Cid Díaz, Alma Lilia

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Cid Díaz, Alma Lilia.
Diagnóstico del manejo de emociones en el aula. El caso de la Licenciatura en
Educación Secundaria con Especialidad en Matemáticas del Centro de Actualización del
Magisterio.
Es necesario para el entendimiento de la presente investigación dar un panorama general
de la forma que las emociones han ido tomando relevancia dentro del estudio serio de
la psicología y la educación. Se ha dado una apertura en el estudio, comprensión y
manejo de las emociones, específicamente a partir de la década de los 80 que se
empiezan a relacionar las emociones con la inteligencia y se habla de multiplicidad de
la inteligencia, del quebranto de una sola concepción de coeficiente intelectual que
caracterizó 7 décadas manifestadas en numerosos tests que calificaban el grado de
inteligencia quedando, así, ubicado el género humano en diferentes rangos que
repercutían en la vida escolar, laboral y social de cada individuo. La mayoría de los tests
se centraban en las áreas lógico-matemáticas, ya que se pensaba que en tal área se
manifestaba el raciocinio de la persona. Para 1983 Howard Gardner revoluciona el
concepto de inteligencia planteando que no existía una única y monolítica clase de
inteligencia, fundamental para el éxito de la vida, sino un amplio espectro de
inteligencia con ocho variedades clave: inteligencia verbal, lógico-matemática, espacial,
musical, cenestésica, ecológica, interpersonal, intrapsíquica (estas dos últimas
corresponden a la inteligencia personal). A partir de este autor muchos más se dedicaron
a desarrollar el estudio de estas inteligencias, como es el caso de Peter Salovey quien
amplia la inteligencia personal de Gardner en su definición de inteligencia emocional
abarcando cinco esferas principales: conocer las propias emociones, manejar las
emociones, la propia motivación, reconocer emociones de los demás, manejar las
relaciones. Al revisar dichas esferas se deduce que, en la medida que la persona
identifique sus emociones, como sus causas, que asuma la responsabilidad de
manifestarlas y que a través de ellas se convierta en un ser libre, entonces se podrá
considerar que hay un manejo adecuado de sus emociones. El hacer consciente la esfera
emocional en la clase mejoraría el proceso aprendizaje-enseñanza. Al profesor le
permitiría analizar su estado de ánimo, el de sus alumnos y basarse en ello para su
desempeño y facilitar el aprendizaje, a los alumnos mejorar sus relaciones con sus
compañeros, con el profesor y tener cierta disposición dentro del aula. Las escuelas de
educación superior han impulsado la adquisición de conocimientos, ignorando la
expresión de las emociones que se viven dentro del grupo. Si consideramos que, por un
lado, la educación superior da herramientas para incorporarse al mundo laboral y que,
además, da criterios éticos y, según la filosofía institucional, va formando bajo cierto
perfil de egreso que, en general, coincide en una educación integral y fuertemente
vinculada con la realidad, ¿en que momento, en que parte del currículum se toman en
cuenta las emociones?
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