Módulo_introductorio_al_sistema_de_cambio_climático_global

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Módulo introductorio al sistema de cambio climático global
Manuel Guzmán Hennessey.
Esto fue lo que dijo Guzmán Hennessey en su presentación introductoria, durante el
taller de cambio climático en San Salvador.
Se refirió al sentido de oportunidad de la FNPI de convocar este ejercicio justo en el
momento en que la humanidad se encuentra a la expectativa de lo que ocurrirá en la
15ª Conferencia mundial sobre el Clima de la ONU, la COP 15, que se celebrará en
Copenhague, la capital de Dinamarca, en diciembre de este mismo año. Debido a
que las metas de Protocolo de Kyoto acaban en 2012, se buscará allí un proyecto de
seguimiento, con metas nuevas de cada país participante, antes de 2010.
Guzmán Hennessey señaló la necesidad de explorar un pensamiento interpretativo
sobre la crisis del cambio climático global, que abordara aspectos que fueran más
allá de los meteorológicos, y en este sentido dijo que, a su juicio, la composición de
este fenómeno obedece a una falla sistémica de la cultura humana, relacionada con
su dificultad para prever la evolución de escenarios de alta complejidad. La falla
consiste, afirmó, en la construcción de la idea de progreso que guió el desarrollo y
crecimiento de las grandes ciudades, entre los siglos XIX y XX1.
Atribuyó el probable origen de esta falla al dominio del pensamiento positivista
lógico, a buena parte de la filosofía de la ciencia del siglo XX, y a la posterior idea
¿o estrategia de contención? mediante la cual la humanidad pretendió, desde la
década de los ochentas, resolver los problemas ambientales y humanos, relacionados
con el modelo de crecimiento y desarrollo que esta misma civilización había
escogido o inventado para progresar. Esta última idea se conoce como desarrollo
sostenible.
Dijo que su argumento se aparta de la extendida consideración que le concede al
aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, el carácter de
causa única del calentamiento global. Se propuso examinar las causas del problema
a otros factores antropogénicos, especialmente el relacionado con el factor cultural
del consumismo, íntimamente ligado al esquema de creencias que guió la idea de
progreso y de felicidad, de la civilización humana del siglo XX.
Debido a que no era aquel un foro técnico, y a que la mayor parte de los asistentes
contaba con la información básica sobre los aspectos técnicos del problema,
consideró que no debía abundar sobre ellos, y concentrarse en señalar cuatro cosas,
1
Señaló la necesidad de tener los siguientes conceptos claros: Cambio climático, calentamiento
global, energía nuclear, fenómeno climático extremo, vectores enfermedades, sequía, desertización.
Y enmarcó su presentación con base en las siguientes palabras claves: Cambio climático,
Calentamiento global, Protocolo de Kyoto, Efecto invernadero, Mecanismo de Desarrollo Limpio,
Reducción de emisiones, Compensación de emisiones, Bonos de Carbono, Energías alternativas,
Producción limpia, Ecoeficiencia, Carbono Neutral, Consumismo, Desarrollo sostenible, Adaptación,
Mitigación, COP 15.
en el nivel de los conceptos, y una en el nivel metodológico, que sirvieran de marco
a lo que luego podría irse complementando, a lo largo de las jornadas del taller.
Estas cuatro cosas son:
1. Es un problema causado por el hombre, y por lo tanto, debe abordarse desde la
cultura.
2. Muy probablemente nos encontramos a las puertas del mayor fracaso de una
cumbre mundial de ONU: la COP 15.
3. Los medios de comunicación deben conceder al IPCC, el carácter de fuente
principal sobre los datos científicos del problema.
4. En Latinoamérica se hace necesario cambiar el énfasis de la información sobre
el problema: Más ADAPTACION menos MITIGACION.
La sugerencia metodológica consiste en abordar siempre el problema, desde una
perspectiva sistémica.
Cuando habló sobre la índole cultural que subyace en la raíz del problema climático,
citó a James Lovelock, y recomendó a los asistentes la lectura de su último libro, La
venganza de la Tierra2.
Subrayó el concepto de reacción tribal, que Lovelock le asigna a la reacción cultural
de la civilización humana amenazada por el fenómeno del clima. Esta reacción tribal
redundará en la construcción de una nueva cultura, soportada sobre nuevos patrones
de consumo, una nueva ética y una nueva estética del desarrollo, y un uso moderado
de los recursos naturales, a su vez soportado, sobre el aprovechamiento de la nueva
ciencia, para el desarrollo de nuevas formas de energías, entre las cuales la energía
de fisión, descollará como un nuevo paradigma de eficiencia, seguridad y limpieza.
La idea de Lovelock es que la vida (toda la vida de la tierra en su conjunto)
“Interacciona y tiene la capacidad de mantener su entorno de manera que sea posible
la continuidad de su propia existencia. Si algún cambio ambiental amenazara a la
vida, ésta actuaría para contrarrestar el cambio de manera parecida a como actúa un
termostato para mantener una casa confortable cuando cambia el tiempo,
encendiendo la calefacción o el aire acondicionado”. Indicó que este fenómeno se
conoce como homeostasis, un proceso mediante el cual los sistemas se protegen y
conservan a sí mismos, alterando sus condiciones de funcionamiento cuando las
condiciones adversas amenazan su estabilidad, entonces se adaptan a los cambios
para producir bienestar y contrarrestar las condiciones adversas a que han sido
expuestos.
Los seres vivos funcionamos en los sistemas como sujetos complejos adaptativos
(Gell-Man, 1991), pero nuestra capacidad de adaptación, tanto en los sistemas
sociales y humanos como en los sistemas naturales, tiene límites. El mecanismo
mediante el cual nos adaptamos (cambiamos, nos producimos, nos reinventamos) se
llama autopoiesis (Maturana, 1989) o autoorganización (Atlan, 1982) y se
manifiesta en procesos de realimentación o compensación.
2
Lovelock James, La Venganza de la Tierra, Planeta, Barcelona, 2007.
Al señalar que el foco de atención de los periodistas latinoamericanos debía
concentrarse más en los temas de adaptación que de mitigación, subrayó que de lo
que se trata es de que la humanidad, en su conjunto, encuentre una manera
apropiada de navegar en la adaptación al fenómeno climático global, cuyas
consecuencias están a la orden del día, y son hechos incontrovertibles de la cotidiana
realidad.
Al ampliar su sugerencia de conceder el carácter de fuente única al IPCC, sugirió
una metodología soportada en autores que más adelante reseñó, y que consiste, en
grandes líneas, en la posibilidad de aprender a moverse simultáneamente en dos
marcos de referencia, el del conocimiento (al cual llamó “el marco de la realidad”) y
el de la visión (al cual se refirió como el “marco de la perspectiva”).
El marco del conocimiento es el marco de los datos científicos, que provee el IPCC,
y el marco de la perspectiva es el marco del futuro, donde caben los nuevos
enfoques cognitivos de la ciencia y el arte, y esa especie de disciplina en formación
basada en el plus natural de la ciencia física, cuando reconoce que sus leyes no
alcanzan para el entendimiento de todos los fenómenos, y que admite nuevas
perspectivas de sus modelos de análisis, desde un modo de pensamiento no anclado
en postulados inamovibles3.
Guzmán Hennessey anotó que el problema del cambio climático global no es un
problema exclusivo del medio ambiente, sino un problema que trasciende el sentido
de lo que somos como especie, esto es: toda la cultura humana; y que, por lo tanto,
es un problema que toca con el componente industrial de esa cultura, que soporta su
modelo de consumo, y si se quiere, que soporta el componente de mercado que
estimula ese modelo del consumo4.
Cuando la sociedad informa sobre sus productos industriales y omite la información
de sus procesos, contribuye a la formación de un sistema de creencias según el cual
esos productos industriales son la felicidad. Queda así superado el episteme
(inconsciente individual) de Foucault por un concepto nuevo, especie de
inconsciente civilizacional (Bateson). Tal inconsciente es el sistema de creencias
según el cual, el modelo del desarrollo sostenible es bueno.
Dijo que el creciente aumento de la complejidad del mundo natural y social, y su
consecuente aumento de la incertidumbre, nos enfrenta a un mundo cada vez más
caótico, plagado de innovaciones tecnológicas, y caracterizado por un uso
desenfrenado de los recursos naturales. La tecnología, en tal contexto global y
voraz, opera como un agente catalizador que acelera el fenómeno de la complejidad,
y contribuye al empuje de la humanidad hacia un nuevo período histórico.
Citó a Murray Gell-Man, “la red de interrelaciones que conecta género humano
consigo mismo y con el resto de la biosfera es tan compleja que todos los aspectos
se influyen mutuamente en grado extremo; alguien debería estudiar el sistema en su
3
El libro de Michael Talbot, Más allá de la teoría cuántica, es el mejor ejemplo de esta nueva
perspectiva.
4
A una conclusión muy similar llega el Informe de Nicholas Stern sobre cambio climático.
totalidad, aunque sea toscamente, porque la suma de los estudios parciales de un
sistema complejo no lineal no puede dar idea del comportamiento del todo”5.
Y a Leonardo Boff: “La edad contemporánea ha provocado otra visión del mundo,
que es la resultante de la articulación de muchos saberes, partiendo de la física
cuántica, de la biología combinada con la termodinámica, de la psicología
transpersonal, del conjunto de saberes que proceden de las ciencias de la tierra y
de la ecología, la realidad cósmica aparece representada como una red
complejísima de energías que se consolidan y se llaman materia o se manifiestan
como energía pura formando campos energéticos y mórficos, todos se inter-retrorelacionan formando la religación universal”. (Ecología el grito de la Tierra, el
grito de los pobres,)
Para los individuos, esta coyuntura histórica se traduce, según Uri Merry6, en una
crisis de adaptación.
Afirmó que lo anterior ha movido a los científicos del Panel Intergubernamental de
Cambio Climático a conformar un Centro Mundial para la adaptación al cambio
climático, organismo multilateral de la más alta idoneidad y alcance que estimulará
entre los investigadores la formulación de estrategias emergentes y propuestas
interdisciplinarias orientadas a implementar programas de adaptación que mejoren
la resiliencia de los ecosistemas más vulnerables.
Dijo que durante el siglo XX la civilización logró transformar el homo sapiens en
homo hydrocarbonus. La expresión es de Jacques Grinevald, y no puede ser más
pertinente, pues si algo caracteriza a la sociedad tecnológica avanzada del siglo XX,
es, no simplemente su dependencia creciente y sostenida de los combustibles fósiles,
sino la imprevisión e inconsciencia con la que manejó este recurso no renovable7.
Por último, el carácter emergente del calentamiento global, que el experto se
encargó de sustentar a lo largo del Taller, se explica por la condición caótica de los
sistemas que intervienen en el clima, y por la imprevisión de una sociedad que no
pudo anticiparse a las alertas que dieron los científicos. La previsión del tiempo a
largo plazo es imposible porque la evolución del tiempo depende de las matemáticas
del caos y sus modelos son impredecibles por naturaleza, pero la predicción del
5
Gell-Man Murray, El quarq y el jaguar, Tusquets, Metatemas, Barcelona, 1995, p 13.
6
Merry, Uri. Coping with Uncertainty: Insights from the New Sciences of Chaos, Self-Organization, and
Complexity. Westport, Conn.: Praeger, 1995.
7
Mientras redacto esta relatoría llega a mi correo un alerta de Google que da cuenta de una noticia cínica,
que a mi juicio, justifica asaz la propuesta de Antonio Elizalde sobre la ética de la indignación. La noticia
es que China acaba de anunciar que tan sólo en 2050 comenzará a reducir sus emisiones de carbono. Asi
lo dijo Su Wei, director del departamento del desarrollo y de la comisión de reformas en materia de
cambio climático de China, citado por el diario británico Financial Times del sábado 15 de agosto de
2009. El protocolo de Kyoto, que finaliza en 2012 y cuya prolongación se decidirá en diciembre en
Copenhague, no fija objetivos de reducción a cumplir por China, por ser un país en vías de desarrollo.
"Las emisiones de China seguirán progresando más allá de 2050", declaró, citado por el diario. China es,
junto a Estados Unidos, uno de los dos principales contaminadores del Planeta.
clima en el largo plazo sí puede ser predecible, porque los modelos sobre los cuales
se elaboran los análisis son lineales.
Lovelock afirma que el cambio climático actual era predecible, por lo tanto hoy se
puede inferir con exactitud que un aumento de la concentración de dióxido de
carbono en la atmósfera, superior a las 500 ppm, repercutirá en un cambio climático.
Este aumento de la concentración atmosférica de dióxido de carbono es
comprobable hoy día.
Identificar en qué momento de nuestra historia comenzó a desencuadernarse el
mundo, y la civilización comprobó la amenaza que se cernía sobre ella, a partir de la
comprobación, cada vez más evidente, del deterioro creciente de la salud de la
atmósfera, no es un ejercicio fácil. Pero el punto de inflexión está muy cerca de
1960, cuando emergió lo que Theodore Rozak llamó “El nacimiento de la
contracultura”.
Un poeta inglés, William Butler Yeats, lo dijo con estas palabras: Las cosas se
desmoronan; el centro no puede aguantar, la anarquía está desatada en el mundo.
Con esta frase se puede resumir el tema de los 2º C y el de las 450 ppm de dióxido
de carbono en la atmósfera, que Manuel Guzmán escogió para significar la gravedad
del problema.
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