RESUMEN+TEMA+5 - joseluisedusocial

Anuncio
TEMA 5 EDUCACIÓN EMOCIONAL Y SALUD
GÉNESIS Y EVOLUCIÓN DE LAS EMOCIONES
Las emociones en la investigación científica han sido objeto de análisis y preocupación desde la
antigüedad en diferentes disciplinas, no solo de la medicina sino también de la educación, la
psicología, la biología y la filosofía, etc.
Las emociones en la salud en el ámbito de la medicina se sitúa en Hipócrates, medico griego
que pensaba que las emociones influían en el cuerpo y eran posible causa de la enfermedad.
Posteriormente Galeno, médico y filósofo griego, influido por la doctrina hipocrática, entendía
que las emociones como causa externa de la persona, son las condiciones o circunstancias que
interfieren en la salud.
Al comienzo de la década de los años sesenta del S XX en el ámbito de la psicología cognitiva
es cuando se empieza a conceder una mayor importancia de las emociones como componente
experiencial de las mismas. El temor (ansiedad) y la rabia (cólera) son dos características de los
seres humanos que Charles Darwin, estudió sobre la expresión de las emociones. Hasta los años
60 del S XX es cuando se comienza a tratar en profundidad la repercusión de las emociones en
la salud.
Desde la perspectiva filosófica la valoración de las emociones como un factor determinante para
la salud no la encontramos hasta finales del S XIX, momento en el que se empieza a valorar
científicamente su influencia en el bienestar. A mitad de la década de los años noventa del s XX
se inicia un periodo de revolución emocional, que afecta no solo a la educación a la psicología
sino que también a la sociedad en general. La evidencia científica respecto a la relación entre
las emociones y la salud durante la última década del Siglo pasado ha ido en aumento.
DEFINICIÓN Y TIPOLOGÍA DE LAS EMOCIONES
Las emociones incluyen distintos elementos, tales como los cambios orgánicos, la experiencia,
los pensamientos y la percepción que conllevan disposiciones y comportamientos diferentes en
función de las circunstancias y las interacciones con los demás. Toda emoción supone una
tenencia o impulso a actuar y enfrentarnos a la vida cotidiana. La DRAE, define la emoción
como una alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa que va acompañada de
cierta conmoción somática.
Kleinginna (1981) proponen que la emoción es un conjunto complejo de interacciones entre
factores subjetivos y objetivos, mediados por los sistemas neuronales/hormonales que puedan
suscitar experiencias afectivas, guiar el comportamiento que es frecuentemente, pero no
siempre, expresivo, dirigido por metas y adaptativo.
Las emociones son algo más sensible que la razón, la inteligencia emocional como la
consciencia de los sentimientos y ser refiere a la capacidad de reconocer nuestros propios
sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos
y en nuestras relaciones.
Otra visión fundamental es la que hace referencia a la emoción como un constructo teórico y un
mecanismo de adaptación que nos permite explicar qué nos sucede cuando reaccionamos ante
determinadas condiciones internas o externas.
La emoción puede describirse como una serie de estados fisiológicos asociadas a una
experiencia psíquica determinada, cuyo significado biológico es el de modular el
comportamiento. La emoción es un estado complejo del organismo caracterizado por una
1
excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada. Además entiende que las
emociones se generan como respuesta a un acontecimiento externo o interno.
Lo que la mayoría de las definiciones tienen en común es que las emociones son procesos
adaptativos que desempeñan un papel esencial en el comportamiento, aprendizaje, creatividad e
interacción social de la personas. Podemos afirmar que nuestras emociones son una habilidad
que nos capacita para que nos desarrollemos plenamente en nuestro entrono más próximo.
Una de las clasificaciones más aceptadas y representativas es la de catalogar las emociones
primarias y secundarias, y que algunos autores las clasifican como emociones básicas que son
universales como el miedo, la ira, la tristeza y el asco, la sorpresa y la alegría y las emociones
complejas y secundarias.
Las emociones básicas, también denominadas “primarias, puras o elementales, se reconocen por
una expresión facial característica”, y se acompañan de claros indicios físicos y de una
disposición típica de afrontamiento.
Las emociones secundarias serán el resultado de la fusión de las emociones cognoscitivas
superiores, que son más innatas que las emociones primarias y que incluyen emociones, tales
como el amor, la culpabilidad, la vergüenza, el desconcierto, el orgullo, la envidia y los celos.
Otra de la clasificaciones más aceptadas en el ámbito de las emociones es la UE divide las
emociones en positivas y negativas, es decir, unas se adaptan más que las otras (emociones
adaptativas) y tienen una incidencia positiva o negativa sobre nuestra salud.
Entre las emociones negativas relacionadas con las formas de amenaza, frustración o conflicto
entre los objetivos, destaca la ira, la culpa-vergüenza, la tristeza, la envidia-celos y el disgusto.
Por el contrario, las emociones positivas son las que concuerdan con el logro de objetivos,
incluyen la felicidad-alegría, el amor y el afecto, y las no emociones que hacen referencia a las
emociones que por sus implicaciones podrían ser emociones pero realmente no lo son, como el
dolor y la depresión, confusión mental y estados de excitación fruto del descontento, entre otras.
También se clasifican en dos categorías: emociones tempranas y adultas. Damasio, sostiene que
mientras que las emociones tempranas son innatas y responden a lo que sucede en el medio, o
de lo que acontece en nuestro organismo, las emociones adultas son las emociones que se
expresan cuando las personas comienzan a relacionar las emociones primarias con objetos y
situaciones concretas.
REPERCUSIONES DE LAS EMOCIONES EN LA SALUD
Las emociones preparan a nuestro cuerpo para actuar y reaccionar de forma específica.
Emociones como la ira, la felicidad, el amor, la autoestima, la capacidad de manejar los
conflictos, los efectos de nuestra vida del acoso y los abusos, la ansiedad, el miedo, el enfado, el
odio, la envidia, los celos, la resolución de problemas, la sorpresa, la tristeza, la angustia, la
melancolía y la depresión, etc., repercuten en nuestra salud y estado de bienestar al ser
manifestaciones de nuestro bagaje humano y de las circunstancias que nos rodean.
Mientras que las emociones positivas implican un mayor equilibrio entre el cuerpo y la mente,
con saludable armonía; por el contrario, cuando las emociones son negativas se produce un
efecto desintegrador en nuestro organismo.
Reeve (1995) sostiene que aunque la rabia tiene connotaciones negativas como la destrucción,
violencia descontrolada también tiene una perspectiva evolutiva, la rabia moviliza la energía
hacia la autodefensa, una defensa caracterizada por el vigor, la fuerza y la resistencia.
2
La justificación del mayor análisis de las emociones negativas viene determinada porque éstas
constituyen una mayor amenaza y riesgo para la salud que en las emociones positivas. El
estudio de las emociones positivas, son más difíciles de concretar, debido a que
comparativamente son menos en cantidad que las negativas y a que son más difíciles de
distinguir.
Los estudios sobre las más relevantes emociones negativas como la depresión, la ansiedad, la
irritabilidad, la hostilidad, la ira, el miedo y la agresividad y los efectos nocivos para la salud, al
influir negativamente en nuestra salud favoreciendo la aparición y desarrollo de ciertas
patologías, que hacen más vulnerable el sistema inmunológico, lo que le impide su correcto
funcionamiento, siguen prevaleciendo, son más numerosos.
EMOCIONES POSITIVAS EN LA SALUD
Cada vez más los estudios sobre las emociones se centran en demostrar que las emociones
positivas como la tranquilidad, el optimismo, la felicidad, el entusiasmo, el amor, la empatía y
la alegría entre otras, ahuyentan el estrés, disminuyen la obstrucción arterial y potencian el
sistema inmunitario, previenen enfermedades y reducen la intensidad y duración de las mismas.
Además las emociones positivas proporcionan en nuestro cuerpo armonía, sosiego, tranquilidad
y equilibrio, lo que se traduce en salud emocional.
Las emociones positivas son las que nos permiten alcanzar nuestro objetivo, satisfacción por el
trabajo bien realizado y sano autoestima. Las emociones positivas como la alegría, el
optimismo, la felicidad y el amor son un beneficio para nuestra salud, puesto que nos ayudan a
soportar dificultades de una enfermedad y facilitan su superación. Otra emoción positiva influye
favorablemente en nuestra salud al ser una herramienta afectiva para enfrentarse a la
enfermedad es la risa y la capacidad de estar de buen humor que imprime sentido de perspectiva
a nuestros problemas. La risa brinda una liberación física de las tensiones acumuladas que
puede contribuir a que el sistema inmunológico funcione óptimamente.
El optimismo y la esperanza también resultan beneficiosos. La gente que tienen muchas
esperanzas es más capaz de resistir en circunstancias penosas, incluidas las dificultades médicas.
La empatía, la capacidad de comprender las emociones y los sentimientos del otro, de ponerse
en el lugar de los demás sin hacer valoraciones, es una de las emociones positivas que mejora
las relaciones sociales, ayuda a resolver mejor los conflictos y fortalece nuestra salud al reducir
el tiempo de recuperación y fortalecer el sistema inmunológico.
EMOCIONES NEGATIVAS EN LA SALUD
Numerosos estudios confirman la influencia de las emociones prolongadas en el tiempo: la ira,
la ansiedad, el miedo, o la depresión y el estrés en los trastornos psicofisiológicos, como la
causa de ciertas enfermedades que debilitan las células inmunológicas y duplican la posibilidad
de contraer enfermedades como el asma, dolores de cabeza, úlceras, aumento de la presión
sanguínea y problemas cardiovasculares; en una palabra, suponen una amenaza para la salud.
Las emociones negativas se vinculan como un factor de riesgo para nuestra salud y
desencadenantes de la enfermedad, al hacer más vulnerable el sistema inmunológico, lo que no
permite su correcto funcionamiento. Además, las emociones negativas que aunque no causan las
enfermedades nos hacen más vulnerables a ellas (enfermedades degenerativas cerebrales como
el Alzheimer, hipertensión arterial, cardiopatías e incluso el cáncer). Si bien aunque no siempre
podemos prevenir ni evitar las emociones negativas y perturbadoras, si podemos intentar
minimizar los efectos perjudiciales en la salud. Las emociones negativas suelen “llevar a una
pérdida tanto de la calidad como del rendimiento del trabajo, que puede hacerse extensiva a la
3
calidad de vida personal dado que nos bloquean, inmovilizan y dificultan los avances
personales, profesionales y sociales.
La ira es una emoción negativa que genera problemas en el corazón. El miedo es una
advertencia emocional que se aproxima a un daño fisiológico o psicológico de manera que
implica un gasto energético que se traduce en cambios comportas mentales que hace a las
personas más susceptibles de estrés.
Las emociones negativas como el odio, el miedo, la depresión, la ira, la rabia y el estrés, entre
otras bloquean nuestras defensas naturales. Una muestra de hostilidad ocasional no es peligrosa
para la salud, el problema surge cuando la hostilidad se vuelve constante que define la
personalidad.
La ansiedad es una emoción negativa, una perturbación provocada por las presiones de la vida
diaria. Es la emoción con mayor peso como prueba científica al relacionarla con el inicio de la
enfermedad y el curso de la recuperación. La ansiedad tiene utilidad adaptativa, puesto que nos
ayuda a prepararnos para enfrentarnos a algún peligro. La ansiedad influye principalmente en la
contracción de enfermedades infecciosas tales como resfriados, gripes y herpes. El precio de la
ansiedad no solo es que disminuye la respuesta inmunológica; sino que produce efectos
adversos en el sistema cardiovascular.
El estrés, a pesar de tener carga negativa y ser un factor de alto riesgo para la salud, es
imprescindible en nuestra vida al potenciar capacidades como la creatividad, el sentido positivo,
la capacidad de aprendizaje y la toma de decisiones, entre otras.
Otra de las emociones que tiene repercusiones negativas para la salud es el miedo. El miedo es
una de las emociones negativas, que como todas las emociones extremas paraliza nuestras
acciones y es acompañado por cambios fisiológicos en nuestro organismo.
Mientras las emociones negativas hacen más vulnerables a las personas a contraer
enfermedades, las emociones positivas ayudan a sobrellevar la enfermedad y favorecen el
proceso de recuperación, pero por sí solas no logran mejorar a la persona.
APRENDER A VIVR LAS EMOCIONES Y SUS EFECTOS SALUBLES
EDUCACIÓN EMOCIONAL
La educación emocional es una de las temáticas actuales más debatidas en el ámbito de la
educación y la formación. Surge como respuesta a la necesidad de educar a las personas para
afrontar mejor los retos de su quehacer cotidiano, puesto que la educación emocional nos afecta
a todos desde el momento en que nacemos y a lo largo de la vida, como seres susceptibles de
perfeccionamiento. Las emociones pueden ser educadas, podemos aprender a reconocerlas; por
ejemplo, podemos aprender a reconocer situaciones peligrosas o placenteras.
Los antecedentes de la educación emocional y de la necesidad de control sobre las emociones se
sitúan en la Antigüedad, en la que se puso de manifiesto la importancia del control emocional.
Se trata de buscar el equilibrio en las emociones no suprimirlas.
La educación emocional debe ser entendida como un proceso educativo, continuo y permanente
que pretende potenciar el desarrollo emocional como elemento indispensable del desarrollo
cognitivo, construyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la persona integral. Se
propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con objeto de
capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se plantean en la vida cotidiana. Todo
ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social.
4
El objetivo fundamental de la educación emocional debe ir encaminado al desarrollo de
competencias emocionales, tales como la inteligencia emocional, habilidades de vida y bienestar
y la conciencia emocional.
Las competencias emocionales deberán potenciar y favorecer la capacidad para resolver
problemas y evitar conflictos y lograr los objetivos propuestos en las diferentes parcelas de la
vida de las personas. Un sistema educativo integral habrá de incorporar al currículo las grandes
líneas de la educación emocional.
En definitiva, la educación emocional proporciona numerosas posibilidades de conocernos a
nosotros mismos y a los demás, mejorar y controlar las emociones que repercuten
negativamente en nuestro estado de bienestar, y potenciar el control, la autoestima, la
confianza, la comunicación y la inteligencia emocional, entre otras, afrontar el estrés, trabajar
productivamente para contribuir a la sociedad y desarrollar una identidad personal positiva.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
La inteligencia emocional ha suscitado un gran interés en el ámbito educativo como un medio
que facilita la mejora del desarrollo socio emocional de las personas.
La inteligencia emocional es un aspecto específico de la inteligencia relacionada con las
emociones, tales como, la percepción, la expresión, el entendimiento, el análisis y la reflexión.
Es fundamental para la educación emocional contribuir a la mejora de la salud física y mental,
la reducción de conflictos en las interacciones sociales, el aumento de la empatía, la reducción
del estrés y la mejora del estado de bienestar físico, psicológico, mental.
El concepto de inteligencia emocional comprende cinco categorías: conciencia de sí, control de
las emociones, motivación personal, empatía, manejo de las relaciones, que a su vez son
clasificadas en dos grandes grupos:
1. Aptitud personal: autoconciencia del conocimiento y reconocimiento de las propias
emociones, autocontrol de las emociones, la adecuación de éstas a las circunstancias y
la motivación personal para el logro de los objetivos.
2. Aptitud social: empatía para comprender, reconocer, crear y mantener relaciones y
solucionar conflictos.
Por otra parte la inteligencia emocional deberá desarrollar competencias entiendo por ésta las
habilidades aprendidas, y no cualidades innatas que aportan herramientas básicas para potenciar
el éxito en muchos aspectos de la vida: salud mental, autocontrol, capacidad de liderazgo,
trabajo en equipo, de relacionarse con los demás. La carencia de esas aptitudes es lo que se
denomina actualmente: analfabetismo emocional.
EL PENSAMIENTO EMOCIONAL
El poder del pensamiento es inmenso. El pensamiento emocional basado en el modelo de
inteligencia emocional de Goleman pretende ayudarnos a mejorar a través del adecuado
conocimiento y manejo de nuestras emociones.
El primer paso en el control de las emociones a través de nuestro pensamiento es aprender.
Tenemos que aprender cómo las emociones y los comportamientos negativos son nocivos y
cómo en cambio las emociones positivas son útiles. Tener conocimiento de ello contribuye a
fortalecer nuestra determinación de afrontarlas y superarlas. Debemos ser conscientes de que los
efectos beneficiosos de las emociones y comportamientos positivos nos llevará a cultivar,
desarrollar y aumentar esas emociones. Así, cuando ponemos en marcha el pensamiento
emocional y practicamos nuevas formas de pensar, su repercusión a nivel físico hace posible
5
cambiar la forma en que se reconfiguran nuestras células nerviosas y el funcionamiento de
nuestro cerebro.
LA SALUD DESDE LA EMOCIONES. PERSPECTIVA HOLISTICA
El ser humano es un ser integral compuesto de cuerpo físico, mente-emociones. La ausencia de
salud afecta al cuerpo y la mente. Cada vez más se habla de una relación dinámica entre los
procesos emocionales que inciden en la salud de las personas teniendo en cuenta su globalidad u
holismo y el entorno que se traducen en la aparición de una serie de sintomatologías a nivel
psíquico, físico e incluso conductual y de tratamientos para la recuperación de las
enfermedades. A nivel psíquico se producen cambios en el estado anímico. A nivel físico se
pueden presentar trastornos del sistema cardiovascular.
RELACIÓN MENTE-EMOCIONES-CUERPO
Una persona sana tiene en equilibrio tanto su cuerpo como su mente en adaptación con el
entorno. Cada acción de la mente produce un cierto efecto en el cuerpo. La falta de equilibrio
entre la mente y el cuerpo afecta el buen funcionamiento del cuerpo sobre la mente o viceversa.
La mente tiene un papel destacado en la gestión de nuestras emociones. Está en continua
interacción con ellas y con frecuencia quieren cosas diferentes, siendo precisamente la relación
esencial entre la mente y las emociones de complementariedad. La función de la mente es
coordinar y posibilitar las emociones y ésta es un rango de madurez.
LA PSICONEUROINMUNOLOGÍA
La psiconeuroinmunología (PNI) es la ciencia que estudia cómo influyen ciertos procesos
psicológicos en la salud y los vínculos que existen entre el sistema inmunológico y el sistema
nervioso central. Ésta ha sido utilizada para establecer posibles relaciones entre los factores de
comportamiento y la progresión de enfermedades.
Las aportaciones de psiconeuroinmunología cómo un avance de dicha ciencia nos indican que
los estado emocionales pueden alterar la salud en general, de manera que las personas con
actitudes positas, estabilidad y apoyo emocional estarán en mejores condiciones de superar
algunas enfermedades, mientras que las emociones negativas y el estrés afectan al sistema
inmunológico y al sistema nervioso, haciéndole más vulnerable.
Otro aspecto clave que relaciona las emociones y el sistema inmunológico es la influencia de las
hormonas que se liberan con el estrés. Las catecolamina (adrenalina y noradrenalina), y el
cortisol, entre otras, obstaculizan la función de las células inmunológicas. Así, el estrés anula la
resistencia inmunológica, supuestamente en una conservación de energía que da prioridad a la
emergencia más inmediata, que es una mayor presión para la supervivencia.
6
Descargar