema en contestar a las preguntas que se le hagan, y podrá ser que comparta con el clínico sus experiencias y vivencias así como sus pensamientos más íntimos. En sus respuestas se verá claramente cómo el esquizotípico hace asociaciones sorprendentes, que transcienden la realidad, su lenguaje puede ser en ocasiones extraño, difícil de comprender, en parte porque puede presentar ideación mágica, e incluso ciertos rasgos paranoides, incluyendo autorreferencia y suspicacias excesivas; también su estado y expresiones afectivas y emocionales pueden resultar inapropiadas o extravagantes. Su orientación mental general y su memoria suelen ser normales. Su conciencia de enfermedad es escasa, es consciente de que los demás lo consideran raro y excéntrico, (lo que actúa en buena parte, como causa de sus problemas sociales) pero no es capaz de analizar las razones. 41 Todas estas características harán que resulte difícil comprender lo que dice el paciente, pero en ningún momento debe el terapeuta rechazar su visión de las cosas, de lo contrario lo único que se conseguirá es que el paciente se retraiga. La clave para entender a estos sujetos y conseguir que expliquen sus experiencias es la empatía, comprensión consejo, apoyo y la escucha activa por parte del terapeuta. Algunos terapeutas aseguran tener éxito cuando enseñan a los pacientes a pensar con más claridad y aquellos esquizotípicos que se dejen ayudar quizá establezcan por primera vez un verdadero contacto emocional, siempre que el terapeuta sea sensible y tolerante. El estilo de las preguntas durante la entrevista debe ser lo más concreto posible, evitando por lo tanto circunloquios y abordar temas complejos de una sola vez. Pedirle que ponga ejemplos concretos y reales es un buen recurso para que se centre en los temas y se pueda avanzar en el análisis de los problemas. Es muy importante en la fase de la evaluación, observar la conducta del sujeto y estar atento a sus reacciones y expresiones. A la hora de diagnosticar un trastorno de personalidad parece ser necesaria la utilización de alguna entrevista semiestructurada como las siguientes: Entrevista clínica estructurada para los trastornos de personalidad del Eje II, (SCID - II): Consta de 119 preguntas centradas en trastornos de personalidad. Cada ítem puede puntuar de 1 a 3 (1 = ausente o falso, 2 = subclínico y 3 = clínico o verdadero). Para cada criterio diagnóstico se hace al paciente uno o dos preguntas estándar, y si son respondidas afirmativamente, se le pide que ponga ejemplos. Se tarda en pasar de 30 a 45 minutos, tiempo que puede reducirse si se pasa el cuestionario de cribado que acompaña a la entrevista. Existe la versión en español tanto de la entrevista como del cuestionario. Examen internacional de los trastornos de personalidad (IPDE): Tiene dos módulos, uno que evalúa los trastornos de personalidad siguiendo el DSM – IV, y otro que sigue la CIE – 10. Cada ítem puede puntuar 0 = ausente o normal, 1 = exagerado o acentuado, 2 = patológico, NA = No aplicable y ? = el paciente no quiere o no es capaz de responder. Un síntoma ha debido estar presente durante al menos 5 años para que puntúe de 0 a 2. El tiempo de administración de un solo módulo es de 60 a 90 minutos. Además contiene un cuestionario de cribado para cada módulo, el del DSM 42 tiene 77 ítems, y el que corresponde a CIE tiene 59 ítems. Esta entrevista está siendo usada por la OMS para estudios multinacionales y cuenta con versión en español. En general es poco práctico pasar una entrevista semiestructurada completa de los trastornos de personalidad de forma rutinaria en la práctica clínica. Algunos autores sugieren pasar primero un cuestionario que el sujeto trae relleno de casa y, luego, centrar la entrevista en la dirección de los trastornos de personalidad que parece reflejar el cuestionario. Autorregistro: Son útiles para la evaluación previa de la conducta objetivo, para el control del aumento y/o disminución de esta, así como para el registro de tareas establecidas durante el tratamiento. La persona debe atender a su propia conducta, tanto encubierta como manifiesta, y ser capaz de registrarla mediante un procedimiento previamente establecido con el terapeuta. Ha de pasar el menor tiempo posible entre la presencia de la conducta y el registro, se ha de registrar con la máxima inmediatez. La técnica más usada es la de papel y lápiz, en la que se anota en un registro de papel, confeccionado para tal fin, cada vez que se manifieste la conducta objetivo de estudio. 10. Tratamiento: En primer lugar el tratamiento, no sólo de los trastornos de personalidad, sino de cualquier otro tipo, se caracteriza por necesitar flexibilidad por parte del terapeuta, las guías terapéuticas son útiles, pero no infalibles, por lo que habrá que adecuar los procedimientos, las exigencias, el ritmo, etc., al paciente que en ese momento se tiene delante. El proceso de intervención en los trastornos de personalidad se caracteriza por ser largo, costoso (para paciente y terapeuta), con presencia de recaídas o retrocesos, con 43 objetivos a corto, medio y largo plazo, y donde la fase de seguimiento se hace especialmente importante y duradera. Sin entrar en ninguna terapia específica aún, daremos algunas propuestas generales que pueden ayudar a abordar el caso: Greenberg sostiene que el comienzo del tratamiento debe darse con acciones organizadoras que proporcionen algún grado de estructuración al paciente, como estas: Trabajar a partir de una agenda simple y pedir al final de cada sesión resúmenes sobre los temas tratados; esto hace que el terapeuta resulte al paciente una figura predecible, y así ayudar a reducir su ansiedad ante la asistencia a terapia. Es conveniente utilizar instrucciones muy explícitas y llevar un registro de los pensamientos disfuncionales. Las intervenciones terapéuticas deben dirigirse, en primer lugar, a identificar las distorsiones cognitivas y, más tarde, a ayudar al paciente a desfiarlas. Otro objetivo es aumentar la autoeficacia. Debe trabajarse también, con la impulsividad y las descargas emocionales, con el fin de favorecer una reducción de las sospechas. Beck y Freeman sostienen: Lla estrategia fundamental con sujetos esquizotípicos es cultivar la adecuación social; así las técnicas predominantes son el entrenamiento en habilidades sociales y el modelado de conducta y de la expresión. (Veremos la propuesta más extensa de estos autores más adelante). El objetivo más importante consiste en enseñar al paciente a que busque en el ambiente pruebas objetivas para la evaluación de los pensamientos. Puede resultar de utilidad las pruebas de refutación de creencias, abordando la reformulación de ideas en términos de hipótesis. Según Benjamín la primera tarea es construir una relación que sobreviva a la extrema ansiedad social. En la historia personal suele encontrarse un registro de relaciones de abuso. Debido a ello, estos pacientes intenta mantener distancia por seguridad, ya que ven al terapeuta como alguien más que puede atacarlos y 44 humillarlos. El terapeuta debe ser muy cauteloso con sus preguntas y tratar de no reiterarse. Como se puede observar todas las propuestas anteriores exponen principios terapéuticos cognitivo – conductuales, y es que este tipo de intervención es la más respaldada en la literatura actual. Por ello, hablamos ahora de la terapia cognitiva “por excelencia”, la de Beck y Freeman plantearon cuatro estrategias básicas para el tratamiento del trastorno esquizotípico de la personalidad: a) Establecer una sólida relación terapéutica para reducir el aislamiento social, para lo cual además sería muy útil aumentar la red social general del paciente. b) Aumentar la adecuación social por medio del entrenamiento en habilidades sociales, donde se emplean estrategias conductuales (representación de papeles) y cognitivas; entre estas últimas se encuentran la identificación de los pensamientos automáticos y de las suposiciones subyacentes sobre la interacción con los demás. c) Mantener sesiones de terapia estructurada para limitar el divagar y el habla extraña, identificando, además, una pequeña meta para cada sesión. d) Enseñar al paciente a buscar pruebas objetivas en el ambiente para evaluar sus pensamientos, en vez de fiarse de sus propias respuestas emocionales. Es importante que el paciente aprenda a no hacer caso a sus pensamientos inadecuados y a considerar las consecuencias de responder emocional o conductualmente siguiendo estos pensamientos. A continuación vamos a exponer un tipo de intervención concreto que proviene de la terapia cognitiva de Beck, aunque en su desarrollo ha dejado de ser puramente cognitivo – conductual para integrar principios y herramientas de otras orientaciones como el psicoanálisis y la Gestalt; hablamos de la Terapia de esquemas de Young. Young fue discípulo de Beck y en la aplicación de la terapia cognitiva encontró una serie de limitaciones que intentó solventar modificando el modelo. Estas limitaciones 45 están referidas a problemas y dificultades que los “pacientes difíciles” suelen presentar en el transcurso del tratamiento, estos problemas son: - Dificultades para activar e identificar aquellos sentimientos y emociones que generalmente están ocultos o permanecen bloqueados. - Problemas para identificar e informar sobre sus pensamientos y procesos cognitivos. - Dificultades para poder identificar cuáles son sus problemas así como definirlos. - Falt de motivación al realizar las tareas asignadas para casa. - Dificultades para establecer una buena relación terapéutica. - Resistencia a modificar creencias y patrones de conducta, a pesar de la argumentación lógica y racional asumida por el propio paciente. La aplicación de la terapia de esquemas no se reduce a los trastornos de personalidad, sino que también está indicada para alteraciones como la distimia, ansiedad crónica, prevención de recaídas en la depresión, abuso de sustancias, pacientes difíciles y terapia de pareja y grupo, entre otros. El modelo de Young aporta nuevas estrategias y orientaciones metodológicas, tales como un cuidadoso estudio de las primeras experiencias infantiles, un análisis causal sobre la génesis de las creencias y distorsiones cognitivas del paciente (esquemas tempranos) y un mayor énfasis en la relación terapéutica y en las técnicas emocionales. La base teórica del modelo se fundamenta en la existencia de los Esquemas Tempranos Desadaptativos (ETD), y en los procesos bajo los que pueden operar dichos esquemas. Los ETD son temas estables y sólidos acerca de uno mismo en relación con la experiencia y que se han desarrollado desde la infancia y a lo largo de toda la vida. Constituyen la base del procesamiento de la realidad y a partir de ellos se generan todas las distorsiones cognitivas, disfunciones emocionales y/o comportamientos inadaptados. Los ETD tienen las siguientes características: Son verdaderos e incondicionales: su validez jamás se cuestiona por el sujeto. Son persistentes y muy resistentes al cambio. Constituyen en núcleo cognitivo del 46 individuo y cualquier amenaza de cambio sería como si se tambaleasen los cimientos de la personalidad. Son disfuncionales y producen malestar significativo. Distorsionan el procesamiento de la información para mantenerse válidos e intactos. El concepto del sí mismo así como la interpretación de los acontecimientos, son procesos que se ven mediatizados por el esquema para mantener su validez. Los desencadenan determinados acontecimientos ambientales. Sus orígenes se encuentran en necesidades emocionales básicas, que no han sido satisfechas durante la infancia, y experiencias tempranas traumáticas o estresantes, aunque también, en muchos casos, es el temperamento emocional de la persona el que deriva hacia la formación de determinados ETD. Young establece una tipología de ETD que estructura con 18 esquemas agrupados en 5 categorías. Existen tres formas distintas de operar con un esquema en un determinado individuo, estas son los procesos de los esquemas, que sirven para explicar de qué manera la persona responde a su esquema bien sea a nivel afectivo, cognitivo o conductual. Los procesos son: Rendición al esquema: Hace referencia a aquellas maniobras cognitivas y conductuales que sirven para reforzar y conservar la vigencia del esquema. El individuo piensa y actúa conforma al dictado de su ETD. Para que esto se produzca es necesario que se comentan distorsions cognitivas. Evitación del esquema: Cuando un esquema se activa, el individuo experimenta afectos y emociones altamente desagradables, tales como ansiedad, tristeza, ira, abatimiento, etc. Por ello, algunas personas tienen que desarrollar estrategias encaminadas a prevenir la activación del esquema. Si en el modo de rendición el sujeto piensa y actúa conforme a las directrices del esquema, en el modelo de evitación el esquema se percibe como una seria amenaza y por ello debe ser evitado. Compensación del esquema: El individuo adopta estilos cognitivos y/o conductuales que parecen ser opuestos a lo que cabría esperar del esquema. Este mecanismo es un 47 intento de “engañar” a corto plazo, el contenido del esquema, pues casi siempre este termina por demostrar al individuo su incuestionable validez. Hay un último concepto en la teoría de Young que es el modo de esquema. Llama modos de esquema a puntuales estados emocionales y conductas asociadas que se manifiestan mediante algún tipo de estímulo estresante emocional al que el sujeto se muestra especialmente sensible. Se trata de una constelación de determinados esquemas que habitualmente se encuentran en estado latente, pero que se pueden activar de forma más o menos esporádica ante acontecimientos concretos. Una vez establecidos los puntos clave del modelo ofrece un proceso terapéutico. Además del tratamiento propiamente dicho, Young ofrece un proceso de evaluación muy concreto, cuyos objetivos son: - Identificación de patrones de conducta disfuncionales. - Identificación de desencadenamiento de los ETD. - Comprender los orígenes de los esquemas en la infancia y la adolescencia. - Identificación de las conductas y los estilos de afrontamiento. - Evaluación del temperamento. - Unificarlo todo: la conceptualización del caso. Los pasos concretos que propone para la evaluación no los vamos a explicar aquí puesto que nos encontramos en el punto de tratamiento (para información más detallada consultar Caballo, 2004). Pero sí señalaremos que debido al procedimiento de evaluación y sus objetivos, esta fase ya resulta terapéutica, puesto que supone una toma de conciencia importante por parte del sujeto de sus ETD y un desenmascaramiento de toda la problemática vital. Una vez conocidos los esquemas y su funcionamiento se procede a cambiarlos. Esta fase resulta prolongada y laboriosa, ya que aborda la sustitución de unos patrones de comportamiento muy arraigados y resistentes al cambio. Dicho cambio terapéutico no está basado en una única técnica sino que se hace una propuesta de diferentes técnicas emocionales, interpersonales, cognitivas y conductuales con el objetivo de adaptar a cada caso en particular, aquellas que se consideren más oportunas y eficaces. 48 Técnicas Cognitivas: La utilización de estas técnicas debe considerarse a largo plazo, ya que es la modificación de estructuras muy profundas. 1. Cuestionamiento de la validez de esquemas: Se trata de cuestionar la validez del esquema mediante el examen de las pruebas que se dan a favor y en contra del esquema. Los acontecimientos y las evidencias que se analizan hacen referencia a lo ocurrido a lo largo de toda la vida del paciente y no sólo de las experiencias recientes. Para ello se confecciona un listado con las pruebas que, desde el pasado, sustentan y refutan la validez del esquema. Este último listado resulta más complicado de confeccionar por parte del paciente, ya que toda la información que contradice el esquema ha estado siendo sistemática negado o ignorada. 2. Reformulación de las pruebas que sustentan el esquema. Está es una fase posterior donde el objetivo será que el paciente pueda descubrir una explicación alternativa o una forma de visión diferente respecto a lo que le ha ocurrido a lo largo de su vida. Se trata e encontrar causas o atribuciones diferentes sobre las experiencias que han estado confirmando la validez del esquema. Inicialmente se revisa toda la dinámica familiar de la infancia redescubriendo posibles desajustes en los padres, en el sistema familiar, en los roles asignados al paciente, etc. De igual forma, se revisan también las experiencias significativas habidas desde la infancia buscando reatribuciones más objetivas. 3. Evaluación de las ventajas e inconvenientes de los estilos de afrontamiento: El paciente y el terapeuta confeccionan en un listado las ventajas e inconvenientes que terminan por producir los estilos de afrontamiento que utiliza el paciente en cada uno de los esquemas que le dominan. El paciente debe comprender que sus estilos de afrontamiento pudieron resulta útiles durante la infancia, pero no en la edad adulta, donde estas formas de actuar son incompatibles con la felicidad y el bienestar. 4. Diálogos dirigidos entre la alternativa saludable y las alternativas del esquema: Esta técnica, adaptada de la Gestalt, sitúa al terapeuta actuando como si fuese la alternativa saludable y al paciente como si fuese la alternativa del esquema, debatiendo entro los dos la validez de lo que cada uno representa. El terapeuta responderá con 49 preguntas socráticas a cada uno de los argumentos que esgrime la parte del esquema. Los papeles pueden ir intercambiándose al tiempo que el terapeuta puede ir moldeando las intervenciones del paciente cuando este actúa en el “lado saludable”. El objetivo es que el paciente aprenda a asimilar y desarrollar el rol de la alternativa saludable. 5. Tarjetas de aviso: Es una estrategia útil para aquellos momentos en los que el esquema está activado y el paciente se ve impotente para contrarrestarlo. Se trata de hacer una o varias tarjetas por cada esquema en donde se especifican las contraargumentaciones y conductas más eficaces que pueden anular al esquema. El paciente debe llevarlas siempre consigo y acudir a ellas antes o durante los instantes en que el esquema se activa. 6. Diario de los esquemas: Mediante esta técnica el paciente puede ir construyendo sus propias respuestas apropiadas mientras sus esquemas se activan en el transcurso de la vida cotidiana. El diario pide al paciente que identifique los acontecimientos desencadenantes, las emociones, los pensamientos, las conductas actuales, los esquemas, la perspectiva apropiada, las preocupaciones realistas, las conclusiones y las conductas saludables. 7. Técnicas representacionales: Algunas de estas técnicas están retomadas de la terapia gestáltica y tiene por objeto la experimentación emocional de acontecimientos pasados muy determinantes en la formación de los ETD. En este punto, el paciente ya ha podido comprobar racionalmente las pruebas que demuestran la falsedad de sus esquemas pero que aún siente como si fuesen verdaderos. Ahora se trata de que pueda combatirlos a nivel afectivo y emocional. Mediante estas estrategias se le brinda la oportunidad de reelaborar situaciones no resultas descargas sus sentimientos y emociones y comprobar cómo los ETD pueden activarse y contrarrestarse. 8. Imaginación de escenas y diálogos: Consiste en que el paciente imagine con el mayor realismo posible, escenas relacionadas con sus padres u otrs figuaras relevantes, tanto del pasado como del presente. El primer objetivo es comprobar la capacidad de imaginación del paciente y poder valorar el impacto que estas escenas y diálogos causan en él mediante la 50 comprobación-observación de sus reacciones emocionales. Por otra parte, estas imágenes resultan útiles para identificar los esquemas, comprender sus orígenes en la infancia y ver su relación con los problemas presentes. El segundo objetivo de la técnica es permitir al paciente que pueda adoptar y experimentar otras formas de afrontamiento diferentes a las dictadas por sus esquemas. Con el diálogo el paciente puede experimentar otras formas de afrontamiento diferentes a las dictadas por los esquemas. Se insiste en que el paciente exprese libremente y con energía sus sentimientos y que no se deje llevar por las directrices del esquema. Sería una forma de revivir situaciones difíciles y de tener la oportunidad de afrontarlas ahora de una forma diferente, expresando sus necesidades emocionales o su ira contra aquellos que le han perjudicado. Por otro lado, hay que tener cuidado para que no desarrolle animadversión hacia sus padres, ya que suelen estar presentes en estas situaciones difíciles mencionadas anteriormente. Hay que intentar dejarles claro que el enemigo es el esquema y no sus padres. 9. Recuerdos traumáticos: Se pretende que el paciente puede reexperimentar emociones y afectos bloqueados relacionados con experiencias traumáticas, generalmente de abuso o abandono. Esta técnica requiere especiales cuidados cuando se aplica con pacientes sensibles y con escaso autocontrol. El terapeuta debe ir despacio, dejando sus intervenciones para momentos cruciales. En la experimentación imaginaria de estas experiencias el paciente deberá esta vez actuar bajo el modo del “Adulto sano”. 10. Cartas emocionales: Esta técnica, derivada de la terapia gestáltica, se aplica cuando al paciente no les posible una ventilación asertiva de sus sentimientos y una reinvidicación de sus derechos debido a que la persona implicada está ausente o no presenta una adecuada abordabilidad para este objetivo. La liberación de estos sentimientos se puede llevar a cabo mediante la redacción de cartas o escritos dirigidos al otro en los que el paciente pueda expresarse libremente. Resulta beneficiosa la lectura sistemática de estos escritos. 51 11. Ruptura de patrones conductuales en la imaginación: El paciente imagina o visualiza situaciones probables o futuras en las actúa mediante patrones de conducta maduros y saludables, en lugar de utilizar estrategias de evitación o compensación del esquema. La relación terapéutica: Resulta un componente muy importante, no sólo por el hecho de que el paciente esquizotípico necesita sentirse aceptado, respetado y no juzgado, sino porque, como hemos visto, se trata de una intervención fundamentalmente interactiva. Es necesario establecer un buen vínculo terapéutico porque en esta relación va a servir de escenario para los ETD, por ello el terapeuta ha de estar alerta para identificarlos y ofrecer al paciente una comprobación de los mismos sobre la marcha, así como una explicación alternativa y más racional del acontecimiento ocurrido. Esta relación, asimismo supondrá el soporte en el que el terapeuta pueda adoptar el rol de alguna persona significativa de la vida real del paciente, pero tomando una actitud distinta a la que determinó la formación del esquema. Por todo esto la terapia requiere un alto nivel de habilidades del terapeuta. Técnicas conductuales: Su utilización se destina a modificar aquellos patrones de conducta desencadenados por los ETD, y que los han estado reforzando. Las técnicas que se utilizan son las siguientes: 1. Ensayos en la imaginación y representación de papeles: El paciente deberá visualizar en su imaginación escenas que requieran el uso de nuevas conductas y cómo él las lleva a cabo con éxito. Posteriormente podrá ensayarlas actuando con el terapeuta al tiempo que este puede moldearlas. 2. Asignación de tareas para casa: Confeccionar autorregistros que señalen la conducta a realizar, cuándo se llevó a cabo, cómo se sintió después y cuáles fueron las consecuencias. Posteriormente, se analizarán en terapia las actuaciones realizadas reforzando sus logros y reajustando los aspectos que requieren mejora. 52 3. Utilización de tarjetas de aviso. Tratamiento farmacológico: Los datos disponibles sugieren que la administración de neurolépticos a dosis bajas produce una mejoría de algunos síntomas (disfunción coginitivo-perceptiva y descompensación psicótica). La eficacia clínica de los antidepresivos se analizado poco en la investigación con grupo control. La imitriptilina ha mostrado que además de ser poco eficaz para mejorar los síntomas centrales, puede incrementar la hostilidad y los recelos paranoides en algunos pacientes. Por el contrario, la utilización de dosis altas de fluoxetina parece ir asociada a una mejoría de numerosos síntomas de los sujetos. Para las ideas de referencia, las alteraciones de pensamiento y la paranoia son útiles los antipsicóticos, para los rasgos obsesivo-compulsivos y la ansiedad social están indicados los antidepresivos serotoninérgicos, la clomipramina y el IMAO, por último, para los síntomas deficitarios como el retraimiento social se usan los antipsicóticos atípico e ISRS. 11. Conclusiones: Para concluir debemos hacer referencia a la complejidad de este trastorno. No sólo por la dificultad del tratamiento (ya que no es fácil que en la intervención los síntomas remitan completamente, quedando presentes los síntomas definitorios del trastorno), sino también, por la complejidad de realizar un correcto diagnóstico diferencial o identificar la comorbilidad con otros trastornos de la personalidad. Resulta evidente que faltan investigaciones sobre este trastorno, ya que no existe una terapia (ni farmacológica ni psicológica) de la que se pueda afirmar empíricamente que sea eficaz. 53 12. Bibliografía: Belloch, A. y Fernández-Álvarez, H. (2002), Trastornos de la personalidad. Madrid: Síntesis. Caballo, V.E. (coord.), (2004), Manual de Trastornos de la personalidad. Descripción, evaluación y tratamiento. Madrid: Síntesis. Caballo, V.E. (2006), Manual para la evaluación clínica de los trastornos psicológicos. Trastornos de la edad adulta e informes psicológicos. Madrid: Pirámide. Méndez Carrillo, F.X., Olivares Rodriguez, J. y Espada Sánchez, J.P. (coordinadores) (2005). Terapia psicológica. Casos prácticos. Madrid: Pirámide. Millon, T. y Davis R.D. (1998). Trastornos de la Personalidad. Más allá del DSM – IV. Barcelona: Masson. Rubio Larrosa, V. y Pérez Urdaniz, A. (2003). Manual de trastornos de la personalidad. Madrid: Elsevier España. 54