RELACIONES ENTRE LO MANIFIESTO Y LO LATENTE EN LOS GRUPOS OPERATIVOS Leonardo Schvarstein Relaciones entre LO MANIFIESTO y LO LATENTE en los grupos operativos INDICE. 1.- La-unidad de trabajo. Existente-Intervención-Emergente. Tarea del operador y tarea del grupo. 2.- Ubicación de los conceptos en términos de categorías lógicas de pensamiento. Consecuencias instrumentales, 3.- El psicoanálisis y la primera tópica: inconsciente, preconsciente y consciente. 4.- De lo individual a lo grupal. 5.- La interpretación como proceso de simbolización. 6.- La posición del operador. 7.- Referencias bibliográficas. INTRODUCCIÓN E1 objeto del presente trabajo es caracterizar- las relaciones que existen entre lo manifiesto y lo latente en los grupos operativos, así como derivar de esta caracterización las consecuencias instrumentales que orientan la tarea del coordinador. Para ello se parte del análisis de la unidad de trabajo, definiendo cada uno de sus momentos y reconociendo las diferencias y relaciones que existen entre la tarea del grupo y la tarea del coordinador. Dado que el pensamiento de Pichón-Rivière se nutre en esta temática del psicoanálisis, se reseñan brevemente las ideas de Freud acerca de lo consciente, lo preconsciente y lo inconsciente. Teniendo en cuenta que esta primera tópica fue desarrollada para el ámbito psicosocial, se aborda seguidamente la significación de estos conceptos en el ámbito sociodinámico, no como una mera traspolación sino teniendo 'en cuenta la especificidad fenomenológica del campo grupal. - , Finalmente se abordan las etapas del proceso de simbolización constituido por las interpretaciones del coordinador y se analiza la posición del mismo en relación con el acontecer grupal que constituye su objeto de conocimiento. Una última aclaración para finalizar esta nota introductoria: dado que el presente trabajo se dirige en general a quienes operan con la técnica de grupo operativo desarrollada por E. Pichón-Rivière, no haremos distinción a los efectos del presente análisis entre la posición del coordinador y la del observador Por tal motivo las palabras operador, coordinador y observador deberán entenderse como referidas a una misma persona, y cuando en particular se utilice el término observador, el mismo hará referencia al necesario momento de 1 observación que implica la posición del coordinador, y no al rol de observados, participante o no, tal como se desarrolla en el encuadre de trabajo con los grupos en la escuela. 1. LA UNIDAD DE TRABAJO. Para poder relacionar los conceptos de lo manifiesto y lo latente, una primera herramienta a la que se puede recurrir es el cono invertido desarrollado por Enrique Pichón-Rivière a los efectos de caracterizar el acontecer grupal que lleva de lo explícito a lo implícito en un continuo proceso en espiral, donde la labor del coordinador es precisamente contribuir, a través de sus intervenciones, a que lo latente se haga manifiesto, permitiendo al grupo comprender y elaborar la naturaleza de los obstáculos que se oponen al desarrollo de su tarea. (Figura 1) SOBREDETERMINANTES FIGURA 1 Podríamos asimismo ubicar debajo de este primer cono otro en cuya base ubican la multiplicidad de situaciones sobredeterminantes, relacionadas con los integrantes individualmente, el grupo en si mismo y él contexto en el que éste se desarrolla, cuya presencia es activa y coorganizadora de los fenómenos grupales. Esto significa dicho de otra manera, que el acontecer implícito de un grupo en un momento dado está sobredeterminado por una multiplicidad de factores que trascienden su propio ámbito. La segunda herramienta de análisis es la unidad de trabajo constituida inicialmente por el existente grupal, la interpretación del coordinador y el nuevo emergente. Aquí es necesario introducir la noción de tarea como tercero estructurante en la relación entre el grupo y el coordinador, o sea, como el elemento que otorga sentido a la existencia de esta relación. Sentido que se pierde 2 absolutamente cuando la tarea deja de ser el estructurante, transformando la relación en una mera experiencia fusional sustentada en la ilusión grupal. Un análisis más profundo permite diferenciar la tarea del grupo de la tarea del coordinador. (Figura 2) TAREA COORDINADOR Explicitación detección de obstáculos GRUPO COORDINADOR Elaboración existente (emergente) TAREA GRUPO FIGURA 2 Se puede iniciar el recorrido de la Figura 2 en cualquiera de sus vértices, dado que la misma representa precisamente el proceso continuo hace referencia la espiral del cono invertido. ' Así, por ejemplo, empezando por el vértice inferior el coordinador hace una caracterización del existente del grupo, es decir, del material aportado por uno o más miembros que hacen las veces de portavoces, a partir de la cual detecta los obstáculos que se oponen al logro de la tarea grupal. Dichos obstáculos se originan en la intensificación de las ansiedades básicas y conducen a situaciones estereotipadas y dilemáticas cuyo origen es necesario reconocer. La técnica de grupo operativo transforma así el obstáculo en instrumento para el logro de la tarea grupal, ya que su comprensión permite no sólo el abordaje de la tarea explícita sino también la elaboración de las ansiedades básicas movilizadas en el proceso. El coordinador elabora entonces su hipótesis acerca del acontecer latente del grupo, que es explicitada en forma de interpretación. Este proceso de detección de obstáculos y su explicitación constituye precisamente la tarea del coordinador. 3 Aquí cabe ampliar el concepto de interpretación al de intervención entendiendo por tal toda acción del coordinador que tienda a hacer explícito lo implícito y cuya eficacia debe medirse no por un criterio de verdad sino por el de operatividad, que otorga a dicha intervención un carácter reestructurante con vistas al objetivo del grupo. En tanto esta reestructuración opera, el grupo hace a su vez una elaboración cuyo resultado permite caracterizar emergentes que se constituyen en nuevos existentes a partir de los cuales se da una nueva vuelta de espiral. Se distingue un emergente en relación a la novedad que aporta siendo la emergencia una novedad de conducta nacida de la específica organización de numerosos elementos; un acontecimiento sintético, creador de novedad real de una actualidad o propiedad nueva, de un tipo que no existía antes de la emergencia los Esa cualidad nueva tiene eficacia causal y modifica el curso ulterior de acontecimientos. (1) Finalmente, cabe aclarar que la explicitación no está constituida por una única intervención, sino que es un proceso de aproximaciones sucesivas a lo largo de las cuales se llega a identificar el punto de urgencia, definido por Pichón-Rivière como aquél de máxima vecindad entre lo manifiesto y lo latente y que caracteriza el momento oportuno, tanto desde la comprensión del coordinador como de la posibilidad de elaboración del grupo para hacer explícito lo implícito. A los efectos de asignar a los conceptos hasta aquí descriptos un carácter eminentemente práctico, se puede considerar la siguiente lista de preguntas, cuyo objetivo es la descripción de las distintas fases qué componen la unidad de trabajo. A) Caracterización del existente. ¿Cuál es la última intervención antes de la del coordinador? ¿Cuál es el estilo de comunicación en el grupo? ¿Hay algún observable particular?(distribución física de los integrantes, movimientos, clima, etc.) . ¿Cuál fue el emergente de apertura y cómo se relaciona con este momento del grupo? ¿Cuál es la ansiedad predominante? ¿Qué intervenciones significativas se pueden destacar? ¿Cuál es la situación del grupo en relación a los elementos del encuadre? (horario, clase, contexto, etc.), Si es un grupo de aprendizaje, ¿qué temas se han abordado y cuáles se han omitido? B) Caracterización dé la intervención. ¿Qué tipo de intervención es? (señalamiento, interpretación, construcción) ¿Cuál es el modo de la intervención? (interrogativo, irónico, risueño, etc.) ¿Qué tipo de intervención es? (corta, larga, clara, confusa, etc.) ¿Qué relación hay entre lo verbal y lo gestual, la actividad corporal? ¿Cuáles -son los contenidos esenciales de la intervención? 4 ¿Hay algunos más relevantes que otros? , C) Caracterización del emergente. ¿Cuál es la respuesta? ¿Quién es el primero que habla? ¿Quiénes siguen? ¿Hay silencios que siguen a la intervención? ¿E1 grupo pregunta, pide aclaraciones retoma lo del coordinador, lo ignora, lo rechaza? (cómo hace el grupo suya la intervención del coordinador). ¿Qué pasa con el estilo de comunicación después de la intervención? ¿Cambia el clima? ¿Qué pasa con la ansiedad: se intensifica, decrece, que igual? ¿Hay desacuerdos entre los integrantes en, cuanto a la intervención? La enumeración de estas preguntas no es taxativa, y existirán tantas otras como pueda formularse el operador en función de la situación particular. Una aclaración obvia pero necesaria: estas son preguntas a ser planteadas "a posteriori" en un trabajo sobre la crónica del acontecer grupal y su análisis será útil a los efectos de trazar estrategias y líneas de trabajo para futuras reuniones. Esto sin perjuicio que las mismas preguntas son las que implícitamente el coordinador se hace en su condición de observador, mientras no interviene en el grupo, a los efectos de caracterizar la situación existente y. detectar los obstáculos que se presenten. , 2. UBICACIÓN DE LOS CONCEPTOS EN TÉRMINOS DE CATEGORÍAS LÓGICAS DE PENSAMIENTO. Introducidos los conceptos de lo manifiesto y lo latente, la unidad de trabajo, las nociones de obstáculo y tarea, interesa aquí ubicar a los mismos epistemológicamente, es decir, establecer a qué categorías lógicas de pensamiento co y cuál es la relación entre ellos desde esta perspectiva. Para ello se recurre a una clasificación de tres niveles: A) Metanivel o nivel epistemológico propiamente dicho. Es el nivel de definición de objeto. "Meta" proviene del griego y significa "después", aunque desde esta perspectiva su significado puede extenderse a "por arriba 'y por debajo es entonces, desde un punto de vista lógico, jerárquicamente superior a los sistemas que contiene. Así, la definición de objeto de una ciencia, sus alcances y restricciones precede lógicamente y encuadra el desarrollo de sus modelos y sus técnicas. B) Nivel objeto. Es el nivel de modelización de la realidad .Todo modelo intenta ser una representación funcional de un aspecto de la realidad. El modelo de grupo operativo, a través de la descripción de los mecanismos' de; asunción y adjudicación de roles o de los principios que rigen la configuración de una estructura (policausalidad, pluralidad fenoménica, continuidad genética y funcional, movilidad de las estructuras) intenta explicar, por ejemplo, la relación entre 5 los integrantes en el funcionamiento de un grupo centrado en la tarea. C) Nivel instrumental. Es el nivel donde se desarrollan las técnicas para intervenir sobre la realidad que se ha presentado a través de los modelos en el marco de la definición de objeto realizada en el metanivel. Así, por ejemplo, las técnicas de intervención de un coordinador (señalamiento, interpretación, construcción) son desarrolladas congruentemente con el modelo de grupo descripto en el nivel anterior. Interesa ubicar los conceptos desarrollados en el punto anterior en esta clasificación a los efectos de comprender la subordinación lógica de unos respecto a otros. Yendo de lo particular a lo general, la técnica de grupos operativos se ubica en el nivel instrumental, quedando incluidos aquí los elementos de unidad de trabajo (existente-intervenciónemergente) así como otros que no han sido desarrollados por no ser objeto específico de este trabajo (por ejemplo la instrumentación técnica de los procesos transferenciales, o la noción de encuadre). En el nivel objeto se incluyen, entre otros elementos la noción de tarea el grupo constituido como estructura dramática a través de los mecanismos de asunción y adjudicación de roles, la noción de obstáculo y la existencia de los niveles manifiesto y latente. ¿Qué queda entonces para el metanivel? Precisamente la definición de objeto que hace Pichón-Rivière, cuando dice que` la psicología social tiene por objeto de estudio el desarrollo y transformación de una relación dialéctica, la que se da entre estructura social y fantasía inconsciente del sujeto, asentada sobre sus relaciones de necesidad; o sea, la relación entre estructura social y configuración del mundo interno del sujeto, relación que es abordada a través de la noción de vínculo (2) E1 cuadro siguiente resume la ubicación de los conceptos abordados en el presente trabajo en los tres niveles lógicos de pensamiento descriptos. NIVEL l. EPISTEMOLOGICO Metanivel) CONCEPTOS (o 2, OBJETO (MODELOS) 3. INSTRUMENTAL (TÉCNICAS) VINCULO SUJETO PRODUCTOR Y PRODUCIDO RELACION DIALÉCTICA MUNDO INTERNO-MUNDO EXTERNO ADAPTACIÓN ACTIVA A LA REALIDAD MANIFIESTOLATENTE/EXPLICITO-IMPLÍCITO/ CONSCIENTE - INCONSCIENTE UNIDAD DE TRABAJO SEÑALAMIENTO, INTERPRETACIÓN, 6 CONSTRUCCIÓN PUNTO DE URGENCIA – TIMING ENCUADRE 3. EL PSICOANÁLISIS Y LA PRIMERA TÓPICA: inconsciente, preconsciente y consciente. Hasta aquí han sido utilizados algunos términos como sinónimos sin entrar en mayores consideraciones: lo manifiesto se ha relacionado con lo explícito, mientras que lo latente se asimila a lo implícito. E1 siguiente párrafo, extraído del artículo "Historia de los grupos operativos" (3), de Pichón-Rivière, expresa claramente esta sinonimia: "Nuestra técnica consiste en dos aspectos fundamentales: el aspecto manifiesto, explícito y el aspecto implícito o latente. En ese sentido nos acercamos a la técnica analítica, que es en realidad hacer consciente, o sea, hacer explícito lo implícito". Vale decir que a lo largo de la obra de Pichón-Rivière se pueden encontrar las siguientes correspondencias: MANIFIESTO EXPLÍCITO CONSCIENTE LATENTE IMPLÍCITO INCONSCIENTE Es necesario destacar que en algunos lugares aparece la palabra inconsciente solamente, mientras que en otros se habla de inconsciente en sentido general. Esta distinción impone entrar en' la consideración de la primera tópica tal como fue planteada por Freud y de donde se nutre el pensamiento de Pichón-Rivière. En la "Introducción al psicoanálisis" (4), Freud hace una caracterización de lo manifiesto, refiriéndose al sueño, como aquello que el mismo desarrolla ante nosotros", mientras que lo latente es lo que permanece oculto e intentamos descubrir. Agrega Freud que "lo manifiesto (en el sueño) tiene una apariencia totalmente incomprensible si queda aislado de su sustrato latente. Vale decir que, primero, lo latente "no se ve" y segundo, hay una relación entre dos sistemas, tal que uno no puede comprenderse sin recurrir al otro. Desde otra perspectiva, en "La Metapsicología" (5); Freud aborda los sistemas consciente e inconsciente. Define al consciente (Cs) como una representación que se halla presente en nuestra conciencia y es objeto de nuestra percepción, mientras que lo inconsciente (Ics) aparece como una representación que no percibimos, pero cuya presencia estamos prontos a afirmar basados en pruebas e indicios de otro orden. Nuevamente, como en lo manifiesto, lo Cs está presente y se percibe, mientras que lo Ics, como lo latente, no sólo "no se ve" sino que además requiere recurrir a otro nivel lógico para su comprensión. Esto marca la presencia de dos sistemas de naturaleza distinta en cuanto a las relaciones entre sus elementos: las relaciones entre los elementos del sistema Cs se rigen por principios 7 distintos de aquéllos que determinan las relaciones, entre los elementos del Ics. En cuanto a la relación de los sistemas entré sí, se trata de relaciones de conjunto, sin que se imponga una correspondencia biunívoca entre sus elementos; vale decir que a un elemento del sistema Cs pueden corresponder varios del sistema Ics, mientras que muchos eventos que se desarrollan en lo consciente pueden estar sobredeterminados por una misma estructura inconsciente. Se tiene entonces una organización constituida por dos sistemas en interacción regidos cada uno de ellos por principios que le son propios y lo distinguen del otro. Así, por ejemplo, el Ics se define como atemporal y ahístórico, su origen está en las experiencias de satisfacción constitutivas del deseo y el principio que lo rige es el principio del placer. Todo esto es lo que Freud quiere significar cuando dice que: los contenidos del Ics están regidos por el proceso primario en cambio la lógica que caracteriza al sistema Cs es la del proceso secundario, donde predomina el principio de realidad y se impone muchas veces un aplazamiento en la satisfacción del deseo, así como la búsqueda de alternativas para su realización. Cabe aquí hacerse la siguiente pregunta: ¿es lo inconsciente exactamente igual a lo latente? Para responder esta pregunta se debe recurrir a otro sistema introducido por Freud: lo preconsciente (Pcs), constituido por contenidos que sin estar presentes en el campo actual de la conciencia, son sin embargo susceptibles de conciencia. E1 conjunto constituido por los sistemas Pcs-Ics se denomina Ics en sentido descriptivo, o en sentido amplio, mientras que cuando se hace referencia al Ics en sentido estricto, vale decir a aquel sistema regido por el proceso primario, el mismo se denomina Ics tópico. Freud sostiene que todo acto psíquico es en principio inconsciente, pudiendo establecerse una secuencia, entre cuyas instancias se establecen censuras de acuerdo al esquema de la Figura 3. Dada la naturaleza diferente que rige las lógicas de cada uno de los tres subsistemas, las censuras que se establecen para el pasaje de representaciones de un sistema a otro también difieren. 8 Cs Censura (2) Ps c Pcs Censura (1) Ic s FIGURA 3 La censura (1) deforma, reprime, desplaza, condensa, estando básicamente determinada por la repulsa que tienen los contenidos in-conscientes para acceder a la conciencia. En cambio debe adscribirse a la censura (2) un doble carácter: es en principio instrumental, ya que no pueden estar permanentemente todas las representaciones a nivel de la conciencia; sin ella no habría selectividad, todo estaría presente. Pero es también defensiva ya que podemos reconocer en las operaciones del sistema Pcs aspectos del dominio del principio de placer y la consecuente influencia del proceso primario. La explicitación de contenidos Pcs puede provocar reticencias, que pueden eliminarse con la técnica de la libre asociación. Esto es así porque en los sistemas Pcs y Cs predomina la representación de palabra, es decir que una imagen mnémica adquiere el índice de cualidad específico de la conciencia, asociándose por tanto a una imagen verbal. En cambio el reconocimiento del inconsciente genera resistencias, ellas mismas de naturaleza inconsciente, abordables a través de la técnica de la interpretación. Los elementos inconscientes implican una representación de cosa, en el sentido en que el objeto tiende a hacerse inseparable de la huella mnémica. E1 cuadro siguiente resume los conceptos desarrollados. SISTEMA PROCESO Consciente Preconsciente Secundario Palabra Secundario más Palabra ramificaciones del inconsciente Primario Cosa Inconsciente REPRESENTACIÓN VERBALIZACIÓN GENERA: Reticencia Resistencias Freud sostiene que no hay separación esquemáticamente precisa entre los distintos sistemas y que la relación entre ellos es de interacción y mutua cooperación. 9 Cabe preguntarse, llegado a este punto del desarrollo acerca, de la naturaleza de la relación entre los sistemas descriptos, esencialmente entre el Ics en sentido tópico y el sistema PcsCs. Una posibilidad es que se trate de una relación metasistémica concepción según la cual el Ics tendría una categoría lógica superior (por arriba y abajo según lo definido anteriormente) imponiendo entonces un orden jerárquico y normativo absolutamente sobredeterminante en relación a las representaciones del sistema Pcs -Cs. No es ésta la posición adoptada en este trabajo; se entiende aquí a la relación entre Ics y Pcs-Cs como una relación dialógica (6), definida por la unión simbiótica de dos lógicas que se nutren entre sí, entran en concurrencia se parasitan mutuamente, se complementan a la vez que se oponen y se combaten a muerte. Es una relación simbiótica en el sentido en que pueden analizarse los procesos psíquicos primarios sin recurrir a signos cuya ocurrencia se da en el nivel Cs. No puede por otra parte admitirse una prevalencia definitiva del principio de realidad sobre el principio de placer, o viceversa. Aceptar esta relación como dialógica implica poner en suspenso el paradigma lógico donde uno excluye al otro: ambos sistemas son necesarios a los efectos de la comprensión del aparato psíquico. Para cerrar el análisis de este punto, se puede- retornar a la terminología utilizada por Pichón-Rivière, constatando ahora que cuando en alguno de sus escritos se refiere a que 'lo latente es igual á lo inconsciente en sentido general, debe entenderse que se refiere á lo que Freud denomino cs en sentido descriptivo. Las correspondencias dé términos antes señaladas quedan entonces planteadas de la siguiente manera: Manifiesto Latente Explícito Implícito Consciente Inconsciente descriptivo en sentido 4. DE LO INDIVIDUAL A LO GRUPAL. El referente de Freud para el desarrollo de su primera tópica ha sido el ámbito psicosocial. Cabe ahora aplicar las ideas desarrolladas al campo grupal. Para ello, se recurre en primera instancia a los conceptos de; emergente y portavoz. Retomando la definición de emergente analizada en el punto (1) esto es, que es un acontecimiento sintético creador de novedad debe destacarse su eficacia causal y la modificación de orden cualitativo que su reconocimiento implica modificación que se define en relación al existente anterior en términos de unidad de trabajo. ¿Y quién vehiculiza el emergente? E1 portavoz. E1 portavoz, o los portavoces, es aquél quien en un momento dado de la situación grupal, merced a una particular 10 sensibilidad que adquiere por el cruce entre la horizontalidad del acontecer grupal y su propia verticalidad se constituye en vehículo del emergente. El portavoz puede ser uno o más, y en este último caso pueden darse tres posibilidades: a) que existan portavoces por redundancia, o sea que lo que expresan unos es análogo en su calidad a lo que expresan otros. Estas analogías pueden ser de forma o de significado b) la existencia de portavoces por acumulación, los que a través de sus intervenciones, enuncian aspectos complementarios, estando entonces el emergente constituido por la sumación de sus a portes; c) portavoces por oposición, situación en la que, a través del mecanismo de disociación, dos bandos "contrarios" enuncian aspectos contradictorios del acontecer grupal. Esto sucede, en general, frente a un aumento de la ansiedad persecutoria en el grupo, de la cual éste se defiende recurriendo a la mencionada disociación. La tarea del coordinador consiste aquí en restituir al grupo la unicidad de los aspectos fragmentados a través de los distintos portavoces. 0 sea que, en realidad, esta tercera instancia, si bien se manifiesta como oposición, constituye un caso particular de acumulación. E1 portavoz no es en general consciente de su calidad de tal, como tampoco lo es el grupo; esto es así dado que lo que enuncia, si bien le pertenece, es significado por el coordinador en términos del acontecer latente del grupo. Ampliaremos esto en el punto siguiente, cuando se aborde la interpretación como proceso de simbolización. Todos los integrantes del grupo, en cada momento, están desenvolviéndose en lo manifiesto, y relacionados a la vez con sus representaciones en el plano de lo latente; estas representaciones están puestas en contacto, constituyendo una trama vincular determinante del acontecer latente grupal. Para que se constituya una trama vincular, debe haber algo que la articule ese algo está constituido en primer lugar por la mutua representación interna, que se construye a través del proceso grupal, y en segundo lugar por el factor actual, o sea, el contexto' y su incidencia en el grupo en ese instante, la posición respecto al encuadre, el momento del proceso grupal, la clase si es un grupo operativo de aprendizaje, y en general todo elemento cuya ocurrencia sea significativa en términos del acontecer presente del grupo. ¿Cómo define Pichón-Rivière la articulación de esta trama vincular? Dice:"La estructura interaccional del grupo no sólo permite sino que estimula la emergencia de fantasías inconscientes. La fantasía inconsciente, crónica del acontecer intrasubjetivo del grupo interno del sujeto, intersecta con el grupo externo según el modelo dramático" (determinando los mecanismos de asunción y adjudicación de roles). (7) Las representaciones hasta aquí aludidas son entonces representaciones de fantasías inconscientes de sus integrantes. Cabe hacer aquí una reflexión: cuando Pichón Rivière dice que el acontecer latente del grupo está, determinado por la trama vincular de fantasías in conscientes de sus integrantes está implícitamente definiendo el dominio de existencia del grupo como el de los vínculos entre sus 11 integrantes. Es decir que no son las propiedades de los individuos que pertenecen a un grupo las que lo caracterizan como tal, sino las relaciones que se establecen entre ellos. Esto es así aun cuando toda interacción con un grupo es siempre una interacción con sus integrantes, y el hecho de no encontrar en el pensamiento de Pichón-Rivière ninguna alusión a algún "ente grupal" más allá de la trama vincular aludida, descartaría desde este punto de vista las interpretaciones dirigidas "al grupo" (por ejemplo: el grupo está negando tal situación). Una posición similar sostiene Anzieu, al aseverar que "en un grupo ' no hay fantasma común, salvo en el momento de la ilusión grupal. Tal o cual participante, según las fases del grupo, trata de imponer inconscientemente su fantasma individual inconsciente al resto del grupo, y el desarrollo de un episodio corresponde a, la resonancia ejercida por este fantasma sobre el inconsciente de algunos participantes, nunca sobre todos". (B) La caracterización del campo grupal como un campo de transferencias múltiples entre los integrantes, con la tarea y con el contexto en el que se desarrolla la operación grupal es otro ejemplo de este enfoque. No existe aquí mención alguna a la transferencia sobre el propio grupo, tal como la describen otros autores, por ejemplo, Pontalis, cuando dice que el mismo es tomado inconscientemente como objeto de catexis pulsional y fantasmática. Para terminar este punto puede plantearse la siguiente pregunta: si es en el plano de 1o manifiesto donde emergen indicios que permiten establecer hipótesis acerca del acontecer latente del grupo, ¿cuáles son los elementos que nos permiten establecer tales significaciones? Se distinguen estos elementos por alguna de las siguientes causas:1) por omisión, es decir que se significa aquello que falta, lo que se evita o se rechaza; 2) por redundancia, lo cual resalta que algunos elementos no sólo están presentes sino que se reiteran más allá de lo normal; 3) por contradicción, o sea, cuando el juego de oposiciones se hace protagonista de lo manifiesto, en cuyo caso se analizan los términos de la disociación y la relación entre ellos; 4) por lo insólito como ruptura de lo cotidiano, es decir, la presencia de hechos o intervenciones cuya aparición sorprende al observador. Los estereotipos, todo aquello que aparece como descolgado, como risueño, como siniestro, las expresiones intensas de afecto y muchos otros sucesos son ejemplos de estos indicios que permiten al operador caracterizar el existente y establecer sus hipótesis acerca de la estructura latente que subyace. 5. LA INTERPRETACIÓN COMO PROCESO DE SIMBOLIZACIÓN. En el punto anterior se han utilizado reiteradamente palabras tales como significación; indicios, caracterización, lectura de lo manifiesto o de lo latente. Se ha hecho referencia además a una cantidad de indicios (omisiones, redundancias, contradicciones, lo insólito) cuya presencia permite al operador develar la estructura de lo latente. 12 'Podo lo dicho alude al proceso de simbolización que se el que se aborda seguidamente. Recordemos la definición de signo: SIGNO= SIGNIFICANTE SIGNIFICADO Por ejemplo, una señal de tránsito se constituye en signo cuando se asocia lo que se ve, por ejemplo con lo que significa, es decir que no se puede estacionar. En inglés estacionar se dice "to park" y por lo tanto el significante anterior no se asocia con significado alguno por lo que no hay en este caso signo. El significante correcto debería ser en este caso E1 emergente tal como ha sido definido es un signo, lo cual implica varias cosas: a) un determinado hecho producido en un grupo puede ser tomado como significante, pero no se constituye en signo hasta que no se le asocia un significado. b) un mismo significante puede tener, y de hecho tiene, varios significados posibles. c) varios significantes pueden aludir a un mismo significado, esto es, para una cantidad de hechos diversos la explicación acerca de su significado puede ser la misma. d) en tanto el emergente relaciona en su carácter de signo a ambos elementos, lo manifiesto adquiere el carácter de sentido señal (señala la presencia de algo), mientras que lo latente se distingue por su sentido significado (significa, aclara aspectos de lo manifiesto). Pichón-Rivière sostiene que cualquier cosa que acontezca en un grupo está manifestando por medio del emergente el contenido implícito de la situación de grupo. Pero debe agregarse que ninguna de estas cosas (significantes) puede ser tomada como indicio de dicho contenido implícito (esto es, ser tomada como signo) hasta que no se le dé una explicación (significado). 0 sea que dentro de la estructura de lo manifiesto, todo es significativo en tanto el operador pueda asignarle un significado. Cuando alguien pregunta: "¿qué significa que Fulanita se haya caído de la silla justo en ese momento?", la respuesta tendrá sentido sólo en términos de significado, o sea, si puede asociarse el hecho y el momento en que ocurre a algún otro suceso que lo determine (por ejemplo, que en ese momento se estaba hablando de algo que la molestaba y pretendió de esa manera desviar la atención). Más aún, corresponde al operador también develar la naturaleza del signo en términos del acontecer grupal (por ejemplo, establecer si Fulanita, a través de su caída, fue portavoz de un malestar de todo el grupo, o bien su sensibilidad respondió más bien a cosas muy personales). Vale decir que, puestos frente al acontecer grupal, lo que encontramos es que lo significativo no es el acontecer mismo, sino la mirada que el observador le dirige. En un grupo se producen muchos más acontecimientos que los que el operador 13 puede dar cuenta y por lo tanto es importante resaltar el proceso de selección. Nada tiene sentido fuera de la mirada del observador, que es la que selecciona, M/E/C de la multiplicidad de eventos que el grupo despliega aquéllos que serán útiles en términos de su tarea. Y es precisamente esta comprensión acerca de la naturaleza de su tarea (trabajar sobre los obstáculos del grupo) la que direcciona su mirada y su intervención. , Se ampliará esto en el punto siguiente (la posición del. operador) pero vale la pena aclarar aquí que frente a la constitución de un signo, o sea cuando algún aspecto de lo manifiesto adquiere significado y. echa luz sobre la estructura de lo latente, señalarlo o no dependerá del carácter de obstáculo que dicho hecho presente. En todo grupo hay una estructura imaginaria, que subyace, cuyo carácter en un determinado momento y en función de una situación dada puede facilitar la tarea del grupo o constituirse en obstáculo. Cuando el coordinador comprende algo acerca de lo implícito, pero esto no está obstaculizando la tarea, no corresponde manifestarlo, simplemente puede quedar registrado para ser introducido en el momento en que sea oportuno. Lo contrario sería distraer la atención del grupo a una necesidad del propio coordinador, tal vez frustrado frente a la prescindencia del grupo en ese momento en relación a su rol. Se tienen entonces dos planos, el de lo manifiesto, explícito o consciente y el de lo latente, implícito o inconsciente en sentido descriptivo. Existe una distancia y una correspondencia entre ambos planos (Figura 4). 14 En un determinado momento el conjunto de elementos de lo manifiesto es enfocado por la mirada del observador, que trata de trascender dicho plano para iluminar algunos aspectos de lo latente. Así, por ejemplo, un suceso (A), tomado como significante, se constituye en signo cuando desde una posición (1) se le asigna un significado (A') que corresponde al plano de lo latente. Es este un proceso de aproximaciones sucesivas y en un segundo momento un suceso iluminará un sector (B) de lo implícito que se sumará a(A) a los efectos de la construcción de una estructura latente. Pero en el primer momento, el mismo suceso (A): puede ser mirado desde (2), iluminándose entonces los elementos (A'’) de lo inconsciente. -¿Qué es lo que determina la posición desde la que se mira, es decir-, (1) o (2)? ¿Es lo mismo "mirar" desde cualquiera de ellas? Los factores que determinan dicha posición, son tres: a) el ECRO del operador, lo que equivale a decir que, por ejemplo, no es lo mismo una mirada desde un marco psicoanalítico que otra con un marco conductista; b) lo sincrónico o sea, la comprensión situacional que el operador tiene en función de lo que aquí y ahora está pasando; c) lo diacrónico, es decir, los datos qué agrega el conocimiento de las circunstancias del proceso grupal hasta ese momento. La Figura 4 en términos de proceso alude a la simbolización, que puede describirse a través de los siguientes pasos (9): 1. Aprehensión de lo manifiesto, o sea, la caracterización del existente y la detección de los obstáculos. Lo explícito debe entenderse en su carácter bidireccional, ya que es a la vez expresión y disfraz de la estructura implícita que subyace y que, también ella, pugna por emerger (si no fuera así, no tendría sentido la censura). Vale decir que en este paso hay un encuentro de intencionalidades, la del operador que pretende extraer significados de aquello que ve, y la del inconsciente que busca vías de expresión. 2. Simbolización, que consiste en asignar un significado al significante. Esto implica, en general, que de la variedad de significados posibles se debe elegir uno. 0 sea que a través de este paso, lo manifiesto como sentido señal dotado de multiplicidad de significaciones posibles, permite el pasaje al sentido significado de lo latente, como unidad significativa que expresa conflictos y deseos. Es la interpretación. 3. Significación, que implica totalizar en una unidad de sentido todos los significados obtenidos a lo largo del proceso de simbolización. Esto significa poner el énfasis en el carácter acumulativo del proceso, que a través de sus sucesivas vueltas de espiral va estableciendo una relación dialéctica entre la comprensión del operador y la elaboración del grupo. En realidad no se trata de una significación, sino de una superposición de estratos de significaciones que dependerán de los distintos puntos de vista que adopte el operador, así como de los diferentes niveles de profundidad que su mirada enfoque. Lo cual significa que la estructura latente que emerge no es sino una entre muchas posibles; y más aún, tal estructura sólo 15 adquiere existencia a partir de la mirada del observador. Se ampliará esto en el punto que sigue. 6. LA POSICIÓN DEL OPERADOR. Se ha aseverado a lo largo del presente trabajo que, desde un punto de vista explicativo, los sucesos del acontecer grupal son significativos en la medida en que el operador les asigna significado. Más aún, en el último párrafo del punto anterior se ha hecho una aseveración aún más fuerte al sostener que la estructura latente sólo adquiere existencia a partir de la mirada del observador. Para explicar esto se recurre a las siguientes proposiciones. 6.1, Una operación de distinción consiste en especificar una figura y el fondo, del cual queda distinguida (10). Referirse, por ejemplo, al grupo N°7 de cuarto año es una operación de distinción, ya que quedan especificados en la referencia ciertos alumnos, un coordinador y un observador, emergiendo del fondo que constituye entonces, por ejemplo, el conjunto de alumnos, coordinadores y observadores de cuarto año. Pues bien, la simbolización es una operación de distinción, ya que en ella se distinguen ciertos elementos de lo explícito (significantes), que pasan a ser figura por el hecho de asignárseles un significado implícito relacionado con la estructura latente del grupo. 6.2. La existencia de una unidad queda especificada por la operación de distinción. Esto significa que un diamante puede ser descripto como un objeto estético, como una inversión económica o como una particular estructura cristalina. E1 diamante es todas esas cosas simultáneamente pero su existencia adquiere sentido en el discurso de un operador en función del punto de vista que lo lleva a definirlo de esa manera y no de otra. Trasladar este concepto al plano de lo grupal significa, por ejemplo, que frente a un grupo de aprendizaje que está trabajando la temática y se enfrenta con un obstáculo en un momento dado (enunciado como emergente por uno o varios portavoces), el coordinador puede: a) entender este obstáculo como epistemológico y analizar las dificultades de orden conceptual que lo motivan; b) pensar que la dificultad es de orden epistemofílico y que hay ciertas elementos implícitos en la trama vincular del grupo que impiden la elaboración conceptual. Lo más probable además es que tanto (a) como (b) sean ciertas, pero una u otra explicación otorga existencia;"ilumina" distintos aspectos de lo latente en el grupo. 6.3. E1 postulado científico de OBJETIVIDAD significa, implícitamente, la existencia de un objeto, existencia ésta que es independiente de la posición del operador. Sin embargo, cuando sobre todo en ciencias sociales se habla de la subjetividad del observador, a lo que se alude precisamente es a que la existencia del objeto como tal está íntimamente relacionada con la operación de distinción que lo distingue como figura de un fondo. 16 Si se habla de OBJETIVIDAD, prima el objeto y cualquier discusión versará sobre el objeto; si se pone la objetividad entre paréntesis, o sea, si se reconoce la influencia de 1a posición del operador, lo que prima es la operación de distinción. Cualquier diferencia de opiniones llevará a discernir entre los criterios de distinción antes que sobre las propiedades del objeto mismo. Una "familia" pueden ser "papá, mamá y los dos hijos" o incluir también a "la empleada y a la vecina viuda que vive más con ellos que en su casa lo que cambia es el criterio de distinción:' las relaciones de parentesco en el primer caso, las relaciones de convivencia en el segundo. Siguiendo el ejemplo del punto 6.2 caracterizar el obstáculo como epistemológico o epistemofílico dependerá, no del obstáculo en sí mismo, sino no de lo que se propone priorizar el coordinador al señalarlo. Se sabe además que la distinción de un obstáculo como epistemológico o epistemofílico no es sino un instrumento de análisis ya que ningún obstáculo es solamente epistemológico La estructura de lo latente es un. Acto de imaginación del operador. Imaginación, etimológicamente, alude a mirada interior, y es lo que hace el coordinador cuando establece nuevas conexiones o reordena las que están presentes en un grupo en un determinado momento. Es esa mirada interior la que lo lleva a establecer una explicación, ya que toda explicación es una conexión parcial de sucesos o ideas y su riqueza se deduce de la riqueza de las conexiones que el observador está ("internamente") en condiciones de hacer. Puestos frente a un coordinador que se estereotipa, que "ve" siempre lo mismo, debe pensarse, primero, que es él quien ha perdido riqueza, posibilidad de descubrir nuevas explicaciones, y no el acontecer del grupo que se ha empobrecido. 6.5. La riqueza de las explicaciones que el operador pueda realizar dependen de su capacidad. Tal capacidad está constituida por: a) la variedad de sus experiencias anteriores que, internalizadas y conceptualizadas, le permiten reconocer analogías y diferencias frente a la situación presente. E1 observador es siempre un testigo desde su experiencia, que es de donde surge la proposición explicativa; b) la concordancia operacional que establece con el grupo, o sea, la relación que tienen las experiencias que ha vivido con la realidad del grupo sobre el que está operando. Un coordinador puede haber coordinado muchos grupos de adultos, pero esa experiencia será relativa puesto frente a uno de adolescentes; c) la posibilidad de instrumentar la transferencia recíproca (contratransferencia), es decir, de recurrir a la naturaleza afectiva de su vínculo con el grupo para alimentar su capacidad fantástica de establecer hipótesis acerca de la estructura inconsciente del mismo; d) finalmente, su ECRO que de algún modo resume todo lo anterior al constituirse en el conjunto de conceptos y experiencias a los que se hace referencia para operar. 17 6.6. Si la estructura de lo latente es un acto de imaginación del operador, ¿por qué habrían dos operadores de hacer la misma caracterización en un determinado momento? Si todo es tan subjetivo (o más bien, se pone la objetividad entre paréntesis), ¿por qué habría consenso en lo que se prioriza como obstáculo frente a una situación dada? ' He aquí, precisamente, la importancia del ECRO. Toda mirada es una mirada desde, un marco conceptual y todo lo dicho es dicho por un observador a otro observador (que puede ser él mismo) desde dicho marco conceptual. La noción de tarea, por ejemplo, es uno de los elementos basales del ECRO y dos operadores podrán acordar en la lectura del material que produce un grupo y la estrategia necesaria para permitirle enfrentar sus obstáculos y elaborar sus ansiedades, sólo en la medida en que compartan sus ideas acerca de cuál es la tarea de ese grupo. Más aún, el ECRO no es sólo importante en términos de consenso, sino que además es lo que permite al operador tomar distancia del grupo, reconocer su implicación en tanto está incluido en el fenómeno que observa, y desde esa distancia (óptima) operar. La posición del operador no sólo se prescribe en el encuadre; el operador no puede construir su lugar sino ejerciendo su ECRO. 6.7. Lo dicho hasta aquí implícitamente sugiere que ninguna descripción de una realidad absoluta es posible. "La realidad cognitiva que se genera es inevitablemente relativa al observador (11) Cabe agregar que esta realidad está constituida por un sistema (grupo) en continuo cambio estructural y que dicha operación consta de tres momentos: a) el momento de la mirada exterior en primera instancia, puesta en lo manifiesto del acontecer grupal. Saber operar es, ante todo, saber mirar. b) la construcción de un modelo (interior) de lo que se mira, o sea una representación funcional, en este caso, de la estructura latente del grupo. c) la operación propiamente dicha, es decir, el momento de la intervención. A dicha intervención sobrevendrá un emergente que caracterizado como nuevo existente nos lleva nuevamente a la unidad de trabajo, punto inicial y final de este itinerario. Una sola acotación a modo de cierre: la construcción de un modelo, el proceso de simbolización, suele ser algo sumamente costoso y además; apreciado, tanto por el grupo como por el coordinador mismo, cuando emerge en toda su plenitud y ayuda a la productividad grupal. Pero su poder explicativo se pierde cuando se estereotipa por lo que el operador debe tener una disposición permanente a negar aquello que acaba de construir; debe conservar la posibilidad de desestructurar sistemáticamente 1o que tanto le ha costado estructurar, para poder así posar una mirada fresca sobre el grupo. Decir esto no es más que reconocer para el operador la necesidad de descentramiento,la posibilidad de desprenderse de las propias criaturas y aceptar,no importa el encanto que produzcan, la fugacidad de su existencia. 18 7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (1) La definición de emergente pertenece a Nadel, y está citada en "Ideología, grupo y familia, de A. Bauleo (2) La definición citada de Psicología Social pertenece a "Aportaciones a la didáctica de la Psicología Social", de Pichón-Rivière, en colaboración con Ana P. de Quiroga, artículo contenido en el libro "E1 Proceso Grupal", Ed. Nueva Visión. (3) Historia de la técnica de los grupos operativos, de Pichón-Rivière en Temas de Psicología social, ano 4, N°3, septiembre 1980, (4) Sigmund Freud. Introducción al psicoanálisis. Los sueños Contenido manifiesto e ideas latentes del sueno. (5) Sigmund Freud. La Metapsicología. Lo inconsciente. (6) E. Morin. E1 método. La naturaleza de la naturaleza (tomo I), Editorial Cátedra - Barcelona. (7) E. Pichón-Rivière. Transferencia y Contratransferencia en la situación grupal, en "El Proceso Grupal", (8) D. Anzieu,' "E1 grupo y el inconsciente" (9) Conceptos extraídos de clases dadas por Yañez Cortez en la Universidad de Belgrano (10) H. Maturana y F. Varela. "Teoría de autopoiesis", GESI', cuaderno Nº4 (11) H. Maturana y F. Varela. Op, cit. 19